Hola, hola! Ya es fin de semana y eso me hace inmensamente feliz porque es día de actualización. Este capítulo es de mis favoritos y amé escribirlo, espero les guste esta temática de Tom yendo a terapia, Mark tendrá mucha relevancia para la trama, así que tendrán muchos más capítulos de Tom luchando con sus demonios.

Disfruten la lectura.

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Capítulo XI

Peleas y charlas profundas

-Qué estás haciendo?

Tom se sobresaltó y trató de ocultar la hoja en la que había estado escribiendo con su antebrazo.

-Es solo una tonta tarea para Mark.

-Si es para Mark, dudo que sea tonta.

Harry era, de los Potter, el que estaba más al tanto de sus sesiones con Mark, al menos de la propia bica de Tom y aun así muchas de las cosas que hablaba con su psicólogo no se las comentaba a Harry. Eran sus inseguridades, sus debilidades y no quería asustarlo, aun cuando Mark le había dicho muchas veces que no había nada de qué avergonzarse o tener miedo. Pero también estuvo de acuerdo en que, cuando él estuviera listo, le diría a Harry las cosas que él quisiera compartir, que estaba bien guardar secretos, incluso a las personas que más queríamos, si no estábamos listos para compartirlos.

Harry estaba sudado, mucho, había corrido al jardín al escuchar llegar a sus tíos Sirius y Remus. Tom los había conocido unas semanas atrás, Sirius era un Black y de inmediato generó una ola de aprehensión y rechazo hacia él o eso fue hasta que vió que era como un niño de diez años encerrado en el cuerpo de un adulto, luego solo lo consideró un idiota y lo despejó como una x en una ecuación matemática. Remus, por otro lado, era más tranquilo y tenía historias interesantes para contar sobre sus viajes con las manadas de hombres lobo con las que se había topado, los Potter hablaron con él esa noche sobre el secreto de Remus y el hecho de que el ministerio y la sociedad no trataba bien a los de su clase.

El propio Tom no consideró seguro el convivir con un hombre que era mitad bestia, por lo que fue políticamente amable, participó en la conversación y luego se fue. No dispuesto a pasar más tiempo cerca de ninguno de los dos, Harry lo respetó y le dijo que iría a jugar con su padrino. Tom estaba llevando mejor eso de compartir a Harry, luego de hablar con Mark del asunto de la posesividad y el miedo a perder a las personas. Aun estaba allí, pero Tom no explotaba ni se aislaba como la primera vez, lo hablaría con Harry todas las veces que fueran necesarias. Era agotador.

-Veo que lo pasaste bien, todos en realidad, menos tu ropa.

Harry se echó a reír, viendo como estaba cubierto de tierra y con agujeros en los pantalones.

-Mamá va a tener un infarto cuando lo vea.

-Te recomiendo botarlo antes de que lo haga.

Harry hizo una mueca. Pero su atención volvía a estar en el papel, eso sí tenía Harry, era extremadamente curioso.

-Pasa algo?

-Nada.

-Deberías ir a bañarte, apestas a sudor.

Harry sonrió malvadamente y se arrojó sobre él, rodeándolo con sus brazos mientras Tom trataba en vano de sacárselo de encima.

-¡Harry! ¡Apártate! ¡Estás llenándome de sudor! Ugh, eres desagradable.

Ambos se echaron a reír mientras seguían forcejeando hasta que la silla de Tom no resistió y cayeron al suelo. Harry se levantó primero, mientras Tom veía estrellas por darse un golpe en la cabeza.

El sonido del papel y la visión de Harry tomándolo y observando el papel, lo que estaba escrito en él, lo volvió loco, un inmenso miedo e ira se apoderaron de él.

-¡Harry! - le arrebató el papel de las manos- ¡No tienes permiso de leerlo! - Gritó.

Harry se sobresaltó y lo miró sorprendido y arrepentido.

-Perdón, yo solo lo recogí y..

Tom cerró los ojos con fuerza y tomó una respiración profunda. Tratando de calmarse.

-Ve a lavarte, Harry. Quiero estar solo un momento. Por favor.

-Vale, lo siento. Ya me voy.

Tom no lo vió irse, siguió en el suelo con los ojos cerrados y respirando, tratando de calmarse mientras escuchaba sus pasos alejarse y cerrar la puerta de la habitación. Minutos después, cuando abrió los ojos, vió el papel en su mano, arrugado en un puño desigual.

Maldijo entre dientes y lo arrojó lejos. Quizá podría ignorar esa única tarea de Mark.

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Tom entró a la habitación de Harry, para aquel momento su tío y padrino se habían marchado, la cena había sido silenciosa, Harry se mostró un poco decaído, pero ese hombre Black era bueno para sacarle sonrisas, cosa que Tom agradecía, porque sabía que había hecho sentir mal a Harry. De nuevo.

Y esta vez Tom tendría que disculparse, casi podía escuchar la voz de Mark en su cabeza:

- En momentos de ira podemos hacer y decir cosas que no queremos a personas que amamos mucho, por eso debemos aprender a controlar esa ira y darnos el tiempo para calmarnos. Cuando lo hagas podrás pensar con más claridad y no herir a nadie.

-Y qué pasa si los lastimo?

-Entonces discúlpate.

-No me gusta disculparme, me hace sentir tonto.

-No te hace tonto, es valiente y responsable, es hacerte cargo de tus acciones y así es como mantienes relaciones y amistades duraderas Tom. Puedes ganar muchas cosas con unos segundos de incomodidad.

Tom lo odiaba, pero sabía que tenía razón. La realización de ello fue como probar carbón ardiendo. Aun así, sabía que lo correcto era disculparse con Harry, era, después de todo, lo que una persona normal y cuerda haría, lo que una buena persona haría.

Además, Tom necesitaba la amistad de Harry mucho más de lo que Harry lo necesitaba a él y eso era más que claro por su pelea por los celos obsesivos de Tom hacía ese idiota falto de modales, sentido común e inteligencia básica del varón Weasley más joven.

Harry estaba en su cama, con algún libro que muy seguramente hablaba de criaturas mágicas en sus piernas. Subió la mirada apenas entró a la habitación.

Tom se quedó quieto, como un ladrón al ser descubierto, sin saber muy bien que hacer o decir. Apretó sus manos en puños y evitó la mirada verde e intensa de Harry.

-Hola, puedo pasar?

-Puedes.

No levantó la mirada para confrontar a Harry, solo caminó, sintiendo la tensión en todo su cuerpo como si una boa constrictor lo estuviera apachurrando hasta la muerte. Debía dejar de leer sobre serpientes con Harry, tenía suficientes dichos, chistes y frases en su vocabulario común sobre ellas como para ser agradable.

Se sentó en silencio en la punta de la cama, aun sin ver a Harry. Y no dijo nada por mucho, mucho tiempo. Harry no habló, cosa que Tom agradeció, mientras los nervios, la ansiedad e indecisión lo consumían, inexplicablemente estos sentimientos fueron disminuyendo hasta sentir paz, la suficiente como para finalmente hablar.

-Yo.. Siento como te traté más temprano.

Harry emitió un sonido que pudo haber sido burlón y de molestia.

-Está bien, Tom. No estoy molesto contigo, pensé que tu lo estabas, por eso no fuí a tu habitación. Supuse que querrías estar solo un rato.

Tom levantó la mirada y vió los ojos honestos y brillantes de Harry, junto con la pequeña sonrisa tranquilizadora.

Así sin más? Todo con Harry solía ser tan.. Sencillo. - Era desconcertante y a la vez inexplicablemente tranquilizador.

-De igual forma.. Lo siento, Harry.

El niño se encogió de hombros y se acercó a él, gateando sobre las sábanas hasta darle un abrazo roba alientos marca Potter.

-Está bien, sé que últimamente has estado sintiendo muchas cosas. El señor Mark te dijo que era normal si tenías estas explociones.

-Cómo puedes saber que he estado.. sintiendo cosas?

Tom no le había dicho todo a Harry, hablaba sobre sus conversaciones, las más fáciles de digerir, con él. Pero nunca le decía a Harry la culpa que sentía, el miedo, el rencor que lo carcomía, el pánico de terminar siendo un monstruo como su familia. Todas sus emociones eran complicadas, él las entendía porque era inteligente y no es que lo dijera por ser egocéntrico, Tom de verdad era mucho más listo que los niños de su edad, según Mark era un niño superdotado, intelectualmente hablando.

Tom no se había bajado de la nube en días luego de escucharlo.

Harry se encogió de hombros, ignorando que sus palabras habían despertado gran curiosidad y sopresa en él, como cualquier cosa impresionante que Harry hacía. Nunca parecía estar conciente de ello.

-Solo lo siento.

-Lo sientes?

-Sí, como.. Como el frío y el calor.

-Espera, dices que puedes sentir las emociones?

Harry se encogió de hombros. - Mamá siempre ha dicho que soy muy sensible y observador.

Tom también lo creía, Harry lo había sorprendido muchas veces con sus dotes de observador, era atento, algo bastante bueno segun Mark. Harry era capaz de usar lo que aprendía de las personas con solo verlas, para ganarse su favor. Tom supuso que Harry no era tan inocente como se veía, era astuto pero tonto, sin darse cuenta de sus capacidades para meterse a cualquiera en el bolsillo. Como a él, un superdotado con grandes problemas de apego y dependencia emocional hacia un niño de ocho años. Era patético.

-Podrías decirlo así, sí.

-Harry, si o no, sientes emociones?

Harry le rodó los ojos. - No habías venido para disculparte? Por qué te importa si puedo sentir cómo te sientes?

-Entonces puedes?

-Si!

-Harry, no es normal "sentir" las emociones de los demás. Podemos predecir o suponer, según su manera de actuar, pero no podemos sentirlas como el frío o el calor.

Harry frunció el ceño.

-Supongo que será algo mágico entonces.

A Tom se le prendió el foco. - Claro! Debe serlo!

-No estoy entiendo nada de esto.

Tom bajó de su nube de entusiasmo y curiosidad.

-Lo siento.

-Está bien, estás entusiasmado por el nuevo proyecto que supone investigar el sentir emociones.

-Harry.. Qué más puedes sentir?

-Bueno.. Pues todo, aunque usualmente siento cosas cuando son muy fuertes.

-Cómo qué?

-Como.. Cuando estás enojado, cuando llegaste era como una nube relampaguante sobre mi, pero también estabas muy triste. También sentí cuando estabas asustado, aquel día cuando caíste de la escoba.

Cuando la madre de Harry lo había apuntado con su varita y casi sufre un ataque de pánico en la cocina. Tom lo recuerda.

-También sentí tu desagrado un par de veces, pero no sabía lo que era. Se siente como tener el estómago revuelto y querer vomitar. Me dí cuenta de lo que era cuando hablamos de no obligarte a hacer lo que no querías.

-Entonces.. Sentiste cuando estaba molesto en casa de los Weasley y aun así no hiciste nada?

-Creí que estabas molesto por ver a tu madre en el callejón Diagon.

Su madre, el tema que había ocasionado la pelea, volvía de forma tan natural a sus bocas.

-No importa. Qué más puedes sentir?

-Amor. Antes de conocerte, era casi lo único que sentía. Aunque también sentí miedo muchas veces, viniendo de mamá, principalmente.

Tom se sintió avergonzado.

-No debes sentir culpa o pena, me alegra poder sentir como se sientes, así puedo ayudarte. - Harry le sonrió dulcemente, Tom no pudo enojarse.

Y le dió algo en que pensar, siempre que estaba enojado, triste o asustado, estar cerca de Harry lo calmaba. Era como un bálsamo, eran solo sus palabras o algo más?

-Y cómo sabes que no son tus emociones?

Harry pensó aún más esta vez- Se siente como.. Si arrojaran comida sobre mi. Al principio pensé que eran mías, pero no podía explicar cómo podía estar tranquilo leyendo un libro a sentirme extremadamente feliz o enojado, sin una razón.

Tom creyó que era genial, solo.. Genial.

-Y qué haces cuando se vuelve demasiado? Es decir, siempre estás sintiendo emociones que no son tuyas, como lidias con eso?

Tom se sentía como un investigador, pinchando y preguntando al experimento.

Harry siguió respondiendo dócilmente.

-Solo pienso en relajarme, en como deseo que esa persona se calme y deje de sentirse mal, la verdad es que las emociones felices no me molestan.

-Y las personas se calman?

-Usualmente, lo hacen.

-Lo has hecho conmigo?

Harry guardó silencio.

-No me voy a enfadar si me lo dices.

-Experimenté un poco contigo, supongo. Funcionó cada vez.

Tom estaba anonadado, Harry Potter experimentando su don con él? Qué otras cosas ocultaba el niño? Sin embargo, un pensamiento lo golpeó como una bola de demolición, y si Harry solo era su amigo por lástima?

-Para ya! - Harry lo empujó.

-Deja de leer mis emociones!

-No estoy sintiendo nada, pero tu rostro me lo dice. Crees que solo soy amable contigo porque te tuve lástima, no es así.

-No? No comenzaste a hablarme porque me veía patético y solo?

-Fui amable contigo porque desde que supe de ti quise ser tu amigo, me pareció que necesitabas un amigo. Estabas muy triste, pero no fue por lástima.

-Harry, literalmente estas nombrando características que indican que fue lástima.

-Pues para mi no lo fue! De acuerdo? Soy amable con todo el mundo, no solo contigo. Y qué importa? Somos mejores amigos ahora y eso no va a cambiar.

Tom no supo que pensar. Le gustaba la idea de que Harry fuera su amigo por lástima? Porque pudo sentir sus emociones y quiso ayudarlo? Pero tan mal estaba? Tom estaba seguro que, de poder hacer lo que Harry hacía, no se acercaría a nadie ni sería amable. Todo lo contrario, se burlaría y tomaría sus emociones como una forma de chantaje para defenderse de posibles ataques.

-Bien.

-Bien, ahora. Podemos dormir? Estoy cansado.

-Aquí?

-Sí, quiero dormir en mi cuarto. Mamá me preguntó porque no he cambiado las sábanas desde que llegaste.

Tom estaba seguro de que los Potter mayores sabían que él y Harry dormían juntos. Harry lo vió de una manera que le dejó claro que él también sabía.

-Por qué mantuviste en secreto tu don?

-No creo que sea un don y.. Es divertido mantenerlo en secreto. Si le contara a mis padres entonces tendrían mucho cuidado a mi alrededor.

Oh, Tom estaba seguro de que los padres de Harry no querrían que se enterase de peleas entre ellos.

-Y es divertido, tener un secreto así.

-Y por qué me cuentas?

-Porque eres mi mejor amigo, no hay secretos entre nosotros.

Harry se acostó, su cabeza en la almohada y sus brillantes ojos viendo a Tom de una forma que lo hizo sentir desarmado.

-Lo dices en serio?

-En serio.

Tom se acostó a su lado. - Harry.. Algún día te contaré todos mis secretos. Lo prometo.

Harry sonrió y asintió. - Cuando quieras, Riddle. No hay presión, tenemos hasta la muerte.

Tom sintió un calor cómodo en el pecho, saberse acompañado de tal forma, el escuchar a Harry hablar de la perpetuidad de su amistad con tanta calma.. Era reconfortante saber que todo el mundo a su alrededor podría irse, él solo necesitaba a una persona. A Harry.

-Harry?

-Si?- si voz sonó cansada, sus ojos estaban casi cerrados.

-Prometes que siempre estaremos juntos?

-Lo prometo.

-Sin importar qué?

-Cómo qué?

-Como.. Si decido ser malvado.

-No eres malvado.

-Pero y si lo fuera en el futuro?- Harry lo vió muy serio.

-Aun así, yo, Harry Potter, seré tu mejor amigo. Para siempre, no te dejaré solo. Lo prometo.

-Y yo, Tom Riddle, haré lo que sea para ser el mejor amigo de Harry Potter.

Harry rodó los ojos. - No tienes que hacer nada, solo ser mi amigo.

Después de eso, ambos se acostaron a dormir.

Ambos niños sintieron un tirón en el pecho ante sus palabras, seguido de un chasquido, pero ninguno se dió cuenta del juramento que acababan de realizar. No hasta muchos años después.

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Tom entró a la consulta de Mark sintiéndose tenso y ansioso, mientras más tiempo pasaba las conversaciones eran más serias, más profundas y usualmente terminaban llevándolo al límite de sus emociones. Tom presentía que ese día no iba a ser la excepción, se supone hablarían del señor Potter, de su miedo y desconfianza a los adultos. Probablemente, Mark intentaría tocar el tema de su madre, de forma suave.

-Buen día, Tom.

-Buen día - Tom no lo sentía así.

-Cómo estuvo todo en casa?

Tom quería retrasar lo inevitable por el tiempo que pudiera.

-Bien, estuvo tranquilo.

Mark asintió y guardó silencio, Tom sabía que solo tenía poco tiempo antes de que el propio silencio de Tom lo indujera a hablar.

-Puedo hacerte una pregunta?

-Puedes.

-¿Existen magos que pueden sentir emociones?

Mark levantó una ceja.

-Es una pregunta curiosa, un poco sorprendente.

Entre sus palabras Tom sabía que estaba implícito el "estás evadiendo la conversación que tenemos pendiente".

-Y de dónde viene esa curiosa pregunta?

-Solo tengo curiosidad.

-Bueno.. Puedo satisfacer un poco esa curiosidad y luego tu y yo podemos hablar de la tarea del martes. ¿Te parece bien?

Tom lo vió como un desafío.

-Bien.

-Bien. Bueno Tom, existen magos que tienen una capacidad para sentir las emociones de los demás a su alrededor. Se les llama "empáticos", pero no como el término Muggle. Se trata de magos capaces de sentir las emociones de las personas que están a su alrededor, usualmente cuando estas son bastante intensas.

-Y es posible que puedan manipular las emociones?

Mark alzó una ceja.

-Sí, algunos podrían hacerlo. Pero los magos con estas capacidades son inusuales, algunos solo pueden sentir las emociones, nada más, otros pueden influir en ellas y hacer que la persona cambie su humor bajo sus deseos. Puede ser peligroso incluso, el ser empático, es como.. Lanzar un embrujo sobre alguien, solo que no tan intenso, sin embargo, hay casos en donde la persona podría oponerse a sus sentidos si lo encuentra ilógico.

-Es como arrojar una maldición imperius. - señaló Tom. El niño vió como Mark no estaba muy contento con su comparación, después de todo, se supone que los niños no deben saber de esas cosas. Tom lo ignoró. - Y es peligroso para la persona? Es decir, para el empático?

-Es peligroso cuando el mago en cuestión comienza a crecer junto a su núcleo mágico, por lo que su percepción de las emociones de los demás crece. Pueden llegar a ser influenciados por las emociones de los demás, si estas son muy intensas, incluso, si no son conscientes de su capacidad, pueden confundir estas emociones como propias y actuar en base a ellas.

Tom se tensó en su asiento.

-Es por esa razón que, al descubrir que un mago es empático, se le enseña el arte de la magia mental, como la oclumancia, para generar escudos mentales que mantengan a raya la percepción de las emociones ajenas.

Tom asintió.

-Satisfecho ahora con la información?

-A duras penas, me gustaría hablar más del tema.

-Podemos dedicar unos pocos minutos de cada día a hablar de temas que te parezcan enriquecedores. Pero por ahora, hablaremos de tu tarea.

Tom suspiró, irritado.

-Te molesta el tema del que vamos a hablar?

-No quiero hablar de él, es innecesario.

-Es necesario Tom, el sanar tu relación con los adultos y la desconfianza que estos te generan.

-Y para qué? Cuando crezca eso no va a importar.

Tom solo estaba ganando tiempo, negándose a hablar dando mil y un excusas, aunque todo era verdad. No veía el sentido de sentarse a hablar con Mark sobre sus relaciones personales. Había cosas que simplemente estaban fuera de la ecuación, como el tema de Marvolo y Morfin, como la noche del 21 de Diciembre, como su madre.

-Importará porque estarás rodeado de adultos y tú mismo serás uno, debes tener relaciones y convivir con ellos para todo.

-Puedo convivir, pero no tengo que confiar ni ser amigo de ellos. Muchos adultos son falsos y mentirosos, incluso con las personas que ellos llaman "amigos", por qué no puedo yo saltarme esos modos inútiles de integrarme a la sociedad?

Mark suspiró y se echó hacia adelante en su silla.

-No todos son iguales, Tom. No puedes juzgar a todos por las acciones de unos pocos.

-Eso suena a una frase tonta de revista, Mark.

-Aunque lo haga, es un hecho. No todas las pociones hacen lo mismo, aun cuando tienen ingredientes similares. No lucen ni huelen igual.

-Son pociones, no personas.

-Aplica lo mismo. Por ejemplo, cuando hablamos de tu tiempo en Wools.- Tom se tensó y miró a Mark con ojos asesinos. Se arrepentía tanto de haber dado esa información, pero era eso o hablar de Merope, Tom negoció con esa historia. - Dijiste que todos los niños eran crueles, tontos, mal intencionados y manipuladores. Y ahí tienes a Harry, que es listo, amable y un buen amigo.

Tom quiso rodar los ojos. Mark siempre usaba a Harry para hacerlo entrar en razón, era molesto.

-Y ahí tienes a sus padres, que, como tú mismo los has descrito son: amables, agradables e incapaces de maltratarte a ti o a Harry. Y a la vez, son adultos. Entonces.. ¿No crees que pueden existir las excepciones?

Tom solo se encogió de hombros, no dispuesto a responder.

-Como hablamos el martes Tom, la confianza, el tener otra persona en la cual apoyarse es importante. No solo para tomar provecho de lo que pueden ofrecer. Tener vínculos emocionales con otras personas ayuda a nuestra autoestima, incrementa nuestra felicidad, reduce el estrés y nos otorga una sensación de seguridad, de soporte.

Tom sintió que Mark estaba tratando de venderle la idea, como esos comerciales de la tele que pocas veces pudo ver al visitar la oficina de la señora Cole en Wools, Tom era capaz de escuchar los comerciales y la voz fuerte y odiosa de la mujer, al mismo tiempo. Era un sonido que le ponía los pelos de punta, le hacía doler el estómago y sus músculos tensarse.

-No me siento relajado cerca de las personas.

-Bueno, no todo el mundo se relaja alrededor de todos. Solo de aquellos con los que siente confianza.

-Y no me siento relajado tratando de darles mi confianza.

Mark asintió.

-Dime, Tom.. ¿Seguirás dándole vueltas al asunto para no hablar sobre tu tarea?

-Estamos hablando de la confianza, no veo cómo es eso darle vueltas al asunto.

-En efecto, he aprendido cosas de ti en la conversación.

-Pues entonces no ha perdido su tiempo.

-Nunca hablé de perder el tiempo, quizá tu pienses que es así. - Mark alzó una ceja. Tom sintió que había caído en su propia trampa.

-No lo hago, solo era un comentario.

-Bien entonces.

Se quedaron en silencio.

-No hice mi tarea, no tuve tiempo, solo me dió dos días, no es suficiente.

Mark asintió. - Es cierto, pero puedes comenzar a trabajar en eso desde ahora y cada sesión podemos hablar un poco sobre lo que descubras. Tendrás más tiempo ahora que viene el fin de semana.

Tom guardó silencio.

-¿Hay algo de lo que quieras hablar?

-Tuve una discusión con Harry, me enojé y lo eché de mi habitación, luego me disculpé y tuvimos una conversación agradable.

-Eso es bueno, cómo te sentiste al solucionar las cosas?

-Me sentí bien, más controlado.

Mark sonrió.

-Y por qué pelearon Harry y tú?

Tom se arrepintió de sacar el tema.

-Harry vió algo en lo que estaba trabajando, no quería que lo viera. Me enojé, porque él es.. Harry no suele respetar la privacidad y es muy curioso, pero creo que tendrá más cuidado, después de lo que pasó.

-Bien, recuerda que debes hablar de las cosas que no te gustan, Tom. Poner límites no es malo, es enseñar a la persona como quieres ser tratado, qué te gusta y que no. Y de la misma forma tú debes aprender eso del contrario. Así su amistad podrá florecer y ambos se entenderán mejor.

Tom asintió, aquello fue demasiado meloso de escuchar.

-Bueno, el día de hoy ha sido interesante y ha puesto muchas cosas en perspectiva.

-Por qué presiento que me darás más tarea?

Mark se echó a reír.

-Podrás trabajar en esto con calma. Trabajaremos en tu confianza a las personas y tu miedo a los adultos por un tiempo. De acuerdo? No nos apresuramos.

Tom se sintió un poco más calmado.

-Lo que quiero que hagas, Tom. Es que, cuando estés con los Potter, seas honesto, dí lo que sientes y piensas, no tiene que ser todo o de inmediato. Puedes comenzar con cosas pequeñas, de acuerdo? Cómo pedir una segunda rebanada de pastel cuando la quieres o decir que no cuando algo no te guste, sin que Harry lo haga por ti, está bien?

-Y eso de qué servirá?

-Eso, te permitirá sentir seguridad y confianza de expresarte, sin miedo a ser juzgado o a recibir castigos por ello.

-Y si me castigan o me odian? Si digo todo lo que pienso pensarán que soy un monstruo.

-Yo te escucho dos veces por semana desde hace meses y no pienso que seas un monstruo.

-Eso es porque el ministerio te paga, me ves como un saco de oro.

-Luego trabajaremos en tu amor propio y tu autopercepción.

Tom rodó los ojos. Pero anotó la palabra "autopercepción" en su cabeza, para buscarla en el diccionario cuando llegara a casa.

-Y quiero que comiences un diario. - Tom bufó. - Escribirás tus pensamientos en el, al menos dos veces por semana. Cada que algo te moleste, algo que no quieras compartir, o cuando no puedas decir algo por temor, lo vas a escribir. No tienes que hablarlo conmigo si no quieres, ni con nadie. Es solo para ti.

Tom tendría que aprender unos hechizos de seguridad primero. No confiaba en que nadie tratara de leerlo.

-Y de qué sirve escribir si no le contaré nada de lo que escriba?

-Porque lograrás sacarlo de tu cabeza, Tom. Te ayudará a comprender mejor cómo te sientes y a desahogarte con algo que sabes que no te juzgará, ni te rechazará, ni contará lo que le cuentes.

Tom lo vió bastante atractivo.

-Está bien.

Mark asintió.

-Bien, creo que hoy terminaremos antes. Nos quedan solo diez minutos.

Tom se puso de pie.

-¡Entonces me voy!

-Bien, hasta el próximo martes!

-Por desgracia.- dijo Tom antes de cerrar la puerta y salir al pasillo del piso de salud mental de San Mungo. Los Potter mayores estaban sentados en la sala de espera, como cada martes y jueves. Al verlo llegar dejaron de leer, el señor James tenía una revista de Quidditch y la señora Lily estaba leyendo un libro Muggle llamado Cumbres Borrascosas. Tom lo encontraba poco atractivo, pero mejor que la revista del señor Potter.

-Hey! Saliste antes. - Saludó el señor Potter, últimamente Tom podía notar ese brillo de ansias en sus ojos cada que iniciaba una conversación con él. No le gustaba.

-Sí, hoy fue tranquilo.

Miró a la señora Potter, con su sonrisa cálida. Igual a la de Harry.

-¿Y te fue bien hoy?

-Bien. - Asintió, sin decir nada más.

-Bueno, qué te parece si hoy cenamos hamburguesas? James y yo estábamos hablando de comprar helado y ver una película en casa. ¿Te gustaría?

No era una mala idea, Tom preferiría estar en su habitación, asimilando el día de terapia. Pero la sesión con Mark no había entrado a terreno escabroso y aunque lo detestaba, sabía que debía esforzarse por hacer su tarea y eso era convivir con los padres de Harry. Tom sintió molestia, no era suficiente con hacer pociones con la señora Lily en su laboratorio cada semana?

Claro que después de las primeras clases Tom demostró que había leído el material y ya no permitía que se le acercara tanto, habiendo escarbado sus malos recuerdos con Mark, ya no se sentía tan cómodo con la mujer. Aun así, Tom le tenía un gran aprecio, más que al señor James. La señora Lily le gustaba, era dulce con él, le sonreía, le daba libros de pociones y le enseñaba.. Y Tom odiaba esa parte débil de él, odiaba cómo estaba buscando afecto en la señora Potter porque su madre nunca le había hecho sentir así.

Y no había corregido a esa mujer en la tienda de ropa, cuando lo llamó su hijo.

Pero era peligroso, tenía miedo de encariñarse y que la señora Potter terminara siendo otra decepción. Algo que no pensaba contarle a Mark, no por mucho tiempo, al menos.

-Está bien.

-Bien, tenemos algunas opciones. Veremos dos películas, así Harry puede elegir una y tu otra. - Esta vez, el señor James habló. Era como si los dos hubieran ensayado la conversación, Tom no pudo pensar que el señor James se veía patético persiguiendo la atención de un niño de nueve años.

Lo está intentando, no seas duro con él.

Debía dejar de escuchar la voz de Mark en su cabeza.

Él asintió. - Está bien.

El señor James sonrió, Tom vió que estaba nervioso pero parecía ser sincero. Le divirtió lo mucho que se parecía a Harry con ese gesto.

-Bueno, vamos a casa entonces.

Tom los siguió hasta las chimeneas y respiró profundo. Le esperaba un fin de semana estresante con todos los deberes que Mark le había dado.