Capítulo 21

Estos días han sido caóticos, han pasado muchas cosas en tan poco tiempo desde que recuperé mi memoria, hablar con Susana, saber de las cartas que robó y lo que hizo y abrirle mi corazón a Terry por completo; no ha sido fácil de procesar. Hay tantas cosas agradezco recordar, pero también hay muchas cosas que quisiera olvidar borrar de mi cabeza, sé que son recuerdos que hicieron grandes cambios en mi, y me han hecho ser una nueva mujer que lucha por quien ama y por ser feliz, me tomó tantos años aprender esa lección. Suspiro de alivio mientras alzo la vista al cielo, es el mismo de toda la vida, pero se ve muy diferente ahora, pareciera acompañar la paz, la tristeza, la alegría y la nostalgia, todo al mismo tiempo.

-Candy- Escuchó al duque detrás de mí. Me es increíble que él, después de un largo tiempo se acordara de mi y me salvara de la situación más difícil de mi vida. -¿Te encuentras bien?- Pregunta mientras se sienta a mi lado, yo solo asiento en silencio. Es un hombre completamente diferente al que conocí en mi infancia.

-Solo estaba pensando en algunas cosas- la vida ha cambiado tanto. -Es difícil imaginar lo que todos hemos pasado-

-No pienses más en ello, ahora estás bien y con las personas que te quieren. Nada más importante- Responde con amabilidad y calidez.

-No podría, sabe, nadie valora realmente lo que tienen hasta que lo pierden. Yo lo viví y por eso lo aprendí, aunque fuera de la peor manera. Digo mientras bajo la mirada, esos sentimientos de soledad y tristeza profunda vuelven a mi corazón envolviendolo es una oscuridad.

-Tienes razón, en mi juventud fui más feliz de lo que he sido en el resto de mi vida, lo tenía todo cuando pensé que no era así y solo los aleje a todos- Lo entiendo muy bien, se que tratando de hacer lo mejor se pueden arruinar muchas vidas

-Si lo olvidaramos eso, no podríamos disfrutar plenamente a todos los que queremos- Me mira con pena, de la misma manera en la que alguna vez me vi a mi misma. -Usted ha sido como un padre para mí durante este tiempo- Afirmó mientras sostenía su mano tratando de consolarlo de la misma manera en la que lo hizo conmigo. -No sabré nunca como agradecérselo, en tan poco tiempo ha hecho por mi lo que me faltó toda mi vida, me dió un hogar, cuido de mí y me reconfortó siempre- Sonríe gentilmente y en sus ojos se acomulan las lágrimas que trata de contener .

-Es una pena que no haría lo mismo por mi hijo- Debe ser difícil para él darse cuenta del tiempo que perdió con él, podría haber sido una hermosa familia, unida y cariñosa.

-Ahora solo queda seguir adelante Richard, Terry está bien y sé que las cosas son como hace años, él tiene a su madre y necesita a su padre- Repito las mismas palabras de aquella tarde en la que, con total falta de conciencia, detuve su carro.


El invierno se ha ido y la primavera comienza a hacer su magia adornando los árboles con hojas y llenando cada rincón con vida. Muy pronto se comienza a ver aquel hogar en el que Candy creció. Todo es más hermoso de lo que recordaba, la blanca nieve ya no cubre cada centímetro del lugar, más bien, el verde pasto y las flores lo decoran bellamente.

Bajamos del auto y al vernos los niños del hogar salen corriendo hacia nosotros. -Candy Candy- Gritan todos al ver a la pecosa. Inmediatamente cada uno de ellos se las arreglan para rodear a Candy, al punto en el que prácticamente no la dejan caminar -Te extrañamos mucho- Dicen mientras la abrazan.

-Yo tambien los extrañe mucho chicos-

-Ya es suficiente, pasar a mi jefe- Dice un pequeño vaquerito.

-Candy hija- dicen al unísono la señorita Pony y la hermana María. Candy corre como una pequeña hacia ellas y las abraza con los ojos llenos de lágrimas.

Yo me preocupé intensamente por ella cuando supe lo que hizo, me es imposible imaginar la preocupación y la incertidumbre de estas dos mujeres que la han criado desde que era un bebé.

-Perdonenme por hacerlas pasar por tan mal momento, lo siento mucho-

-Sabemos que tenias que hacerlo Candy, aunque nos preocupaste demasiado siempre confiamos en que regresarías a casa, siempre encuentras el camino de vuelta querida- Dice la señorita Pony con la sonrisa más cálida que nunca he visto.

-Siempre haces travesuras, pero esperamos que esta no se vuelva a repetir- La hermana María dice en forma de sermón, -Es tan bueno volver a verte hija- Las tres se abrazan protectoramente y con el cariño de una verdadera familia forman la escena de amor más bella mientras los niños se aferran a ellas, ¿quién diría que unos niños sin padres se verían más felices que cualquier persona sobre la tierra? "me abandonaron en el orfanato más bello del mundo y se los agradezco" eso dijo mi pecosa en el viejo salón de música, en su momento no lo pude comprender, pero ahora lo hago.

-Sean bienvenidos, Joven Grandchester, es un placer verlo de nuevo- Dicen al separarse.

-El placer es todo mio-Hago una suave reverencia típica de un inglés.-Les presento a mi padre Richard Grandchester- Omito el duque porque no quiero que se sientan incómodas o intimidadas por un título insignificante.

-Que gusto conocerlo señor Grandchester, yo soy la hermana María y ella la señorita Pony-

-También es un gusto conocerlas- Hace una elegante reverencia como es su costumbre.

-Pasemos adentro- Amablemente nos guía al hogar.

-Vamos jefe- Vuelve a hablar el chico. -Todo ha estado bien y en orden desde que te fuiste jefe, estoy muy feliz de verte otra vez-

-Muchas gracias Jimmy- Responde cálidamente y lo abraza de una manera maternal.

-¿Te gustaría tomar chocolate jefe?-

-Jimmy ya deja de acaparar a Candy, todos queremos estar con ella- los demás protestan y a mi me causa algo de gracia, nunca tuve hermanos de verdad, debe ser divertido tener tantos, como ella.

-Chicos, compórtense por favor- Jajaja, se han quedado rojos de vergüenza, sonrió mentelmente mientras imagino a una pequeña candy siendo retada por sus travesuras.

-¿Cómo fue su viaje?-

-Fue maravilloso, estaba ansiosa por venir- y vaya que sí, podría jurar que le estaban saliendo alas para llegar más rápido. -Los extrañe mucho a todos, siento haberles causado angustia señorita Pony, hermana María-

-Todos estábamos ansiosos por recibirte de nuevo Candy, también te extrañamos mucho hija-

-Jefe, ¿quieres salir a caminar?-

-¡Si, Candy vamos a jugar!-

-Niños, no la molesten, acaba de llegar-

-Descuide hermana, esta bien, puedo salir con ellos-

-Candy, debes tener cuidado- Dice mi padre alarmado. A pesar de la exitosa recuperación que ha tenido aún le preocupa, ¡si supiera que está perdiendo el tiempo!, cuando se le mete algo a la cabeza no hay quien la pare.

-Todos la vamos a cuidar muy bien señor- ese chico es muy firme y confiado.

Mi padre no está muy convencido así que le hago una seña para que la deje ir, Candy merece estar con su familia y estará más que bien.

Mientras salen, los sigo atentamente con la mirada, es el cuadro más maravilloso que he visto en mi vida. Muchas veces vi a mi pecosa sonreír; al recordar este lugar, al salirse con la suya, al columpiarse entre los árboles, pero, esta vez es totalmente diferente a todas esas veces. Su radiante belleza rodeada de tantos niños, jugando y divirtiéndose. Aquí se siente y se respira la alegría, el amor y una calidez infinita…

-Muchas gracias duque por cuidar de nuestra preciada Candy. Tanto ella como su hijo nos han mencionado su generosidad. Nunca nos alcanzará la vida para pagarlo- Interrumpe mis pensamientos mientras nos sirven una taza de té.

-No tienen porque hacerlo señorita Pony, es una chica tan buena y amable-

-Siempre ha sido así, se preocupa por otros antes que por ella y hace lo que puede para que las personas a su alrededor sean felices- Es verdad. -Todos aquí la queremos mucho y fue un duro golpe para todos que se fuera Francia, sobre todo para Jimmy, a él siempre le ha afectado cada vez que ella se va-

-No imagino lo importante que es para todos. Y, debo admitir que me parece increible la labor que realizan con estos niños-

-Duque- Digo con total indignación ante su comentario inapropiado.

-Alguien tiene que hacer algo por ellos, la vida no es sencilla-

-Y nosotras somos dichosas por poder darles un hogar y cariño-

Mi corazón se estremece ante sus comentarios, alguna vez trate de imaginar un lugar en el que pudiera alguien ser feliz, con lo mucho y lo poco que se tiene, traté de imaginarme a mi en un hogar donde fuera aceptado, donde me sintiera feliz. Fue con Candy cuando por primera vez sentí la calidez del cariño, y eso me era suficiente, en el teatro me sentía aceptado y estaba contento y orgulloso de mi. Cuando visité el hogar por primera vez vi la bondad de estas mujeres, pero es hasta hoy que me doy cuenta de cuánto cariño y atención se puede dar en una familia. Solo espero que, cuando sea mi turno de dar amor a una familia, pueda hacerlo de la misma manera en la que la señorita Pony y la hermana María lo hacen.


¿Hola. Cómo están? Espero que se encuentren muy bien. Después de un largo tiempo les traigo la continuación de esta bella historia, deseando de corazón que les guste. Saludos a cada una desde donde me magro.