Hola a todos:
Dejo el cuarto capítulo, basado en el Gaiden 2 "Escorpio", donde Kardia se llevó a Sasha de paseo sin saber que era la diosa Athena xD
Gracias por leer.
Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión.
Día 4: Un viaje fugaz
Kardia, Sasha.
Pre Canon, compañerismo, lealtad, confianza.
El barco navegaba a buena velocidad gracias a los vientos favorables.
La pequeña Sasha observaba el mar, reclinada sobre la barandilla de estribor. Se sentía ligeramente mareada, pues no estaba acostumbrada a navegar, pero no tenía ganas de permanecer en su camarote. Tal vez no había sido buena idea hacerle caso a ese alocado santo de Escorpio e irse de viaje a la aventura. Pero, no es que pudiera hacer mucho, prácticamente la "secuestró" sin darle tiempo de nada.
Kardia tenía un carácter vivaz que le recordaba a su querido amigo Tenma, quizás por eso decidió llamar su atención días atrás, cuando estaba triste y temerosa de su nueva vida en el Santuario. Sin embargo, ahora que iban de regreso a Grecia, después de su increíble aventura en la Nueva España, se sentía más viva que nunca.
Sasha ya no era la misma, el miedo a su destino como diosa de la guerra había desaparecido.
—¿En qué piensas niña? — interrogó Kardia, acercándose con paso tranquilo mientras comía una manzana. —No me digas que sigues extrañando a Calvera. —
—Sólo un poco, ella fue muy amable, además de que te salvó la vida— sonrió Sasha.
Kardia rodó los ojos y resopló.
—Sí, pero yo fui el que peleó y al que golpearon, no lo olvides— señaló los cortes de su rostro, que apenas estaban sanando. —Al menos valió la pena, ya no pareces una chiquilla fastidiosa— sonrió burlón, ofreciéndole otra manzana.
La niña no se ofendió, por el contrario, asintió orgullosa.
—Fue gracias a ti, Kardia— tomó la fruta y le dio una pequeña mordida. —Jamás imaginé todo lo que sucedería cuando me dijiste, "haremos un viaje fugaz para que dejes de ser tan miedosa". —
El santo de Escorpio se sentó en el suelo, quedando a la altura de Sasha.
—Francamente niña, no sé por qué llegaste al Santuario, pero espero que tengas una muy buena razón para que no le dijera nada al patriarca Sage, es decir, me van a regañar cuando regresemos. —
—No te preocupes Kardia, yo me encargaré de que eso no suceda, hablaré con el patriarca— aseguró ella.
—¿Ah?, ¿Lo dices en serio? — soltó una risita divertida. —¿Pues quién eres?, ¿A poco muy influyente? —
La pequeña sonrió confiada, el guerrero dorado aún no se enteraba de que ella era la diosa Athena.
…
Tres días después.
Kardia tenía la boca abierta, sin poder creer lo que veía.
Contemplar a Sasha sentada en ese trono, con el báculo de Niké en su mano y el patriarca a su lado, le dejó en claro quién era ella. No pudo evitar sonreír emocionado ante la mención de la próxima guerra santa y de las palabras de aliento de su diosa.
Momentos después, cuando todos retomaban sus labores, la chiquilla se acercó para susurrarle.
—Ojalá después podamos volver a realizar otro "viaje fugaz". —
—Cuando quieras, niña— Kardia le guiñó un ojo.
Continuará...
Gracias por leer.
