Miércoles, 12:05 horas, subnivel entre el Dogma Central y el Dogma Terminal de NERV Japón.
Había pasado un día desde que Kentaro Ishiki había sido puesto en el calabozo por crímenes en contra de la organización.
Rintaro Ishiki estaba parado tras la ventana titánica de su oficina, observando el Geo-Front que se encontraba a la lejanía, varios metros abajo.
No había absolutamente nadie, cosa opuesta a días previos donde la base había sido mucho más inhabitada por la vida humana.
El cielo estaba blanquecino, como un paisaje incierto.
Las copas de los árboles, inactivas aún bajo la existente fuerza del frío viento de la mañana.
Joan se encontraba justo detrás de su escritorio, sonriendo de forma un tanto irónica.
- El futuro se torna gris, Ishiki. ¿Ha sido esta una de tus mejores ideas hasta ahora, o acaso la que le puso el último clavo al ataúd? – Inquirió el anciano de forma retórica. – Sadako no habría estado muy agradecida con este movimiento.
- Yo sé que ella lo comprendería. – Replicó Rintaro seriamente.
- … Intentas convencerte de ello.
Rintaro frunció el ceño, poniendo los puños para que floten libremente contra ambos lados de su cadera.
- Los Manuscritos del Mar Muerto se han tornado obsoletos hace mucho. Los ancianos confían demasiado.
- Puede que sea cierto. ¿Crees que podamos llegar a eso algún día? La Instrumentalización Humana. – Agregó Joan.
Rintaro entonces sonrió, alzando sus anteojos de manera confidente y cínica sin dar una clara respuesta.
El destino de la humanidad dependía de un adulto ensañado con el pasado…
EPISODE TWENTY-FOUR: "INTERCEPTION"
Or
"Knockin' On Heaven's Door"
(Ambiente: Evangelion Asuka Hospital Sound 1 Hour)
Desde hace horas que el EVA-03 había sido vendado, y la entrada de su Cable Umbilical había sido sellada.
Se estaba llevando a cabo una descontaminación mental y física del Evangelion, para asegurar que el Decimoquinto Ángel Ireul fuera completamente erradicado de su sistema interno.
Sin embargo, el aura de los nanochips celestes radiaba por las cavidades libres del EVA como una flota de bacterias carcomiendo la carroña de un cuerpo muerto, aunque no estaba causando ningún daño en particular.
Thomas Suzuki Zimmerman había sido expulsado de su Unidad EVA desde hace horas, nombradamente las cinco y treinta hace dos días, por lo cual se encontraba actualmente sedado en el ala médica de NERV, y una desinfección de su propio cuerpo y mente se estaba llevando a cabo también.
Actualmente sedado se había vuelto un término viejo, pues despertó con un suspiro no mucho después.
Se dio cuenta de que estaba vendado, desde los nudillos de sus puños hasta toda una venda que iba desde su frente hasta su nuca.
El chico estaba acostado en una camilla, y a su izquierda tenía una bandeja llena de comida, sin mencionar al albino Roku Takanashi que estaba sentado justo al lado de esta misma bandeja.
- Te traje el desayuno hace unas horas. – Dijo Roku, como factualmente.
Tom suspiró como para retomar aire, y sonrió débilmente.
- Y yo que creía que te habías vuelto más frío. Gracias. – Contestó.
Roku miró hacia otro lado, apretando las piernas.
- No representa un problema para mí, he estado intentando poner mi técnica culinaria en buen uso con ayuda de Ishiki-kun.
Tom asintió, y miró hacia el vacío techo blanco del hospital.
- Así que, techos desconocidos, ¿no? – Comentó de pasada.
- Desconozco ese sentimiento. Todo lo que has visto de NERV, todo lo que vayas a ver y todo lo que ves ya lo conocía desde antes. Desconozco aquello que para otros es lo desconocido. – Replicó Takanashi.
- Nunca fuiste mucho de salir hasta que empezaste a hablar con nosotros, ¿no?
- Tú fuiste quien me introdujo al mundo de las salidas. – Asintió Roku entonces, demostrando que apreciaba el gesto de su compañero y amigo.
Tom se giró hacia el otro lado.
- ¿Qué crees que pase con mi EVA a partir de ahora?
- El EVA será desinfectado.
- ¿Eso es un hecho?
Roku negó con la cabeza, arrepintiéndose un poco al ver la cabeza de su compañero erguirse hacia arriba en esperanza, pero conllevando sus realistas palabras de todas formas.
- Es lo que quisiera creer.
- Siempre encontramos una forma de salir adelante. – Comentó Suzuki, frunciendo el ceño levemente. – Lo queramos o no.
- Son oportunidades que… Uno no se puede dar el lujo de no querer aprovechar. Simplemente sucede. El hecho de seguir vivos, me refiero. – Respondió Roku.
Tom miró hacia la puerta de la habitación del hospital, levantándose y tomando el pan del desayuno entre los dedos de su mano derecha, para luego meterle un audible mordisco.
- Eres fuerte, Roku, desearía ser igual.
(Ambiente: Evangelion Cicada Sound 1 Hour)
Riley estaba actualmente en el colegio, justo a punto de reventar los puños contra el guardador de su pupitre por la frustración que sentía de que el profesor no viniera para terminar la clase de una vez por todas y que les dejaran salir antes de horario.
- Oigan, ¿lo notaron? Con cada día que pasa, la gente está comenzando a abandonar la ciudad. – Comentó Taihei, saltando sobre un pupitre vacío al lado del de uno de los chicos del curso, acompañado en el mismo acto por Kouta.
- Con todo esto de los ataques de los Ángeles, no me sorprende… - Bufó Sawano, un poco temeroso.
Había visto a uno de los primeros Ángeles cara a cara, después de todo, y ese tipo de recuerdos solía ser algo que funcionaba como la tinta indeleble de la memoria.
- Miren, hasta Kazehara y sus amiguitas se fueron… - Agregó Todo, mirando hacia la parte de atrás de la fila del medio. – No creí que a esas snobs les importara más la elección de vivir o morir que tener una cita con un motociclista o pagar millones por un vestido.
Reiko se giró al escuchar esta conversación desde lejos, pues no era muy difícil hacerlo; la lista actualmente solo constaba de Hayashi Taihei, Asano Todo, Sawano Kouta, Ishiki Kentaro, Takanashi Roku, Suzuki Zimmerman Tom, Shinsuki Schröder Riley, Hiragana Reiko, Kotatsu Kaede, Matoi Kaori, Fukidashi Kouji, y por último la misteriosa pero no menos importante Horumichi Amai, quien no tenía motivos, pero estaba ausente de igual forma.
Y, teniendo a tres de ellos ausentes, sin mencionar a Kaori y Kaede, era demasiado fácil involucrarse en conversaciones ajenas a causa de mero aburrimiento.
- Psst. Riley. – Chistó Reiko, acercándose a la pelirroja para meterle charla. - ¿Dónde están los demás?
- Tommy, hospitalizado, posiblemente contaminado mentalmente. Roku, cuidando del primero. Kentaro, está… En casa. Bajo vigilancia estricta. – Listó la alemana en voz baja, tanto como para que ninguna cámara escondida le pudiera delatar por compartir información vital como para que no se notara su repentina duda al mencionar el estado de Kentaro.
Todo el personal de NERV, del más alto al más bajo, sabía que tenían a un niño apresado bajo las profundidades de la pirámide de hierro negro que era la base.
Y ella no podría estar en mayor desacuerdo con la idea del barbudo hombre a cargo de la organización…
- Las cosas se pusieron difíciles, entonces. – Comentó Hiragana.
- Lo han estado, sí, hace rato. Gracias por notarlo. – Contestó Shinsuki de forma sarcástica.
- En serio. Riley, chica, si necesitas algo, solo… Solo dímelo. No hace falta que lo retengas. – Le aseguró la joven del cabello rizado, con una mano sobre la suya. – Por más tonto que te pueda parecer.
Riley apartó la mirada, y se tiró el cabello hacia atrás.
- Me preocupa que venga un Ángel y ponga todo peor de lo que ya está. – Confesó Shinsuki. – Ya no… Ya no me siento lo suficientemente fuerte como para pilotar y ganar… ¡No sé por qué me pasa esto!
La conversación, gracias al acrecentado tono de voz de la alemana, fue fácil de escuchar para Kouta y Taihei, por lo que ellos decidieron meterse en el tema para ayudar a la piloto del EVA-02.
Luego lo justificarían con que necesitaban que estuviera en forma para sincronizar bien con su EVA, pero jamás admitirían que en el fondo de sus corazones tenían algo de empatía por la pelirroja…
- Oi, Demonio Rojo. – Se introdujo Sawano. - ¿Cuál es el problema? Oímos que estabas bastante sobajada y queríamos ver qué se nos ocurría para ayudar a una de las guerreras más importantes de la humanidad.
Justo entonces, sonó el timbre del recreo, y Riley se levantó rápidamente.
- Apártate de mi camino, mono. – Le insultó la alemana, dándole un golpe a Kouta en la nariz y caminando fuera del aula.
- ¡Hey! ¿¡Y eso qué fue?! ¡Era en serio! – Replicó el atleta, evidentemente molesto.
- ¡No me jodan! ¡Yo estoy bien! – Gruñó Riley, desapareciendo por el pasillo.
Reiko se tomó de la frente, y negó con la cabeza.
- Un poco más de tacto no habría estado mal. – Añadió Taihei, cruzándose de brazos con aires sarcásticos.
- Cállate, ojos de vidrio.
A la lejanía, Riley vio su propio reflejo en la ventana de uno de los pasillos que llevaban hasta las escaleras al patio del colegio.
No tenía sus Clips Nerviosos A10 en la cabeza, ahora que lo notaba.
En su propio reflejo, vio la cara de su madre.
Eran casi exactamente iguales ahora, pues su cabello dorado se había desteñido y se había tornado completamente pelirroja finalmente.
Riley alzó una mano y lentamente formó un puño con ella, tirándose de la piel de la palma izquierda.
- "Madre… No sé por qué tuve la intención de separarme de tu linaje durante todos estos años. Sé que siempre vas a estar aquí para mí, y yo para ti. Eso es todo lo que necesito en un momento como este."
Meiko estaba escondida en un edificio abandonado en Nagano, y parecía estar cargando con una caja pesada en su mano derecha mientras bajaba hacia la calle.
- Fue difícil de conseguir, pero no imposible. – Comentó, secándose el sudor de la frente mientras guardaba su pistola, la cual se había quedado ya sin balas.
Abrió el baúl cuadrado de su moto y metió la caja en él, montándose en el vehículo poco después.
Al rato, llegó a una pequeña casona en el campo, donde se encontró con una mujer de avanzada edad que estaba fumando a la entrada de la casa.
- ¿Qué tal? ¿La tienes? – Preguntó la señora. – Imagino que fue un infierno traspasar la seguridad de esa casa.
Meiko se rió, y puso la caja en el suelo.
- Nah.
- Van a matarte, Ishiki tenía ese departamento monitoreado desde el 2005. – Contestó la mujer, como si fuera un hecho y no una suposición.
- No podría importarme menos. Pase lo que pase, yo fui la primera en descubrir la verdad. – Replicó la espía profesional.
Abrió la caja de cartón, encontrando en sus contenidos una extensa selección de cintas VHS.
- Veamos lo que tienes para decirle al mundo… Ishiki Sadako.
Gonta estaba supervisando la reparación de las Unidades EVA y el proceso de descontaminación del EVA-03, tecleando de acá para allá mientras que los técnicos se esforzaban en reconectar los huesos del EVA-00 con su brazo roto.
- Apoptosis del EVA Unidad-00 completada. Comenzando proceso de Mitosis.
Ignoraba levemente las órdenes y procesos que se estaban llevando a cabo en la recámara de la jaula del EVA-00, más bien tenía la mirada fija en los lados del EVA-03 por los que emergía un semilíquido viscoso y metálico, el Decimoquinto Ángel.
- "Ni siquiera padre ni madre han podido con él…" – Murmuró en su mente, mirando a las computadoras MAGI trabajar a toda potencia, sin resultado. – "Está apegado al EVA… ¿Por qué? ¿Por qué no puedo arrancar esta simbiosis al medio? Maldición… El comandante se enfadará. Y mi padre también lo haría, de seguro. Así han sido las cosas siempre."
Artorias se encontraba actualmente bajando por un elevador hasta el subnivel de cárcel de NERV.
Nadie le había dicho que fuera hasta allí, había ido en su propia cuenta utilizando una tarjeta ID replicada que Meiko le había regalado luego de la noche anterior, desobedeciendo órdenes del comandante para entrar a la prisión y alimentar a Kentaro, quien solamente recibía comida cada seis horas.
La prisión estaba sucia, oxidada, con las paredes amarronadas por completo.
Es más, no parecía una prisión, parecía una caja metálica rectangular de 140 metros de largo y 20 de alto.
Como una oficina del infierno…
Se encontró con el joven sentado en su cama, la cual tenía sábanas sucias, presumiblemente por lo poco que se hacía uso de la prisión en NERV, siendo solo puesta en uso para agentes soplones o soldados que se resignaron en un mal momento.
- ¿Kentaro…? – Murmuró Artorias, sacando una caja de bento. – Te traje… La comida…
Kentaro estaba agarrándose de las piernas, mirando al suelo con un ceño fruncido perpetuo.
- ¿Cuándo me van a largar?
- No tengo idea. Yo ni siquiera debería estar aquí. – Contestó Artorias, dejándole la comida al chico. – Cuando termines, tírala al bote de basura para que no la vean. Rómpela si hace falta. No quiero que se enteren de que estuve aquí, o probablemente me matarán.
- ¿No puedes abrirme?
- No tengo las llaves. El carcelero está en el Dogma Central. Si voy y lo noqueo todo se va a ir por la borda. – Susurró Artorias. – Y si disparo un tiro ahora mismo, creo que las cosas se podrían poner incluso peor.
Kentaro asintió, y tomó la comida.
- ¿Cómo está Riley? – Preguntó Ishiki.
- Está en el colegio. No sé muy bien qué le pasa, pero está bastante callada. Me recuerda un poco a ti en eso. – Comentó Artorias con sarcasmo. – Siempre guardando sus emociones para adentro, ustedes adolescentes…
- Ustedes adultos tampoco se salvan. – Chistó Kentaro con una sonrisa amena. – Se creen niños, como nosotros nos creemos grandes.
- Es porque la vida aquí nos obliga a hacerlo. Es la maldición del Evangelion, supongo.
El equipo de técnicos de NERV estaba en la cafetería, con el trío principal y más experimentado estando sentados uno al lado del otro en una de las mesas de plata de la zona, bebiendo cada uno de su propia taza de café.
- El cuartel ha estado en alerta de fase uno desde esta mañana… ¿Qué idea tuvieron los del supuesto Comité? – Murmuró Kozo.
- Quizá lo vieron como una pertinente medida Anti-Ángeles, haciendo que la organización se deba mantener en alerta roja permanente con tal de una mayor eficiencia en combate… - Contestó Moguo. – No tengo idea de si saben que vendrá un nuevo Ángel, o solo nos están preparando para algo peor…
Touka miró hacia su propia taza, viendo el vapor del café alzarse hacia su rostro.
- … ¿Qué creen que sucederá con NERV cuando todo esto termine?
- Es probable que se desmantele por completo. Quiero decir… ¿Qué otro uso tendríamos? – Replicó Kozo.
Moguo y Touka asintieron con gran pesar, con el primero apurándose a tomar el derecho de palabra antes que los demás.
- Tiene sentido… Pero creo que todo esto solo es el principio del fin.
Rintaro estaba en una reunión con SEELE, con los monolitos de hierro flotando alrededor de él en un círculo.
- Ishiki, tus acciones han sido apenas satisfactorias para continuar el curso hacia la Instrumentalización Humana. Eres un peón, no el rey entre reyes. Recuérdalo, y aférrate a tu lugar, lejos del trono, como San Pedro en las puertas del cielo. – Afirmó SEELE-03.
- Conozco perfectamente mi lugar, caballeros. – Murmuró Rintaro tras sus manos juntadas sobre su boca, pudiendo perfectamente concebir una sonrisa cínica para burlarse justo frente a sus enemigos. – Lo que vaya a suceder en la siguiente batalla definirá el resultado a lo último. Definirá la preservación de la vida o la destrucción de la misma.
- Así es. – Reafirmó SEELE-01, y todos comenzaron a soltar un cántico casi como si fuera de un culto satanista, pero la realidad es que era mucho peor.
- La Semilla de la Vida podría ser arrebatada, o utilizada para lo que fue creada.
- La madre de toda vida en la Tierra podría ser asimilada, o la furia del padre de la vida extraordinaria a lo lejos podría aniquilarlo todo.
- La única Arca de Noé en este diluvio serán las Unidades Evangelion, quienes definirán el futuro del mundo entero.
Todos los monolitos se apagaron, y Rintaro gruñó.
- Viejos pretenciosos. Pero tienen razón. ¿Qué haremos con ella…?
Justo en ese momento, afueras de Tokyo-3, justo al lado de la estación de tren de Odawara.
Una estela de energía blancuzca se manifestó en el cielo, arrancando las nubes al medio y dejando a su paso un rayo de luz divino de color azul oscuro que rompió el terreno en pedazos, con el asteroide magnífico estrellándose contra la estación.
Silencio mortal.
Inmovilidad total por parte del asteroide.
De pronto, se oyó un chiflido astral, generándose así una explosión termonuclear que erradicó toda la ciudad de Odawara, inevitablemente aniquilando a miles en el proceso, incluso logrando alcanzar las montañas y los teleféricos que habitaban en ellas.
El Decimosexto Ángel, Zeruel, denominado como el Brazo de Dios, se había levantado de su largo letargo.
El Ángel se alzó soltando un sonido similar al de las alas de un ave desplegándose, destruyendo un puente que le había caído en la espalda al sacárselo de encima con tan solo pararse en dos patas.
Se tronó la espalda al tornarse hacia adelante, y giró sus brazos rotos sobre sus propios ejes hasta que estos se regeneraran.
El Ángel poseía un cuerpo extra plano, de color verde oscuro como Sachiel, pero con ligeras diferencias, como el hecho de que todo su torso parecía una lija verde, las protuberancias dobles como de piedra que poseía en la espalda, como bultos, hombreras blancas, sus brazos siendo metálicos como lijas, pero tan planos como rollos de papel retractables que eran capaces de mandar a volar un autobús de una cachetada.
También, su cara, con la forma similar a la de Sachiel e Israfel pero con una boca similar a la de una máscara triste de ópera, estaba posicionada justo en medio de su torso, por encima del Núcleo S2, por lo que no poseía cabeza y parecía más bien estar constantemente erguido.
Poseía unas orbes anaranjadas que emergían de su torso en distintos sitios, a la vez que un trazo blanco se formaba desde la zona izquierda de su hipotética cadera hasta el Núcleo, luego retomando hasta el hombro derecho.
Flotaba de una manera que sobrepasaba todas las leyes de la física, estando parado en la misma posición todo el tiempo, como un objeto inamovible.
Y actualmente, mientras dejaba estelas de destrucción y escombros por todo el lugar, se estaba dirigiendo al centro de Tokyo-3 para sobrepasar la base y alcanzar el Dogma Terminal…
Un rugido demoníaco se podía escuchar en todo el entorno que rodeaba Tokyo-3, pero en realidad, este rugido eran meramente las letras pronunciadas por la inhumana boca del Ángel.
- MADRE, ESTOY EN CAMINO.
(Música: NGE OST – Spending Time In Preparation)
- ¡Patrón azul! ¡Es el Decimosexto Ángel! – Comunicó Moguo alarmadamente.
- ¿¡Qué tan lejos está de la base?! – Preguntó Artorias de forma igualmente rápida, pues estaba observando las estelas destructivas con forma de crucifijo que el Ángel verde estaba dispersando por la ciudad.
- ¡Viaja a una velocidad irreconocible, las MAGI son incapaces de reaccionar al instante! – Replicó Kozo. - ¡Mayor, ya sobrepasó la base Gotenba!
- ¡No me jodas! ¡Activen las defensas automáticas de Hakone-Yumoto! – Ordenó Gonta, enervado hasta el límite.
Artorias apretó los ojos con fuerza a la vez que hacía lo mismo con los puños, y se dirigió al ala médica de NERV caminando a pasos agigantados y autoritarios por el pasillo azul marino, con revólver en mano.
Se presentó en la puerta de la habitación de Tom, y ya lo pudo ver levantado, en compañía de un igualmente estoico Roku.
- Chicos… Tienen que salir. – Ordenó el Mayor, con todo el pesar del mundo.
Los pilotos del EVA reaccionaron ante esto con un asentimiento.
- Roku, tú guardarás vigilancia en el Geo-Front junto con Riley, y Tom… Ve a las líneas principales, la ciudad. – Explicó.
Tom apretó los puños, y asintió nuevamente, saliendo del cuarto.
Roku le agarró del hombro antes de que abandonara.
- … Si mueres, jamás te lo perdonaré. Yo soy descartable, tú no, Suzuki-kun. – Profirió el albino.
Tom solo se puso más nervioso por esto, pero apretó los dientes y le puso una mano en el hombro opuesto a su amigo.
- Puedo hacerlo, Roku. Lo hice varias veces, una próxima no creo que moleste a nadie. – Contestó, y se fue.
Roku miró al Mayor, y los dos asintieron a la vez.
(Música: EVA 2.22 OST – Destiny)
En el exterior, se activaron un millón de sistemas de defensa en contra del inusual y esotérico monstruo astral que flotaba en contra del viento.
Zeruel largó un silbido divino, disparando una erupción positrónica desde la tierra hasta una fila de torretas y lanzamisiles automáticos, dejando puesta una cruz verdosa en el medio que hacía arder el aire a su alrededor.
El Ángel se deslizó a través del aire estando completamente parado, hasta que fue detenido por un misil disparado por el EVA-03.
La explosión apenas y lo afectó, pues su AT-Field fue capaz de detener el misil en seco y hacerlo explotar.
Zeruel, sin embargo, no iba a dejar cuerpos sin desgarrar, y se giró hacia el EVA-03, disparándose hacia él cara a cara.
- ¡Objetivo localizado! – Exclamó Tom, y fijó el lanzamisiles en la cara de Zeruel, largando un jet de fuego que liberó un misil, el cual fue reflectado por el AT-Field, explotando así un edificio de repuesto y dejando un cráter gigantesco al volar la estructura lejos de su sitio.
El EVA-03 quedó encastrado contra el suelo, arrastrándose por la ahora partida calle hasta estamparse contra un poste de hierro.
Tom se levantó con dificultad, y alzó el lanzamisiles hacia adelante, pero apenas fue capaz de bloquear el impacto de uno de los brazos férreos de Zeruel, con lo cual fue disparado por el aire hasta chocarse contra los cables entre dos postes eléctricos.
El EVA-03 se levantó de su percance al hacerse rebotar por medio del disparo de un misil hacia el suelo, logrando saltar hacia Zeruel y lanzando las manos hacia adelante para agarrarse de su hombro, solo para que esto resultase en impactar contra su AT-Field.
- ¡Mierda! ¡Voy a arrancarlo al medio! – Gruñó Suzuki, con su EVA tomando el AT-Field de los lados y enchufándole los dedos para empujar hacia la izquierda y la derecha simultáneamente.
- ¡GRRRROOOAAAAAAAAHHH! – Rugió Zimmerman, y su EVA fue capaz de abrir el AT-Field al medio, solo para ser recibido con el disparo positrónico del Núcleo S2 de Zeruel, con lo cual fue lanzado contra el suelo.
- ¿¡Había reducido la potencia de su AT-Field?! – Murmuró Tom, apretando las manos contra los controles mecánicos dentro del Entry Plug, rascándose los confines del cerebro para poder permitirse cocinar un buen plan.
El EVA-03 desplegó su Cuchillo Progresivo, descartando el lanzamisiles, pues su peso no representaba un buen nivel de velocidad.
Zeruel lo miró de forma impasible, curiosa posiblemente, pero Tom jamás lo podría adivinar.
El piloto del EVA-03 entonces recibió uno de los brazos de Zeruel empalándole el lado izquierdo del abdomen, sacando para afuera un chorro de sangre del color del vino mientras que el joven en el interior del Entry Plug gritaba en desesperanza y crudo dolor.
- ¡GUAAAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAH! ¡NOOOOOOOO! – Gritaba Tom, golpeando los controles del EVA de forma desesperada mientras pataleaba agarrándose del estómago y apretando los dientes.
Zeruel le disparó una explosión positrónica justo en el hocico del EVA, disparándolo entonces a través de toda la calle a tal punto que atravesó tres edificios seguidos hasta dejar un cráter en un rascacielos.
El EVA-03 alzó una mano mientras trataba de arrancar el Cuchillo Progresivo de una prisión de escombros y metal calcinado por el láser vibrante del arma de combate cercano.
Zeruel comenzó a flotar hacia las filas de torretas, lanzamisiles y aviones de cargamento explosivo que se dirigían hacia él, disparándoles explosiones que parecían salir de su mismísima mente, pues la precisión era una del cien por ciento sin importar qué tan rápido fuera evadido o deslocalizado.
Tom se aterró al ver al Ángel estar tan cerca de la entrada al Geo-Front, y pateó hacia atrás, empujando a su EVA a pegar un salto bestial hacia Zeruel.
- ¡DESGRACIADOOOO! – Tronó Thomas, imbuyendo el Cuchillo Progresivo en el AT-Field de Zeruel y dejando que emergiera un océano de chispas, con el Decimosexto Ángel girándose en su sitio como la goma más flexible y disparando sus dos brazos hacia las caderas del EVA-03, arrancándole la armadura de contención de esas partes y envolviéndole el estómago con su brazo de papel metálico izquierdo, presionando en él como si fuera un niño aplastando un oso de peluche entre sus dedos.
- ¡Tom! ¡Separa el Cable Umbilical para eyectar al EVA hacia adelante con la eyección de nitrógeno! – Ordenó Artorias.
Sin embargo, los ojos del EVA se entrecerraron en señal de debilidad, mientras que éste soltaba un gruñido de dolor.
- Gwuooo… ¡ARRRRUUOOOOAAAOOOGGGH! – Rugió el EVA Unidad-03 muy de repente, liberando una explosión positrónica de color morado que quemó gran parte de la zona, lamentablemente eliminando la mayoría de las defensas del sistema automático de la zona de Hakone-Yumoto.
(Música: Berserk OST – Black Swordsman UNLEASHED)
El EVA-03 no había despertado, no había ingresado en ningún Estado Berserk, y sin embargo Tom ya no poseía el control directo del EVA.
Lo que era peor, el Entry Plug estaba brillando de un color morado, al igual que los ojos del EVA y el interior de su boca.
Además, el LCL tenía un olor que, más que parecerse al de la sangre añeja, parecía el olor de una serie de máquinas averiadas y fritas, significando que las venas de nanochips de Ireul corrían ahora por el exterior del EVA-03, adornando todo su cuerpo con cables morados brillantes.
Todo esto era un claro indicativo de que el Decimoquinto Ángel, el Terror de Dios, había vuelto a tomar control del Evangelion Unidad-03.
- ¡NAAAAAUUOOOOOOO! – Rugió el EVA azulado, abriéndose paso tras una cortina de humo rosado y saltando tras Zeruel, ahora sosteniendo su Cable Umbilical en la mano derecha.
- ¡Ya no tengo contacto con el EVA-03! ¡No puedo pilotarlo! – Gimió Tom, sosteniéndose de los controles mientras que intentaba resistir los movimientos efectuados por Ireul.
Ireul estampó a Zeruel contra un edificio, pero el Ángel más fuerte se protegió con un AT-Field de a dos lados, utilizando ambas manos ahora con la forma de las patas de un elefante para desplegar un AT-Field cortado al medio para así fijar defensas en el frente y en la espalda.
Ireul le enchufó el Cable Umbilical en el medio del AT-Field, arrancándolo a la mitad como una telaraña y tomando a Zeruel del pecho, estampándole un derechazo en la cara, solo para que Zeruel respondiera con un rayo positrónico que le voló la mano diestra al EVA-03.
- ¡GUAAHAAAAA! – Tronó Tom, agarrándose de la mano con un agonizante dolor cargando en ella, pues ya no la sentía como si fuera parte de su cuerpo.
Zeruel se agachó, enviando un cabezazo hacia Ireul, quien alzó el muñón derecho junto con la mano izquierda y bloqueó el golpe, solo para recibir una explosión positrónica verde en todo el pecho, con lo cual fue disparado por todo el suelo y rodó como una salchicha de hierro hasta decaer en velocidad.
Iruel gruñó, parándose nuevamente y corriendo en tres patas hacia Zeruel, metiéndole un mordisco en el pecho, solo para que Zeruel le tomara del cuello con sus brazos de hierro y lo estampara contra el pavimento.
El EVA-03 comenzó a eyectar sangre de su boca, mientras que los pedazos de algunos de sus dientes hexagonales se empezaban a caer.
Zeruel se paró, irguiéndose sobre la forma de Ireul como un verdadero Dios entre Dioses, y retrajo sus brazos de piel y carne para dejar salir los brazos de papel férreo que cargaba en su interior.
Al momento en que disparó uno de ellos, Ireul alzó el pie izquierdo, dejando que aquella extremidad cargara con el peso de contrarrestar el golpe del Ángel.
Ireul entonces se levantó al saltar hacia adelante, estampándole un puñetazo en el mentón a Zeruel, aunque éste mismo no dijo mucho por respuesta, más que estamparle un puñetazo con su brazo de carne y hueso y largar una bola de energía positrónica, la cual prácticamente obliteró la sección de la armadura de contención que protegía el torso del EVA-03.
- Mierda… ¡Mierda, mierda! ¡No me vas a matar! ¡NO ME VAS A MATAAAAR! – Gritó Tom, dejándose controlar por el fervor asesino de Ireul y tacleando hacia Zeruel.
Sin embargo, esto no resultaría en nada.
Zeruel desplegó su AT-Field por completo y disparó a Ireul por la calle al hacerlo, pues su entrada al campo personal del Ángel más fuerte había sido rechazada por su alma, por así decirlo.
Ireul entonces conoció el siguiente golpe de un brazo férreo, con uno de ellos estirándose a velocidades innombrables con tal celeridad que le arrancó la espina dorsal, disparando el Entry Plug hacia afuera.
- ¡TOM! – Gritó Artorias, apabullado por la situación.
Sin embargo, antes de que pudiera comenzar a ladrar órdenes, notó que Zeruel había dejado al EVA poseído abandonado en su sitio mientras que éste se desangraba.
Ireul se había apagado por completo, regresando a su letargo temporal dentro del cableado del EVA-03.
Tom se agarró de la cabeza, irguiéndose hacia adelante y soltando un par de lágrimas de pena.
- No pude hacer nada… Lo siento, Roku.
Zeruel se paró justo encima de la puerta de lanzamiento del EVA-03, volando la plataforma de despegue con una explosión y disparando otra sucesión positrónica sobre las capas de titanio de las 22 puertas de seguridad que llevaban hacia el Dogma Central de NERV.
El tiempo hacia el final del juego corría como un tiburón persiguiendo a su presa…
Kentaro estaba con la cabeza entre las piernas, protegiéndose con las manos de las explosiones consecutivas producidas por Zeruel.
Había oído ya de parte de los carceleros que esto se trataba del ataque de un Ángel, y uno muy poderoso de hecho.
Se agarró de la cabeza, arruinándose el cabello a rascones por los nervios que tenía.
- "¿¡Por qué padre no me va a dejar salir?! ¿¡Cuál es la idea?!" – Pensó, desesperado. – "¡Necesito ayudar!"
En eso, una pila de escombros cayó en mitad de la prisión, destruyendo parte del suelo y dejando un largo cráter en él.
Kentaro sintió miedo, otra vez.
Miedo a fallar.
Miedo a perder el control.
Miedo a lastimar a otros.
Miedo a morir.
Y sin embargo… Sin embargo, ahora lo que más quería era que por el amor de Dios le permitieran pilotar.
Mientras tanto, Rintaro se albergaba frente al puente Umbilical del EVA-01, observando a Roku probar su suerte en él.
Sin embargo, el albino fue incapaz de tener suerte con la Unidad-01, pues fue rechazado de inmediato al alcanzar una sincronización de -100%, haciéndolo casi vomitar por las imágenes mentales que le aparecieron en tan solo unos cinco segundos.
Roku salió del EVA, y miró al Comandante.
- Envíeme en la Unidad-00. Esto no tiene caso. – Sugirió.
- Me parece viable. Preparen el Dummy Plug para el EVA-01. – Ordenó Rintaro, mirando al equipo técnico.
Entonces, se desplegó el dicho Plug de prueba dentro de la nuca del EVA-01, y se lo encerró allí.
Sin embargo, luego de cinco segundos, fue rechazado, con el EVA irradiando luces blancas en respuesta a las rojas que el Dummy Plug pretendía hacerle desplegar.
Rintaro miró a Roku abordar el EVA-00 en compañía de una extrañamente callada Riley, y cruzó sus manos sobre el escritorio del puesto de vigilancia, mirando de reojo las cámaras de seguridad de todo NERV, con varias de ellas desconectándose a cada segundo que pasaba.
- "¿Qué es lo que pretendes que haga?" – Pensó Ishiki.
En ese instante, todas, literalmente TODAS las cámaras se encendieron en el bloque de la prisión donde se ubicaba Kentaro.
Todo esto, mientras que los ojos del EVA parpadeaban entre encendidos y apagados, y su boca alternaba entre abierta y cerrada como si estuviera reacomodándose los dientes.
Rintaro se levantó de inmediato, con una expresión oscura en su rostro.
- Puede que tengas razón. Es un mal necesario.
(Música: EVA 3.0+1.0 OST – If A Cause Is Worth Dying For Then Be)
El EVA-02 subió hasta el Geo-Front por medio del elevador magnético, y se liberó instantáneamente de sus anclajes al forzar sus hombros hacia arriba, cayendo justo dentro del bosque.
- Sincronización al 62,3%. Sistema operativo al 100%. Armas cargadas y ensambladas. Ahora… ¡Acribillemos a este hijo de perra! – Exclamó Riley, desplegando un subfusil del pilón de su hombro y sosteniéndolo del disparador mientras que sacaba una AK-47 tamaño Evangelion para su mano derecha.
El EVA-00 surgió también a su lado, escondiéndose detrás de un árbol con un francotirador cargado en sus dos manos.
- Sincronización al 71,1%. Sistema operativo al 90%, brazo izquierdo todavía en estado de Mitosis. Neutralización del Decimosexto Ángel en proceso.
Entonces, Zeruel bajó por el elevador desde el Dogma Inicial hasta el Central, y los dos EVAs activaron sus AT-Fields para ralentizar el movimiento del Ángel y lograr que se centrara en ellos antes de que bajara.
El Decimosexto Ángel disparó una explosión que partió el elevador al medio, provocando que una gran torre de hierro impactara contra el lago en el Geo-Front y dejara una fisura en la tierra.
Zeruel voló hacia el EVA-02, quien se echó para atrás y comenzó a acribillarlo con ambas armas.
Sin embargo, el AT-Field reflectaba perfectamente todas las balas, ni siquiera haciéndolas explotar o volar, sino abollándolas como papeles.
Zeruel liberó un disparo positrónico de sus ojos, despejando el bosque con una explosión con forma de hongo, y el EVA-02 salió volando y arrastrándose por la colina.
Riley se levantó de forma dificultosa, y se pasó una mano por la cara del EVA para limpiarse el barro y la tierra del impacto.
- ¡MALDITOOOO! ¡GRRRAAAAAAAH! – Rugió Riley, levantando el EVA y pegando un salto, comenzando a acribillar a Zeruel una vez más, solo para que esto no tuviera efecto alguno.
Zeruel disparó una miríada de explosiones sobre el Geo-Front, pero antes de que una de estas pudiera alcanzar al EVA-02, Roku se lanzó a protegerlo con su AT-Field, sin molestarse en siquiera desplegar el Escudo de la Virtud, por lo cual no salió volando ni nada parecido.
Riley se sorprendió por la presencia de Roku justo en frente de ella, pero se concentró en el agente del caos deslizándose por los aires rápidamente hacia los dos robots.
- ¡MUÉVETE, PRIMERO! – Gritó Riley, pegándole un puñetazo al EVA-00 y recibiendo el golpe de un brazo de papel metálico, el cual le achuró las dos armas, dejándolas inutilizables.
Riley gruñó ante la ausencia de armas plausiblemente útiles y se deshizo de sus pistolas, decidiendo ir por una de las armerías mientras que el EVA-00 distraía a Zeruel.
Roku se esforzó en disparar todos los cargadores que le quedaban en contra de Zeruel, tan solo para ralentizarlo o pasar a través de su poderoso AT-Field.
Pero no tenía resultado alguno.
Roku pegó un salto hacia adelante para evadir quedar como el foco de una explosión positrónica, y desplegó una Sonic Glaive con láser azul y mango plateado, propia de su Unidad EVA, para confrontar a Zeruel cara a cara.
(Música: EVA 2.22 OST – The Final Decision We All Must Take)
Roku se paró frente a Zeruel con el ceño fruncido y los dientes apretados, esperando a que el Ángel le disparara una explosión o le lanzara sus brazos que cortaban el viento como si fuera carne bajo el filo de un machete.
Y así fue, pues uno de los brazos de Zeruel se disparó hacia el EVA-00, quien utilizó la Sonic Glaive como resorte al clavarla en el suelo y girar sobre ella, pudiendo girar sobre su propio eje en el aire y evadir el brazo férreo, cayendo justo contra el AT-Field de Zeruel y comenzando a apalearlo con el filo de la Sonic Glaive.
- ¡Potencia del láser al máximo, vibración al 100%! – Anunció Takanashi a los gritos, taladrándose un camino dentro del campo personal de Zeruel poco a poco.
Sin embargo, el Ángel disparó una explosión positrónica a su derecha, generando un vendaval caliente que apartó al EVA-00 y lo hizo impactar a través de una serie de árboles.
Roku se levantó de a poco, y logró ver al EVA-02 alcanzando a tomar una Smash Hawk, un modelo más nuevo de la Battleaxe que venía con solo un lado filoso, como un hacha de incendios.
Zeruel disparó sus dos brazos hacia el EVA-00, pero éste alzó las manos justo a tiempo para apartarlos y comenzó a trotar hacia el Ángel, cabeceándolo en el centro del AT-Field para lograr consecuentemente rechazarlo, abriéndose paso tras el campo energético y propinándole una patada en el Núcleo S2.
Sin embargo, el Brazo de Dios solo alzó un brazo luego de retraerlo y agarró al EVA-00 del hombro derecho, disparándolo por la colina y haciéndolo rodar varias veces.
Esto le dio a Riley el tiempo suficiente para emitirle una estocada, por suerte.
- ¡AAAAAAAAAAAAARRRGH! – Rugió la pelirroja, y su EVA se lanzó hacia adelante al estirar su brazo derecho por encima de sus hombros, clavando la Smash Hawk en la espalda de Zeruel, pues éste estaba desprotegido en aquel lugar.
Un chorro de sangre se eyectó de allí, pero Zeruel no fue menos que su contrincante, y disparó sus brazos hacia atrás, intentando acuchillar y machucar.
Y lo logró, pues se permitió cortar la mano libre del EVA-02, junto con su brazo izquierdo en su totalidad.
Un chorro de sangre del color del vino emergió a raudales, dejando una cascada morada caer y ensuciando el antes prístino Geo-Front.
El EVA-00 se levantó, y su piloto soltó un gemido de dolor mientras se agarraba del cuello.
- Shinsuki-san… - Murmuró Roku, mirando al EVA-02 en estado de shock, para luego ver el brazo izquierdo que no estaba allí en su propio EVA. – Yo soy descartable, pero todos ustedes tienen una vida por delante… Viviré para mi misión y moriré por ella.
Entonces, Riley sufrió de un espasmo, a la vez que el pánico comenzó a inundarla a niveles exponenciales, pues no podía sentir su brazo y estaba agarrándose de la cabeza con el único en el que le quedaba alguna clase de sensación.
- ¡GYYYYUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡NOOOOOOOOOO! ¡NO SE SUPONE QUE DEBÍA PERDER! ¡TENDRÍA QUE GANAR! ¡SOY… SOY LA PILOTO DEL EVA-02! ¡NADA MÁS QUE ESO! ¡HYAAAAAAAAAA!
Los gritos de la pelirroja inundaron la sala de operaciones de los técnicos, mientras que todos sudaban por ver que la derrota era el escenario más plausible por el momento.
- Estamos perdidos… - Musitó Touka. - ¡El EVA-02 ha quedado en estado de shock, no puede moverse!
- ¿¡Por qué?! – Ladró Armael, completamente fuera de sí. - ¿¡Por qué Riley no puede continuar?!
- ¡L-los armónicos están inestables en cada nivel, el Psychograph del EVA Unidad-02 está hecho un garabato! ¡Su sincronización es de -400%! – Notificó Kozo, no haciendo nada para alivianar la situación.
- ¡RILEY! – Chilló Artorias, empezando a quedarse sin voz y aire.
Rintaro se levantó de su escritorio con una mirada estoica, pero no calculadora, ni fría.
Miró a Joan, y no tuvo que decir que el anciano profesor era requerido para tomar el mando por el momento para hacer sus intenciones claras.
La cosa pintaba de mal en peor, y lo mejor que podían hacer ahora era contar con el peor indicado posible.
Iban a activar al EVA Unidad-01, e iban a utilizar a Kentaro nuevamente.
Al mismo tiempo que todo esto sucedía, Meiko estaba actualmente metida en un elevador hacia la prisión debajo del Dogma Central, cargando con el peso de una valija llena en su mano izquierda y con un revólver en la otra.
Cuando llegó a la prisión, enfrentó cara a cara al carcelero.
- ¡U-un intruso! – Exclamó el carcelero, temblando y tratando de sacar una pistola de su cinturón.
- Hey. ¿No oíste la alarma de evacuación? Lástima. – Comentó Tatsumi fríamente, disparando derecho en el cuello del carcelero y dejándolo a su suerte mientras que se desangraba.
Meiko se pasó por la celda de Kentaro, y lo vio allí sentado en su cama sucia como un perro abandonado.
Insertó la llave en la cerradura y abrió la puerta de una patada.
Kentaro miró hacia la entrada, sorprendiéndose con la presencia de la espía privada.
- ¿Meiko-san…?
La única respuesta que recibió fue una sonrisa de oreja a oreja.
- Levanta, Cuarto Niño. Tu gente te necesita.
(Música: NGE OST – Childhood Memories, Shut Away)
Mientras que Riley lloraba y gemía dentro del Entry Plug, las luces de la cápsula comenzaban a titilar como locas.
- ¿Por qué siempre me sucede esto…? ¿¡Por qué siempre soy yo la que pierde?! – Gritó con frustración, sacudiendo su cabello hacia los lados mientras se mecía de atrás para adelante como un bebé aterrado.
Miró hacia adelante, viendo la terrorífica figura de Zeruel observando su EVA con aquellos ojos vacíos, incoloros, francamente inexistentes, como las cuencas de un esqueleto, un muerto.
Quizá era la parca misma viniendo a la tierra, o Dios llegando para castigar a todo el mundo por los pecados de la humanidad.
Entonces, sintió un latido dentro de su EVA.
(Música: Evangelion – This is The Dream Mix)
El latido de un corazón, uno que no era el suyo, pues sus latidos eran demasiado acelerados como para ser oídos.
Riley comenzó a tirar de los controles de su EVA con desesperación, mientras que el EVA-00 batallaba de fondo contra Zeruel, dejando que varias explosiones se vieran a lo largo del campo de visión del Entry Plug a punto de apagarse.
- No quiero que me maten…
- No te matarán.
- No quiero que me profanen…
- No te profanarán.
- No quiero estar sola, nunca jamás…
- No estarás sola.
- ¡QUISIERA BORRAR TODO LO QUE CONOZCO PARA DEJAR DE EXISTIR EN UN MOMENTO COMO ESTE! ¡QUIERO MORIIIIIIIIIIIR! ¡HYAAAAAAAAAAAAAAA-
- Si mueres, no sobrevivirás al combate. Si mueres, te quedarás sola. Si mueres, te profanarán hasta el día en que la tierra se desvanezca debajo del sol negro de un eclipse. Si lo eliminas todo y borras cada recuerdo que conoces, no podrás tener una vida plena. Y yo quiero que tengas una vida plena.
Riley alzó la cabeza, pero antes de que pudiera proferir alguna palabra, el EVA-02 liberó dos orbes verdes de energía de sus ojos.
Se levantó de un salto, poniéndose en dos patas y empezando a abrir sus ojos y su boca, liberando una nube de vapor de tal temperatura que quemó la copa de un árbol al instante.
Los ojos reales del EVA-02 brillaban en un color verde, amenazante como el que más.
Riley agarró los controles del EVA, recuperando el dominio sobre el robot con vida, y apretó los dientes con fuerza e ira.
- Sincronización… Al 72,3%. Y ahora… ¡TE MATAREEEEEEEEÉ! – Proclamó, cargando tras Zeruel y embistiendo su AT-Field con la cara, mientras que el EVA largaba gruñidos bestiales y rugidos astrales.
El EVA-02 comenzó a apalear al AT-Field con sus dedos, sus uñas descarnadas funcionando como las garras de un oso, y entonces, Zeruel fue libre de toda protección.
El Ángel se giró, solo para recibir el filo de la Sonic Glaive del EVA-00 en su ojo izquierdo.
Riley le estampó un martillazo en la cabeza a Zeruel, y el Ángel liberó un rayo de positrones de su Núcleo S2, pero el EVA carmesí no fue menos y se pegó la vuelta, sacrificando el suministro de energía infinito del Cable Umbilical por una mayor movilidad, además de que Riley activó el Modo de Consumo Acelerado para una mayor destreza de combate.
El EVA-00 empujó a Zeruel para atrás con su AT-Field hasta que el EVA-02 fue capaz de asestarle una patada en la cara, moviéndole la boca hacia la derecha por unos segundos hasta que el Ángel se regeneró, largando una onda expansiva de su Núcleo y creando una explosión de color rosado.
El EVA-00 quedó aplastado contra una miríada de árboles y cayó dentro del lago del Geo-Front, pero el EVA-02 no había quedado fuera de juego aún.
Riley embistió como un lobo salvaje, escabulléndose debajo del AT-Field de Zeruel como una rata metiéndose debajo de un portón de hierro y levantándolo, tomando al Ángel de sus patas férreas y estampándolo contra el suelo, apaleándolo a golpes en el Núcleo.
- ¡MALDITO DESGRACIADO! ¡ESTO ES POR TOM, POR ROKU, Y POR MÍ! – Gritó Riley, reventándole la cara a Zeruel.
Entonces, el Ángel disparó una onda de energía positrónica de su boca, irradiando tal calor y energía nuclear que le arrancó los pilones de los hombros al EVA-02 y lo dejó con el rostro medio pelado, y aún así la Unidad EVA no se hizo cargo de sus heridas sino de su ira divina.
Pero había sido ya demasiado para aguantar para la piloto.
Aparte del hecho de que había quedado con bajos niveles de energía, las heridas infligidas en Riley habían sido demasiadas, y el LCL estaba como loco.
Aún así, Riley succionó todo el sufrimiento que se guardaba para adentro y lo liberó en una última estocada de fuerza mortal.
- ¡ES LA ÚLTIMAAAAAAAA! – Declaró, rebatiendo el impacto de uno de los brazos de papel de Zeruel y achurándolo al medio al sostenerlo y patear a Zeruel en el estómago, enviándolo a volar bien lejos.
Entonces, todos los sistemas del EVA se apagaron, y la máquina bestial se irguió hacia adelante, perdiendo fuerzas.
- Así que, eso era todo lo que podías hacer por mí… - Murmuró Riley, suspirando y apretando un puño sobre el control izquierdo. – Espero que esa mierda haya sido suficiente.
Zeruel se levantó, con sus órganos flotando libremente para afuera y chorreando sangre mientras que el Decimosexto Ángel se regeneraba, libre de cualquier ataque ajeno.
- MADRE, ESTOY CERCA. SÉ QUE PUEDES OÍRME.
Mientras que Meiko le había logrado explicar la situación entera a Kentaro, el chico no podía hacer más que quedarse quieto por el shock y el horror de la situación.
Una explosión sonora reventó los tímpanos de ambos, y Meiko suspiró.
- Eso suena como que está acercándose.
Kentaro apretó los dientes, mientras que una expresión demacrada y desesperanzada inundaba sus facciones, no pudiendo ni siquiera llorar.
- ¿Y dices que soy el último que puede detenerlo? ¿Qué hay de Roku y Riley? – Preguntó Kentaro.
- Ellos están luchando ahora mismo, pero a juzgar por la última explosión que sonó, te apuesto que están perdiendo, o ya lo han hecho. Mira.
Meiko apuntó hacia el monitor arriba de todo en el techo de la celda, y lo encendió, poniendo una cámara en lo más alto del Dogma que constituía la base de NERV, y esto les permitió a los dos ver a Zeruel lentamente reptando por el aire hacia la entrada al Dogma Central.
- Riley está en el suelo, y Roku está… - Murmuró Kentaro, gruñendo con impotencia. - ¡N-no puedo dejarlos ahí! ¿¡Qué es lo que me impide ir?!
- Que estás inestable. No lo digo yo, lo dice-
- Yo.
(Música: Evangelion – Thanatos Suite)
Rintaro apareció en el área, con una mano en su bolsillo derecho, y una expresión un tanto estoica y triste en su rostro.
- Padre… - Musitó Kentaro, todavía sintiendo algo de rencor.
Apretó un puño, y se levantó para enfrentar al hombre que era comandante de NERV.
- ¿Por qué no puedo ir a pilotar?
- Al principio, Kentaro, no quería que te pusieras en peligro una última vez. No quería que el EVA Unidad-01 peligrara. Todo esto será muy nuevo para ti, por lo que no seré capaz de contarte la realidad de la situación. Sin embargo, lo que sí puedo decirte es que, si todos fallan, ocurrirá el Tercer Impacto y todos podríamos morir. – Comunicó Rintaro. – No podemos dejar que un chico inestable pilote la Unidad Evangelion más importante hasta el momento. ¿Preferirías atacar al Ángel por ira y frustración y hacerlo sufrir, o matarlo por valía y determinación y salvar a la humanidad?
Kentaro apretó los puños más fuertemente, y comprendió la gravedad de la situación, pues su respuesta habría sido sin dudarlo la primera si le hubieran permitido pilotar desde el minuto uno.
Meiko se cruzó de brazos, soltando la caja con la que vino sobre la cama de Kentaro y asintiendo.
- Por eso es que traje esto. Quizá mi trabajo ya no le sirva, comandante, pero quiero que vea que valgo mucho. – Sonrió la espía, con cierto sarcasmo profesional. – Todo esto es por Artie y su familia.
Kentaro abrió la caja, revelando una serie de cintas VHS con una letra muy ordenada en las cintas que contenían sus títulos.
Se fijó en una que decía "Para Ken-kun #1".
- ¿Qué es esto…? – Preguntó el chico, mirando a su padre.
- Tu madre… Sadako grabó una serie de cintas VHS. No estoy seguro de cuándo, ni por qué, ni cómo. Sin embargo, lo que sé es que te estaba dejando un mensaje en ellas. Solo a ti, por más que yo ya las vi todas. Jamás yo. Tú le importaste de sobremanera. – Contestó Rintaro.
Kentaro miró al suelo, y Meiko lo miró como diciendo "¿La pongo?", a lo que el chico le dio el sí con la cabeza.
El monitor cambió de canal, y se encendió la primera cinta.
Se mostró por primera vez a la madre del piloto del EVA-01.
Ishiki Sadako, una mujer joven de cabello castaño largo y piel pálida, presentemente viéndose vestida con una camiseta blanca, pantalones de jeans y zapatos de tacón negros.
- ¿Esto funciona? Ah, genial. ¡Hola, Ken-kun!
El piloto del EVA-00 gimió con impotencia, y se levantó de su lugar con el uso de su única mano disponible.
Corrió hasta la armería más cercana, manteniendo su AT-Field apagado para que Zeruel corriera sin sentirse bajo ataque y, por ello, no buscara al EVA-00.
El titán azul arrancó la puerta de la armería con fuerza brutal, y tomó una Bomba N2 en su mano.
El cuerpo entero de Roku tembló, tanto con fervor como con horror.
Sin embargo, no se podía permitir dudar.
Apretó los puños, volviendo a sostener el único control que le funcionaba, y embistió tras Zeruel.
- "No debes escapar, no debes escapar, no debes escapar…" – Profirió en su mente, recordando el constante mantra de Kentaro al principio de su estadía en NERV.
Varias memorias se le vinieron a la cabeza, como flashes blancos de su mente, y entonces supo que estaba haciendo lo posible y no lo correcto para ganar.
(Música: La misma, min 6:38)
- AT-Field al máximo de potencia.
Estampó la Bomba N2 en la espalda de Zeruel justo antes de activar su AT-Field para protegerse de la explosión, logrando sobrepasar el AT-Field del otro monstruo y tocando su Núcleo con el explosivo de energía nuclear, solo para que éste mismo orbe se protegiera tras una armadura del mismo material que los hombros de Zeruel.
Una explosión nuclear sacudió todo el Geo-Front, eliminando todo tipo de flora y dejando a Zeruel en un estado de shock temporal por el impacto, aunque…
Se había logrado proteger al máximo, y la explosión no había servido de NADA, más que calentar su cuerpo.
El EVA-00 decayó, con sus sistemas apagándose y su cara abriéndose al medio, dejando chorrear una miríada de sangre como si fuera una cascada, manchando el suelo del Paraíso futurista con el fruto de la muerte.
Zeruel ignoró al EVA moribundo, y comenzó a flotar hacia el Dogma Central.
Solo faltarían unos minutos para que el fin del mundo sucediera, en el caso de que Zeruel lograse llegar al Dogma Terminal.
- Supongo que ya ha llegado la hora de que veas esta serie de cintas, ¿no? Debes haber cumplido quince años, entonces.
Los tres individuos en la celda se miraron con cejas alzadas, y volvieron a mirar hacia el monitor.
- Bueno… Esto es un poco mucho para revelar, pero tienes la edad y la paciencia. Soy… Miembro honoraria de un grupo que tiene un plan para reestablecer al humano a su forma original. SEELE, alma en alemán. Yo no quiero eso. No comprendo muy bien todavía el concepto de su Proyecto de Instrumentalización Humana, pero por lo que veo, se tratará de usar a unos individuos similares a los enemigos que ya debes conocer, a los Ángeles. El Proyecto EVA, verás. Y tú serás parte de eso si todo sale mal.
Kentaro apretó los dientes; así que todo estaba predestinado…
Y no habrían podido hacer nada para detenerlo.
- Quiero que sepas algo, Ken-kun. Jamás en tu vida abandones o escapes de aquello que te causa dolor. Si te duele la pérdida, enfréntala y usa la ayuda de todo con el que puedas contar. Si te rompen el corazón, cuenta con tus amigos. Si Rintaro alguna vez fallece, que ojalá que no sea pronto, puedes contar con los demás, con tu familia, con Masami. Siempre debes pensar que lo único que los demás querrán hacer, sin importar que lo demuestren o no, es ayudarte. Y yo… Hijo querido, yo siempre estaré ahí para ti. sea dentro o fuera de los planes de SEELE, o de Dios. Y recuerda estas palabras: Cualquier lugar en el mundo podrá serte un infierno si no deseas vivir en él, pero mientras desees vivir en la Tierra podrás vivir una vida sana y plena, porque aprender del dolor es el fundamento de sentirlo.
Entonces, la grabación se cortó, y el VHS fue expulsado hacia afuera.
Kentaro se levantó, temblando como loco y a punto de entrar en un espasmo.
El Ángel era el más fuerte que habían enfrentado hasta ahora.
Estaban todos derrotados, incluida Riley.
Solo quedaba él, y él sería el arca que podría salvarlos a todos de morir si todo salía bien.
Hasta ahora había dudado, pero…
Pero ya no más.
Apretó los puños hasta que le quedaran marcas, y alzó la cabeza con el ceño fruncido hasta el límite.
Miró a Rintaro a la cara, y los dos se miraron de la misma manera.
- Déjenme pilotar.
- ¿Y qué razón tienes para pedírnoslo? – Preguntó el comandante.
- Eso es porque… Porque yo…
Kentaro dio un paso hacia adelante y alzó un puño apretado.
- ¡Soy el piloto del EVA Unidad-01, Ishiki Kentaro! ¡Sé quién soy y qué debo hacer, y lo acepto con total responsabilidad! – Exclamó con fervor absoluto.
Rintaro se mantuvo estoico, y asintió, permitiéndole al chico salir hacia la jaula de contención del EVA-01.
Meiko miró al comandante, con una mano en la cadera derecha, y suspiró, sonriendo como de forma burlona.
- Sé cómo te sientes, pero no es el momento.
(Música: Guns N' Roses – Knockin' On Heaven's Door)
Mientras que Zeruel descendía como un cañón por el elevador hacia el Dogma Central, una lluvia de explosiones inundaba el ancho tubo metálico por el que estaba viajando, destruyendo incontables capas de titanio y dejando marcas de fuego en el lugar.
- ¡Mayor, el Ángel está atravesando casi todas las capas restantes del Dogma! – Comunicó Kozo, sudando de sobremanera mientras vigilaba las cámaras. - ¡Le quedan cinco capas más!
- ¿¡Se dirige hacia acá?! ¡Maldición! ¡Que todo el personal no combatiente evacúe! – Ordenó Artorias.
- ¡ESTÁ AQUÍ! – Chilló Touka.
Sus más colosales temores se hicieron realidad cuando el equipo de NERV postrado en las estaciones de batalla vio la pantalla de vigilancia directa de operaciones romperse en grietas y pedazos de escombro, revelando la figura de un Zeruel que estaba todavía regenerándose y soltando gruñidos de dolor, sin mencionar chorros de sangre.
Artorias enfrentó al Ángel cara a cara, apretando los dientes con ira, miedo y desesperación mientras que se mantenía con el mentón hacia arriba.
Zeruel no iba a ralentizar su ataque por nada del mundo, y lo demostró.
En un par de segundos, comenzó a generar energía positrónica de los ojos, apuntando a destruir las estaciones de batalla.
Y en ese instante, todo habría explotado y desaparecido de no ser porque el EVA-01 apareció obliterando la pared a la izquierda de Zeruel con una tacleada y le estampó un derechazo en el lomo, empujando al Ángel a través de toda la zona.
- ¡La Unidad-01, con la armadura F-Type! – Exclamó Artorias, asombrado y largando un suspiro. – Kentaro-kun…
El EVA-01 reventó la cara de Zeruel con un gancho lleno de ira divina.
- ¡HRRRAAAAAAAAAGH! – Rugió Kentaro, alzando a Zeruel en el aire y tirándolo contra una pared, corriendo tras él y metiéndole una patada en el estómago, haciendo que los dos cayeran dentro de un elevador que daba al Dogma Terminal. – "¡ESTO ES POR TOM!"
Zeruel lanzó un disparo de energía a quemarropa para intentar golpear al EVA-01, pero éste esquivó todos los golpes, y desplegó su Daga Progresiva.
- ¡HRRRRUAAAAAAGH! – Gruñó Kentaro, clavándole la Daga en el hombro derecho a Zeruel y arrancándole esa zona de lugar, a lo que Zeruel respondió envolviéndole el brazo con uno de sus propios brazos de papel metálico, y tratando de arrancarlo. – "¡Y ESTO ES POR RILEY!"
El dúo de titanes continuó bajando hasta el Dogma Terminal, pero de repente Kentaro pateó a Zeruel contra una de las paredes, tomándolo de la cara y arrastrándolo cuesta abajo por el elevador, rompiendo la lanzadera desencajada y haciéndolos partir el techo hacia el Dogma Terminal, o más bien uno de sus cuartos.
- ¡WRRRRUOOOOAAAAAAAGH! – Tronó Kentaro, metiéndole un martillazo en la cara a Zeruel y acogotándolo al tenerle agarrado del órgano justo dentro de su cara. – "¡POR ROKU, Y POR TODOS LOS DEMÁS!"
Entonces, los ojos del EVA se tornaron de color rojizo, un rojo carmesí tan demoníaco como el de un ángel caído, un mensajero de la tragedia.
A la vez, liberando un chiflido astral de sus colmillos férreos al mismo tiempo que una torre de energía con la forma de un crucifijo rosado emergía de su cuerpo.
En ese mismo instante, en cuanto Kentaro le aplastó la cara para adentro a Zeruel con un martillazo potente, los dos cayeron dentro de un océano de color vino o rosado, liberando una onda marítima que sacudió todo el lugar, sumado al poder de la cruz energética.
- ¡Perdimos contacto con la Unidad-01! – Explicó Gonta. - ¡Mierda!
Artorias gruñó, y se sentó en el trono de control que usualmente le pertenecía a Rintaro.
- Moguo, Touka, Kozo. Tienen permiso completo de mi parte para efectuar la autodestrucción de la base entera. No podemos arriesgarnos a dejar que un Ángel arribe al Dogma Terminal y esperar que Kentaro-kun pueda con él.
El equipo técnico de NERV asintió con grave pesar, y volvieron sus miradas hacia las cámaras apagadas del Dogma Terminal, haciendo lo posible por volver a encenderlas.
Kentaro se vio envuelto por energías oscuras dentro del Entry Plug, y empujó los controles hacia adelante.
Ya poco le importaba si el EVA quería tomar el control o no, solo quería… Matar a Zeruel. Quería proteger a todos.
Y entonces, el EVA se despertó para cumplir su deseo.
La boca del Evangelion Unidad-01 se abrió completamente, soltando un par de tornillos y chispas pues esto no estaba en su programación.
- ¡EVA-01, sincronización al 100%! – Proclamó Moguo, y todo el mundo enloqueció en gritos de asombro y terror.
El monstruo morado se levantó, torciendo sus huesos y brazos para recuperarse de sus heridas, y comenzó a caminar hacia Zeruel como un zombi.
El Ángel se mostró genuinamente aterrado, y probó su suerte disparando un brazo metálico hacia el EVA-01, quien le sujetó el brazo con un chirrido metálico y lo atrajo hacia él, clavándole su cuerno en la boca y girando hacia atrás, lanzando a Zeruel dentro del gélido océano de vino rosado.
Comenzó a apalear al Ángel mientras tiraba de su cuello, logrando arrancarle la cara y empezando a manducarse los restos del moribundo Ángel.
El Ángel dio todo lo posible por contraatacar ante este canibalismo, incluso liberando un rayo de positrones sobre el brazo derecho del EVA-01, el cual salió volando y soltó un chorro de sangre rojiza del volumen del agua que puede salir de una manguera.
Sin embargo, el cuerpo de Kentaro no se vio especialmente afectado por esto.
Es más, estaba noqueado, pero su brazo sí había sufrido el golpe.
El EVA logró comerse todo el fibroso cuello de Zeruel, tirando su cara hacia un lado para que no estorbara, y luego fijó la vista sobre su Núcleo S2, por lo cual fue a comérselo de un momento al otro sin precedentes.
Touka tuvo que aguantarse el vómito dentro, mientras que todos continuaban mirando con asombro.
El pecho del EVA se abrió, revelando un Núcleo rojizo que jamás habían visto allí, aunque empezó a brillar con más fuerza conforme el EVA arrancaba más pedazos del Órgano S2 dentro de Zeruel, prácticamente matando y desgarrando su corazón.
Los hombros del EVA Unidad-01 se desgarraron como piel muerta, y la armadura de contención en sus brazos y manos explotó en pedazos, revelando el cuerpo de un individuo innatural de color marrón roble.
Sus ojos, ya no eran más energéticos o luminosos sino literalmente orbes oculares de iris rojo, como los ojos de una persona humana.
El Ángel quedó hecho una pasta de sangre, huesos, piel y órganos sueltos para cuando el EVA-01 terminó sus acciones asesinas.
Levantó la cabeza, mirando hacia los incontables monitores de las cámaras de NERV como un ciervo acorralado.
Sin embargo, sabía perfectamente que era el Dios de Dioses en esa situación, y que nada podría detenerlo.
Por ello fue que, iracundo, lanzó un rugido casi humano de sus dientes que chorreaban sangre ajena.
- ¡MMMMMNNNNNNNOOOOOUUUUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOGHHHH!
Meiko, Joan y Rintaro habían captado todo esto desde la oficina del comandante.
- Aquí es donde todo empieza. Nada de esto le gustará a SEELE, señor. – Comentó Tatsumi.
- Para nada. – Replicó Joan.
Rintaro solo sonrió.
- Así es. A partir de aquí, el juego cambiará sus tornas.
Entonces, un último rugido del EVA-01 se pudo escuchar en el área.
Su despertar fue completado, y con él, el Ángel creador se movió desde su tumba dentro del Terminal Dogma.
Jueves, 15:20 horas.
Hacía ya un tiempo desde que todos los pilotos habían sido recuperados y establecidos en el ala médica de NERV.
Roku había quedado con varias curitas en su rostro.
Tom, con todo el torso vendado, incluyendo la mano que había pertenecido a su EVA antes de que la cortaran.
Riley, con una venda que le envolvía todo el brazo que le había sido arrebatado por Zeruel, y unas pares de curitas en la cara también.
Kentaro había quedado con el brazo vendado por completo, y era el que lo tenía más grave, pues literalmente no podría usar esa extremidad en un largo tiempo, era como no tener el brazo, ya que no lo sentía y por lo dicho no lo podía mover.
El joven piloto del EVA-01 acababa de salir de una revisión con Gonta, en la que se había establecido que no tenía ninguna contaminación mental ni física por parte del Decimosexto Ángel.
Se dirigió a su casa, y se dispuso a terminar la tarea de mañana, pues Riley le había avisado de la misma al estar ella misma en el colegio.
Ishiki se acostó en su cama luego de terminar las tareas, y decidió llamar a la casa de Kouta.
- ¿Hola? Residencia Sawano, ¿quién-
- Hey, Kou. Soy yo, Kentaro. – Contestó el castaño.
- ¡Ah, eres tú! Oye, ¿está todo bien? Oí, y de hecho vi, que la tuvieron súper complicada con el Ángel de ayer. Un montón de gente empezó a evacuar, cielos.
- Respecto a eso… Creo que he tomado una decisión. Necesito que vengan a casa cuando terminen las clases, Tai y tú.
- … Vale. Y cuarenta caeremos al depto.
- Me parece bien.
Y colgó.
Esperó a que sus mejores amigos llegaran, y al cabo de unos diez minutos los vio en la puerta de entrada.
Ishiki les abrió a sus dos amigos con una sonrisa en su rostro, aunque no parecía muy honesto.
- ¿Qué tal, chicos? Pasen, hice la merienda. – Saludó.
El trío peligro se reunió en la sala de estar, y con esta reunión el ambiente se había puesto algo tenso.
Taihei tomó un sorbo del té que Kentaro les había ofrecido, y se dispuso a averiguar la razón de sus presencias.
- ¿Qué querías decirnos, amigo? – Preguntó lo más suavemente posible, no queriendo eyectar a Kentaro en un estado de pánico.
- Puede que suene egoísta, o malo, o simplemente incorrecto, pero me parece que lo mejor que puedo hacer ahora es abandonar Tokyo-3. – Confesó Kentaro.
(Música: Berserk OST – Guts)
Las palabras proferidas por el chico de ojos color avellana sorprendieron a sus amigos, y Kouta no hizo mucho para no demostrarlo.
- ¡Guau! ¿¡Y de dónde vino eso?! – Exclamó, saltando fuera del sofá.
- Mira… Ayer, vi a mi madre. En una cinta VHS. Grabó un montón de cosas dirigidas hacia mí, para cuando cumpliera quince años. supuso que sería lo suficientemente maduro, y creo que no estaba tan cerca de la realidad como ella esperaba.
Kentaro apretó su puño derecho, frunciendo el ceño con una mirada grave.
- No quiero ser una carga. Quiero ser más y más fuerte, mental y físicamente. Quiero ser la mejor versión que pueda ser de mí mismo para poder cumplir el deseo de mi madre de que yo prospere, junto a la tierra, y… Para eso, tengo que alejarme de mi zona más apreciada.
- ¿Por qué? – Preguntó Taihei de forma casi casual. - ¿Porque te causa dolor?
- No. No es eso. Quiero… Quiero alejarme del lugar que más me dio para ver qué tal puedo hacer las cosas yo mismo. No sé cuándo, no sé por qué lo haría, pero volvería si se diera la necesidad. Solo quiero eso. Ser el mejor Ishiki Kentaro que Ishiki Kentaro ahora mismo no puede ser.
- … El hecho de que estés haciendo esto por un bien mayor y no propio es algo bastante maduro, considero yo. – Comentó Kouta, agraviado. – Pero… ¿Qué piensa el resto?
- No les conté. Cuando vuelvan, les diré, y me iré.
El dúo de amigos de Kentaro asintió, y Taihei se levantó.
- Bueno, amigo, yo creo que, si quieres ser mejor, debes priorizar eso que quieres. Poner por encima de todo tu estabilidad es algo bueno, porque podrás dejar de dudar, dejar de temer.
Kentaro se levantó y asintió, yendo a dejar su taza de té en el lavaplatos.
- Eso es lo que pretendo. Quiero que vean a alguien de quien puedan estar orgullosos, alguien que les brinde seguridad, alguien que los haga… Felices. Si todos aquí estuvieran felices, yo también lo estaría. Puede ser egoísta, pero me encantaría ser el catalizador de sus picos de felicidad.
Dijo esto con una sonrisa tanto melancólica como triste, pero era genuina al final.
Kouta le entregó una palmada en la espalda, y sonrió.
- Bien, como tú quieras. Solo avísanos, ¿sabes?
Kentaro asintió, permitiéndose sonreír un poco.
- Claro.
Kentaro estaba ahora en la oficina de su padre, enfrentándolo cara a cara y sin miedo alguno.
- ¿Qué es lo que deseas? – Preguntó Rintaro.
- Me voy a Nagano. – Profirió Kentaro, seguro de sí mismo.
Rintaro ponderó esto por un tiempo, o al menos así le pareció a su hijo.
- Llévate las cintas de Sadako, entonces. Una al día. – Sugirió el hombre, con una especie de tono suave filtrándose dentro de su voz.
Kentaro asintió.
- Le pedí a Artorias que me hiciera una valija con la cinta, mis mudas de ropa, y todas mis pertenencias.
- ¿El Mayor conoce tu situación?
- Así es. ¿Qué te hace pensar que quiera hacer esto?
- … Siempre tendrás un lugar en NERV. Lo quieras o no.
Kentaro se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida.
- Si consiguen un nuevo y mejor piloto para la Unidad-01, avísenme por mensaje de texto. Si me necesitan, avísenme por texto también. Es mi única condición.
- ¿Tienes alguna fecha en específico?
- Puede pasar de "un año" a "jamás" dependiendo de la situación. Adiós, padre. Sé que no te veré en Hakone-Yumoto, así que te lo diré aquí. Gracias, supongo.
Rintaro no replicó.
Ocho de la noche, estación de tren de Tokyo-3, la reparada Hakone-Yumoto.
Hacía un frío como para meterse a un volcán, y no había nadie en la calle.
Nadie, salvo Artorias, Roku, Riley, Tom, y varios de los alumnos de 3-A que eran compañeros de Kentaro.
El chico ya se había despedido de sus compañeros, algunos de los cuales estaban compartiendo lamentos y lloros, incluso Kouta estaba llorando en el hombro de Taihei, quien le estaba dando palmadas en la espalda para reconfortarlo.
Kentaro se cruzó con Tom, quien le devolvió una mirada con un ceño ligeramente fruncido.
- Entiendo a lo que quieres llegar. – Comentó Suzuki, y le mostró la mano derecha. – Sigue tu camino.
Kentaro asintió, y le dio la mano, apretándola fuertemente.
- Gracias por todo, amigo.
Kentaro pasó a cruzarse con Roku, quien lo miró como de forma molesta, o demandante de algún modo.
- Takanashi… Lo siento mucho. Es lo que debo hacer para convertirme en alguien mejor.
- Ya lo eras.
Kentaro se sorprendió por este comentario, pero mayor fue su asombro cuando sintió a Roku abrazarlo.
- Ya lo eres. Eres lo suficientemente fuerte como para aceptar que no lo eres. Eso es una cualidad admirable. Dijiste… Que éramos hermanos, pero no de sangre.
- Eso dije. – Sonrió Kentaro, encontrándole un poco de humor al tema. - ¿Y qué con eso?
- Me lo tomé a pecho. Lo lamento si esa no fue la intención, pero… Quiero decir que te extrañaré de sobremanera, Ishiki-kun.
- Kentaro, Roku.
- ¿Disculpa…? – Preguntó Roku, alzando la cabeza mientras que algunas lágrimas estaban por bajar de sus ojos.
- Puedes llamarme Kentaro. Los hermanos usan el mismo apellido, así que sería raro llamarnos por honoríficos. – Sonrió Kentaro otra vez.
Roku sonrió con pesar y tristeza, dejando salir las lágrimas, y Kentaro caminó hacia Riley y Artorias.
Kentaro frunció el ceño al ver la expresión estoica de Artorias y al notar que Riley estaba cruzada de brazos, pero él no estaba enojado.
Estaba nervioso.
Se lanzó hacia su padre que no era padre, y lo abrazó.
- Muchas gracias por todo. – Declaró. – Fuiste quien me trajo hasta acá, y de no ser por ti probablemente no habría dejado de ser un llorón.
- No eres un llorón, vamos. – Contestó Artorias, y su fachada seria se rompió, con una sonrisa sarcástica. – Eres mi hijo que no lo es. Mi… Familia.
Artorias largó un par de lágrimas, y acarició la cabeza de Kentaro por detrás mientras que el chico le daba palmadas en la espalda.
El joven entonces pasó a enfrentar a Riley, quien solo le dio la espalda.
- Esto es estúpido. No te voy a decir más que eso.
Kentaro sonrió con un poco de pesar, y asintió.
- Está bien. Lo siento, sé que esto puede parecer como algo inútil o molesto, pero por lo menos quisiera decirte adiós.
Riley se dio la vuelta y le estampó una bofetada en la cara, cosa que, para su irritación mayor, Kentaro evadió por acto reflejo.
- ¡No me interesa, solo vete! – Exclamó la pelirroja.
Kentaro asintió, y caminó hacia las escaleras de la estación, viendo cómo el tren se acercaba lentamente.
(Música: Guns 'N Roses – Don't Cry)
El chico cargó la valija hasta estar frente al lugar en el que pararía el andén, y volteó hacia sus amigos y compañeros.
Alzó la mano derecha mostrando su pulgar en señal de que todo estaría bien, y sonrió calmadamente.
Riley tembló, y trató de caminar hacia adelante, pero su cuerpo se lo impidió.
Varias lágrimas se acumularon en sus ojos cuando vio al chico ser engullido tras la puerta del tren, y la joven se subió a la estación, tratando de perseguir el tren, recordando que le iba a devolver algo que se había dejado en casa.
- ¡OYE, IDIOTA! ¡TE OLVIDASTE ESTO! – Gritó, corriendo lo justo y necesario para alcanzar la ventana de Kentaro, la cual estaba abierta.
El chico estiró la mano hacia afuera, y en ella cayó un libro asegurado dentro de un paquete de plástico.
El grupo no intentó seguir a Kentaro hasta que desapareciera, consideraron que habría sido algo bastante inútil de hacer.
Sin embargo, Riley dejó que sus piernas desfallecieran, y cayó al suelo, intentando limpiar las lágrimas que salían de sus cuencas sin tener éxito alguno.
- Idiota… *sniff* Tonto… - Murmuró.
Artorias le puso una mano en la espalda, y la levantó, permitiéndole a la joven llorar en su hombro mientras que el padre adoptivo de la pelirroja la abrazaba en señal de confort.
Mientras tanto, con Kentaro.
El chico recordó su llegada a Tokyo-3.
La batalla contra el primer enemigo, Sachiel.
Había tenido miedo, mucho miedo, y por ello había sido vencido.
En la batalla contra Shamshel, había sentido terror por herir a otros, y por ello se descarriló y solo ganó de suerte.
En la pelea contra Ramiel, había logrado concentrarse mucho más, pero había podido ganar solamente porque Roku había estado ahí.
Siguió evaluando sus batallas, y sus experiencias, hasta que sacó su SDAT de su valija.
Lo miró por mucho tiempo, y frunció el ceño.
Lo dejó en su bolsillo nuevamente, y se echó en su asiento tranquilamente.
- "El pasado hace el presente. Y lo que haga con mi presente hará mi futuro. Quiero un futuro brillante para mí y para todos los demás." – Pensó, alzando su puño y apretándolo con mucha fuerza.
Horas más tarde…
El chico arribó a su vieja casa en Nagano con su profesor, y se encontró con que seguía en uso.
Tocó el timbre unas pocas veces hasta que fue respondido, recibiendo cara a cara a Yusuke Kobayashi.
- ¿Kentaro…? ¿Eres tú? – Preguntó el hombre anciano, francamente asombrado de haberlo vuelto a ver.
Kentaro asintió, agarrándose de las manijas de su mochila, y sonrió.
- Estoy en casa, Kobayashi-sensei. Lo siento.
- Oye… En estas horas me llegó una carta, Kentaro. – Comentó el hombre, luego de que Kentaro se asentara en el lugar por vez segunda en toda su vida.
Kentaro se echó en el sofá de la sala de estar, y Yusuke le alcanzó la carta.
Era una carta escrita por Rintaro Ishiki, con los remitentes adicionales de todos los que trabajaron con él en NERV.
- "Padre…"
Kentaro abrió la carta, y la leyó en su mente.
- "Kentaro. Respetamos tu decisión de abandonar Tokyo-3. Deberás saber que entendemos que quieres evolucionar como persona, y por ello quieres cortar todo lazo con NERV por el momento. Sin embargo, será necesario que mantengamos vigilancia en tu persona, pues sabes mucho más de lo premeditado. Espero lo puedas entender, y que puedas volverte el mejor hombre que desees ser."
Kentaro sonrió con unas pares de lágrimas acumulándose en sus ojos, y las dejó salir sin problema.
- Sin importar lo mucho que duela… Haré todo lo que sea necesario. Justo como tú, ¿No, padre?
Poco tiempo después, encendió la televisión de su viejo cuarto, la cual venía con un reproductor de VHS.
- ¿Está esto encendido? Ah, sí. ¡Hola, Ken-kun!
THE END
(End Theme: Claire Littley – Fly Me To The Moon, min 0:25)
Podemos ver a Kentaro nadando hacia arriba, en un mar que continuamente empieza a desplegar más luces.
El destino de la humanidad siempre estaría en sus manos, sobre todo las de él, pues era el piloto más importante de todos, y eso lo sabía.
Y aunque ya no estaba en NERV, seguramente recordaría todo lo sucedido y a todos los conocidos hasta el día en que muriera.
Le habían llenado tanto esas experiencias, que no habría sido ni de cerca el chico que era ahora si no fuera por todos ellos.
En cierto modo, estaba agradecido.
Y además, esto no era ningún adiós, sino un "hasta luego" para todos a los que había conocido.
Amigos, familia, todos lo verían de vuelta alguna vez.
Aunque la tristeza los pudiera abrumar, Kentaro confiaba en que ellos podrían solos.
Eran gente más fuerte de lo normal, pues a pesar de sus dilemas personales siempre siguieron hacia adelante.
Como héroes, unos muy problemáticos héroes, pero valientes al final.
Además, ahora que conocía parte de la verdad gracias a su madre, no le quedaría más que aceptar la realidad de la situación, vivir con ella y abrazarla.
Tendría que empezar de nuevo.
Podría doler, pero podría ser bueno para él.
Si seguía escapando del dolor, solo se estaría mintiendo, o eso fue lo que dijo Sadako.
E iba a vivir con ese ideal, jamás escapar.
Sayori también le había enseñado esto.
Y ella, ella también sería un fantasma del pasado que habría de superar, pero nunca olvidar.
El olvido del dolor no era tanto lo que lo llevaba a la recompensa, sino la aceptación del mismo y la comprensión de sus propios problemas.
Eso sería algo en lo que tendría que desarrollarse a futuro… Pero seguro que podría lograrlo.
Ahora quedaba empezar otra vez en un lugar que no reconocía desde la última vez que estuvo.
Un lugar que antaño le producía dolor.
Y seguro que podría, pues solo era cuestión de un capítulo más en el Evangelio del Nuevo Génesis.
END.
(PD: No pasar de escena hasta que se termine la canción, es que no tenía más ideas pero tampoco quise dejar tal gran tema musical sin terminar)
VISTA PREVIA
(Música: NGE OST – Next Episode)
El mundo comienza a decaer y despedazarse, mientras que los personajes que otrora creían conocerse comienzan a desvanecerse de su realidad.
La tierra se parte, la gente se aborrece, y el universo genera un nuevo enemigo.
SEELE, NERV, y los misterios del EVA se revelarán, junto con las verdaderas intenciones de todos, en el siguiente episodio de esta historia llena de brutalidad y desesperanza.
Siguiente episodio, "Children Of The Genesis 1.11+4.44: At The Heart Of The World".
¡Y por supuesto, se viene mucho más fan-service para todos ustedes!
