Ashikaga Yuuki no es más que otro cualquier estudiante dentro del instituto, él siempre se ha visto como alguien que no destaca demasiado, si no, lo más que logra hacer es ayudar en la biblioteca como encargado, nunca ha sido un joven que haya aspirado a más y simplemente busca una vida escolar normal, a sus propias palabras, es algo que no le molesta para nada, no tiene una apariencia guapa o es bastante varonil, es un joven normal que solo quiere pasar una vida tranquila.
En su línea de trabajo ha visto pasar a muchos estudiantes, la biblioteca es el lugar designado para estudiar, leer si uno quiere o simplemente descansar entre clases, como cualquier otro encargado, solo está ahí sentado en el escritorio, si alguien se acerca por alguna indicación o sacar un libro, lo hace y listo, puede ser un trabajo sencillo y libre de molestias, y así era, es lo que Yuuki desea hacer.
Lo que no pensó, es como toda su rutina terminaría cambiando con la llegada de una sola persona, una chica de largo cabello negro, aspecto frágil, una mirada tímida a pesar del cuerpo que ella posee, esa chica es Katsura Kotonoha. Yuuki se fijó en ella la primera vez que pisó la biblioteca y no puede dejar de pensar en lo que sintió en aquel momento, como es que una belleza así asiste al instituto, y además la ha visto leer y es justamente de la clase de libros que él gusta tomar, pensó que podrían tener muchas cosas en común, Yuuki, un chico que nunca antes había tomado la iniciativa en algo, por primera vez en su vida quería tomar acción, acercarse a ella y hablarle, entablar una amistad y que quizás evolucione en algo más, pero así como llega la esperanza, rápido se desvanece.
Llegó a escuchar que ella está saliendo con alguien, Itou Makoto, un nombre ya reconocido dentro de Sakakino, debido a como ha escuchado por parte de varias chicas como uno de los chicos más codiciados de este, y es algo que no entiende Yuuki, no piensa que pueda existir un chico así el cual sea la comidilla de las chicas, aunque esto mayormente viene más de parte de las chicas del club de baloncesto de la escuela, el cual es el más popular que tiene Sakakino al ser bastante fuerte y que las chicas son hermosas; el simple hecho de que ocurra eso molesta a Yuuki.
- (Katsura-san no merece eso, Itou Makoto no es más que un mujeriego y lo demostraré…) – Yuuki tenía un plan, quería hacerle ver a Kotonoha que estaba mal en el hecho de salir con Makoto, ya tenía todo preparado, solamente tenía qué hacer su movimiento y entonces podría cambiarlo todo.
- Vengo a retirar un libro. – De repente le sacaron de sus pensamientos, al despabilar vio la figura que estaba frente a él, alto, cabello rubio.
- (Ahora que recuerdo, también hablaron de él, Hoshizora Ryan, un estudiante de intercambio…) – Yuuki no podía evitar sentirse intimidado por él, no es la estatura, es el aura que poseía, ya que se veía como alguien imponente, caso contrario al de él que posee un cuerpo flaco y escuálido, no había punto de comparación. – C-Claro, déjame firmo la hoja… - Fue a hacer todo para retirar el libro que Ryan tomaría, una vez lo hizo, se lo dio. – Ya está, devuélvalo dentro de tres días.
- Claro. – Yuuki ya podría calmarse porque él se iría, a decir verdad no es alguien con quien le gustaría relacionarse, así que esperaba no verlo otra vez. – Por cierto…
- ¿Sí?
- Tengo algo que preguntar… ¿conoces a Katsura Kotonoha? – En aquel momento los ojos de Yuuki se abrieron totalmente ¿acaso Hoshizora la conocía?
- E-Esto, bueno… es que pasan muchos estudiantes a la biblioteca, no es que los conozca todos.
- Ya veo… - Se llevó la mano al mentón. – Solamente preguntaba, como soy amigo de ella, puede que la encuentre aquí, seguro está ocupada con trabajo del consejo, más que nada con el festival escolar cerca.
- E-Es cierto jeje… ¿alguna razón para preguntarlo?
- Me imagino que debe trabajar bastante aquí o estudiar, la veo como alguien que no desea molestar a nadie, al menos cuando se va con Itou.
- Itou Makoto… - La mirada de Yuuki se endureció, en ese momento él aprovechó para preguntar algo. – Esto… si me lo permites, quisiera preguntarte algo ¿Cómo es Itou-san?
- Él… no es que hallamos hablado mucho, pero he visto que se busca tomar su relación en serio, aunque todo puede cambiar, quien sabe que espere el futuro.
- Es verdad… - Yuuki sonrió por debajo. – (Quizás Katsura-san sí termine alejándose de él, quiero ayudar.)
- ¿Piensas en algo? – Preguntó Ryan, Yuuki negó con la cabeza.
- No es nada, lo cierto es que Katsura-san tiene algo de mi interés… - El rubio enarcó una ceja.
- ¿Acaso posible enamoramiento? – Eso puso rojo al de lentes.
- N-no es eso, yo… realmente no sé qué es lo que siento, pero me gustaría ser amigo de ella, he visto en ocasiones y parece que tenemos los mismos gustos por los libros, alguien así debe ser una buena persona.
- Entiendo… - Ryan posó su mano en el hombro del castaño. – Puedes dejármelo a mí, yo haré lo posible por llevar las cosas por un buen camino, así que no es necesario que hagas algo, eso implica… vestirte de mujer. – Y entonces el rostro de Yuuki palideció.
- ¡¿E-Eh!? ¿Cómo sabes eso?
- No puedes esconder bien ese maquillaje que tienes en tu mochila. – Señaló al bulto de Yuuki y justamente sobresalía un estuche de maquillaje, él lo guardó rápidamente. – Puedo decirte algo… la relación entre ambos va a cambiar durante este festival escolar, he estado observando de cerca como avanzan y se nota que Makoto ya está empezando a tener fijación en alguien más… y esa persona le corresponde, es cuestión de tiempo para que ambos se separen en buenos términos.
- … Lo entiendo, es un alivio saberlo, y pues… - Él se puso algo nervioso. – No le digas a nadie sobre esto, que yo pensaba… hacerme pasar por mujer para seducir a Itou-san.
- No lo haré, lo prometo. – Respondió Ryan. – A cambio, quiero que me ayudes en algo. – En ese momento una interrogación apareció sobre la cabeza de Yuuki.
- ¿Ayudarte?
- Así es, es un trabajo importante para evitar que el festival escolar termine en problemas. – Eso sorprendió a Yuuki, entonces se puso serio.
- Sí el festival peligra, entonces ayudaré. – Ryan sonrió.
- Buen chico, entonces esto es lo que haremos…
Sekai tenía muchas cosas en su cabeza, una vez llegó a la conclusión de que quiere tener una relación formal con Makoto, ahora tenía que hablar con Kotonoha, tener la conversación y confesarle que siente lo mismo por él, parece fácil ¿no? Pues para ella no lo es, sabe que habló con Ryan al respecto y el rubio le dio el empujón que necesitaba para darse cuenta de lo que siente, pero actualmente tiene miedo de algo, y eso es la reacción que su amiga tendría ante tal confesión ¿se enojaría? ¿se pondría a llorar? El no saber como un alma tan pura como la de Kotonoha reaccionaría le impide tomar partido en moverse y hablarle, pero tampoco podría quedarse sin hacer nada, le prometió a Ryan hablar y de no hacerlo, estaría traicionando la confianza que este depositó en ella.
- (Tienes que hacerlo Saionji Sekai, solo es decir unas cuantas palabras a Kotonoha y listo, es fácil…) – Estaba caminando por los pasillos, pensando en múltiples escenarios para hablar con ella, sabe que, por trabajo del consejo y cuestiones del festival escolar, estaría ocupada, pero si logra hallar un hueco para hablar, lo aprovecharía. – (Si llegamos a buenos términos, le confesaré a Makoto mis sentimientos, no quiero seguir mintiéndome a mí misma)
- Saionji-san. – Y como si no lo esperara, Kotonoha estaba caminando frente a ella en ese momento, aprovechó a saludarla, causando que la pobre saltara del susto. - ¿Eh?
- K-Kotonoha, me asustaste.
- Lo siento… - Ella bajó la mirada. - ¿Estabas distraída?
- Esto, sí, claro jeje… - Ella estaba nerviosa, quizás era el momento, tenía la oportunidad y no podía soltarla. – Así que… ¿estás trabajando en el consejo?
- Sí, hace poco tuvimos reunión con los presidentes de los clubes para lo qué harán en el festival ¿Qué harán en tu salón?
- Bueno, pensamos en hacer un café, pediré prestados uniformes del restaurante de mi madre.
- Eso parece ser interesante. – Ella sonrió. – Aún estamos viendo en mi salón, pero no sé si ayudaré bastante.
- Entiendo… - Sekai no entendía por qué estaba desviando el tema, así que entonces tragó saliva. – Esto… Kotonoha, tengo algo que decir.
- ¿Sí? – La de cabello largo la vio con curiosidad, Sekai apretó su puño con fuerza, era ahora o nunca.
- L-Lo que quiero decir es que yo… yo… estoy…
- Katsura, apúrate que tenemos reunión. – Llegó otro estudiante a avisarle, esto la sorprendió.
- Sí, ya voy… ¿Qué ibas a decir Saionji-san?
- Bueno es que… jeje, voy a hacer un menú muy bueno para nuestro café, espero te pases ¿sí?
- … Claro, me encantaría, nos vemos. – Kotonoha se fue mientras Sekai se despidió con la mano.
- (Al final… no pude decirlo…) – Pensó con lagrimones en los ojos, entonces soltó un suspiro. - ¿Por qué es tan difícil expresarme? Acaso sigo con el miedo de que pueda pensar de mí, que quizás traicione su amistad, pero el seguir escondiendo todo esto es mucho peor… la próxima vez lo haré… - Comentó por debajo, en ese momento vio venir a Makoto, ella sonrió y se acercó a él. – Makoto~ - Y lo sujetó del brazo.
- ¿Eh? ¿Sekai? ¿Qué haces?
- ¿Qué más? ¿Acaso no puedo sujetarte del brazo? ¿A poco es que tu cuerpo hormonal tiembla ante el contacto de una chica?
- No es eso… - la apartó. – Por cierto… respecto a las prácticas.
- Lo sé. – Ella lo calló. – Seguiremos con eso, pero ¿estás seguro de continuar? El festival escolar está cerca y seguro querrás pasarlo con Kotonoha.
- Bueno, es cierto que quiero disfrutar con ella de los puestos, pero es que… - Makoto igual estaba teniendo un conflicto, sale con Kotonoha pero no logra olvidar sobre la noche que pasó con Sekai, cuando ambos perdieron sus respectivas virginidades. – No sé si ella esté disponible debido a su trabajo en el consejo así que… si no llega a suceder ¿vendrías conmigo?
- Makoto… - Ella quedó asombrada, realmente Makoto le estaba pidiendo recorrer juntos el festival, entonces ella sonrió. – Por supuesto.
- Sekai… - El pelinegro estaba empezando a verla con otros ojos, puede ser debido a las prácticas, pero estaba descubriendo nuevos aspectos de su amiga en los que no se había fijado antes, como que ella huele bien y la hermosa sonrisa que posee.
- Claro que solo será en caso que Kotonoha no esté disponible, yo igual quiero disfrutar con mis amigas.
- Claro, eso lo sé, pero… si iremos ¿no? – Ella asintió. – Entonces, está decidido.
- Claro, no me molesta ser plato de segunda mesa para ti, señor mujeriego. – Le empezó a codear, molestando a Makoto, ella soltó una risa. – Aún tenemos trabajo por hacer con nuestro puesto, me voy. – Y ella se fue, con Makoto viéndola ir, el pelinegro se quedó pensando, ella o Kotonoha, tenía una dura decisión qué tomar.
Una vez terminó con su trabajo en la biblioteca, Ashikaga Yuuki se preparó para retirarse a su hogar, él realmente no tenía un trabajo en concreto con su salón respecto al festival escolar, además la biblioteca ocupaba la mayor parte de su tiempo por lo que no había problemas si se ausentaba de la preparación, aunque actualmente esa no era su preocupación actual. Aún tenía bien fresco en la mente la conversación que mantuvo con Ryan, como es que fácilmente descubrió su plan de engañar a Makoto haciéndose pasar por una chica para que se alejara de Kotonoha y lo que es más, lo que le acabó contando respecto a su plan.
- (¿Realmente nee-san tiene planeado colocar una cámara en esa habitación? Había escuchado cosas sobre ella, que las parejas la usan para hacer cosas, es un secreto conocido pero filmarlo, eso es horrible…)
- Ey Yuuki. – En ese momento vio a alguien, un joven de cabello castaño oscuro y porte bien parecido.
- Kyouichi-senpai. – Saludó a este. - ¿Terminando un trabajo?
- Claro, ser tutor no es nada fácil. – Respondió este. Se trataba de Kasannoin Kyouichi, un estudiante de segundo en Sakakino, además de que se trata del novio de Nanami, él no solo es otro encargado de la biblioteca sino que lleva a cabo un trabajo como tutor para chicas de primaria, un trabajo que le ha dejado bastante debido a confían en él y sus conocimientos. - ¿Qué tal las cosas en el instituto?
- Todo va bien. – Ya ambos comenzaron a caminar juntos, Yuuki confiaba en él como un senpai pero no sabía si poder hablar respecto a lo que Ryan le dijo, él realmente no quería sospechar de su propia hermana que haga cosas malas, es una de las Aces del equipo de basquetbol y dejar caer su reputación de esa manera es algo totalmente inaceptable.
- Por lo menos tienes la fortuna de estar en la biblioteca donde no ocurre nada y te libras de trabajar con tu salón para lo que harán en el festival escolar, seguro debes estar pasándola bien. – Exclamó el senpai.
- Tampoco es que esté totalmente desocupado, por cierto ¿irás con tu novia?
- Nanami-chan… ese es el plan, ella ha insistido bastante en que salgamos juntos ese día y pues tuve que hacer mi agenda libre para cumplirlo. – Soltó un suspiro. – Si bien es cierto que ella es linda y no lo niego, tiene un gran cuerpo, llega a fastidiar en ocasiones con todos los mensajes que me envía.
- Tienes suerte de tener novia senpai.
- ¿Qué hay de ti? ¿Acaso no tienes nadie que te mueva ese corazón? Seguro no estaremos hablando de Kitsuregawa, tu amiga de la infancia.
- Nada de eso, ni siquiera se me ocurre que pase. – Yuuki soltó una pequeña risa, su amiga de la infancia Kitsuregawa Roka no era más que eso, algo a lo cual el castaño estaba más que convencido. – Aunque bueno… si puedo decir que tengo interés en alguien.
- ¿En serio? Parece que finalmente le ha llegado la primavera a mi pequeño Kouhai, deberías aprovechar.
- Solo es interés, tampoco sé si es amor pero prefiero no hacerme demasiadas ilusiones. – Reiteró el de lentes, solo había estado observando a Kotonoha porque deseaba protegerla de Makoto, pero con Ryan entrando a la ecuación, la cosa cambiaba totalmente y quería saber si lo que este dijo era cierto. – Ya por aquí me voy, nos vemos senpai.
- Cuídate Yuuki. – Tomaron caminos distintos. El de lentes caminó un poco más hasta finalmente llegar a su hogar, no sabía si su hermana estaba presente, ella era parte del equipo de baloncesto y seguro estaba muy ocupada, pero por si acaso, deseaba averiguar las cosas.
Entró en aquel momento, observó en la entrada un par de zapatos más, los pertenecientes a Ashikaga Chie, su hermana estaba en casa lo cual era una gran oportunidad para él pero resulta en cierto problema. Algo de lo cual no se sabe es que ambos realmente no tienen la mejor de las relaciones, Chie siempre ha tratado a Yuuki como alguien débil, le encanta pedirle mandados, molestar en ocasiones o simplemente ignorar con una mala cara, desde que tiene uso de razón, ella siempre ha sido así, lo que ha estancado totalmente la relación que ambos han tenido a lo largo de sus vidas, que de repente él inicie una conversación con ella sería visto como totalmente foráneo y no cabría duda de lo mucho que ella se extrañaría.
- (No puedo hacerlo… Chie-neesan no es alguien fácil de acercarme… no podría descubrir la verdad)
- ¿Eres tú Yuuki? – Justamente escuchó la voz de su hermana llamarle desde la sala.
- Sí, soy yo.
- Llegas justo a tiempo, ven. – Le llamó, el momento más adecuado para que el castaño pueda despejar sus dudas, así caminó hacia la sala donde vio a su hermana. Una chica de largo cabello castaño y ojos cafés, ella llevaba una blusa amarilla sin mangas con unos pantaloncillos, se encontraba recostada en el sofá observando su teléfono. – Justamente esperaba que llegaras, tengo un favor que pedirte, se supone que debería de llenar esos formularios para reservar los salones para el equipo de basquetbol pero no tengo ganas, hazlo por mí.
- … Bien. – Él realmente no podía rechazarla, su actitud era tan pasiva que no lograba negarse por nada del mundo, ya así es que se sentó y vio los formularios, ciertamente necesitaban unos tres salones pero había algo interesante ahí. – Chie-neesan ¿también van a reservar un pequeño espacio?
- Así es, no es nada importante y solo se colocará al lado de la casa del terror, una pequeña habitación de descanso para los estudiantes.
- Habitación de descanso… - Era justamente lo que Ryan le había dicho, que ella iba a hacer algo con ese lugar, ese espacio en específico, necesitaba más información. - ¿Qué función tiene realmente una habitación así si pueden descansar en los salones?
- Es solo para que descansen de trabajar, como las chicas del equipo trabajan mayormente, seremos quienes lo usemos, nada más. – Respondió Chie, ella mantenía un rostro calmado y serio, quizás era todo… no, Yuuki agitó su cabeza, Ryan sonaba muy convincente respecto a que ese sitio sería blanco de algo malo.
- ¿No lo usan para otras cosas? Ya sabes… entrar con parejas… - Chie finalmente levantó la mirada de su teléfono, para observar a su hermano menor.
- Yuuki, sería mejor si no preguntas nada más ¿entendido? – Amenazó, el castaño solo pudo asentir y continuar escribiendo en los formularios; ya ese simple gesto que ella hizo era una señal de que realmente estaba involucrada en algo respecto a aquella habitación, tenía que informárselo a Ryan, sí podía evitar que ella se metiera en problemas, haría todo lo posible por conseguirlo.
Al día siguiente, las clases terminaron antes y aprovecharon el tiempo para continuar con sus planes para los puestos del festival escolar, en específico el salón de Ryan estaba en planes y decidiendo qué hacer.
- Queda decidido, haremos un café. – Terminó de sentenciar Sekai, entre los distintos votos, esa idea fue la más votada. – Podré pedir ayudar a mi madre con los uniformes, seguro con lo que hay en Radish.
- Los uniformes ahí son lindos, así que nos veremos bastante bien. – Exclamó Hikari con emoción. Ryan observaba las expectativas que había por el festival y como deseaban que saliera bien, él ya sabía todo eso, sí esa idea salió ganadora era justamente porque Sekai podía usar los recursos del restaurante de su madre para facilitar la construcción.
- Necesitaremos más que comida, hay que ofrecer algo más ¿tienen ideas? – Preguntó la pelinegra, Setsuna levantó la mano en ese momento. - ¿Setsuna-chan?
- Podríamos vender también dulces de la tienda de Hikari. – La sugerencia fue tomada con buenos ojos, a lo que la propia castaña clara se vio asombrada.
- No lo sé, tendría que hablarlo con mi familia, pero tampoco creo que se rehúsen, si sirve para hacer publicidad a la confitería.
- Puedes ir a preguntarles entonces y quizás traer muestras para probar. – Sugirió Sekai, era algo aceptable para Hikari por lo que aceptó. – Pero no creo que debas de ir sola, seguro quieres que alguien cargue las cosas ¿alguien se ofrece?
- Sekai, Sawanaga es una buena opción. – Habló Ryan en ese momento, ganándose una mirada de asombro de este mismo.
- ¡¿Qué estás diciendo!? No es que yo…
- Kuroda necesita un apoyo masculino para cargar las pesadas bolsas de dulces que seguro traerá, además eres el único sin nada qué hacer, así que es por descarte ¿no es así Sekai? – En ese momento el rubio le guiñó a ella para que captara el mensaje, ella abrió la boca por unos segundos y asintió.
- Es verdad, Sawanaga-kun, no seas un holgazán y ve a ayudar a Hikari-chan o le diremos al profesor. – Eso lo alertó.
- Está bien… que fastidio… muy bien Kuroda-san, puedes usarme como mula de carga.
- Esto, claro… - Hikari estaba algo avergonzada de que justamente Taisuke sea quien la acompañe, al ver a Sekai, esta le levantó el pulgar. – (¡Así que lo planeó ella junto a Hoshizora!) – Acusó mentalmente a ambos, al final no había forma de dar la vuelta y entonces ambos comenzaron a ir en dirección al hogar de la castaña, claro que llevando una distancia considerable. – Escucha Sawanaga-san, es mejor que no estés a menos de un pie de distancia de mi ¿entendido?
- Claro, tampoco es que me haga ilusión ir contigo. – Declaró este, ella apretó los dientes.
- ¡Eres increíble! Como sea, solo acabemos con esto y ya. – Y continuaron caminando en silencio, por dentro Hikari se maldecía a ella misma porque gracias a esa actitud tan a la defensiva que tenía no lograba tener avance de algún tipo con Taisuke; le gusta desde que estaban en la primaria, fueron juntos y eso fue más que suficiente para que ella desarrollara sentimientos por él, le fue un gran alivio saber que asisten a la misma secundaria, le daba esperanzas de poder confesar algún lo que siente pero cada oportunidad ha sido cortada por ella misma, porque era demasiado orgullosa para decir algo.
Esa era su propia debilidad, a pesar de conocer por tanto tiempo a Taisuke, siempre ha mostrado una faceta dura de ella misma, se pone a la defensiva siempre que hablan y no hay un solo momento en el que exprese su molestia hacia él pero tampoco es que el joven ayude en algo, este siempre muestra actitudes pervertidas y no hay momento en el que siempre observa los pechos de algunas chicas, más que nada si son grandes, en comparación a ella que los tiene de un tamaño promedio, copa C para ser más específicos, se siente con una gran desventaja para siquiera querer llamar la atención del joven castaño.
- (No dejo de tener muchos problemas en mi vida amorosa…) – Soltó un suspiro. Sí al menos tuviera la actitud de Sekai o el cuerpo de Nanami, se sentiría con una mayor confianza pero ella era alguien promedio, nadie que destaque demasiado, la típica chica que te puedes encontrar y ves solo como una amiga, ya muy dentro se estaba sentenciando a quedarse sola el resto de su vida.
- Debo decir, que esto de vender dulces igual en el café es algo interesante. – Comenzó a hablar Taisuke. – Yo realmente no sé nada de esas cosas, son tradicionales ¿no?
- Pues claro que lo son. – Respondió Hikari, con las manos en la cintura. – La gente cree que hacer dulces es sencillo pero requiere de una gran técnica con las manos y el tiempo de cocción perfecto, por ejemplo con los dulces de sakura, extraer el sabor de este es complicado pero usando… - Y ella empezó a explicar, poco a poco su semblante serio empezó a cambiar por uno alegre, ella realmente disfrutaba hablar acerca de dulces. – Es realmente delicioso cuando pruebas el mochi de sakura ¿sabes?
- Kuroda-san… no he dicho esto antes, pero eres más linda hablando sobre lo que te gusta ¿sabes? – En ese momento la castaña se puso roja.
- ¡¿D-De qué estás hablando!? ¿Cómo que linda?
- Lo que dije, normalmente siempre me diriges la palabra con un rostro de pocos amigos, pero verte hablar de dulces, realmente cambia tu expresión y se ve mucho mejor, sí siempre fueras así, seguro que los chicos se interesarían en ti.
- E-Eso no es cierto, idiota… - Ella desvió la mirada de la vergüenza, no podía creer que él tuviera la osadía de llamarle linda de ese modo, sí bien es cierto que ella ama los dulces, en el futuro desea ayudar a su familia y ser una gran confitera como su padre, no es razón para que el chico de repente le diga un cumplido y no sienta vergüenza de ello. – Además, no digas esas cosas tan a la ligera.
- No lo hago. – Se quejó Taisuke. – Primera vez que te digo un cumplido y me lo reclamas en la cara, ya no volveré a hacerlo.
- Es que eres un pervertido. – Le sacó la lengua y siguió caminando, ahí ella sonrió por debajo, feliz de que al menos él le haya dicho que es linda. Al poco tiempo finalmente llegaron a la tienda de dulces de la familia de Hikari, ella entonces entró en aquel momento.
- Padre, madre, quiero hablar con ustedes de algo… - Y así gestionó sobre lo del café y que desean vender sus dulces, lo bueno de la familia de la castaña es que no es muy cerrada a ideas y entonces se accedió de cierto modo a la venta, claro que ella tendría que hacer algunos de ellos, pero no estaba preocupada, era un inicio para encaminarse a su futuro, así que aceptó la propuesta, un tiempo después ya salió con unas bolsas, Taisuke estuvo ahí esperando.
- ¿Salió bien? – Preguntó este, un pulgar arriba de parte de Hikari fue la respuesta que él esperaba. – Excelente, ahora tenemos una gran arma para nuestro puesto.
- Además conseguí unos cuantos para que prueben y decidamos que agregar al menú, todo salió bien.
- Eso nos quita un gran trabajo de encima… además, nunca antes había venido aquí, tanto tiempo que nos conocemos y nunca me trajiste.
- Es que no hay razones para traer a un chico a mi casa, solo mis amigas han venido. – Reclamó ella, Taisuke soltó una risa.
- Ahora ya lo sé, si los dulces son muy buenos, seguro venga a comprar, solo espero que me trates bien como un cliente.
- Sí claro, te daré el trato que te mereces. – La sonrisa peligrosa de la castaña no auguraba nada bueno. – No sigamos perdiendo el tiempo aquí y regresemos, han de estar esperando.
- Claro, mientras más rápido terminemos el día de hoy, más temprano nos iremos. – Así ambos regresaron al instituto. Hikari logró pasar un tiempo y hablar con Taisuke, ahora ella conocía que él la veía como alguien linda, eso es algo que podía llamar un avance, solo necesitaba poder afianzarse para lanzar sus intenciones, para que al final logre decir lo que siente.
Al no seguir siendo necesario en la junta para el café, Ryan pudo irse antes, siendo algo que le beneficiaba ya que podría enfocarse en su misión de evitar la grabación de ese lugar de descanso, mientras que le había pedido a Yuuki que investigara más al respecto, solo hacía falta que le envíe los resultados de lo que ha averiguado, por ahora no sabía nada más y es que los respectivos puestos de sus salones les mantenían ocupados, así que el rubio necesitaba pensar en otra cosa por hacer.
- Quizás vaya al gimnasio a continuar con mi entrenamiento…
- Pero sí es Hoshizora-san. – Escuchó una voz conocida, ahí vio pasar a Manami, la señora Katsura llevaba un gran abrigo de color rojo con lentes de sol y un sombrero de paja, por debajo se lograba observar un vestido de color beige. – No esperaba encontrarte ¿estás saliendo del instituto?
- Así es Manami-san, no soy más necesario en el puesto que hacemos para el festival escolar por lo que pude irme.
- Es cierto que pronto será su festival escolar, Kotonoha igual me comentó al respecto, que su salón está haciendo un café.
- El nuestro igual, parece que es fácil hacerlo porque varios salones tuvieron la misma idea. – La pelinegra soltó una pequeña risa.
- Los jóvenes realmente aman las cosas sencillas, pero no crean que es tan fácil hacer un café, la comida debe ser lo suficientemente buena para atraer a clientes, el tiempo en servir el platillo, el sabor y la presentación son muy importantes.
- Veo que habla desde un punto de vista experto, ser crítica de comida debe tener sus ventajas.
- Solo digo lo que puedo, incluso le sugerí a mi hija si puedo ayudar pero ella me dijo que está bien.
- Bueno, no quisiera molestarla, así que me voy. – Ryan estaba por irse pero Manami lo detuvo.
- Espera un momento, a decir verdad, iba en camino a un lugar para hacer mi trabajo, pero realmente no quisiera ir sola ¿no tendrías problemas en acompañarme? – Eso causó que Ryan se sintiera algo descolocado, en realidad no hay razón alguna para que invitara al amigo de su hija.
- No es que esté ocupado pero…
- No todos los días puedes ir a un restaurante a comer gratis. – Le soltó un guiño, Ryan seguía pensando que algo raro había ahí pero tampoco es que pudiera rechazar a Manami cuando lo pide de forma tan amable.
- Está bien, igual siento algo de curiosidad sobre su trabajo, quizás pueda sacar ideas para sugerir a nuestro puesto.
- Entonces todo está dicho, serás mi escolta. – La pelinegra sujetó del brazo a Ryan y entonces comenzó a caminar junto a él, el rubio no esperaba tal cercanía de parte de la adulta.
- ¿Por qué tan cerca?
- Es el deber de una escolta, además de que, por mi trabajo como crítica, no estoy exenta a recibir reclamos o amenazas por lo que diga, así que espero que, como el joven fuerte que eres, puedas protegerme. – Respondió ella, el rubio soltó un suspiro.
- Lo tuvo todo planeado ¿no? – Ella solo sacó la lengua de forma linda, aunque en una adulta como ella, el verse juvenil no es que se viera muy bien. – Está bien, solo espero que no tenga más sorpresas escondidas.
- Para nada, entonces vamos. – Así acompañó a Manami a su trabajo, no sabía que esperar pero ella es alguien capaz de mantenerse profesional, si solo necesitaba escoltarla, era más que suficiente para él.
En lo que acompañó a la mujer, no hubo palabra alguna entre ambos, simplemente caminaron hasta llegar a su objetivo el cual era un restaurante, ya desde la fachada se observaba que era un lugar para gente rica, un frente bastante pulcro y llamativo y seguro que la comida era igual de cara y exclusiva, Ryan se lamentaba un poco no estar vestido para la ocasión.
- La estábamos esperando, adelante. – Un mesero estaba en la entrada, dando el paso a Manami. - ¿Es su acompañante?
- Me está escoltando, déjenlo pasar igual. – Señaló ella, el trabajador asintió y Ryan también accedió al sitio, ya desde adentro se observaba todo el aire a un típico restaurante exclusivo, de aquellos que solo puedes entrar con una reservación y pagando una buena suma. - ¿Sorprendido? Debe ser tu primera vez en un restaurante gourmet.
- Así es, no es que pueda costearme estas cosas y que tampoco pueda venir solo. – La castaña soltó una pequeña risa.
- Eso es apenas el inicio, vamos a nuestra mesa. – Otro trabajador los llevó a su mesa donde se sentaron, en ese momento sirvieron vasos con agua y dejaron las servilletas y cubiertos de antemano.
- Empezaremos con la entrada, vendrá dentro de poco. – El mesero se fue, dejando a ambos solos, Ryan solo lograba mirar a todos lados y denotaba la elegancia del lugar.
- Me siento muy fuera de lugar en estos momentos…
- No digas eso, aprecio mucho que seas mi escolta. – Respondió Manami con una sonrisa. – A decir verdad, te estoy muy agradecido.
- ¿Por cuál razón? – El rubio enarcó una ceja.
- Por ser amigo de Kotonoha, ella siempre ha sido alguien reservada y tímida, puede que en la casa sea alguien más, pero afuera seguro que ha pasado dificultades, nunca antes la había visto sonreír con tal naturalidad desde que te conoció, has sido una influencia muy positiva en su vida.
- Eso no es verdad, no hice demasiado, ella simplemente decidió avanzar por su cuenta y ser más activa, solo simplemente le di un empujón.
- A pesar de todo, tuviste algo que ver así que, como su madre, te lo agradezco bastante. – En ese momento llegó el mesero con una bandeja.
- Aquí tienen la entrada, nuestra sopa de crema, cortesía de la casa. – Dejó ambos platos para que degustaran, Ryan tomó la cuchara, observando el plato, el olor que irradiaba realmente daba a conocer un sabor profundo que tendría, ya entonces tomó un poco y en ese momento abrió los ojos del asombro.
- (Sabe bastante bien, la crema combina perfectamente el sabor del pollo y creo que noto las especias y la cebolla… este es un platillo de un restaurante gourmet. – Mientras el rubio pensaba en el asombroso sabor, Manami simplemente comió y tenía un rostro serio, sacó una pequeña libreta para hacer unas anotaciones, ya entonces trajeron el siguiente platillo.
- El plato principal, filete sazonado en salsa de tres quesos y chile. – Ya desde la descripción Ryan podía sentir su estómago ansiar probarlo y a la vista se observaba como un plato bastante apetitoso, tomando el tenedor y cuchillo, cortó un pedazo, el olor y el jugo que irradiaba la carne mostraba que estaba suave, no muy cocida ni muy cruda, se encontraba en su punto, con la sala escurriendo de encima, se llevó el pedazo a la boca para comer.
- (¡Qué diablos! Esto debe ser lo mejor que he comido en toda mi vida) – Ryan no podía haberse imaginado ni en mil años que tendría el placer de probar un platillo tan delicioso y caro, era un manjar que acababa palideciendo ante las comidas más normales de un mercado, al poco tiempo se le vio seguir comiendo de este. Manami por su parte estaba analizando todo lo necesario del plato, anotando presentación, ingredientes usados y luego su sabor, como una crítica experta no podía dejarse llevar y tenía que realizar un análisis sumamente objetivo, ya entonces continuaron comiendo.
- ¿Qué tal Ryan-san? ¿Delicioso?
- Sí… ni creo que trabajando toda mi vida podría pagar una comida como esta. – Manami sonrió.
- No por nada este restaurante tiene una reputación de contar con cuatro estrellas. – eso sorprendió al rubio. – Pero los críticos no podemos dejarnos llevar solo por el sabor, calificamos cada aspecto de la comida, desde el trato de los trabajadores, los modales, el servicio, la presentación y que nada esté fuera de lugar, se abarca bastantes puntos para dar una buena calificación.
- Eso parece ser demasiado trabajo.
- Lo es, pero me encanta hacerlo. – Declaró ella. – Una crítica, sea constructiva o destructiva acaba influyendo en la reputación de un establecimiento, como mucha gente está a la expectativa de lo que uno pueda opinar sobre un restaurante, debemos de ser lo más imparciales posibles pero sin dejar de lado el tono profesional. – Al poco tiempo acabaron el platillo. – Eso fue más que suficiente, he realizado mis anotaciones, solo tengo que transcribirlo para enviarlo.
- Realmente disfruté la comida, gracias por invitarme Manami-san.
- Al contrario, gracias por aceptar mi invitación. – Respondió ella de regreso. Una vez salieron, caminaron juntos por un tiempo, el sol estaba empezando a ocultarse, fue ahí que Ryan se dio cuenta de su camisa del uniforme, tenía una mancha de salsa.
- Parece que me manché sin querer, será un poco complicado quitarla.
- Ryan-san, mi casa se encuentra cerca, sí quieres, puedo lavar tu uniforme, así aprovechas para darte un baño igual.
- ¿En serio? No quisiera ser mucha molestia, ya ha hecho demasiado por mí.
- Descuida, hago todo esto por el querido amigo de mi hija, además insisto, seguro que no tendrías tiempo para ir a una lavandería.
- … Está bien, acepto su oferta. – La mujer sonrió. Ryan ya tuvo que acompañarla a su hogar, el rubio no esperaba tener que volver al hogar Katsura tan pronto y más que eso, darse un baño ahí. Ya entonces finalmente llegaron, con ella entrando primero. - ¿No se encuentra su esposo?
- No… - Ella soltó un suspiro. – A decir verdad, siento que hay algo mal, siempre llega tarde y tengo la sospecha de que va a un bar, incluso gasta nuestro dinero en otra mujer, no quisiera que me esté engañando.
- Eso sería algo muy estúpido, usted sigue siendo una mujer hermosa. – Respondió Ryan, lo cual sorprendió a Manami.
- Jeje, gracias por el cumplido, eres todo un caballero~ pero no deberías ir tras una mujer casada.
- N-No es mi intención, lo juro. – Se rascó la nuca. - ¿Qué hay de Kokoro?
- Ella me dijo que se quedaría a dormir a casa de una amiga, así que no te preocupes, puedes usar el baño con total confianza, incluso te prestaré alguna ropa de mi esposo, seguro te queda ya que eres alguien alto.
- Entiendo, con permiso entonces. – Así Ryan se adentró al hogar para dirigirse a la bañera mientras que Manami se encargaría de lavar el uniforme del rubio. Él no se esperaba de ninguna forma el tomar un baño en un hogar ajeno, más la insistencia de Manami le acabó por convencer, por suerte no había nadie más que solo ellos dos y podía confiar en la señora Katsura, ella era una mujer adulta así que no había razones para hacer algo inadecuado.
Al llegar al cambiador, se despojó de sus ropas y tomando una toalla, abrió la puerta para acceder al baño y era de esperarse de una familia rica.
- Esto más bien parece un baño público. – Era grande, con una bañera que se extendía por más de la mitad del suelo del baño y una vista con una ventana afuera, el trabajo de Manami sí que dejaba buen dinero, eso fue lo que pensó, primero fue a remojarse un poco con la regadera para aclimatar su cuerpo antes de sumergirse en la gran bañera, una vez lo hizo ya entró, sintiendo la calidez del agua. – (Está en su punto… ya tenía ciertos conocimientos vagos de la novela, pero Kotonoha realmente vive bien, y no solo porque su familia posee un yate… me pregunto si se llamará Nice Boat como en esa OVA…)
- Ryan-san, tomaré tu uniforme para lavar. – Escuchó a Manami al otro lado de la puerta.
- Claro ¿se secará rápido?
- No tomará más de una hora, descuida y relájate.
- Sí usted lo dice. Ryan tomó su palabra y continuó en el baño. Afuera se veía a la castaña recoger el uniforme manchado de Ryan para llevarlo a la lavadora, no solo era alguien que se desempañaba como crítica sino que igual mostraba dotes de ama de casa, ya que su esposo es alguien que sale a trabajar todo el día y además cuida de dos hijas, esa se ha vuelto su rutina. Ya en el momento que tomó el pantalón de Ryan vio algo, ahí estaba la ropa interior del rubio.
- (Veo que la deja al aire libre…) – Manami sintió algo de curiosidad en aquel momento, al acechar que Ryan seguía en la bañera por medio de la puerta, acercó su mano lentamente al bóxer del rubio y lo tomó, entonces lo extendió. – (Es normal jeje, lo sencillo resulta ser lo mejor pero el frente… parece algo extendido ¿acaso lo tendrá grande?) – Al darse cuenta de lo que pensaba, agitó su cabeza rápidamente, teniendo un leve rubor en las mejillas. – (¿Qué diablos estoy pensando? No puedo creer que me estoy preguntando sobre el tamaño de un joven, no soy esa clase de mujer que va tras chicos jóvenes… aunque es verdad que estoy algo frustrada, mi esposo trabaja todo el día y va a bares, con la sospecha de que se ve con otras mujeres, no ha vuelto a tocarme en un tiempo…) – Manami no lo admitía, pero quería sentirse deseada, no recuerda la última vez que realizó un acto sexual con su esposo y eso ha causado que ciertas frustraciones comenzaran a crecer dentro de ella, si por acaso no ha explotado o dicho nada es porque su trabajo o el encargarse de sus dos hijas ha alejado esos pensamientos de su mente, pero en el momento que Ryan llegó, su cuerpo reaccionó de una forma diferente, como que ese deseo ha vuelto a ser reactivado, ella misma no podía creer que pudiera imaginarse una situación con él de esa índole, era una mujer con decencia, mejor quiso olvidar lo ocurrido y devolvió el bóxer, llevándose el uniforme para lavarlo.
Manami salió del baño y fue al cuarto donde estaba la lavadora, colocando la ropa dentro, puso la dosis correcta de detergente y lo encendió, ahora solo necesitaba esperar a que esté bien lavado antes de poner en la secadora.
- Okaa-san, ya regresé. – Esa era la voz de Kotonoha, estaba regresando de la escuela.
- Bienvenida hija, estoy en el cuarto de la lavadora, la cena la prepararé luego.
- Está bien, me encuentro cansada de haber ayudado en el puesto de mi salón para el festival escolar, voy a tomar un baño.
- Claro hija. – Manami siguió con la mirada al frente en la lavadora, pensando en lo ocurrido anteriormente ¿realmente estaba sintiendo lujuria por un chico joven? Posiblemente alguien a quien su hija quisiera, no era algo que una madre haría, mientras observaba la ropa siendo lavada, de repente cayó en lo ocurrido y sus ojos se abrieron totalmente. – Un momento… Kotonoha dijo que iba a darse un baño pero adentro está… ¡Espera hija, no entres! – Ya era demasiado tarde, puesto que el desastre ya iba a ocurrir…
Ryan seguía sumergido en la bañera, mirando al techo tenía varias cosas en mente, más que nada estaba a la espera de algún mensaje de Yuuki respecto a esa sala de descanso, sí llegaba a decirle algo, podría empezar su movimiento, por el otro lado estaba el asunto de Sekai, solo esperaba que, si ella llega a confesarle a Kotonoha la verdad, no se ponga triste o se enoje, lo que más teme actualmente el rubio es que acabe desencadenando un final malo, en ciertas situaciones, la mente de la pelinegra es bastante frágil y la más mínima chispa puede acabar desencadenando una explosión lo que genere que, o ella se suicida, o acaba matando a Sekai, solo podía confiar en que Sekai pueda abordarlo del modo más calmado posible; mientras seguía en sus pensamientos, la puerta comenzó a abrirse, creyó que era Manami con algo sobre su uniforme.
- Manami-san ¿acaso mi uniforme ya está listo? – Y al voltearse no se encontró a la señora Katsura sino a una vista totalmente inesperada.
Kotonoha estaba ahí parada, y no solo eso, estaba desnuda, el rubio pudo verla en todo su esplendor, sí de por sí la ropa no le hace justicia al tamaño que ella se carga, ahora verlo sin ningún tipo de tela cubriéndolo, el rosado de sus pezones y, lo que es más, su entrepierna, totalmente fina y con poco vello, acompañado de una curvas majestuosas, como una chica a esa edad se puede cargar un cuerpo tan voluminoso como ese, acaso los genes Katsura dictan que las mujeres de la familia están dotadas con cuerpos de supermodelo; la mente del rubio solo pudo captar tal escena, lista para guardarla en su mente tal fotografía para ser enmarcada para siempre.
- … Ryan-kun… - La propia pelinegra estaba igual de paralizada, en toda su vida jamás pensó que llegaría a tener un accidente de ese tipo y que un chico llegara a verla sin ningún tipo de ropa, pero ahí estaba el rubio, en su baño y es más, observó que igual estaba desnudo, su rostro expresaba el mismo asombro que ella, solo por la espalda que llegaba a observar notaba el músculo que el rubio se cargaba y, aunque no podía verlo por el agua, ahí estaba su entrepierna, es que la situación era tan espontánea que a ella no le dio tiempo de pensar, más solo pudo surgir un acto reflejo en aquel momento. – Ah… ah…
- Kotonoha, espera que yo…
- ¡Kyaaaaaaaaah!
Para Ryan, una persona que siempre ha recorrido un estilo de vida correcto y totalmente respetable, ahora contaba con una mancha en su historial y es que vio algo que no debía; actualmente estaba en la sala, con el rostro cabizbajo y tres rayas de pesimismo sobre su cabeza, llevaba una playera holgada y un short, pertenecientes al esposo de Manami, el joven soltó un suspiro.
- Lo lamento mucho Ryan-san, me distraje y debido a ello no logré detener a Kotonoha de entrar al baño. – Se disculpó la madre, el rubio negó con la cabeza.
- Descuide Manami-san, no la culpo por eso, esto no fue nada más que un accidente desafortunado, solo espero que Kotonoha no me odie por… haberla visto sin ropa.
- Descuida, mi hija no es alguien que guarde rencor hacia alguien, seguro que ella igual entiende que todo fue un accidente, aunque no dudo que no podrá verte al rostro…
- Entonces es mejor que me vaya antes de que salga del baño, igual se me hace algo difícil verla ahora.
- En un momento, creo que tu uniforme ya debe estar seco. – Manami fue a buscar el uniforme del rubio, al poco tiempo volvió con este, ya limpio y seco, Ryan lo tomó y fue a cambiarse a otro cuarto, al salir devolvió la ropa que tomó prestada.
- Gracias por todo Manami-san, tanto la cena como la ropa.
- No es nada, fue capricho mío el pedirte que me acompañaras, la verdad es que disfruté tener compañía para comer, era algo que necesitaba… - Ella sonrió de forma suave.
- Entonces es momento de que me vaya. – fue a la entrada a ponerse sus zapatos. – Nos vemos.
- Claro Ryan-san. – Ella se despidió y lo vio irse, al cerrar la puerta, la castaña bajó la mirada. – (Es un buen chico… por eso me siento sucia ahora misma… por pensar en cosas sucias con él… no quiero usar al amigo de mi hija para liberar mis frustraciones sexuales, tengo que aguantar, por el bien de ella…)
Ryan comenzó a caminar por las calles, no sabía cómo es que podría ver a Kotonoha al día siguiente pero tiene que actuar con normalidad, el problema era saber la reacción de esta y eso lo dejó con mucho en mente; en ese momento su teléfono sonó, tenía un mensaje y vio que el remitente era Yuuki, entrecerró los ojos mientras lo abrió para leer.
- … Entiendo, así que tienen una petición para tomar un espacio a nombre del club de baloncesto, y resulta ser esa sala de descanso… vamos bien encaminados. – Le envió un mensaje de regreso, diciéndole que averigüe más, sí hay indicios de alguna cámara o algo así, lo envió y entonces siguió con su camino. – (No puedo solo depender de él, tengo que hacer algo y ya sé qué será… es momento de visitar el club y hablar al respecto, más que nada con quien es su protegida, Kitsuregawa Roka…)
Kotonoha seguía sumergida en la bañera, lo ocurrido hace poco no era algo que podía sacar de su mente… realmente pasó, Ryan la vio desnuda y no pudo hacer nada para evitarlo, en aquel momento su rostro se puso tan rojo que empezó a expulsar humo.
- ¡¿Qué hago!? No puedo verlo a la cara mañana. – Exclamó cubriendo su rostro con las manos mientras se movía de un lado a otro de forma errática, ya entonces al calmarse, sumergió la cabeza hasta la mitad. – (Nadie antes me había visto desnuda, mucho menos un chico y que haya sido Ryan-kun el primero… estoy muy avergonzada, pero… no pude evitar verlo, él igual no tenía ropa, no logré verlo por el reflejo del agua, pero su parte inferior… ¿acaso era grande?) – La pelinegra se volvió a acomodar, mirando al techo en ese momento. – (Ryan-kun tiene un cuerpo muy varonil, una musculatura perfecta, ni tan ancha ni es muy flaco, es alguien muy amable y me ha ayudado de forma incondicional… hasta he pensado más en él que en Makoto-kun…) – Ella no dejaba de pensar en el rubio, de modo que se llevó la mano a su entrepierna de forma inconsciente, sentía un cosquilleo al pensar en él, entonces sintió algo duro en sus pechos, sus pezones estaban duros. – Yo… estoy excitada… pensando en Ryan-kun… - Sentía lagrimas bajar de sus ojos en aquel momento. – Ahora lo sé… *Sob* lo que siento realmente… yo... me gusta Ryan-kun…
ZerefTheWitcher: Ya va encaminando así Kotonoha sus sentimientos y pues poco a poco lo va descubriendo, realmente ella se había mantenido confundida entre dos pero llegó a una conclusión al final.
incognito74: Gracias por seguir leyendo, que lo disfrutes.
ZGMF-X13A Providence: Ya la inclusión de Cross Days será mínima porque no tengo pensado agarrar la historia, solamente los personajes y hacer unos movimientos por ahí pero siento que saldrá bien, ya se verá lo que tengo en mente a futuro.
Moiseshd: Espero que disfrutes de este capítulo igual.
Antes que nada, gracias por el gran recibimiento que está teniendo este fic, lo cierto es que es algo totalmente distinto a lo que he escrito antes y saber que ya tiene muchas visitas y demás me da el apoyo para continuar escribiendo, ya les traigo este siguiente cap, pasaron muchas cosas, algunos sentimientos descubiertos, investigaciones y demás, ya sabremos más sobre lo de Kotonoha, Ryan y los otros en el siguiente cap. Saludos.
