Los personajes de Ranma no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.
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De un empujón abro la puerta del vestuario accediendo al mismo con sus largas piernas agarradas a mi cintura mientras la sujeto por los muslos con firmeza.
Ser el campeón invicto del torneo tiene unos cuantos beneficios y este es uno de ellos, un vestuario privado completamente equipado para prepararme tranquilo, alejado del ajetreo y el bullicio que se instala en el estadio cada vez que ocurre uno de estos eventos.
Nos llevo con pasos firmes hasta que su espalda choca contra una de las paredes y me jacto de la fuerza de mis piernas para retenerla en esta posición.
Nuestros labios no dejan nunca de tocarse, nuestras lenguas se enredan y quieren recorrer y rebuscar en cada recoveco de la boca del otro generando una chispa que recorre con intensidad a través de mi espina dorsal.
Llevo mis manos hacia adelante para introducirlas bajo su camiseta y poder entrar en contacto con la sedosa piel de su vientre, arrastro mis dedos sobre el mismo de manera lenta buscando marcar a fuego cada una de mis caricias provocando que sus pequeños vellos se ericen, levanto la camiseta y la ayudo a quitársela despojándola de la prenda queda en sujetador dándome un increíble acceso a sus pechos, apresuro el recorrido de mis manos hasta su espalda para desabrochar el sujetador permitiendo que sus pechos queden libres y expuestos frente a mí.
Con la firmeza que me caracteriza juego con mis manos y dedos apretando un pezón, luego otro arrancándole un jadeo, despego mis labios de los suyos y recorro con mi boca el camino que lleva a su mandíbula y cuello, aplico un poco más de mi fuerza sobre sus muslos para elevarla sobre la pared y permitirme esta vez tener sus pechos a mi altura e introduzco uno de ellos en mi boca, succiono, lamo y muerdo su pezón, jugueteo con mi lengua alrededor de uno luego del otro mientras ella recorre mi nuca con sus uñas clavándolas en mi piel con cada mordisco.
—Ranma — habla con su voz enronquecida por el placer.
Desprendo mi boca de su pecho con un sonido de succión dejando un rastro de saliva en él.
— ¿Qué necesitas Akane? — exhalo mi aliento caliente en el hueco entre su clavícula y cuello, aquella zona erógena que he logrado descubrir la vuelve lava líquida entre mis brazos.
—A ti dentro de mí, por favor.
—Tus deseos son órdenes, siempre.
Le permito descender hacia el piso unos instantes para despojarme del gi por completo y desnudarme mientras ella se quita esa corta falda que me tuvo en vilo desde que la vi utilizándola.
Cuando quedamos sin nada de ropa que se interponga entre nosotros se abalanza sobre mí y sus pequeñas manos toman mi miembro con fuerza bombeando unas cuantas veces, como si fuese necesario hacerlo para que se endurezca más, sus suaves labios besan y lamen mi pecho, su saliva se mezcla con el sudor producto del esfuerzo y los recientes combates.
Muerde uno de mis pezones provocando una intensa descarga que se instala en mi erección y es cuando pierdo el control, la levanto por la barbilla para que nuestros ojos se encuentren y procedo a tomar con ferocidad sus labios una vez más, nuestras bocas y lenguas se enredan mientras vuelvo a elevarla sobre mi cintura pero ahora la llevo hasta la ducha, donde abro los grifos provocando que el agua caiga sobre nosotros al mismo tiempo que me entierro en ella tan profundo y tan duro, nuestras bocas jamás dejan de contactar al igual que su espalda que en ningún momento deja de golpear contra los azulejos de la ducha cada vez que me entierro en ella.
Con sus manos tras mi espalda y sus uñas presionan mi carne provocando ese éxtasis entre el placer y el dolor que tanto me encanta vivir con ella, sólo con ella.
Nos acoplamos de manera perfecta, encajamos como piezas de un puzle durante el acto y con unos cuantos embistes logro tocar su punto exacto provocando que tiemble bajo mis manos, acelero mi ritmo y luego de unos embistes más ella alcanza su clímax y a los minutos la sigo derramándome en su interior.
Nos quedamos besándonos suavemente buscando recuperar el aliento aún con el agua cayendo entre nosotros tratando inútilmente de aplacar el calor luego del encuentro.
—Sabes que amo a los niños pero considero que necesitamos más intimidad — despego mi boca para besar la comisura de sus labios sobre esa bonita sonrisa que se extiende en su rostro.
Entrecruza sus brazos a través de mi cuello para traerme más cerca.
— ¿No son de tu agrado estos encuentros furtivos en el vestuario, señor Saotome? — deja un leve mordisco sobre mi labio inferior provocando que mi erección se despierte para una siguiente ronda.
—Son mis favoritos, señora Saotome.
Vuelvo a arrinconarla contra la pared y a besarnos desquiciados como los adolescentes que hace tiempo fuimos, discutiendo por todo pero amándonos tan profundamente y de manera furtiva.
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¡Hola! ¿cómo están? primero que nada quería comentar que este fic participa para la dinámica de #Sextember4 para la página Fanfics y Fanarts de Ranma Latino.
Sí, se que ya no es Septiembre y estoy llegando tarde pero no quería quedarme sin participar en esta dinámica, aquella por la cual comencé a escribir en 2021 y me dió muy buenos momentos.
La realidad por la que me atrasé esta vez fue una sumatoria entre falta de tiempo para sentarme a escribir y cuando lo hacía escribí varios borradores pero ninguno me gustaba ni convencía al 100% por lo que me costó y MUCHO poder sacar este drabble.
No se cuánto más siga escribiendo, tengo muchas ideas en mi cabeza de historias lindas románticas de misterio e incluso con mucho mucho lemon pero a veces no encuentro motivación real para hacerlo, veremos que sale en la próxima si es que hay otra vez, mientras tanto les agradezco de corazón como siempre a los que me siguen y leen hace tiempo, les tengo un enorme aprecio, les mando miles de besos y que tengan un excelente fin de semana.
¡Que nos volvamos a ver! (L)
