pequeña gema del infinito

POV. WANDA

El despertador comenzó a sonar sin cesar, espabilando de golpe a la joven bruja . La sokoviana no tuvo mucho margen para reaccionar y se incorporó lo más rápido que le permitió su adormecido cuerpo sobre el colchón. Desde la muerte de Pietro, Wanda no era la misma, sentía un vacío constante instaurado en su interior. No podía comer bien, no conciliaba el sueño y no era para menos… Su mejor amigo, su alma gemela, su hermano, se había ido para siempre y era algo que nadie le estaba enseñando a gestionar. Suerte que después de aquel episodio traumático que esperaba algún día poder superar, los vengadores se solidarizaron con ella y la dejaron convivir junto a ellos en el famoso rascacielos de Nueva York. Según el agente Rogers, con el tiempo y el control suficiente de las emociones de Wanda, la joven bruja podría llegar a convertirse en una de ellos, ser una vengadora más, situación a decir verdad, que le enorgullecía. Con su habitual parsimonia de siempre, se levantó de la cama y se cambió a una ropa similar que ya portaba antes; un pantalón de chandal negro, una sudadera granate, y unas zapatillas de deporte. Total, en el día de hoy no es que fuera a hacer mucho, ¿no?. La joven, se dirigió al pequeño mueblecito que tenía junto a su preciada guitarra y agarró la goma del pelo para recogerselo en una cómoda coleta.

-Oh no, no, no, no…- Comenzó a maldecir en voz baja. Mierda. Su cabeza, comenzó a funcionar a 1000 por hora. ¿Cómo narices se le había olvidado?Los miércoles Natasha y Steve la esperaban en la sala de entrenamiento, para seguir con sus clases particulares. Con algo de rubor en sus mejillas debido a su despiste, salió del cuarto dispuesta a ir directamente a la sala, sin siquiera pasar a la cocina para desayunar, cuando una voz le detuvo de todas sus acciones.

-Agente Maximoff- Le llamó Natasha con su particular voz grave. Wanda se volteó lo más lento que pudo, algo abochornada. Steve la observaba con una pizca de diversión a lo contrario que su compañera, que parecía un robot sacado recientemente de la fábrica. Para que luego dijeran algo negativo de Tony pensó la pelirroja.

-Nat, perdón me he quedado dormida, y…- No fue capaz de terminar la frase. Más bien no le dejaron terminar.

-Agente Romanoff para ti… Agente Maximoff, tenemos unos horarios que cumplir, no me haga perder el tiempo.- Volvió a arremeter contra ella. La sokoviana, no pudo evitar bajar la mirada con algo de temor. Una Natasha enfadada daba mucho miedo.

-Nat, vale ya- Le pidió Steve algo serio a la susodicha. La viuda, resopló con contrariedad en respuesta a su amigo y se adelantó dirigiéndose a la sala de entrenamiento, sin siquiera echar la vista atrás.

-Lo siento Steve, no era mi intención llegar tarde- Explicó algo afligida con su característico acento.

-No te preocupes, Wanda.- Le calmó con una sonrisa, que fué devuelta.- Ya sabes cómo es Natasha, no se lo tengas en cuenta… De todas maneras, hoy no tenemos mucho tiempo para practicar, tenemos una misión importante-

-¿Qué sucede?- Preguntó preocupada al ver el rostro de su compañero.

-Todavía nada, pero tenemos que ir a por algo… me detallarán la información más adelante, solo sé que se trata de algo delicado, un arma o algo similar, algo poderoso que podría desestabilizar el ecosistema que tenemos engranado a la perfección…-Wanda, la vida tal y cómo la conocemos ahora, se podría echar a perder… tenemos que estar preparados…- Le relató el capitán con cierta preocupación.

—-

POV. Lilian.

Una tenue luz, comenzó a filtrarse por las rendijas de la persiana de la habitación, dándole de lleno en la cara a la única niña que yacía dentro de ella.

-¡Que viene, que viene!- Gritó Thomás sobresaltado mientras entraba corriendo a la habitación. La pequeña más alerta debido a los gritos procedentes de su amigo, se incorporó rápidamente de la cama y se acercó al chico rodeándole con sus cortos brazos.

-¿Estás preparado?- Preguntó de manera atropellada.

-Lily.. ¿y si esta vez te caes, y nos descubren?- Lily no tuvo opción a contestar a la cuestión de su amigo. De un gran impulso, saltó junto con el niño al techo de la habitación y se pegó lo máximo que pudo a la superficie alta.

Una mujer con aspecto envejecido y un manojo de llaves entró en la sala como si le estuviera empujando un huracán al interior.

-Malditos mocosos,¡ aquí no están señor!, vamos a mirar en la cocina, igual se fueron a comer algo- Gritó Abby de manera impertinente. Cómo si de otro vendaval se tratara, la ama de llaves desapareció de la misma manera, dejando de nuevo a los chicos solos. Lilian, con el flequillo pegado a la frente debido al sudor, bajó a su amigo lentamente de nuevo, a la superficie.

-¿te encuentras bien?- Le preguntó Thomas preocupado.

-Sólo un poco cansada… nada más, no te preocupes.- Contestó en un susurro la pequeña rubia, mientras le intentaba apaciguar. El niño, que no era tonto, observaba con interés a la muchacha, esperando alguna reacción exagerada de parte de la chica. Lilian derrotada, se sentó en el enmarmolado suelo, recobrando poco a poco el aliento que le faltaba.

-Lily..- Susurró compungido.

-Lo sé Thomas, lo sé… Pero no podemos hacer nada, si nos escapamos de aquí, la policía nos va a volver a encontrar, y nos mandarán de vuelta aquí al orfanato… esto es una ratonera, una vez que entras, ya no puedes salir.-

-Ya… pero tu no eres como el resto de niños Lilian, y lo sabes… Tenemos que volver a intentarlo, no quiero volver a comer sopa agria, o estar fabricando muñecas para luego timar, y robar a la gente...- Suplicó apenado.

-Algo haremos Thom, algo haremos..- Le contestó con una sonrisa mientras le tendía la mano para reconfortarlo. Alguna solución se les ocurriría. Mejor en la calle que en ese sitio.

—-

POV. NATASHA.

Natasha sigue su camino hacia la sala de entrenamiento. Lo sentía en el alma, pero aquella mujer la sacaba de sus casillas. Desde bien pequeña, a la viuda le habían enseñado a controlar sus emociones, hasta tal punto de que la gente no era capaz de leerla… Nunca sabías cuándo hablaba en serio o estaba de broma, a lo largo de los años, esta técnica le había servido a su favor y había podido conseguir sacarle el máximo partido debido a las situaciones a las que se enfrentaba, pero fué llegar la joven bruja al complejo y volver a ese sentimiento de vulnerabilidad y alerta constante. La odiaba, odiaba sentirse así de débil de cara a un desconocido.

La espía entró a la salita de entrenamiento envuelta en un enjambre de pensamientos, seguida de unas pisadas apocadas.

-Quitate, la sudadera, vamos a empezar el entrenamiento.- Ordenó la viuda a la bruja, sin siquiera dignarse a darse la vuelta para mirarla.

-Natash..-

-Agente Romanoff,-corrigió rápidamente la Sokoviana dándose cuenta de su error.-El agente Rogers, me ha comunicado que tenemos que estar en el ala principal ,por qué...- La rusa no le dió tiempo a terminar la frase volviendola a interrumpir.

-Si hubieras estado a la hora que habíamos acordado, no estaríamos teniendo esta conversación…, así que ponte en guardía, cuanto antes empecemos, antes acabaremos agente- Volvió a informarle de manera impasible. Natasha observó cómo la pelirroja cuadraba los hombros y su mirada se volvía sombría.

-¿Hasta cuando vas a estar así?- Le espetó la joven bruja con rabia.

-Agente...- Advirtió la rusa con sequedad.

-¡Y un cuerno Natasha!, ¿qué narices te pasa?, ¿joder es por lo de la otra vez?, ¡ya te dije que lo siento, no era mi intención meterme en tu cabeza, ya sabes que no siempre puedo controlarlo!-

-¡SE ACABÓ!,- Gritó la rusa perdiendo de nuevo los estribos. La espía avergonzada por la confesión de la Sokoviana, lanzó una patada al ras del suelo e hizo caer de manera abrupta a Wanda contra el pavimento. Los ojos de la bruja se pusieron automáticamente rojos y una bruma escarlata comenzó a brotar de las palmas de sus manos.

-Dijimos que nada de magia Maximoff, solo combate físico- Le advirtió esta vez una Natasha más preocupada que malhumorada. Wanda de manera instintiva, bajó las manos y sus ojos volvieron a su color verde habitual.

- Estabais aquí, ya decía yo que por los gritos que estabais pegando, no podíais andar muy lejos…- Anunció Tony dejándose ver apoyado en el marco de la puerta.

-Por mucho que me gustaría ver a dos chicas pelear y sudar con sus camisetas ajustadas, hoy no es el día, Steve nos está esperando, tenemos una nueva misión, así que dejad lo que estuvierais haciendo y marchemonos- Les ordenó el millonario a ambas mujeres. La joven bruja se puso de pie de malas formas y salió de la habitación sin decir absolutamente nada.

-¿Todo bien Nat?- preguntó Tony curioso ante la situación atípica que acababa de presenciar. La viuda, se quedó ensimismada observando la puerta por dónde había desaparecido la chica, sin saber qué contestarle a su amigo.

-Todo correcto, vámonos.- Le sugirió a su compañero, esta vez con su tono frío habitual de siempre.

—-

POV LILIAN.

La pequeña agarró la mano de su amigo decidida y salieron de puntillas de la habitación para no ser descubiertos.

-¿Algún plan Lily?- Le preguntó el muchacho en un susurro.

-Ninguno, vamos a salir de aquí primero y luego ya improvisaremos..- Le contestó con el mismo tono de voz que Thomas había usado segundos antes. De repente, sin previo aviso un estruendo derribó la puerta principal provocando que el resto de niños que se encontraban en el interior de la fundación comenzaran a gritar de pánico. De manera instintiva, el niño agarró de la mano a la niña y tiró de nuevo hacia atrás, obligándoles de nuevo a volver a la habitación.

-Debajo de la cama, vamos- Ordeno la rubia al muchacho. Ambos niños corrieron a meterse debajo y esperaron en silencio a escuchar algún sonido.

-Lilian, tengo miedo.- Le susurró su amigo en un puchero.

-Shh, calla o nos van a pillar..- Le pidió en voz baja mientras le agarraba la mano para tranquilizarlo. De nuevo, un golpe sordo, anunció la entrada de un nuevo invitado a la habitación. Lilian se pegó al costado de su amigo para protegerlo mientras vigilaba los pasos que poco a poco, se iban acercando a la cama dónde yacían ambos niños escondidos. La pequeña observó sin poder evitarlo, cómo con sutileza, la colcha de la cama se levantó, hasta tal punto que dejó en descubierto la cara de los dos infantes. La niña pudo observar al individuo que requería toda su atención, de cabeza plateada y ojos violetas le sonreían de manera extraña desde el otro lado de la tela, dándole un aspecto bastante fantasmagórico.

-A ti te estaba buscando..- Le escupió con una voz metálica.

-¿Y el resto, dónde están?- Preguntó con miedo, a sabiendas de la respuesta.

-Eso no importa ahora, te vienes con nosotros.- Volvió a repetirle la voz de manera inquisitiva. Thomas fue a agarrarle la mano a su amiga muerto de miedo debido al sujeto que tenían de frente, pero el individuo de cabeza plateada actuó antes, agarrando al niño de la mano y sacándole de la cama de un solo estirón, tirándole inmediatamente al suelo.

La pequeña actuó lo más rápido que su cabeza se lo permitió y salió de la cama de manera veloz. Thomas yacía tumbado, sin apenas moverse. Los ojos de Lilian reflejaron un terror absoluto, ¿estaría muerto?, no podía estarlo, no, no podía estar sucediendo esto. Cabeza plateada volvió a alargar su brazo esta vez para llevarse a la niña, pero no consiguió lo esperado. Lilian temblando de cólera, levantó su pequeña mano infantil y alargó los dedos dejando un pequeño espacio visible en la palma de la mano. De la parte inferior comezó a brotar una nebulosa de color verde electrico invadiendo por completo sus dedos. Con rapidez, la pequeña echó la mano hacia atrás y volviendola a lanzar hacia delante, la nebulosa se disipó de su mano, impactando de lleno en el pecho de aquel ser. Apurando el tiempo que la niña disponía, se acercó rápidamente a su amigo incorporando levemente su cabeza.

-Thomas, Thom, Tommy-¡por favor, despierta!…- ¡Me prometiste que nos iríamos de aquí los dos!, ¡venga levanta!.- Volvió a inquirir esta vez más impaciente, al ver que su amigo seguía con los ojos cerrados. Un repetido estruendo volvió a retumbar en las paredes del cuarto, provocando que la niña volviera a desenterrar su don. Con la mano libre, agarró a su amigo de la cintura levantándolo del suelo, y con la otra en alto, apuntó a la puerta, preparada para defenderse de quien fuera. Esta vez, la puerta se abrió mostrando a una mujer, mono negro ajustado y pistolas en ambas manos, recorría la habitación con la mirada, un simple barrido bastó, para cerciorarse de que no había nadie más. El cabeza plateada había desaparecido.

-Tenemos dos niños más aquí arriba Capitán- Informó la desconocida mientras se llevaba los dedos de la mano a su oído.

-No lo sé Steve, ahora bajamos- Volvió a repetir esta vez de manera más tensa.

-Vamos chica, tenemos que salir de aquí- Le dijo la desconocida a la pequeña que seguía con la mano en alto incapaz de moverse.

-¡Y una mierda!, no pienso ir a ningún lado, ¡Marchate si no quieres que te mate- Advirtió la pequeña en un intento patético de amenazar a aquella mujer. Lilian, volvió a agarrar a su amigo esta vez con sus dos manos dando un paso hacia atrás alejándose lo máximo posible de la mujer. La cabeza de Lily volvió a ponerse en alerta, ¿Y si la estaban buscando por qué tenía poderes?La pequeña no volvería a usarlos, no al menos delante de esa gente, no sabía que estaba pasando pero su intuición le decía que el motivo de todo este lío, tenía algo que ver con ella.

Esta vez un nuevo estruendo procedente de la ventana de cristal, asustó a ambas mujeres. Lilly se giró asustada y sintió una aguja penetrar su piel. De repente sintió un cansancio absoluto y se le doblaron las piernas. ¿Qué narices le estaba pasando? sin querer, sus manos empezaron a relajarse soltando a su amigo. Cuando cerró los ojos, notó que alguien la cargaba.

-¿De verdad, Tony? ¿un calmante?- Escuchaba a lo lejos

—-

POV. LILIAN.

La pequeña niña comenzó a abrir los ojos lentamente. ¿Dónde narices estaba?, espera, ¿Tenía las manos atadas a la camilla? ¿Que era ella una cobaya? Desorientada, buscó con la mirada a su amigo mientras intentaba incorporarse lo más rápido posible. Con un simple barrido divisó unas cuantas probetas llenas de lo que parecía sangre, y unos cuantos instrumentos de medicina. ¿Sería esa sangre la suya?

-Chst, Chst, tranquila niña, o te vas a hacer daño- Le advirtió un hombre de barba, y voz solemne. Lily se giró de manera brusca para no perder de vista a su secuestrador y al no reconocer el espacio en dónde se encontraba, de manera alterada, extendió su pequeña mano hacia arriba, volviendo a crear la nebulosa esta vez de un color morado apuntando hacia los amarres que la tenían sujeta de las muñecas. Una pequeña explosión soltó las cadenas liberándola al fin.

-Stark- Le advirtió esta vez un hombre rubio. La rubia se había bajado de la camilla, y apuntaba con sus pequeñas manos a los dos hombres que yacían en la habitación con ella. Acto seguido debido al estruendo, la puerta de la habitación se abrió, dando paso a un nuevo invitado.

-Wanda, fuera de aquí, la niña puede desestabilizarse de nuevo- Inquirió el rubio hacia la chica pelirroja que acababa de llegar. Lilian sin hacer caso a las amenazas del adulto, aprovechó para observar a la joven con detenimiento. Parecía tranquila y no parecía perturbarse de su extraño poder. Sin ella esperarlo, la pelirroja realizó un movimiento elegante con los dedos y creó de la nada la misma nebulosa con la que ella estaba familiarizada, pero con la diferencia que esta era de un color escarlata. Ese color la pequeña también lo tenía, pero lo solía utilizar muy poco.

-Ey, niña, puedes estar tranquila, me llamo Wanda, puedes estar tranquila, aquí todos, tenemos nuestras peculiaridades cómo puedes comprobar, pero no te vamos a hacer daño, te lo juro- Le replicó con un acento bastante extraño a la par que tranquilizador. Lilian bajó las defensas durante unos segundos, y encogió levemente los dedos disminuyendo levemente la bruma que amenazaba con emanar del mismo color que el que tenía la pelirroja entre sus manos.

-Wanda- Le llamó con voz temblorosa, sin poder evitarlo. Lilian, muerta de miedo al ver que podían visualizar por su tono de voz que estaba aterrada, carraspeó intentando poner una voz más solemne y segura. La sokoviana, hizo desvanecer su nebulosa y se acercó unos pasos más a la niña pero sin llegar a invadir su espacio.

-Thomas, ¿dónde está mi amigo?, él no tiene poderes, no le hagáis nada, él es bueno- Insistió en esto último con la voz rota, más parecida a un puchero que a una petición.

De nuevo, la puerta se abrió dejando entre ver a otra joven de cabellera rojiza.

Un momento… a ella si que la recordaba…

¿Es ella?

¡No podía ser!

¡Es la que entró al orfanato cuando intentaron raptarla!

Sin volver a mediar palabra, la pequeña estiró repetidamente los dedos hacia delante volviendo a generar su nebulosa de color verde y apuntó hacia la mujer que se encontraba frente la puerta. En un abrir y cerrar de ojos, Lily lanzó su bruma hacia la mujer, sin ningún éxito, ya que no le ocasionó ningún daño porque la otra chica pelirroja de antes, usó su propio poder para poder protegerla.

Otra vez, sintió cómo un mosquito le picaba en el cuello y volvía a sentirse cansada.

-Tony, ¿otra vez?-Volvió a escuchar a lo lejos. Sus ojos volvieron a cerrarse sin poder evitarlo.

—-

POV WANDA.

La pequeña flexionó sus rodillas sin llegar a tocar el suelo. El brazo de Tony la sujetó a tiempo y la enderezó volviéndola a tumbar en la camilla.

-No podéis atarla, es solo una niña.- Dijo la joven bruja con enfado. Wanda sin poder evitarlo, empezó a recordar cómo la habían utilizado desde pequeña junto con su hermano Pietro y la de torturas médicas que había tenido que aguantar.

-Es una niña, pero con un poder que todavía no conocemos.. Wanda no vamos a hacerle ningún daño, lo sabes… pero necesitamos saber un poco más de ella y siendo consciente, está visto que es imposible- Contestó el millonario, sin apartar la vista a los viales que estaba utilizando.

-¿Maximoff, podemos hablar?, te estaba buscando- Le reclamó la rusa con autoridad. La joven bruja entrecerró los ojos intentando averiguar qué es lo que había hecho mal esta vez y observó a dos compañeros que estaban igual de sorprendidos que ella.

-No seáis tontas chicas, hablad aquí si queréis, nosotros no molestamos ¿Verdad Cap?- preguntó Tony de manera burlona al muchacho rubio, que este a su vez tenía cara de querer estrangularlo. Wanda, sin decir palabra y obviando las tonterías que decía su compañero, salió de la sala pasando por delante de la espía. En esos segundos de cercanía, Wanda pudo sentir su olor penetrando por sus fosas nasales, olía a bergamota.

-Tú dirás- Increpó la Sokoviana distante. La joven bruja, observó cómo la espía se mordía el labio algo avergonzada y bajaba levemente la mirada al suelo.

-Sólo quería disculparme… no tendría que haberte presionado tanto, y haberte tratado de estas maneras, perdona-

-No pasa nada agente Romanoff, todo correcto- Volvió a insistir con esa voz distante que sabía que a Natasha tanto le costaba escuchar.

-Wanda, vengo en son de paz..- Se quejó la espía con mirada cansada.

-¡Anda!, ¿Ahora soy Wanda?, ¿A qué debo este honor?- Volvió a inquirir esta vez con un tono duro. A la joven bruja le pareció percibir una leve sonrisa procedente de su compañera, pero enseguida volvió a su pose principal, sin siquiera llegar a poder ver la cara relajada de la espía.

-Da igual, sólo quería decirte eso, ahora me tengo que ir… Banner me reclama, está atendiendo al otro niño que iba con la niña.-Explicó Natasha cambiando rápidamente de tema. Para Wanda, el detalle de la variación de la conversación, no le pasó desapercibido, pero decidió darle una tregua y ponérselo fácil. Al menos por esta vez.

-Cómo está el otro niño…- Preguntó la bruja con verdadera preocupación.

-No sabe si va a poder salir de esta… Esta haciendo todo lo que puede, Maximoff, necesito que le digas a Tony que te de viales del cuatro, en cuanto los tengas traemelos, son para el crio-

-De acuerdo-

-Gracias, Wanda, hasta ahora.- Volvió a repetir su nombre completo mientras se giraba de camino a la otra sala.

¡Por todos los dioses! ¡Natasha se había disculpado! ¿Que acababa de ocurrir?

POV NATASHA.

Una semana después de lo acontecido con los dos niños, la rutina golpeó de nuevo a la vida de Natasha… Los entrenamientos y las misiones reanudaron con normalidad junto con las emociones de la espía, que un poco ya más asentada estas parecían ir acorde con su mente y cuerpo, o eso es lo que la espía pensaba.

-¡Lily!, ¡No te lo vuelvo a repetir, que salgas ya de la maldita habitación, tienes clase con Thor y se me esta acabando la paciencia!- Grité a través de la puerta de madera con la poca paciencia que me quedaba. Gritar de esa manera a esa maldita cría me recordó a Yelena cuando era pequeña y hacía alguna travesura sacando de quicio a Melina. Ese fugaz pensamiento de sensación de familiaridad, hizo que la espía sintiera un pequeño escalofrío que le recorrió por todo el cuerpo y le arrancara una pequeña sonrisa al pensar en el pasado,sonrisa que rápidamente se le disipó al escuchar de nuevo a la menor.

-¡Y un huevo!, ¡No pienso salir, quien me va a obligar!¿Tú?- Gritó de nuevo esta vez con voz más desafiante. Natasha inspiró fuerte, contando hasta tres para no perder los nervios de nuevo y apoyó la frente con tranquilidad en el marco de la puerta.

–Vamos Lily,Thomas te está esperando en la cocina para que desayunes y Peter y mi hermana me están esperando para recibir su entrenamiento, por favor sal de tu cuarto- Pedí con la voz más dulce que fuí capaz de imitar.

-¡QUE NO!- Gritó de nuevo.

Ya está bien. Pensó el espía. Se acabaron las sutilezas. Sin un ápice de tranquilidad, Natasha abrió la puerta de la habitación en tan solo un gesto. La puerta chocó con vehemencia contra la pared y la espía entró como un vendaval en el dormitorio. Con un barrido rápido, busco a la pequeña por la estancia y resopló cansada mirando cómo último recurso hacia el techo.

– ¿Y qué vas a ser la niña burbuja?- Preguntó la pelirroja en un intento de razonar con ella.

– Cómo si me convierto en la burbuja de la coca-cola, que me da igual- Inquirió pegada al techo. La espía puso los ojos en blanco y de un gesto rápido saltó a la cama, lanzándose por la pequeña tirándola del brazo, consiguiendo finalmente que la pequeña bajara al suelo.

-Mira mocosa, tengo la paciencia ahora mismo bajo minimos así que una tontería más y te empapelo, más te vale comportarte bien en las clases de Thor porque cómo te vea hacer el tonto te empapelo y cómo me diga que has estado molestando, o no queriendo atender.. uy, ahí sí que…-

– ¿Me empapelas?

-No, te mato, de la forma más espectacular que hayas visto o imaginado.-Contestó la espía con la máxima seriedad que fué capaz de reunir en ese momento.-¿Ha quedado claro?-

-Cristalino- Confirmó la pequeña con los ojos muy abiertos.

-Ahora, dúchate y acude directamente a las clases ya que no te va a dar tiempo a desayunar, fuera de mi vista- Zanjé finalmente la conversación. La pequeña salió corriendo de la habitación chocando en el pasillo de manera cómica con el estómago de Steve.

–Creo que te están esperando para desayunar- Apremió a la rubia para que se diera prisa.

–No me da tiempo, a este paso me voy a tener que encerrar en la ducha para comerme la pastilla de jabón– Contestó sin siquiera mirarle a los ojos mientras seguía en su dirección a los baños.

A los pocos segundos de perder a Lily de mi vista, una carcajada salió de lo más profundo de mi ser.

–Cómo te gusta amedrentarla Nat.. ¿no te estarás pasando?- Pregunta Steve también en un tono divertido.

–No creo, además creo que se está juntando demasiado con Yelena y Kate.. está últimamente muy rebelde, a ver si así aprende a comportarse un poco mejor- Contestó la pelirroja con el mismo tono jocoso de hace unos segundos.

La alarma del rascacielos comenzó a sonar, cortando de golpe las risas y el momento distendido de ambos.

–Se acabó el descanso Natasha… Vamos a ver qué sucede- Anunció esta vez con voz más firme.

—-

Clint y Wanda entraron heridos seguidos de Stark y Banner enfurecidos mientras iban pisandoles los talones.

–¿Qué narices ha ocurrido?- preguntó Natasha al ver a sus compañeros hundidos y magullados.

-Estaban esperandonos…- Contestó Clint abatido mientras se llevaba una de las manos al costado.

-Si hubierais seguido el plan de Steve desde un principio…- Razonó la rusa con seriedad.

–Y una mierda, eso era una maldita emboscada… Varios outriders nos estaban esperando, querían información sobre la maldita cría, y eran demasiados… -Cap, estamos protegiendo a una persona que no sabemos exactamente quien es, que es, y para que la quieren… estamos poniendo en peligro nuestra integridad, y la del resto de los ciudadanos de Nueva York custodiandola aquí… y tú lo sabes, dejame poder estudiarla en mi despacho un poco más, ver porque tiene esos poderes, de dónde salen- Suplicó Tony interesado en la energía de la niña.

-No es una maldita rata de laboratorio Stark- Zanjó la bruja con su particular acento.

-Perdoname señorita, pero si no hubiéramos hecho lo mismo contigo, ahora estarías descontrolada por la ciudad haciendo vete a saber que.- Reprochó el millonario a la sokoviana.

Automáticamente, la bruma escarlata de Wanda iluminó sus propias manos y fué directo al bocazas con perilla que yacía esperando su reacción en el salón, pero la espía viendo cómo se estaban poniendo las cosas, fue más rápida que nadie anticipándose así al resto.

-Se acabó, nadie va a hacer nada a nadie, Maximoff tiene razón, es una maldita cría y no vamos a encerrarla cómo si fuera una rata de laboratorio… vamos a calmarnos ¿vale? no siempre va a salir todo cómo queremos… -Pensemos un nuevo plan, hay que hablar con la niña y que sea honesta con nosotros… Tenemos tiempo…-

-Y ahora, agente, sígame, vamos a curar esa herida de tu frente- Ordenó la espía sin siquiera darle un margen a la bruja para contestar.

La bruja la siguió en silenció hasta los baños, entrando en el habitáculo casi sin mirarse. La rusa mientras Wanda se acomodaba en el pequeño lavabo, aprovecho para echar el cerrojo y tener algo más de privacidad.

–¿Está bien agente?-Preguntó la espía con voz firme. Con calma la pelirroja observó a la mujer que yacía enfrente suyo. Un hilito de sangre recorría su frente, salvo eso y alguna magulladura, parecía estar bastante bien.

-Super bien, ¿es que no me ves?- Contestó la bruja de manera sarcástica mientras hacía un amago de sonrisa.

-Wanda..- Advertí con seriedad.

-Gracias por proteger a la cría antes, esas ideas de Stark de usar a la niña como arma me dan escalofríos…- Me dijo acercándose un poco más hacia mi.

La frialdad de la rusa siguió intacta al ver que la bruja no hacía gesto de querer acercarse más a ella, se relajó satisfecha de no haberse dejado manipular y se giró a por algodón, cuando no pudo dar ni dos pasos más, que la sokoviana le agarro del brazo durante unos breves segundos.

Natasha cerró los ojos al sentir la maldita electricidad que ya estaba empezando a odiar. No se giró… tampoco se apartó,se quedó bloqueada… con los ojos cerrados.

Wanda tiró de ella para obligarla a que se girara sin éxito alguno, y todas sus proposiciones se fueron abajo cuando la sentío abrazarse a su cintura con fuerza.

Natasha pensó en quitarse… y lo intentó, pero en cuanto el olor del pelo de la bruja llegó a ella… no hubo nada que hacer.

Aterrada ante ese nuevo sentimiento, la espía evitó cualquier contacto físico con su cuerpo y carraspear algo incomoda.

La espía sintió su cintura arder al notar que los brazos de Wanda la envolvían todavía con más fuerza. Con auténtico esfuerzo, separó sus brazos de cualquier contacto de piel con piel de la bruja y los levantó levemente hacia arriba. aunque eso fuera lo que realmente no quería hacer.

-Maximoff.. Esto no procede, por favor- Susurro con dureza. O eso le pareció.

Sin saber muy bien qué más hacer, la más mayor miró al techo para evitar seguir respirando su aroma.

Pensó que podría aguantar, que se daría por aludida y se apartaría… pero no lo hizo.

-Natasha…-

-Wanda, suéltame, estoy enfadada, si hubierais hecho caso desde un principio al plan de Steve esto no habría ocurrido..- Acusó a la pelirroja cabreada mientras daba un pequeño paso hacia delante intentando soltar así del pequeño amarre de brazos que tenían aprisionandola.-

-Ya lo sé…

-No, no lo sabes… y si me abrazas así,no vas a poder ver lo enfadada que estoy- Zanjó esto último un poco más dulce.

La bruja sonrió, aunque la espía no alcanzó a verla. Sus manos se volvieron a pegar a su espalda.

- Perdóname.-

Con eso último la rusa acabó de perder la batalla del todo.

-Creo que no necesitas ningún punto de sutura, desinfectalo bien, voy a ver cómo está el resto…- Aconsejo esto último sin tener el valor de girarse para verle la cara.

.-Me debes una conversación.-

-Bien, pero termina pronto, tenemos que cambiar de estrategia, se nos acaba el tiempo….-