Disclaimer Naruto no me pertenece le pertenece a Masashi Kishimoto. La historia si es de mi autoría. Las imágenes tampoco me pertenecen,el montaje si,créditos a sus autores.

Hola, les traigo otro pequeño one-shot de mi pareja favorita de Naruto,SasuSaku, espero que la disfruten tanto como yo al escribirla nwn


One-shot

Cazadores


Bien, no tenía dudas de que el hecho de que esta vez habían acabado en un lugar como ese le daría problemas. Pero no era como si pudieran evitarlo, no tenían tampoco tiempo para pedir permiso para poder entrar, así que tendrían que recurrir a la vieja confiable una vez terminarán su trabajo en ese lugar, porque si les veían, sin duda tendrían problemas.

Los demonios atacaban en la noche pero era posible seguir la energía maligna hasta sus guaridas una vez las captaban. Por eso es que ahora estaba ellos dos en ese sitio. Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto. Ambos eran cazadores de demonios a pesar de su juventud.

Desde jóvenes habían sido entrenados en la cacería de esos seres. Al haber crecido en el orfanato Gloria Sagrada, habían sido preparados para eliminar a esas criaturas. Claro, de eso le habían dado la opción de seguir la senda del cazador o llevar una vida en familia. Por extraño que pareciera, en Naruto encontró el hermano que nunca tuvo y este había decidido la caza. Y él, sabiendo lo atolondrado que era su amigo, había decidido acompañarlo en su trayecto.

Y no se arrepentía.

Estaba seguro que era mil veces más divertido cazar demonios que tener una familia.

—Sasuke, de verdad crees que deberíamos entrar a esta escuela...¿no es una primaria?—Naruto se veía algo inseguro. Eran apenas las doce y sus aulas todavía estaban repletas de mocosos chillantes que solo entorpecerian sus trabajos.

—¿Y eso que tiene que ver, usuratonakachi? escuela, hospital, funeraria, da igual lo que sea, nos toca encargarnos de la situación antes de que empeore.—molestó, le disparó una mirada que daría terror a cualquiera menos al Uzumaki que le conocía demasiado bien.

—Ya...lo sé pero...aún es de día...y no es como que tengamos la edad para pasar desapercibidos en este tipo de institución.—recalcó lo obvio y el Uchiha quiso ahogarlo en un pozo, ¡claro que lo sabía! Pero no es como que pudieran evitarlo.

—A veces usas la cabeza, pero no tenemos tiempo para pedir permiso, se nos va a acabar escapando y ahí sí te partiré la cabeza dobe.—volvió a mirarlo molestó, sus palabras eran afiladas como cuchillos de cortar mantequilla y el rubio soltó un suspiro.

—¿Qué hacen en este escuela? Ustedes no son estudiantes de aquí.—brincaron del susto ante la voz femenina que venía por los pasillos. Una hermosa mujer de cabellos rosas y cortos les miraba con una ceja fruncida.

—¡Mierda! Sasuke, te lo dije, nos iban a matar si se enteraban.—el azabache tuvo que tragarse todas las palabrotas que desearon salir de sus labios por la estupidez del otro, aún se preguntaba cómo es que sobrevivía.

A cierto.

Se salvaban entre ellos.

—¡Cierra el pico de una maldita vez dobe, no vez que trató de pensar en cómo sacarnos de esta!—espetó con una vena resaltandole en la frente ante la estupidez del otro.

—¡Ah! ¡ahora sí estamos fritos! ¡ahora sí!—chilló como nena haciéndole perder los estribos.

—¡Naruto cállate!—gritó.

—Ustedes dos ¿qué acaso no me escucharon?—volvió a hablar la fémina y el azabache sentía que perdía los papeles cada vez más.

Sin embargo, antes de que pudiera decirle algunas palabras a la mujer, el rubio le agarró por su chaqueta y tiró de él alejándose de la mujer que se veía por un instante confundida y luego empezó a correr tras ellos. Claro, que ella no se comparaba a la velocidad de los cazadores, por más ejercicios que hiciera la humana, ellos ya no lo eran.

Para ser cazador, se estaba en la línea de muerte todo el tiempo y luchar contra criaturas más fuertes, rápidas y peligrosas los llevaría a la muerte. Así que desde que tenían doce años, los niños que optaban por la senda del cazador, hacían un contrato de vida.

Sonaba bastante sencillo, pero no lo era. El niño que decidía ser cazador debía elegir al demonio que querría en su interior y la sangre de este sería digerida por el joven, su carne devorada y toda la fuerza de la criatura pasaría a ser del humano, claro, que había casos excepcionales en los que el demonio era tan poderoso que al final tomaba al niño y le controlaba. También había casos como sellos, nacer de una relación de un demonio y una humana.

Entre otros.

Naruto y el habían sido los dos últimos casos.

El Uzumaki poseía un sello.

El Uchiha era hijo de un demonio y una humana.

—Ha...parece que la perdimos de vista.—expusó el rubio con una sonrisa en los labios. En sí, le asombraba el tamaño de la escuela primaria. Era más grande que las que habían visitado y eso le empezó a preocupar.

—Oye Naruto...¿Sabes que escuela es esta?—preguntó, el rubio lo miró como si tuviera una maldita interrogante en la cara y solo quiso ahorcar lo ahí mismo. «¿¡Qué mierda habré yo hecho en mi vida pasada para que este imbécil me hostigue con sus caras estúpidas!?» pensó en su mente el azabache pasando la palma de su mano por su cara tratando de encontrar paciencia en algún lado. —No importa. Según la arquitectura debe ser una escuela para niños ricos. Es demasiado grande para ser una escuela pública.—el rubio se puso pálido.

—Teme, creo que eso quiere decir que...—se puso más pálido y fue cuando el Uchiha cayó en cuenta de las palabras del otro.

—¡Mierda! Lo que destruyamos irá a la cuenta nuestra.—tragó saliva sabiendo que sus cuentas ya estaban lo suficientemente cargadas con ceros. La de Naruto más pero eso no quería decir que no le ayudaba a pagar de vez en cuando.

—Creo que ya tenemos la cuenta del Hospital Han Mion de la Jefatura de Suna, la funeraria Bi Kio de Amegakure y algunas cuántas edificaciones por la ciudad de Otogakure.—se pusieron más pálidos al pensar lo que pasaría si destruían algo de ese sitio. —Tsunade no bacchan nos ahorcaría y posiblemente nos haga arreglar este sitio si no tenemos ni un duro.—Naruto no se equivocaba y eso era lo que realmente le preocupaba. No tenían que preocuparse por hospitales, Tsunade era la que se encargaba de todos sus niños a la hora de curarlos —aunque a veces era doloroso porque la vieja lo quería así— pero dejar de trabajar por tener que arreglar alguno de esos lugares, no le agradaba para nada.

Con un suspiro al unísono, ambos empezaron a buscar dónde rayos es que estaba el demonio. Para colmo debían de esquivar a todos los mocosos que estaban allí. A veces, los demonios eran difíciles de atrapar debido a su inteligencia en dependencia del grado que tuvieran.

—Oye Sasuke...¿Qué crees que pase si nos pillan?—preguntó el rubio mientras caminaba despreocupado con los brazos cruzados sobre la cabeza.

—¿Qué mierda crees que pase,Naruto? Obviamente nos llevarán con el rector de esta institución, y posiblemente después a la policía por portar armas en una escuela para niños.—el Uchiha se percató en ese instante que otra vez el muy anormal le estaba haciendo hablar de más. A veces se asombraba de la facilidad con la que Naruto le sacaba las palabras de la boca. Pero bueno, eso era natural en este.

—¿Y si usas tus ojos? Podríamos encontrar con mayor facilidad al demonio.—podría intentarlo, si no fuera porque aún le dolían del enfrentamiento anterior con el demonio rojo de raza inferior.

—No puedo.—y con esa escueta respuesta siguieron buscando dónde rayos se había ocultado la maldita criatura. Sabían que no había salido de la escuela debido a que la energía maligna seguía dando vueltas por todo el lugar.

Entre vueltas y vueltas por toda la escuela, no encontraba a la maldita criatura y el hambre parecía hacerse presente como siempre en el rubio ya que su estómago empezó a rugir como un maldito monstruo. Se alegraba de no ser el demonio sellado en este porque se imaginaba que el dolor de cabeza de compartir cuerpo con el Uzumaki debía de ser una tortura.

Según tenía entendido, los padres de Naruto habían sido increíbles cazadores de demonios y habían dado la vida para sellar el que tenía Naruto en su interior. A diferencia del caso de Sasuke, desde joven había sido juzgado por poseer sangre demoníaca en sus venas. Según la señora Tsunade, en los registros de Sasuke salía que su padre había sido un cazador ejemplar que había caído en las garras de una demonesa demasiado hermosa. Y para su sorpresa, ella le había entregado a su cachorro —como le decían a los hijos de los demonios— a su padre y lo llevaron a criarse al orfanato después de que este muriera por otro demonio que le atacó.

Se podía considerar que su infancia podía haber sido peor de no ser por el rubio entrometido ese. Algunas desventajas de ser cazador...no podías casarte o tener algún romance hasta los veinte años debido a que en las anteriores edades solo interfería en su crecimiento. También debían trabajar en dúos con tal de mantenerse con vida el mayor tiempo posible el uno al otro.

Muchos de sus compañeros de edad, habían fallecido por las peleas, pero él y Naruto seguían fuertes. Muy diferente a lo que muchos dijeron y se rieron de ambos. Sin percatarse, el usuratonakachi estaba comiendo un pozuelo de ramen y en ese instante quiso matarlo como ya le era costumbre. Pero solo soltó un suspiro y le dejó atrás.

Total, el idiota no servía si estaba comiendo.

Investigar en una escuela de día no era lo más alucinante. La noche era el gobierno del demonio. Sus pasos le guiaron hasta un aula que ya estaba vacía. Frunció el ceño, miró el reloj y se percató de que ya eran las seis de la tarde. Maldijo en su interior. Con esa hora no debía de separarse de Naruto pues era cerca de la noche y por ende, las apariciones de las malditas sabandijas de piel escamosa.

Con ojos críticos, se adentró más al aula a pesar de que sus instintos le gritaban que allí estaba la maldita bestia. La puerta se cerró y se alertó al ver a la misma mujer de cabellos rosados mirándole fijamente. Los demonios no siempre poseían humanos, pero cuando lo hacían, ya era tarde para este ser salvado. Le daba algo de pena matarla pero no tenía otra opción.

—¡Al fin te encuentro!...¿Dónde esta tu amigo?—parpadeo confuso, estaba seguro de que la presencia demoníaca estaba en esa habitación, pero si no venía de ella...¿Dónde estaba? —¡Responde maldita sea!—y fue en ese instante que se percató de su error.

—Este no es momento para explicaciones...estamos en tremendo problema.—la fémina le fulminó con la mirada.

—Mira niño, mi nombre es Sakura Haruno y soy profesora de esta institución, así que es mejor que me digas quién rayos eres y te vayas de la escuela porque obviamente no tienes edad para asistir.—la mujer estaba cruzada de brazos en su pecho y dando tanta diatriba que no le importaba, tenía que comunicarse con Naruto y avisarle de que el demonio...se lo había tragado.

—Mira Sakura, mantente callada y no me molestes mientras busco el maldito modo de salir de aquí.—la pelirrosa le miró como si estuviera loco y jadeo cuando desenfundó su katana y se acercó a las ventanas, pizarra, nada, no parecía responder. Pero lo sabía, estaba metido en el interior del maldito demonio.

—¿¡Pero que rayos haces con una espada!?—cerró los ojos y se acercó a la mesa, nada de nuevo.

—Estoy trabajando.—respondió escuetamente.

—Claro, y yo soy Marilyn Monroe. Eres demasiado joven para andar con una espada. Entregamela y no le diré a tus padres que estás jugando con cosas que no debes. Ahora mismo debes estar preparandote para los exámenes de ingreso a la universidad y no jugando a los cazafantasmas como los niños chiquitos.—la miró hastiado, esa mujer debía tener un nulo sentido de supervivencia para no sentir que había algo malo en ese lugar. Tal y como todos los demás seres humanos que no podían percibir las presencia demoníacas.

—¡Mierda!... llegó antes de lo esperado.—la molestia se desplegó por todo el al ver como las paredes empezaban a volverse del color del tracto digestivo del demonio. —Supongo que las explicaciones serán para luego,antes tengo que encargarme de eso.—ella miró todo confusa, Sakura no tenía idea de que rayos estaba pasando, pero nada bueno parecía ser.

—¿¡Pero qué mierda es eso!?—gritó cuando vio que las paredes cambiaban

—Eso, Haruno, es un demonio de categoría zeh. Así que mejor callese y déjeme concentrarme o nos van a matar a los dos.—Sasuke empuñó las dos katanas sabiendo que lo que venía no era nada bonito. Estar en el tracto digestivo de un demonio era lo peor que le podía pasar a cualquier cazador. Y más con un civil observando y al cual debía de proteger.

—¡Un demonio! Oh dios, definitivamente estoy en problemas.—bueno, en consideración a la mujer, estaba bastante calmada para lo que estaba pasando. Debía darle créditos por eso. Su mirada estaba sobre las paredes que empezaban a volverse más finas a cada paso con un empuje para cerrar y tragarlos. Corrió al lado de esta y la tomó por la cintura, estaba algo sorprendido, la mujer le quedaba varios centímetros hacia abajo a su pobre altura de un metro sesenta y nueve.

—Mantente a mi lado y no te muevas.—sentenció, su brazo se enredó en su cintura apegándola en totalidad a él. El cuerpo femenino se tensó por un instante pero luego envolvió sus brazos en su cuello para no alejarse de la seguridad que este le brindaba. Las paredes se empezaron a unir cada vez más, Sasuke sabía lo que ese bicho planeaba.

Tragarlos enteros.

Pero él era un cazador de demonios.

Y no caería tan fácil.

—Si muero, te maldecire en el infierno.—soltó la mujer y este no pudo evitar reír ante sus palabras.

—Creeme que una vez en el infierno, tendrás otros planes que pensar. No te alejes de mi, Sakura, voy a protegerte de este ser.—la pelirrosa se sonrojo, en sus veintitrés años pocas veces se había sentido así de protegida, pues habitualmente los patanes con los que salía eran más débiles que ella. Le agradaba ser la fuerte, porque lo era, pero nunca la trataban como una mujer sino como alguien que los sacaba de problemas. Así que sentirse así en los brazos de un crío, era un shoke para ella pero a la vez una agradable situación.

Vio un destello rojizo en los ojos de este y como se movió con ella en brazos, la sangre la manchó y cerró los ojos, no por el temor, más bien por el simple hecho de proteger su vista del diluvio de sangre color negra que estaba lloviendo sobre ambos. Sasuke no se detuvo. Sabía que si se detenía ahora, la maldita bestia se curaría y los tragaría al instante. Cada tajo era exacto y crucial para su supervivencia y la de la mujer, y fue cuando encontró el punto exacto que cantó victorioso en su interior. La katana se clavó tan profundo que escuchó el chillido de la bestia moribunda. El ácido de su cuerpo empezó a desprenderse y actuó por instinto cubriendo a la humana con su propio cuerpo,el ácido quemó me él pero lejos de soltar gritos de dolor, se empecino en acabar con este y fue cuando le arrebató la crisálida que el demonio empezó a desintegrarse con gran velocidad y empezaron a caer.

—¡Mierda!—rugió el Uchiha al ver que estaban cayendo a una velocidad vertiginosa desde el cielo. La fémina se abrazó a él con fuerza con claro temor a morir pero este, sabiendo lo vulnerable de su cuerpo humano giro de modo que él impactaría el suelo y se llevaría consigo la presión de aire en la caída. —Agarrate fuerte y no me sueltes.—algo húmedo cayó en su camisa pero no tuvo más tiempo para pensar cuando sintió que todo el aire se escapaba de sus pulmones por el impacto contra el suelo.

Podía sentir la cabeza embotada mientras miraba el cielo azul de la noche. Sus brazos eran como un hierro de protección para Sakura que estaba aferrada totalmente a su cuerpo con leves temblores. Su mano empezó a acicalar en la cabeza de esta para calmarla. Algo tan cercano a la muerte debía de ser una situación traumática para ella. Lo sabía, él lo experimentó las primeras veces que creyó que moriría pero siempre lograba salvarse.

—Gracias...—escuchó el leve murmullo de los labios de esta. No podía levantarse porque sus huesos seguramente estaban destrozados. Su regeneración como demonio a penas y empezaba a ponerse en práctica. A diferencia de los que engullian al demonio o sellaban a uno en su interior obteniendo una regeneración rápida. El Uchiha al ser un híbrido, requería se sangre para acelerar dicho proceso.

«Tendré que esperar al dobe.» suspiró y siguió calmando a la mujer hasta que está se levantó de sus brazos y le miró fijamente. Sus orbes verdes le observaban tan atentamente que se sintió extraño. No estaba acostumbrado al agradecimiento silencioso que ella le estaba otorgando.

—¿Cómo te encuentras?—preguntó observando su cuerpo y quedando fría al ver los montones de litros de sangre que parecían escapar de su cuerpo pero que se mantenía consciente.

—Solo necesito que busques al chico que estaba conmigo, él me ayudará. Puedes irte después de eso.—Sakura negó, incrédula de las palabras del joven, la había ayudado, ahora le tocaba a ella ayudarle. Aunque no negaba que estaba irremediablemente sorprendida al ver que estaba perfectamente...dentro de lo que cabía la palabra.

—No, en parte estas así por mi culpa, ¿Cómo puedo ayudarte?—el azabache la miró en silencio sopesando sus probabilidades de que ella corriera o tratará de matarle en ese instante.

—Necesito sangre. Eso me ayudará a recuperarme.—ella asintió y se levantó. Era fuerte, debía de admitirlo, no estaba temblando como una niña y empezó a caminar en dirección desconocida. Cerró los ojos tratando de asimilar lo que estaba pasando hasta que la vio una vez más. Alzó una ceja ante el invento que ella tenía en manos de carretilla y en la cual le subió con cierta dificultad.

Empezó a ponerse en camino y el Uchiha se preguntó que era lo que planeaba para poder ayudarle a recuperarse. Su respuesta fue llegar al hogar de ella que era una casa bastante grande en la cual entró con facilidad. La mujer lo tendió en el piso y empezó a desnudarle.

—¿¡Pero qué haces!?—preguntó con las mejillas ardiendo le por el descaro de la mujer. Esta le fulminó con la mirada.

—¡Veo el maldito estado de tus heridas!, soy enfermera en la escuela...aunque a veces doy clases.—las mejillas de la pelirrosa también se calentaron a cada paso que le quitaba la ropa dejándole en bóxers. Estaba algo sorprendida, el chico estaba bien bueno para tener solo dieciocho años. Sacudió la cabeza y fue al baño para buscar algunas vendas para ponerle y curar sus heridas.

Aún se preguntaba porque no había corrido cuando le dijo eso. El chico mismo parecía un demonio al tomar sangre, pero la había ayudado y protegido. Si fuera malo, la habría dejado a su suerte. Mientras más le tocaba, el azabache se sentía incómodo pues podía sentir perfectamente como si erección empezaba a palpitar, definitivamente no podía creer que estaba pasando esa vergüenza. Agradecía enormemente que Sakura no dijera nada. La fémina término de vendar sus heridas y se colocó a horcajadas de él confundiendo al hombre totalmente.

—Bebe mi sangre.—el cuello delicado de esta estaba tan cerca de sus incisivos que las ganas de morderla y alimentarse latieron con fuerza en su interior. No podía creer que eso le pasará cuando nunca tuvo esa clase de deseos por alimentarse directamente de la fuente. Con intensiones de negarse sintió como unos labios femeninos se posaban sobre los suyos. Incrédulo, el mordisco le hizo abrir la boca y juntar sus lenguas en un choque de voluntades, sentir la feminidad del cuerpo de esta le estaba poniendo a cien. Sus colmillos se alargaron y gimió ante la sensación de la lengua de la mujer jugar con sus dientes. Era una parte tan sensible que podía conducirlo a un orgasmo con todas las de la ley. —Por favor, Sasuke-kun.—el chico perdió la cabeza en ese instante y empezó a devorar la lengua de ella con la de él, inexperto, se dejaba guiar, Sakura se sentía fuera de este mundo mientras más juntaban sus lenguas.

No había tenido un beso así de candente en años, pero no quería parar, deseaba ayudarle y si para eso debía excitarlo para que tomará su sangre, lo haría. Pero no pensó en las consecuencias de sus actos, casi perdió el aire cuando sus bocas se soltaron y unas gruesas agujas penetraron la piel fina de su cuello. Su sangre estaba siendo absorbida como si la vida se le fuera en esto al Uchiha.

Cosa que no negaba.

Sus ojos se abrieron de par en par ante la sensación de algo duro chocando contra su ropa. No podía mirar hacia abajo por la fuerte sujeción de los colmillos del azabache en su cuello. Sasuke se había liberado de sus bóxers, estaba excitado y casi no podía pensar en nada más que tener a la fémina empalada por su miembro. Su erección empujo en su centro cubierto por sus pantalones blancos impidiendo que la tomará.

Sus garras aparecieron y rompieron la tela que ocultaba su intimidad de él. Sus ojos cambiaron a un rojo sangre que demostraba sus habilidades de demonio,estaba deseoso de tomarla, de hacerla suya.La pelirrosa jadeo ante las acciones del chico, sin embargo, estaba perdiéndose en el placer que le estaba ofreciendo, demasiado aturdida para pensar en algo que no fuera que este la tomará.

—Dios, estas tan mojada.—gruñó, su voz distorsionada por el placer y los instintos como ser infernal poniéndose en práctica. Se acomodó de tal forma que la penetró de una sacando un fuerte estremecimiento de su cuerpo y que sus músculos interiores se contrajeran a su alrededor.

Sakura estaba encantada. Podía sentir perfectamente como su miembro la llenaba y atacaba cada una de sus partes sensibles. Sus gemidos aumentaron, Sasuke retracto las garras a agarró sus muslos con sus manos ayudándola en los empujes de su erección en su interior. Era tan resbaladiza, los sonidos que hacían le encantaban. No podía parar. No. En realidad, no deseaba parar por nada del mundo. Sus instintos le pedían algo que no comprendía.

Era extraño, sentirse tan bien en brazos de una mujer que hasta hacia unas horas no le interesaba. Podía solo ser el deseo por su sangre, pero sabía que no era solo eso. Había algo más. Algo que le instaba a clavar sus colmillos más profundamente en su carne y liberar algo. Así que se dejó guiar. En algún lugar de su nebulosa mente, pudo escuchar el gemido de dolor que se escapó de los labios femeninos.

Pero no estaba muy seguro.

Sakura sentía algo entrar en su sistema de forma ardiente pero rápidamente esa sensación la descartó al sentir espasmos en su interior y que algo caliente llenaba su canal con una fuerza atronadora que la había hecho ver estrellas. Sintió que soltó sus colmillos de su cuello y lamía las incisiones para luego besar suavemente el lugar. Sakura estaba extasiada con todas las sensaciones que la habían llenado. Sasuke era único, la había dejado más exhausta que sus ex-novios, pero lo que realmente la dejó impactada, fue ver como este se desplomó dormido.

Le hubiera gustado que eso fuera lo último que pasó, pero sus mejillas ardieron al percatarse de que su erección todavía estaba dentro de suyo, tan dura como una estaca a pesar de que su clímax le había llenado. Con las mejillas rojas, se desenredo del cuerpo masculino que ahora yacía desnudo al igual que ella. Había sido bastante rápido y sin mucho tacto la situación, pero no podía negar que le había encantado la forma en que se acoplaron.

Aunque ahora el Uchiha dormitaba en el piso. Se aseguró de que ninguna de sus heridas estuviera abierta y suspiro aliviada al ver que estaba totalmente sano. En si, no podía creer que se había metido con un chico más joven que ella. Bueno, lo había hecho para ayudarlo como deuda por haberla salvado. «Si claro, lo follaste porque te salvó y está bien bueno, que está claro que necesitabas que alguien te diera duro desde hace bastante tiempo.» maldijo a su otra mente por darle tan ruin pensamiento. Su mano fue directa al lugar de la mordida y casi grita al ver la extraña marca que tenía en el hombro. Era como una flor de cerezo enlazada a una serpiente negra.

Se metió en la dicha y se baño. Esperaba que a la mañana siguiente el chico se levantará y eso sería todo...

Todo.

¿Todo?

Tal pensamiento la inquieto, no podía creer que lo que había vivido con ese chico en solo unas horas pudiera haber sido más intenso e increíble que en todos sus veintitrés años de vida. De verdad que debía de estar loca con esa idea en la cabeza. Su piel estaba algo sensible cuando la limpió pero no pudo evitar recordar al chico. Una vez salió del baño se asombró de ver el piso vacío. Asustada, buscó en toda la casa pero no encontró nada del chico.

Salvo una hoja.

"Gracias por haberme ayudado. No me arrepiento de haber tenido mi primera vez contigo, pero supongo que esta es la última vez que nos veremos. Espero que te vaya bien y cuídate de no quedar atrapada en otro altercado con demonios."

Por extraño que pareciera...

Se sintió vacía tras leer eso.

Y bueno, bastante avergonzada.


—Sasuke, ¿estas bien?—Naruto le miraba confuso, desde hacía seis meses el Uchiha, a pesar de haber estado cumpliendo con su rol de exterminar demonios,se había visto increíblemente serio.

Tal y como si no quisiera hacer mucho.

Y eso preocupaba al Uzumaki.

—Claro que estoy bien, usuratonakachi.—una mueca en el rostro del Uchiha le contradijo sus palabras. La verdad, Sasuke se sentía vacío desde aquella vez. Sus instintos demoníacos parecían haberse expandido de tal forma que en muchos momentos estaba preocupado de salirse de control.

Pero era algún tipo extraño de instinto ya que en todo lo que podía pensar era en la joven de cabellos como los cerezos. En aquella que portaba ese nombre en honor a sus homólogas. Si cuerpo la llamaba con cada fibra de su ser y eso le contrariaba. No podía pensar en que era lo que había ocasionado esa extraña obseción por la profesora.

Pero nada bueno traería esa relación.

—Creo que lo mejor es que sigas tus instintos,Sasuke.—el azabache le miró inquieto y el rubio le dio una sonrisa cómplice. —Desde que regresamos de aquella caza en la escuela, has actuado extraño, supuse que algo había sucedido. Mi consejo, busca lo que sea que te tiene así y resuelvelo.—el azabache cerró sus ojos y con una sonrisa, empezó a caminar, sabía su destino y no pararía hasta llegar la mujer que lo traía loco desde hacía tanto.

Se movió con la velocidad de una flecha, su destino era la casa de la mujer. Calles y más calles, en realidad, no podía creer que la fémina viviera tan lejos de él y se hubiera mantenido cuerdo. No lo recordaba, pero cuando había bebido de ella, la había marcado como suya ante todo ser con un olfato entrenado. Su veneno corría por las venas de la pelirrosa adaptándola a él y a sus necesidades, así como él mismo se había adaptado a las de ella sin saberlo.

Deseaba encontrarla, tenía tanto que decirle y a la vez tenía cierto temor porque ella le remplazará o le olvidará. Nunca en su vida había tenido tanto miedo, pero así era. Cuando sus pies se detuvieron en el patio de la casa de la mujer y se acercó a la puerta a tocar. Se esperaba cualquier cosa, gritos, molestia comprimida e incluso una mesa contra él.

Pero la mujer le recibió con un beso en los labios como los amantes que no se veían en años y por fin se reencontraban. Lucia tan hermosa como el día que la había encontrado y dejado. Le regresó el beso, exigiendo todo de ella en aquel embate de lenguas que no paraba de rozarse y jugar.

Una vez se separaron, sus ojos se conectaron, perlas tan verdes como el jade, las copas de los árboles del más perfecto verde que se podía encontrar, y ella, disfrutando del color negro de sus ojos, tan entrañable en sus días de soledad en los que sólo pensaba en él.

Y estaban juntos una vez más.

—¡Prométeme que está vez no le dejarás, Sasuke-kun!—dijo separándose un poco para verle directo a los ojos.

—Lo prometo.—una sonrisa junto a un poke en la frente fue todo lo que necesito la fémina para saber que todo estaría bien a partir de ese instante. Nada les separaría.

Su amor era más fuerte de lo que creían.

Pasará lo que pasará.

Estaba allí el uno para el otro.

Fin.


Waa,¡que largo!, me todo todo el día lograr hacer este fic,pero valió la pena, me gustó el resultado final,¿qué piensan ustedes? ¿Les gustó?¿Les hubiera gustado algo más en la historia? Bueno, hasta la próxima y espero saber sus opiniones con respecto a esta. nwn