Continuación de La Sonrisa Más Brillante

Un Viaje Fugaz.

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Lottie estaba nerviosa en ese momento, ¿Cómo le iba a explicar a Albus que todo esto era un mal entendido? Que ella solo le había dicho que si porque le pareció tierno.

¿En qué problema se había metido?

Pero ante esta situación lo único que se le ocurrió fue que debían hablar, Albus la tenía idealizada, quizás si la conocía más a fondo se decepcionaría de ella.

Ella le llevaba 10 años. ¿No sería esa una excusa suficiente? Era cierto que lucía más joven de lo que aparentaba, incluso Matt siendo menor que ella solían confundirlos a ambos, creyendo que era el joven el mayor.

–Bueno deberíamos hablarlo primero, han pasado muchos años. ¿Cuántos años tienes Albus?– Si Albus era menor de edad aún había oportunidad de salir corriendo sin mirar atrás.

–Tengo 22 años. Ya soy un adulto.

¡No puede ser…! ¡Ya es legal! No, no Lottie, reacciona, no puedes ver con otros ojos a el vecinito. Ya no es el niñito de mis recuerdos, tampoco se nota la diferencia de edades. ¡Ay no! ¿Por qué se puso tan guapo? ¡No, no! ¡Recuerda que esta conversación es para que se decepcione y se aleje! – Pensó para finalmente decirle. – ¿Y que has hecho estos años?

–Me he dedicado a estudiar, incluso mi papá me ha ofrecido un buen puesto de trabajo, pero no me interesa, ya que eso me alejaría de ti. – Albus aún no podía decirle que era un mago, no quería que ella lo considerara un loco.

–¿Es en otro país?

–Si. –Mintió y ella no lo notó.

–¿Y tu novia? – Tenia la esperanza que hubiera una tercera persona, así podría convencerlo de que se fuera con la otra mujer.

–No he tenido más prometida que tú. – Respondió con sinceridad, sus ojos verdes brillaron mientras sus mejillas se tornaban rojas.

¡Este niño me hace sonrojar! ¿Será posible que de verdad me haya estado esperando? ¡A este paso la que va a ceder primero soy yo! – Lottie se quedó callada sin agregar nada más.

Se sentía incómoda, si pudiera viajar en el tiempo, golpearía a su yo de 15 años por la promesa que hizo.

Albus ya sabía lo que tenía que hacer.

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–¡Espera un momento! ¿Ella es la prometida que mencionabas en Hogwa… en el internado? – James apenas pudo disimular su sorpresa. ¿Quién era la mujer de ojos marrones que estaba frente a los dos hermanos?

–Si, ella es mi futura esposa. – Albus tomó la mano derecha de Lottie, la acarició lentamente antes de darle un pequeño beso.

¡Albus es un ángel! – Lottie solo sonrió, casi se perdía en los ojos verdes del joven, se sentía como una adolescente.

–¿Y ella es? – Lily preguntó sin entender de dónde había salido esa mujer misteriosa.

–Mi nombre es Lottie Elwes.

– ¿La hermana de Matt Elwes? El vecino con quién solíamos jugar de niños.

–Si. – No quería verlos a la cara la verdad era que no sabía que más decir en la situación.

–¿Desde cuándo eres la prometida de mi hermano? – James la observó de pies a cabeza, si sus recuerdos no fallaban Lottie era casi una adulta cuando se conocieron y si había salido con su hermano siendo un niño, con eso estaba metida en serios problemas.

–Eso no es importante, yo la quiero. Y se lo que estás pensando James, nunca salimos mientras fui un niño. – Amenazó sutilmente a su hermano mayor, James desvío la mirada hacia el suelo, cuando Albus hacia eso era porque realmente le importaba el tema que estaban tratando.

–¿No te parece algo mayor para Ti? Es decir ella ya pasa de los 30 años y tu apenas estás en los 20. – Habló por primera vez el patriarca de los Potter.

De eso mismo quiero convencerlo señor Potter. – Lottie pensó tratando de ocultar los nervios que sentía, no le importaba que señalaran su edad. Incluso sabía que su silencio sería mal interpretado pero prefirió quedarse callada.

–¿Mis sentimientos no te importan papá?

–¿Me estás diciendo que por ella es que no quisiste trabajar en el ministe.. es decir en el bufete de abogados? – Harry no podía entender a su hijo, ¿Por qué insistía estar con esa mujer? ¿De verdad era soltera o a última hora saldría a relucir que tenía hijos?

El recordaba a la chica que estaba frente a ellos, se habían visto un par de veces en el transcurso de los años, la había conocido cuando ella tenía 15 años.

–Si papá, por eso no quise ser aur… es decir irme al extranjero.

Lottie observó con confusión a todos. Porque decían palabras a medias que podían ser consideradas disparates. ¿Porque decían una palabra extraña y la cambiaban inmediatamente?

La matriarca de los Potter trató de confortarla, de todos los presentes además de Albus era la única que no le había hecho preguntas que pudieran ser incómodas. La señora Ginny le ofreció una taza de té, mientras ella pensaba en como convencer a Albus que era una mala idea, todo esto.

Algo le decía que se había metido en un mundo que no conocía y que estaba a punto de vivir muchas aventuras.

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Matt Elwes tomó en sus manos la taza de té, bebió un sorbo pequeño mientras veía a los ojos a su hermana mayor.

–Los niños de ahora son tan irrespetuosos ¿Por qué no nos respetan a nosotros que somos sus mayores? – Podía notar su enojo, a esta hora ya todo el vecindario sabía de "su compromiso" con el hijo mediano del matrimonio Potter.

–Matt, por la manera en la que hablas muchos creen que eres el mayor. – Lottie no sabía si reírse o no simplemente sentir vergüenza ajena– Albus es solo dos años menor que tu.

–¿Y? ¿Quién le dio permiso de comprometerse contigo? Ya decía yo que esas miraditas que te lanzaba no eran indicios de nada bueno. ¿Por qué le dijiste que si?

–Matt es un malentendido. He tratado de explicarlo pero nadie me quiere escuchar.

Matt la observó dándose cuenta que el tampoco lo estaba haciendo, ni siquiera sabía que había pasado con Lottie desde que había llegado, sabía que ella había regresado por su boda, a menos que hubiera regresado antes, y ahí se hubiera enamorado de Potter. ¿Pero porque su hermana se fijaría en alguien menor? Albus no era un buen pretendiente para ella.

–Habla. –Matt pensaba que si debía arrestar a Albus para alejarlo de su hermana, lo iba a hacer, al ser el Comisionado sabía que tenía muchas influencias en la comisaría, pero no quería abusar de su poder.

–Pues verás…

–¡Así que tenías muy bien oculta tu relación! ¡Me hiciste quedar como una tonta ante todas las personas a las que les dije que eras una solterona!

Y la tía Ivy interrumpió la conversación más importante de su vida, apenas pudo huir del interrogatorio de su tía, le hizo preguntas subidas de tono, todos eran adultos pero habían cosas que claramente no hablaría con ella y le hizo pensar que si se casaba con Albus eso lo tendría que hacer con el.

–¡Lottie! –Notó a Albus en la lejanía.

–¿ Como llegó tan rápido? Cierto es mi vecino. – En ese momento notó que Albus llevaba una maleta en su mano. ¿Se iba a ir?– ¿Sucede algo? – Preguntó sin poder explicar porque le dolía verlo con la maleta.

Se suponía que tenía que decepcionarlo no encariñarse.

–Si, nos iremos de viaje.

–¿Nos?

–Te llevaré a conocer a mis abuelos.

–¿Qué? Pero no tengo mis maletas hechas.

–Te compraré todo lo que necesites allá. –Albus la tomó de la mano y la llevó hacia su casa, la hizo correr tan rápido que no tuvo tiempo de negarse, siendo sincera consigo misma podría haberlo detenido.

Albus le pidió a que entrarán a la chimenea, se le quedó viendo como si fuera una broma. ¿Por qué quería ella llenarse los zapatos de cenizas? Era un mal día para ponerse sus zapatillas blancas.

–Voy a la Madriguera. –Albus lanzó un polvo de color verde mientras un fuego verde que no hacía daño los envolvía. Albus la sostuvo de la cintura, ni siquiera pudo gritar al ver aquel fuego tan extraño.

¿Qué significaba aquello y porque no podía sentirse asustada a pesar de todo?

Cuando salieron despedidos de la chimenea pudo comprobar que ya no estaban en el mismo lugar y que un hombre alto que alguna vez fue pelirrojo junto a una mujer regordeta los estaban esperando.