El día que se conocieron fue lluvioso y caótico, la primera impresión fue extraña y se convirtió en inicio de aquella bizarra relación que ya todo el mundo conocía, y de la que todos a sus espaldas hablaban.

Algunos opinaban que en realidad necesitarían encontrar cada uno una pareja con la cual se pudieran llevar bien, y muchos otros eran de la idea de que aquella relación era como los amores apaches, que en realidad se amaban mucho y el día que lo llegaran a aceptar sonarían las campanas de boda.

En todo este tiempo muchos de los que los conocían atestiguaban un sinnúmero de escenas por parte de los dos prometidos; las amigas y compañeras de estudio de Akane decían conocerlos a detalle, ya que en la escuela hacían cada escena como una pelea de pareja y llegaron a la conclusión de que quizá ya estaban casados desde hace tiempo y la familia lo ocultaba.

Para Ukyo, Kodachi, Shampu y Kuno el concepto era muy diferente, porque la perspectiva de ellos era relativamente más cercana, y sabían que debido a esa relación tan quebrantada podrían en cualquier momento intervenir y separar ese compromiso; era una competencia por ver quién lo lograría de una buena vez, ya que sin duda ellos eran rivales amorosos muy tercos.

Ryoga era un poco la excepción, porque al ser la mascota de Akane tenía otro panorama, y le echaba toda la culpa a Ranma por hacer sufrir a Akane, en definitiva, él sería un mejor partido para ella a su parecer.

Dentro de la misma familia cada integrante tenía la seguridad de saber y conocer todo sobre ellos dos:

Para los padres de ambos era un acuerdo pactado, pero en el fondo estaban resignados a que posiblemente nunca se llegaría a concretar dicho convenio, los dos jóvenes no colaboraban en lo más mínimo, al contrario... se despreciaban.

Las hermanas de Akane y cuñadas de Ranma por su parte los observaban sufrir a cada uno a su manera, se daban cuenta de lo mal que lo pasaban, pensaban que su padre había actuado mal al aceptar dicho convenio de compromiso; aunque Nabiki quería hacer apuestas con Kazumi a que en cualquier momento ambos se confesarían, juego al que la mayor de las hermanas Tendo no quería entrar obviamente.

Lo que nadie se imaginaba era que había una testigo, que yacía quieta, silenciosa y sin ningún tipo de prejuicio; aquella ventana de la habitación de Akane, que sin importar la época del año o las condiciones climáticas, había podido observar como Ranma trataba de animar a Akane, diciéndole que era linda al sonreír, o como Akane se vió tocada por aquellas palabras y comenzó a esbozar una amplia sonrisa al espejo, mientras Ranma la observaba; claro, aquello no había terminado muy bien esa noche porque ella de un puñetazo lo mandó a volar.

Fue testigo de aquella noche en la que se hicieron pasar por esposos para deshacerse de los acosos de Ukyo; aquella ventana observaba como los nervios estaban a flor de piel y no pudieron dormir bien por el hecho de estar más cerca de lo común.

Ha sido testigo de los sollozos de Akane por Ranma, cuando sentía que lo perdía, o de las tardes en que Ranma se asomaba colgado de las tejas, solo para ver que ella estuviera bien tras alguna adversidad, y más aún de cómo con el pasar de los años se suavizaba ese veneno, y como de a poco solían charlar con complicidad por aquel marco de madera, rodeados por las tejas de la casa, el viento y el silencio, al calor de una humeante taza de té preparada por los dos, sin que nadie más lo notara.

Si aquella ventana pudiera hablar de todo lo que ha presenciado y vivido con ellos dos, sin duda todos sabrían la auténtica verdad de sus almas y corazones.

Fin.

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Hello... Este es mi primer fic sobre Ranma y Akane, me inspiré en todos esos momentos que pasan desapercibidos... o no tanto. Espero que sea de tu agrado n.n