Por algún motivo me tarde más de lo que esperaba en sacar esto, porque no lograba pasar de la primera escena en paz, como sea, ya está aquí, y con un poco de suerte el siguiente no tardara demasiado, especialmente porque, como ya he dicho anteriormente, el arco de Tsunade es uno que tengo más planeado, me costará estructurar algunas cosas y ordenarlas como quiero, pero los conceptos generales ya deberían estar.
Y ahora mi parte favorita de cualquier historia que haga, los reviews;
Samuel Santillan; Gracias! Sí bien no digo que Anko no vaya a estar, creo que te has adelantado a sí esta o no. Sí, conozco el tropo de Deidara hermano de Naruto, y no digo que no vaya a usarlo, pero tampoco pensé demasiado en eso, lo utilice como un ejemplo de que cuando hay "guerra" nadie es el bueno. Dudo mucho incluir a las de las películas, para empezar porque no me he visto más de la mitad y porque tampoco sé en qué punto se supone que están cronológicamente. Pienso jugar un poco con eso a futuro, pero esa reacción va a tardar. Voy a desarrollar eso, no sé sí en este arco o en otro, pero sí, Sasuke se está volviendo loco.
CCSakuraforever; Gracias amigo! Es un tema que se va a tratar más adelante, vaya, siendo que es algo que estoy repitiendo muy a menudo.
Honestamente, Naruto esperaba despertarse sintiendo el peso de Hinata sobre su pecho, incluso habría esperado que esta se hubiera despertado antes y que estuviera tomando una ducha, aunque improbable ya que él mismo se despertaba al amanecer, en realidad estaba preparado para la mayoría de las posibilidades, pero no había esperado despertar sintiendo algo lamer su pie, y estaba seguro de que no tenía una mascota, ni había invocado nada que hiciera eso, por lo que dirigió su anillada mirada para ver qué estaba pasando, allí, arrodillada a los pies de la cama estaba Hinata lamiendo suavemente uno de los pulgares de su pie mientras con sus manos masajeaba la planta, y, aunque no era algo que había esperado, no podía decir que no disfrutara la atención mañanera.
— No sabía que te gustará hacer eso, Hina-chan —No pudo evitar decir, quedándose quieto de golpe al darse cuenta de que llamó la atención de la de cabellos oscuros, ella misma se quedó de piedra mientras sus ojos se posaban en los del contrario.
— Y-yo... p-perdón... —Intentó disculparse ella, pero parecía que la misma vergüenza que la hacía tener el rostro de un rojo brillante también le impedía levantarse, conformándose con agachar la mirada sin atreverse a ver a su prometido a los ojos.
— Nunca dije que no me gustará —Ofreció con una sonrisa de perezosa satisfacción, quizás era por el suave deje de placer que quedaba tras la noche anterior, pero se sentía relajado y satisfecho, y no podía evitar encontrar esta como una agradable forma de despertar— Podría acostumbrarme a algo parecido al despertar —Su filtro entre cerebro y boca nunca había sido el mejor, pero nunca había sido más defectuoso que en estos momentos, Hinata levantó la mirada de golpe, el rojo en su rostro haciendo más y más brillante con cada segundo que pasaba.
— N-Naruto... yo... —Intentó decir algo más, quizás encontrar una excusa para su comportamiento, su rostro de un rojo tan brillante que no parecía sano, pero el rubio en su lugar siguió hablando.
— También lo disfrutaría en mi pene, la verdad, aunque lo mejor es que te lleve de regreso al complejo Hyuga, no quisiera que tuvieras problemas por mi culpa, usa el baño, es de los pocos que están integrados —Ofreció con una sonrisa mientras se levantaba de la cama, una sonrisa de ojos cerrados fue lo último que Hinata vio antes de cubrir su rostro con sus dos manos para evitar que la vieran, o al menos poder cubrir su vergüenza.
Los descalzos pasos del Uzumaki apenas sonaron en el suelo de madera, moviéndose para recoger una nueva muda de ropa, solo pasando a su lado en su camino a salir de la habitación, presumiblemente para usar otro de los baños del lugar, deteniéndose detrás de ella solo para encorvarse y plantar un casto beso en su cabeza, lo que solo hizo aún mayor el sonrojo de la chica, la puerta cerrándose detrás de él. Con piernas temblorosas, no sabría sí por los nervios o por la noche anterior, eran los nervios, sus caderas se habían recuperado durante la noche, caminando temblorosamente hacía la única otra puerta de la habitación. El baño era simple, pero espacioso, un lavamanos de piedra blanca sobre un mueble de madera oscura, con un espejo sobre el lavamanos. Un retrete estaba al otro lado y solo un poco más lejos de la puerta, medio escondido por un armario donde veía varias toallas. Al otro lado de la puerta había una ducha en dos partes, una bañera bastante amplia por un lado y una regadera para tres personas en el otro, todo esto detrás de una puerta corrediza.
— Prometo no decepcionarte, Naruto-kun —Logró pronunciar por fin sin tartamudear mientras agarraba las toallas, tras ver que necesitaría más de una para secarse, se había sentido tan nerviosa e insegura tras despertar sobre el cuerpo dormido de Naruto, avergonzada como estaba, sin animarse a despertar al rubio quien parecía estar plácidamente dormido. Se levantó y observó a su prometido desnudo por unos instantes antes de querer probar algo más, algo nuevo, y aprovechando que Naruto estaba dormido experimentó— Además..., se sintió bien —Admitió para sí misma, después de todo el rubio no se había despertado al instante. Y con eso comenzó a ducharse.
Naruto caminó a la puerta apenas vestido, solo usando unos pantalones negros apenas puestos, el borde anaranjado de su ropa interior era visible, gotas de agua aun recorrían su torso descubierto y mantenían su cabello también estaba bastante mojado, una parte de él no podía evitar sentir que esto le recordará mucho a cómo había llegado Hinata ayer a su casa, solo esperaba que no acabara igual porque tenía que irse a buscar a la quinta Hokage, para su sorpresa Hiashi estaba allí, lo miró por unos segundos antes de enarcar una ceja en lo que era molestia descarada.
— Explícate, ahora —Ordenó Hiashi con un tono helado que envió escalofríos por la columna del rubio.
— Hinata se quedó a dormir, por la tormenta, dormimos en cuartos separados, ni siquiera nos duchamos en el mismo baño —Naruto mintió a medias, una sonrisa confiada que podía formar incluso mientras mentía por la única razón de que la había puesto infinidad de veces cuando era el bufón de la academia— Acabo de salir de la ducha mientras uno de mis clones hacía la comida, no quería dejarlo afuera y darles malos entendidos —Explicó mientras se movía para dejar que el hombre entrara— Aunque lamento no tener toallas adecuadas, le hice caso a Jiraiya al comprar las toallas, ¿Sabe dónde pueda venderlas? —El hombre seguía mirándolo con una ceja enarcada por unos segundos más antes de bajarla de golpe.
— Desgraciadamente dudo que puedas venderlas, aprovecha el viaje y consigue toallas decentes —Hiashi pareció aceptar su mentira, soltando un suspiro pesado mientras caminaba a la sala.
— Ni lo dudé, tras unas cuantas duchas me di cuenta qué son horribles —Admitió tras recordar que tras la ducha sentía demasiado frío allí abajo por el corto tamaño de las toallas.
En el complejo Uchiha había un aire opresivo y desagradable, Sasuke estaba sentado en el suelo de la habitación, desnudo como suele hacer cuando está solo en casa, sentado en posición de loto, las manos agarrando sus cabellos, sosteniendo su cabeza con ambas manos, sus codos puestos en sus piernas, las bolsas bajo sus ojos eran terribles y notorias. Por fin, después de varios meses llevando ese psicótico sistema de entrenamiento que había estado usando que le había dado grandes resultados, o tan grandes como había podido, las consecuencias estaban pasándole factura, sin el descanso adecuado, y con sus deseos obsesivos tan disparados como lo estaban, su mente ya de por sí más bien frágil estaba rozando sus límites. La verdad es que estos meses siguiendo este régimen no habrían bastado para reducir su mente tanto, normalmente habría faltado el doble, quizás el triple, del tiempo en una persona normal, pero Sasuke no era normal, su mente ya estaba llena de traumas y obsesiones, cuando la marca maldita apareció y solo empeoró las ilusiones y paranoias que su propia mente le había estado jugando desde la masacre del clan y tenías la combinación perfecta para que una mente se perdiese, puede que la mente del portador del sharingan no se hubiera roto, pero cada vez se volvía más y más necesaria un descanso y tratamiento, pero ya que el pelinegro no lo sabía, igual que nadie que conociera sabía realmente los alcances del daño mental que sufría. Pero cualquier consecuencia no es algo que fuese a ser tratada en este momento exactamente.
— Tuvo que salvar mi maldito trasero —Gruñó, su mirada perdida, tan concentrado en sus palabras que era incapaz de escuchar el ruido de afuera, incluso sus palabras le sonaban raras, como si tuviera algodón pegado en los oídos o tuviera la cabeza metida en agua, pero no le prestaba atención— Se supone que soy más fuerte, que me he vuelto más fuerte ¿Por qué? —Gimió por lo bajo, su mirada, su cuerpo temblando de furia.
— Porque eres patético, había creído que para este punto ya lo entendías —Una voz sonó en la estancia, una voz que había logrado colarse incluso en su estado letárgico y perdido— Ni siquiera lo intentaste y ya te rendiste —Una familiar risotada lo sacó de su inconsciencia, allí, frente a él, recostado totalmente desnudo entre cojines como un jeque en su harem estaba Naruto.
— ¿Qué no lo intenté? —Gruñó furioso el Uchiha, sin poder despegar su mirada del rubio Uzumaki quien ni siquiera se inmutó al escuchar la voz de su compañero, en realidad su sonrisa se extendió aún más— Empezaba a entrenar desde antes del amanecer y no dormía hasta después de medianoche, lleve mi cuerpo y mente al extremo para entrenar ¿Eso es no intentarlo? —Se quejó mientras le dedicaba una mirada de muerte.
— Si —Se burló el Uzumaki antes de inclinar ligeramente la cabeza en un gesto burlón— Admito que humillarte públicamente habría sido más divertido, pero no se puede todo en esta vida —Aceptó con una sonrisa zorruna, despertando a Sasuke ante la revelación— Ahora, ve y abre la puerta, que llevan golpeándola desde hace rato, tus prometidas están esperando para que las preñe un verdadero hombre, ya sabes lo que tienes que hacer ¿No? —Exigió como sí la casa le perteneciera a él, y solo en ese momento se dio cuenta de que estaban golpeando la puerta.
Incluso cuando posteriormente no podría encontrar una razón para hacerlo, se levantó comenzando a caminar hacía la puerta, mientras avanzaba a pasos lentos su mente ya podía ver quienes estaban en la puerta, sus prometidas, todas, desde Samui hasta Maki (Su más reciente prometida originaria de Suna), todas apenas vestidas, que se burlarían de él antes de buscar al rubio Uzumaki para tener sexo con él, incluso Sakura, aunque una parte de él dudaba sobre sí ella haría eso, casi podía imaginar la orgía que tendrían de la que solo sería un espectador que estaba allí para recibir burlas, y aunque tenía esos pensamientos en mente abrió la puerta.
— Sasuke ¿Estás bien? —La voz de Kakashi lo sacó del "hechizo" abriendo los ojos de golpe antes de cubrirse con su mano su entrepierna— "Solo necesitas una mano para cubrirte, y te sobra, patético" —Recordó la voz de Naruto de una de las veces que lo había imaginado, miró a su profesor que lo miraba con preocupación en sus ojos.
— Si, todo bien, me estaba preparando para darme una ducha —Mintió, aunque considerando cuanto apestaba en estos momentos quizás fuera una mentira creíble, sin poder evitar notar lo angustiado que parecía el Hatake— ¿Qué lo trajo aquí hoy?
— Te había pedido reunirnos en la casa del té hoy para hablar de tu entrenamiento y no llegabas, me preocupe —Explicó el ninja que copia con un suspiro aliviado, sonriendo con su patentada sonrisa de un ojo antes de volver a hablar— Pero creo que lo mejor sería tomarte unos días de descanso, si olvidaste esto necesitas relajarte y descansar, volveremos a entrenar cuando estes recuperado, sin la presión de los exámenes chunin es lo mejor, todos están tranquilizándose con los entrenamientos —Ofreció con una sonrisa. Kakashi mentía a medias, era cierto que los que habían pasado a la tercera etapa reducirían un poco la carga, algunos como Naruto y Shikamaru porque debían ser informados de las diferencias que venían con el cambio de cargo, mientras que muchos otros lo intensificarían, pero sí esa blanca mentira lograba que Sasuke se relajara y descansara Kakashi mentiría del mismo modo que Guy entrenaba, en exceso, sin dudas, ni vergüenza, y sin pensar en las consecuencias.
— Sí... creo, creo que me hace falta un descanso, si se me olvidó al menos ponerme una toalla antes de abrir la puerta ha de hacerme falta mucho sueño —Aceptó el Uchiha con tono letárgico, y por primera vez desde la aparición del rinnegan quería descansar. No podía recordar con claridad que estaba haciendo o pensando antes de abrir la puerta, y aunque odiaba dormir por las pesadillas que había estado sufriendo desde que la marca de maldición había sido puesta, quizás ahora que ya no tenía la presión del examen quizás pudiera encontrar algo de descanso— Quizás salga a comprar algo más adelante para comer... sí me siento menos cansado mañana lo veo, perdón por hacerle perder el tiempo —Se disculpó mientras comenzaba a cerrar la puerta.
— Tómate los días que hagan falta, sí intentas entrenar en este estado solo darás retrocesos y no avanzaras —Eso no era una mentira, pero sí era honesto nada de la situación lo tranquilizaba ni un poco. Cuando la puerta se cerró Kakashi suspiró pesadamente— No parece estar bajo un genjutsu, y ni Asuma ni Kurenai están por aquí, dejaré un clon aquí de todas formas —Concluyó sus pensamientos mientras un clon aparecía, este yendo a esconderse— No pudo ser en peor momento, no con Itachi llegando a la aldea... —Se quejó.
El ninja que copia desapareció en un shunshin, sí bien Sasuke estaba preocupado de que su mentor hubiera visto lo patético que era, la verdad es que sí despertó las preocupaciones de Kakashi, quien nunca había visto a su alumno tan mal, el mayor reconocimiento que le había dado al cuerpo de su alumno era notar como sus músculos estaban bien definidos y todo parecía señalar que tendría un cuerpo más parecido al de un nadador, así que sí, el Hatake ni siquiera había prestado mayor atención al cuerpo de su alumno.
En cuanto Sasuke cerró la puerta se dio la vuelta, su mano abandonando su entrepierna, un atisbo de brillo en sus ojos que no había estado allí hace un momento, sus pasos eran lentos y atontados, de alguien que se arrastraba despierto y que no caía dormido nada más que por fuerza de voluntad, una sonrisa cansada ante la idea de poder dormir tras una ducha caliente, pero en cuanto llegó a la habitación, no pudo evitar girarse siendo golpeado por la vista; Naruto recostado entre cojines, desnudo, una pierna estirada y otra flexionada, un brazo levantado exponiendo su axila, su polla dura y enhiesta, pero esta vista, sí bien sorprendente, no era lo que lo había dejado sorprendido, lo que lo dejó anonadado eran las cuatro chicas igual de desnudas que el rubio Uzumaki. Samui tenía su rostro enterrado en la axila del rubio mientras su mano recorría el pecho ajeno, la pierna flexionada pisaba el rostro de Maki, quien lamía el pie como sí se tratase del del señor feudal o un rey, y sin pelear, compartiendo la verga del usuario del rinnegan estaban Ino y Sakura, devorando el mástil de carne con un hambre solo comparable a quien no había probado bocado en semanas.
— Gracias por decirle a Kakashi-sensei que se fuera, no quería dejar a las chicas antes de llenarlas de semen —Le agradeció Naruto mientras le dedicaba una mirada burlona, ninguna de las cuatro mujeres se detuvo de sus acciones solo porque su prometido hubiera llegado— Aunque me sorprende que seas tan desvergonzado como para abrirle la puerta desnudo, a ti sí que no te importa que todos vean al pequeño Sasuke como vino al mundo ¿No es así? —Se mofó.
— ¿Cuándo llegaron aquí? —No podía recordar con claridad sí el rubio estaba aquí antes o no, en realidad no podía recordar nada con claridad, los problemas de pasar casi tres días despierto sin apenas dormir, supuso, en realidad ni siquiera podía recordar por qué Kakashi había estado allí...
— ¿Eh? Pero sí estaban aquí antes de que yo llegara~ —El Uzumaki ronroneó divertido, como sí encontrara la confusión de Sasuke particularmente divertida— Fuiste tu quien me abrió la puerta antes de traerme a esta habitación para que escuchara las quejas de tus prometidas de que eres tan poco hombre que no sentían nada contigo, ahí fue cuando te arrodillaste y me suplicaste que me las follara en tu cara para darles la satisfacción que tú jamás podrías darles —Aseguró y aunque Sasuke estaba seguro de que nunca haría algo así no podía evitar recordar que eso era lo que había hecho— ¿Debo recordarte que todo esto lo hiciste desnudo y con una erección? —Cuestionó con mofa zorruna.
Sasuke quería replicar, para empezar, estaba seguro de que nunca rogaría a alguien algo parecido, mucho menos a Naruto de todas las personas, principalmente porque incluso sí los sonidos obscenos que hacían las mujeres al ser folladas lo ponían cachondo la verdad era que no le importaba si sus prometidas sentían placer cuando las jodía, a lo sumo era un golpe a su orgullo que no lo hicieran. En segundo lugar, es que estaba seguro de que jamás dejaría tan de lado su orgullo como para hacer algo así, especialmente sí consideraba que no le importaba sí ellas lo disfrutaban o no. La única razón por la que no podía replicar, más allá de la sorpresa que le había provocado todo esto, era que solo necesitaba bajar un poco la mirada y vería su propio miembro endurecido.
— ¿Qué gano con esto? —No podía argumentar que no disfrutaba ver a las cuatro chicas hechas un desastre, era un cuadro muy satisfactorio que sería perfecto sí no fuera porque el que el macho de dicho cuadro era el Uzumaki en lugar del propio Sasuke. Por esto mismo es que tenía que buscar otra razón por la cual esto debía estar equivocado.
— ¿Hm? ¿Cómo se supone que sepa eso? —Cuestionó con una ceja enarcada antes de que la burla se posara en su rostro— Supongo que el mismo placer que cuando te estabas masturbando furiosamente cuando me folle a Samui y Karui —Sí no fuera porque esas palabras lo habían puesto tenso probablemente Sasuke se sonrojaría al ser descubierto— No es mi problema que tengas un fetiche con ser un cornudo —Tras esas palabras soltó una risotada salvaje, casi animal, lo que logró avergonzar y enfadar lo suficiente al Uchiha como para intentar acercarse para golpearlo.
Pero casi tres días con apenas minutos de sueño en su haber eran terribles para el cuerpo y la mente, las piernas le fallaron y calló de bruces al suelo, habría caído a los pies del Uzumaki sí no fuera porque en el momento en que cerró los ojos esperando la caída, al volver a abrirlos, esperando la sonrisa burlona del rubio usuario del rinnegan, descubrió que la habitación estaba vacía, oh claro, lo había imaginado todo, siempre había tenido una imaginación un tanto salvaje, era lo mismo que le permitía imaginar las voces de Naruto y de Itachi tan vívidamente, parpadeo sin poder recordar por qué estaba en el suelo o por qué estaba en esa habitación, parpadeó un par de veces antes de recordar, quería tomar una siesta y lo hacía en esa recamara porque el olor a sexo que de algún modo había quedado impregnado en ella por algún motivo lo tranquilizaba y le facilitaba dormir.
Asuma sabía que su situación tenía muy poco margen para empeorar, Itachi Uchiha, el terrible shinobi que había masacrado a todo su clan, y que honestamente estaba mucho más cerca del nivel de Kakashi, los Anbu, o quizás el Hokage (En su defensa diría que era un poco complicado deducir que nivel tenía el joven, pero sabían que era alto, y por desgracia que los superaba) sin contar a Kisame Hoshigaki, quien teóricamente tenía un nivel semejante (Bien, cuando alguien llegaba al rango S se volvía muy difícil medir el nivel de amenaza, por ejemplo Orochimaru y Kisame eran ambos de dicho rango, pero el primero era más peligroso que el segundo, pero no por eso era un desprestigio de rango). Tenía una herida en el brazo gracias a Samehada, formalmente odiaba esa espada. Y para su desgracia es que su compañera en esta batalla era Kurenai, no es que creyera que no era una shinobi hábil, era una jonin en pleno derecho por sus propios méritos, pero el problema venía de que se enfrentaba a Itachi, alguien que dominaba el genjutsu hasta hacerla parecer una novata. Ahora Kurenai estaba en el río a su derecha, pero no podía ir a ayudarla porque sería reducir la atención que tenía sobre Kisame, y sí lo hacía acabaría muerto.
— No tengo el deseo de matarlos —Itachi admitió sin pena alguna, sus ojos fríos e inexpresivos miraban a Kurenai, misma que caminaba sobre el agua para intentar mantener el equilibrio— Solo dígannos dónde está el legado del cuarto Hokage y los dejaremos marchar con vida —Esos brillantes ojos rojos con el sharingan los miraban como quien miraba a una piedra en su camino— Preferiría resolver nuestro asunto aquí de la manera más fácil y eficiente, y por lo mismo preferiría no matar a nadie innecesariamente —Sí alguien notó la ironía de que esas palabras de quien había cometido una masacre sin sentido nadie la mencionó.
En ese instante una pared de agua apareció para protegerlo de un dragón de agua que venía por su espalda, frente a Itachi, entre este último y Kurenai, Kakashi había hecho aparición, una postura relajada mientras sostenía su libro naranja favorito, la bandana en su frente estaba levantada mostrando el sharingan de Obito Uchiha.
— No has perdido el toque tras tantos años, debo felicitarte —En un tono casi burlón felicitó Kakashi, una sonrisa en sus labios.
— Kakashi Hatake —Saludó y reconoció el criminal Uchiha, la mitad de su capa negra con nubes rojas abierta— Me parecía raro que hubieras tardado tanto en llegar —Aceptó mientras dirigía su mirada a su compañero, mismo que apenas desvió la mirada hacía él— Para ser alguien que no nació con el poder del sharingan ha hecho un gran uso de él, creo que debería ser yo quien te felicitara —Su tono calmado sonaba extrañamente despectivo.
— No importa cuánto lo busquen o lo intenten, no podrán encontrarlo aquí —Kakashi sentenció mientras su mirada se volvía más y más seria— De hecho, ustedes tampoco llegarán mucho más lejos que esto —Movió una página de su libro Icha-Icha al mismo tiempo que Itachi sacaba tres shurikens, en ese instante dos dragones de agua aparecieron en la espalda de cada uno de ellos para colisionar frente al otro.
— Ni siquiera puedo ver sus posiciones de manos, no solo habla de su velocidad, sino de su capacidad de predicción y conocimiento, solo mi vasta experiencia me habría permitido hacer algo parecido, y ni así habría podido igualarlo —Fue el pensamiento que recorrió la mente de Kisame al ver el poderoso choque de agua, pero este hombre de parecido innegable a un tiburón se equivocaba, puede qué desde el exterior, incluso para el ojo experto, el choque de jutsus fuera exactamente igual y se había dado exactamente entre los dos hombres, pero no era el caso y los dos hombres lo sabían, el choque se había inclinado mínimamente a favor del perpetrador de la masacre de un clan entero.
— No podemos darnos el lujo de llamar más la atención, Kisame, prepárate para tomar a Kakashi, los demás son totalmente innecesarios —Sentenció antes de abrir los ojos, sus ojos rojos empezaron a cambiar, fue menos de un segundo de advertencia, pero fue suficiente para advertir a Kakashi.
— ¡Cierren los ojos! ¡No lo miren directamente! —Rugió mientras cerraba su ojo, el problema en el que no pensó por su agitación, un error que recordaría el resto de su vida era que sí bien su truco de cubrir el sharingan con su bandana le permitía ahorrar fuerzas y energía hacía que controlar los nervios del parpado fuera más lento.
— Tsukuyomi —Fue solo un susurro, pero el mundo de Kakashi se había convertido en una especie de negativo, donde el rojo, el negro y el blanco lo envolvían todo, su cuerpo atrapado en una cruz y frente a él estaba el Uchiha— Dentro del Tsukuyomi el tiempo, el espacio, la densidad, no hay aspecto que no controle —Aseguró, solo un instante y en sus manos había aparecido una katana.
— Sí crees que descubrirás dónde está Naruto solo por torturarme me crees mucho más débil de lo que realmente soy —Aseguró en un intento de seguridad, parecer más fuerte de lo que realmente se sentía.
— No será necesario, he dominado el Tsukuyomi lo suficiente para obtener información de mis víctimas incluso sí estas no hablan —La ligera y maliciosa sonrisa que apareció le dijo todo a Kakashi, incluso sin quererlo le había dicho al enemigo a dónde se dirigía su alumno, y más, mucho más, pero antes de que pudiera pensar en todo lo que había revelado sin querer al enemigo una espada se clavó en su riñón, el dolor invadió todo el cuerpo del Hatake provocando que este aullara de dolor.
Solo había pasado un segundo en el mundo real, pero fueron tres días de absoluto dolor para Kakashi, lo que, a su vez, debido a la dilatación temporal que experimentaban tanto la víctima como el victimario había experimentado cada segundo de esos tres días imaginarios como una propia eternidad, lo que solo podía ser descrito como un eterno tormento que superaba con creces lo que cualquier humano podría soportar por mucho, un alarido del dolor más puro y absoluto llenó el aire mientras Kakashi caía de rodillas. Durante ese segundo Kisame había saltado para desgarrar a Kurenai, algo que honestamente no era un trabajo complicado ya que ella tenía los ojos cerrados y aunque como shinobis no era imposible pelear con los ojos cerrados eso requería un cierto entrenamiento físico que ella no había hecho e incluso sí se hacía reducía enormemente las habilidades de cualquier shinobi, por suerte para ella Asuma, quien había estado frente al espadachín de la niebla había saltado para ponerse frente a su novia con sus cuchillas cruzadas formando una especie de escudo con forma de X, cerrando los ojos para no caer bajo el genjutsu Uchiha que por suerte logró bloquear a Samehada, enfrascándose en una competencia de fuerza, uno intentando romper la defensa mientras que Asuma intentaba empujar lejos al hombre tiburón sin demasiado éxito.
— Esto no podría empeorar —Gruñó el Sarutobi mientras seguía presionando hacía delante intentando apartar la espada de él, pero la fuerza del otro hombre era suficiente para que los músculos de los brazos le ardieran por el esfuerzo.
Objetivamente, el fumador sabía que la situación podía empeorar, parte de la vida ninja era que todo podía empeorar en un segundo como podría mejorar, pero eso no era ni de aquí ni allá en estos momentos, cuando sentía que los brazos estaban por ceder y que la mejor opción era saltar para atrás en un intento de ganar distancia, algo que no sería fácil considerando las proporciones de la espada de piel de tiburón, ocurrió justo lo contrario que esperaba; La situación mejoró, entrando en escena con una patada que obligó a Kisame a alejarse de su contrincante, llegó Maito Guy.
— ¿Y este payaso quién es? —Cuestionó Kisame con una sonrisa que ocultaba la sorpresa genuina, después de todo el hombre vestido de verde frente a él estaba con los ojos abiertos, algo que cualquiera que estuviera frente a Itachi Uchiha no haría.
— La bestia verde de Konoha, el guapo más guapo, Maito Guy —El especialista en taijutsu se presentó mientras dedicaba una de esas sonrisas que mostraban sus blancos y brillantes dientes— Ya avisé a los cazadores Anbu, abran los ojos, el chiste de enfrentar a un usuario de doujutsu es no mirarlo a los ojos... bueno, contra un usuario del sharingan, pero creo que también funcionaría con los otros doujutsus —Aceptó con un encogimiento de hombros desvergonzado— Kurenai, ¿Podrías llevar a Kakashi con los médicos? Necesita atención inmediata.
Asuma quería aplaudirle a Guy, estaba tan alegre que casi podría besarlo, en primer lugar, por separarlo de Kisame, por salvar a Kurenai de este enfrentamiento, y por salvar a Kakashi, incluso cuando si era honesto sería preferible que los tres se enfrentaran al dueto criminal, entonces tendrían una oportunidad real, pero esto era mejor que nada, pero en lugar de una especie de grito de guerra o algo así solo escuchó un pesado suspiro.
— Vámonos, Kisame —Ordenó Itachi mientras inclinaba ligeramente su cabeza— Hemos atraído demasiada atención, sí no nos vamos ahora mismo tendremos suerte sí salimos vivos de aquí, ni nosotros podemos salir impunes de tener a toda una aldea cazándonos activamente —Aclaró cuando vio a su compañero que parecía querer refutar— Nuestro objetivo es uno, y solo uno, preferiría no gastar energía innecesariamente —Aclaró antes de desaparecer en un shunshin, y solo unos segundos después el renegado de Kiri hizo lo propio.
Estaban los dos en camino a las puertas de la aldea, todo su chakra y presencia anulados completamente, incluso cuando ambos vestían capas negras con nubes rojas, y que uno de ellos cargaba a Samehada, una espada comparable a la Kubikiribocho en tamaño, apenas eran percibidos por cualquier a su alrededor.
— ¿Debo suponer que encontraste al jinchuriki cuando usaste el Tsukuyomi? —El originario de Kirigakure cuestionó incluso cuando ya conocía la respuesta, este solo asintió levemente— ¿Algo que deba saber antes de que lo encontremos?
— Tendremos que distraer a Jiraiya de los sannin, quien viaja con él, enfrentarnos a él acabará con ambos muertos —Ofreció con tono frío, ni un atisbo de la energía que lo rodeaba cuando bromeaba— Y tendremos que ser cuidadosos, Zabuza ahora es parte de la aldea y supongo que ese viejo camarada tuyo te conoce lo suficiente para ser una molestia, en realidad, el jinchuriki fue entrenado por él...
— Oh ¿En serio? —Kisame no podía evitar sonreír salvajemente ante la idea, su mano moviéndose sobre la empuñadura de su espada legendaria, emocionado— Así que quizás y vea al próximo usuario de la Kubikiribocho —Con el mero detalle de que fue entrenado por su viejo compañero de equipo sabía que el chico tendría entrenamiento como espadachín, incluso era posible que supiera cuál era su espada.
— No lo creo, pero ciertamente no será una batalla tan fácil como imaginamos —Aceptó Itachi con una apenas perceptible sonrisa— Tú sabes mejor que nadie que mi capacidad para descubrir cosas con el Tsukuyomi no es absoluta, por mucho que me guste hacerle creer a la gente lo contrario —Se excusó antes de cruzar el umbral de la aldea.
Kisame hizo una mueca ante las palabras, podría ser que supiera mejor que cualquier otro miembro de Akatsuki, que el supiera, sobre los límites de su compañero al usar el Tsukuyomi, pero ni siquiera él conocía realmente los alcances, o la forma, en que ese siniestro genjutsu trabajaba, pero del mismo modo asintió.
Jiraiya miraba a su alumno a su lado mientras se sentaba en el parque, esperando a que Haku les trajera unas paletas de hielo. Ya habían conseguido la información de que Tsunade había sido vista hacía algunas semanas allí, por lo que no estaba tan lejos como para no encontrarla, sí el sannin sapo debía apostar era una forma de escapar de sus deudas, o de algunas, Jiraiya sabía que la mujer y su aprendiz tenían varios trucos para evitar pagar las deudas de apuestas de la princesa babosa, algunos que él prefería y que habían inspirado un libro suyo, pero creía que debía tener una charla con el rubio.
— No creo que ya hayas dejado de ser virgen, y dudo mucho que hayas leído alguno de mis libros —Comenzó el hombre de pelo blanco logrando que el rubio se ahogara con su propia saliva, dándole unas palmadas en la espalda como único alivio siguió— Pero debo darte un concejo antes de que decidas hacer el frutifantastico con alguna de ellas —Naruto se le quedó viendo desconcertado por la palabra utilizada, pero la situación era lo suficientemente incómoda para él como para mantenerse callado— Seguro que tendrás algunas prometidas que se parezcan, pero no puedes hacerlo con ellas igual —Soltó una risilla al ver la ceja enarcada de su ahijado— Por tomar un ejemplo, sé que te comprometiste con Hana Inuzuka, ella podría preferir lo brusco, que la trates rudo, pero Hinata no parece del tipo de chica que disfrutaría eso ¿Cierto? A ella tendrías que tratarla dulce, suave, ser cariñoso con ella ¿Me entiendes? —Cuestionó con una sonrisa que solo logró que Naruto se sonrojara.
— Supongo que tienes razón —Murmuró por lo bajo estando de acuerdo, podía ser que solo lo hubiera hecho dos veces hasta ahora, pero creía entender, no podía decir sí había sido brusco o algo así con Karui y Samui, pero claramente había sido diferente cuando lo hizo con Hinata, la trato con suavidad, casi diría qué con cariño.
— Claro que la tengo —Aseguró el sapo pervertido antes de que su sonrisa se ensanchara más, lo que solo hizo que Naruto supiera que lo que seguía sería incluso más incómodo— Pero incluso cuando encuentres a dos mujeres que se parezcan así y el sexo con ellas sea parecido, no significa que disfruten las mismas cosas, algunas podrían preferir las cosas vainilla, o usar juguetes, quizás algunas prefieran azotes o ataduras, lo mejor será que tengas conversaciones largas y tendidas sobre esto cuando llegue el momento, ninguna relación sobrevive a la mala comunicación —Anunció con una sonrisa volviéndose más suave con cada segundo.
— ¿Hablas por experiencia propia? —Cuestionó mientras le dedicaba una mirada burlona al hombre, mismo que soltó un gruñido antes de darle un golpe en la nuca a su aprendiz, girándose para ver a Haku mientras se sobaba el golpe.
— Como sea, voy a confirmar la información de Tsunade, y no pienso llevarte allí, aún eres muy joven, tu y Haku vayan y descansen, aún tengo que pensar en que entrenamiento hacer estas semanas —Conocía lo suficiente a su vieja compañera de equipo como para saber que, igual que Orochimaru y él era de las que no se quedaban en un lugar demasiado tiempo, menos sin algo que hacer.
— Quiero aprender a hacer un Shunshin, me cansé de que me dejen con la palabra en la boca como un idiota —Admitió en voz alta el rubio antes de girarse a ver a su maestro, solo para descubrir que este había desaparecido en un shunshin— Ese maldito viejo pervertido, juro que lo hace a propósito —Gruñó justo a tiempo para que Haku llegara con los helados.
— ¿Lo esperamos en la habitación? —Cuestionó ella, y aunque hablaba con una casi absoluta tranquilidad y neutralidad, propia de Haku, hubo un toque de lo que parecía ser pena.
— Es lo que dijo, pero... —Quizás era solo que tenía en mente las recientes palabras de Jiraiya— No puedo evitar sentir que algo te preocupa, ¿Qué ocurre? —Decidió que no valía la pena arriesgarse a perder la amistad que tenía con Haku solo por no escuchar a su amiga/ prometida.
— Me puse a pensar, al final has tenido citas con todas tus prometidas menos conmigo —Haku, quien, sí bien sabía y contenía muy bien sus emociones, tampoco veía valor en irse con rodeos.
— Más o menos, tampoco he tenido una cita con Hana, aunque considerando que apenas nos comprometimos supongo que tienes razón —Era curioso, sí bien Naruto podía decir que estaba más apegado a Haku que a cualquier otra de sus prometidas, no solo porque le había dado su apoyo cuando el rinnegan apareció, sino que convivía con ella constantemente en los entrenamientos.
— Sé que es un poco ridículo, estamos juntos constantemente en los entrenamientos, estoy contigo más que cualquier otra de tus prometidas, pero no... no se siente como una cita —Intentó explicarse, un leve rubor adornando su rostro espolvoreando de rosa por la vergüenza— Perdona, estoy siendo ridícula...
— No, no eres ridícula —Naruto la interrumpió con una sonrisa pequeña, quizás un poco triste— Es cierto que sí bien pasamos mucho tiempo juntos no se siente como sí tuviéramos citas —Mientras más lo pensaba más razón tenía ella. Podía ver a Haku como una maestra, como una shinobi, como una igual, pero verla como mujer era difícil, no es que no reconociera que era mujer, pero desearla, verse haciendo lo mismo que había hecho con Hinata y con Kamui— ¿Qué te gustaría hacer para nuestra primera cita?
— No lo sé... sí soy honesta no tengo pasatiempos... —La última usuaria conocida del elemento hielo admitió, no podía recordar que alguna vez tuviera un pasatiempo o que hubiera un algo que le gustara hacer por sobre otras— Lo... lo más cercano que se me ocurre es entrenar... —Admitió con cierta pena y vergüenza, mientras más lo pensaba más acostumbrada estaba a entrenar, era lo único que podía decir que hacía tanto por gusto como por deber.
— ¿Vamos a comer algo y ahí pensamos en algo que hacer? —Sugirió con una ceja enarcada.
— Claro —Aceptó mientras extendía una mano para que el rubio pudiera sujetarla y levantarse— ¿Qué haces normalmente con ellas? —Quizás otros encontrarían hiriente que su prometido les hablara de lo que hacían con otras chicas, pero Haku, quien para más detalles no sabía tener una relación normal con alguien era solo una idea más del montón.
— Con Karui era principalmente ir a comer, competir por tonterías, quizás ir a las aguas termales —Bien, solo lo había hecho una vez, pero le parecía algo bastante bueno para una cita, era relajante y considerando que todos eran shinobis que entrenaban hasta el cansancio era algo satisfactorio— Pero ella es de Kumo, quizás para ellos entrenar cuente como una cita —Ofreció, ahora lamentando más no haber buscado más información sobre Kumo, o sobre cómo eran las citas y las relaciones allí— Y con Hinata, vamos a casas del té, compramos helado, en ocasiones solo paseábamos por allí —Era cierto que su relación con Hinata era suave y relajada, ambas relaciones contrastaban enormemente.
— Lo único de eso que me gustaría es ir juntos a las aguas termales después de un día de entrenamiento, quizás pasear por allí —Haku no podía decir que algo de eso le sonase atractivo.
— A veces me pregunto, como shinobis, ¿Podemos tener algo normal como lo tendrían el resto de las personas? —Suponía que era posible, que sus padres no solo habían vivido entrenando, se habrían coqueteado, saldrían a comer, como cualquier persona normal haría para intentar hacer más fuerte y firme su relación, pero incluso cuando intentaba pensar en algo más que haría junto a Haku como pareja, tarde o temprano su mente llegaba a entrenar.
— ¿Tú también piensas que nuestra cita sería entrenar? —Haku admitió con un tono de vergüenza, la verdad es que podía leer la línea de pensamientos que tenía su amigo y prometido, entrenaban juntos tan constantemente que no le sorprendería que eso fuera lo único que tenían en mente.
Ninguno necesito de más palabras para saber lo que pensaba el otro sobre la posibilidad de una cita entre los dos, no era lo más romántico, pero al menos era algo que ambos disfrutarían, sus manos se unieron mientras llegaban a un pequeño restaurante cerca de su hotel. La comida, katsudon, una chuleta de cerdo frita, no hablaron durante la comida, en parte porque cada uno pensaba qué actividades podrían hacer juntos, y en parte porque no era necesario hacer ruido, el silencio se mantuvo hasta el final de la comida, en realidad se mantuvieron en ese cómodo silencio hasta que regresaron a su hotel.
— Creo que el próximo elemento que intentaré dominar es el elemento tierra —Murmuró el rubio una vez entraron en su habitación, miraba su katana, Rokudo. Sus ojos anillados detrás de un par de lentes oscuros posados en el arma.
— Ciertamente sí logras dominarlo solo quedaran el fuego y el rayo, y para ese elemento hay montones de maestros en Konoha, por lo que es una buena idea, incluso cuando solo lo haces porque te gustó la forma que toma Rokudo —Aceptó Haku con una sonrisa suave— ¿Por qué sigues usando lentes? Creí que después de que se revelara en el examen los dejarías de usar —Cuestionó ella sin poder evitar mirar esos lentes oscuros.
— Tengo de estos por montones, sería desperdiciar el dinero no volver a usarlos solo porque el secreto ya no existe, además me veo bien ¿No? —Aceptó con un encogimiento de hombros, sí, ya no tenía razón para ocultarlos, pero había comprado decenas de cosas para cubrir sus ojos— Y sobre Rokudo, eso es mentira, sí fuera solo por la forma estaría entrenando chakra del rayo —Río mientras ajustaba su espada en su cadera.
— Una Naginata por sobre una lanza, sí, supongo que es una buena elección —Se río Haku antes de que se escucharan golpes en la puerta— ¿Jiraiya-san no tiene llaves? —Cuestionó mientras se levantaba de su asiento.
— No me sorprendería —Gruñó Naruto mientras hacía lo propio y abría la puerta, solo para encontrarse con Kisame frente a él— Joder —Gruñó cuando reconoció a la persona frente a él por Samehada (No entrenabas con uno de los siete espadachines sin aprender algo sobre los otros), el hombre de cabellos azules se hizo ligeramente a un lado para que alguien más se asomara— Joder —Y allí, al lado del hombre tiburón, estaba Itachi Uchiha.
— Palabras apropiadas —Kisame se mofó, su mirada nunca lo dejó, en realidad la mirada de ninguno de los dos— Llevamos horas buscándote, hemos llamado mucha más atención de la que nos gustaría, así que dime ¿Nos acompañarías a dar un paseo? —Cuestionó mientras su mano apretaba firmemente la empuñadura de la espada de tiburón que tenía.
— ¡Haku! —Llamó al mismo tiempo que corría fuera de la habitación, aprovechando el corto espacio que el Hoshigaki había dejado para el pasillo, su espada fue desenfundada. La chica antes mencionada salió rápidamente detrás de él, pero en lugar de seguir el camino que había seguido el rubio pasó entre ambos renegados para posarse a la espalda de ambos.
— El jinchuriki del kyubi, y la mocosa de Zabuza, que interesante —Kisame no pudo evitar que una sonrisa salvaje apareciera en su rostro ante la idea del reto al que se estaba por enfrentar— Parece que prefieren quedarse a pelear que huir, me gusta su estilo —Un movimiento y la espada quedó libre de sus vendas y recargada en el suelo.
— Aún no domino el elemento, pero contra ustedes es mi mejor opción —Admitió mientras su espada, así como la funda de Rokudo, brillaban en color anaranjado— Me alegro porque quería probar esto desde hacía tiempo —El arma se extendió hasta tener la misma altura que la de Naruto y superarla, al mismo tiempo que la funda cambiaba de forma para envolver los pies del Uzumaki, cuando el brillo anaranjado había desaparecido las dos formas fueron visibles; Las sandalias del Uzumaki se habían convertido en un par de botas negras con talón de acero, en donde deberían estar los cordones había una placa de metal, el arma era una Naginata con un asta negra con líneas doradas que subían formando una especie de remolino, la cuchilla era de color plateado, y plasmado en el metal justo después de donde la cuchilla se unía con el asta estaba el kanji de "Tierra"
— Ya me imaginaba que tendrías entrenamiento en kenjutsu, pero no me imaginaba que tuvieras entrenamiento en Naginatajutsu —Aceptó Kisame mientras su sonrisa se ensanchaba más y más mientras daba un paso hacía el rubio— Ahora yo también estoy emocionado.
— Me imaginaba que vendrías tras de mí, pero tras horas de haber dejado Konoha y no sentir ni tu rastro pensé que estarías hecho bolita escondido en algún lugar —Itachi habló antes de girar su mirada hacía alguien que estaba detrás de él. Allí estaba Sasuke, por primera vez en más de un mes Naruto lo veía arreglado y hasta parecía centrado.
— ¿Es quién creo que es, Itachi? —La burla evidente en la voz del hombre del país del agua era la única señal de que en realidad el último Uchiha en la aldea no necesitaba presentación.
— Correcto, es mi hermano menor —Itachi se giró para encarar al menor entre los dos, sus ojos no mostraban emoción alguna— Sigues siendo el mismo niño, tan pequeño y débil como la última vez que nos vimos, terminemos con lo que estás buscando para que pueda volver al tema que me acontece —Como un hermano mayor que le ordena al menor que le muestre su nuevo truco solo para que lo dejen en paz exigió.
— Sasuke, Haku, ataquemos juntos —Proclamó Naruto mientras sostenía su naginata, objetivamente hablando sabía que no tenía suerte, esta arma era para batallas en las que tuviera espacio para actuar, y estaban en un pasillo que, aunque fuera amplio, no era lo que necesitaba para pelear.
— ¡No te metas! ¡Itachi es mío! —El sonido del millar de aves apareció, la luz de un brillante azul eléctrico lleno el pasillo, incrustando su mano en la pared, destrozándola allí por donde su mano recorría, corriendo a toda velocidad para intentar llegar a su hermano.
— Con que eso quieres, bien —Itachi suspiró cansado antes de desviar su mirada hacía Kisame— Aplaza tu combate contra el jinchuriki ¿Quieres? Sospecho que sí empiezan a pelear el edificio no saldrá impune —Pidió a su compañero, sus ojos ni siquiera habían vuelto a posarse en su hermano incluso cuando estaba a punto de golpearlo.
— ¡Estás muerto! —Rugió Sasuke, pero justo cuando su ataque estaba por conectar la mano de Itachi agarró su muñeca y lo estrelló contra la pared, en ningún momento los ojos del hermano mayor se posaron en el hermano menor.
— El chidori, un jutsu muy bueno para estar en manos de alguien tan débil —Las condescendientes palabras del Uchiha mayor sonaron aburridas para alguien al que habían intentado asesinar, un movimiento rápido y la muñeca de Sasuke se quebró— Que frágil —Susurró antes de levantar la pierna para darle una poderosa patada que lo hizo estrellarse contra la pared al otro lado del pasillo.
— Al carajo que sea tu batalla, no voy a quedarme quieto mientras te dan una golpiza —Gruñó Naruto mientras sostenía su arma con las dos manos antes de balancearla para golpear el suelo, una mirada a Haku bastó para saber que ella estaba dispuesta y preparada para atrapar al Uchiha, pero en lugar de que la cuchilla golpeara el suelo fue bloqueada por Samehada.
— Creo que no escuchaste, esto es entre hermanos —Se mofó mientras usaba una sola mano para mantener la espada en posición— Sí adivino correctamente por cómo se siente el chakra que Samehada atrapa... sí esa cosa golpeaba el suelo no sería solo el piso el que se dañaría, destruirías todo el edificio, un poco extremo ¿No lo crees? —Adivinó con una ceja elevada con diversión.
— ¿Cuánta fuerza tiene? —Cuestionó para sí mismo, conocía su propia fuerza, y más la que podía ejercer usando sus dos manos con su naginata, no había genin de su generación que pudiera sostener esa fuerza tan fácilmente, además, por la habilidad de Samehada de devorar chakra anulaba todo el poder del camino de la tierra, y ya que la cuchilla se había atorado entre las espinas de piel de tiburón no podía levantarla para poder golpear de nuevo.
— Eres bastante fuerte, te lo reconozco —Aseguró Kisame, aunque por la aparente falta de esfuerzo para mantener la posición se sentía más como una mofa— Soy de los que disfruta una buena pelea, y me encantaría probar al aprendiz de Zabuza antes de desgarrarle los miembros, pero antes tenemos que dejar que ellos resuelvan sus asuntos familiares —Aceptó con una sonrisa.
Lo peor de todo es que este movimiento ni siquiera había llamado la atención de Itachi, mismo que no había dejado de golpear a su hermano una y otra, y otra vez, este corto intercambio sucedió en un par de minutos y era evidente que Sasuke no iba a ganar esto.
— No tienes la fuerza ni el odio para hacerme frente —Sostuvo al más joven contra la pared, los delgados y pálidos labios de Itachi estaban a la altura de los ojos de su hermano menor— Y, honestamente, nunca lo tendrás —Añadió mientras le dedicaba a Sasuke una mirada sin sentimientos, pese a que cada palabra sonaba a que debería estar acompañada de un tono burlón— Ahora, no me hagas perder más el tiempo, vine buscando a Naruto, y ya voy corto de tiempo, deja de molestar —Ordenó antes de estampar a Sasuke contra la pared una vez más, algo de sangre salía de su boca.
— Maldito —Gruñó Sasuke antes de que su hermano mayor soltara un pesado suspiro lleno de cansancio.
— Igual que cuando eras niño, no has madurado en lo más mínimo —Sonando bastante fastidiado miró al otro a los ojos, el sharingan rojo de tres aspas contra el de dos aspas antes de que el primero cambiara de forma— Tsukuyomi —Y con eso el último Uchiha de la aldea comenzó a gritar.
— Es un monstruo... —Susurró Haku pasando su mirada de uno a otro de los renegados, sin saber a quién debía de ayudar, sí ayudaba a Naruto podría atacar, pero estaría demasiado lejos para ayudar a Sasuke, quien lo necesitaría. Pero, por otro lado, sí intentaba rescatar a Sasuke, la verdad es que no tenía muchas esperanzas de salir ilesa, solo habría tenido una oportunidad con la distracción que Naruto podría provocar.
— No tiene ni un poco de piedad, sabía que era un despiadado, pero siempre es una sorpresa cuando lo ves de primera mano —Una risotada escapó de la boca de Kisame, y era un tanto sorprendente la tranquilidad con la que trataba esto.
— Estamos jodidos —Gruñó Naruto mientras el sudor comenzaba a correr por su frente por el esfuerzo que estaba usando para intentar conectar el golpe.
En caso de que se lo pregunten, técnicamente en este capítulo ya empezó el arco de Tsunade, un arco que será largo por todo lo que voy a intentar tratar en este arco, esto sirvió como un arco de transición entre los exámenes y el arco de Tsunade, voy a aclarar desde ya, pasaron horas entre el encuentro con Kakashi e Itachi y el que ocurre entre Itachi y Naruto, de ahí que Sasuke haya tenido tiempo de llegar. Ahora, la escena de Sasuke sirve para demostrar el daño que tiene la mente de Sasuke, y como he mencionado en los propios capítulos, el entrenamiento de Sasuke podría dar grandes resultados en un corto plazo, pero tendría repercusiones nefastas para su mente, lo único es que nadie se da cuenta, o sabe, que tan mal está él.
En caso de que se pregunten cuál es el arma del camino de tierra, es el arma de Barbablanca de One Piece, vi la oportunidad y no pude perderla, especialmente porque la otra opción que tenía para esa arma era un mangual. Por fin tengo ideas para las armas de cada camino, aún estoy indeciso de sí las voy a aplicar, creo que sí, pero igual no estoy del todo seguro. Pondré una pequeña lista de cuales son, no el cómo se usarían ni por qué, pero me servirá también para no olvidarlas.
Deva - Anillos
Asura - Tonfas
Ningendo – Cadenas
Animal - Arco
Preta - Guantes
Naraka - Guadaña
Exterior - Khakkhara
