Cambio de octubre
Cap.1
Amor estéreo
Tal vez, el hecho de que fuera una adolescente la estaba afectando. Ella no era común eso era un hecho, pero eso no la deja exenta de la confusión.
Esa noche, nuevamente, Enid se encontraba llorando en su cama, ya eran varias veces ese mes. Merlina en un principio lo encontró irritante, no se quería inmiscuir en los asuntos amorosos de su amiga, además Enid tampoco se mostraba muy animada en contarle lo sucedido, pero sus leves susurros diciendo "Ajax" le contaban toda la verdad.
Igual esa noche podría ser diferente, Merlina observó la luna ménguate de esa noche, y después las fotografías de cuerpos desmembrados que su tío Lucas le había envidado, un leve sollozo que indicaba el fin del llanto perforo sus sentidos, ella ya sabía que seguía en ese ritual que tenia su amiga cuando llegaba de esa manera. Se levantaría, se bañaría, se podría la pijama más caliente y colorida que tuviera, se acunaría entre sus miles de peluches y dormiría.
Pero esta vez, Merlina planeaba interrumpirla.
—Enid —llamó.
Ella le miró, sus ojos estaban hinchados y su cara estaba roja, Merlina conocía como se veían las emociones en un rostro, y en el de su amiga había una profunda tristeza y algo de sorpresa.
Enid espero lo siguiente que dijera su amiga, la verdad nunca espero que Merlina le preguntará por su estado, en realidad, sentía algo de miedo por lo que le pasara a su novio, ya que Merlina no era de palabras, era de acciones. Y por esta justa razón, Enid se vio sorprendida por las siguientes palabras:
—Siempre pensé que romper algo era un deleite, y aunque soy fan de la tortura, no encuentro nada de agradable cuando mi corazón se rompe al verte llorar. —Merlina se puso de pie y se acercó unos metros a Enid— Eso, aunque odie admitirlo, me causa confusión.
Para Merlina admitir todo aquello era desagradable, pero no importaba, ella podría revolcarse en estiércol si valiera la pena, y en esta situación parecía valer la pena, no importaba que tan incomodo, que tan bizarro, ni que el camino fuera una tortura, para un Adams, todo eso era un deleite. Y Merlina encontraba eso en aquella conversación, no sabía a donde iba a llegar, pero sabía que era a través de Enid que lo lograría.
—¿De qué hablas? —no culpen a Enid, no era la chica más brillante y en muchas ocasiones le costaba entender los acertijos de Merlina, pero a lo que entendió ¿Merlina estaba preocupada por ella?
Merlina se acercó un poco más, sus brazos estaban cruzados en su pecho, observo el rojizo rostro de su amiga.
—El rojo te sienta bien, pero solo cuando estas manchada de él como si fuera sangre.
—¿Qué novela de terror estuviste leyendo? —Enid se tomó la libertad de tomar a su amiga por los hombros— sí no te conociera, pensaría que estas preocupada por mí y... que me estas coqueteando.
Vivian juntas en esa habitación, Enconocía las palabras que Merlina usaba para describir belleza en algo, y normalmente eran descripciones que parecían guion de asesino serial.
Merlina suspiro, en efecto, hasta ella se sorprendió, simplemente estaba dejando que su cuerpo hablará, hace unas semanas mientras practicaba sus habilidades de visiones, su madre le dijo que dejara que su cuerpo actuara por naturaleza, al ser ella una persona tan analítica podría ser un estorbo para que sus poderes fluyeran de forma natural, así que medito y soltó su cuerpo, ahora tenía mucho más control.
En ese momento estaba haciendo lo mismo con Enid, si quería saber porque se sentía tan mal al verla llorar, necesitaba que sus palabras fluyeran, al final para Merlina esto era como interrogarse así misma, sin prejuicios y sin estructuras complicadas, solo ella soltando todo lo que tenía, no tenía miedo.
—No quiero ser una persona más Enid, sé que esto que esta pasando no se lo dices a nadie, admito que tu sonrisa allá afuera es una perfecta mentira.
—¿Qué dices? —Enid agito sus manos nerviosamente— no lo digo porque no quiero molestar, además son pequeñeces.
—A mi no me gusta pagar por cosas que yo no rompí —Merlina, esa extraña chica había tomado la mano de Enid.
Sí le preguntas a Merlina, era como haber tomado la mano de su asesino, de alguien que la podía matar sin usar armas, fuerza bruta, veneno, nada de eso, era algo más, algo se estaba encendiendo en su pecho.
Enid brinco debido a la baja temperatura de Merlina, era helada pero muy, muy suave.
—Pero tal vez pueda hacer algo por ti.
—Merlina... no deberías preocuparte —Enid cerró su mano, afirmando su agarre con su amiga.
Era la primera vez que Merlina se acercaba por voluntad propia, y no la dejaría ir.
Ambas se miraron a los ojos, los ojos azules de Enid, claros pese al llanto.
—Tu alma, ¿es tan clara como tus ojos?
—Dios, mejor dime si tu estas bien, esto no es propio de ti, de seguro exageraste con tus dosis de cianuro.
—No, hoy no quise adjudicarme sustancias ajenas a mi cuerpo, quería tener esta conversación contigo.
—¿Por qué?, siempre eres un enigma.
Merlina medito un momento... bueno Enid ya la había salvado una vez, no tenía pena en mostrarse vulnerable ante ella.
—¿Quieres conocer mis sentimientos?
Esta vez la cara de Enid se volvió roja de la pena, ¿Qué fue eso?
—¿Qué hiciste con mi Merlina?!
Con su mano libre Enid tomó el hombro de Merlina, mientras su otra mano entrelazo los dedos con la mano contraria.
—¿Tu Merlina? —Merlina alzó la ceja, sus labios se elevaron un poco, dando la ilusión de una pequeña sonrisa, muy leve, que a Enid le pareció lo más aterrador que había visto en todo el día, pero sintió a su lobo cautivado.
—¡Si... o mar... no estas actuando como tú. ¿Qué es todo eso que dices? Explícame porque me estas confundiendo.
—Te explicaré, pero quiero algo a cambio. —Merlina había tomado una posición más firme, ella también entrelazo sus dedos con los de Enid, como diciendo "no te dejaré ir".
—¿Qué cosa?
—Tienes prohibido, que terminemos esta conversación y hacer como que nunca la tuvimos.
—Bien.
A qué se refería Merlina, Enid no lo sabía, la curiosidad la estaba carcomiendo y su cerebro comenzaba a imaginarse todo tipo de cosas, tal vez Merlina le confesaría algún asesinato, algún secreto familiar, algún ritual satánico...
—Yo soy lo que necesitas Enid. —dijo por fin— Y comienzo a pensar que tu eres lo que yo necesito.
—Merlina —Enid estaba más que impresionada por tales palabras— ¿esto es una declaración?
No podía ser, pero Merlina no era de bromas, nunca le habían gustado, era muy sarcástica eso sí, pero bromear con eso...
Durante toda esa conversación, hasta ese momento Merlina tuvo dudas, incluso quiso separarse, pero Enid no se lo permitió y apretó aún más su agarre, intentando no lastimar a su rommie, al final por muy peligrosa que fuera Merlina, Enid seguía teniendo más fuerza. Y Merlina sintió esa fuerza, esto la hizo sentir que perdía el control, su mente exploto por un momento y sus miedos se hicieron presentes.
Enid lo notó, ella había prometido no echarse para atrás, que no dejaría esa conversación inconclusa, y no permitirá que Merlina lo hiciera. De todas formas, la regla de no contacto físico ya había sido rota por la propia Merlina.
Bajo la mano que estaba en hombro de Merlina y la puso en su cintura acercándola, sin llegar a que sus cuerpos se tocaran completamente.
—Es que a mi… —Merlina comenzó a buscar excusas, su idea no era llegar ahí ¿qué diablos paso? — no me gusta verte llorar.
Fue lo único congruente que pudo decir, fue verdad de eso no había duda.
—Y soy la única que se da cuenta, porque fuera de aquí a todos les muestras una sonrisa, y ya te lo dije es una hermosa mentira, pero mentira al fin, a mi me gusta tu sinceridad y si lo que necesitas es a alguien que este contigo yo te lo puedo dar, porque al final yo necesito a la Enid de verdad en todos los aspectos.
Explotó, Merlina Adams había explotado en los brazos de Enid.
—Enid… creo que me voy a morir.
Enid también había quedado abrumada ante tal revelación, pero no pudo evitar sentirse tan feliz.
—No mueras. —Dijo, bajo sus manos unidas que estaban a la altura de sus pechos, dejándolas suspendidas en el aire, y con la mano que descansaba en su cintura la atrajo para darle un abrazo, descaso su cabeza en el hombro de Merlina.
Ella también iba a explotar y morir.
—Puedo arreglar todas esas mentiras —dijo Enid después de unos pequeños momentos de disfrutar ese abrazo. —Puedo correr directo a ti, Merlina.
El abrazo se estrecho aun más.
—Me escondí de todos, pero de ti no puedo, te prometo que ya no me verás llorar.
Enid se separo de ella, y tomó la mano de Merlina que no había hecho acto de presencia en todo ese tiempo, la coloco en su pecho justo arriba de su corazón.
—Creo que ya lo sabes, está roto, no tiene sentido que entre en detalles, pero creo que no hay persona más adecuada para arreglarlo que tú —Enid sonrió— como dijiste, tu no lo rompiste y no deberías de reparar cosas que no destruiste, pero creo que tu eres lo que necesito.
Merlina sentía los fuertes latidos del corazón de Enid debajo de su mano, estaba impresionada, era como si e verdad lo tuviera en su palma, era tan real. Definitivamente no podía razonar más, su mente ya había explotado, pero aun tenia su corazón para saber que hacer.
—No se si pueda calificar esto como una declaración —Merlina veía directo a los ojos de la loba—perdí el control después de tomar tu mano, y me olvide de los detalles exteriores, pero ahora creo que ya no te puedo dejar ir, y menos con él.
Enid se rio.
—Te agradecería que no me dejaras ir.
—Intentaré hacer las cosas bien —afirmó Merlina— yo...
Enid la calló, beso sus labios oscuros, no quería más preguntas, las cosas habían sucedido de la nada y todo era muy extraño, pero no le importaba, Merlina era extraña, nunca pensaría que algo relacionado con ella fuera normal. Su corazón dolía no lo iba a negar, pero intentaría sonreír para ella, porque ella lo valía y porque no la iba a dejar ir.
