Disclaimer: Naruto no me pertenece es de Kishimoto
No era fácil saber quién tenía genes mixtos o de clase S como lo llaman los científicos del continente del fuego, por lo menos no durante la niñez y la pubertad, estos genes pasaban casi desapercibidos hasta la edad adulta o finales de la adolescencia, fuera masculino o femenina el portador no importaba, no habría evidencia o manifestación hasta que empezará a alcanzar la madurez. Pero una vez superada esa etapa, los signos eran dolorosamente obvios y necesaria la retención o la eliminación de la amenaza.
No podían darse el lujo de que un individuo con genes S andará a sus anchas libremente por la ciudad ¿y si ocasionaba daños o sus instintos lo llevaban a hacer locuras? era mejor prevenir que lamentar ese era el lema base de Konohagakure, no se admitían amenazas, aunque había algunos individuos que eran la excepción aquellos con los genes S más atenuados y de caracter menos feroces a los que si se les permitía vivir con "normalidad" dentro de la ciudad ya que resultaban muy útiles para los propósitos de Konoha, algunos de ellos llegaban a participar hasta en las esferas de poder.
A ciencia cierta nadie en Konoha sabía en verdad aún con todos los estudios, que era el gen S o porque se manifestaba, como detenerlo o detectarlo antes de que ocasionará problemas, pero si sabian que hacer cuando aparecía, los sistemas de Konoha perfeccionados con cada aparicion eran perfectos para someter a quien demostrará tener un poco del gen S en su cuerpo.
Eso sin contar el adoctrinamiento, muchos de los propios ciudadanos que se sentían con los síntomas o creían que podían estar albergando el gen se iban a entregar para las pruebas y se sometían a la observación de las autoridades para saber si realmente estaban en la primera etapa del desarrollo del gen S, después de todo ninguno quería ser un monstruo.
La mayoría de los jóvenes en Konoha se sentían en zozobra durante todo el término de su adolescencia y el comienzo de la etapa adulta, ya después de los 20 años se consideraba que estabas fuera de peligro y podías volver a respirar tranquilo, y estaban los que se sentían confiados dado que en ninguna de sus lineas familiares se encontro un solo caso del gen S en ninguno de sus miembros, entonces ¿por qué tenían que preocuparse?
Hinata se sentía afortunada en ese sentido, sus padres eran ambos personas normales, con un registro familiar limpio sin incidencias de ningún miembro en más de 4 generaciones que era hasta donde los registros podían ser entendidos por causa de la vejez de los mismos y el sistema obsoleto que estuvo en el tiempo de sus bisabuelos, el gen podía esconderse bien en el ADN pero se mostraría en algún descendiente de segunda o tercera generación, nunca había permanecido invisible hasta una cuarta, así que ella se sentía tranquila en ese asunto, no esperaba ser llevada de pronto por la Fuerza de Protección y Ataque de Konohagakure para ser internada en el Elefante blanco.
Se contemplo al espejo y examinó una vez más el uniforme que la identificaba como miembro del colegio mixto de "Konohagakure no Sato" la falda verde claro tipo A que llegaba justo a sus rodillas, con la camisa blanca y el saco verde oscuro con el emblema del colegio y los zapatos negros lustrosos a juego con las medias blancas hasta su rodilla. A Hinata el uniforme le recordaba al de una muñeca pero no se quejaba, la cubría bien y protegía su piel sensible de las quemaduras al no dejar piel descubierta. Era muy cómodo además o tal vez era porque la tela era una de las más caras su padre no solía escatimar en sus cosas, ella era la heredera después de todo, pero eso no hacía que su personalidad resultara desagradable con la arrogancia que podría traer la opulencia, no cuando aún teniéndolo casi todo no lograba tener lo que más quería... La aprobación de su padre. Su melena color negro estaba sujeta en un moño alto mientras el flequillo enmarcaba su cara con dos mechones a cada lado, dándole énfasis a los ojos grises.
Bajar por las escaleras después de asegurar una apariencia perfecta y recatada para empezar el desayuno sola era un recordatorio de lo que su padre expresaba en cada reunión con sus ojos era un fracaso ante sus ojos.
Cuando el desayuno fue servido por uno de los sirvientes Hinata se dispuso a comer como la dama elegante que es y fue criada para ser pero la vista le resulto tan ... Sosa.
Los vegetales finamente cortados, el yogurt y el bowl de frutas exóticas parecía tan poco apetitoso quizás era porque lo repetía constantemente en sus comidas matutinas pero esa mañana no se le antojaban. Miro los huevos escalfados con el aguacate y sintió las nauseas subiendo por su esofago, finalmente se decidio por tomar el café y un poco de lo que parecía croissant relleno de lo que parecía champiñones.
Se fue al colegio en el auto que su padre le había asignado ese verano conducido por su chófer un hombre de apariencia normal con el cabello negro recortado bajo el sombrero que hacía parte del uniforme y la piel un poco más oscura que la suya. Era una cara fácil de olvidar también, lo único que destacaba eran las cejas ligeramente más grandes de lo usual, probablemente rondará los 30 o 35, Hinata no estaba segura y no iba a preguntarle su edad cuando tendía a olvidar hasta su nombre fácilmente.
Hinata culpaba a su cerebro por eso, tendía a desechar la información que no usaba o consideraba sin importancia y el nombre de su chofer iba en la primera, sobre todo cuando este lo tenía puesto en el carnet que llevaba sobre el chaleco y tenía tantos exámenes para los que estudiar.
Cuando bajo del auto la cacofonia del colegio fue lo primero que notó, parecía más intensa de lo usual y los estudiantes se veían reunidos en pequeños grupos conversando sobre algo, ella los ignoró y fue directo a su salón pero no pudo evitar escuchá un nombre que se repetía entre cada grupo.
Naruto Uzumaki
El nombre no le era indiferente, ella había tenido un ligero enamoramiento de él en el pasado cuando era una preadolescente, antes de que el peso de su posición hiciera mella en ella y la obligara a dejar morir cualquier sentimiento profundo antes de que naciera. Enamorarse siendo la heredera Hyuga no era prudente y menos cuando su padre y cuidadoras le recordaban constantemente que se casaría un día con la persona que eligiría su padre. En ese entonces se había molestado y entristecido, parte de ella se resistía, pero su primo Neji la había "ayudado" a esclarecer su mente y tomar una decisión. Contentarse con el destino y resignarse a él.
"No puedes cambiar tus circunstancias querida prima, somos lo que somos pero puedes intentar ser feliz de acuerdo a tu realidad y no en contra de ella, sigue el destino" le había dicho una tarde tomando el té.
"Seguir el destino" ¿Por qué amargarse y ser infeliz con lo que no podía tener? lo que no podía ser? Era algo que aplicaba en muchas situaciones. Con la situación "Naruto Uzumaki" había logrado resignarse, al cortar la comunicación y cualquier tipo de contacto, asi como reprenderse asimisma y concentrarse en sus estudios cuando venian pensamientos fantasiosos a su mente. Pero aún no lograba ser felíz del todo con lo que tenía, porque la situación "Hiashi Hyuga" era una que no podía olvidar o hacer un lado y era algo que deseaba con todo su corazón, poder ver orgullo en los ojos de su padre cuando la mirará.
Además de no querer perder su posición o mejor dicho la poca estima que le tenía. Ella había visto lo que le pasaba a la gente que perdía el favor de su padre también y no era bonito de ver, en el mejor caso eras suspendido por un tiempo de tus privilegios, si te consideraba caso perdido podías estar seguro que no estarías en su presencia nunca más y a pesar de todo... Ella amaba a su padre
"Siempre fue un problema, lo tenía en la sangre"
"Los agentes lo llevaron el viernes, pensar que hace unos dias estuvo aquí"
" Al parecer se resistió al ingreso en el "Elefante Blanco" gracias a Dios no era lo suficientemente fuerte todavía y pudieron someterlo"
"Ojalá puedan tratarlo y no sea eliminado, quizás sea como la familia Nara y sirva para el gobierno"
"Escuche que se puso violento y casi mata a dos agentes".
"Yo escuché que fueron cinco agentes"
"Sus ojos se pusieron rojos también"
"Parecía extraño la semana pasada, creo que le ví colmillos"
Así, los rumores continuaron difundiéndose mientras caminaba por los pasillos hasta llegar a su salón de clases correspondiente
No podía fiarse de todos los chismes que escuchaba en los pasillos pero una cosa era en definitiva cierta: Naruto Uzumaki tenía el gen S en su cuerpo y se había activado recientemente. Hace menos de una semana su compañero asistió a ese mismo colegio.
Miró con nostalgia el asiento central de la primera fila, allí era donde debería estar sentado su compañero rubio extravagante.
Levantó una oración al cielo pidiendo que el Uzumaki estuviera bien. Sus compañeros empezaron a entrar aun murmurando sobre su ausente compañero, su profesor cerró la puerta y silencio a todos dando inicio a su clase de biología.
Hinata estaba exenta de participar en la parte práctica de educación física desde hace varios años por causa de una enfermedad.
Cuando era pequeña habia padecido un caso grave de Neuronitis vestibular que la había dejado sufriendo con problemas de vertigo y migrañas cada vez que realizaba actividades que demandarán esfuerzo físico, además del síndrome de Alfa-gal que no le permitía comer carne y casi ningún producto de origen mamifero. Suponía que su vida era un claro ejemplo de la ley de la vida que no te permitía tener riqueza, belleza, salud e inteligencia al mismo tiempo, podía estar segura de la primera, un poco de la segunda pero en definitiva no consideraba las otras como sus puntos a favor o mayores fortalezas.
Asi que luego de entregar las montañas de trabajo que su profesor le había pedido en sustitución (Suponía que el hombre quería hacerla sufrir de algún modo) por sus actividades físicas Hinata realmente ya no tenía nada que hacer en la cancha de baloncesto esa tarde y el profesor le había dado la autorización de irse (sospechaba que quería deshacerse de ella para concentrarse en torturar a sus otros compañeros).
Asi que tenía tiempo libre ya que esa era de hecho su última clase ese día.
Llamó a su chófer en la entrada del colegio para que la recogiera.
Mientras esperaba a su chófer había decidido que iría al parque un rato a despejarse dado que aún era demasiado temprano para volver a una casa dónde no estaría nadie más que los empleados con los que no se les permitía tratar. Una vez Hinata había tenido una amiga entre el personal de la cocina, una joven pecosa que fungía como ayudante de cocina y que la había estado enseñando a cocinar, cuando su padre se enteró de su amistad la chica fue reubicada a una de las sucursales de comida Hyuga, originalmente su padre iba a despedirla pero Hinata le suplicó que no lo hiciera, a cambio no debía volver a entablar amistad con el personal, algo que acepto a cambio de que la chica mantuviera su empleo.
Su chófer la recogió 10 minutos después. Cuando iban en carretera cerca de la zona comercial Hinata creyó ver a una persona que no debería estar en la calle suelta (Al menos no todavía) entrando a un centro comercial. Sus ojos se ampliaron cuando vio el cabello rubio y la piel tostada que había quedada descubierta por un momento bajo la capucha de la chamarra que llevaba el chico.
"Por favor detente en el centro comercial" Su chófer se estacionó y ella salió casi corriendo detrás de la figura que presumía era de Naruto.
"¿Que estoy haciendo? ¿Que pasa si es él? ¿Debería intentar convencerlo para que se interne? y ¿si es peligroso? parecía normal." pensaba dentro de sí mientras caminaba por el centro tratando de no perder la figura encapuchada.
Hinata sentía la respiración dificultosa luego de unos 15 minutos siguiendo su rastro por el centro, cuando cruzó al estacionamiento ella dudo porque solía estar solo (Y muchas películas que había visto lo usaban como escena del crimen) Así que estando aún cerca de la puerta de salida/entrada lo llamo
"NARUTO" se detuvo en seco y se giró luciendo asustado y claramente alterado, pero cuando la vió se tranquilizó y la vio con ligera molestia.
"Oye eres tú ahn ... ¿Hinata cierto? estoy apurado no puedo atenderte, lo siento me tengo que ir" se giró para irse y apretó a un más su paso y ella se arriesgo e hizo lo mismo porque él parecía razonable.
"Espera ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿puedo ayudarte?" Él se rió un poco pero no era la usual carcajada que solía mostrar cuando sucedía algo gracioso en clase, está risa sonaba hueca, había girado medio cuerpo de modo que no alcanzaba a ver su expresión.
"Ayudarme, ella quiere ayudarme. ¿No es maravilloso? ayudarme" dijo en un murmullo apenas entendible.
" Yo tengo el auto allá afuera, ¿necesitas que te lleve?" Sorpresivamente él se giró, llegó hasta ella rápidamente y la sujeto de las manos con sorprendente fuerza, ella emitió un gritó de sorpresa por la acción pero se callo cuando vió los ojos tornarse carmesí y parecer los de un animal.
Sabía que era una mala idea
"¿Tú también quieres encerrarme no? No voy a volver no me importa lo que tenga que hacer prefiero morir a volver a ese infierno una vez más" Ella se quedó en shock, temblando por lo que podría pasar, pero cuando profundizó más en él su mirada se dió cuenta de algo.
Él tiene miedo
Usando el tono y honorífico que había usado con él cuando eran niños intento tranquilizarlo como si él fuera otra vez ese niño.
"Está bien Naruto-kun no voy a encerrarte, ni te voy a obligar a volver, está bien. Cálmate me haces daño cuando me sujetas tan fuerte." le dijo en el tono más calmado y dulce que encontró, ese que solía usar cuando su hermana era una bebé y ella la arrullaba, el efecto fue inmediato. Parpadeo repetidas veces alternando su mirada entre su rostro y sus manos sujetas y muy lentamente las soltó, sus ojos volvieron a hacer azules y ella respiro más aliviada.
"Lo siento, yo solo no quiero volver, no soy un monstruo" algunas lágrimas escaparon de sus ojos azules y ella llevó una mano a su cabeza y lo arrullo, él la miro sorprendido, pero ella estaba acostumbrada a calmar berrinches y ataques de pánico de su hermana cuando tenía los estallidos con su padre y responsabilidades dentro de su familia.
"Está bien" le dijo una vez más, él volvió a tomar sus manos una vez más pero está vez fue amable.
"¡Ayúdame, por favor! no puedo volver, no es como nos dicen en el colegio, ellos solo quieren experimentar con nosotros hasta que terminemos muertos y los castigos..." Se le escapó un sollozo y ella se estremeció porque Naruto era una persona fuerte con una voluntad aguerrida, para que algo le diera miedo y lo quebrará lo suficiente debía ser horrible, ella simplemente no podía negarse. Decidió ayudarlo como una disculpa por nunca haber dejado que sus sentimientos por él florecieran, por dejar de ser su amiga y porque no podía verlo sufrir.
"Voy a ayudarte, dime qué necesitas." él pareció llenarse de esperanza.
"Hay un lugar al que necesito llegar, es un poco más allá de las afueras de la ciudad, solo necesito llegar a la frontera norte puedo seguir solo desde ahí. Solo eso, por favor." Su estómago rugió fuertemente y él se sonrojó un poco, algo que no pensó que vería en el siempre descarado Uzumaki.
"Creo que también puedo ayudarte un poco con la comida y un cambio de ropa"
Un mes después todavía no podía creer que había ayudado a escapar al rubio de la ciudad de Konoha con una excusa tan patética como que necesitaban recoger muestras del bosque Sen para su proyecto de ciencias y el hecho de que la insignia de la empresa de su padre estuviera en en auto ayudo a evitar preguntas incómodas.
Después de entrar un poco más en confianza Naruto le confío que había un grupo de rebeldes más allá de la región norte del bosque Sen que podían acogerlo todos tenían algo en común: Tenían el gen S, pero por lo que dijo era un grupo pacífico que vivía con normalidad en una comunidad escondida y aceptaban a personas que tuvieran el gen y solicitaban refugio. Hinata no estaba tan segura pero realmente no tenía otra opción que ofrecerle, la información de ese lugar la había obtenido de su padrino antes de que falleciera pero parecía más un cuento de hadas que otra cosa.
Podía recordar las últimas palabras de Naruto.
"Hinata" la llamó cuando ya se había despedido y girado para irse. "Gracias" eso la hizo girarse y mirarlo sorprendida.
"No hay de que, esperó que encuentres ese lugar."
"Si algún día notas algo extraño contigo, no te asustes y recuerda que tú también puedes venir, debes viajar hacia el norte sin desviar tu camino, preguntar por él Riidaa y rogarle que te deje unirte a la comunidad. Dile que pides el derecho a ser whānau" ella lo miró con desconcierto.
"Pero... Yo no soy... Digo, yo no tengo el gen S Naruto-kun " Intento explicarle, pero él le dió una sonrisa que creía que no volvería a ver en mucho tiempo, una brillante con los ojos juguetones.
"Solo recuérdalo, por si acaso. Adiós" Desapareció en un parpadeo entre la espesura del bosque Sen.
Un mes después de eso no pensó que volvería a necesitar recordar las palabras de Naruto. No cuando no debería existir la posibilidad de que ella tuviera el gen S, pero esa mañana cuando despertó con una migraña más fuerte de lo usual y sintiendo tanta hambre como si pudiera devorar un elefante entero supo que algo iba mal. Cuando se miró al espejo con la creciente hambre e imagino un jugoso pedazo de bistec para saciar su hambre en lugar de su bolw de frutas con yogurt no creyó que fuera tan anormal, hasta que recordó que ella tenía más de una década que no ingería nada semejante pero lo que la descolocó un poco y la dejo paranoica fue su propio reflejo por un momento ella habría jurado que sus normales y simples ojos grises se habían vuelto blancos sin pupilas, pero cuando volvió a mirar estaban normales.
Podía jurar que había olido el perfume barato de su chófer desde el salón de entrada de su casa también y para su desconcierto a pesar de sentir tanta hambre su cuerpo se negaba a disfrutar la fruta, afortunadamente había un poco de pescado que sabía a gloria en ese momento.
Sintiendo un poco paranoica llevaba un pequeño compacto de maquillaje para ver sus ojos en el pequeño espejo una vez que llegó al auto volvió a verificar por si acaso.
"Normales"
La situación le dió gracia, ¿Qué esperaba ver? una mutación? un tercer ojo, los ojos blancos sin pupilas? era una tontería.
Ese día en clase de educación física sintió la absurda de atrapar a sus compañeros que estaban corriendo por la pista y parecían presas.
Se sintió desconectada por su pensamiento y pidió permiso para retirarse antes. El profesor accedió, no podía obligarla a correr de todas formas.
Cuando salió del colegio quería despejarse y dejar de sentirse tan hambrienta, asi que decidió caminar hasta el parque para despejar su cabeza y comerse un helado. No era lo más sano, pero sintiendo sus sienes palpitar quiso darse un gusto. Pero cuando estaba cerca del parque, sintió que un delicioso olor la golpeó, sintiendo que estaba en trance sus pies la llevaron hasta el puesto de parrillada que estaba a tres cuadras. Cuando llegó allí sintió que la saliva escurrió de una de sus comisuras y tomó uno de los pinchos que estaban en exhibición y esparcían el olor fuera del local, se lo comió como una desesperada, embarrando su cara de la salsa de la carne y apenas masticando, sintió una mano en su brazo y una voz que la llamaba a su espalda.
"Señorita, señorita ¿Que está haciendo? ¿Vas a pagar eso?" Escuchó la voz anciana de un hombre detrás suyo y reaccionó ¿Que estaba haciendo? ¿Acaso había comido carne cuando sabía perfectamente que le hacía mal?
Con profunda pena y sacando la brocheta que casi no contenía nada de su boca se giró.
" Lo siento mucho, voy a pagar esto" le dijo con la mirada baja y escondiéndose detrás de su cabello "¿Cuánto es?"
El anciano la miró incrédulo y dejo escapar un resoplido, le dió el precio casi esperando que no le pagará. Ella se disculpó una vez más y miró al anciano, quien de pronto era el que parecía profundamente apenado.
"Oh lo siento no lo sabía" le dijo confundiendola. " ¿Estás perdida necesitas que te lleve a la escuela o a la policía?" Eso la confundió aún más.
"¿Por qué lo dice?" El hizo una mueca como si no supiera como decirlo.
"Pues por tu condición, o ¿puedes ver un poco? Cómo tus ojos están completamente blancos pensé que no podías ver nada en absoluto.
Eso la dejó en shock y un estremecimiento sacudió su cuerpo, disimuladamente si que el anciano lo notará se miró en uno de los utensilios del local un gran sartén que estaba colgado y reflejaba las cosas, miro los distorsionados ojos blancos que la imagen le devolvía. Blancos sin pupilas.
"Yo estoy bien puedo distinguir formas y sombras" Saco un poco de dinero del bolso de su chaqueta y se lo dió al anciano.
"Oh está bien déjalo así" se lo devolvió en su mano y ella se apresuró a irse
Cuando considero que estuvo lo suficientemente lejos se recargo sobre una pared y saco con manos temblorosas el pequeño estuche con espejo que cargaba, una mirada desigual está vez y a ella se le escapó un tembloroso suspiro.
Hizo ejercicios de respiración e intento calmarse por su breve experiencia con Naruto había aprendido que sus ojos cambiaban solo cuando se agitaba.Paso unos cinco minutos así y cuando verificó de nuevo estaban normales.
Tenía ganas de llorar, pero rápidamente deshecho la idea porque seguía en la calle y eso podía hacer que sus ojos cambiarán.
Tomo su teléfono y llamó al chófer, le dio su dirección y lo esperó.
Cuando lo vio acercarse en el auto se apresuró a acortar la distancia y entro lo más rápido que pudo al auto subió el vidrio trasero para que él no pudiera verla, y una vez más verificó sus ojos en el espejo, seguían normales.
Entró a la mansión tratando de aparentar normalidad, llegó a su habitación y se encerró en ella, las lágrimas corrieron por sus mejillas como si alguien hubiera activado un botón una vez que cerró la puerta de su habitación, ahogo los sollozos con la almohada y durmió porque ella no podía ignorarlo más tenía el gen S en su cuerpo y lo más probable es que terminara muerta o encerrada
Paso varios días fingiendo que estaba enferma con gripe para no ir a clases ignorando como sus sentidos parecían más intensos y sus ojos cada vez permanecían más tiempo con ese blanco con tintes malva, tenía pupila en realidad, casi del mismo color que el resto de su ojo y parecía casi imperceptible, mantenía las luces apagadas y las ventanas corridas para que se mantuviera oscuro y los demás no lo notarán. No es que vinieran mucho de todos modos pero su padre le había dejado dicho que el médico vendría en la mañana para examinarla y ella había pasado casi toda la noche tratando de pensar que debía hacer.
Su padre tenía una opinión clara sobre los portadores del gen S, en el mejor caso eran perros que debían ser vigilados como se expresaba de los Nara y el resto que no era útil o controlable era mejor de una forma: Muerto.
Así que decirle no era una opción y ya no podía fingir estar enferma para siempre no con un médico en camino. Podía entregarse a la "clínica" del Elefante Blanco para ser tratada.
Y ella lo hubiera hecho si no se hubiera encontrado con Naruto hace un mes destrozado con horribles heridas bajo su ropa, (El chico se quitó la camisa sin previó aviso cuando le compro el cambio de ropa, afortunadamente se volteo a tiempo para evitar un desmayo) había visto lo suficiente para tener un justificado miedo a caer en el Elefante Blanco.
"¿Y si escapó? ¿A dónde iría?" Recordó a su excompañero rubio y como parecía tan seguro de ese lugar.
"¿Cómo estás tan seguro de que no es mentira?" le preguntó.
"Esto viene de allá" Le dijo enseñándole el collar que lo había visto usar desde que lo conocía, era muy bonito con una única gema alargada entre verde y azul.
Cuando Hinata metió en una de las mochilas de viaje más grandes que encontró mudas de vestir, su equipo de campamento (Que nunca había usado, pero que Hanabi igual le regalo) y se escabulló en la cocina para conseguir comida que no se fuera a echar a perder hasta que llegará a ese lugar. Estaba segura de que ella había perdido la cabeza.
Se levantó ese día más temprano de lo usual y se preparó como lo haría para ir al colegio. Tomo los lentes oscuros que había comprado para el verano y se los puso. Llevo la mochila consigo en lugar de su acostumbrado portafolio y bajo a desayunar, las criadas se sorprendieron pero no tardaron en servirle.
"Una de ustedes dígale al chófer para que me lleve al colegio y otra suspenda la visita del médico, ya me siento bien e iré al colegio."
Ellas acataron sus órdenes y le sirvieron el desayuno, se comió todo lo que habían servido y pidió un bento extra para llevar.
Su estómago se quejo, especialmente con la lechuga pero se obligó a comerlo todo, para que no sospecharan nada y porque probablemente lo necesitaría para el camino.
Una vez que llego al colegio, respiro hondo para calmarse y no golpear a nadie ni nada como le estaba gritando su cuerpo al ver a tantas personas reunidas moviéndose de un lado a otro, espero que su chófer se fuera y ella se fue de la entrada del colegio, se alejo un poco y pidió un taxi.
"¿A dónde irá señorita?
" Al Santuario Mori-Sen" Era el lugar más cercano al bosque Sen donde se había despedido de Naruto.
El viaje le pareció eterno, pero finalmente llegó y se adentro en el bosque que rodeaba el santuario.
"debes viajar hacia el norte sin desviar tu camino, preguntar por él Riidaa y rogarle que te deje unirte a la comunidad. Dile que pides el derecho a ser whānau"
Las palabras de Naruto se repitieron como un mantra en cada paso que daba.
"Solo debo seguir el norte" dijo mirando la brújula. Esperaba poder llegar pronto a ese lugar y volver a ver ojos azules de nuevo.
Hinata estaba segura de que el destino tenía un especial desagrado hacía ella. Le había tocado una salud miserable que la obligaba a moverse lento, había sido la única en su familia en al menos 4 generaciones en despertar el gen S y había perdido en consecuencia todo lo demás y ahora luego de tener que huir y abandonar todo lo que era y conocía con rumbo a un lugar desconocido del que siquiera estaba segura que existía.m, cuando ya llevaba más de un día caminando (dormir al aire libre era horrible) sus sentidos desarrollados que habían sido tan útiles en la ciudad no le habían avisado a tiempo que había un depredador cerca y cuando sintió el peligro todos sus instintos le gritaron una sola cosa: corre.
No sabía exactamente de que estaba huyendo pero era algo rápido y por el sonido que escuchaba que dejaban sus pisadas y la devastación también era grande. Ella se había considerado afortunada al no encontrarse con ningún depredador que pudiera comérsela, pero ella olvidó que no solía tener suerte, ni siquiera con el gen S. Ella había escuchado que los portadores despertaban poderes y habilidades increíbles ( como fuerza y velocidad) pero ella solo tenía un anormal color de ojos y una sensación de hambre y debilidad constante.
Sintió su cuerpo caer y rodar sobre la hierba cuando la cosa que la estaba persiguiendo finalmente la alcanzó y la derribó.
Con los ojos cerrados se preparó para ser devorada.
"¿Quien eres tú?" Una voz profunda le pregunto desde arriba y ella abrió los ojos y se dió cuenta que no era un animal lo que la había derribado y mantenía en el suelo inmóvil sino un hombre con el cabello negro y los ojos rojos; ojos que se ensancharon cuando vieron los suyos.
Ella aprovecho su momento de sorpresa para examinarlo más y sus ojos se detuvieron en el collar que portaba uno que parecía tan familiar, sino fuera por el color rojo oscuro que portaba.
El lanzo un gruñido que sono muy animal y apretó el agarre en sus manos.
" Te hice una pregunta ¿quién eres?"
