Durante una noche de octubre en medio de una fuerte lluvia Ranma y Akane corrían bajo la tormenta, repentinamente la muchacha pelirroja, forma que adquiría Ranma al tocar el agua helada vio como un rayo golpeó un poste de energía hecho de madera le cual se desplomó sobre las dos muchachas aplastándolas. Y por si fuera poco, las dos murieron atravesadas por una fortísima descarga eléctrica cuando los cables quedaron con el cobre pelado y se cargaron con otro rayo que cayó en el lugar.

Al día siguiente en las noticias de la televisión se hablaban acerca de unas jóvenes que murieron aplastadas por un poste de energía eléctrica, entre el silencio de la noche reportes de la policía acerca de una serie de muertes en el territorio de Nerima.

—Desde que Akane y Ranma murieron en la ciudad han aparecido personas que han muerto y se las ha hallado sin sangre — Shampoo observaba la televisión —Ukyo, ¿deberíamos ir a investigar?

—Llevemos a Ryoga, hay que averiguar qué pasó con Ranma y Akane— murmuró la castaña —a decir verdad no creo que esto sea normal.

—Talvez no se trate de criaturas comunes y corrientes — dijo Cologne entrando al lugar —, ¿saben quién fue asesinado hace poco?

El silencio dentro del café del gato no ayudaba en la tensión entre las dos "viudas", esos rumores de asesinatos en las proximidades de Nerima ya ponía los pelos de punta a cualquiera que anduviera por allí.

—Hace dos días murió Nodoka Saotome — Cologne soltó sin mostrar emoción alguna —, y ayer falleció Kasumi y hoy acaba de morir el chico Tatewaki

—¿Y cómo murieron? — Ukyo preguntó asustada, el sudor escurría por su frente y sus manos temblorosas la delataban —¿qué los mató?

—No se sabe — la vieja amazona respondió —solamente encontraron el cuerpo de Tatewaki con dos marcas en el cuello... y los cuerpos de Nodoka y Kasumi desaparecieron al instante de su muerte.

"Vampiros" pensó Ukyo.

Sombrías expresiones en las caras de dos jóvenes artistas marciales era lo que Cologne era lo único que veía, estaba asustada al igual que su bisnieta y la chica de la espátula. Al parecer ni la policía ni los principales investigadores eres capaces de lograr encontrar la razón por la que mueren tantas personas o desaparecen en su defecto.

—Iremos a investigar — dijo Ukyo —deberíamos llevar a Ryoga y Mousse. No podemos dejar sin resolver la muerte de Ranma y Akane.

En la noche de ese día los chicos se reunieron en el café del gato en medio de una neblina que cubría de misterio un lugar tan tranquilo como Nerima, el silencio de Ryoga por la pérdida de su amigo y su amada Akane era evidente su duelo por su pérdida. Mousse observó todo en silencio a través del cristal de sus gafas algo más serio que de costumbre, aunque sonara irónico en el café del gato no servían café. Sino que, en esencia, era un restaurante de comida tradicional china.

—¿Alguien sabe cómo murieron Ranma y Akane? — Ryoga rompió su silencio.

—Según reportes de la policía fue por la caída de un poste de energía eléctrica algo viejo — Mousse explicó con seriedad —, les cayó a ambos pero también dicen que fueron electrocutados.

—Les cayó prácticamente un rayo a los dos — mencionó Shampoo —, desde su muerte han aparecido cadáveres sin sangre y con dos marcas en el cuello. También fallecieron Nodoka y Kasumi.

—¿Qué? — el de lentes abrió los sorprendido —¡Cómo...! ¿Encontraron sus cuerpos?

—No, ellos desaparecieron tan solo unas horas después de su fallecimiento — dijo Ukyo.

—Necesitamos una pista — Mousse habló seriamente —¿Cómo se llama el doctor que atendía a Ranma?

—Es Tofu — mencionó la castaña —¿propones que vayamos con él?

Mousse asintió enérgico ante la proposición de Ukyo, sabía que debían empezar por alguna persona conocida y precisamente ese doctor podría ayudar aunque por la mente de Ryoga pasaba la idea de preguntarle a Genma y Soun si tendrían alguna idea de cómo pudieron desaparecer los cuerpos de Nodoka y Kasumi.

Cuando salieron del restaurante el silencio que rodeaba las calles de Nerima era ensordecedor, seguían su ruta hacia el consultorio del Doc. Tofu para averiguar algo no eran conscientes de que tres pares de rojos ojos, brillantes los observaban desde la espesa neblina.

Al doblar en una esquina y perderse, como de costumbre, Ryoga sería presa fácil para aquellas extrañas criaturas. No lo quería admitir pero le aterraban los ambientes llenos de neblina, sentía que algo lo seguía, giró su cabeza teniendo los nervios de punta pero sólo veía las farolas iluminando el lugar que las nubes colonizaron.

Continuó caminando dando giros aleatorios por Nerima, el sonido de unos raudos pasos lo alertaron, se detuvo y observó fijamente el lugar de donde provenía ese ruido.

—¿Quién anda allí? — cuestionó Ryoga tembloroso —Te lo advierto — preparó sus manos para realizar un ataque —no te acerques.

Ryoga dio unos pasos de espaldas hasta chocarse con alguien, al girar se encontró con los dulces ojos de Kasumi y suspiró de alivio.

Tan sólo para que segundos después un grito atronador se escuchara en todo el vecindario, a Mousse se le pusieron los pelos de punta y parecía una indefensa paloma en la mira de un halcón.

Al haberse detenido perdió contacto con las chicas que guiaban la expedición, corrió hasta el edificio donde atendía Tofu pero un fuerte empujón que lo lanzó contra una pared, la cual se desplomó, y que el impacto rompió su cuello lo detuvieron.

Entre sus alucinaciones de moribundo alcanzó a ver la silueta de una persona, creía estar loco pero sabía que ese era Ranma. Cerró los ojos muriendo minutos después por falta de aire al haberse destrozado la tráquea.

La dos jóvenes salieron del consultorio sin respuesta alguna sobre qué podría ser lo que ha estado matando tanta gente, caminaron unos pasos sin encontrar a Ryoga ni a Mousse en su andar.

—¿Dónde se metieron? — preguntó Shampoo preocupada y cuando vio a Ukyo empuñar su espátula —¿qué sucede?

—Nos están siguiendo — murmuró ella.

Lentamente un extraño humo negro empezó a rodearlas mientras ellas trataban inútilmente de esquivarlo corriendo a toda prisa escapando de él. Sus respiraciones, el ruido del traqueteo de los zapatos contra el piso era lo que se escuchaba en las solitarias calles del barrio de Nerima, Shampoo se dobló un tobillo antes de llegar a un sitio seguro y Ukyo siguió corriendo sin esperarla.

—Ukyo — Shampoo la llamó mientras cojeaba.

—Ven... algo me dice que estamos en peligro — dijo la castaña.

De pronto el humo negro las alcanzó provocando varios efectos entre ellos, sordera y falta de aire al impedirles respirar, entre la neblina oscura que cubría el lugar descubrieron tres pares de rojizos ojos brillantes en la oscuridad, lentamente mientras la falta de oxígeno las agobiaba a su inevitable muerte de la que les era imposible escapar ya que parecían presas de una araña, paralizadas en una telaraña. Los resplandores rojos se lanzaron contra ellas y después sólo fue oscuridad.

Desde ese día las muertes cesaron en Nerima, las autoridades de policía no hallaron los cuerpos de los cuatro chicos que salieron a investigar esos sucesos tampoco hubo testigos ya que se dio en la noche.

De este modo, la policía llamó a este caso "el misterio del vampiro de Nerima".