Hola a todos! Bueno, esta es una historia que tenia en el baúl. La empecé a escribir antes de Say Something, pero no me había atrevido a publicarla en verdad jaja. Espero que les guste, y si no es así, volverá derrotada al baúl jaja!
Por supuesto todos los personajes pertenecen a la magnifica J.K Rowling :)
Es muy, pero muy M, están todos advertidos, entran bajo su propia responsabilidad, lemon explicito okey? espero les guste! Ahora a disfrutar!
Capitulo 1: ¡Que demonios!
"Respira, respira", se repetía una y otra vez, mientras las manos le sudaban y el estómago se le revolvía de nervios. No podía haber peor sensación que esa, sentía su rostro arder y unas ganas increíbles de desaparecer por al menos unos meses hasta que todo quedara olvidado. Por primera vez en su vida, estaba pensando seriamente en faltar a clases. A lo lejos, escuchaba las voces de Harry y Ron, por supuesto, hablando de Quidditch.
Entraron en el aula, y Hermione solo ignoro a todos a su alrededor, imaginando que solo había sillas y pupitres. Paso junto al grupo de Slytherin al final del aula, y un conjunto de sonoras risas la hizo tensarse instantáneamente. Volteo bruscamente buscando al dueño de todas sus pesadillas, pero lo que vio la hizo sonreírse… Blaise Zabini con el cabello largo y rosa se desternillaba de risa junto a sus compañeros.
Respiro profundo y se acercó a la primera fila, donde Harry y Ron ya estaban esperándola. Tomo asiento y saco todo lo que necesitaría: pergaminos, plumas y tinta. El aroma de los pergaminos ayudo a relajar su cuerpo y calmar todo el estrés que llevaba acumulando desde el fin de semana.
Cuando el profesor Binns ingreso al aula y dio inicio a la clase, el efecto fue inmediato, tal y cual fuera un somnífero. Harry y Ron hacían un esfuerzo sobrehumano para mantenerse despiertos, el primero con mejores resultados que el segundo. A su alrededor la mayoría de los alumnos se mantenían con los ojos cerrados. Excepto ella, todos parecían perdidos en el mundo de los sueños. Ella, en cambio, se dedicaba a escribir todo a la máxima velocidad que su mano le permitía.
Ensimismada, escribiendo y escuchando al fantasma, de pronto sintió el peso de una penetrante mirada en ella. Automáticamente se tensó y puso su espalda recta sobre el asiento. Cerro los ojos y suspiro, sus mejillas se ruborizaron y su cuerpo se comenzó a acalorar. "Diablos Hermione, contrólate", se reprendió mentalmente. De forma instintiva, volteo su rostro y se encontró con aquella mirada que la desnudaba descaradamente. Sus ojos se encontraron y se sintió indefensa. Se quedaron mirando fijo, desafiándose, y finalmente, rendida, decidió volver su mirada al pergamino. La mirada de él no la dejaba tranquila, no podía concentrarse. Pero haciendo acopio de todas sus fuerzas, se concentró y volvió su atención a Binns. Tendría que aprender a controlarse y no distraerse cada vez que lo tuviera cerca.
Después de la agotadora clase de Historia de la Magia, donde debió hacer uso de todas sus fuerzas para poder concentrarse, finalmente había optado por irse a la sala común a estudiar un poco antes de la hora del almuerzo. Como cada día de la semana, estaba completamente sola, disfrutando del calor de la chimenea y de la comodidad que la biblioteca no podía entregarle. Por eso se sorprendió al ver a su pelirroja amiga entrando por el retrato.
- ¡Hermione! –
- ¿Qué pasa Ginny? –
- ¿Dónde diablos te metiste todo el fin de semana? – pregunto entre enojada y curiosa. Tomo asiento junto a la chimenea, acercando sus manos al fuego para sobrellevar el frio que estaba comenzando a hacer. La aludida se ruborizo completamente y las manos empezaron a sudarle.
-Estuve… estuve en la biblioteca –
-No me mientas – reprocho bruscamente –¿Dónde has estado? –
-No… no puedo… no puedo contarte Ginny – hablo en voz baja, ruborizándose aún más de ser posible.
-Soy tu mejor amiga… o al menos eso creía – con un dejo de dolor asomando por su pecoso rostro, se puso en pie, alisando las arrugas invisibles de su túnica y subió las escaleras a las habitaciones de las chicas, dejando a la castaña con aquella sensación culpable.
Hermione se quedó sentada mirando el crepitar del fuego. No sabía porque le ocultaba a Ginny algo como aquello, sabía que tarde o temprano tendría que contárselo a alguien, y no había nadie mejor en el mundo, que la entendiera tan bien como Ginny. Pero hoy, precisamente hoy deseaba escapar de ahí, y recrearse sola con los recuerdos del fin de semana vivido.
Salió de la sala común con todos sus libros. Necesitaba espacio, y eso solo lo encontraría en un solo lugar.
No podía pasarle siempre lo mismo. Malditos niñatos entrometidos que le arruinaban la diversión. Y maldito Slughorn por quitarle puntos a su propia casa. Malditos todos en aquel castillo de mierda. Como odiaba haber tenido que volver después de todo lo que había pasado. Ya nada era igual, todos lo miraban con desprecio. Aquellos que habían simpatizado con Voldemort desde las sombras, lo tachaban de cobarde, y aquellos que habían luchado junto a Potter, lo tachaban de cobarde… desde donde fuese, había quedado como un maldito cobarde. Todo gracias a los inútiles de sus padres, que, por querer salvar su propio pellejo, lo habían lanzado a él a las fauces de la serpiente. Había vivido los peores dos años de su vida, había sido humillado y tratado peor que a un elfo doméstico, y cuando por fin Voldemort empezaba a ver más en él, todo se va a la mismísima mierda, con Potter destruyéndolo. Nada había ido bien para él, ni ayer, ni hoy, ni nunca.
Suspiro resignado, nada volvería a ser lo que era. El jamás volvería a ser el príncipe de Slytherin, y tendría que conformarse con ser un ex mortífago cobarde. Pateo con fuerza una de las armaduras, haciéndola tambalear.
-Mierda – grazno cuando sintió el dolor inundando su pie.
-Señor Malfoy –
-Mierda, mierda, mierda, y más mierda – susurro con los dientes apretados, volteándose. -Si profesora – hablo con el tono más educado que pudo.
-Omitiré este pequeño arrebato, si me hace un favor – Draco la miro despectivo.
-Lo que guste – su característica mueca de disgusto, se acentuó aún más.
- Necesito que vaya a buscar a los premios anuales, y los lleve a mi oficina –
-Claro profesora – un movimiento de su cabeza y se volteó furioso.
"Maldición, maldita vieja decrepita, malditos idiotas premios anuales que no aparecen para que esta vieja inútil los encuentre… malditos todos", refunfuñaba en su cabeza, caminando a zancadas hasta donde sabia podría encontrarlos. El único lugar donde siempre estaban.
Después de varios minutos caminando y un par de atajos, llego hasta la puerta de entrada a la sala de los prefectos. Sonrió. Podía entrar sigilosamente y quizás encontraría algo interesante.
Pero cuando entro, se encontró con algo que jamás podría olvidar y jamás en su vida podría haber imaginado. Dejo la puerta entreabierta, procurando no hacer un solo ruido para no llamar la atención.
Trago en grueso, su saliva estaba espesa, su garganta parecía haberse cerrado, su corazón latía rápido en su pecho, el aire no llegaba en suficiente cantidad hasta sus pulmones, las manos le sudaban, su cuerpo comenzaba a subir grados centígrados, y toda su sangre parecía viajar rápidamente hasta su zona sur.
Ahí estaba, Hermione Granger, sentada sobre la mesa de reuniones. Podía ver sus ojos cerrados, mordiéndose el labio inferior con fuerza, buscando ahogar gemidos sin éxito, respiraba agitadamente, mientras sus pechos descubiertos subían y bajaban al compás de su acelerado respirar… sus pechos, dos cumbres excelsas, de un tamaño que en su mano calzarían perfectos, sus pezones erectos y rosados ansiando por atención. Su vientre tenso de placer y perlado por el sudor, movía sus caderas desesperada. Entre sus piernas se acomodaba alguien inesperado, absolutamente inesperado… Theo se encontraba sin camisa, gruñendo ante las descaradas caricias de la castaña en su espalda, besándole el cuello con devoción, con sus manos deleitándose en aquellos muslos dorados, tersos e inmaculados… de pronto sus manos hormiguearon por tocar aquella piel que parecía más suave que algodón.
No podía seguir ahí de pie, mirándolos tocarse, escucharla gemir lo estaba volviendo loco, y sentía correrse en cualquier momento con aquella imagen tan erótica. Volvió sobre sus pasos y cerro suavemente la puerta para no ser descubierto. Afirmo su frente en la puerta, a través de la cual aún podía escucharla gemir, cerró los ojos y recreo aquella sensual imagen en su cabeza, acompañada de aquellos gemidos, imaginándose acariciándola… "Mierda, mierda, respira Draco, solo es sangre sucia Granger, hay mujeres mucho más sensuales, atractivas y deliciosas", se obligó a pensar, pero aquellos sonidos de placer que atravesaban la puerta no lo dejaban. Se alejó bruscamente de esta hasta el otro extremo del pasillo, y respiro ansioso, respiraciones superficiales y rápidas. La erección en su pantalón dolía, necesitaba pensar en algo más, algo que lo ayudara a calmar el deseo de su cuerpo. "Millicent Buldstrode saliendo del baño desnuda", hizo una mueca de asco, pero ni, aun así, el deseo disminuyo. Respiro un par de veces, tratando de arrancar la imagen de su cabeza, y cuando sintió que comenzaba a calmarse, un grito proveniente de la sala lo descoloco, haciéndolo estallar de deseo, ansioso, como un depredador hambriento, necesitado. Granger había gritado… Granger se había corrido, lo sabía. Necesitaba correr lejos de ahí, antes de volverse loco.
Se recostó sobre la mesa sudando, agitada y satisfecha. Theo a su vez se recostó sobre su torso desnudo, aun acariciándole las piernas con ansiedad. Llevo sus manos hasta el cabello negro y largo de su compañero, y comenzó a acariciarlo con calma, deleitándose con su suavidad.
Nott se removió suavemente y salió de su interior, sonriendo ante el gruñido de disgusto de la castaña al sentirse vacía. Comenzaron a vestirse en absoluto silencio, cuando de pronto unos golpes en la puerta los alertaron.
-Mierda – con toda la rapidez que pudieron se colocaron sus ropas, sin demasiado éxito.
Cuando la puerta se abrió, Hermione se quedó horrorizada, con la blusa aún abierta, dejando a la vista su sujetador negro, y su cabello completamente revuelto.
-McGonagall necesita que vayan a su despacho – murmuro el rubio con el rostro tenso y su mirada fija en Hermione.
-Mierda Draco, espera fuera – espeto Theo con el semblante serio.
Hermione no espero a que Malfoy se volteara, y lo hizo ella, abotonando su blusa, alisando su falda, subiendo sus calcetas y con su varita aliso su cabello lo más que pudo. Lo único que no podía borrar era el rubor de sus mejillas, la hinchazón de sus labios y el brillo de sus ojos. Se dio media vuelta y se encontró con la grisácea mirada de Malfoy, recorriéndola de pies a cabeza, serio y tenso. Estaba claro que sabía lo que acababa de ocurrir ahí, se moría de la vergüenza. Ahora sería el hazmerreír de todo Slytherin y de todo Hogwarts. Un nudo se formó en su garganta y decidió que lo mejor sería salir corriendo antes de que la humillación comenzara.
Rápidamente se dirigió a la puerta, bajo la atenta mirada de Theo que se ajustaba el cinturón. Paso junto a Malfoy, pero este fue más rápido y la tomó de la muñeca, impidiéndole huir. Alzo su mirada y se quedaron fijos por largos segundos, se sintió anclada a esa mirada profunda y fría. Sus mejillas se tiñeron aún más de rosado, e instintivamente se mordió el labio, nerviosa. El agarre en su muñeca se apretó, y pudo notar como Malfoy apretaba la mandíbula y tragaba lentamente.
-McGonagall también te necesita – dijo con voz ronca.
-Sí, sí, creo que estamos todos listos, vamos – replico Theo colocándose entre Draco y Hermione, haciéndolos cortar contacto visual y separarse de su agarre.
-Vamos entonces – con toda la elegancia de la que tanto alardeaba, Draco salió de la sala rápido, dejando a la pareja tras de sí.
Mientras escribía rápido una carta al ministerio, tocaron a la puerta de su despacho. Con un movimiento de su mano, la abrió para dejar pasar a los 3 alumnos que estaba esperando. Con una mirada, les indico que tomaran asiento en las sillas dispuesta frente a su escritorio. En silencio obedecieron. Siguió escribiendo su carta, ignorándolos por completo. Cuando finalmente termino, metió el pergamino en un sobre y llamo a la pequeña lechuza que reposaba sobre el alfeizar de la ventana para mandarla de inmediato. En ese momento, presto atención a los 3 jóvenes. Se veían compungidos. Su alumna favorita en años, la señorita Granger estaba ruborizada hasta las orejas, y parecía mantenerse lo más alejada posible del señor Malfoy. Oh, el señor Malfoy, que desperdicio de joven. Si solo fuera agradable, podría haber sido brillante y premio anual. Pero no, había optado por ser un mortífago, obligado, pero mortífago al final, lo cual lo había vetado de postular al puesto. En su lugar, el señor Nott cumplía con todas las características que se buscaban en un premio anual. Aunque bien por ella, no habría elegido un Slytherin. Después de repasarlos por última vez, tomo un pergamino sobre la mesa y empezó a hablar.
- Gracias señor Malfoy – este asintió con la cabeza, sin dejar de lado su clásica mueca de disgusto. -Bien, se preguntarán porque los mande a llamar – Granger y Nott asintieron, con clara inquietud. – Por ordenanza del ministerio, este año celebraremos el aniversario de la escuela. Algo que podríamos hacer todos los años, pero que jamás se nos había ocurrido – la verdad es que a ella no le gustaba en absoluto la idea. Odiaba esas celebraciones y tener que planear actividades que disminuirían las horas académicas. Observo la reacción de sus alumnos. Parecían sorprendidos, pero no lo suficiente – No todos los años se cumplen 1026 años – sonrió, o al menos lo intento.
- Perdón profesora, pero ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? – pregunto Hermione impaciente.
- Porque ustedes serán los encargados de organizarlo – y ahí estaba la reacción que había esperado. Desconcierto total.
- Supongo que es una broma – espeto Malfoy poniéndose de pie.
- Tome asiento señor Malfoy, y no, no es una broma. Como premios anuales, todas las actividades de la escuela quedan a su cargo, y usted, como parte de su… condena, está a disposición absoluta del colegio – golpe bajo. Draco tomo asiento en absoluto silencio, asesinando a McGonagall con sus grises ojos. Ese había sido un golpe bajo a su ego, lo sabía, pero era la única forma de mantenerlo a raya. Vio los rostros de decepción de Granger y Nott, sintiéndose un poco culpable. – Lo siento señor Malfoy, no quise ser tan dura – el joven no cambio su expresión.
- ¿Qué tendremos que hacer exactamente? – hablo por primera vez Nott.
- Todo, planear las actividades, la fiesta, los equipos, absolutamente todo. Pero no trabajarán solos, podrán elegir a un ayudante cada uno – respondió recorriéndolos con sus verdes ojos, esperando objeciones.
- ¿Cuándo se celebrará? – esta vez fue Hermione, con su voz ansiosa.
- Como el aniversario es en enero, luego de navidad deberemos llevar a cabo todas las actividades –
- ¿Por cuánto tiempo serán estas actividades?
- Todo el mes de enero – esa era la parte que no le gustaba en absoluto. Sería un mes perdido de clases, los cuales repercutirían en los TIMO's y EXTASIS de sus alumnos de 5° y 7° año. Noto la angustia en el rostro de Hermione, sabiendo que se sentía igual que ella. – Tendrán que traer los nombres de sus compañeros mañana, y antes del fin de semana algunas ideas – ambos jóvenes asintieron. Malfoy se mantenía en absoluto silencio, escuchando y fulminándola con la mirada. – Por supuesto, tendrán facilidades para trabajar – finalizo acomodando sus gafas. – Ahora, si no hay más consultas, pueden retirarse – Draco no espero una segunda invitación, y salió veloz del despacho.
Hermione y Theo se despidieron con un ademan de cabeza, siguiendo al rubio. Se quedó mirando a la puerta. No sabía que resultaría de aquello. Su alumna favorita, obligada a trabajar con Malfoy. Podía trabajar con Nott, los había visto, pero sabía que la enemistad entre Malfoy y Granger era algo que no había acabado. Suspiró resignada, no podía hacer nada contra una orden del ministerio.
Bueno, eso ha sido el primer capitulo, que espero les haya gustado, sino, como ya dije, volverá al baúl jaja la empecé a escribir pensando en que todos hemos celebrado algún aniversario, como en el colegio, y en verdad se hacen actividades muy divertidas, y por supuesto se dan cada situación jaja así es que espero les haya gustado. si es así, no olviden dejar su comentario :) gracias a todos quienes se pasen! Nos vemos :)
