Capitulo veintitrés.

hola a todos los que aún se interesen y sigan ésta historia. Llegamos al final y después de años cerraré con este capítulo y el epilogo . Bueno sin más les dejo el capítulo.

El tiempo no puede detener su marcha. Y como todo debe continuar, así es como ha estado sucediendo. Los días se han convertido en semanas. El frio se habia marchado dejando en su lugar la calidez de la primavera. Casi cumpliría veintiséis semanas, ella estaba cada vez más voluminosa aunque no se veía mal, su complexión delgada era favorable. Comenzaba a fatigarse con facilidad y debía llevar una dieta especial. Hacia un poco de ejercicio para poder dar a luz de manera natural. Se había negado a dejar de trabajar por más que su padre se lo pidiera en repetidas ocasiones. Aunque lo único que pudo hacer fue cambiar su área. La removieron hacia el área de maternidad, para familiarizarse, para poder tener experiencia en cuestión de cuidados de un recién nacido, en si, para que fuera perdiendo el miedo.

Si, por qué a pesar de ser una mujer que no se doblega, siente miedo al pensar si es capaz de cuidar a su bebé. Ahora, sabe que está seguro dentro de su vientre, pero en cuanto salga, inhale y exhale el aire en forma de llanto, sabrá que no habrá vuelta atrás. Se convertiría en madre pese a todo. Con todo, se refiere a que sola estará. Claro con Odysseus pero al final, sola. Y puede sentirse arrepentida en ocasiones, sus hormonas no le juegan a favor. Sabe que si tuviera a el padre de su hija a su lado tal vez sería más llevadera la naturaleza de su embarazo.

Esos pensamientos eran recurrentes desde hace tiempo.

— Si claro, si tan solo el té quisiera...— suspiró viendo su reflejo en el espejo del sanitario. Sus idas al sanitario eran más seguidas conforme pasaban los días. Siempre tomaba un receso e iba donde el consultorio de su padre y ahí tomaban un refrigerio.

Salió del baño y sentado frente al escritorio se encontró Odysseus examinando expedientes. Concentrado y mirando detrás de las gafas.

—¿De nuevo pensando en voz alta? Hasta acá te escuché —. El médico parecía absorto, pero también preocupado.

— Papá, deja de vigilarme. Me asustas cada que te apareces.—

— No deberías, sabes que llego en cuanto es hora. — no le quitaba la vista a los papeles sobre el escritorio.

Shaina comenzó a poner distintos paquetes que contenían verduras, frutas y algún yogurt. Sirvió para ambos y en total silencio degustaron. Shaina vió que su padre por algún motivo se mostraba inquieto.

— Hay problemas ¿Cierto? —

— Siempre los ah existido. —

— Pero estás más preocupado que en otras ocasiones. Dime, ¿Qué sucede?— lo miró con esos ojos verdes brillantes.

El médico hizo un gesto de frustración y terminó el bocado.

— Desde lo ocurrido con Ares, la fundación se encuentra al borde del quiebre. Cómo sabes, los albergues y hospitales funcionan gracias a ella. Tenemos meses sin fondos, no hay dinero para equipo, material, medicinas, y que decir de las nóminas. Tengo gente que ya no soporta mas esto.

— Mamá tenía una pequeña herencia. Podrías utilizarla y poder salir a flote un tiempo.

— No, ese dinero es para ti y tu hija para un futuro. —

—Pa', no me importa el dinero, puedes ocuparlo. De verdad, estaremos bien. —

— Agradezco tu gesto pero eso solo sería calmar un poco pero, ¿Y después? . Lo preocupante es que las industrias Kido necesitan ser salvadas o esto será una catástrofe. Me frustra.—

Shaina tomó las manos del sanador y las presionó contra las suyas regalándole una sonrisa hermosa.

—Todo estará bien. Ya verás.

— Solo queda tener fe. — se quitó las gafas y de acercó a ella. —Por cierto, ¿Cómo vas con eso de hablar con Saga?—

— Tenías que tocar el punto. Ya no tengo hambre. — dejó el tenedor sobre la servilleta.

— Eres mi hija pero también una obstinada. Se que te ofendió y te despreció, pero también he visto que ha tratado de entablar una comunicación contigo y tú, lo evades. ¿Me equivoco?—

— Papá, no quiero ni deseo que siga atormentándome y reprochandome, que fue mi decisión estar con el y que debo asumir mis responsabilidades. Bien, pues las asumí y continué.

— Tal vez está arrepentido. Deberías dale el beneficio de la duda. Habla con el. Pronto estarás de siete meses y después en la recta final del embarazo. ¿De verdad quieres que mi nieta crezca sin una figura paterna? Es su derecho a tener un padre.

Shaina analizó las palabras de su padre. Sabía que a pesar de no ser el griego de su agrado, debía anteponer los derechos del bebé ante todo.

—Se que quieres decirme con eso papá. Pero, ¿Y si te equivocas? —

— Solo existe una manera de saberlo y no puedes seguir envitandolo. Date la oportunidad. —. Terminaron de tomar los alimentos y Odysseus salió por la puerta.

Shaina se quedó ahí limpiando y pensando una y otra vez. Dándole vueltas al asunto. Al terminar escuchó que alguien llamaba a la puerta. Al abrir se llevó una sorpresa.

— ¡Señor Minos! , ¡Qué sorpresa!, Adelante. —

— Deja de llamarme señor. No soy tan viejo. —. El garbo con el que el peliplata se conducía era exquisito.

— Lo siento. ¿Qué hace aquí?—

— Supe que el trabajo aquí es demasiado. Y bueno, deseo tener un cambio radical. Antes trabajé para gente horrible y por dinero. Creo que es hora de hacer honor a mi juramento hipocrático. —. Observó toda la habitación, el lugar no estaba mal para él.

— Toda la ayuda es bienvenida. Mi padre estará feliz de saberlo. —

El hombre la miró, era notorio el cambio físico. Y estaba de buen humor.

— Y tú, ¿Cómo te encuentras? —

- Yo estoy bien. Hago de todo para poder llegar al término. —

— Y lo harás. Eres fuerte y joven. —

— Gracias, eso espero. Permítame llamar a mi padre. Espera aquí. —.

Y ella se fue para darle la noticia a su padre. El hombre quedó fascinado con la alegría de ella, no pensó que sería recibido por ella y mucho menos con tanta satisfacción. Era una jovencita especial.


Industrias Kido.

Saga por fin dejaría la presidencia. Había decidido tomar un rumbo diferente. Después de saber que era estéril y pese a ello Shaina esperaba un hijo, casi se volvió loco. De no ser por los acontecimientos posteriores.

Flashback

Al día siguiente se despertó tirado en la alfombra del piso de su habitación. Tenía una resaca que hacía que su cabeza le explotara. Sentía los ojos inchados. Llorar y beber no habían sido las mejores decisiones teniendo en cuenta su estado tan precario. Fue al sanitario y después se tumbó en la cama. Los recuerdos del día anterior rondaban por su mente. Shaina y Milo en aquel beso era como una puñalada traicionera, aunque evidentemente no lo fuera, le dolía mucho. Pero mirarla con su pequeño vientre le partió el alma, puesto que se sintió extraño. Al parecer no era de Milo, de serlo¿ para que buscarlo.? Definitivamente debía quitar esa idea de su mente . Su ira lo cegó e hizo que fuera cruel con la mujer que aún y pese a todo, ama, por qué temía lo peor, el miedo de que su contra parte malvada hubiera dejado esa semilla en ella que ahora crece.

— De verdad no puedo creer que fueras tan idiota para rechazar a mi gente. ¿Cómo te atreviste a despedirlos?— el acento inglés retumbó por toda la habitación.

Radamanthys era un hombre que no necesitaba ninguna invitación. Simplemente iba a donde quisiera. Y ahora estaba ahí parado frente a Saga. Vestido de negro y fumando un cigarrillo.

—No puedes seguir viniendo aquí sin ser invitado. Ahórrate tus comentarios. ¿Por que no solamente te vas y te olvidas de nosotros?—

— Encima eres un desagradable malagradecido. Yo solo deseo tener un lazo afectivo. Llevamos la misma sangre y aunque no lo creas, no es fácil para mí estar rogando por su aceptación. Además, ya no puedo seguir preocupándome por ustedes, —

El rubio sacó agua mineral de la cocina y regresó a la habitación, levantó al gemelo y le ofreció el líquido con un par de aspirinas que sacó del interior de su saco oscuro.

—Toma, con esto dejaras de pensar estupideces y te concentraras mejor para que me expliques que carajos te sucedió.

Saga no hizo más que lo que él inglés le sugirió. Sin importarle, comenzó a despojarse de la ropa. Solo se quedó en sus bóxers.

— Ahora explícame¿que sucede?— el inglés se quitó el saco y desabrochó la camisa un par de botones.

— Ayer me encontré con mi ex. —

— Vaya, eso es bueno. Y te dijo...—

— Nada, evidentemente está más que embarazada.— cerró los ojos y se frotó el tabique nasal.

— Hay un pero, ¿Me equivoco? —

— estaba con Milo. —

— Y...—

— La besaba ...—

Ese hijo de puta... Pensó Radamanthys lleno de furia, esos alacranes siempre tienen que estar donde él.

— Me había prometido no tener celos jamás, pero es el único con el que no puedo cumplir esa promesa. —

— Tiene todo para poder ofrecerle a ella. Por eso es que no puedes evitar sentirte celoso o con ira. Creo que te entiendo. Pero bueno, ¿ella que te dijo? —

— Sobre el beso nada. Pero intento decirme de su embarazo.

— ¿Intento?—

— Estaba furioso, me comporté cómo un imbécil. Incluso el idiota de Milo quiso intervenir. Obvio ella no lo dejó, de nuevo...Me sugirió hacer una prueba para comprobar si es que puedo o no tener la posibilidad de ser el padre. Después, se fue con el orgullo herido. —

Hubo un silencio.

¿No dices nada? —

— Eres estéril ¿No? Que puedo decir. Obviamente ya habías hecho la prueba. — Radamanthys salió al bar de la sala de estar. Sacó el whisky y tomó un vaso con hielos. Regresó a la habitación donde Saga lo observó — Si yo fuera tú, tomaría lo que tengo, míralo de ésta manera, el idiota de Ares te dejó un presente. Digo, si es que no quieres pasar el resto de tu vida en soledad y sin la oportunidad de amar a alguien.

— No es tan fácil. —

— Eh escuchado eso antes. De igual manera yo pasé por lo mismo. ¿Sabes quién me dijo que intentará buscar a la madre de mi hijo? —

— No.— Saga se tomó la cabeza con ambas manos. No soportó el dolor. — Espera, tu, ¿Tienes un hijo? —

— Por supuesto. Algún día lo conocerás. — y tomó un trago del whisky. —Shaina.

Al instante Saga ladeó la cabeza y miró fijamente a su primo. Los cabellos caían sobre el rostro del gemelo cómo cascada.

— Bueno, prometimos hacer lo correcto. Pero como veo, hiciste mierda la oportunidad de ella. —le ofreció un trago de su vaso.

Saga tomó el vaso y lo dejó vacío. No deseaba saber cómo es que el rubio y ella habían tenido oportunidad de relacionarse. Al final, Solo los hielos se quedaron ahí. El alcohol quemaba su garganta y lo necesitaba. Radamanthys descubrió los tatuajes sobre los hombros del gemelo mientras calaba del humo del cigarrillo.

— ¿Quién te tatuó? Es, sorprendente. —. Puntualizó el rubio.

— Ella... Hace un tiempo. De hecho, ella me hizo todos. — se frotó los hombros y el antebrazo que tenía el signo de géminis.

— Un estuche de monerías resultó esa mujercita.— la voz grave del inglés hizo volver a Saga a la realidad.

— ¿Tu lograste reconciliarte?—

— Todavía no. Pero di el primer paso para eso. Pero no vine aquí a hablar de nimiedades. Solo vengo por qué tengo algo que decir a ti y el impotente de Kanon.

— No creo que sea conveniente. No hoy— Saga se recostó en la gran cama.

Y ahí estuvieron un momento en total silencio.

La puerta se abrió sin precaución. El menor de los gemelos se adentró. No tenía un buen semblante. De hecho había pasado mucho tiempo sin que Kanon tuviera una buena cara cerca de Saga.

— Solo vine por qué este imbécil dijo que era importante. —. Estaba fastidiado. Vestía de playera polo vino y pantalones azul marino. Se recargó sobre la chimenea. Desde ahí le dedicaba una mirada fría a ambos.

Ven dame una mano. Primero tu hermano debe estar lo mejor presentable posible, antes de que algunas personas lleguen.

Sin más remedio Kanon suspiró y ayudó al inglés a levantar a su hermano. El mayor cooperaba en lo más mínimo. Lo introdujeron a la gran tina.

— No soy asqueroso pero tú solo quítate el boxer. — Radamanthys se encendió otro cigarrillo . Kanon tuvo que hacer lo mismo, pero con la playera exponiendo su torso totalmente desnudo. En el pectoral izquierdo el tatuaje de un dragón marino cubría por completo. Radamanthys les miró mientras el agua corría por el grifo.

— ¿Qué, te gusta lo que vez?— el menor dijo con demasiada petulancia. Ese par habían encontrado la manera de convivir de una forma particular, (;de joderse).

— Quisieras... ¡Jah!—. El rubio se despojó de la camisa y se viró. No poseía una espalda tan ancha como ellos, pero era perfecta y bien enmarcada. Lo que dejó boquiabierto al menor fue el esplendoroso Dragon de su espalda que era cubierta en casi su totalidad. Saga por supuesto que admiró al llamado Wyverm , era una técnica exquisita, era en realidad majestuoso.

— Vaya, no imaginé algo como eso en ti. — Saga comenzó a lavar su cabello.

Kanon le ayudo a frotar con shampoo para el cuerpo el torso y la espalda. Todo eso sucedió en tanto que el rubio terminó su cigarrillo y miró el móvil, cuando una ráfaga de agua lo distrajo.

— Dijiste que te ayudara. Yo estoy haciendo todo. Te tocan las piernas y el culo. — el menor le aventó agua espumosa, que por poco le cae en la cara al rubio.

— Bastardo...— refunfuño . — No pienso tallarle el culo, tú hazlo, es tu gemelo ¿ No? —

— Salgan de aquí. No soy un perfecto inútil. Puedo hacerlo yo mismo. —

Radamanthys tomó una toalla y secó dónde había caído el agua y salió. Dejando solos a los iguales.

— ¿ Que sucedió ayer? Me hablaron diciendo que llegaste y sin mediar palabras habías echado a todo mundo. Supongo que debe ser por lo de Shaina. Aprovecho que el unicejo se ah ido para saber. —

De verdad el menor tenía esa intriga pero jamás lo demostraría delante de Radamanthys.

—Kanon, lo arruiné. Todo lo arruiné. Se supone que la vería en la oficina para hacerle frente. Me acobarde, sentí celos de Milo de nuevo y la lastimé. Creo que ahora sí no tengo oportunidad de arreglar las cosas. —

El menor ya veía venir aquello. Su hermano debía sanar muchas cosas, pero más que nada perdonarse y hacer una nueva vida. Una dónde el pasado no lo persiguiera y lo atormentara. De verdad anhelaba ver a su hermano feliz.

— Me dijiste que harías una prueba para comprobar que la vasectomía sigue siendo efectiva. ¿ Que resultado tuviste?—

— no hubo un solo esperma—

— ¿ Ella lo sabe? —

— No...—

— ¿ Se lo dirás?— el menor estaba expectante a la respuesta.

— Eso solamente la haría alejarse más de mi. Y realmente no se que hacer.

— Debes hablar con la verdad.

— Me va a rechazar aún más.

— Posiblemente. Pero tú Saga, se honesto conmigo. ¿ Amas a ese bebé? O ¿ Te sientes obligado a estar con ella? ¿ la amas?— el menor se levantó secó sus brazos y se colocó la playera.

El mayor dudó un poco. Tenía muchas cosas en su atormentada cabeza.

— Si es no tu respuesta, no hay más que decir. Solo debes apartarte de sus vidas y prometer que nunca jamás los buscarás. De lo contrario, solo me queda desearte buena suerte. Yo sé lo complicada que es esa mujer. Tal vez aún no lo haz visto de esta manera, a pesar de todo y de las evidencias, tu cuerpo fue quien engendró ese hijo, debes sentirlo cómo tuyo.

Saga meditó unos instantes las palabras del menor. Eran muy parecidas a las dichas por Radamanthys.

— Sabes muy bien que nunca fuí muy positivo en el tema de tener descendencia.

— Si bueno, lo sé. Pero el hecho es que ya está, si, y en un par de meses vendrá a este mundo. El no puede esperar a que tú lo desees o no. Crecerá y si no te decides pronto, puede que alguien más en un futuro sea el padre de el niño o niña ,olvídate de Milo, cualquier otro puede venir a ocupar ese lugar, ella es joven, bonita y con todo el derecho de rehacer su vida. Así que no lo pienses tanto y mejor actúa. —

Y Kanon salió del baño y de la habitación. Saga de quedó ahí, pensando tantas cosas. En todas estaba la mirada de ella, esa, que pocas veces tenía y que en su mayoría le ofrecía solo a el. Terminó el baño y secó su cuerpo.

Después de un momento los tres yacian en la sala de estar. Casi enseguida llegó un grupo de personas.

Tal vez ustedes no lo sabían, pero su madre, mi tía, era dueña de una gran fortuna. Por ende, Siempre fue precavida, dejó su voluntad escrita, desde que ustedes eran muy pequeños. Señor notario por favor dé lectura del testamento.—. Radamanthys se sirvió un poco más de whisky y guardó silencio.

Ambos gemelos escucharon el detallado documento . Al término de la lectura Radamanthys prosiguió.

Cómo ven, mi padre era el albacea. Al morir el, yo cómo su único hijo heredé ese papel. Ahora bien, ya es hora que dejen sus estúpidos orgullos a un lado y se hagan cargo de lo que tienen por derecho aquí— se dirigió a un hombre de cabellos celestes y una belleza andrógina. Tenía sobre sus manos un portafolios.

— Yo no sé Saga, pero yo no pienso tomar nada de lo que tú familia pueda darnos. —

No es de mi familia idiota. ¿ no entendiste? Fue tu madre quien era dueña de todo esto. — El rubio terminó de un sorbo el whisky. —Podrías vivir como la realeza, tu esposa e hijo tendrían una vida de cuento de hadas, por fin podrás dejar de manipular al niño millonario ese de Julián. Y solo debes firmar y asumir lo que tú madre deseaba para ustedes. —

Hubo un silencio. Los gemelos se observaban. Sin saber que pensar. La herencia era por más de 900 millones de libras, las empresas validadas en millones de euros. Y qué necesitaban ser manejadas de manera correcta y formal por los dueños.

— Yo acepto.— inesperadamente el mayor había sorprendido con esa revelación.

Radamanthys sonrió triunfal así que regresó con el hombre hermoso de ojos celestes.

— Dite, de ahora en adelante serás el asesor y mano derecha de Saga. A el le toca la firma de joyería — otro hombre acercó algunos papeles que debían leer y firmar los hermanos. — al impoten... A Kanon su madre dejó la casa de subastas reconocida mundialmente tal y como lo estipula el documento.

— No se que te impulse a aceptar. De verdad me gustaría saberlo. — Kanon miró con desagrado a Saga, el dragón marino juraría que su hermano no aceptaría nada.

— Renunciaré a la heredera. Necesito cambiar mi vida. Además ella necesita el dinero que fue desviado hace años. Ahora creo que puedo disponer de ese dinero y reestablecer mi honor. —

— No, no podrás hacer uso de ese dinero para pagar deudas que no te pertenecen. — dijo Radamanthys claramente. — Tu solamente asegúrate de renunciar y tomar posesión de la empresa.

— No puedo solamente irme y...

— No Saga, ya alguien más se preocupará por la chiquilla malcriada. No debes preocuparte en adelante. — reafirmó el rubio.

— Yo no sé... Debo meditarlo. Ahora me voy, Thetis me espera. — se despidió de todos a excepción del rubio. Cuando se acercó a Saga le susurró —Suerte con este imbécil—. Refiriéndose al peliceleste. Que, obviamente lo escuchó.

Una nueva etapa en la vida del griego iniciaría. Shion debía ser el primero en saber sobre las decisiones de los gemelos. En especial de él. El viejo se había convertido en el protector de ambos, esa figura paterna durante muchos años. Su renuncia no sería efectiva sino hasta después de unas semanas.


fin del flashback.

Ahora regresaba de su recuerdo. Sentía un poco de melancolía. Este era el último día que estaría en las empresas Kido. Aioros ocuparía su puesto. Era así como debió ser siempre. No había tiempo para lamentarse. Deseaba terminar e ir corriendo a buscar a Shaina, bueno tal vez no literal, las semanas se le fueron volando después de que el se empezara a familiarizar con su nueva odisea, ahora era dueño y era una responsabilidad inmensa, pero gracias a la ayuda de Dite, todo iba viento en popa. El sueco le era de gran ayuda, era un joven muy preparado, estaba comenzando a tenerle confianza, era un hombre culto y muy bien centrado.

— Señor lo esperaré aquí. O si prefiere, puedo ir con usted, no tengo ningún inconveniente en apoyarlo.—

Ambos bajaron del auto qué siempre compartían, el peliceleste acompañaba a todos lados al mayor. Conocía ya toda la historia de la vida de Saga y siempre se mostraba optimista, era un buen incentivo para el griego.

— No te preocupes, será rápido, solo debo subir ver el nombramiento de mi amigo, firmar esa renuncia y listo. Regresaré inmediatamente. Hoy ocuparé la tarde para un asunto personal.

Saga dejó que el joven acomodara su traje y la corbata. Era demasiado servicial, pero no le incomodaba.

—Estoy de acuerdo, ya deseo conocer a la señorita Shaina. Cómo la ha descrito, todo este tiempo parece una buena mujer. —

— También tiene un carácter muy agresivo si se lo propone. —

— Eso suena más interesante. — el hombre acomodó sus cabellos y sonrió tenía una belleza innata. A pesar de su apariencia, su voz tenía un timbre muy característico pero para nada afeminado, cómo muchos podrían suponer.

Saga no se atrevía a cuestionarle sus preferencias. Le daba igual, solo le tenía un gran respeto.

— No soy gay señor. — el sueco se cruzó de brazos y negó con la cabeza. — parece que mi apariencia dice lo contrario pero no, si bien no tengo el tiempo para buscar a una mujer, desearía que todo quien me mira, dejara de juzgarme y hacer conjeturas estúpidas. En fin, por mi, pueden ir al mismo Hades. —

— Lo siento yo no, no intenté ofenderte. Sólo que tienes una apariencia muy andrógina y eso da mucho que pensar. —. El mayor se rascó la nuca apenado. Era inevitable ser prejuicioso ante el joven de ojos celestes.

— Lo sé señor. —

— Te pido que me disculpes. —

— No, a usted no tengo nada que perdonar, es mi jefe y debo respeto. —

Cruzaron manos y después el joven instó al mayor a seguir adelante.

Ya en la oficina de juntas, la heredera ocupaba el lugar principal. Tenía en el rostro reflejada la angustia. Pese a ello y tras escuchar con alegría los nuevos nombramientos mostrados. Dejó que todos hablarán.

— Te deseo suerte Saga. Ahora solo firma y eso sera todo. Se te va a extrañar.

— Quisiera poder enmendar errores cometidos en el pasado. .

— No hay necesidad, todo está olvidado.— a pesar de ser joven sonaba maternal la heredera. Le sonrió una vez que el griego firmó.

— No es un adiós. Espero poder tener la oportunidad de seguir continuando con su amistad. — miro a todos los presentes. Aioros y Shura le sonrieron afables. Y sin más que decir se levantó.

El viejo mayordomo se acercó a la joven y le susurró algo.

— Por favor, salgan todos, hemos terminado por hoy. —

Saga salió junto a los otros. Se quedó un poco en el pasillo con el español y el griego. Para su sorpresa, Radamanthys y un par de hombres más llegaron. Se podía decir que uno de ellos tenía cierta presencia, no sabía el por qué, pero ver a ese joven hombre de cabellos negros le erizó la piel. Era un hombre enigmático, vestía de una manera muy elegante, aunque era delgado y su mirada azul era penetrante parecía que tenía a sus órdenes al inglés. El otro hombre de cabellos púrpura, juraba que era idéntico a Milo. Solamente Radamanthys le saludó con un movimiento de cabeza para después introducirse a la sala de juntas perdiéndose detrás de la gran puerta.

— ¿quién es ese hombre?— el español increpó atónito

— El rubio es pariente cercano. A Los otros no los conozco— afirmó el gemelo mayor.

— Ayer la señorita Saori me contó que una persona se encontraba muy interesado en ayudar a la fundación. Dicen que llegaría más personal a reforzar a los hospitales, albergues y orfanatos. Y que inclusive un médico está subordinado directamente de ese hombre tan misterioso. Minos, segun recuerdo su nombre. —. Aioros se mostró muy emocionado.

Ahora entendía las palabras de Radamanthys, ese 'alguien' seguramente era el hombre extraño. Debía estar tranquilo por ello. Así que sonrió complacido.

— Me despido amigos. —

Ambos hombres le dedicaron una sonrisa.

—Que sea un hasta luego¿si?— Aioros palmeó su espalda.

—Por supuesto, ojalá que la próxima vez que te encontremos tus ojos aumenten ese brillo y la felicidad reine en tu vida amigo. —

El griego no podria estar mas feliz. Ahora comprendía que estaba ganando mucho más, de lo que el creyó perdido alguna vez


Más tarde el griego le había pedido a Dite ir en busca de la italiana. No había tenido suerte cuando las llamadas y sus mensajes nunca fueron respondidos. Así que debería arriesgarse a buscarla y hacerle frente. Sabía que lo rechazaría, solo esperaba equivocarse y tener suerte.

Llegaron al hospital de la fundación, no podía evitar sentirse nervioso. Él a su edad, tenía el miedo de un adolescente que sabía que se convertiría en papá y por ello se sentía ridículo. Suspiró y se dió tiempo para divagar, podía escuchar los latidos de su corazón.

— Podría mandarle un presente. Tal vez alguna joya, a las mujeres les gustan los detalles, si desea reconquistar a la chica, podría intentar algo como eso. Podría pedirle al diseñador que haga algo exclusivo para ella, un diamante rosado o un rubí, sobre una gargantilla de oro blanco, o pendientes ¿ ella usa pendientes? — Dite no paraba de hablar y en una tablet buscar infinidad de joyas y piedras preciosas.

— Por favor Dite, no me pongas más nervioso de lo que estoy. — Saga se frotó el rostro desesperado. — Con lo que le hecho, dudo mucho que ni siquiera acepte una flor. Además ella no es una mujer frívola. —

— No creo que ella sea una persona vengativa o que guarde resentimiento. ¿ o si?

— No responde mis llamadas y mensajes, si me acerco rápidamente me saca la vuelta.

El sueco pensó unos instantes.

— Tal vez aún sienta repulsión ante su presencia por la experiencia traumática. Debió tomar mucha fuerza el día que lo buscó para decirle lo de su embarazo. Pero bueno, ¿ Y si... Le envía una melodía?, Usted puede decir muchas cosas con la melodía indicada. De tal manera que ella crea en su arrepentimiento.

— No quiero deprimirla. Si le envío algo como eso podría odiar cada canción que escuche. Además ella adora la música. —

Dite buscó en su playlist. Se detuvo en cuanto encontró lo que deseaba. Enseguida le ofreció un auricular al griego. Saga escucho atentamente. La letra describía lo que el sentía.

— Envíame esa. A ella le encanta esa banda, espero que no le odie después de esto.

El de ojos azules sonrió. Desde el lugar donde se encontraban lograron ver a la italiana. Ahora con el cabello negro captaba las miradas, su piel blanca como la porcelana más fina, le otorgaba un hermoso contraste, era un atractivo a pesar de su embarazo, Saga no podía quitarle la vista de encima. Era hermosa.

— Señor, deje que me sirva a felicitarlo. Ella es una mujer bella. Ahora entiendo su desesperación por recuperarla.

— No lo estoy. Aunque si admito que deseo poder estar de nuevo con ella.

And thought of all the stupid things I'd said.

And I, I never meant to cause you trouble

And I, I never meant to do you wrong

But here am I in my little bubble

Oh, no, I never meant to do you harm...

El mayor había enviado el mensaje y la melodía adjunta. A lo lejos pudo observar como ella revisaba el móvil. Su expresión pasó de una llena de felicidad a otra totalmente llena de fastidio.

— No parece hacerle gracia el detalle.

— Imagino que solamente leyó el remitente. Dime qué le escribiste algo cómo "perdoname, o te amo". — el sueco obviamente debía darle ánimos.

— Por supuesto que no. Solo le dije que si recordaba esa canción.

— Debe ser muy especial como para que algo tan simple le traiga buenos recuerdos aunque la letra sea algo deprimente.

Lo que no sabía Dite, era que ellos compartían muchos recuerdos y que la música es parte esencial de ellos. (*)

— Y bueno, ¿desea bajar y confrontarla?. Podría aprovechar ahora que está sola.

El Heleno se vió motivado a ir frente a ella. De no ser por qué un hombre de cabellos plata pronto llegó hasta donde ella, era la primera vez que Saga observaba a ese tipo, debía ser alguien conocido, por qué ella parecía amable y atenta con el. Además, el nunca dejó de ver el rostro de Shaina y en un par de ocasiones toco levemente el vientre de ella, ante el gesto, ella se mostró serena. Saga recordo las palabras de Kanon. El tipo parecía con clase. ¿ tendría de que preocuparse? . Decidió no pensar en ello.

— No lo creo Dite. Al parecer ella se encuentra un tanto ocupada.—

El sueco miró en esa dirección y observó al par.

— Oh, así que aquí es donde el doctor Minos terminó.—

Saga le observó un tanto confundido. Y regreso la vista a la mujer.

—¿ No me diga que usted no conocía al médico? — se atrevió a preguntar dado el rostro del mayor.

— No, no lo conozco. — dijo con voz apagada.

— Es conocido del señor Radamanthys. Tanto el cómo su primo atienden órdenes del señor Einstein.

Recordó lo que Shion le había dicho después de su cirugía. En parte su sanación había sido posible gracias a ese tal ' Hades '. Desde entonces había tenido curiosidad. Ahora este nuevo personaje venía a colgarse en la vida de ella y Saga no podía creer su suerte.

— Le aseguro que no hay nada de qué preocuparse. El señor Minos es un caballero y un excelente galeno. Posiblemente solo está interesado en la salud de ella.

Aún con la declaración de Dite, Saga tomó una decisión.

— cómo sea, creo que será más prudente retirarnos. Volvamos a las oficinas Dite.

El sueco suspiró y encendió el auto. Saliendo sin ser vistos por Shaina.

En tanto con Shaina.

No fue tan difícil estar en su primer día allá dentro, ¿ o si?— la chica ladeó el rostro esperando la respuesta.

— Si te refieres a no hacer nada, si, no fue difícil.

Ella rodó los ojos. Y la verdad que el tenía razón no había hecho otra cosa más que conocer el gran hospital, visitar a los pacientes en sus camas y a todo el personal en turno. Las más felices habían sido las enfermeras, tener a un doctor con la presencia del joven había sido un placer.

— Así que tienes auto— dijo para amenizar el momento.

— Según parece. — sonó sarcástica la respuesta. — Puedo llevarlo si necesita transporte. — ella sonrió.

— Oh no. Por supuesto que no. Yo también vine en auto. — sacó de sus bolsillos las llaves y sonrió de medio lado.

— Entonces nos vemos mañana. — Ella se acercó y se alzó un poco para despedirse dejándole un beso en la mejilla.

El hombre se sorprendió un poco. Aún así, recordó algo.

— Te veré más tarde. —

— ¿ me verá?, pero si voy a casa. — estaba extrañada, no entendía las palabras del joven médico.

— Así es, solo ve a casa, tengo un encargo muy importante que hacer. Solo no salgas, por favor espera que llegue y sabrás— y entonces el dió media vuelta y se fue.

Shaina se alzó de hombros y terminó por irse.

Llegó a su casa. Acomodó sus pertenencias y comenzó a preparar la cena. Al termino y viendo que el reloj marcaba las seis de la tarde fue directo al baño, el agua caliente comenzó a fluir y antes de que ella se introdujera observó el archivo del mensaje de Saga. Dudó por un instante, pero leyó de nuevo el texto y abrió, era una canción. Se metió a la ducha y escuchó la melodía en total silencio. Su pequeña, comenzó a moverse en su vientre, parecía agradarle la música ya que la italiana siempre tenía un momento para relajarse y ponerle música, desde que la bebé se hizo notar con movimientos la italiana no perdía momento alguno para poder hablarle. Pero solo ahora, le acariciaba con ternura mientras se perdía en la letra, imaginaba a Saga atormentado por todo lo que había sucedido y diciendo cada palabra que el intérprete decía en la canción. Un par de lágrimas pronto se convirtieron en ríos en sus enormes ojos verdes. Lloró por alguna extraña razón. Cuando terminó el baño, tomó una toalla y una bata, para salir. Ya en su habitación miró su rostro en el reflejo del espejo. Estaba enrojecido y los ojos hinchados. Tenía semanas que no se deprimía, debía tomar una decisión tal y como su padre le advertía siempre

Secó su cuerpo y lo humectó perfectamente. Se colocó ropa interior rosada y después un bello y delicado vestido ligero que le llegaba a la rodilla. El estampado tenía unas hermosas flores violetas y azules. El escote en v dejaba entrever Los redondos pechos de ella. Vaya que habían aumentado considerablemente gracias a su estado, pero ya se había acostumbrado a ello. Tomó unas sandalias de piso y salió a la sala de estar. Se tumbó sobre el sofá y comenzó a leer . Aunque no tardó mucho en qué alguien tocara el timbre. Suspiró, ella apenas iba a tomar un descanso y ahora esto. Se levantó y fue directo a abrir. Se llevó una grata sorpresa.

— Señor Minos, ¿ qué hace aquí?—

El hombre de cabello plata le sonrió y no pudo evitar mirar el busto turgente de ella. Se reprendió inmediatamente y miró hacia otro lado.

— Luces diferente sin el uniforme. — murmuró por lo bajo, debía respetar a la mujer delante de el.

Shaina sabía a qué se refería y sus mejillas ardieron de vergüenza.

— Si, un poco. Pero adelante ...—

El hombre obedeció aunque el plan era no demorarse.

— Dime qué no estás sola.—

— Por supuesto, ¿ qué tiene de malo?— dijo yendo por algo a la cocina. Regresó con un vaso de té helado, sorprendiendo al noruego.

— Oh, gracias. — le dió un trago y esperó que ella hablara.

— Venga, siéntese aquí conmigo y me cuenta por qué está aquí.

Minos era muy curioso, observó el lugar era agradable y muy fresco.

— No deberías estar sola. Recuerda que tú presión podría jugarte una mala pasada. Si sufres un desmayo nadie podría ayudarte. Deberías conseguir compañia cuando estés en casa. ¿ o el padre de tu hija te acompaña? —

Shaina removió su cabellera, sabía que el tenía razón pero al parecer no estaba al tanto.

— Gracias por preocuparse, trataré de conseguir quién me acompañe. Solo estoy sola en lo que mi padre llega, es cuestión de unas horas, por lo regular el llega antes de las ocho. —

— Son casi cinco horas en las que todo podría pasar, pero bueno, no voy a incomodarte más. Perdón no sabía que eres o serás madre soltera. — dudó en preguntar pero continuó. — ¿ El padre se deslindó? — el era directo.

— ¿Su jefe o Radamanthys no le han contado? —

El negò con un movimiento.

— Ah... Pues es una larga historia. ¿ usted conoce a los gemelos Spanos Walden?—

— Son familia de Radamanthys. Se de ellos.

— Ah, pues el mayor. Es el papá de mi bebé... Parece.—

— ¿Parece?. ¿ por qué dudas?— una pequeña risita salió de los labios de Minos. Si, estaba al tanto de todo lo que había sucedido ahora que ella revelaba el nombre del padre, ya que su señor le contó al respecto.

— Tu eras la chica que el infeliz de Ares capturó. ¿ cierto?—

Shaina ya no se sorprendió ante la revelación. Aunque si, suspiró profundamente.

— Vaya que el mundo es pequeño. —

— Por supuesto que lo es. Aunque creo que me estoy fastidiando de contar la razón del por que no estoy con nadie.

— No debes si no lo deseas. No necesariamente debes recordar hechos dolorosos. Mucho menos en tu estado. Así que no lo hagas. —.

Shaina se dedicó a observar al hombre, vestía de una manera exquisita y olía delicioso sin mencionar que tenía un refinamiento excepcional. ¿ por qué existían ese tipo de hombres tan cercas de ella? Maldita tentación. Milo vino a su memoria ya no había tenido razón de él desde su despedida, ¿ la odiaría? Bueno, no quería pensar en eso. Así que volvió a su realidad.

— ¿sueles perderte en tus recuerdos?— El hombre le golpeó la nariz con su dedo índice.

— A veces... No puedo evitarlo. —

— Solo tienes que prepararte para lo que viene. Saga debería estar presente. Obligalo de ser necesario. Al menos como el padre debería responder. —

— Es complicado señor...—.

Minos negó, se hartaba del término

— Aunque creo que tiene razón— lo pensó un poco. — la verdad tengo miedo de que ella nazca con la apariencia de ese hombre.— por fin confesaba su temor.

— Oh... Ya entiendo. — sonrió y agachó la cabeza. De hecho, Radamanthys había contado detalles de su vigilancia hacia el lado oscuro de Saga, inclusive había mostrado imágenes precisas de Ares, por ende, sabía a qué se refería ella con la " apariencia". — su apariencia no debería preocuparte, ella será hermosa, es lo único que debes pensar. Además, su abuelo se pondrá feliz. ¿ qué hombre no lo estaría? — Le frotó ambas manos. — El heleno no es tan intransigente cómo parece. Verás que en cuanto toque esto, su mundo dará un giro radical. — al final le acaricio el vientre y el bebé en él, se movió abruptamente.

Creo que tiene razón.— Shaina sonrio por el gesto del jovén médico. Y le dedicó una bella sonrisa.

— Bueno afuera esperan con un obsequio para ti.

— ¿ obsequio?.

— Así es. El señor Hades espera que no lo rechaces. No pretende ofenderte. — sonaba con ternura

Shaina se levantó y fue a la entrada había un camión de entregas aguardando. Minos salió y dió órden de bajar lo que fuera que llevarán dentro.

Para sorpresa de la de ojos verdes era una hermosa cuna embalada perfectamente. Y una mecedora de igual manera. Cuando le preguntaron dónde colocarlas ella les indicó su habitación y ahí fue colocada por un par de hombres. No podía creer lo que le habían obsequiado, ! Eran los muebles hermosos de la habitación privada de la mansión de Hades! Ahora los recordaba. El debió haberse dado cuenta de su admiración. Y ahora se los enviaba. Se sentía afortunada.

— Yo no... Puedo aceptar esto. Son, muy bellos, finos...y el señor parece tenerles mucho cariño.—

— El señor Hades dió la orden de traerlos. — le dió un pequeño pergamino el cual leyó ella inmediatamente.

Al terminar de leer sus ojos estaban inundados de lágrimas. Era el gesto más hermoso que hasta ahora había tenido. Y es que sí, había pensado en comprar los muebles para su bebé, pero siendo sincera ni siquiera tenía una habitación adecuada para ella .Tendría que improvisar en su habitación.

—Gracias. Mande mi gratitud al joven Hades. Esto debió ser muy significativo para el y ahora se desprende de ellos con facilidad.

— Son solo objetos. Qué ahora alguien puede darles el uso destinado a ellos. Y será muy pronto. — el peliplata se acercó a ella y con un pañuelo de seda seco las lágrimas y golpeó de nuevo su nariz.

—Está bien, de verdad, estoy muy feliz por el detalle. Gracias— odiaba demostrarse tan vulnerable.

— Si bueno... Me voy. — sopló el flequillo y dejo ver el ámbar de sus ojos. —Tengo cosas que hacer. Este es mi número por si necesitas algo, cualquier cosa o emergencia, llámame si te encuentras sola, en especial .— ahora el se despidió de un beso en la mejilla.

Cuando el hombre se fue ella se dedicó a buscar el lugar perfecto para la cuna de su nena. De verdad, era una pieza de arte hermosa. Debía remodelar esa habitación, aunque no tenía muchos muebles sería lindo si ella pudiera darle un espacio solamente para su nena. Aún estaba el estudio que ella acondicionó para tatuar, había pensado ya en regresar los equipos a Dohko. Ya los tenía preparados y listos para enviar solo era cosa de encontrar quien los llevara. Observó la pequeña habitación, tenía una ventana y un armario.

Suspiró profundamente para hacer todo eso debía tener el tiempo, lo que significaba dejar de trabajar. Era lo mejor, así se dedicaría a cuidarse plenamente hasta que naciera su bebe. Su padre, le había dicho que podría tomar tres meses y tal vez regresar una vez que la nena cumpliera un mes. Si, eso haría.

Pasaron un par de días, Shaina quien aún mantenía un lazo de amistad con Thetis, había acordado verse con ella. Ese día, harían una sesión de fotos, según la rubia, sería algo bello tener un recuerdo de sus embarazos. Y aunque la italiana tuvo una actitud negativa al principio, después de meditarlo le pareció bien hacerlo tal vez ella nunca más tendría la oportunidad de volver a embarazarse y si, le gustaría tener un lindo recuerdo de esa etapa de su vida. Así que sin más, fue al lugar indicado por la Danesa.

Athenas .

La rubia había llegado una hora antes. Kanon se dispuso a esperar dentro de la gran sala de aquel lugar. Era un sitio muy exclusivo, tanto , que para Kanon fue muy fácil pedir un trago en el bar y se acomodó en el sillón.

Casi de inmediato el hermano mayor de los gemelos llegó. Thetis, lo observó, y sonrió levemente.

— Al menos eres puntual Saga — le objetó la rubia

— No podía esperar más este día. —

— Bueno, llegamos con antelación, así que podemos pensar en que le dirás en cuanto llegue, yo no le dije que vendrías, así que todo puede pasar. —

El mayor parecía ansioso y olía a tabaco, Thetis no paso por alto el nerviosismo de el.

— El sigue enfadado conmigo, supongo— Kanon había ignorado a su hermano en todo momento. Había cierta distancia entre ellos como resultado de la decisión del mayor para tomar la herencia Walden.

— Realmente eso quiere hacerte sentir. Pero ambos sabemos que eso es solamente su infantil comportamiento. Además, el no tarda en aceptar la herencia de su madre. Julian, ahora tiene más edad y experiencia para prescindir de la guía de él —

Saga se quedó atónito. Su hermano sería desempleado en poco tiempo y tenía al igual que él un bebé en camino.

— No le digas que te dije. —

— No lo haré. Solo espero que acepte su parte y la empresa. —

— ojalá, ¿ Y a ti que tal te ah ido? — la rubia acomodó su flequillo.

— Excelentemente, gracias a Dite, es un joven muy experimentado y hábil. —.

— ¿ Es el joven que te está esperando afuera? — ella miró por la gran puerta de cristal.

— Así es—

— Oh ya veo.

Casi al mismo tiempo por la puerta entró la italiana . Ambos se quedaron estupefactos.

— Espero que no se vaya.—

— Espera aquí, yo le diré.—

Y Thetis fue rápidamente hasta la entrada.

— Hola, creí que no vendrías. Estaba ansiosa por qué llegaras.

Shaina saludó a Thetis, pero no le quitó la vista a Saga . El, por su parte, fingía demencia.

— Si, ya veo que eres cómplice de algo.—

La rubia solamente soltó una carcajada.

— Bien, puedes ir con el si lo deseas, yo iré por Kanon y a mirar si ya está listo todo. Así que aprovecha la oportunidad de hablar con el.—

Shaina tenía la intensión de no acercarse a él. Sin embargo el fue más astuto y se acercó a ella. No tuvo escapatoria.

Para ella no era fácil estar tan cercas del griego, aún tenía en ocasiones la visión de Ares con la apariencia de Saga. Bien, ahora debía juntar todo el valor y no salir de ahí.

—Te vez muy bien...— dijo por fin después de unos segundos.

Shaina no le quitaba la mirada de encima, en el había algo que ella pudo notar, la paz y tranquilidad llenaban los ojos del heleno. Sin saberlo, ella sonrió, ese era Saga, ese debió ser siempre. Por alguna extraña razón se sintió reconfortada.

— Lo mismo puedo decir de ti. Desprendes mucha paz y tranquilidad. Me alegro por ti.

Saga sintió un pequeño rubor extenderse por sus mejillas. Era sensacional que la mujer que tenía de frente notara el cambio en su vida. Más, por qué, si, la seguía amando.

Y ese día se encontraba más hermosa de lo normal. El cabello natural de ella y la sedosidad que mantenía era algo indescriptible. La piel tersa y blanca junto a esa boca rosada y provocativa, le despertaba el más grande deseo. Tenía tantas ganas... Pero se conformaba con estar cercas de ella y no recibir rechazo alguno.

— Aún tardarán tres cuartos de hora en pasarnos, el estudio está siendo acondicionado. Por qué no toman algo refrescante. —

Una de las recepcionista les sugirió amablemente visitar el café anexo al lugar.

— Por favor, tomemos algo, para matar el tiempo, ¿ que dices? — Saga tenía los ojos más dulces en esos momentos.

Y aunque Shaina hubiese preferido ir a otra parte, no pudo negarse a esa cara de perro regañado que el tenía.

— Está bien. Vamos—

Llegaron a la cafetería y ordenaron diferentes bebidas. Él, un expreso, ella agua de fruta. Saga estaba un poco inquieto, como si fuera la primera cita con ella. Temía hacer preguntas que la incomodara y que ella saliera de ahí precipitadamente. Debía encontrar la charla perfecta. Pero ahora mismo no sabía que decir, solo se dedicaban a mirarse y a observar a Thetis y Kanon. Ellos a comparación, parecían disfrutar del otro. El, en todo momento no dejó de mostrarse amoroso y protector. Siempre que podía, acariciaba el vientre de ella. Y en cada ocasión Saga desvió la mirada y aparentaba no darse cuenta.

— Siempre son así. — refirió la italiana.

— Lo sé, no importa en donde estén, no limitan expresar lo que sienten en el lugar que sea.

— Si... Están muy enamorados y Unidos. — terminó por darle el último sorbo la italiana.

Hubo un silencio sepulcral y después vino la pregunta cómo bomba.

— ¿ Estás con alguien? — Saga trató de formular aquello lo más sutil posible.

Aunque fue algo muy directo, ella tenía la respuesta tajante.

— No. De estarlo, estaría aquí conmigo, pero no. Estoy sola. — sus ojos brillaron.

— Solo era curiosidad.

Ahora era el turno de ella.

—¿ Qué te hizo cambiar de actitud Saga?

Si para Shaina fue inapropiada la pregunta del griego la de ella era mordaz. Pero aún no terminaba sus cuestionamientos.

— ¿ Por qué si sabes que eres incapaz de tener hijos, haz intentado todo esto? . No lo entiendo. —. Ella se acomodó en el respaldo para descansar su espalda un poco.

Por primera vez, Saga veía el vientre de ella tan cercas, la pregunta de ella, le caló en lo más profundo. Ahora¿ qué le respondería? Se sentía estúpido.

— No lo sé. Tal vez por qué no puedo sacarte de cabeza. Por qué creí que sería fácil y no pude lograrlo. Por qué te amo...— la miró directo a los ojos.

Shaina habría evitado la mirada de el, pero no lo hizo.

— Si me amas como dices, ¿ por qué me heriste ?

— Por imbécil.— dió un largo y pesado suspiro.

— No tenías derecho a ser cruel conmigo. Yo también te amaba.

— Estaba desesperado por Áres y lo que el podía hacerte, por ello no tuve otra opción más que terminar contigo. Te deseaba lejos para salvarte de el.

— Si pero no funcionó. Lo dejaste manipular tus sentimientos y emociones . Lo dejaste que te usara para tener sexo conmigo...— ella se tragó toda la ira. — Y sin más o sin ser consciente, o tal vez si... Carajo , ya no lo sé.— se asió los cabellos hacia atrás. — Me desechaste sin ningún remordimiento. Eso... Eso no se hace. — suspiró y se calmó.

El mayor sabía que merecía todo lo que de la boca de ella saliera. Qué tenía razón y que era tal vez tarde para disculparse.

— Sé, que te pida mil disculpas no será suficiente.

— No lograste apartarme de el. Yo... Intenté rehacer mi vida tal y como tú habías decidido. Milo...— algo le oprimía el pecho tan solo el recordar el nombre del joven. — A Milo no le importó, yo necesitaba sacarte de mi corazón y el estaba dispuesto a ayudarme. No dudó en corresponder a la pasión y necesidad que tenía yo. Pero, justo ahí, fue que descubrí que esperaba un hijo. —

Saga observó que los ojos de ella se aguaron. Estaba sintiéndose el peor hombre sobre la tierra. Pero dejaría que ella se desahogara.

— El respetó mi decisión, no continuamos, estaba en shock . Salimos del hotel y fue cuando... —

Shaina oprimió el pequeño bolso entre sus manos y evitó ver a Saga de frente.

— Creo que sabes lo que sucedió después. Ares apareció y el contexto de eso se deduce por si solo. De verdad creí que Milo había muerto y que yo correría la misma suerte. Pero no fue así. Si me hubiera matado habría acabado todo. Pero él no lo hizo. Pretendía hacerlo poco a poco. —

— Por favor... No recuerdes eso. No quiero que revivas de nuevo esa experiencia fatídica. Por favor.— sus ojos suplicaban.

— Necesito decírtelo. Tú debes saber. Él tenía una retorcida visión de su vida y en ella, a un futuro próximo estábamos mi bebé y yo.— suspiró bajó. —Ahora que lo pienso, solo siento lástima por él.

Saga se cubrió la boca al escuchar todo. El creyó que su lado perverso dejaría a Shaina en paz, una vez terminaran, pero no fue así. Solo la arriesgó completamente. Justo lo contrario de lo que el creyó. Se maldecía una y otra vez por eso.

— Pero son situaciones que uno no puede controlar. Intento rehacer mi vida.— hizo aplomo para no entrar en crisis.

— ¿ por qué seguiste con el embarazo? —. La pregunta salió sin que el pudiera morderse la lengua antes de siquiera pensarla.

Ella sonrió levemente y secó las lágrimas.

— No fue fácil aceptar en un principio. Me negué una y otra vez. Y cuando Ares me mantuvo con el, mi instinto de supervivencia me alentaba a salir de ahí y ponerme a salvo. Pensé también en él, sabía que si salía con vida de ahí, no solo me habría salvado, sino también al inocente que llevaba en mi vientre. No importaba en ese momento quien fuera su padre. Habría sido cruel e hipócrita deshacerme de él, después de recobrar mi libertad, desde ahí, supe que lo amaba con todo mi corazón y que no permitiría que nada malo le sucediera. —

Shaina se sostuvo el vientre con ternura.

— Espero que algún día puedas perdonarme.

— Tal vez.—

Saga sonrió sintiendo su corazón partirse.

— Por ahora... Alguien debe ser el padre de mi nena, es su derecho. Y Ares está muerto, no desearía a un psicópata cómo padre para mí hija. Así que... Tu puedes tomar ese papel ya que...— habló bajo. — De todos modos compartían el mismo cuerpo.— titubeó . —Y si deseas, claro está.

Saga sabía que la declaración de ella era un pequeño alivio.

— Por supuesto.— no pudo evitar sentirse feliz. — Lo que te dije en esa ocasión, fue por celos. Nunca logré dejar de tener celos al ver a Milo cercas de ti y que te mirara como yo solo lo hacía. No tengo justificación, pero me conformo con que me dejes estar cerca de ti y hacerme responsable.. De ella...—

Saga sonrió. Ahora sabía que tendría una niña. No pudo evitar divagar cómo se vería y lo hermosa que estará, ojalá sea tan bella como su madre.

— Gianna, le he llamado así. Y lo sabe, por qué responde cada que le llamo. Cómo ahora. —

Saga pudo observar como se movía la criatura dentro de Shaina. Era maravilloso. Nunca había visto cosa mas increíble en el mundo.

La italiana tomó la mano de él y la coloco sobre su vientre. El gemelo abrió los ojos sorprendido.

— Dios, es... Maravilloso. —

— Lo es —. Por fin Shaina miró con ternura al griego. — Si deseas, puedes acompañarme a las citas médicas. — dijo cuando por fin él rompió el tacto.

— Por supuesto. — aceptó con alegría.

— Otra cosa más Saga.—

— Dime, lo que sea.—

— Deja de enviarme música. Solo haces que me deprima y empiece a odiar cada melodía, sabes cuánto me gusta la música, por favor. Al menos no lo hagas con la intensión de pedir disculpas. —

— Entiendo. No lo haré más—

Saga le sonrió afable y sostuvo entre sus manos las de Shaina. Ante ese gesto ella se ruborizó puesto que el lucía una mirada seductora.

Al aparecer Dite, ambos dejaron de mirarse para ver al nuevo visitante. Shaina quedó maravillada con la belleza de ese hombre, .

— Perdón señor, tengo que ir a la oficina, algunos proveedores tienen dudas sobre la aceptación del aumento.

— Que bueno que te acercas Dite.— dirigió su vista a la de ojos verdes. — Ella es Shaina, la madre de mi hija. —

El sueco se arrodilló, tomó la mano derecha de ella y la besó.

— Es un placer conocerla al fin. Es usted más linda en persona. — hizo una pausa. — el señor Saga no exageró cuando dijo que era una hermosa dama. —

Shaina no estaba preparada para una situación como esa.

—Dite Johanson para servirle.— terminó por decir haciendo una pequeña reverencia.

Shaina estaba ruborizada, nadie nunca había sido tan formal con ella. Y el chico parecía tan refinado.

— Es un gusto... También para mí. —

Lejos de tornarse incómodo el ambiente, existía cierta armonía. Aunque ahora que lo pensaba, Shaina nuca supo que Saga necesitara de algún asistente. Y era completamente ajena a la vida actual del griego. Observó, que ahora no solo tenía una personalidad más gallarda sino que tenía mucha más seguridad. Casi cómo si se hubiera quitado un gran peso de encima.

— Muy bien Dite, creo que puedes ir a negociar, si es justa el alsa en el precio, diles que estamos conformes. Por ahora puedes irte, yo te veré hasta mañana. — por supuesto que Saga no perdería un solo momento al lado de la cobra.

Dite sonrió, sabía que Saga había conseguido un punto a su favor con la mujer. Ahora el problema es que tendría que tomar un taxi puesto que habían llegado juntos.

— Toma, llévate el auto. — le arrojó las llaves y fueron recibidas con destreza.

— Pero señor.

— Yo puedo ir en taxi. Es importante que llegues a tiempo. —

— Está bien señor, como guste.— la sonrisa cómplice que ellos tenían hizo que Shaina rodara los ojos y sospechara de ambos.

El tiempo pasó con tranquilidad. Todo fue de bueno a maravilloso, en ese lapso de tiempo Shaina logró llevar una mejor relación con Saga. Le permitió estar el mayor tiempo posible a su lado. Inclusive él, le propuso ir a vivir a la nueva residencia del griego. La mansión donde él y su hermano vivieron cuando niños. Un lugar maravilloso y lleno de bellos recuerdos. Aunque ante la duda, eso no llegó a concretarse.

Era la semana treinta y siete del embarazo de Shaina. Ese día había sido diferente a los demás. Se sentía intranquila, y mucho más cuando un dolor de espalda seguía de dolor en el bajo vientre le indicó qué, era tiempo para dar a luz. Pese a ello, intento pensar que tal vez era una falsa alarma.

No fue así, cuando estando preparando la cena de su padre le sobrevino un dolor insoportable y y la sensación de querer orinar. Después de ir al sanitario y ver un poco de tejido rojizo en el wc, sabía que no había vuelta atrás. Su padre había salido de emergencia al hospital. Salió y fue directo a buscar sus pertenencias para ir en dirección del hospital. Estaba nerviosa, llamó a su padre para decirle, pero desafortunadamente no hubo respuesta. Debia estar en quirófano, debió haberlo sabido, al ser una urgencia.

Suspiró profundamente, al mismo tiempo la fuente se rompió y el líquido comenzó a rodar por entre sus piernas.

— No...— ahogó un quejido sabía que los dolores solo irían a empeorar y debía apurarse a llegar al hospital.

Pero, ¿ a quien llamar para que ella llegue al hospital? Su respuesta estuvo en el móvil que sonó después de ese pensamiento. Así que no tardó en responder. El gemelo mayor llamaba. Por suerte Saga se encontraba en camino así que llegó oportunamente.

Después de unas horas de esperar y estar acompañado de Radamanthys y su hermano Saga recibió la noticia de que la bebé y Shaina se encontraban en perfectas condiciones.

Odysseus le había indicado todo el procedimiento. También le dijo que si deseaba ver a la recién nacida. Saga estaba tan nervioso que titubeó.

— Recuerda que mi nieta es un inocente en todo esto. Solo te pido que seas prudente e inteligente. — el médico le señaló para que le siguiera.

Fueron por varios pasillos, al final llegaron al área de cuneros, cuatro de los seis cuneros estaban ocupados, Saga miró a cada uno de esos bebés, las sábanas en los que estaban envueltos eran blancas así que eso no ayudaba a saber el sexo del bebé. Pero entre esos bebés existía uno que llamó la atención del griego.

El bebé tenía la piel blanca y era un poco más pequeño a diferencia de los otros. Pero le caracteriza el color de su cabello. Gris/ plata.

Saga se sostuvo del vidrio que se interponía entre el y esos cuneros. El corazón se compromio dentro de su pecho. Odysseus sabía que sería una impresión para el gemelo. Pero también que así tomaría una decisión.

— Es una impresión para ti. Lo veo en tus ojos. Ahora dime, Así que...te escucho.

El griego tornó su semblante a uno más serio. Sabía que Odysseus debía estar seguro de él.

Pero en tanto más veía a esa pequeña más su corazón se apretujaba. Tenía los ojos enormes, por qué a pesar de tenerlos cerrados la línea que se dibujaba era muy larga. La nariz era pequeña y muy bien respingada, la boca era un precioso y exacto corazón rosado. Estaba impactado.

— Era tan pequeña. Apenas su cabeza cabría en una de mis manos sin dificultad...

— Su cabello es...—

—¡ Hermoso! Toda ella es perfecta y hermosa. —

— ¿ Entonces Saga?. —

— Es mía... Es mi hija y no hay más que decir. — sus ojos se llenaron de lágrimas, un escalofrío recorría su cuerpo y se sentía tan inmensamente feliz, que poco le importaba que Odysseus le hubiera puesto a prueba.

Odysseus caminó hasta la puerta. Debía aceptar que el griego había pasado la prueba dé fuego exitosamente.

— Ven. —

El médico entró y le pidió a una enfermera que le permitiera llevarse a la bebé.

— Por supuesto señor. Ya pasó una hora y la bebita necesita que su madre le alimente. Aunque yo misma iba a llevarla ahora mismo. — la mujer no podía dejar de mirar sin disimulo al hombre detrás del médico.

— No hay necesidad Rita. Además por el horario, no hay una enfermera que se quede con los bebés, así que yo mismo me llevo a mi nieta.

Si, su nieta. Decirlo se sentía tan estúpidamente bien. Él, un hombre que vivió una vida tan longeva y extraordinaria, ahora se encontraba siendo un hombre común con una bella familia. Tomó a la bebé y la sostuvo con mucho cuidado. De verdad era pequeña.

— Cómo veo, las cosas han salido mejor de lo que pensé, ahora ésta es tu responsabilidad hasta el último día de tu vida Saga. Podrías comenzar cargándola. —

Y con mucho cuidado le coloco en brazos del griego a la pequeña.

Saga tenía un nudo en la garganta. Aquello que durante tanto tiempo negó con fervor ahora le estrujaba el corazón. Shaina tenía razón, un hijo les cambiaría la vida. Ahora mismo, no podía describir tanta felicidad.

— Mi hija espera a la bebé. Vamos.—

Fueron hasta la habitación. Shaina estaba en la cama, se veía agotada. Pero en cuanto vió en la puerta a su padre y a Saga con su bebé en brazos, se incorporó un poco y sonrió ampliamente.

—¿ Ya te sientes mejor?— el médico se acercó y revisó el suero y los signos vitales de su hija. — Bien, todo parece correcto. — sonrió con emoción.

— Ya estoy mejor papá. Esperaba a Gia desde hace unos instantes. — su voz era suave y maternal.

Odysseus se levantó y se hizo a un lado dejándole espacio a los recién estrenados padres.

Saga sin dudar le colocó a la bebé en los brazos y pudo admirar la devoción que la italiana desprendía por su nena. El amor que le transmitía era indudable. Ella peinó los rebeldes cabellos de la pequeña y acomodaba las pequeñas frazadas.

— Es perfecta.— lo dijo con serenidad .

— Ya necesitas alimentarla. —

— Lo se papá, pero duerme plácidamente. — le meció delicadamente.

— Bien, me voy. Ustedes ocupan estar solos. Por cierto, solo puedes estar unos instantes acá Saga.— caminó hasta la salida. — es un hospital público, es de madrugada y no es hora de visita. Así que, aprovecha este instante. —

El sanador se fue directamente a la pequeña oficina desde donde dirigía el hospital. Fuera de ella, Minos aguardaba. Al médico no le pareció extraño hasta que se introdujo y se encontró con un rostro familiar.

— Hades... Supongo que vienes a averiguar si mi nieta está libre de ser el recipiente de algún ser maligno. —. Acomodó sus gafas y se sentó detrás del escritorio.

El hombre joven con aspecto gótico y elegante a la vez, acomodó sus manos detrás de él gran abrigo que ostentaba. Su mirada estaba fija en los expedientes sobre el escritorio.

— No detecto ningún rastro de cosmo energía. Esa es buena señal. —

— Entonces mi nieta está a salvo. —

— Sé que me habrías informado de ser necesario si hubiese ocurrido algo.— los ojos azules miraron detenidamente al sanador. — Pero tienes razón, tu nieta está sana y libre del capricho de los dioses. —

— Me alegra saberlo y que tengas tranquilidad ante eso. —

Ambos cruzaron miradas y asintieron. Sin más, el de cabellos negros se levantó y fue directo a la puerta. Ahí detuvo su andar.

— Dale mis felicitaciones a tu hija. Su hija es hermosa. —

Odysseus sintió un hueco en el estómago. Hades había deambulado por ahí sin que nadie se percatara. Y de haber encontrado algo indebido, hubiera cometido una infamia...¿ a caso?

El sanador quitó esos pensamientos rápidamente de su cabeza. Ahora era un simple mortal y como tal, viviría. Y ahí, en la luz de la pequeña lámpara de mesa, el médico suspiró para relajarse.

En la habitación era todo apacible. La pequeña se alimentaba de su madre en total tranquilidad. Saga se había quedado en total silencio admirando a las dos mujeres que más amaba en su vida. Aunque, aún no había logrado convencer a la italiana para que fueran a vivir en la mansión, se derretía de felicidad al estar aunque sea en ese breve instante.

— Saga, dime, ¿ qué piensas? ¿ Acaso te arrepientes.? — tomó la mano del griego y le acarició levemente.

De inmediato Saga de reprendió al tener un semblante tan neutro.

— Por supuesto que no linda. Es solo que no quiero alejarme un momento de ustedes. — tomó su mano y le besó.

Shaina sabía perfectamente que la excusa de él se debía a qué en cuánto ella saliera del hospital, tomarían rumbos distintos, esa era la verdad. Y eso le había hecho tomar una decisión.

— Tal vez eso no suceda. —

Con la sonrisa dibujada en el rostro la italiana acarició el rostro del mayor. El correspondió el gesto acercándose al rostro de ella y depositando un beso en los labios.

— Mi padre necesita su espacio. Y nuestra hija merece tener un hogar. Así que... Decidí ir a vivir contigo. —

El griego sonrió complacido. Por fin empezaría una nueva historia, una diferente a la que el mayor de los gemelos nunca creyó posible. Ahora tenía una familia por quién luchar y por los dioses, que daría su vida por hacerlas feliz hasta el último de sus días.

Fin.