Hércules estaba fuera del castillo después de aquella culpabilidad que habían hecho contra el, en eso ve al comerciante de arma frente y este lo empuja contra la pared mientras el comerciante sostenía un martillo.

- he escudo sobre lo que le hiciste a esa chica, deja que te de un golpe. - reclamo el comerciante.

- yo no hice nada. - dijo el semi dios tomando de la muñeca al armero como diciendo que lo suelte.

El comerciante lo mira a los ojos viendo que era honesto y después lo suelta. - ven.

Ambos se iban a un callejón donde nadie los vería y el comerciante le entregaba una capa verde con capucha.

- así no te verás raro solo con el torso desnudo. - dijo el armero acercándole la capa.

- cuánto cuesta esto? - decía hércules poniéndose la capa verde.

- no quiero dinero, pero serían unas cinco monedas. - comento el comerciante de armas.

Hércules sacaba de una bolsa pequeña tres monedas de plata, le quedaba unas monedas ya que antes de que lo inculparán había dividido una parte del dinero que le dió el rey aún que se quedó un poco más que la bolsa que la que tenía melty; teniendo noventa y siete monedas de plata en total.

- toma. - dijo el dios yéndose del lugar sin decir nada.

El dios de la fuerza se encontraba en los campos peleando contra los globos naranjas y después de acabar con la mayoría de los que se encontraban por esa zona mira que su medidor de experiencia viendo que apenas era nivel tres por lo que pensaba que esto se volvería cansado después y más al ver que las estadísticas en defensa siguen aumentando pero su fuerza seguía igual pero con un nivel mayor, pensando en tal vez buscar en compañeros aún tendría problemas con los rumores que dicen sobre el. Hércules se sentaba en el suelo suspirando un poco y arrancaba una hierba mientras pensaba en que hacer, en eso mira su escudo brillando y le acercaba la planta haciendo que la absorbiera. El dios de la fuerza mira como aparecían nuevas habilidades y transforma su escudo viendo que este cambia de forma.

- entonces puedo absorber un material para desbloquear alguna habilidad. - dijo hércules mientras que pensaba en algo y después mira su garrote.

Hércules se dirigía a la ciudad, se acercaba a un local en dónde podía vender las pieles de las bolas naranjas.

- son veinte pieles de globos en total. - comento el vendedor. - te ofrezco una moneda de cubre por ellas.

- pero si al tipo de antes le diste una por dos. - protesto hércules.

- yo hice eso? De cualquier manera esto es un negocio. - dijo el vendedor burlonamente.

Hércules toma al hombre del cuello de la camisa. - supongo que el rumor sobre mi se esparció, no? Entonces sabes que podria mandarte al cielo y dejarte caer. - lo decía con un tono serio y burlón a la vez.

El vendedor se asustaba por lo que le daba un precio acordado, el dios de la fuerza se iba del lugar para después ir a otro local, en donde vendería las plantas que había recogido y dando la información en dónde lo consiguió. Después de eso hércules se dirigía a la tienda de armas en dónde mira al dueño del lugar saludandolo.

- hey, que tal amigo? - saludaba el armero mirando a hércules.

- puedes destruir armas también? - pregunta hércules y antes que el dueño respondiera ponía en la mesa su garrote.

Erhard examinaba el arma de hércules. - es un arma muy interesante, dices que quieres romperla?

- si, quiero probar algo con algún fragmento, si puedes al menos puedes quitarle uno. - contesto hércules.

- mm... Bueno si es solo una parte de podría hacerlo. - dijo erhard. - parece que el material del que está hecho es muy duro así que podría llevarme más tiempo si quisiera destruirla.

- es un arma divina. - comentó hércules mirando al dueño.

- que!? - se sorprendía el armero ante la información que dijo.

- de dónde vengo usaba este garrote para combatir contra enemigo, pero por desgracia ya no puedo usarlo como arma. - explicó el dios de la fuerza. - el escudo puede absorber cualquier material en específico y quiero ver si funciona con el garrote.

- vaya... Es increíble, escuché sobre algo que eras una deidad o algo así... pero no crei que fuera verdad. - dijo erhard tosiendo un poco para arreglar su garganta. - bien, creo que podría hacerlo, veré si puedo rompe una parte.

- te lo agradezco. - dijo hércules tomando algunas monedas de plata y las deja en la mesa.

Después de eso, hércules mira que solo quedan viente monedas de plata pero después vería como conseguir más monedas, se dirigía a una posada en dónde pedía un platillo pero al momento de comerlo no le sabía nada pero no le importaba eso sí le llena el estómago. En eso se acercaban unos sujetos al dios.

- oh, héroe del escudo nosotros nos uniremos a tu equipo. - decía un maleante tocando el hombro de hércules.

- no tengo tiempo para ustedes, largo. - dijo hércules mientras comía y tenía sus ojos cerrados.

- oye! oye! queremos unirnos de verdad. - dijo uno de los maleantes mientras salían del lugar caminando por la calle. -

- entonces demuestren de lo que son capaces. - decía hércules aún con sus ojos cerrados.

Uno de ellos sonríe confiado y se acerca a hércules con un cuchillo. - muy bien si eso quieres!

Antes que la hoja se clave en el cuerpo del dios, este gira defendiendo se con el escudo y al hacerlo provoca que el maleante sea empujado, cayendo al piso. Antes que el otro tipo haga algo hércules ya le había dado un golpe dejandolo fuera de combate.

- no me sirven... Mejor vayanse de aquí antes que me desquite con ustedes. - dijo el dios de la fuerza en un tono serio y molesto.

Los maleantes se iban del lugar lo más rápido que podía dejando a Hércules suspirando un poco y en eso escucha a alguien llegar. un hombre de baja estatura que viste un esmoquin tradicional de maestro de ceremonias de circo, gafas con una pequeña cadena y un sombrero de copa.

- veo que tiene problemas. - decía el hombrecito acercándose a hércules. - tengo un trato para ti.

- de que se trata exactamente? - pregunta hércules.

El dios de la fuerza seguía a beloukas hasta llegar lo que parecía una carpa de circo. Al entrar miraba varías jaulas con extraños seres dentro de ellas, algunos con apariencia casi humana.

- de que se trata esto? - pregunta hércules.

- que no es obvio? Te estoy ofreciendo esclavos, soy un comerciante de esclavos. - dijo beloukas mirando a hércules. - ellos no mienten, ni traicionan a su amo. Están malditos, es una maldición cuyo precio es la vida.

Mientras explica sobre los semi humanos, hércules desviaba la vista pensando que esto no estaba bien, pero a la vez no estaba teniendo tantas opciones si quería subir de nivel.

- mm... Por tu cara parece que los rumores sobre ti son mentira. - dijo el comerciante de esclavos mirando al semi dios.

En eso hércules escucha que alguien tosia, al destapar una manta miraba a una niña con orejas y cola de mapache en un estado deplorable mientras el dios de la fuerza mira al comerciante de esclavos esperando una respuesta.

- está raccoon está enferma física y mentalmente, su anterior dueño era aficionado a la tortura. Dudo que dure mucho. - dijo beloukas.

El semi dios miraba al ver a la semi humana le daba lastima al verla parecía que había sufrido mucho.

- tienes nombre? - pregunta hércules tranquilo mirando a la niña.

La mapache tardaba un poco por el temor que sentía hasta que por fin sacaba las palabras. - soy... Rhaptalia.

- mm... Lo he decidido, ella será me la llevaré. - dijo hércules mirando al comerciante de esclavos.

El comerciante de esclavos le ponía la marca a rhaptalia y en eso el semi dios mira que aparecía el mensaje de conseguir esclavo, mirando las estadísticas de ella.

- vamos rhaptalia. - decía hércules saliendo del lugar esperando que ella lo siguiera.

Al día siguiente.

Ambos se dirigía a la armería en dónde hércules le pedia al armero equipo para ella y dejaba unas monedas para comprar equipo para la mapache, el dios de la fuerza sacaba un globo naranja, al ver que rhaptalia estaba temerosa en hacerlo. Hércules no le quedaba de otra más que ordenarle a ella que lo hiciera provocando que la marca se active generándole dolor, a lo que la semi humana tomaba su daga con fuerza y mata al globo para después caer de rodillas jadeando un poco.

- escucha, ahora te enseñaré a pelear, tu derrotaras con mounstruos mientras yo te protejo. - dijo Hércules mirando a rhaptalia teniendo una expresión tranquila.

- antes que te vayas toma. - dijo erhard dándole el mango del garrote al dios de la fuerza. - es lo que pude conseguir.

Hércules acercaba el mango al escudo mirando que este lo absorbía y le parecía el mensaje.

Desbloqueo.

Escudo de los doce exodos.

Aparecía una rama de habilidad mirando doce círculos los cuales estaban bloqueados y mira que aparecía otro mensaje.

Completa los requisitos.

- requisitos?.. matar una bestia, matar a una serpiente. - hercules piensa que debía hacer algo parecido a lo sus doce trabajos.

Mira que el de cerbero indicaba que debía desbloquear todos los demás exodos aún que mira como extrañes que la de toro de creta decía "desbloquear escudo la ira" no sabía a qué se refería pero decidiera averiguarlo después.

- el resto del garrote quedó intacto, que quieres que haga con el? - pregunta el comerciante de armas.

- quédate con el si quieres, ya no lo necesito. - decía hércules saliendo del lugar.

Erhard mira como ambos se van mientras mira el garrote de hércules. - que se supone que haga con esto?

Hércules llega con rhaptalia a una posada, en dónde le pedía un plato para la niña.

- por qué me das comida? - pregunta rhaptalia mirando a hércules.

- parecías tener hambre, así no podrás pelear con los enemigos así. - dijo hércules.

En cuanto la mapache empezó a comer le encantaba, a lo que hércules al probar el suyo no le sabía nada pero aún así decidió comerlo sin más. Al terminar ambos se ibanal bosque en dónde el semi-dios mira como la semi-humana mataba a las criaturas.

- con más fuerza rhaptalia, así no podrás matarlos fácilmente. - decía hércules mientras sostenía una especie de hongo.

La mapache sostenía la daga con fuerza matando al globo, así seguían hasta en la tarde y estarían en las orillas de un río mientras rhaptalia estaba comiendo unos pescados y el dios de la fuerza estaba mirando que podía combinar objetos.

- amo, quien es usted? - pregunta rhaptalia mirando a hércules.

- digamos que soy el héroe del escudo. - dijo el semi-dios rascando un poco su mejilla.

La mapache se emociona al recordar las historias que le contaban sus padres. - y como se llama?

- me llamo hércules. - respondió el dios de la fuerza.

- y peleará contra las olas de la calamidad? - pregunta la semi-humana aún emocionada.

- ese es el trabajo que debo hacer al parecer, pero a pesar de ser fuerte mi fuerza no aumenta pero la defensa si, por eso necesito compañeros. - explicó hércules y se levanta para después ponerse de rodillas mirando a la mapache. - rhaptalia, pelea a mi lado y te protegeré. No te lo ordenó, te lo pido. - decía inclinándose un poco.

- si amo hércules! - dijo rhaptalia.

- solo dime hércules. - decía el dios de la fuerza sonriendo.

Hércules termina de preparar una medicina para rhaptalia haciendo que está recupere salud, en la noche el semi-dios estaba reflexionando todo lo que estaba pasando, en eso rhaptalia se despertaba de una pesadilla gritando sobre sus padres.

Hércules se acerca a ella y la consuela para tratar de tranquilizarla. - todo está bien, estás a salvó.

Pasaban los días en dónde ambos subían de nivel, hércules seguía ayudando a rhaptalia en como usar su arma y vendía algunas cosas para conseguir dinero, compraban una nueva espada para la mapache. El dios de la fuerza estaba vendiendo una piel de un animal y escuchaba sobre dónde podría conseguir materiales para vender y conseguir dinero más fácil siendo en una cueva donde habita un mounstro. Ambos se alistaban para adentrarse en la cueva y mientras hércules mira las habilidades del escudo.

- escudo de aire. - al decirlo mira como una especie de proyección con forma de escudo aparecía lo que emociona al semidios. - esto me ayudará, vamos rhaptalia.

- si. - dijo la semi-humana siguiendo a hércules.