Disclaimer: Ghost Hunt y sus personajes no me pertenecen. Todos los créditos son pará su creadora Fuyumi Ono.

Nt: Me disculpó por cualquier horror ortográfico; uno trata que no suceda, pero nadie es perfecto. De todos modos disfruten leyendo la historia, así cómo yo lo hice escribiendola.

Por favor de len sus coranzonsito a la historia, que no les cuesta nada.


Soy Taniyama Mai, estudiante de de primer año de secundaría y tengo un trabajo de medió tiempo como cazadora de fantasmas.

Hace unos dias, Morishita Noriko-san vino al lugar donde trabajo, Investigaciones Psíquicas Shibuya "IPS"; a pedir que iniciaramos una investigación.

En cuanto fuimos al asunto de los Morishita...

Los muebles se movieron por si mismos, ¡Y la cocina se incendió de repente!

Sin duda, esto es obra de espíritus.

Ademas, seria posible que Ayami-chan, la sobrina de Noriko-san fuera la causante del fenómeno poltergeist.

Pero, lo más sospechoso de todo era la muñeca Minnie.

Despues que Ayami-chan dijo que Minnie le estaba hablando, tratamos de verificar si esto era o no verdad.

Entonces...

¡¿Sera que la casa fue maldecida por una muñeca?!

Dia 3.

— Se ve mal.

Fueron las primeras palabras que solto Naru al ver la cabeza de la muñeca rodar y llegar frente a la camara. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Mai, al mirar los ojos helados y sin vida de Minnie tras la camara.

De improvisto, Bou-san se dio vuelta y salio corriendo de la habitación, ocasionando que la castaña quitara la mirada de las pantallas y asi saliera de la parálisis que le habia causado ver dicho fenómeno paranormal.

Mai no entendio que fue lo que se apodero de su cuerpo, pero izo que este se moviera y corriera tras el monje.

Para cuando la chica llego a la habitación, no pudo creer lo que sus ojos miraban.

Alli en la cama, sentada y como la habian dejado antes, se hallaba la muñeca. Con su cabeza donde correspondia y con una postura de lo más inofensiva, aunque esto no detuvo el espantó que recorrio a Mai.

— ¿Como puede ser esto?

— Esta sentada como la vimos antes. — farfullo Bou-san, tan impresionado como ella.

— No es inusual.

La voz de Naru llegó tras ellos e izo que ambos se voltearan para verlo.

— Los instrumentos y los espíritus son incompatibles. — fue lo que dijo mientras se cruzaba de brazos.

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Día 4

Un suspiro escapo de los labios de Mai mientras subia las escaleras a la primera planta. Ya habia amanecido pero ninguno habia podido llegar a pegar un ojo despues de lo ocurrido.

Estaria mas animada si Haru-sempai y Shigusa-nee estuvieran aquí... un nuevo suspiro escapo de sus labios al pensar en las mayores.

Naru dijo que Haru-sempai estaria mejor cuando saliera de la casa, tal vez deba intertar llamarla luego... trato de animarse a si misma.

—... Ese no es el punto. Lo más importante. No creo que Ayami-chan pueda quedarse con Minnie. — escucho decir a una voz mientras llegaba frente a la puerta de la habitación de Ayami.

Esta casa esta llena de brujas malvadas. — Mai bajo la mano que iba tocar la puerta minetras un estremecimiento sacudia su cuerpo.

¿Quien...?

— ¿Onee-chan también? — escucho a Ayami preguntar.

Es solo otra de ellos.

Ante esto, la castaña se recosto de la puerta para tratar de reconocer a la otra voz.

¿Quien es esa?

— Quiero que onee-chan se quede conmigo. — volvio a hablar Ayami.

No, no. Me encargaré de ellas por ti. Pero, a cambio tendrás que hacer lo que yo diga.

Al oir esto, Mai se despego de la puerta y abrio la puerta de la habitación de inmediato, encontrandose con una escalofriante imagen.

Ayami-chan se hallaba sentada frente a Minnie; lo cuál al recordando lo pasado en la madrugada izo que la castaña temblara un poco.

— Ayami-chan, ¿con quien estabas hablando? — inquirió tratando de obviar la desagradable sensacion que le recorría, mientras cerraba la puerta tras ella y caminaba hasta llegar frente a la niña.

— Minnie. — fue la sencilla respuesta de Ayami.

— ¿Solo con Minnie? — volvio a preguntar al notar que la niña tenia algo mas que decir

— Y también con otros niños. — mascullo Ayami señalando detras de Mai, a lo que la oji cafe volteo a ver y noto la puerta de la habitación abierta. El pasillo estaba oscuro y nada se veía en el. — Pero... se han ido..

De pronto, un aire helado atravesó su cuerpo e izo que Mai se quedara paralizada.

Hace un momento cerré la puerta, ¿entonces como...?

— ¿En serio? —llevo una mano a la cabeza, mientras se volteaba a verla sonriendo; ocultando asi su agitación de la menor. — quizás no les agradó. —farfullo.— ¿hace cuanto que te visitan tus amigos? — inquirió mirándola afable.

— No lo se. — contestó Ayami, observando hacia el frente, donde se hallaba Minnie.

— ¿Minnie también se lleva bien con tus amigos? — volvio a indagar, mientras que una ominosa sensacion se creaba dentro de si.

— Minnie los trajo. — de inmediato Mai fruncio su ceño y volteo a ver a la muñeca.

Los frios ojos de esta no parecieron asustarla ahora.

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— ¿Que es este lugar? ¿la casa embrujada del barrio? — de vuelta en la base, Mai les habia contado a los demas miembros la conversación que habia tenido con Ayami-chan. No le sorprendio para nada la irritación de Ayako luego de esto.

— Vayamos al grano, ¿no se debe todo esto a Minnie? — comento Bou en tanto ambos se volteban a verla. — ¿no dijo que fue Minnie quien trajo a esos amigos invisibles?

— Si.

— ¿Hay un espíritu que se unio a la muñeca para fingir ser Minnie? — ahora el monje se volteo a ver a Naru, el cual se hallaba sentado frente a los computadores, pero mirandolos a ellos.

— Parece probable. — indicó Naru, levantándose de su asiento. — ¿Quieres ocuparte de esto, monje-san? — pregunto mirandolo con sus impasibles ojos a lo que el mencionado izo una mueca un tanto orgulloso.

— Claro. ¡Finalmente es mi turno! — mascullo. — aunque hubiera sido interesante, ver a la dulce Haru-chan en acción. — profirió luego, a lo que Mai izo una mueca preocupada.

Me pregunto si ¿estara mejor?

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Llagada la noche.

fue el turno de Bou-san.

— "Naumaku sanmanda bazaradan senda makaroshada sowataya un tarata kan man.

...Naumaku sanmanda bodanan on boron... on sumba nisunba unbazara un hatta.

Mientras Bou-san llevaba a cabo el exorcismo, Ayako cuidaba de Ayami-chan."

Me pregunto si todo esto saldra bien.

Mai se hallaba en la base mirando con preocupacion la pantalla que mostraba a Bou-san.

Tal vez eran ideas suyas, pero todo esto le producia un mal presentimiento.

De pronto, la castaña escucho un grito de mujer en el pasillo, asi que armandose de valor, Mai fue a ver que era.

Al llegar al origen del grito, Mai, corrio con preocupación a revisar a una caida Noriko. Esta se hallaba en el suelo con una muy clara muestra de dolor en su rostro.

— ¡Noriko-san! ¡¿que sucedió?! — exclamo al llegar junto a ella, pero fue Bou-san quien salia del pasillo contrario el cual se agacho junto a la mujer para revisarla.

— Mi pie. — le escucharon decir por lo bajo debido al dolor.

— Tiene el tobillo dislocado. — le informó el monje.

— Alguien tiro muy fuerte de mi tobillo. — esto llamo la atención de ambos, e izo que Mai parpadeara sorprendida.

Pero mas fue su sorpresa cuando su mirada cayó en el tobillo de la mujer y noto las huellas muy marcadas de una mano pequeña.

¡Esa es la huella de una mano de niño! pensó alarmada.

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— ¿Donde esta Minnie?

Mai y Naru ahora se hallaban en la habitación de Ayami, bajo el acérrimo interrogatorio de esta, la cual, al ser despertada y no hallar la muñeca se habia enfado.

— Me la quedare por un tiempo.— le respondio Naru igual de frio que siempre.— ¿Puedes contarnos todo sobre Minnie? — mascullo este a lo que Mai le miro.

Apesar de que se lo esta pidiendo...parece mas una orden.. bufo por lo bajo, la actitud del científico no hiba a cambiar por más que quisiera.

— ¡Devuélveme a Minnie!

— ¿Desde hace cuanto Minnie te habla? — inquirió obviando lo pedido.

— ¡Devuélvemala! es mi amiga. — volvio a exigir Ayamni, pero al mirar los ojos serios del cientifico se hecho hacia atras y detuvo su temperamento.

— Ayami-chan, Noriko-san se lastimó. Minnie lo izo, ¿no es cierto? — Siguió Naru. ocacionando que la niña bajara la mirada y se estremeciera entre sollozos.

— ¡No grites! ¡no deberías hacer llorar a una niña! — le ragaño Mai, mientras consolaba a la menor.

— Ese no es el problema aquí. — mascullo él, cruzándose de brazos.

— Si es el problema.

—L-lo siento. — al oir esto por parte de Ayami, ambos detuvieron el con frotamiento y le miraron. — Minnie me dijo que no hablara con nadie. — dijo entre sollozos. — si hago amigos me lastima. Asi que... — siguió llorando, lo que izo que Naru cerrara los ojos.

— ¿Hace cuanto te habla Minnie? — volvió a preguntar pero ahora con un tono un poco menos frío.

— Desde que llegue a esta casa. — mascullo Ayami, sin dejar de abrazar a Mai; contando asi lo que habia pasado cuando llegaron a la casa. De como la muñeca le habia advertido de sus padres y como a cambió de su protección le habia pedido no tener amigos. — si olvido mi promesa y juego con onne-chan, esconde mis cosas y desordena mi cuarto. — continuó.

— ¡Es mala! — exclamó Mai, al ya la niña estar más calmada.

— Después de eso, Minnie empezó a traerte otros amigos. — señalo Naru con una mirada ilegible.

— Si. Son muchos, y todo son más o menos de mi edad. — asintio ella. — son los sirvientes de Minnie. — mascullo con una mirada triste.


Luego de esto, ambos investigadores volvieron a la base y les contaron a los demas, la información que les habia dado Ayami.

— Asi que Minnie es la causa de esto. — comentó el monje mirando a la mencionada, la cual se hallaba sentada en la silla frente a la pantallas de video y no sólo era el, los demás también hacían lo mismo. — quizás el dueño anterior murió a causa de una enfermedad y poseyó a la muñeca. — mencionó.

— ¡Es horrible! por eso odio las muñecas. — se estremeció Ayako.

— No creo que sea culpa de Minnie. — señalo Naru.

— ¿Y cual es tu conclusión entonces? — le inquirió el monje. A lo que Naru le miro.

— La muñeca solo esta siendo utilizada como un envase. — fue su respuesta. — hay un espíritu atrapado dentro de esta casa. — indicó con seriedad.— hasta que no sepamos quien es este espíritu, Ayami-chan esta en peligro. — musito mirando a la muñeca.

"Ayami-chan esta en peligro" ¿que quiere decir con eso? Mai fruncio su ceño pensativa.

— ¡Mai-chan!

La mencionada salio de sus pensamientos al reconocer la voz de Noriko-san fuera de la base, a lo que salio de esta de inmediato, la urgencia y el miedo en la voz de la mayor eran palpables.

Al salir, la castaña se llevo la sorpresa de que Noriko-san no estaba sola, era acompañada por Kana-san y esta parecia tan asustada como ella.

Ambas mujeres miraban asustadas hacia la pared y cuando se puso a su lado, esta fue lo que le señalo Noriko-san.

— Esto...

Al Mai darse la vuelta para mirar, se encontro con grandes letras casi trazadas con sangre. aunque no fue este lo que que izo que se estremeciera aterrorizada, sino lo que decia en el.

"Castigare a la niña que se comportó mal"

— ¿Que es esto? "niña.." se refiere a... ¡¿Ayami-chan?! —concluyó alarmada justo en el momento en que los demas miembros del equipo salian de la base.

— Ayami-chan nos contó algo que no debia contar. — indicó Naru, al leer el escrito. — ¡Mai! — llamo de repente. — quédate cerca de Ayami-chan. — le ordeno al obtener la atención de esta. la menciononada comprendiendo la seriedad del asunto, asintio con firmeza.


Dia 5.

A la mañana siguiente, al ver que era un bonito dia, Noriko-san habia sacado a Ayami para que jugara en el jardin, en tanto Mai se sentaba junto a ella en el portico de la casa.

Ambas conversaban entre si, pero sin despegar su mirada de la pequeña. Lo pasado el dia anterior era demasiado fresco para olvidarlo tan rapido.

— Espero que Haruna-san este bien. — comentó Noriko, mirando a Mai con una sonrisa un tanto triste.

— Eh. — la menor parpadeo al no enterder su sonrisa, pero cuando lo izo río negando con la cabeza. — Haru-sempai esta bien, estuve hablando con ella esta mañana. Tal parece solo debe descansar un poco. — sonrio alegre. ella tambien habia estado preocupada por la mayor, pero cuando recibió una llamada mas temprano y supo que era ella, el alivio recorrio su ser. —

ella estaba un tanto preocupada por nosotros asi que izo que Shizuka-sempai nos llamara.

— Ya veo. Haruna-san es muy amable. — señalo sonriendo la mayor a lo que Mai solo pudo asentir.

— Haru-senpai es la persona mas amable que conozco. Al contarle de la escritura, se puso muy preocupada. — admitió viendo como la tez de la contraria cambiara. — Estan borrando la inscripción en este momento. — le susurro al oido para que Ayami no oyera. Esta se hallaba jugando con las flores a unos metros de ellas, para nada conciente de lo que hablaban.

Al ver que la expresion de Noriko-san era mejor, la castaña no pudo evitar dejarse llevar por sus pensamientos.

Borrarlo fue idea de Naru, para que Ayami-chan no lo viera.

¿Quizas el tambien puede ser amable? ante tal pensamiento la castaña menio la cabeza varias veces para luego hacer una mueca extraña con su rostro.

— No, no puede. — murmuro.

—¿Eh?

— Eh, n-nada. — le sonrio nerviosa a Noriko-san. — estaba pensando en voz alta. — mascullo, a lo que esta asintio y volvio su mirada a Ayami.

Tonta Mai, concentrate. En estos momentos Bou-san debe estar...

Deshaciéndose de Minnie.. medito, recordando lo que le habia tocado hacer a cada miembro del equipo.


Un sonba nisonba un bazara un hatta... jaku un bankoku.. .

Al finalizar la plagaria, Bou-san cerro la caja que contenia a Minnie y la hecho al fue que habia creado en un contenedor.

el castaño se quedo hay para ver como se consumia poco a poco.


— Gracias. Estoy apenada. — las palabras de Noriko-san, hicieron que Mai volviera en si y le mirará.

— No lo estes. Esto debe ser mas dificil para ti, Noriko-san. — le contestó Mai. — especialmente ahora que Kana-san se fue. — mascullo recordando como habian encontrado una carta despidiendose por parte de la mujer, aunque sus palabras exactas fueron.

"No me quedare en esta horrenda casa. "

— No hay nada que podamos hacer al respeto. — indico serena la mayor al notar como Ayami se acercaba a ellas con una sonrisa.

— Onee-chan, ¿te duele la pierna? — le preguntó curiosa la niña al estar frente a ella.

— Estoy bien. Si tu y yo podemos ser amigas, el dolor se ira. — le contesto balanceando la pierna para que ella mirara.

— Me alegro. Voy a recoger algunas flores para ti. — hablo la pequeña, sonriendo alegre. — Mai-chan, ¿quieres venir? — le preguntó a Mai anto lo que la mencionanda izo un gesto alegre.

— ¡Claro! — asintio levantandose de su lugar para ir con ella hacia las flores.— ¿cual quieres recoger?

— La más bonita. — anunció Ayami mirando las diverdas flores, hasta que una llamo su atención. — esta. — señalo una de un tono blanco y muy hermosa.

De inmediato la menor se puso en accion y llevo sus dos manos al tallo para arrancarla, pero luego de unos segundos de batallar con ella, Mai noto como Ayami hacia una mueca de sorpresa para que luego esta se transformará en pánico puro.

— ¿Estas bien? —inquirió Mai preocupada.

—¡No puedo sacar mis manos!

Ante el grito de Ayami, Mai empezó a cavar para tratar de liberar las manos de la niña. Y cuando por fin pudo hacerlo, esta se percato que en el lugar no habia nada que puediera haber sujetado las manos de Ayami tan fuerte.

— No hay nada hay. — murmuro, escuchando luego unos pasos alejandose del luegar y el sollozo de Ayami.— ¡¿Ayami-chan?! — exclamo al ver su figura entrar mas profundo en el patio

— ¡Mai-chan, detenla! — le grito aterrada Noriko-san levantandose de su lugar. — ¡Hay un estanque en esa dirección! — exclamo con lagrimas en los ojos.

...¿Un estanque? ¡¿Un estanque?!

Al sur de la casa había un estanque grande y profundo. Los pétalos del árbol de loto cerca del estanque a menudo caían al agua.

Mai abrió sus ojos en pánico y empezo a correr tras de Ayami.


— Oye, oye. Esto no puede ser bueno. — murmuraba Bou-san, mirando dentro del contenedor donde habia hechado a la muñeca.— La caja se incineró completamente. ¿Por qué aun estas aqui, intacta? — inquirió, notando que el fuego no habia tocado a Minnie en ninguna parte.

Ni siquiera su vestido se habia quemada.


— ¡Minnie, lo siento! ¡lo siento! No te enojes.

Escuchaba Mai que gritaba Ayami, mientras corria mirando siempre detras suyo.

¿Minnie...?

— No seas mala. — dijo la niña deteniendo su carrera justo al llegar frente al estanque, pero dándole la espalda a este.— ¡Lo siento! — volvio a decir echandose un poco mas atras, lo que con llevó a que se resbalara con las piedras tras ella y cayera al estanque.

¡Ayami-chan! — gritó Mai, al ver esto.

Al ver como la niña se sumergió, la castaña salto tras ella, entrando tambien al estanque.

— ¡Ayami-chan! ¿donde estas? — gritaba mai mirando la superficie pero, no se asomaba nada. — ¡Ayami-chan! — volvio a gritar, justo en el momento en que vio la cabeza de la niña salir a la supercficie, profirar un grito y verla volver a entrar al agua. — ¡Ayami-chan! — grito para luego ir tras ella, escuchando de fondo los gritos preocupados de Noriko-san.

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De vuelta en la tierra, Ayami era abrazada Fuertemente por una muy angustiada Noriko.

— Onee-chan.

— Ayami... Ayami. Gracias a Dios. — murmuraba la mujer sin soltarla. siendo esto visto por una una muy mojada pero aliviada Mai.

¿Fue la venganza de Minnie? ¿Su castigo?

Reflexionó mirando hacia el estanque, en el momento justo en que una pequeña figura se divisava en el centro de este, para luego desparecer.

Ella noto bien de quien era la figura, y esto izo que se estremeciera asustada.

Ya en la tarde y luego de que todos se enterarn lo que habia ocurrido, Naru y Bou-san se hallaban reunidos con elllas en la habitacion de Noriko-san.

— Nos mudaremos a otra casa. Sera lo mejor. — les dijo la dueña de la habitación, la cual estaba sentada al lado de una dormida Ayami. luego de tal susto la niña se habia hallado cansada asi que se durmió en la cama de la mayor.

— Hay casos de Poltergeist que siguen de casa en casa. — le informo Naru mirándola.

— ¡No puede ser! ¿Que haremos entonces? — inquiero agitada.

— Por favor calmese. He investigado sobre los dueños anteriores de la casa. — musito. — la familia Watanabe vivió aqui antes que ustedes. vivieron aqui por tres años, pero vendieron la casa para mudarse por trabajo.

— ¿No se mudaron porque sucedian cosas extrañas? — pregunto Mai confundida.

— No. — nego el mirándole. — antes que ellos, la familia Nogi vivio aqui. Su hija murio de una enfermedad cuando tenia nueve años. — continuó explicandoles. — antes que ellos estaban los Onunas. Sus tre hijos murieron aquí en el transcurso de seis meses. — siguió, notando como las expreseiones de los demás empezaba a cambiar.

— ¿Los tres?

— Dos niñosy una niña, de diez, ocho y siete años, murieron por una enfermedad o un accidente. — respondio a la pregunta de Mai. — también antes que eso, fueron los Murakamis. tenian una hija de quince años. Nada le ocurrió. — indicó. — antes que eso, vivieron aqui los Tanigushis. El hijo de unos parientes suyos de 10 años de edad murio mientras estaba de visita aqui. Y antes que eso, un niño de nueve años de edad, el hijo mas pequeño de los Ikedas, murio. Antes, también estaban los Tachibanas. su hija de ocho años murio. Eso es todo.

— ¿Eso significa que esta casa es peligrosa para niños de alrededor de ocho años de edad?

— ¿Que voy a hacer? — les interrumpió Noriko-san ocultando sus lagrimas detras de sus manos.

— Por este asunto ya que Haruna-san no puede venir, pedire a unos expertos que vengan. — le informo Naru. — si deciden irse de la casa, por favor antes que se marchen esperen a que ellos vengan. — pidió.


— ¡Todo esto se debe a la muñeca! — de vuelta en la base, Mai miraba como Bou-san discutia con Naru.

Aunque para que sea una discusión se neseitan a dos personas.. meditaba notando como lo unico que hacia el azabache era escuchar de brazos cruzados.

— Eh visto casos parecidos antes. —mascullaba el monje. — el espíritu de una niña que amaba a esta muñeca la poseyó y esta haciendo que se mueva por toda la casa.

— El problema no es la muñeca en si. — rompio su silencio el chico, mirando dicho objeto, que se hallaba de nuevo sentado en una de las sillas. — Minnie esta poseida por el fantasma de una víctima de suicidio ocurrido en esta casa. — termino de decir.

— Pero...


Ya era tarde cuando Mai fue a recibir a dichos expertos que habia llamado Naru; llevándose la grata sorpresa de que eran conocidos.

— No nos vemos desde hace algun tiempo.

— John, Masako. — sonrio alegre la castaña ante el saludo del sacerdote, también notando a la chica del kimono tras el.

La castaña los llevaba por el recibidor de la casa cuando escucho a Masako hablar.

— ¿Que es esto? — ambos se volteraon a ver a la médium; encontrandola parada en el recibidor, mirando con una expresión angustiada su alrededor.

— Masako.

— Es horrible. — le escucharon decir, para luego ver como cubria la mirad de su rostro con una de las mangas del kimono. — es la primera vez que veo una casa tan horrendamente acechada por espiritus.

Para cuando llegaron a la base, Mai llevaba a la medium apoyada en si, tal parecia el fenómeno que ocurria en la casa le estaba perturbando.

— ¿Estas bien? estamos en la base. — le indico Mai al entrar.

— Masako. ¿Que te sucede? . — se les acerco Ayako com preocupación. Y no fue solo ella, cuando la médium noto a Naru acercarse, se alejo de Mai y fingio estar mareada, para asi caer en los brazos del científico.

¡¿En que estas pensando, Masako?! le grito Mai mentalmente.

— Hara-san. — le escucho que la llamaba Naru, asi que volvio en si.

— En toda la casa hay espíritus de niños muertos. — le dijo la médium sin despegarse de el. — Estan sufriendo. — esto llamó la atención de todos. — están llorando, diciendo que quieren volver con sus madres. Además...— por fin levanto la cabeza para mirarlo. — esta casa esta atrayendo espiritus. Todos espíritus de niños. — finalizo, despegandose de el y cayendo en los brazos de Mai.

— ¡Masako!

— ¡Hara-san! — llamaron al ver como la tez de la médium se ponia palida.

Ajeno a esto, Naru tenia una mirada seria.

Cuando calló la noche, fue el turno del sacerdote actuar. Este se hallaba frente a la cama de Ayami diciendo sus plegarias bajo la atenta mirada de Noriko-san y Naru.

" En el principio era el verbo y el verbo estaba con Dios. y el verbo era Dios"

Acostada en la cama y en un profundo sueño, se encontraba Ayami, con una cruz de oro alrededor de su cuello.

— Dije una plegaria por ella. Deberia ser suficiente por ahora. — comentó volteandose hacia Noriko-san.

— Muchas Gracias. — esta le izo una leve inclinación.

— Bueno Shibuya-san, ¿puedo ver la muñeca? — miro al azabache, justo en el momento en que entraba un agitado monje.

— Naru, ¡Minnie ha desaparecido!...Deje de prestarle atención un momento...

— Escapó. — a ninguna le paso desapercibido el frio tono de su voz. — pronto volverá a aparecer. Estoy seguro.


Solo faltaban unos minutos para las doce, pero ninguno de los investigadores habia podido descansar. Ayako habia sido asignada a cuidar de Ayami acompañada por Noriko-san, mientras que Mai y los demas revisaban las pantallas de los computadores buscando en donde podria estar Minnie.

De pronto, el relog marco las doce.

— ¡Naru, los micrófonos estan registrando ruidos! — le dijo Mai sin dejar de mirar las pantallas.

— Conectalo a los altavoces.

Al escuchar la orden, Lin rápidamente reaccionó.

De inmediato, todos en la base pudieron escuchar los ruidos. Las paredes parecian temblar y crujir. Pero mas les sorprendió al reconocer entre el ruido varias voces infantiles.

— Son las voces de los niños. Hay tantos... — escucharon hablar al sacerdote. — me pregunto ¿cuantos? — John fruncio su ceño.

— Suena como si estuvieran buscando a Ayami-chan. — mascullo Mai, prestando atención a las voces de los niños.

— La plegaria de John sirvió. — reconoció Bou-san. — Eso significa que la barrera esta funcionando.

— ¿Barrera? — Mai griro la silla para mirarlo.

— Es un hechizo para evitar que entren los espíritus malignos. — le explicó el, justo en el momento en que todo se detenia.

Él silencio luego de tanto ruido era inquietante.

— ¿Que sucedió? — cualquiera que hubiera sido la respuesta del monje, fue interrumpida por la llegada de Ayako, la cual entro agitada llevando en brazos algo en vuelto en una manta.

— Naru, ¡Mira esto!

Al tener el objeto en sus brazos y descubrilo, todos se llevaron una desagradable sorpresa; Mai contuvo la respiración al reconocer el objetó.

— Note un bulto bajo la manta de Ayami-cyan, cuando la quite. Encontré esto. — les explicó Ayako, mientras que los investigadores miraban a la desaparecida muñeca de porcelana.

— ¿Ayami-chan se encuentra bien? — le preguntó John a lo que la peli roja asintió.

Si las voces se detuvieron de repente, es porqué encontraron a Ayami-chan. reflexionó Mai, con seriedad.


Dia 6.

"Padre nuestro que estas en los cielos... Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo."

Luego de haber encontrado a la muñeca, fue hora de que el sacerdote dijera sus plegarias.

El Rubió puso una pequeña cruz en la frente de Minnie y de inmediato los ojos de esta se abrieron asustando a Mai, la cual se escondio en el hombro de Bou-san.

Solamente ellos y Naru eran los acompañantes de John por ahora.

— ¡No! — escapo de sus labios.

Siguiendo el rutial, John, levanto sus manos y hecho agua bendita.

"En el principio era el verbo y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios... — Con cada frase el sacerdote hacia una cruz, con el agua. Sus ojos cerrados y su rostro desprovisto de cualquiera alteración, le brindaban a Mai una extraña calma.

Ahora entiendo un poco a senpai. penso recordando la fijacion que había tenido la mayor de cabellos azabache, cuando había conocido al sacerdote.

La chica vovio a ocultar sus rostro en el hombre del monje al escuchar como la muñeca temblaba en la mesa.

" Y la luz brilló en la oscuridad; y la oscuridad no pudo comprender la. "

Mai por fin miro hacia la mesa y se encontro con una imágen espeluznante.

La cruz que John habia puesto anteriormente en la frente de la muñeca, le estaba quemando, y cuando terminó, esta cayo hacia un lado como si nada.

Todo esto sucedió bajo la atenta y seria mirada de los otros investigadores.

— Creo que el espíritu se ha ido. — las palabras de John ropieron el corto silenció. — pero no ha sido destruído. — y el alivio que habia atravezado a Mai, fue roto por las últimas palabras del sacerdote.— deberíamos quemar la muñeca, para que el espíritu no pueda volver a poseerla.— dictaminó por fin.

Y asi lo hicieron. A la mañana siguiente los cuatro estaban reunidos cerca del cobertizo detras de la mansión, mirando como el fuego que habian creado en un contenedor consumia el cuerpo de Minnie.

Esta vez Minnie fue incinerada sin problemas.


Devuelta en la base, Naru, Bou-san y John discutian las posibles hipotesis de cual seria el espíritu qué poseyo a Minnie.

— Creo que el espíritu tras Minnie es el fantasma de una víctima de suicidio que esta atrapado en esta casa. — les comentó John. — ¿puede ser alguno de los niños que murió en esta casa? — el rubio se hallaba reunido con los otros frente a las computadoras.

— Probablemente. — formuló el monje, volteandose a ver a Naru. — posiblemente el niño se sintió solo y se llevo a los niños que vinieron a vivir a esta casa para que fueran sus amigos. — le dijo. — entonces esos niños se convirtieron en fantasmas. — concluyó.

— ¿Por que querría solo niños? — argumentó Naru, cerrando los ojos para pensar.

— ¿Eh?

— Si se sintiera solo, habria buscado una madre. — profirió habriendo sus ojos y dándose la vuelta, respondiendo asi las dudas del ambos hombres. — entonces Noriko-san, Mai o Haruna-san le hubieran servido. Pero Minnie trato de deshacerse de ellas. — se cruzo de brazos, recordando las palabras que le había dicho Haruna cuando hablo con el el dia anterior.

"Hay algo en esa casa mas que espíritus Naru.— la voz detras de la línea tenia un toque preocupado.— no lo pude ver bien, pero hay algo mas pasando halli, no es tan simple. Tengan cuidado por favor"

Salio de sus pensamientos en el momento justo en que Mai entro a la base.

— Mai, ¿como se encuentra Hara-san?

La mencionada izo un expresión un tanto preocupada.

— Aun se siente mal. — contesto, luego de cerrar la puerta.

—Ya veo. — murmuro este, en tanto tomaba a siento frente a la computadora.— ¿Intentamos llevar a cabo un exorcismo, Bou-san? — inquirió dandole una hojeada a este.

— ¿Yo?

Naru le entregó un cuaderno a Bou-san.

— La primera niña que murió aquí fue Tachibana. Las fechas de nacimiento y muerte están debajo del nombre. La niña estaba en la secta budista. Pertenecia a la secta Jodo.

Bou-san miró fijamente el cuaderno con los ojos muy abiertos.

— ...Seguro que hiciste una investigación exhaustiva... Todo esto es de hace setenta años...

— Esta es una tarea sencilla para mí. No soy igual que tú..

Qué tono tan confiado.Este imbécil... está realmente demasiado metido en si mismo.


Bou-san fue a la habitación de Ayami-chan para iniciar el exorcismo. John y Ayako siguieron a Noriko-san hasta un hotel para proteger a Ayami-chan. Naru, Lin-san y Mai estaban en la base mirando la pantalla.

— ¿Bou-san, estas listo? — le preguntó Naru.

— Cuando ustedes digan. — les contesto este desde la habitación de Ayami-chan.

Bou-san juntó las manos.

"Naumaku sanmanda bazaradan, senda makarosyada sowataya un tarata

...Kan man...Naumaku sanmanda bodanan on boron...

... On sunba nisunba unbazara un hatta"

Naru miraba fijamente la pantallas.

— Naru, la temperatura está disminuyendo. —informó Lin-san. — en especial cerca de la cama. Dos grados

— Micrófonos.

— En este momento no hay nada diferente... De hecho, está inquietantemente tranquilo.—le dijo para luego tocar sus auriculares. — Los ruidos fantasmales han comenzado.Es un golpeteo.

— ¡Naru! ¡La sala de estar! — le grito Mai de repente, mientras señalaba la pantalla. Una tenue niebla blanca nublaba la habitación; estaba inquietantemente silencioso.

Naru se levantó inmediatamente.

— Lin, ¿cuál es la temperatura de la sala? — Lin-san movió ligeramente la computadora.

— Dos grados bajo cero en estos momentos.

— ¡¿Bajo cero?!...— Naru miró a Lin-san con incredulidad, para luego tomar un micrófono. — Bou-san, no es en esa habitación. Es en la estancia. — le comunicó.

— ¡¿La estancia?!

— ¡Naru! — le volvió a llamar Mai, lo que izo que el chico volviera su mirada a la pantalla del Salón.

La niebla blanca estaba arremolinándose. Un círculo...parecian las caras de niños...

¿Que es esto..? se preguntó Mai sin aliento. Parecía la cara de un niño tenue...Prefiero decir que da miedo que decir que es triste. En ese momento, se abrió la puerta de la sala.

Buo-san habia llegado a la estancia.

— ¡Salgan! ¡Salgan! ¡salgan! Naumari saba tatakiyati biyari. — empezo a decir juntando sus manos.— sarabamokkei biyari sarabata taraku. — cerro sus ojos en total concentración. Estaba ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor.

Los espíritus se movian por toda la sala, pero ninguno se acercaba a el.

Estan sufriendo... los niños estan sufriendo debido a la plegarias de Bou-san... medito Mai escuchando los quejido y sollozos que soltaban los espíritus.

¡No!

Es terrible. Mai tapo su rotro con sus manos; pero al captar un extraño sonido, las bajo y volvio a ver la pantalla.

Escuche algo...

Que..

¿Que es eso?

Una figura negra habia aparecido detrás del monje.

Tomiko..

... Tomiko...

Mi niña..

Mai reconoció la figura de una mujer en la niebla, esta llevaba un kimono de epoca al igual que si peinado. Pero lo que izo que se le espeluzcara el cuerpo fue cuando esta levanto la mirada y les observó...