A las afueras de la Tienda Shiranui
La gente comenzaba a asustarse al ver lo que estaba presenciando justamente a la salida de la tienda. Max y Gabu quedaron sin palabras al ver que la pequeña Sumi, la tierna lancera que parecía un perrito estaba luchando contra un yakuza que no paraba de mover su espada contra la pequeña chica de grandes cejas que se mantenía en posición seiza (Posición de inclinarse pero estando en guardia). El maleante no paraba de blandir su katana contra la lancera que bloqueba con la punta de su arma los ataques de su oponente.
Dos o tres golpes fueron bloquados por Sumi hasta que cambiaron de posición, ahora la pequeña pelirrosa estaba cerca de la puerta de entrada de la tienda mientras que el matón estaba a escasa distancia de la turba que se mantenía en silencio y viendo el espectaculo aparte de los ruidos de espadazos y gritos dentro del lugar.
Sumi camino varios pasos a la par que su oponentes y ambos luchadores a la turba que solamente emitía enorme "¡OOOOHHHH!"
No faltaban las personas que aprovechaban grabar el combate y hasta apostar quien de los dos ganara y perdiera como si fuera de pelea de gallos.
Nuevamente la pelirrosa se batía en duelo contra el matón en un intercambio de golpes.
Luego salieron otras dos Misakaya que se batían en duelo contra dos matones y luego salieron otras dos Misakaya. Uno de los matones ya tenía doblegada a una de las clones castañas pero en eso, una de las demás cuatro aprovechó para encestarle un golpe a la espalda al yakuza a lo que la Misakya que iba a perder aprovechó a para encestarle un katanazo izquierda-derecha al vientre mientras que el otro yakuza recibió estocada directa por ambos lados. Las cuatro no conformes decidieron decapitar los cadaveres, dos hacían el sucio trabajo y las otras dos grababan en sus celulares.
La gente comenzaba a gritar del horror y de la emoción ante tales hechos de violencia.
Luego salió Fudo peleando con su machete contra otro matón, ambos no dejaban de intercambiarse sablazos con intensidad y dureza hasta que el chico de cresta grande arrinconó a su contrincante hasta la pared para terminar clavando el arma en el cuerpo del sujeto pero no conforme con eso lo empujó hacia el suelo con su brazo libre. El pobre yakuza estaba en el suelo sumergido en el horrible dolor para terminar sufriendo al infinito cuando Fudo le clavó su machete en toda la espalda haciendo que el cuerpo quedara bocabajo y en un lecho rojo que coloreaba el suelo y se dispersaba como tempera por las fuertes lluvias.
Llegaron tres Misakaya con sus oponentes respectivos y un matón que se lanzó contra Fudo quien no dudó en usar su machete teniendo otra batalla divertida.
Sumi seguía demostrando su coraje mientras no paraba de golpear directamente su lanza contra el sable de su oponente, en un intento desesperado se dio vuelta a medida que se puso de rodillas bloqueando como ofendiendo a su oponente hasta que usó el otro lado de la lanza para empujarlo al suelo.
Una Misakaya demostraba bloquear con elegancia los sablazos de su contrincante hasta que se arrodilló y dio un cabezazo a la entrepierna, eso hizo que el hombre cais fuera al suelo pero aun así ni él ni la clon castaña no se darían por vencido. La Misakaya se lanzó al ataque fue obviamente el delincuente bloqueó, dando así el comienzo de otra ronda entre los dos.
Luego de varios sablazos, terminaron forcejeando haciendo una X con sus armas blancas hasta que la castaña alzó los brazos y rápidamente culminó con su oponente de un certero katanazo desde la cintura izquierda, correspondiendo el vientre.
Una Misakaya estaba con una naginata en alza mientras su oponente yakuza estaba bloqueando la grande cuchilla a duras penas, con su arma blanca a la altura de la cabeza. La clon castaña viendo que la totalidad del cuerpo estaba desprotegido le asestó un rodillazo a la zona intima haciendo que el tipo gritara de dolor, muchas personas comenzaron a reírse de eso.
El ladrón en medio de su dolor veía con desprecio a la Misakaya la cual hacía gestos burlones lo que acrecentó más la furia del hombre que reanudó sin más la ofensiva pero la clon castaña nuevamente bloqueó el ataque y aprovechó el momento cuando sacó la wakizashi con su mano derecha y apuñaló directo al corazón del hombre que cayó al suelo pero no conforme con eso la joven usó la lanza y dio punto final clavando la lanza sobre el pecho.
Luego salió otra Misakaya la cual llevaba un casco blindado que usan los ninjas y su uniforme táctico negro batiendo duelo a espadazos con otro yakuza, el delincuente le asestó un espadazo certero al cuerpo en dirección derecha-izquierda pero quedó en shock al ver que la parte que protegía el pecho era de un material similar a una fuerte como resistente armadura, la clon castaña viendo lo que hizo su oponente lo empujó rápidamente a la par que se hincó con tal de encestarle un golpe al vientre pero el sujeto fue más rápido dirigiendo su puñal hacia la cabeza.
Pero en eso, cuando la espada chocó contra el casco fue partida en dos mientras la Misakaya estaba sonriendo como si aquello le había hecho salirse con la suya. El delincuente estaba muerto de miedo y trataba de huír pero la clon castaña lo alzó con todas sus fuerzas como si fuera una pesa olímpica, lo tumbó al suelo y saltó con su espada culminando con la vida de otro yakuza frente a todos los presentes que veían la batalla.
Dos Misakaya salieron con sus respectivos oponentes, una de ellas arrinconó a su contrincante contra la pared de la entrada principal dándole muerte mientras que la otra clon castaña estaba sentada en el mojado suelo mientras su oponente yakuza estaba tratando de asestarle un golpe pero una de tantas castañas clones le encestó un golpe a la espalda matándolo al instante.
La joven fue levantada por sus nakamas iguales en apariencia pero debían estar alertas en todo momento ante la llegada, ahora eran cuatro sujetos, dos saliendo del lugar y dos saltando del segundo piso y dos Misakaya más y otro round entre clones y yakuzas no se hizo esperar.
Uno de los delincuentes fue empujado de un patadón hacia la pared izquierda cercana a la entrada principal y recibió un certero katanazo izquierda-derecha al pecho despachandolo al instante como dejando un rastro de sangre en la pared.
Otro sujeto luego de intercambiar sablazos con una Misakaya trató de huír pero recibió una estocada directa de una clon en el estomago, otra le asestó dos katanazos a la espalda. El hombre cayó bocabajo al suelo y posteriormente dos castañas clavaron sus armas sobre la espalda del ya innerte cuerpo.
Un sujeto más salió de la puerta pero fue cortado por la espalda por una Misakaya, dos sujetos más cayeron al suelo y fueron recibidos a lanzazos, otro fue empujado a la pared recibiendo apuñaladas de tres clones castañas, otro recibió un katanazo en la cara que le voló el rostro.
La gente quedaba asombrada en buena parte a pesar de que algunas escenas de violencia llegaban al extremo, fue ahí donde algunas personas comenzaron a arrodillarse, poner sus manos en el mojado suelo y poner su cabeza... Estaban inclinándose ante los posibles guerreros del shogun que reinaba esas tierras e impartía la justicia hacia los culpables.
Mientras tanto en las ventanas del segundo piso se veían a Misakayas peleando y masacrando a yakuzas.
-¡Matenlos a todos los yakuza! ¡No dejen que ninguno viva para contarlo-misaka! ¡Esa es la palabra de Inazuma Candy!
-¡OOOHHH!
-¡No dejen escapar a ninguno-misaka!
Los yakuzas que saltaban a la calle eran alcanzados por dos Misakaya cada uno y comenzaba una batalla campal que inundaba la calle Toraya de sangre aunque para las que personas que se inclinaron era la justicia del cielo llegada hacia la tierra.
(...)
Los pasillos del segundo piso eran literalmente invadidos de yakuzas y sicarios que no paraban de luchar agresivamente, de hecho eran como dos hordas de plagas que luchaban despiadadamente por quien de ellas era capaz de hacer daño. Akame caminaba en medio de la batalla campal que se vivía en todo el segundo piso, hasta que se detuvo teniendo frente suyo a dos sujetos que temerosos por sus vidas retrocedían al mismo ritmo que Akame caminaba tranquilamente.
De repente, de una de las habitaciones cercanas al pasillo un sujeto intentó matarla desde la izquierda pero fue despachado, al mismo instante y uno de los dos de enfrente fue hacia la pelinegra mayor pero la joven reaccionó rápidamente y lo mató de un katanazo al cuerpo. La joven estaba viendo directamente a los ojos de su aterrorizado oponente pero otro sujeto vino por detrás para matar a la chica.
La joven nuevamente reaccionó gracias a su basta experiencia fulminó al sujeto y entró corriendo en la habitación que estaba a su izquierda encontrándose rodeada por cuatro o cinco hombres. En cuestión de nada despachó al primer maleante con katanazos al cuerpo con dos golpes, una estocada al estomago y un fulminante corte al cuerpo que hizo caer en medio del dolor al infortunado sujeto.
Los demás tres hombres estaban rodeando a la joven quien no parecía entrar en la desesperación ni tampoco perdiendo la calma.
-Sea lo que sea que tenían planeado, nunca se hará realidad.
-¿¡Quién te crees para decirnos eso, Nikogoro!?
-Ya les dije que solamente venimos a eliminar el mal al instante... Buena parte de ustedes ha pasado a mejor vida, ya con eso queda demostrado que su destino ha sido decidido desde un principio.
-¿Qué dijiste?
-Ustedes se hicieron pasar por bomberos del Clan Tamaki y cometer muchas infamias que no solo afectaron al pueblo sino que también dañaron la reputación de Tamakinokami y en especial, la de los bomberos que dedican su vida contra fuego y nunca hacen daño a nadie- Uno de los matones se lanzó hacia Akame pero fue despachado quedando solamente dos yakuzas- Es hora de que paguen sus crímenes CON SUS VIDAS. Todos ustedes, desgraciados, ¡irán al Inframundo!
-¿Qué dijiste? ¿Y quién eres tú para decir eso?
-¿Que no preguntaron eso cuando llegamos?
-¿Qué cosa?
-Somos el Inazuma Bugeichou, el brazo armado del pueblo y nuestro trabajo es cortar la maldad desde su raíz
-¡No seas presumida! De todos morirás tarde o temprano.
-¡Muere, perra!
Los demás dos sujetos fueron hacia Akame quien no dudó en mandarlos al otro barrio y de manera bastante rápida como magistral, uno que estaba detrás de ella atacó desde el flanco derecho pero recibió un certero golpe en el vientre, el otro sujeto intercambió varios golpes con ella. La mujer dio ligeramente varios pasos atrás a la par que Matsuri entraba luego de despachar a los que se les cruzaba en su camino por el pasillo.
-¡Matsu, ve a ayudar a Kuro y los demás! Yo misma me encargo de todos estos- En eso vinieron tres sujetos más para encarar a la pelinegra mayor.
-Como ordene, heichou.
La pelirrosa decidió ir hacia donde estaba su nakama de pelo negro y demás camaradas no sin antes liquidar a varios que se le cruzaban en el camino. La pelinegra en menos de nada encestó un katanazo derecha-izquierda al último hombre con quien encaró verbalmente mientras los cuatro que vinieron a darle pelea estaban con rostros inundados por el miedo ya que tenían en claro.
La manera en que buena parte de ellos eran liquidados no era de presumidos... Eran sin duda alguna, un verdadero brazo armado.
(...)
Matsuri fue hacia el cuarto donde estaban Kurome y compañía los cuales iban y liquidaban a todos los que se cruzaban en su camino, en eso se encontró con You la cual estaba forcejeando cuerpo a cuerpo contra uno de los yakuzas, éste era fornido y corpulento.
-Hola Joe
-Hola Max
-¿Y los demás?
-En los cuartos continuos- La peligris tumbó al tipo y a duras peñas colocó su puñal en el pecho haciéndolo otra victima de la noche.
La pequeña pelirrosa se fue de inmediato a los cuartos continuos para ver a su camarada pero en eso se topó con más sujetos los cuales estaban usando una camiseta negra con franjas blancas encima de los brazos y hombros y una bermuda blanca y bandanas blancas sobre la frente.
La joven desenvainó su ninjato y lo acomodó sobre su hombro derecho con su sola mano derecha y se inclinó un poco como si esperara a que saliera alguien para liquidarlo. Tres yakuzas con sus armas salieron al ataque lo mismo que la joven quien en una manera rápida conectaba un sablazo y asestaba un golpe hacia los tres que se le opusieron, el cuarto fue del flanco izquierdo pero la joven le enterró la longitud de su pequeña katana sobre todo el tórax haciéndolo dar unos pasos hacia atrás hasta que cayó al suelo.
Fue hacia dos sicarios más que estaban a su derecha y los liquidó y otros dos a su izquierda.
Ahora solo quedaba uno que era uno de barba larga y sin dudarlo ambos se batieron en duelo donde ninguno de los dos no se daba por vencido hasta que el sujeto barbón se lanzó hacia la kunoichi pelirrosa, ésta lo esquivó, un sablazo final y culminó con la chica brincando y envolviendo el cuello del hombre con su brazo izquierdo y con su mano diestra culminó con su vida.
La chica sin nada más que hacer se fue hacia donde estaban sus amigos quienes con algunas Misakaya estaban apuñalando y descuartizando en toda una habitación a muchos yakuzas que estaban literalmente en el suelo sin vida como si fueran pavimento humano. La joven corrió a saltitos hasta ir a otra habitación continua donde estaba su nakama de pelo negro.
(...)
Kurome había despachado a tres sujetos, la caminaba a paso digno mientras empuñaba lo bastante bien su katana a la par que miraba con dureza a sus oponentes hasta que un sujeto se lanzó hacia ella solo para recibir un katanazo al cuello, otro intentaba huír pero recibió dos golpes a la espalda, otro sujeto desde el flanco izquierdo pero la joven despedazó su espada en tres pedazos para luego fulminarlo con un katanazo y una patada fuerte.
Otro sujeto fue desde el flanco derecho pero recibió una puñalada fija en el pecho y un puntapié. La joven con una mirada enfurecida se fue a paso apresurado liquidando a tres esbirros en el camino. Otros tres le salieron al paso; el primer sujeto un certero katanazo al cuerpo, el segundo conectó dos sablazos, un forcejeó, lo empujó al otro lado para luego clavarle toda la katana al cuerpo y el último sujeto recibió dos sablazos, uno de derecha-izquierda al vientre que lo puso de rodillas y terminando muerto por un katanazo hacia el lado izquierdo del cuello.
Otro sujeto con cuchillo en la mano vino hacia ella pero la joven golpeó el puño derecho haciéndole un corte pero no conforme con eso lo empujó dándole patadas a la cara hasta que lo arrinconó hacia la pared, lo agarró de la camisa y lo apuñaló enterrándole toda la katana haciendo que su contrincante gritara de dolor y cayera al suelo y se revolcara entre su propia sangre.
Tres sujetos más vinieron y la joven no dudó en despacharlos comenzando con una estocada directa al pecho, esquivó al segundo para encestarle un corte de derecha-izquierda en el vientre y fulminó con un katanazo al último. Caminó empujando a patadones a tres que le daban pelea, un matón estaba a su derecha pero la joven lo asustó doblando las rodillas mirándolo fijamente mientras con ambos brazos empuñaba su katana cuyo filo estaba a escasa distancia de su rostro.
La joven sonrió viendo que su amenaza se cumplió y se puso de pie, caminó varios pasos hacia atrás mientras que los tres sicarios que empujó a patadas se le vinieron al frente solo para terminar despachados; el primero fue esquivado y recibió un certero golpe a la espalda, otro que fue del flanco derecho recibió un certero katanazo al vientre y el tercero estaba muerto del susto que se sentó en el suelo mientras la joven caminaba lentamente a medida que iba a alzar su brazo derecho con tal de darle muerte.
El único sonido existente en ese momento eran los gritos y los sablazos que se intensificaban en toda la tienda sobresaliendo los del segundo piso ya que eran muchos sujetos que estaban en esa parte que los que estaban en el primer piso y patio. Kurome sonreía con malicia al ver que lograba una nueva hazaña dentro de su grupo pero para su mala suerte la katana se le quedó clavada en el techo.
Al darse cuenta de eso, la joven comenzó a enfurecerse mientras trataba de sacar en vano la espada clavada y para empeorar las cosas, algunas Misakaya aprovecharon para liquidar a los yakuza que quedaban, iba a liquidar bastantes pero su plan se derrumbó todo gracias a ese incidente.
-Grrr... ¡Mierda! ¡Justo en el mejor momento cuando los tenía!- Gruñó la pelinegra que trataba de sacar su espada pero era infructuoso mientras que las Misakaya se llevaban las vidas que quisieran- Malditas desgraciadas, me robaron la gloria.
-Jajajajaja... Senpai, realmente tienes que ver por donde peleas- Matsuri hizo su acto de aparición mientras caminaba tranquilamente con su ninjato sobre el hombre mientras era confrontada por unas diez u once personas que fueron por todos los flancos hacia ella.
La chica pelirrosa con rapidez despachó a seis de ellos, los otros trataron de huír pero en eso dos Misakaya los despacharon y se dieron un bro fist por el buen resultado pero se quedaron mirando la escena que estaba sucediendo a continuación.
Kurome estaba con un malgenio en su rostro pues de todos los miembros del Inazuma Bugeicho, era precisamente Matsuri, su rival y su enemiga pública número uno que estaba haciendo acto de presencia, la persona con la que la pasaba mal de una y mil maneras (Hasta de maneras más... privadas).
La joven para nada se iba a tragar su orgullo pero Matsuri por ser una ninja era muy rápida como eficiente en batalla.
-Matsuri, no se si puedas, pero creo que ocupo ayuda- La pelinegra decía mientras golpeaba a varios sujetos quienes seguían yendo por ella, pero aun así, la guardaespaldas de Inazuma Candy era hábil en el combate cuerpo a cuerpo- Mi Yatsufusa me ayudaría mucho más a batallar.
-Tú tranquila y yo nerviosa, senpai. Eso déjamelo a mí- Matsuri sonreía a la par que miraba a las dos Misakaya que estaban sin hacer nada.
Las dos castañas se miraban con malicia en sus rostros, eso le daba una muy mala espina a Kurome.
La pelirrosa con espada al hombro corrió un poco lo mismo que sus oponentes, repartía patadas y espadazos por igual logrando liquidar a unos cuatro sujetos, vinieron otros diez pero las dos Misakaya que estaban presenciando la escena (Con tal de no perderse lo bueno y quizás en contribuir con algo) estaban dándole pelea rápida a los maleantes que se les plantaban.
-Muchas gracias, ¡Ahora ayúdame a sacar la puta espada!
-Ya relaja la raja, senpai, ¿Quieres?- La pequeña ninja sin más fue en ayuda de la guardaespaldas, la espada estaba un poco apretada en el techo por lo que empezarían a jalarla sin más, no obstante, Matsuri tenía otros planes.
Las dos Misakaya luego de despachar a otros sujetos fueron a ser testigos como en contribuir a la diversión.
(...)
Volviendo con Akame y Chizuru, las dos mujeres mayores dentro del grupo de sicarios se lanzaron contra todo yakuza que se le cruzaba en el camino luego de que entre ambas liquidaran a un grupo de delincuentes.
Chizuru sobresalía de las dos ya que era su regreso triunfal luego de irse de su distrito natal, Yoshiwara a ver a su amiga de toda la vida, la lancera Sumi quien luchaba en el primer piso. La castaña alta quien se denominaba así misma como la despreciable del distrito Rojo comenzó corriendo y llevándose a tres sujetos, el primero fulminado con un katanazo al cuerpo, otro con un golpe a la espada y el último terminando con una estocada fija al estomago contra una de las puertas de papel.
La joven decidió irse por el pasillo dando con tipo despachado a la salida de la habitación y otro yakuza intentó atacarla desde una de los cuartos ubicados pero terminó clavando su espada contra la pared y terminando muerto. Entró a una de las habitaciones dando con otro sujeto y lo mató haciendo que la ventana de papel fuera manchada de rojo.
Mientras tanto Akame caminaba entre el segundo pasillo, ventanas o puertas estaban destrozadas y manchadas de sangre, lo mismo que la pared que presentaba manchas y cortes y ni que decir del suelo. Seis cuerpos tirados en el suelo pero de repente uno de ellos se levantó. Era uno de tantos heridos posiblemente por Someoka o Kyoya.
El hombre que ya estaba con cortadas en el cuerpo y sangre en sus ropas lentamente se posicionaba de pie para reanudar la batalla ahora con la líder de los sicarios pero justamente cuando la joven se puso en guardia sucumbió nuevamente al suelo donde nunca lograría ponerse de pie.
Chizuru mientras tanto había liquidado a cuatro o cinco sujetos en un cuarto anexo al pasillo de atrás. La joven sintiendo más presencias corrió despachando a tres sujetos más con su shirasaya hasta que finalmente fue a los pasillos pero nuevamente retornó al cuarto principal donde estaban dos tipos los cuales ya estaban por sucumbirse, ambos portaban cuchillo pero fueron muertos por la castaña a lo fácil.
Akame estaba en el cuarto principal viendo por la ventana la pequeña horda de cadáveres que había en el techo y otra en el patio, fue en eso donde vio a Shoko, la pelirrosa que batió duelo contra buena parte de los profugos.
-¡Shoko!- La mencionada giró a donde estaba su líder.
Akame empleó las señas con tal de indagar a la pelirrosa si vio a Denkichi y su guardaespaldas Toshiro pero la joven negó con la cabeza y con señas recalcó que estuvo todo el tiempo luchando con Jun en el patio y no a nadie mientras tanto.
La pelinegra salió del cuarto principal caminando sobre los cadáveres y bajó las escaleras dando con siete u ocho cuerpos sin vida que estaban sobre los escalones y fue a la zona del patio, en el balcón estaban otros cuatro cuerpos mientras tanto Fudo y Sumi estaban sentados en el balcón mientras que Shoko, Jun y las Misakaya a su mando estaban buscando más yakuzas si es que estaban vivos.
Fue a la cocina encontrándose con diez cuerpos y no había nadie por lo que al resto del primer piso solo viendo cadáveres o cuerpos que estaban en últimos instantes de agonía. No había rastros por ningún lado de Denkichi ni de sus guardaespaldas. La pelinegra subió al primer piso pero se puso en guardia rápidamente temiendo lo peor aunque el peligro se descartó cuando solamente eran Tamao y Someoka.
-Heichou...
-Chicos, me dieron un susto.
Luego de eso salieron You y Kyoya, Chizuru, las Misakaya que estaban en el lugar y por último Matsuri y Kurome. Ésta última estaba sostenida por las dos Misakaya que fueron a "ayudarla". La joven estaba roja de la vergüenza mientras miraba al suelo.
En eso vinieron un grupo de Misakaya, exactamente, el grupo que tuvo pelea con los que habitaban en la base secreta que tenían en la tienda.
-Reporte
-Heichou, hemos encontrado una base donde estaban unos treinta hombres. Todos ellos neutralizados-misaka.
-Fudo
-Todos neutralizados en el primer piso... Ninguno de ellos es Denkichi ni Toragoro.
-Muy bien, Kurome, ¿Estás bien, hermanita?- Miró con cariño a su hermana menor la cual solamente desvió la mirada.
-Senpai, es de mala educación no mirar al frente a tus superiores, ¿No es así, Ishimatsu?- Matsuri, la ninja pelirrosa a una de las Misakaya que sostenía a la pelinegra.
-Por supuesto-misaka.
La pelinegra miró de mala manera a su kouhai y luego miró a su hermana aunque algo ruborizado.
-No te preocupes, oneechan... Solo estoy cansada.
-¡Heichou!- Entró otra Misakaya.
-¿Que pasa Nitta?
-Heichou, una ronda policial viene para acá.
-¿Kido?
-No, Genda y Sakuma.
-Bien... Dejaremos un escuadrón de Misakas para poner panfletos por todo el lugar y colgar la bandera en la posada... La gente de Edo no debe por nada del mundo olvidar una nueva victoria para el Inazuma Bugeichou y para el Bugyo de Kitamachi.
-¡OH!
-¡Heichou, ya hemos mandado un escuadrón para perseguir a Denkichi Shiranui como a cualquiera que escape!
-Excelente...- En eso Akame miró a la ninja pelirrosa la cual miraba su celular- Matsu...
-Nino dijo que todos los que escaparon hacia las casas vecinas han sido eliminados.
-Muy bien... ¡Vámonos!
-¡OOHH!
Los sicarios de inmediato se pusieron de pie mientras que Tamao con su magia invocó las capas y los sombreros grandes de tapa blanca y de esa manera, los principales guerreros que fueron participes (La mayoría la treintena de personas eran Misakaya) fueron marchando por todo el lugar,, no había esquina en las calles de la zona de tolerancia donde no había gente de pie que estaba viéndolos, algunos con temor, otros con curiosidad y otros con admiración.
El camino de los Leones Dorados de Edo ofreció un cuadro un heróico. Concluida la batalla, al llegar la medianoche y en una fuerte lluvia, el Inazuma Bugeicho desfiló por las calles de Ciudad Inazuma, en filas india, ante los ojos de una multitud de miles de personas que los observaban, entre admirados y horrorizados, desde ambos lados de la calzada.
En sus ponchos negros y anchos sombreros en forma de tapa, los hombres de Inazuma Candy-dono avanzaban lenta pero ceremoniosamente, cubriendo el largo trecho que separaba la zona de tolerancia de su base en algún paraje lejano de la misma ciudad. Parecía una escena de otro tiempo. Las calles de Ciudad Inazuma llevaban casi cincuenta años sin ver un espectáculo parecido.
Kurome y Matsuri tuvieron que ser llevadas en una camilla por las dos Misakaya que participaron en su "Ayuda" contra los yakuzas que peleaban. Kyoya y Tamao llevaban la espada desenfundada, porque de tan doblada y hecha trizas que estaban sus armas blancas no podían ni encajarla en la vaina. Pero todos mantenían la cabeza alta y el gesto sereno, orgulloso, como guerreros salidos de los cantares de gesta de antaño.
Y, al frente de la comitiva, Akame y Chizuru cuyo mano no soltaba la de Sumi, estaban radiantes, sonriendo a cada paso. Era su gran momento. Al fin habían logrado su gran sueño. Aquel puñado de ronin había entrado en la leyenda como auténticos defensores de la justicia y del pueblo. Aquella noche en la calle Toraya, el Inazuma Bugeicho se había cubierto de gloria.
Pero apenas era el comienzo de su historia...
Volviendo con Max y Gabu, el joven de gorra con cuernos y su amigo Gabu eran los únicos que no estaban reverenciandose ante las Misakaya que quedaron en la tienda, colocando los panfletos y mantas adjudicando al Inazuma Bugeicho, el Nikogumi y los Super Once como los autores de aquella batalla como masacre.
Fue en eso donde Rex, Zoe y sus dinos alcanzaron a su amigo el cual estaba en silencio.
-Max, ¿Estás bien?
-Max, ¿Qué pasó?
El castaño soltó a su triceratops el cual caminó lentamente junto con su amo, en eso Ace sintió el olor a la carne a lo que fue corriendo dentro del establecimiento y seguido de la pandilla D.
El trío de chicos dinosaurio ante el asombro de las Misakaya entraron al local y lo que vieron y sintieron fue algo que desolaba sus armas:
Cadaveres en el suelo y escalera por montones, el patio y la cocina, los pasillos, hasta en el baño... No quedaba una sola puerta, ventana ni panel de papel intacto. Las vigas del techo estaban también hechas pedazos, ya que las habían cosido a lanzazos desde abajo para acabar con los yakuzas que se ocultaban en el desván. Las esteras de tatami que tapizaban el suelo estaban teñidos de cuerpos coloreados de rojo casi por completo. Manchas de sangre fresca salpicaban las paredes. Por cualquier rincón, desperdigados por el suelo, podían encontrarse brazos, pies y trozos de rostros humanos cercenados a katanazos.
Ante la sensación, convirtieron a sus dinos en cartas para evitar inconvenientes.
-Oigan- En eso llegaron dos Misakaya- ¿Van a ayudarnos con los carteles-misaka?
-...- Ninguno de los tres jovenes respondía.
-No se acepta un no como respuesta-misaka.
No había opción... Todo por meterse en lo que no debían.
