Disclaimer 1: Fanfic sin ánimos de lucro. The Loud House es creación de Chris Savino, propiedad material de Nickelodeon Intl, y está bajo licencia de Viacom International Media y Jam Filled Entertainment.

Disclaimer 2: Los materiales referidos y/o parodiados son propiedad intelectual y material de sus respectivos creadores.

Necesidad de calor

VI

De fotos, bebés y una ebria

Royal Woods, Michigan

5 de abril de 2039

7:30 am

La recámara de los Loud

Normalmente las noches de pijamada terminan con todos agotados y despertando tarde, no importando para nada el día que sea. Y dado que son ya las vacaciones de primavera, en teoría se supone que estarían descansando. Por desgracia, nunca falta el paciente para Maggie que jamás la deja a sol y sombra. Y ese, para bien o para mal, es su concuño.

Con una sensación de acidez en el esófago, Maggie no se acordó de recordarle a Lincoln que no hiciera rollos de pizza para cenar. Para no tener picante, que use pimientos morrones y orégano junto con el puré de tomate es un error, pues dicha mezcla le provoca un reflujo horrible. Y sumando el embarazo, peor todavía. Agradece que nada de lo que cocina Lincoln le provoca ascos, aunque extraña las ocasionales salidas a La Hamburguesa del Eructo y pedir un sándwich de pescado sin importar que este fuera una croqueta hecha con papas trituradas y pescado barato.

Piensa en la crocante superficie empanizada de dichas croquetas de los sándwiches cuando el teléfono, la línea doméstica, empieza a sonar por la sala.

-¡No hay escuela! ¡No hice nada ayer! -protestó Laura entre bostezos.

-Claro que no, yo contesto -dijo Lincoln-, seguro es por el alquiler del consultorio.

Lo malo de tener conexión al servicio de teléfono fijo ahora que la conexión a internet no era necesaria a él es que, con un aparato ya algo vetusto en la recámara, Lincoln podía contestar en un lado mientras ella podría hacerlo desde la sala o la recámara ahora que el inalámbrico estaba en la cocina. Y la idea de escuchar la conversación, aunque le parecía inmoral, esta vez le daría rienda suelta.

-Si, estoy con las niñas -respondió Lincoln, quizá sonando algo irónico-. Sabes lo mucho que adoran quedarse con Luna.

-Me alegra que por fin hayas sentado cabeza, alcornoque -dijo una voz femenina con aspereza-. Todas esas chicas bailando sobre tus piernas y tenías que irte sobre una loca.

-¿Y con qué cara me lo dices, "Señorita Cambio de Pareja Como De Ropa Interior"? -cuestionó Lincoln- Vas y vienes con el primer trago que te invitan en viernes por la noche ¡y te desquitas los lunes con tus alumnos en Jersey!

Chisme del bueno… hasta donde supo, y a juzgar por su experiencia personal, no podía ser Lori, con quien tiene una relación algo distante pero cordial, o Leni, a quien no soporta por su mentalidad excesivamente simple. Ni soñar con Luna, con quien tiene una buena relación, Lucy, que le tiene simpatía al igual que Lana y Lisa. Lily, podría ser porque le dejó clara su antipatía. Lo mismo que Lynn, que se queja de lo "perezosa que es su prole" pese a estar enterada que Laura tiene un soplo cardíaco, tiene mucho que no habla con Lola porque esta siempre anda fuera del país, así que por decreto de eliminación…

Luan. Aunque el día de su cumpleaños trece fue lindo que llegara a salvarle el pellejo a Lincoln por su desastrada actuación como payaso, el poco tiempo que la trató fue muy diferente a lo que él le contó. De hecho, la noche en que "Kari" botó a Lincoln decidió dejar pasar un tiempo y él pasó a ser alguien más interesante para muchas personas que le ganaron respeto por salir con alguien mayor. Lo mismo una chica con piscina en su casa y sus amigas que un par de góticas amigas de Lucy, incluso un par de chicos parecieron interesados, todos ellos se vieron rechazados. Algunos, como Trent Gagnon y Mollie Nordberg, los tuvo que rechazar de la mejor forma posible y quedando como amigos, pero a otros como Jordan Rosato, una tal Haiku de la que jamás supo si era su nombre o seudónimo y Amelia Lightfoot, no se tentó el corazón al haber sido sorprendido en momentos bastante inoportunos y no dudó en dejar muy en claro que no tenía el más mínimo interés después de "salir" de una relación.

De todas sus cuñadas, tenía que ser Luan. La única que sigue en un plan de rechazarla sin diplomacia. No entendía por qué ese menosprecio, y las pocas teorías que barajó (algún desorden mental, obsesión por un fetiche de incesto, lesbianismo reprimido e incluso frustración por no saber mantener una relación sana con su hermano) sencillamente quedaron descartadas por ser demasiado improbables. La única que, cuando ella es quien cocina junto a su suegro en las reuniones, le sirve la peor parte sin reparo alguno.

-¿O te recuerdo a ese zoquete que llevaste al cumpleaños de Serin y te dejó con un paquete de… -continuó Lincoln, molesto.

-¡Entiendo tu punto! -cortó Luan-. ¡No fue mi culpa que Lana se embarazó de ese idiota de Skip y él la botara! Ella sabrá lo que hizo.

-No seas tan puritana… voy a colgar.

-¡No te at… -gritó Luan, oyendo colgar a Lincoln antes de que Maggie pudiera colgar.

Se detuvo a mirar la foto familiar que tiene en la mesita de la sala. De hecho, era una edición algo ingeniosa que Lincoln le diera por el aniversario pasado. Sentados en un gabinete de La Hamburguesa del Eructo ahí estaban. Ella y Lincoln con las edades con que se conocieron y las niñas con su edad de entonces. Un bonito detalle, a decir verdad, que provocó la inicial curiosidad de ambas niñas pero que las dejó con el pendiente sobre cómo fue que su relación evolucionó a lo que es hoy.

Llegó a preguntarse qué pasaría si, por alguna especie de abracadabra o alguna cosa de Lisa, terminaran rejuvenecidos hasta sus trece y los once de Lincoln. ¿Alguien los reconocería? ¿Algún amigo suyo les creería que fue por alguna loca razón que se volvieran jóvenes y se la pasaran recreando toda su vida mientras hacen creer a las chicas que "sus padres salieron de vacaciones" y a ellos los conocieron en algún vecindario inexistente?

Conociendo a sus hijas, Laura no lo creería. Para su edad es muy inquisitiva cuando no tiene nada mejor que hacer, por lo que no dejaría de picar hasta que alguien le diga el porqué. Gloom, todo lo contrario. Es muchas cosas, pero una mente brillante no exactamente. Quizá no sea tan despistada como Leni en su juventud, pero cuando tropieza con una piedra no vuelve a hacerlo.

En eso, sonó el timbre de la entrada. No esperaba que su madre viniera temprano y entre semana cuando se preparaban para la Pascua. Y hasta donde sabe, no podía tratarse de los amigos de Laura. ¿Los de Gloom? Ellos ya tenían terminantemente prohibido entrar a la casa sin supervisión desde que

Dejando la cocina, fue a la puerta y vio por la mirilla. Aparentemente no había nadie, pero en cuanto abrió una figura envuelta en morado saltó por el lado izquierdo, imitando el balido de una cabra.

-¡¿Qué rayos…?! -maldijo Maggie, sorprendida.

-¡Tía Luna! -chilló Laura, saltando de la cama en pijama.

-¡Tía Lunes! -imitó Gloom sin importarle estar solo en su camisón negro.

Luna pagó caro el susto que le pegó a Maggie, pues con la fuerza con que sus sobrinas la embistieron estas prácticamente la sacaron de casa al porche, tirándola en el acto.

-¡Calma, chicas! -contuvo Luna-, ya no soy tan dura como ustedes.

-Te ves más gordita -dijo Gloom con toda indiscreción antes de preguntar- ¿Vas a tener una mini Luna?

-Solo es su barriga -respondió Laura, no menos indiscreta pero más acertada.

-Solo bajen… de mi, ¿quieren? -pidió Luna, abrumada por sus sobrinas.

De mala gana, ambas obedecieron.

El asunto con Luna se ha complicado bastante. Simpatizante de Maggie más por persuasión pasiva de su hermano, por un tiempo descuidó la escuela por priorizar sus propios asuntos. De tal modo, apenas entró a la comunitaria, de la que decidió salir porque los programas de música brillaban por su ausencia y los de cómputo eran muy rudimentarios. Intentó seguir con las Cabras Lunares, pero el hecho de tener un pleito con su baterista, el que las cosas con Sam salieran de control y quedaran como amigas nada más y los conflictos que tuvo cuando una productora robó todas sus letras y las publicó como canciones pop para Alisa Barela ocasionaron que guardara su guitarra bajo candado luego de una disputa legal que perdió y empezara como gerente de comunidad para un par de cadenas regionales de comida rápida.

En cuanto a su vida personal, intentó por igual con hombres y mujeres sin lograr mucho, aunque actualmente vive con una pareja de universitarios compartiendo departamento y renta a las afueras de Great Lakes City. No le va tan mal, pero de cuando en cuando tiene sus problemas con los vecinos que la perciben como una mala influencia… algo comprensible cuando un blanco acaba en un barrio de mayoría afrolatina con gran presencia cubana y dominicana de honda tradición católica.

-… o sea, ¿en qué le afecta? -cuestionó Luna, sentada en el sofá una vez que las niñas se fueron con la abuela Sammet- No me incomoda cuando hacen sus fiestas o los Domínguez ponen música los fines de semana, pero a ellos les molesta cuando escucho a Mick.

-Cosas de su gente -dijo Maggie, algo incómoda con la idea-. No me malentiendas, solo es costumbre entre ellos ofenderse por un músico que desconocen o les parece ofensivo.

-Pues si les ofendo, pues bien por ellos.

-¿Te recuerdo las primeras veces que vino Clyde? -preguntó retórico Lincoln- Es casi lo mismo. De hecho te molestó en un principio que confundió tu cuarto con el baño.

-Eso fue porque Luan le dijo que era a la izquierda y en la puerta de la derecha, hombre -gruñó Luna, algo divertida de recordar ese incidente-. ¿Alguna novedad?

-Ya que lo dices, Luan llamó hace rato -respondió Lincoln.

"Incómodo", pensó Maggie mientras Lincoln le contó lo ocurrido durante esa llamada. No era para menos, pues sabía que las conversaciones entre ambos no eran precisamente amables. Con suerte, podría considerarlas ásperas, sobre todo cuando siendo ella psicóloga es tildada de manipular a su hermano y ponerlo en su contra cuando ni remotamente. Más a su propio favor, Luan ha sido quien puso una amplia distancia y no ha sabido manejar su vida amorosa.

Ante ello, Luna solo se mostró algo escéptica.

-No puedo creer que, mientras yo me esté peleando con Tom y Jen sin estar casada, ella ande como cualquier hippie -reclamó Luna.

-No tanto -corrigió Lincoln-. Es un poco de eso, un poco de Jersey. En serio, ¿Qué tiene esa ciudad que amarga a todo mundo?

-Luna tiene un punto, Lincoln -dijo Maggie-. Las veces que vino antes de que naciera Gloria no le faltaron indirectas de que tenía un buen par de razones por las que debía alejarme de tu hermano. Esa mujer necesita una pequeña retroalimentación sobre su vida reciente antes de decir nada.

-Tal vez crea que no tiene problemas fuera de los que tiene aquí y en casa, pero tiene que admitir que lo que yo haga es mi asunto -remató Lincoln-. Hasta Leni y Lola lo entendieron, y conste que Lola no le cae bien a Maggie.

-Pues tal vez haya una forma en que se olviden de sus problemas por un rato -dijo Luna, algo resuelta.

Dando un par de pasos hacia el frente, le plantó un sonoro beso a Maggie en los labios. Esta, tomada por sorpresa, solo sintió que la temperatura de la sangre le hervía tras romper el contacto. Puede que en algún momento le hayan atraído las mujeres antes de conocer a Lincoln, quizá incluso pudiera existir la posibilidad de ir a Detroit una noche por su cuenta y experimentar con alguna chica en un bar de lesbianas, pero el beso de Luna detonó algo dentro de ella.

-¡Recámara, ya! -ordenó Maggie, tomando al peliblanco por la camisa y arrastrándolo a la pieza antes de dejar entreabierta la puerta por descuido.

-Ah, el amor -sonrió satisfecha Luna-. Las cosas que hace una por mantener las cosas interesantes en todos lados.

Esperó paciente en la sala mientras prendía el televisor y buscó algo en Paramount y en Netflix para ahogar el ruido que salía de la recámara. Aunque no había gran cosa que le gustara, era mejor una película o una serie de acción donde esta predomine mientras su hermano y Maggie hacían lo suyo, aunque lo siente mucho por los vecinos que tengan que ver por la ventana.

Sin mucho más por hacer, se dedicó a husmear entre la fotos de la casa luego de cerrar la puerta.

Pensó largo sobre Lincoln. Fuera de lo obvio, terminó trabajando en algo muy alejado de todo para lo que estudió. Abandonó unas cosas, encontró nuevas, pero seguía siendo el mismo desde que lo conoció por primera vez. Quizá un poco más malcriado por el hecho de que suele beber leche de una fuente más directa mientras su siguiente hijo viene al mundo, aunque no debía preocuparse mucho por esas nimiedades. Mientras lo vea feliz, no piensa objetarle en lo más mínimo de cómo ha venido manejando su vida. Hasta cierto punto, concluyó, de haberle conocido a alguien más, solo le tendría que aplicar la "regla del ex" sobre Sam, darle un buen sermón sobre las parranderas como Becky o Tabby o, incluso, hacerle desistir de una loca que pudiera ser una verdadera manipuladora como muchas de las amigas de Lola.

Otra foto familiar, esta vez de cuando Gloom llegó al mundo. Sin contar a Luan, fue la última en enterarse, y a juzgar por la matita de cabello negro lacio que la por entonces recién nacida ostentaba, era mejor que no le dijeran que existía la certeza de que al menos una tuviera a su tía como una favorita. Siendo algo prematura, Gloom le parece todo un caso, y más porque la primera vez que la conoció le dijeron que tenía un pequeño problema de pronunciación con el que una pequeña cantaleta de su parte le ayudó.

Prestando atención a cada uno, veía que Lincoln estaba sudado, cosa normal por llegar tarde y con una pañalera con ropita nueva. Miró a Laura, que estaba sorprendida sin entender absolutamente nada. Maggie, por otro lado, se veía encantadora pese a haber pasado en ese momento por doce horas en labor de parto, agotada y feliz de tener a una nueva criatura en brazos pese a nacer doa semanas antes de lo previsto.

Al menos un par de horas más tarde, cuando volvía de la cocina con un sándwich, dejó de escuchar cualquier sonido procedente de la recámara. Si en su momento le daba repelús ir y encontrar a sus padres en situaciones propias de una película para adultos, ahora le da curiosidad ver a su hermano en las mismas.

Los halla dormidos. Sin haberse desvestido por completo y quedando con sus torsos cubiertos, ambos se abrazaban en contacto mutuo. Por momentos tierno, por momentos meloso para su gusto, quizá le parecía muy oportuno.

Activando la cámara del teléfono, se preparó un poco. No era muy diestra usando el aparato para tomar cosas más allá de una selfie de vez en cuando, por lo que una vez que tomó lugar desde lo que consideraba el lugar más adecuado una esquina opuesta a la cabecera de la cama.

Pensó por un segundo en correr el cobertor, pero desechó la idea. La situación no se prestaba a tomar un cuadro que pudiera ser tomado por vulgar, y además las niñas podrían ver la foto en algún momento y saldrían preguntas que era mejor que no hicieran ni de broma.

Un poco más, pulsaba en la pantalla y… un timbre sonaba.

Aunque alcanzó a tomar en ráfaga, esta ya iba con el teléfono en caída libre con Luna tras él. Una primera toma que, lejos de salir bien, quedó bastante borrosa por lo que se vio en un inicio. Por no decir espantosa.

Cayendo de bruces con el costado, Luna primero se golpeó contra la base de la cama y rebotó en el piso alfombrado. Ello despertó a la pareja, que alarmada, entre gritos de sorpresa y maldiciones intentaron levantarse. En un momento, Maggie ni siquiera se dio cuenta del segundo en que pisó sin querer la mano de su cuñada.

-¿Qué de…? -preguntó Maggie, alarmada.

-¡Eso es mi mano, hombre! -gritó Luna, luchando por levantarse.

-¡Perdón!

-¡Ya vamos! -añadió Lincoln, buscando un pantalón corto o lo primero que cubriera sus partes pudendas.

Más tardaron en levantarse y vestirse que Luna en buscar su teléfono. Sin perder el equilibrio, Lincoln saltó poniéndose encima el pantalón del pijama de Maggie y corrió hacia la puerta sin fijarse a quién le abrió la puerta.

Tras Lincoln, Maggie veía el cuadro que, en otras circunstancias, habría hecho tambalear -si no derrumbar- su matrimonio. Sabía de Stella, pero no creía que aquella mujer asiática de polera tangerina, pantalón negro y un largo cabello del mismo color pudiera tomarlo por sorpresa y robarle un beso como si de una vieja amante se tratase. Y por mucha resistencia que Lincoln ofreciera, podría ser inclusive algo decepcionante que él tenga que ser quien tenga que levantarse tres pulgadas del piso y no una como ella lo acostumbró.

Por añadido, había algo en el aire que dejó de gustarle. Maggie podía detectar algo más. Fuerte, agrio… como si aquella larguirucha plana se la hubiera pasado bebiendo.

Si, era eso. Beber para darse valor es señal de desesperación.

-Lamento interrumpir su "cálido" reencuentro -interrumpió Maggie, algo asqueada.

Punto y aparte, Luna. Esta, revisando el teléfono, alcanzó a rescatar una imagen donde la pareja estaba acostada con los retratos de Gloom y Laura en cada buró a los lados. Eso, pensó, sería un bonito regalo para Navidad… si es que su hermano sobrevive a esto.

~o~

6 de octubre de 2032

Maggiecoln week

Día 6, atrasado

Foto familiar

Antes que nada, mis disculpas por tardarme demasiado en acabar, pero ya saben. Entre una cosa y otra, amén de factores que estaban fuera de mi control directo con mis cosas (la tablet donde escribo hace falso contacto y tardaba mucho en cargar si no la apagaba), amén de un bloqueo por saturación de ideas, pues... dudo que tenga justificación.

En fin, me había dicho a mi mismo que no entregaría nada si los dos días finales de esta ship week no estaban terminados. Y al cierre de esta edición (dan ya las once de la mañana, hora de la Ciudad de México) por fin terminé.

Yendo con ustedes directamente...

MaddyBunny10, Forgive me for taking too long. Stella came back because she had her business that she thought was pending. That here she already wanted to finish them makes it clear.

J0nas Nagera, se entiende, está más que claro que, como todos, tienes una vida. No hay problemas con tu tardanza, que sin querer pasé por lo mismo. Por partes... al menos hasta donde vi la original, me tuve que sacar cosas sobre la marcha, pero (1) espero que funcionaran. Y si, no quería dar la impresión de que Lincoln fuera tan despierto con algunas, cosa con la que muchos parecen que se la pasan por el Arco del Triunfo (xp). También fui notando que ciertamente hay complicidad pese a que hay cosas que uno quisiera mantener para sí. Admito que si fue una metida de pata (2), pero lo que sí es que hago el intento de ver el live action. Lo único que apenas pasa por el radar es el incidente con el helado (nota mental, debo evitar ciertas conductas con quien interpretó a la maestra Allegra, que si me gusta el diseño de la original y me encantó su versión LA...), pero nada más. Lo que no niego es que creo que si me voy a ajustar a mi plan de temporalidad (3) y por tanto de eventos, pero (4) me sorprende que encontraras esa referencia a una de mis comedias de cabecera... tal vez incluya a esos viejos de nuevo XD. Lo que sí... (5), la inclusión de Stella no es nada al azar. Tenlo por seguro.

Al rato, fin del camino y hay libertad de acción. Hasta entonces...

Sigan sintomizados

Sam the Stormbringer