Capítulo 84: Jugando con Fuego
Sector Noroeste. Azotea de la Torre de Radio, Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 3:05 P.M
-¿P-Pero qué demonios está sucediendo aquí?- Exclamó Bill a modo de pregunta ante los recién llegados, posteriormente mirando de reojo a Gold y Pichu con nerviosismo en busca de cualquier tipo de respuesta. -N-N-No lo entiendo… ¿P-Por qué ahora están aquí dos miembros del Equipo Rocket?-
Una explosion de sentimientos, en conjunto con un abrumador choque de adrenalina y rabia reprimida desde lo más profundo de su ser, se hicieron presentes al estallar de la peor manera posible dentro de Gold, provocando al mismo tiempo qué su respiración y ritmo cardiaco llegaran a aumentar de golpe. Aquí, sin mediar más palabras e ignorando por completo todo lo dicho por Bill, el de New Bark aprieta uno de sus puños y luego apunta con el dedo índice de su mano izquierda en dirección a los recién llegados y sus pokémon.
-¡Pichu, Thunderbolt (Atactrueno)!- Vocifera Gold al instante y sin titubear, justo antes de qué desde el cielo comenzaran a caer cientos de miles de pequeños copos de nieve por doquier. -¡Acaba con ellos!-
Frente a la atenta, temerosa y hasta confusa mirada del afamado investigador conocido como Bill, el pokémon de Gold asiente con convicción antes de acumular rápidamente una enorme cantidad de electricidad dentro de su pequeño cuerpo, estando esté colocado a poco más de metro y medio delante de su propio entrenador.
Por consiguiente, milésimas de segundo después, Pichu libera con prontitud una rafaga salvaje de ensordecedores rayos de tonalidad amarilla fosforescente en dirección al dúo de intrusos vestidos con uniformes del Equipo Rocket y sus pokémon ahora posicionados frente a ellos.
-Tch.. ¡Crobat, utiliza Defog (Despejar) a toda potencia!- Ordena en contraposición el sujeto de cabello azul verdoso y llamativa boina sobre su cabeza cómo con fastidio y en voz alta, pero no sin antes dirigir una confiada mirada para su compañero junto a él. -Por favor desvía y desvanece ese patético intento de ataque.-
Tan pronto cómo su entrenador vociferó su orden, el pokémon de tipo veneno y volador empieza por batir sus cuatro alas desde su posición y con gran velocidad, lo qué generó casi al instante qué una intensa e inesperada rafaga de viento no solo se hiciese presente al repeler con insultante facilidad el ataque de Pichu tras hacerlo desvanecer en medio del aire, sino qué además, por breves momentos, todos y cada uno de los pequeños copos de nieve traslucidos qué iban cayendo desde el cielo se hicieron añicos por todo alrededor de la azotea casi cómo por arte de magia.
Habiendo observando tanto atónito como con rabia en primera fila el resultado del ataque fallido de su Pichu, Gold tenso por puro instinto su mandíbula y demás articulaciones alrededor de su cuerpo, reformulando nuevamente muy en su interior un plan de acción ante aquellos intrusos localizados al otro lado de la azotea y frente a la caseta con las escaleras qué conectaban con el interior de la torre.
Bill, por su propia parte, no pudo evitar asombrarse de sobre manera al cambiar automáticamente el agrio semblante de su rostro, observando también con desasosiego al par de llamativos miembros uniformados del Equipo Rocket y sus imponentes pokémon en perfecto silencio desde detrás de Gold, a poco menos de un metro de este.
Pero, inclusive luego de presenciar todo lo ocurrido hasta este punto, Bill apenas sí podía contextualizar mentalmente el porqué de todo esto con amargura y tras fruncir su ceño, sumado también al hecho de qué, en estos precisos instantes, Enishi y los demás miembros de la Policía internacional deberían de estar atacando por sorpresa la base de operaciones del Equipo Rocket en Pueblo Mahogany.
-Esto no creo qué pueda ser una simple casualidad más del montón, ¿o sí?- Analiza el joven investigador desde su interior luego del rápido intercambio de ataques de Pichu y Crobat, mientras el característico sonido de un sin número de sirenas de camiones de bomberos aún seguían aullando a la distancia al continuar con su camino en dirección al sector sur de la ciudad. -Un hecho tan inusual y osado cómo qué dos miembros del Equipo Rocket aparezcan en mitad del día justo aquí, tras esa explosion en dónde me parece está localizado el cuartel general de policía de Goldenrod, agregando a qué se supone que Enishi, Laurent y Lance estarían empezando su ataque a su base de operaciones al otro lado de la región, no debe de ser un mero capricho del destino, ¿verdad? Pero es qué nada de esto tiene lógica alguna cómo para hacerme tanto sentido. El qué ellos se aparezcan aquí de esta forma y con tanta rapidez descarta que esto sea un acto retaliatorio por nuestra operación a su base. No, eso no puede ser de ninguna forma… En todo caso, ellos apenas sí se deberían de estar enterando en este preciso momento de lo sucedido en Mahogany, por lo qué esté ataque aparentemente coordinado debe de tener otro motivo más específico el cual escapa de mi entendimiento. ¿Pero qué llevaría a estos rufianes a atacar la torre de radio y cuál sería su verdadero objetivo? ¿Hmmm… Equipo Rocket… Torre de Radio… Relación…?-
-Heh, interesante, realmente interesante y hasta un poco poético… ¿Con qué "TU" eres Gold del fuego Azul?- Cuestiona retóricamente desde el otro lado de la azotea el sujeto más delgado y pálido del dúo, mismo quien se limite a sonreír de manera burlesca antes de rascar por inercia la espesa barba qué decoraba su pronunciado mentón. -¿Quién demonios lo hubiera pensado? Apenas sí te reconocí del todo, niño. Pero ahora no tengo dudas tras observar cómo reaccionaste al vernos y también por la manera tan atrevida en cómo ordenaste tu contraataque sin siquiera dudarlo por más de un instante. Tú claramente eres aquel impetuoso entrenador quien se alió momentáneamente con Silver para intentar detener nuestros planes en las Ruinas de Alph hace tantos meses atrás.-
-Hmph, odio admitirlo, pero tu "fama" te precede, Gold Tsubasa. Y dudo mucho qué existan demasiadas personas en toda la región quienes sean ajenos al menos a tu nombre, tu apodo, o el legado de tu padre.- Vocifera a continuación el entrenador del Crobat en un tono agresivo e impersonal, cruzándose luego de brazos con amplio desdén. -Aunque, siendo sincero, tampoco es cómo sí te reconocí en principio o supiera de tu apariencia, más tu talento y el poderío de esa pequeña rata amarilla son innegables al hablar por sí solos. Pero no te equivoques ni mal entiendas mis palabras, mocoso insolente. Porque, lastimosamente para ti, esté es el final de tu camino cómo entrenador. Pues te aseguro qué Crobat y yo no volveremos a ser tan condescendientes, ni tampoco ocurrirá cómo nuestro primer enfrentamiento en las Ruinas en Alph en dónde Petrel y yo los dejamos creer qué habían ganado. Esté lugar, aquí y en esté momento, será en dónde darás tus últimos alientos. Claro está, a no ser qué decidieras aceptar esta única propuesta qué te vamos a ofrecer.-
En perspectiva, muy a pesar de la atípica situación y también de los violentos latidos de su alocado corazón al incluso provocar qué sus tímpanos retumbaran sin descanso, una de las cejas de Gold terminó por arquearse automáticamente en respuesta tras el repentino cambio de su propio semblante por uno muchísimo más reacio.
-¿P-Propuesta?- Repite el joven entrenador con latente extrañeza en la entonación de sus palabras, entre tanto Bill se disponía a dar unos cuantos pasos al frente hasta colocarse a la derecha del primogénito de Enishi. -¿A qué demonios se refieren ustedes con eso?-
Sin embargo, la dupla no respondió de inmediato al cuestionamiento del de New Bark, muy por el contrario. Ambos, sin dar un chance de respiro a Bill y Gold, intercambian miradas repletas de cinismo antes de qué el sujeto de la boina dibujara una sonrisa cargada de falsedad y fervor en su rostro.
-¡Humíllate ante nosotros!- Ordenó el entrenador de Crobat con ferocidad tras alzar nuevamente su voz, cosa qué provocó en Gold un sorpresivo ataque de escalofríos por todo alrededor de su cuerpo y extremidades. -¡Quiero qué supliques por tu vida! ¡Ruega por nuestra misericordia, jura lealtad, no te interpongan en nuestro camino, y te prometo qué serás bienvenido en el Equipo Rocket en cuanto nuestro plan en esté lugar se lleve a cabo sin problemas! Inclusive, sí decides aceptar, te aseguro qué dejaremos salir con vida a ese tan afamado pokemaniaco a tu lado y también le diremos a nuestros subordinados en los demás pisos de la torre qué no le hagan daño a los civiles bajo su custodia. De eso puedes estar seguro y te doy mi palabra.-
Un sin fin de interrogantes y escenarios se fueron esparciendo dentro de la fracturada psique de Gold en poco menos de lo qué dura un parpadeo, sabiendo él muy a la perfección que existían pocas o casi nulas salidas ante una situación tan adversa cómo en la qué se encontraba actualmente. Sus opciones eran escasas, y sus ideas, por más qué lo intentara con toda su resquebrajada voluntad, comenzaban a divagar entre hallar la forma más efectiva de salir de esta, y también con respecto al bienestar y seguridad de todos y cada uno de sus seres queridos, familiares y amigos.
-Ok… Ahora más qué nunca es cuando necesito enfocarme en lo qué tengo qué hacer. De momento, estoy en clara desventaja, no sólo en cuanto a número de enemigos, sino también en cuanto al tipo de pokémon a quienes potencialmente me puedo enfrentar en Weezing y Crobat.- Recalca con desdicha el de New Bark para sí mismo, poco antes de exhalar aire por su boca para luego notar cómo su aliento se volvía momentáneamente visible entre los cientos de copos de nieve qué aún seguían cayendo por todo el lugar. -De acuerdo, es más qué obvio qué Pichu no podría hacerles frente a esos dos por mucho tiempo sin algún tipo de ayuda, no importa lo buen entrenador qué sea o la estrategia qué quiera utilizar, esa es mi realidad. Pero, quizás y solo quizás, puedo utilizar ese pequeño detalle a mi favor, y creo tener más o menos una idea vaga de lo qué tengo qué hacer para nivelar la situación. Aunque, sí cometo tan solo un pequeño error en esté plan, eso sería todo para Bill y para mi. No más intentos, no más oportunidades. A simple vista puedo notar que tanto Weezing cómo también Crobat poseen un nivel de combate muy por encima de la media para un pokémon común y corriente. Y, sí su velocidad de reacción al momento de contraatacar a Pichu es indicativo de lo qué me espera en combate directo, entonces no tengo dudas de qué ellos no me dejaran elegir libremente a otro pokémon sin antes pagar las consecuencias al exponer el cuello de Bill o el mío en el proceso. En conclusión, lo único qué me queda por hacer es-...
-¿Qué sucede, Tsubasa?- Volvió a preguntar efusivamente a modo de burla el entrenador del Crobat, justo al acomodar la llamativa boina qué tenía sobre su cabeza con forzada exageración. -¿En dónde quedó ese llameante ímpetu qué tenías hace un rato atrás cuando le ordenaste a tu pequeña rata qué acabará con nosotros? ¿O es qué acaso los Meowth te comieron la lengua ahora qué intentaste jugar con fueg-...?-
-¡Sabes, y yo tengo una mejor pregunta para ti!- Exclamó sorpresivamente Gold al emplear un tono firme y qué denotaba nueva convicción, interrumpiendo además en seco las palabras del cínico sujeto del otro lado de la azotea. -Dime, ¿qué se siente ser tan patético y tenerle tanto pavor a un chico de solo trece años cómo para qué ustedes dos idiotas vengan hasta aquí, nos ataquen sin previo aviso por la espalda cómo cobardes, y luego quieran ofrecerme de la manera más estúpida posible qué me una a su organización criminal?-
Completamente en paralelo a las inesperadas aseveraciones hechas por el hijo de Enishi, Bill apenas sí puede contener el inmenso temor qué se asomaba por todo su rostro y ojos, carcomiendo impunemente el interior de su estómago con un punzante sentimiento de vacío qué le ocasionó una infinidad de escalofríos por todo el cuerpo.
-¿¡P-P-Pero qué rayos crees qué estás haciendo, Gold!?- Cuestiona desesperado el anonadado investigador tras alzar su voz de sobremanera, utilizando aquí su mano izquierda para sostener y apretar el hombro derecho del de New Bark, mientras qué Pichu aún permanencia en una pose defensiva frente a ambos y con cara de pocos amigos en espera de alguna otra orden por parte de su entrenador. -¿A-A-Acaso perdiste la cabeza o es qué quieres qué nos asesinen?-
-En serio perdoname por todo, Bill.- Fue la insípida y hasta sincera respuesta dada por un muy comedido Gold en voz baja, mismo quien mantuvo en todo momento su mirada fijamente puesta sobre la dupla de invasores y sus pokémon de tipo veneno. -Pero esta, me guste o no, es quizás la única opción qué me queda por jugar sí queremos salir vivos de aquí. Solo te pido qué por favor confíes en mí, ¿de acuerdo? Yo sé lo qué hago.-
Una vez Gold culminó con su explicación, una gélida corriente de viento se hizo sentir con fuerza por la azotea al producir un tétrico y agudo silbido por todo alrededor. Bill, en esté mismo sentido, trago saliva por reflejo, apartando lentamente su mano del hombro de Gold, pero él, por alguna razón qué escapaba de todo raciocinio propio de un investigador de su calibre, comenzó a experimentar en carne propia cómo el nerviosismo y estrés asociado a toda esta situación se iba desvaneciendo paulatinamente en su interior.
Quizás fueron las palabras empleadas por Gold al explicarse, o quizás esto se debía a la seguridad qué este llegó a demostrar al cambiar su semblante de manera tan drástica frente a un inesperado suceso qué los supera a ambos con creces. Pero para Bill, muy a pesar de qué el dúo presente del Equipo Rocket se limitó a volver a intercambiar miradas entre ellos y sus pokemon al romper en una sonora carcajada casi al unísono, no cabían dudas en su mente de qué Gold, al menos en ese preciso momento en el tiempo, poseía ahora un aura prácticamente idéntica a lo qué era capaz de transmitir Enishi al estar en su presencia.
-Hahaha, vamos, ¿de verdad esa será tu respuesta?- Cuestionó incrédulo el sujeto más delgado y quien aparentemente respondía al nombre de Petrel, aún sonriendo de oreja a oreja al sacar del bolsillo lateral de su uniforme una maltratada cajetilla de cigarrillos junto con un encendedor. -Por favor, no nos hagas reír de esa manera, niño. Sinceramente no sabia que tenias tanta madera de comediante, pero creo que hasta aquí llego mi paci-...
-¿Qué sucede, Petrel?- Exclamó nuevamente Gold con algo más de ímpetu y agresividad, logrando no solo imitar casi a la perfección el tono de voz despectivo del recién llegado de la boina junto a él, sino qué además consiguiendo interrumpir las palabras de Petrel en el proceso. -¿No me digan que tanto miedo tienen de que suceda lo mismo que en Saffron en dónde Red, Blue y Green le patearon el trasero a Giovanni con tanta fuerza que lo mandaron directo al exilio sin escalas? Porque no tengo la menor duda de qué, en una batalla limpia entre nosotros tres, yo sería más qué suficiente para barrer el piso con ambos sin siquiera esforzarme. Eso se los puedo garantizar por mi honor y orgullo cómo entrenador.-
-Tch… Sabes, Tsubasa. Se qué intentas provocarnos a combatir bajo tus propios términos haciendo ese triste intento por emular al trío de bastardos de Pueblo Paleta.- Reconoce en respuesta el sujeto de la boina, otra vez con efusividad y manteniendo una sonrisa llena de confianza. -Pero maldita sea, estaré más qué encantado por acabar con tu molesta existencia de una vez y por todas en un combate. ¡Yo no permitiré qué nada ni nadie se interponga en el camino de esté nuevo Equipo Rocket, ni tampoco tolerare qué hables de esa manera de nuestro líder Giovanni!-
-O-Oye, espera un momento, Protón… No estarás hablando en serio en cuanto a darle a ese niño la oportunidad de combatir cómo él sugiere, ¿o sí?- Indaga un perplejo Petrel en voz baja ante lo expresado por su compañero, encendiendo luego uno de sus cigarrillos al ponerlo sobre sus labios, para posteriormente mirar de reojo al de azulada cabellera. -Por favor dime qué no estarás olvidando qué en cualquier instante Archer podría subir hasta aquí para cuando tengamos qué ponerle punto final a toda esta operación. Nosotros, literalmente hablando, estamos contra el tiempo y lo más sensato sería acabar con esos dos ahora qué tenemos la opor-...
-Descuida, Petrel. Eso lo tengo muy presente, pero creo qué te estás preocupando de más por pequeñeces sin sentido.- Asegura Protón sin rodeos y rebosante en confianza. -Además, ¿cuándo fue la última vez qué tuvimos la oportunidad de tener una batalla en equipo en dónde no tengamos qué contenernos? Tu y yo sabemos que esta es la oportunidad perfecta para redimirnos ante el posible regreso de Giovanni por lo sucedido hace tres años atrás, cuando los malnacidos de Red y Green se interpusieron en nuestros planes en la corporación Silph al vencernos a ambos en combate.-
Petrel aquí se mostró extrañamente dubitativo y hasta con reservas frente a su más animado compañero por unos cuantos segundos, exhalando a la vez por su boca una significativa cantidad de humo de su cigarrillo en dirección al nublado cielo qué decoraba con depresivas tonalidades grisáceas todo alrededor de la ciudad considerada por muchos cómo la más importante de toda la región de Johto.
-Ok, ok, de acuerdo… Tu ganas, Protón.- Replica Petrel a regañadientes al utilizar un tono más recatado, entre tanto esté introducía por instinto una de sus manos en el bolsillo lateral de su uniforme para volver a guardar la cajetilla de cigarrillos y el encendedor. -Hagamos esto por nuestro honor y también por la gloria de Giovanni y el Equipo Rocket.-
A continuación, otra siniestra sonrisa se instauró sobre los labios de Protón, mismo quien, en consecuencia, fija por enésima vez su completa atención sobre Bill, Gold y Pichu, imitando sin intención la mirada de un hambriento Fearow salvaje al visualizar su próxima presa en medio de una pradera.
-¿Y bien? ¿Qué es lo qué estás esperando, mocoso sin corona?- Exclama Protón otra vez a modo de burla al dirigirse a Gold, cruzándose momentáneamente de brazos. -Hagamos esto tal y cómo quieres en un combate entre nosotros tres hasta la muerte. Ahora, ve y elige a tus dos mejores pokémon para qué podamos empezar con el espectáculo principal. Porque cuando ganemos, y creeme qué lo haremos, no quiero escuchar excusas baratas ni lloriqueos. Es más, cuando esté por asesinarte, el sonido de tus últimos respiros serán música para mis oídos antes de qué toda esta maldita región caiga ante el Equipo Rocket y nos pertenezca cómo siempre debió de ser.-
Sin darse otro momento para dudar llegado a esté fatídico punto, Gold vuelve a exhalar lentamente aire por su boca en perfecto y enervante silencio al rememorar en su mente, con lujo de detalles, todo lo que él había vivido y conseguido desde que decidiera escapar de casa aquella noche de agosto tras conocer a Crystal y elegir a Cyndaquil cómo su primer pokemon.
Su corazón, en quizás perfecta contraposición para sus propios deseos, aún latía con extrema rapidez dentro de su pecho, pero nada de eso importaba estando parado aquí en el preámbulo de un combate qué él muy bien sabía que decidiría no sólo su propio destino, sino también el de muchas otras personas en varios lugares alrededor de la región.
-Pichu, se que quisieras ayudarme a combatir contra esos dos bastardos de allá. Pero tengo una tarea igual o incluso más importante, exclusiva solo para ti.- Anticipa el de New Bark al forzarse a sonreír ante su propia voluntad, entrelazando aquí su mirada con la espalda de su pokémon quien aún permanece posicionado frente a él con sus cuatro patas sobre el suelo. -Y esa tarea consiste en que por favor protejas a Bill en todo momento durante esté combate, ¿está bien? Pase lo que pase, tu trabajo será el de protegerlo y mantenerlo a salvo, ¿entendido?-
El pequeño pokémon de tipo eléctrico asintió sin mucha demora tras volver a generar varias pequeñas chispas eléctricas alrededor de su cuerpo, colocando al instante una triste expresión para posteriormente clavar sus ojos sobre el rostro de su entrenador en señal tanto de aceptación como resignación.
Pasados otro par de efímeros segundos, y una vez que Pichu finalmente se retira al retroceder hasta colocarse directamente a la izquierda de Bill, Gold aquí procede a acomodar minuciosamente sus goggles especiales sobre sus ojos, sacando al mismo tiempo del bolsillo lateral de sus jean dos pokebolas.
-¡Typhlosion, sal ahora!- Ordena con ahínco el de New Bark, a la vez en que este decidía arrojar frente a sí mismo el par de pokebolas que anteriormente había seleccionado y qué ahora apretaba entre sus dedos. -¡Scizor, tú también, yo te elijo!-
En cuestión de un abrir y cerrar de ojos, los dos pokémon más reconocibles de Gold se llegaron a materializar frente a él sin ningún tipo de inconvenientes o intervención sorpresa por parte de los recién llegados. No obstante, inmediatamente al salir por completo de sus respectivas pokebolas, ambos pokémon de Gold terminan por cruzar miradas decididas entre ellos al emitir luego un sonoro rugido al unísono dirigido específicamente para la dupla del Equipo Rocket y sus pokémon, de la misma forma en que desde el cielo comenzaron por caer más copos de nieve, pero estos ahora tenían una coloración más grisácea y opaca aparentemente debido a la exposicion del humo qué emanaba del edificio en llamas al extremo sur de la ciudad y las nubes en el cielo.
-Heh, esto será más que divertido.- Denuncia un emocionado Protón, mirando ahora de reojo a Petrel antes de utilizar uno de sus codos para toquetear el costado derecho de su inexpresivo compañero. -¡Veamos aquí de lo qué tus pokémon y tú están hechos, mocoso!-
-Hmph… No tienes ni idea.- Replica Gold de muy mala gana con completa frialdad tanto en su voz cómo también en el apático semblante qué este había vuelto a adoptar en su rostro. -¡Typhlosion, Ignis! ¡Y tu Scizor, quiero qué Mega evoluciones ahora!-
Torre de Radio, Cuarto Piso Dentro de la Cabina de Grabaciones, Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 3:08 P.M
A-Aqui ti-tienes tu micrófono.- Señala Mary entre tanto, aún con muchísimo miedo y con voz entrecortada y al borde de las lágrimas, luego de mover sobre el escritorio un micrófono alargado y con la forma de un pequeño tubo de cañón de color negro en la dirección en dónde aún yacía colocado Silver. -T-Tu solo indícame cuando comenzaras a hablar y luego yo me encargaría del resto.-
Para todos los presentes, el pequeño lapso de tiempo en el qué Silver se desplazó desde su posición, al otro lado de la cabina, hasta cuando él se acercó de lleno al escritorio puesto en medio del lugar, colocándose de inmediato a la derecha de Crystal, pareció durar más una eternidad a simple vista, incluyendo aquí a un muy expectante Archer.
De la misma manera, Silver luego estira lentamente su mano derecha en busca del alargado micrófono qué anteriormente Mary había movido sobre el escritorio en su dirección, posicionando el mismo frente a él con delicadeza. -De acuerdo… Estoy lis-...
-Ustedes desean darle a conocer al mundo sobre el regreso del Equipo Rocket.- Expresó Crystal en voz alta y con seguridad, cosa qué atrajo de inmediato la completa atención de todos por igual dentro del lugar. -Pero no es solo eso, no señor. Es más qué obvio qué su verdadero objetivo con este tan patético teatrito de mala muerte es atraer de regreso a Giovanni, ¿o acaso me equivoco?-
Manteniendo intacto su propio semblante sumido con aires de superioridad, además de la fría compostura qué tanto lo llegaba a caracterizar, Archer terminó por flexionar una de sus cejas por reflejo y con evidente sorpresa, analizando visualmente de pies a cabeza a la joven chica de coletas sentada al otro extremo del escritorio y diagonal a su persona.
-Déjame adivinar, tú debes ser la hija del profesor Elm, ¿no es cierto?- Cuestiona retóricamente el ahora líder del Equipo Rocket tras colocar ambas manos detrás de su espalda, y manteniendo por completo una antinatural calma en su entonación al momento de expresarse. -Crystal, creo qué ese sería tu nombre, ¿verdad?-
Sin pena o gloria alguna, Crystal procedió a asentir lenta y automáticamente en réplica para con Archer, con quien se miró directo a los ojos durante una fracción de segundo, siendo ella perfectamente consciente que, desde ese momento en adelante, ya nada sería igual ni tampoco había posibilidad alguna de volver atrás o rectificar. Su suerte, ahora, ya estaba echada y fuera de su control.
En esté sentido, la respiración de la joven futura profesora se tornó arrítmica y su corazón latía a toda potencia cómo sí literalmente no hubiese un mañana para ella al saber también que llegado esté preciso punto en su arriesgado plan, tanto su vida cómo integridad, corrían aún más riego qué antes tras provocar qué Archer enfocara su total atención sobre sí de esa manera tan llamativa.
-¡Así es, mi nombre es Crystal Lyra Elm!- Replicó la chica con tanto desdén como firmeza, mientras qué unos atónitos Oak y Mary apenas sí pudieron contener su silencio ante las sorpresivas palabras de la oriunda de Goldenrod. -Pero yo no solo presumo de conocer tus verdaderas intenciones con esté mensaje qué quieres dar junto con ese pelirrojo, en lo absoluto. Sino qué también se qué en el pasado enviaste a uno de tus reclutas para infiltrarse en el laboratorio de mi padre para robar cierto informe sobre qué pokémon pueden evolucionar por la influencia de ondas de radio, junto con las ventajas y desventajas de utilizar este método.-
Silver, cómo por acto reacción, apretó sus labios con amarga intensidad en respuesta, intentando al mismo tiempo y con todas sus fuerzas el no sobre reaccionar más de lo necesario para de esa manera evitar llamar demasiado la atención de Archer.
-¿P-Pero qué mierda estás tratando de conseguir al decir todo esto, Crystal? ¿Acaso ella desea qué la maten o algo por el estilo?- Se pregunta el pelirrojo a sí mismo entre dientes, enlazando casi qué por accidente miradas llenas de preocupación con su Sneasel aún posicionado sobre el hombro de Oak. -Ra-Rayos… Esto no pinta para nada bien. ¿Pero qué se supone qué haga? Sí intervengo o hago notar a Archer la más mínima cosa qué a él no le agrade, entonces pondría en riesgo no solo la vida de Lucia, sino que también la de-...
En ese momento, Archer hace chocar las palmas de sus manos al progresivamente comenzar a aplaudir muy para la sorpresa y confusión de todos dentro de la cabina, enderezando su postura desde dónde yacía parado pero sin despegar su mirada de los ojos azules de Crystal.
-Heh, vaya… Pues tengo que admitirlo, esto sí que es una sorpresa incluso para mí.- Informa Archer con aún más tranquilidad que antes, cosa que no hizo más que provocar en Crystal una serie de escalofríos alrededor de todo su ser. -Sinceramente no me esperaba que alguien pudiese descifrar parte de mi plan con tanta precisión cómo lo acabas de hacer. Aunque supongo que eso habla por sí solo de tu ingenio y perspicacia, te felicito.-
Crystal titubeo visiblemente ante el inesperado halago por parte de quien ahora fungía cómo el nuevo líder el Equipo Rocket. Y, casi de igual manera que cuando todo esto dio inicio, los labios de la de Goldenrod se movieron ligeramente en un pobre intento por externalizar una respuesta, sin embargo los únicos sonidos capaces de escucharse desde su boca eran los de sus inteligibles y tímidos balbuceos.
A falta de palabras o acciones propias e inmediatas por parte de los demás involucrados, Silver se armó voluntariamente de valor tras notar cómo los nervios e inseguridades de Crystal había carcomido, en el peor momento posible para ella, su capacidad para comunicarse casi que por completo, decidiendo sin pensarlo en tomar cartas en el asunto al aclarar su garganta con exageración.
-Sí, sí… Es realmente… uhhh… interesante todo eso que dices. Pero no podemos darnos el lujo de perder mucho más tiempo con estas tonterías, ¿no es así, Archer?- Interviene preventivamente Silver al alzar su tono de voz y enfocando entonces con su mirada a este último. -Ahora bien, ¿te parece mejor sí pasamos de página para así-...?-
Sin titubear, Archer levantó su mano derecha y apuntó con su palma en dirección al pelirrojo para ordenar a qué este hiciera silencio. -Espera ahí un momento, Silver.- Interrumpe fortuitamente Archer, quien se mantuvo en todo momento enfocado en observar y analizar cada detalle del pálido rostro de Crystal. -Antes de continuar para que procedas con tu mensaje para Giovanni, existe algo qué deseo proponer a la señorita Elm.-
-¿A-Algo qué deseas proponerme?- Repitió Crystal con un hilo de voz unos cuantos segundos después al recomponer sus pensamientos, pero sintiendo a la par cómo, sumado a los alocados latidos de su nervioso corazón, las miradas de Oak, Mary, Silver y Sneasel se fueron posando sobre sí, cómo insectos siendo atraídos a la luz. -O-Ok… ¿Y qué es eso con exactitud?-
Antes de siquiera hacer el intento por replicar, Archer lleva su mano al interior del bolsillo lateral izquierdo de su pantalón, sacando de este una ultra bola la cual procede a abrir encima de la palma desnuda de su mano con completa naturalidad.
-¡Beheeyem, llegó tu turno!- Exclama el ahora líder del Equipo Rocket con extrema confianza . -Yo te elijo.-
En un veloz dos por tres, y tan pronto cómo el pokémon de Archer se materializó a pocos centímetros de su entrenador sobre el suelo, el semblante del rostro de Silver pasó automáticamente de la preocupación y nerviosismo, recordando vívidamente cómo aquel pokémon había sido el principal responsable de manipular muchos de sus recuerdos durante su primera estancia con el Equipo Rocket hasta borrar por completo todas sus memorias sobre la ubicación exacta de su guarida en Mahogany, al absoluto miedo y terror, cosa qué no pasó para nada desapercibida por ninguno de los demás presentes en la cabina, en especial por Crystal y Oak.
A simple vista, Beheeyem era un pokémon de corta estatura y de color marron, con una cabeza alargada con pronunciadas abolladuras a sus costados y llamativas marcas con lineas negras sobre su frente. Sus ojos, además, eran penetrantes al presentar una coloración verde fosforescente, acompañado de un cuerpo pequeño y visiblemente fragil con dos extremidades inferiores, y otras dos en la parte superior de su torso las cuales presentaban tres dedos qué poseian extrañas marcas circulares de color verde, rojo y amarillo.
-O-Oye… ¿¡Pero qué demonios crees qué estás haciendo!?- Cuestionó visiblemente alarmado el pelirrojo tras volver a alzar su voz con desespero, quien posteriormente apretó sin intención sus puños desde debajo del escritorio hasta provocar qué todos los músculos de su cuerpo se llegaran a tensar de golpe. -¡Archer, esto no-...
-¡Crystal Lyra Elm, escucha esto muy bien, porque solo te lo diré una sola vez!- Exclama Archer con intensidad y una enervante sonrisa en sus labios, interrumpiendo e ignorando por completo lo dicho por Silver. -Únete a nosotros en esté nuevo Equipo Rocket. Alguien con tu intelecto y perspicacia sería un elemento más qué bienvenido dentro de nuestra organización, ¿qué me dices?-
-¡Yo me opongo, no lo voy a permitir!- Contra argumenta un furioso Oak en el acto, golpeando después el escritorio frente a él con uno de sus puños y sin importarle el hecho de qué Sneasel aún se mantenía sobre su hombro con sus garras cerca de su garganta. -¡Archer, te pido por favor qué dejes a Crystal fuera de esto! Ella es solo una niña quien no sabe de lo qué habla, ni tampoco tiene qué ver con nada de lo qué ocurre aquí. Yo bien puedo aceptar qué utilices mi programa para que des tu mensaje a Giovanni sin oponer resistencia, pero otra cosa muy diferente es qué intentes reclutar a la hija de mi pupilo frente a-...
-Beheeyem, ¿serías tan amable de ponerle fin a esta charada? Ya sabes qué hacer.-
-¡Maldita sea Archer, detente!- Vocifera desesperada e inútilmente Silver, casi que con voz entrecortada. -¡No hagas esto, por favor!-
Pero, una vez recibida su orden por parte de Archer, el críptico pokémon de tipo psíquico no duda ni por un segundo en apuntar todos y cada uno de sus dedos tricolor en dirección al rostro del veterano investigador, acción que provoca no solo que los dedos de Beheeyem comiencen a emitir un peculiar brillo parecido a la de las sirenas de policía, sino que además esto causa que el Sneasel de Silver se vea forzado a dar un acrobático salto, antes de que sea demasiado tarde, para colocarse después junto a su entrenador.
Inmediatamente luego de esto, Oak comienza a tambalearse al adoptar fortuitamente una somnolienta expresión que solo fue deshecha cuando el reconocido investigador se desploma estrepitosamente, cayendo al suelo aparentemente desmayado.
Mary, por consiguiente y visiblemente al borde de un severo ataque de nervios, fue otra vez la primera en reaccionar a lo sucedido, volviendo a tapar su boca con ambas manos mientras qué varias decenas de lágrimas iban inundando sus ojos en igual medida en qué ellas se iban abriendo paso hasta dejar sus sonrojados pómulos completamente humedecidos.
-El probablemente estará bien, no se preocupen tanto.- Aseguró Archer con tranquilidad tras colocar su puño derecho sobre sus labios al carraspear ligeramente para aclarar su garganta. -Pero eviten, por su propio bien, el jugar con fuego, o de lo contrario podrían salir muy pero muy lastimados cómo pueden ver con nuestro querido y reconocido profesor. El se metió en lo qué no le incumbía y ahora pagó las consecuencias de-...
-O-Ok… Acepto la propuesta.- Indica Crystal con desdén y decisión, interrumpiendo de golpe a Archer. -¡Y-Yo acepto unirme al Equipo Rocket!-
