Mai Hime y todos sus personajes pertenecen a Sunrise
Aquí vamos con otra aventura, espero les guste…
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Los rostros de Natsuki
Capítulo 1. Tanabata
El séptimo día del séptimo mes había llegado por fin y en Japón todas las personas salían de sus casas portando frescas Yukatas.
Los árboles de bambú portaban los deseos de las personas, sus deseos de amor más anhelados.
Se tenía la creencia de que el único día al año en que la princesa Orihime se encontraba con su amor, de la dicha concedía los deseos de todas las personas.
Este año no sería la excepción, al igual que todos los demás escribí y rogué para que mi deseo se cumpliera de una buena vez y así poder estar más cerca de la persona que amo.
Anteriormente no había funcionado, pero yo nunca perdía la esperanza de que algún día ella pudiera responder a mis sentimientos. Eso me haría sentir la mujer más dichosa sobre la tierra.
Esa noche el cielo estaba a rebosar de estrellas, una vista hermosa que merecía ser admirada como es debido.
Decidí tomar un mantel y salir al jardín que estaba completamente desierto. La oscuridad de la noche hacia dificultoso mi camino pero aún así parecía como si la luna guiara mis pasos.
El césped estaba húmedo y yo caminaba descalza, disfrutaba de esa agradable sensación sobre las plantas de mis pies. Acomodé el mantel y me acosté sobre él para admirar el panorama. Pudieron pasar horas o minutos, en realidad no lo sabía, no tenia reloj.
Solamente podía pensar en ella, el amor de mi vida, la única chica que realmente he querido de verdad. Mi eterno amor no correspondido. Mi sueño, mi vida. Su nombre Kuga Natsuki. Ella era todo lo que siempre había querido. Pero, por desgracia, para ella solamente sería una amiga, su amiga más fiel. Daría lo que fuera por cambiar eso y que tan solo por una vez, me diera una oportunidad de llegar a su corazón.
– Ohh pequeña estrella… si pudieras cumplirme un deseo…
La puerta de la casa se abrió y silencié mi petición por admirar unos delicados ojos esmeraldas. Los ojos de esa chica tan especial.
– ¿Qué haces aquí tan noche? – Me preguntó extrañada.
– ¿Ara?
– ¿Qué haces?
Señalé el cielo a modo de respuesta.
– Las estrellas están particularmente hermosas hoy
– No me digas que también crees en esas tonterías.
– ¡Ara!... ¿Tonterías?
– Lo de la leyenda y eso del tanabata…
– ¿Te gustaría recostarte? – Me recorrí un poco para dejarle espacio, de momento pensé que se negaría a mi invitación, como tantas otras veces, pero para mi sorpresa se recostó a mi lado con las manos sobre su nuca – ¿A caso Natsuki no tiene algún deseo que pedir?
– En realidad no… – Contestó en medio de un bostezo.
– ¿De verdad? – Siempre hay algo.
– No, los deseos son malos. Eso puede ser peligroso – Me miró a los ojos una milésima de segundo antes de mirar hacia esos destellos brillantes.
– ¿Natsuki puede ser más especifica?
– Mi madre siempre dice que hay que tener cuidado con lo que deseas porque se podría hacer realidad…
– ¡Ara!... pues a mí me gustaría que mis deseos se hicieran realidad – Desde que la conocí, hubo algo que me atrajo profundamente, desde que la conocí solo he tenido en mi mente un propósito.
– Por favor, no empieces…– Me dijo nerviosa.
– De verdad Natsuki ¿No te gusto? – Le pregunté y me miró en efecto nerviosa – ¿Ni siquiera un poco?
– No – Me dijo con el rostro colorado.
– Pues tú me encantas… – Le dije incorporándome para mirarla.
– Shizuru…. – Natsuki evitó mi mirada un tanto alterada.
– Natsuki… no puedo evitarlo, te amo… – La peliazul se incorporo nerviosa – Perdón, sé que es irresponsable de mi parte decirte estas cosas… – Volví a recostarme – No te vayas.
– Yo…
– Quédate… por favor, ya no molestaré – Le dije con tristeza.
Para mi sorpresa la peliazul volvió a recostarse a mi lado.
Miramos las estrellas en silencio unos minutos. Natsuki siempre esta conteniéndose, me gustaría saber qué pasa por su mente. ¿Qué misterios esconde?
Me gustaría…
Pequeña estrella, si pudieras cumplirme un deseo.
Me gustaría "Conocer verdaderamente a Natsuki".
Justo en ese momento, justo cuando pensaba esas palabras una estrella fugaz atravesó el cielo…
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Detesto los días festivos, todo el mundo deja botado el trabajo para regresar pronto a casa y solo unos cuantos tenemos que ir a hacer guardias. Para variar me tocó a mí.
Cuando salí de la pequeña oficina ya había anochecido y llovía incesantemente. Busqué en vano mi paraguas por diez minutos. Afortunadamente mi departamento estaba muy cerca de la oficina.
Caminaba por la oscura avenida, mientras escuchaba el pitido de los autos. Me sentía muy alegre de no necesitar un transporte y quedarme horas atorada en el tráfico.
Cuando llegué a casa mi cabello escurría, ignoré el alboroto que se estaba presentando en la entrada y corrí por una toalla. No quería enfermarme ahora que por fin tendría vacaciones.
Bajé para encontrarme con los demás. Parecía magia pero la lluvia había cesado. Ella no estaba por ningún lado, así que comencé a buscarla discretamente. La encontré acostada en el jardín trasero. Contemplaba el cielo, parecía un ángel haciendo que su cabello castaño se desparramara sobre aquel grueso mantel.
– ¿Qué haces aquí tan noche? – Le pregunté quebrando el silencio.
– ¿Ara? – Shizuru parecía muy concentrada hace unos minutos.
– ¿Qué haces? – Volví a preguntarle y ella me señaló el cielo rebosante de estrellas.
– Las estrellas están particularmente hermosas hoy.
– No me digas que también crees en esas tonterías – Le pregunté a la castaña que siempre había admirado como una persona más bien conservadora.
– ¡Ara!... ¿Tonterías?
– Lo de la leyenda y eso del Tanabata… – Claro que es una tontería. Bueno al menos para mí, pero Shizuru siempre ha sido muy tradicionalista ahora que lo pienso.
– ¿Te gustaría recostarte? – La castaña me hizo espacio y me recosté a su lado – ¿A caso Natsuki no tiene algún deseo que pedir?
– En realidad no…
– ¿De verdad? – Me miró incrédula.
– No, los deseos son malos, eso puede ser peligroso
Lo aprendí cuando mi madre me hacia castigo por resarcimiento. Saeko siempre sabía cómo hacer que las cosas se torcieran.
– ¿Natsuki puede ser más especifica?
Esa lección la aprendí hace mucho. Quizá la primera vez que aprendí a reflexionar lo que pedía fue cuando la estuve fastidiando con que quería ver toda la tarde la televisión. Finalmente Saeko se harto, puso un silla frente al aparato, yo me sentía tan feliz que estaba saltando, lo recuerdo bien, prendió la Tv y con la mayor frialdad del mundo me dijo: – "Hay esta tu televisión, vas a verla toda la tarde". La muy manchada me puso el canal de noticias y no me dejo cambiarle, como la deteste ese día.
– Mi madre siempre dice, que hay que tener cuidado con lo que deseas porque se podría hacer realidad…
Como ese día en el que fingí estar enferma para no ir a la escuela, como toda inocente niña me pinte puntitos rojos en la cara con un plumón y me dejo en cama todo el día, jamás olvidare los asquerosos menjurjes que me preparó ¡Y las inyecciones! Me dijo: – "Querías estar enferma, ahora vas a ver como se sienten los enfermos".
– ¡Ara!... pues a mí me gustaría que mis deseos se hicieran realidad – Shizuru me miró de esa forma.
Desde hace tiempo ella se me insinúa, me dice que le gusto y bueno nosotras ya no somos unas niñitas pero creo que no estoy lista para una relación de ese tipo.
– Por favor no empieces… – Le supliqué de un modo más bien no tan convincente por que la castaña insistió.
– De verdad Natsuki ¿No te gusto? – Si… pero…. – ¿Ni siquiera un poco?
– No –Dije finalmente.
Lo cierto es que no las mujeres no van conmigo, pero esta chica tiene algo que me atrae, aunque no… ¡No lo admitiré nunca! Nadie debe saber que estoy dudando.
– Pues tú me encantas… – La castaña se incorporó y me miró con ojos de corazón.
– Shizuru… – A veces quisiera estar todo el tiempo con ella, es una extraña sensación, pero cuando se pone así, me dan ganas de correr.
– Natsuki…no puedo evitarlo, te amo…– Escucharla decir eso me ponía los nervios de punta – Perdón, sé que es irresponsable de mi parte decirte estas cosas… No te vayas – Me dijo adivinando mis futuros movimientos.
– Yo… – Nunca se que decir en estas situaciones. Es que sencillamente no sé cómo reaccionar, siempre he pensado en Shizuru como mi mejor amiga, aunque yo por ella siento algo más intenso que no logro definir.
A veces creo que sería mejor darle un beso y no hablar más del asunto, pero lo cierto es que me aterra perderla, he tenido un par de romances y nunca han terminado bien y ella es especial para mí.
– Quédate… ya no molestare– Volví a recostarme, no quería irme.
Conozco a Shizuru desde que iba en la secundaria, es un año mayor que yo y ella siempre ha estado a mi lado, cuidándome y apoyándome con todo lo que necesito. Para mí era más que una amiga, era la persona en la que más confiaba, o quizá la única en la que confiaba verdaderamente.
Cuando terminaba el segundo grado de instituto tuvimos una prueba de fuego. Una alumna de primero expuso los sentimientos que Shizuru tenía hacia mí. Dijo cosas que me sacudieron por completo, dijo que yo le gustaba a Shizuru, que por eso siempre estaba cuidándome y que ella me miraba con otros ojos, que me amaba en secreto y que un día que estuve en la enfermería Shizuru me había besado mientras yo dormía.
Claro que me saco de onda pero como era lógico no le creí, no quería creerle nada.
Shizuru era mi mejor amiga y estaba segura que eso no era verdad, pero entre más hablaba esa chica Shizuru se veía acorralada hasta que finalmente la castaña le soltó una tremenda bofetada que la hizo llorar, la chica se fue corriendo bastante lastimada y yo bueno estaba confundida cuando Shizuru se quiso acercar a mi le grite aterrorizada y vi en su mirada el dolor de ser rechazada.
Shizuru estaba quebrada, se fue llorando y yo me sentí de lo peor. Primero tuve que asimilar todo y después la busqué. Obvio, Shizuru era un lazo que jamás quería perder pero no sabía cómo comportarme, era extraño e inesperado, jamás me di cuenta.
La castaña ya no era la misma de antes, incluso me evitaba y no sabía cómo resolverlo, lo único que quería era que las cosas fueran como antes. No me importaba que Shizuru fuera lesbiana, solo quería recuperarla. Obviamente como amiga.
Y bueno no fue fácil, tuve que hacer algo desesperado y digo desesperado porque sabía que haría el ridículo frente a toda la escuela. Durante el festival escolar me infiltré en el escenario con la ayuda de la persona más escurridiza y tramposa de toda la escuela, una amiga de la infancia mejor conocida como Yuuki Nao.
– Tengo pánico escénico – Le confesé cuando entramos por la puerta trasera al auditorio
– Imagínalos desnudos – Me dijo la araña atrancando la puerta. Había que admitir que para las cuestiones fuera de la norma Nao era una maestra.
– No la veo. – Le dije nerviosa a Nao antes de subir al escenario.
– Ella está ahí ¡Kuga ya métete! – Y la araña me dio ese empujón al escenario.
Así de desesperado fue el plan, una vez en el escenario tome mi guitarra y creo que dije: "Shizuru esto es para ti…" y comencé a cantar para la presidenta, en parte muerta de vergüenza pero con el objetivo bien firme, afortunadamente nadie ser burlo de mí, al parecer lo hice bien a pesar de mi nerviosismo porque todos me aplaudieron.
Afortunadamente no nos castigaron, solo tuvimos una amonestación por presentarnos sin previo registro en el festival y bueno después de eso, hacer el ridículo me sirvió para tener una segunda oportunidad con la presidenta. Quedamos nuevamente como amigas y después estuvimos lejos un tiempo mientras cursábamos la universidad, claro que nunca perdimos el contacto y nos frecuentábamos cada que podíamos.
En cuanto terminamos la escuela comenzamos a vivir juntas. Bueno, yo rentó una habitación en su mansión al igual que otras personas, aunque tiene bastante tiempo que dejó de cobrarme una renta.
Y ahora que somos más maduras Shizuru no se molesta en disimular lo que siente por mí, aunque sigue poniéndome los pelos de punta sabe que siempre voy a estar a su lado, porque lo cierto es que la quiero.
No creo en estas cosas, definitivamente no creo en las leyendas pero me gustaría… si pudiera pedir un deseo… quizá sería "Poder mostrarme ante Shizuru sin reservas" y…
Espero que esa estrella fugaz no se lo haya tomado enserio…
N/A: ¿Será que los deseos se vuelven realidad? ¿Qué le aguardará a Shizuru y a Natsuki? No te lo pierdas. Y si te gustó deja tu opinión en la caja de reviews. ¡Ja ne!
