CAPÍTULO 8: Reuniones reales

El casamentero, Xatu, había entrado a la Zona Flora y pasó por la Ruta del Molino, dirigiéndose finalmente hacia el Jardín Frondoso, para reunirse con la Gran Serperior y su hija. Cuando llegó a la cámara donde estaba la reina, se encontró con las sirvientas. Xatu dijo:

—Disculpe, señoritas.

Lilligant habló:

—Oh, tú debes ser el casamentero para conseguir parejas que llamamos, ¿no es cierto?

—Sí, recibí su anuncio y vine lo más rápido posible. ¿Estoy a tiempo?

Leavanny respondió:

—Sí, llegaste en el momento oportuno. La Gran Serperior está adentro con la princesa Snivy. Pase.

Le dejaron pasar sin más dilación hacia donde estaba la reina y su hija. Él las saludó:

—Saludos, su Majestad Serperior y su Alteza Snivy.

—Saludos a ti, consejero Xatu. Es un gusto que hayas venido hasta aquí de forma impetuosa para este momento tan importante para mi hija.

—También es un gusto conocerlas a ustedes, su Majestad.

La princesa Snivy no estaba muy contenta por lo que dijo su madre. El Pokémon serpiente hierba todavía estaba en desacuerdo con la decisión que tomó Serperior. No quería conseguir otro novio para ella, solo tenía a Oshawott en su corazón, él era irremplazable; desafortunadamente, la reina desaprobaba le relación que tenía su hija con el Pokémon nutria. Al final tuvo que llamar a otras familias reales de PokéParks muy lejos para que consiga un novio mejor y apropiado para Snivy, según las palabras de la reina.

Xatu continuó hablando dirigiéndose hacia Snivy:

—Esta debe ser la princesa Snivy, ¿verdad? ¿Cómo has estado, su Alteza?

Ella no respondió de forma inmediata, solo se le quedó observándolo fijamente con mucha seriedad. "¿Con qué este es el Pokémon que me va aconsejar quién va ser mi nuevo novio? Se ve muy viejo y raro como para tener una labor así."

—Sí, estoy bien —dijo la princesa seriamente.

Al Pokémon místico le pareció inusual la forma que respondió la hija de la reina. Parece que no estaba en buen humor. Él preguntó después:

—¿Sucede algo, su Alteza?

Ella no respondió, su madre lo hizo por ella.

—No se preocupe, consejero Xatu. Ella está un poco de mal humor hoy día, pronto se le va pasar cuando vea a los príncipes que la están esperando.

Lo que dijo Serperior hizo mostrar un poco de enojo a Snivy, sin mover la cabeza la miró con ligero desprecio. Xatu se dio cuenta de esto, pero no quiso decir nada al respecto. Continuó hablando:

—¡Ejem! Bueno, he llegado hasta aquí como tú me llamaste. He visto a las familias reales esperándolas ansiosas afuera de la Zona Flora. Esperemos que todo salga como lo esperado y obtengamos este día al próximo novio de la princesa Snivy.

La serpiente hierba seguía con mirada de mucha indiferencia. El Pokémon místico continuó:

—Bueno, lo vamos a ser así: primero ustedes tienen que dar a cada familia un papel con un número del uno al siete que serán entregados al azar. El que tenga el número más bajo entrará primero, así será el orden de las reuniones. Las entrevistas serán aquí, en donde los príncipes con sus familias tendrán que mostrar lo mejor de ellos para conquistar el corazón de la princesa. Esperemos que todas las entrevistas sean hoy día. Después de hacer todas las reuniones, la princesa tomará su decisión a quién escoger como novio. Yo, la reina y las sirvientas tienen que estar presentes en las entrevistas, cualquier opinión que se diga influenciará la opinión de la princesa.

—Suena bien —dijo Serperior—, ¿pero puedo decir una cosa?

—¿Sí, su Majestad?

—He pensado que, después de conocer a los invitados reales, sería una magnífica idea mostrar al elegido de mi hija cuando hagamos la fiesta de las bayas en unos días más.

Snivy quedó sorprendida por el anuncio. ¿Iban a hacer la fiesta de las bayas de nuevo? Bueno, en parte tenía sentido, porque la última vez fue cancelada por el caso de desapariciones de los Pokémon de la Zona Flora, ¿pero hacerla en unos días más? Para la serpiente hierba no le gustó mucho la noticia, ella consideraba las fiestas de bayas como una actividad muy aburrida, y ahora se pondrá peor cuando tenga que anunciar al novio que ni quería conocer en primer lugar. Todo se ponía de mal en peor según la princesa. No tuvo de otra que conformarse con eso.

—¿Anunciar al novio en una reunión masiva? Suena como una muy buena idea, su Majestad.

"No, no lo es", pensaba Snivy.

—Qué así sea —dijo la reina—, vamos a prepararnos para la llegada de las familias reales.

Todos se prepararon para la llegada de los príncipes y sus familiares que los acompañaban. La Gran Serperior dijo a su hija:

—Más te vale que te portes bien, o de lo contrario no habrá tiempo para jugar después, ¿entendido?

—Sí, mamá… —dijo de forma desganada.

—Muy bien, a ponernos en posición.

Las sirvientas prepararon los papeles con los números y los entregó a Bisharp para que se los den a las familias reales. Si tenían suerte, podían entrar primero a la Zona Flora para conocer a la princesa Snivy y su madre, pero no tendrían mucho tiempo para prepararse bien. Esperaban que todo saliese como lo planeado. Después de hacer los preparativos finales, todo estaba listo para la llegada de los invitados reales. Se iban a conocer en la cámara donde estaba la reina. La familia real que tuvo el menor número al obtener los papeles fue el primero en entrar. Ellos se quedaron muy impresionados por cómo era el ambiente de la Zona Flora, les gustó mucho el molino de viento, le daba un toque especial, después pasaron por el Jardín Frondoso y pasaron al lado de la cascada. Todo el tiempo estuvieron resguardados por la patrulla Bisharp hasta llegar a la cámara donde se encontraba la reina y la princesa. Snivy vio a los Pokémon venir hacia ella, al parecer tenía que soportar las tonterías de los príncipes que querían ligar con ella. Iba ser un largo y tedioso día que quería olvidar después por completo.

Después Bisharp anunció su llegada diciendo:

—Saluden a Gossfleur, príncipe de la Zona Pradera, y su abuela, Eldegoss.

Después de llegar a donde estaba Serperior y Snivy, el príncipe saludó cordialmente a las dos.

—Muy buenos días, reina Serperior y princesa Snivy de la Zona Flora.

—Muy buenos días, príncipe Gossifleur y Eldegoss —saludó Serperior.

—Hola, reina Serperior. Es un gusto poder conocerla en persona —dijo Eldegoss.

—También es un gusto conocerlos a ustedes. ¿Vinieron de muy lejos solo para conocer a mi hija Snivy?

—Sí, hemos recibido su llamado y venimos lo más rápido posible, reina Serperior.

Gossefleur vio a Snivy, ella estaba muy desinteresada. Él dijo:

—Conque esta es la princesa Snivy, ¿verdad? Es un gusto conocerte también.

—Igualmente… —respondió la princesa de muy mala gana. Eldegoss se dio cuenta de su actitud y preguntó a ella.

—¿Estás bien, amor? No te ves de muy buen humor este día.

Snivy solo cerró los ojos y giró la cabeza hacia otro lado. Su madre respondió:

—Ella tiene algunos problemas internos, pero se le pasará pronto.

Su hija respondió de manera sarcástica:

—Sí, tan pronto como los invitados se vayan de aquí.

Eso no le gustó nada a su madre, ni a los invitados. ¿Cómo una princesa se comportaría de forma tosca con otros Pokémon de la realeza? Serperior quiso mantener la compostura enfrente de los invitados reales.

—¡Ejem! Bueno, empecemos con las preguntas.

—Con gustó las responderé todas las preguntas y satisfaré todas sus dudas de mí y de mi familia —dijo el Pokémon adornofloral

—Muy bien.

Para conocer a los invitados reales, se les formularía unas preguntas para que conocerlos bien, Leavanny y Lilligant sacarían las buenas y malas cualidades y las anotarían en un papel para su posterior revisión hecha por Xatu. El principal objetivo era convencer a la princesa Snivy de conseguir un novio con el Pokémon que estaba hablando, y por cómo era ella, sería muy complicado. Sería un reto difícil de superar, pero esperaban que valiese la pena. Las entrevistas tomaron su tiempo, todo para conseguir el corazón de la princesa, pero todo era un completo enredo al fin y al cabo.

—¿Cómo es su familia? —preguntó Serperior.

—Muy sencillo, reina Serperior —dijo príncipe Ivysaur de la Zona Pantano—. Somos una familia muy longeva, muchas generaciones están en nuestra sangre, y está para continuar por varios siglos más.

—Interesante —dijo la reina sorprendida— ¿qué te parece, hija mía?

—Mmm… ¿no creen que son muy viejos para seguir mandando? Me los imagino seguir al mandato siendo puros esqueletos, ja, ja.

—¡Oye, no seas grosera con nosotros! —dijo la reina Venusaur de la Zona Pantano.

—Snivy, cuida tus palabras ante los invitados —se quejó la Gran Serperior con su hija.

—Como sea.

El comportamiento de la reina Venusaur le iba a quitar puntos. Xatu observaba todo detenidamente si encontraba alguna particularidad.

—¿Cómo es su reino natal? —preguntó la Gran Serperior.

—Hay mucho terreno para cultivar y cosechar muchas bayas —dijo la reina Gourgeist de la Zona Cosecha.

—Sí —afirmó el príncipe Pumpkaboo— nuestra tierra es muy fértil para que las bayas estén muy deliciosas.

—¿Ustedes trajeron algunas para probar? —preguntó la reina de la Zona Flora.

—¡Por supuesto que sí! Aquí tienen una muestra.

La madre de Pumpkaboo pasó unas bayas provenientes de su tierra a Serperior y Snivy, inclusive a las sirvientas. Probaron un bocado, la reina dio su opinión.

—¡Están muy exquisitas! Se nota que las cosechan con mucho cuidado.

Pumpkaboo y Gourgeist se alegraron por la reseña de la reina por sus bayas, eso le daría muchos puntos a favor. La situación cambió cuando la princesa Snivy dio su opinión de forma seria:

—Están muy amargas.

Eso hizo sobresaltar a su madre. Los invitados quisieron confirmar lo que dijo.

—¿Cómo? ¿Qué dijiste?

—Están muy amargas como para que algún Pokémon con sentido común lo coma a diario.

Enseguida Snivy tiró la baya a medio comer al suelo. Eso ofendió al príncipe de la Zona Cosecha.

—¿Usted no viene acompañado? —preguntaba la Gran Serperior.

—Eh... no, Gran Serperior —dijo Bayleef, príncipe de la Zona Selva.

—¿Tú viniste solo aquí?

—Así es. Ya soy lo suficientemente grande para viajar grandes distancias solo.

—¿Y tú familia?

—Emm… mi padre no pudo venir por… asuntos personales.

—Hmm, te entiendo. Así que viniste aquí para ganar el corazón de mi hija.

—Por supuesto, soy un joven muy… eh… adecuado para su hija.

—¿Tienes algo que puedas destacar?

—Gracias a mi padre, soy un gran luchador. He entrenado desde muy joven para convertirme en un gran guerrero. No es por presumir, pero yo soy el más fuerte de mi especie.

—Vaya, qué modesto eres… —dijo Snivy de forma sarcástica.

Eso no le gustó para nada al Pokémon hoja.

—Así que usted está alegre de conocernos, ¿no es cierto? —habló la Gran Serperior.

—¡Así es, mi reinita! —expresó el rey Ludicolo, rey de la Zona Humedal, mientras bailaba de alegría— ¡Estamos muy contentos de estar aquí y conocerlas en persona! ¡Wacka wacka!

—¿Usted es así de animado?

—¡Claro que sí, wacka, wacka! ¡Con nosotros su vida nunca será aburrida!

El Pokémon realeza lo consideró mientras decía: "Hmm…" con una cepa debajo de su mandíbula. La pequeña serpiente hierba preguntó a Ludicolo:

—¿Y quién es el Pokémon deprimido al lado tuyo? ¿Es su hijo?

Al lado de él había un Lombre, el cual era el príncipe de la Zona Humedal, y su actitud contrastaba radicalmente con la de su padre. Ludicolo afirmó:

—¡Por supuesto que sí, mi princesita!

Lombre dijo a su padre:

—Papá, ¿por qué me trajiste aquí? Yo no quería venir.

—¿Es así su hijo, rey Ludicolo? —preguntó Serperior.

—Emm… no… A veces le gusta mentir como parte su gracia. ¿No es verdad, hijito mío?

—...Estoy tan cansado, me quiero ir a casa… —dijo el Pokémon "alegre".

La princesa y la reina de la Zona Flora quedaron complicadas al ver el contraste de actitudes de los dos.

—¿Qué actividad hacen ustedes? —preguntó la Gran Serperior.

—Con mucho gusto responderé la pregunta —dijo el príncipe Dartrix de la Zona Tropical, al lado de él estaba su padre, el rey Decidueye de la misma zona—. Mi padre y yo somos maestros en la técnica de la arquería. Nuestros disparos de proyectiles siempre dan en el blanco. Nunca fallamos en disparar una flecha.

—Uuuuh —dijo la reina sorprendida

—Ja, no me parece gran cosa —dijo la princesa Snivy—, nadie es perfecto en cuanto a tirar unas plumas a otros.

Los dos invitados sintieron un ligero enojo en su interior por el comentario de la princesa.

La reina y princesa de la Zona Flora estaban tiritando de frío.

—¿Po-po-por q-q-q-qué hace-ce-ce-ce frí-frio aquí tan-tan-tan re-penti-ti-tinamen-men-mente?

Snover y Abomasnow, príncipe y rey de la Zona Tundra respectivamente, estaban presentes. El rey dijo:

—Lo siento mucho, su Majestad y su Alteza, aquí está en verano y mi hijo no puede soportar las altas temperaturas, por lo que tengo que cambiar el clima a uno más adecuado para nosotros. Espero que no le importe.

—Es más, mi reina y princesa —dijo Snover—, tener nosotros a su lado las ayudará a soportar mejor incluso a los inviernos más crudos que existen. ¿No les parece?

La princesa Snivy dijo aun tiritando de frío:

—Eh-eh-eh-eh, si-si-siguien-te-te-te-te.

—¡Pero si estamos aquí por unos segundos! —exclamó Abomasnow.

—¡E-e-el sigui-gui-guient-t-t-te!

—Pe-pero…

—Ya escuchó a la princesa, ¡ahora váyanse! —dijo el comandante Bisharp

—¿Entonces venimos hasta aquí para nada? —se quejó Snover, mientras miraba con desprecio a la princesa Snivy.

—¿Por qué ustedes no se van volando de aquí de una buena vez por todas? —dijo Snivy molesta.

—Hmph, una chica difícil, ¿eh? —dijo Dartrix mientras movía su mechón de pelo— ¿Quieren que yo les haga una demostración de mi puntería?

—¡Por supuesto! —dijo Serperior emocionada.

—Muy bien —dijo él con galantería—, ¿ven ese árbol de bayas que está al fondo? Miren esto.

Dartrix lanzó sus dardos hacia el árbol, le atinó al tronco, y después lanzó otra horda de dardos, para atinarle a las bayas que estaban cayendo. Cayeron cuatro bayas y todas tenían un dardo en ellas.

—¡Increíble! —exclamó el Pokémon realeza.

—Hmph… —dijo Snivy.

—¿Y bien? ¿Qué les pareció la demostración de mi hijo? —preguntaba Decidueye.

—Bueno, yo…

Serperior fue interrumpida por Snivy.

—¿Acaso no ves lo que hiciste? Aquí cuidamos mucho lo que es la naturaleza y tú vienes a lanzar dardos a un árbol y sus bayas. Ahora se van a echar a perder.

El rey y el príncipe de la Zona Tropical se quedaron incómodos por el comentario de la princesa.

—¿Cómo es posible que tu padre sea más alegre que tú, Lombre? —preguntó Snivy— ¿tienes algún problema como que tu madre murió por un accidente o algo así?

Ese Pokémon solo se dedicó a mirar el suelo con tristeza. Su padre justificó diciendo:

—Eh… bueno… mi hijo es un poco emm… está pasando por una etapa donde cree que todo está en su contra.

—Por favor, papá, no digas cosas malas de mí enfrente de los demás, eso me deprime más —dijo su hijo, que después empezó a llorar.

Snivy los quedó mirando con indiferencia por un rato, mientras su madre se preguntaba qué hacer con su hija.

—Hmph, ¿tú madre se comporta así? —preguntó la serpiente hierba—. No me parece una buena figura paternal a seguir.

—¡Te daré una zurra, ya verás! —dijo la reina Venusaur.

—Ya, mamá, cálmate —dijo Ivysaur—, estamos enfrente de la reina de la Zona Flora.

—¡No importa, quiero que reciba su castigo por su mal comportamiento! ¡Lo hice con mi hijo y mira lo bien que se comporta!

—Eso es muy cruel de tú parte, señora —dijo la princesa Snivy—. ¿Por qué estás tan orgullosa de maltratar a su hijo solo para que se porte como es debido?

—¡¿A ti que te importa?! ¡Nadie se mete en cómo educo a mis hijos! ¡Ya verás! ¡Cuando te ponga mis cepas en ti voy a…!

Snivy quedó muy indiferente en cuanto a su comportamiento.

—Entonces era verdad que ustedes llegaron de muy, muy, muy lejos —dijo La reina de la Zona Flora.

—Así es, mi reina —dijo el príncipe Gossifleur—. Viajamos mucho, aunque no lo creas, por aire. Nosotros flotamos gracias al viento.

—Entonces no escatimaron mucho en gastos.

—Sí, pero fuimos casi los últimos en llegar.

—Pero me gustaría que ustedes fueran los primeros en salir de aquí, "los últimos siempre serán los primeros", dice el dicho —dijo Snivy.

A eso no le gustó nada a Eldegoss y a su nieto, se indignaron bastante.

El príncipe Pumpkaboo la miró con desprecio después de ver la baya que su madre dio a Snivy en el suelo a medio comer. Dijo:

—Eh, princesa Snivy, estas bayas fueron cultivadas en las mejores y fértiles tierras y regadas con agua limpia. Las trajimos especialmente para ustedes.

La princesa habló:

—Sí, pues ustedes si tienen un pésimo gusto en cuanto a bayas.

Eso le hizo enojar mucho al Pokémon calabaza. Él gritó:

—¡¿Cómo se atreve a decir eso?!

De forma inmediata Pumpkaboo usó Bola sombra y apuntó hacia la princesa Snivy. Todos los que estaban presentes se sorprendieron. El disparo fue detenido por la Bola de energía/Energíbola de Leavanny. No hubo nadie lesionado.

Bayleef preguntó a Snivy:

—Conque es usted la princesa Snivy, ¿eh? Es un gusto conocerte, a ti y a tu madre.

—Pues a mí no. Me gustaría que te vayas de aquí cuanto antes, tú eres lo suficientemente grande para regresar tú solo a tu casa.

—Hmph. Mi padre me ha contado mucho sobre usted, su Majestad. ¿Eres muy chismosa o me equivoco?

—Bueno, lo he sido desde pequeña. Me gusta saber cosas. ¿Cómo lo sabes?

—Todo se sabe ahora, cualquier noticia sale a la luz y se difunde, como el anuncio que usted hizo para encontrar una pareja a su preciada hija. Es sencillo, se nota mucho incluso a lo lejos.

—Hmm… tienes razón.

La princesa habló diciendo:

—Lo que yo noto es que tienes que bajar más de peso.

Eso le hizo enojar a Bayleef.

—Ustedes son muy buenos actores, ¿sabían? —preguntó la serpiente hierba de forma burlona.

—¿A… actores, dice usted, mi princesita? ¿A qué se refiere, wacka wacka? —dijo el rey de la Zona Humedal.

—Escuche, tenemos a un Pokémon extremadamente alegre, y un Pokémon extremadamente triste. Ustedes son perfectos para una obra de teatro. Ustedes son como para nosotras unos bufones que ni dan nada de gracia.

—¡No estoy bromeando! ¡Realmente me siento mal ahora mismo! ¡¿Acaso usted no tiene empatía conmigo?! —lloriqueaba Lombre.

—Snivy, por favor —dijo la Gran Serperior— míralo como está llorando.

—Qué importa. Actualmente no necesitamos bufones para divertirnos. ¡Qué pasen los siguientes!

—Sí serás, si serás bien bruta conmigo. Ya verás —dijo Lombre de manera rencorosa.

—¿Tanto te interesa eso? —preguntó Dartrix después de tirar dardos a un árbol y sus bayas.

—Claro, soy de tipo planta, y ustedes también tienen que considerar eso. Además, tú pareces muy señorito muy cursi con ese peinado y tu padre parece un delincuente.

—Princesa Snivy —dijo Decidueye intentando mantener la compostura—, no juzgue por la apariencia a simple vista. Que la capucha no te engañe, yo soy un cazador. Lo he sido desde muy joven.

—¿Y usted qué caza?

—Bueno, yo… —Decidueye quedó callado por la pregunta, después giró su torso hacia un lado, inclinó su cabeza hacia abajo, para finalmente tirar los tirantes de su capucha y tratar de esconderse de vergüenza. Su hijo se preocupó por él y miró al Pokémon serpiente hierba con desprecio.

Bayleef dijo después de que la serpiente hierba le dijo que estaba muy gordo:

—No es grasa, es masa muscular. Yo he sido entrenado desde muy joven para próximas batallas. Incluso yo puedo levantar rocas enormes con mis cepas. ¿Quieren que haga una demostración de mi fuerza? Necesito a un oponente para la batalla.

—Sería un gusto verlo —dijo el Pokémon realeza.

—Yo me ofrezco, Gran Serperior —dijo Lilligant.

—Genial, vamos a ver como pelea este muchacho.

Fueron afuera para ver el combate entre Bayleef, príncipe de la Zona Selva y la sirvienta Lilligant de la Zona Flora. La batalla empezó con el Pokémon adornofloral usando Danza de pétalos/Danza Pétalo en el Pokémon hoja, él ingeniosamente usó Látigo cepa en forma de tornado para deshacerse de los pétalos. Una maniobra que sorprendió a la Reina Serperior, mientras su hija todavía estaba indiferente. Después, Lilligant usó Tormenta de hojas/Lluevehojas y Bayleef contrarrestó usando Rayo solar. Ambos ataques colisionaron y creo una gran explosión. La batalla continuó por un rato hasta que uno de ellos no pudo continuar, en este caso, Lilligant. Todos quedaron maravillados por el asombroso poder del príncipe de la Zona Selva. Era un oponente muy fuerte como para vencer a la sirvienta de la Zona Flora.

—¿Y bien? ¿Qué opinan ahora? ¿Soy bueno o qué? —preguntaba él.

—Eres impresionante —comentó la Gran Serperior.

—Sí —dijo su hija—, es impresionante que sigas estando gordo y aun así ganes aplastando a nuestra sirvienta como si fuera un paseo por el parque. No es justo que hayas ganado solo por comer más bayas de lo que deberías. ¡El siguiente!

Eso le hizo enojar mucho a Bayleef, pero ese enojo no se expresó al exterior. Se marchó de ahí enfadado.

—Emm… tú no eres de tipo planta —dijo la princesa Snivy.

—Claro que sí —dijo Sudowoodo quien estaba al lado de su Bonsly—, yo y mi hijo somos orgullosos de pertenecer a los tipo planta. ¿No ves que mi hijo es un hermoso bonsái? Mira esas hojas redondas tan verdes.

—Sí, sí, eso —dijo el Pokémon bonsái.

—Ustedes no se ven como de la realeza —comentó Snivy.

—¿Eso es cierto? —preguntó Serperior.

—Sí somos de la realeza —afirmaba Bonsly —. Somos rey y príncipe de la Zona… Zona… Emm… se me olvidó.

—Sí, mi hijo es muy olvidadizo en ese tipo de cosas.

La reina y princesa de la Zona Flora no sabían que pensar acerca de Sudowoodo y Bonsly. La situación cambió cuando Lilligant vino decirles a ellas.

—Perdón por interrumpir, su Alteza y su Majestad, pero investigué un poco y Sudowoodo y Bonsly no son de tipo planta, son en realidad de tipo roca. Ellos no son familia real, estuvieron mintiendo todo este tiempo.

—¿Eso es cierto? ¿Tenemos infiltrados?

—No… no… Gran Serperior, nosotros estábamos…

—¡Atrápenlos!

—¡Oh, no! ¡Hijo, a correr se ha dicho!

Y los dos Pokémon de tipo roca huyeron lo más rápido posible.

—¡Deténganse, intrusos!

Y los guardias fueron tras ellos.

La Gran Serperior estaba muy complicada por lo sucedido, mientras que Snivy solo se estaba riendo por la ridícula escena de persecución.

La reina Venusaur estaba muy enfadada con la princesa Snivy, quería darle una lección que no olvidaría. Estaba a punto de acercarse para atacar, pero fue detenida por la patrulla Bisharp.

—Ay, por favor, mamá —dijo su hijo avergonzado—, no hagas este tipo de escenas en frente de la reina y la princesa. ¿Podrías comportarte bien cuando estamos con otros Pokémon por al menos una vez? Sé que no te tomaste el té de la mañana, pero no exageres.

—¡Esa princesa necesita que le dé una lección!

Los de la realeza de la Zona Flora y sus encargados vieron la bochornosa escena de la reina Venusaur.

El príncipe Gossifleur dijo:

—No nos subestimes, mi estimada princesa Snivy. Somos un reino muy poderoso y con muchas tierras.

—Un momento, ¿no es su reino el reino que tiene problemas económicos?

—¿Có-có-cómo usted podría saber eso, compañera?

—Las noticias se saben rápido como el algodón que se vuela con el viento.

Esa comparación no le gustó para nada al Pokémon adornalgodón.

—¿Disculpe? —dijo ella.

—Señora, tú no nos a sacar nada de nosotros para que el reino de tu nieto se mejore. Y tú cabello ya pasó de moda.

Eso le hizo pillar a la abuela de Gossifleur. Sus planes salieron a la luz.

—¿Qué se cree ella para decir la verd… digo, conspiraciones falsas hacia nuestro reino?

—No os preocupéis, mi abuelita. Mi princesita Snivy, compañera, yo…

—Y tú forma de hablar es ridícula para el colmo. ¡Siguiente!

—Pero… yo… tú h… ¡Argh, me las pagarás!

Y se marcharon de ahí.

La reina Gourgeist, para calmar a su hijo, usó Rayo de confusión/Rayo confuso en él. Quedó aturdido de forma temporal.

—Oh, ¿qué pasó? No puedo ver nada. —decía él.

—Lo siento su Majestad y su Alteza de la Zona Flora —se disculpó la reina Gourgeist—, mi hijo… eh… mi hijo es muy orgulloso en cuanto se trata de las bayas que cosechamos, por decir, demasiado.

—Mamá, ¿eres tú? ¿Dónde estás que no te veo? —preguntaba Pumpkaboo.

—Estoy al lado de ti.

—Está bien.

Él se dirigió al lado contrario y chocó con la pared. Por alguna razón, quedó noqueado. Su madre dio un gran suspiro. Serperior estaba muy complicada por lo que pasó, casi se produjo una guerra por su hija, la cual se estaba riendo por ver al príncipe chocar contra la pared. Suerte que Leavanny estaba ahí para detener la Bola sombra. El Pokémon realeza estuvo muy pensativa después.

Así fue como concluyeron las reuniones con otras familias reales para conocer a un novio para la princesa Snivy. Para la su madre fue uno de los momentos más bochornosos que tuvo que pasar en su vida, y para el colmo, enfrente de otras familias reales. Ella jamás pensó que su hija fuera a comportarse de manera muy inadecuada. Tenía que castigarla de alguna forma, pero no se le ocurría nada en mente. Las reuniones ya pasaron, ahora tocaba evaluar cuál príncipe era el más adecuado para la pequeña serpiente hierba.