Capítulo 35

—Harry —le llamo Draco mientras sostenía un libro con ambas manos, había hecho que Harry le compré toda la colección de Sherlock Holmes en una edición especial.

—Dime —respondió Harry que solo lo admiraba mientras leía, ambos sentados en el sofá disfrutando del aire acondicionado que Harry había decidido comprar.

—Quiero... —Draco se aclaró la garganta antes de hablar, cerrando lentamente el libro —Quiero hablar con Pansy.

—¿Con tu antigua novia? — Draco rio y giro levemente el cuello para ver al pelinegro enarcando una ceja con un rostro confundido.

—Ella nunca fue mi novia, solo es mi mejor amiga.

—Vale, pero no entiendo por qué me lo pides —respondió mientras bajaba su ceja oscura, Draco enarco una ceja esta vez.

—Por qué quiero que me acompañes — Harry abrió la boca ligeramente sin saber que responder.

Tiempo pasa amigo —la voz de Jay se encargo de recordarle que Draco esperaba que dijera algo.

—Claro —rápidamente espabilo formando una media sonrisa —¿Cuándo te encontrarás con ella?

—Mañana —respondió Draco sintiendo aliviado como los nervios por haber temido un rechazo se esfumaban, Harry casi nunca le decía que no, pero a veces la mente de Draco no perdía la costumbre de hacerle malas jugadas.

—Bien, iré contigo —el pelinegro desplazo su mano hacia el muslo del rubio dando un suave apretón para darle confianza, Draco asintió con la cabeza colocando el libro a un costado entre uno de los cojines del sofá y el respaldar, rápidamente sus manos empujaron suavemente el pecho del pelinegro para acomodarlo con la espalda contra el brazo, por su parte Harry solo se dejaba hacer con una sonrisa plasmada en su rostro, sintiendo como el rubio fue acomodándose en medio de sus piernas, con su espalda recostada en su peso, usándolo como una especie de cama humana.

Una vez Draco tomo de nuevo su libro sintió como las manos del pelinegro rodeaban su abdomen, no pudo evitar dejar escapar una sonrisa de satisfacción, demasiado cómodo entre los brazos del pelinegro disfrutando de la refrescante brisa que soplaba desde ese aparato muggle que el pelinegro había insistido en comprar, considerando que fue una magnifica adquisición.

Al día siguiente Draco agradeció en silencio que Harry sostuviera su mano con tanta fuerza mientras ambos caminaban hacia donde Pansy había propuesto reunirse, Draco era consciente del malestar que sentía en el estómago era miedo como todas las anteriores veces que intento hablar con Pansy, todas las que terminaron en un fracaso ya que opto por huir. Sin embargo, esta vez supo que no había escapatoria cuando vio a su mejor amiga sentada en la cafetería, todas las anteriores veces que evito verla ni siquiera podía llegar a verla, pero esta vez pudo reconocerla aun a la distancia, como ella mantenía la mirada clavada en la ventana, con su cabello negro lacio cayendo por su espalda y su cuerpo delgado cubierto por un traje entallado oscuro, sus labios pintados de un llamativo rojo y su barbilla apoyada en la palma de su mano, si Draco podía compararla con alguien sin duda seria con esas mujeres de las películas antiguas que a Harry le gustaba llevarlo a ver, tan llamativa y atrayente.

—Estaré por allá —susurro Harry sacándolo de sus pensamientos, con su mano libre señalo una mesa cercana para mantenerlo en su rango de visión, pero lo suficientemente lejos para darles privacidad.

—Vale —murmuró Draco tomando aire intentando que el malestar de su estómago desaparezca, Harry deposito un beso suave y cálido en sus nudillos como siempre lo hacía.

—Llámame si necesitas algo —Draco no respondió, sintiéndose nervioso y algo inseguro soltó la mano del moreno antes de comenzar a caminar hacia su amiga.

Harry a su vez tomo asiento en la mesa que había elegido pidiendo un café con una rebanada de pastel, intentando enfocarse en la decoración del lugar, pero sin perder de vista al rubio. Los minutos comenzaron a pasar y Harry sintió ocasionalmente cómo Pansy lo veía, él intento no verlos, pero de manera inconsciente y fugaz desviaba la mirada hacia el rubio como si temiera que se esfumará, a pesar de que había pasado bastante tiempo desde que el rubio estuvo internado la inseguridad de perderlo permanecía ahí.

A punto de darle un sorbo a su tercer café, por el cual Jay se opuso determinantemente, escucho un par de tacones resonando en la baldosa caminando hasta situarse en su costado.

—Tengo café gracias —Dijo sin ver a la mujer que se detuvo a su lado, solo notando como su figura creaba una sombra en la mesa.

—Potter —La voz de Pansy sonaba fuerte y segura, Harry alzo la mirada para encontrar los ojos verdes de la morena —Draco me contó varias cosas que suceden entre ustedes, ¿Debo considerar hechizarte?

—¿Draco te dio razones para hechizarme? —respondió mientras enderezaba la espalda intentando lucir confiado, aunque por dentro la mirada de la pelinegra lo intimidaba tan solo un poco.

—No.

—Entonces no creo —dejo escapar un corto suspiro de alivio viendo como una sonrisa burlona se dibujaba en el rostro de la morena.

—Potter quiero disculparme.

—¿Por qué? —lentamente dejo su taza en la mesa.

—Por intentar entregarte a ese imbécil cara de serpiente, lo siento —su sonrisa burlona flaqueo y por primera vez desde que habló su voz tuvo un toque temeroso, Harry suspiro y recostó su espalda contra la silla para verla mejor.

Es bastante alta y encima usa tacones, una preciosura —alago Jay y Harry pensó que no era el momento para que Jay babee por chicas.

—Está bien —respondió notando de inmediato como la pelinegra se relajaba ante su respuesta. —Te comprendo ¿Sabes? Me costó bastante entender que no todos asimilan las cosas como yo lo hacía —guardo silencio un segundo mientras pensaba en como expresarse adecuadamente —me refiero a que tú tenías padres, valorabas tu vida y tenías esa cosa de la supremacía Slytherin muy arraigada en tu mente, supongo que yo habría hecho lo mismo — Pansy enarco sus perfectas cejas claramente sorprendida por la madurez en sus palabras, tras tomar unos segundos de silencio una sonrisa genuina y tranquila broto de sus labios.

—Al fin maduraste Potter —soltó con algo de burla, Harry también sonrió al notar la ausencia de la malicia en su tono, solo burla, como dos viejos amigos que se hacen bromas.

—Algo así —brevemente vio su taza de café, considerando si sería adecuado continuar bebiéndolo— ¿Hablaron todo? —vio la espalda de Draco notando sus hombros tensarse por debajo de su chaqueta.

—Si, creo que será hora de que me vaya, ya regresamos —la chica volvió a caminar hacia Draco haciendo ruido con sus tacones.

Pero que mujer —suspiro Jay y Harry tuvo que contener la sonrisa divertida que amenazaba por brotar en su rostro.

Unos minutos después Harry pago todo lo consumido en ambas mesas y los tres caminaron hacia la salida de la cafetería.

—No desaparezcas —ordenó Pansy viendo a Draco apenas estuvieron de vuelta en la calle. —Hablo en serio o haré que Potter escupa hasta el último de sus secretos —Draco sonrió y asintió con la cabeza.

—No tengo necesidad de escapar, ¿Dónde más voy a encontrar a un sugar cómo Potter? —Harry supo que estaba bromeando, pero un cosquilleo rodeo su entrepierna, soltó la mano del rubio solo para verlos fundirse en un abrazo y sonrió complacido.

—Escribe —ordenó Pansy al romper el abrazo, lanzándole una mirada de advertencia.

—Está bien, iré a una lechuceria por qué Potter no tiene lechuzas — Harry anoto mentalmente que debería comprarle una al rubio.

—Nos vemos Potter.

—Nos vemos —respondió Harry tomando la mano del rubio, ambos la vieron girar y avanzar un par de pasos hasta que la pelinegra se detuvo, Harry pensó que había olvidado algo y regresaria pero sintió que algo no iba bien cuando escucho como Draco contenía el aliento —¿Draco? —murmuró girando para verlo sintiendo como la mano del rubio se apretaba con fuerza contra la suya, Draco no respondió, estaba peligrosamente pálido y sus ojos clavados en alguien, Harry siguió su mirada y pudo notar a un hombre que ahora sujetaba el brazo de Pansy, Draco soltó la mano del pelinegro y camino hacia ellos, Harry no dudo en seguirlo sintiendo un cosquilleo en la punta de los dedos.

—Suéltame —siseaba Pansy visiblemente temerosa.

—No se cansan de aparecer ¿Cierto? — decía el hombre con una desagradable sonrisa en el rostro.

—Suéltala —balbuceo Draco temblando, Harry vio como el rubio buscaba su varita entre sus bolsillos.

—Oh Malfoy, premio doble, genial, escuché que estuviste siendo un prostituto, ¿Es eso cierto? — soltó burlón lanzándole una mirada lasciva al rubio, Harry sintió la ira recorrerlo de inmediato.

No me gusta esto amigo —hablo Jay.

—El ministerio se enterará de esto — dijo Pansy con odio en la voz sacudiendo su brazo con la suficiente fuerza para librarse de su agarre, el hombre soltó una risa.

—Al ministerio no le importo cuando le hicimos de todo a su madre y a él, no le importará si ahora desaparecen —Todo se puso rojo para Harry, de repente su mente reprodujo varias imágenes, Draco llorando, rogándole que lo noquee, pidiéndole que lo mate, no supo realmente como, pero camino hacia el hombre como si estuviese guiado por una fuerza sobrehumana lo tomo de la parte trasera del cuello de su camisa tirando de su cuerpo.

—Pansy quédate con Draco —hablo con una voz baja y grave sintiendo como todo su cuerpo se sentía invencible, una oleada de adrenalina bañaba desde la punta de sus uñas hasta el último de sus cabellos, sin esperar una respuesta arrastró al hombre hacia un callejón cercano ignorando sus reclamos y como sus uñas formaban rastros rojizos en su piel en un intento de librarse, pero el agarre de Harry no se aflojo ni un poco, una vez dentro del callejón lo lanzo contra una pared de ladrillo con tanta fuerza que el cuerpo del hombre reboto.

—¿Qué mier...? — comenzó cuando sintió un brazo apretar su garganta cortándole parte del suministro de oxígeno que recibía su cuerpo, obligándolo a formar una mueca de dolor en el rostro.

—¿Qué dijiste? — siseo Harry con los ojos fijos en los del hombre, su mandíbula peligrosamente tensa haciendo que su voz salga baja.

—¿Quién eres...? — apenas el hombre entreabrió los ojos encontró unos verdes ardientes por la ira, por encima de ellos, en su frente se podía observar una cicatriz de rayo semi cubierta por su cabello —¿Señor Potter? —balbuceo con sorpresa al reconocerlo.

—¿Qué mierda dijiste? — Harry parecía no querer escuchar nada que no sea lo que esperaba, empujo su brazo con mayor fuerza escuchando como él hombre tosía por la incomodidad.

—Señor, señor yo no sabía que había regresado —hablo con voz ahogada.

Harry lo vas a ahorcar —le recordó Jay temeroso.

—¿Que mierda dijiste? — repitió con un temblor en el labio inferior.

—Se que usted los disculpo señor, pero muchos no lo hicimos, ellos mataron tanta gente —sus palabras fueron como la gota que derramo el vaso lleno del pelinegro el cual haciendo uso de toda su fuerza lo tumbó en el suelo.

—¿Y eso les da el puto derecho de hacerlo? — Harry se subió encima del hombre estampando uno de sus puños contra la quijada del hombre, el hombre emitió un quejido e intento mover las manos para defenderse, pero sus brazos estaban unidos a su torso inmovilizado por la fuerza con la que las piernas del pelinegro lo sujetaban. —Solo por qué yo derrote a Voldemort ¿Les da el puto derecho de matarlos? —volvió a soltar un puñetazo —Discúlpate —siseo lanzando otro golpe contra su quijada, observando como el hombre rodaba los ojos como si luchara por mantenerse consciente. —Quiero oír que pidas perdón —lanzó otro golpe más viendo cómo la sangre mezclada con la saliva caía de la boca del hombre que sollozaba y balbuceaba perdón —Pide perdón por lo que hiciste —sin darle tiempo para hablar dejo caer varios golpes más — ¡Pide perdón! — grito mientras su mano se cerraba en puño en la camisa del hombre para continuar descargando una lluvia de puñetazos en su rostro, el hombre había caído inconsciente hace varios segundos, pero la oleada de furia no abandonaba el cuerpo de Harry.

—Harry, Harry es suficiente —vagamente escucho la voz de Draco tras suyo, le tomo otro par de golpes hasta que sintió una mano sujetar su rostro, manteniendo su puño en el aire —mírame, Harry mírame —sintió sus manos suaves sujetando su rostro y giro para verlo, sus ojos enfocaron unos grises y todo su cuerpo se sintió repentinamente relajado bajando lentamente su puño —Harry ya para —rogó el rubio con el labio inferior temblando y sus ojos grises bañados en lágrimas, Harry lo vio y luego al hombre debajo suyo, su rostro no era más que una masa ensangrentada que no permitía diferenciar la nariz de los ojos.

—Draco —murmuró relajando sus manos, escuchando como el cuerpo del hombre caía en el concreto, un dolor recorrió sus nudillos y su muñeca — ¿Estás bien?

—Si, si estoy bien, pero debemos irnos —el tono de su voz era como si estuviera a punto de llorar, Harry volvió a ver al hombre y se fue incorporando lentamente, sin dejar de sentir las manos de Draco en su brazo —vámonos —rogó Draco abrazándolo, Harry sintió el tirón de la desaparición, su mente aún se sentía nublada, cómo si hubiese consumido drogas y no supiera diferenciar dónde estaba. —Debemos curar tu mano —dejo que Draco lo sentará en el sofá y lo vio correr por el botiquín que guardaban tras el espejo del baño, luego lo vio limpiar la sangre de sus nudillos y vendar su mano.

—¿Estás bien? — repitió Harry sin dejar de verlo, Draco le devolvió la mirada y se subió a horcadas encima suyo.

—Estoy bien —murmuró con un sollozo retenido en la garganta, unió sus labios con necesidad como si nunca lo hubiese hecho, Harry sintió como el rubio lo abrazaba con tanta fuerza que sus costillas lo resintieron —Harry estoy bien —sollozo contra su cuello, Harry llevo sus manos a su espalda y la acaricio suavemente.

—Me alegro —beso suavemente su hombro y su cuello mientras sentía las lágrimas mojar su cuello.

Cuando Harry sintió como la respiración del rubio se relajaba lo suficiente para hacerle sentir que había quedado dormido con lentitud paso sus brazos por debajo de sus rodillas sujetándolo contra su cuerpo, con algo de esfuerzo físico se incorporó con el rubio pegado a su cuerpo, sintiendo como los brazos de Draco permanecían aferrados a sus hombros, tras dar el primer paso sintió de inmediato el dolor punzando sus nudillos, como si tuviese demasiadas heridas en ellos, ignorando el dolor que recorría sus manos continuo caminando con el rubio en brazos hasta su habitación.

Haciendo uso de todo su control corporal deposito lentamente el cuerpo del rubio en la cama conjurando una manta para cubrirlo, los ojos del rubio permanecían cerrados como si el movimiento no pudiese perturbar su sueño, la pálida piel de sus parpados estaba enrojecida e hinchada por el llanto, sin embargo respiraba tranquilo y su ceño no se fruncía, Harry recorrió con la mirada el rostro del rubio, notando las pequeñas marcas de agua salada en sus mejillas fruto de las lágrimas que habían secado, con una de sus manos acaricio con devoción su cabello rubio, peinándolo suavemente hacia un costado, estuvo a punto de recostarse a su lado cuando sintió una aparición en la sala, de inmediato frunció el ceño y sintió como su cuerpo se tensaba, aparto los brazos de Draco que aún lo sostenían del cuello y salió de la habitación, aun ignorando el dolor de sus manos tanteo su varita antes de ingresar a la sala donde Ron permanecía de pie vestido con su túnica de auror.

—Ron, ¿Qué te trae por aquí? —pregunto notando que su amigo observaba el botiquín que Draco había dejado, intentando relajarse, pero su cuerpo se sentía demasiado tenso, el pelirrojo giro de inmediato para verlo examinándolo de pies a cabeza.

—Hace un par de horas recibimos el reporte de un mago gravemente herido —informo. —Aparentemente había sido atacado, pero no presentaba signos de haber sufrido un robo o siquiera de haber podido defenderse —Harry sintió como su mandíbula se tensaba —Después de revisar sus memorias pudimos reconocer al atacante —Harry bajo ambas manos extendiendo y flexionando sus dedos —¿Qué paso Harry? —preguntó con sus ojos azules lanzándole una mirada preocupada.

—¿No lo viste todo ya?

—Si, pero... Quiero oírlo de ti, ¿Qué sucedió? —Harry guardó silencio y desvió levemente la mirada hacia sus manos, la venda blanca que Draco le coloco ahora se encontraba manchada de nuevo con sangre —¿Por qué lo atacaste? —Ron recordaba las memorias del pobre hombre, nunca, en los años que conocía a su amigo, lo había visto reaccionar de manera tan salvaje.

—El idiota era parte de ese grupo que intento tomar justicia por cuenta propia — soltó Harry la voz levemente temblorosa por la ira que se desato de solo recordarlo, vio a Ron descubriendo algo de temor en sus ojos —y lo sabías —fue más una afirmación que una pregunta.

—Si, lo fue, pero no teníamos pruebas contra él y... —Harry soltó un bufido formando una media sonrisa mientras negaba con la cabeza.

—¿Y lo dejaron libre? —su mirada esmeralda reflejaba la traición y enojo que experimentaba a la par que borraba su sonrisa. — Hoy, cuando lo golpee, el idiota pensó que podía continuar su trabajo, quería hacerle daño a Pansy Parkinson y Draco Malfoy —de solo recordarlo las ganas de golpear algo volvían al igual que el ardor en el abdomen.

—¿Qué hacías ahí? —pregunto Ron, Harry relajo su expresión un segundo, tomando aire para contestar.

—Estaba ahí por Draco.

—¿Sales con Malfoy? —exclamó Ron asombrado retrocediendo un paso —pensé que salías con alguien, lo sospeché cuando tú y Hermione tenían esas miradas —hizo un ademan con la mano —esas que traen cuando ocultan algo, pero... ¿Malfoy?

—El idiota le hizo daño — respondió Harry apretando los puños —el admitió participar en el abuso a Narcissa Malfoy y Draco, ¿Debía felicitarlo por eso? ¿Por qué mierda él tiene que seguir libre y Draco debe tener pesadillas? — ahogó un gruñido en su garganta conteniendo el grito que ansiaba emitir.

—Harry no podíamos acusarlo, no había pruebas, lo que dijo hoy...

—Él lo admitió, lo dijo antes de que le rompa el rostro y si vienes aquí a intentar decirme que lo que hice fue un error te puedes ir largando — su voz era temblorosa debido al autocontrol que ejercía para no gritar, sentía su cuerpo temblando debido a eso notando como Ron frunció el ceño al escucharlo.

—Harry tú te fuiste, muchas cosas cambiaron después de que te marchaste, ¿Querías hacer algo? Debiste quedarte y afrontarlo cómo todos —escupió con enojo, un florero exploto debido a la oleada de magia que Harry había emitido producto del enojo.

—¡Lo intente maldita sea! —no podía controlar más su voz ni las lágrimas que caían por sus mejillas — día, tras día, tras día, lo intente, fui el héroe ejemplar, el huérfano maduro, intenté continuar con mi vida, pero no pude, no pude Ronald y no puedes culparme por no poder —Ron no respondió, solo mantuvo su mandíbula tensa como si se contuviera. —Cuando tú te fuiste, cuando nos abandonaste en el bosque, me tocó a mi consolar a Hermione, me tocó a mí superar que mi mejor amigo se había ido, me tocó a mi culparme por todo, tu solo te fuiste, no te importamos en ese momento.

—¡Era el guardapelo! —exclamo Ron sin poder contener más su molestia.

—¡Yo también lo llevaba! —ambos intercambiaron miradas enfurecidas —siempre es lo mismo Ron, nunca intentas descubrir si lo que hago es correcto, solo te importas tú —lo señalo con un dedo —cuarto año, el bosque, siempre, siempre tienes que dudar de mi pero esta vez no te pediré que confíes, está vez me tocará decirte que te vayas. —Con un movimiento de varita abrió su puerta —vete.

—Harry —hablo el pelirrojo intentando sonar tranquilo —sabes que...

Hey amigo creo que deberías cal…

—¡He dicho que largo! —grito Harry con el pecho agitado, Ron lo miro un par de segundos, mordió sus labios y camino hacia la salida azotando la puerta al salir.

—¿Qué sucedió? —pregunto Draco que había despertado por todo el ruido, Harry estaba de pie, con los puños apretados y el cuerpo tembloroso —¿Harry? —pregunto acercándose con cautela cuando pudo verlo de frente noto las lágrimas cayendo por su rostro.

—Perdón —balbuceo —Draco perdón, yo... No debí, no debí irme, lo siento tanto —con sus manos temblorosas cubrió su rostro —fue mi culpa, fue todo mi culpa —Harry pudo evitarlo más, pudo sentir el cosquilleo en sus dedos, el temblor en su espalda, cómo sus pulmones clamaban por más oxigeno obligándolo a agitarse, su corazón siguiéndoles la corriente, su mente se sentía nublada y el miedo lo llenaba de pies a cabeza "eso" estaba pasando, no pudo evitar más el ataque de pánico, de repente su cuerpo se sentía tan débil que cayó de rodillas murmurando perdones que no podía controlar, sus manos temblando y sus uñas rascando la tela de su jean a la altura de sus muslos intentando sentir algo.

—Harry escúchame —pidió Draco sorprendido por verlo en ese estado sin embargo era como si el pelinegro no lo escuchará —Harry respira por favor respira —pidió a la par que caía de rodillas frente a él, rodeándolo con sus brazos, sintiendo como el pelinegro no paraba de murmurar palpando sus músculos sumamente tensos —Harry —repitió rogando porque su voz no salga quebrada, espero un par de segundos hasta que lo sintió respirar más relajado —¿Harry? —pregunto preocupado por la rapidez en la que se había relajado, con cuidado alejo su cuerpo lo suficiente para verlo, pero el pelinegro no le devolvía la mirada más bien parecía demasiado sumido en sus propios pensamientos con la mirada perdida en algún lugar de la habitación —Harry por favor háblame —el pelinegro permanecía con los labios cerrados demasiado quieto como si se tratara de una muñeca de trapo — Harry —lentamente volvió a rodearlo con sus brazos.

Tras varios minutos en silencio, solo abrazándolo y acariciando suavemente su espalda Draco pudo sentir como las manos del pelinegro sujetaban su cintura.

—¿Estás bien? —pregunto Draco separándose para volver a verlo, Harry asintió suavemente con la cabeza pestañeando lentamente antes de enfocarlo con la mirada, sus ojos se encontraron y Draco no pudo encontrar la devoción reflejada en ese par de esmeraldas, al menos no la misma devoción con la que siempre lo veía, solo era la nada — ¿Quieres hablarlo?

—Draco —el pelinegro sujeto su rostro con una mano, sintiendo su vello facial picar contra la palma de su mano —no voy a dejar que nadie te haga daño de nuevo —prometió con voz suave, el rubio quería llorar pero tenía miedo de que eso desencadene otro ataque en el pelinegro así que mordiendo su mejilla asintió con la cabeza —prométeme que no te harás daño, júrame que me vas a buscar por ayuda, no importa si me odias, no importa, solo búscame —rogo con la mirada aun vacía, Draco trago saliva y volvió a abrazarlo hundiendo su cabeza en su cuello.

—¿Y si tú me odias? — pregunto mordiendo su mejilla con más fuerza para no llorar, Harry deposito un suave beso en su cuello.

—Yo nunca te odiaría — murmuró cerca de su oído, Draco asintió con la cabeza y estrecho su abrazo. —Me estás abrazando muy fuerte — murmuró el pelinegro con un tono distante.

—Es por qué no quiero que te vuelvas a desarmar —pronuncio Draco conteniendo un sollozo, Harry sintió como una calidez nacía en su pecho al escucharlo decir eso, con ambas manos lo sujeto de la cintura y hundió su rostro en el cuello del rubio, cómo Draco siempre hacía en el suyo.

Permanecieron abrazados durante un par de segundos hasta que Harry rompió el abrazo, notando como Draco había derramado lagrimas silenciosas, sintiendo sus brazos rodearlo firmemente.

—¿Vamos al cuarto? —sugirió con voz relajada, Draco asintió rápidamente con la cabeza antes de ponerse de pie, Harry descubrió que las rodillas le dolían ¿Cuánto tiempo habían pasado en esa posición? ¿Draco también sentiría esa molestia?

—Tus vendajes —soltó Draco al sujetar su mano, Harry observo los vendajes que cubrían sus nudillos y movió sus dedos lentamente sintiendo las oleadas de dolor que ocasionaba el movimiento.

—Estarán bien —con dolor entrelazo sus dedos —solo necesito sujetarte —añadió con una corta sonrisa, Draco lo vio durante unos segundos, como si buscara algo en su mirada.

—No te quejes luego —las comisuras de los labios de Draco se alzaron con una sonrisa tímida, Harry negó con la cabeza y comenzó a caminar, sintiendo la incomodidad de sus rodillas ante cada paso.

Apenas ambos se recostaron en la cama, frente a frente, con sus manos aun unidas y sus dedos entrelazados sus ojos no paraban de ver a los del contrario, como si las ultimas horas no hubiesen pasado, como si solo fuesen los dos de nuevo, los dos después de cenar, los dos después de una cita en el parque, los dos después de una cita en el cine.

—Mañana será otro día —murmuro Harry acariciando suavemente el dorso de su mano con su dedo pulgar.

—Mañana será otro día.

Hola

Bueno ya casi nos acercamos al final, así que me pareció adecuado dar un par de anuncios, tengo otra historia en proceso y probablemente vaya subiendo cosas al Instagram o la suba cuando finalice esta historia, todo dependerá de cuanto tiempo me tome revisar los capítulos.

Recuerden que después de cada tormenta viene la calma y que después de hoy esta mañana. Siempre hay un nuevo día.

Hasta la siguiente^^