Fic

Historias de Albert y Candy

Allá en el Rancho Grande

Por Mayra Exitosa

Inspirada en la imagen de Lorena Montalván

Creación para Octo Bert 2023

Candy observaba con embravecida al joven recién llegado, más por dentro temblaba de miedo cuando comenzó a escuchar que alguien abría la puerta, la parte alta dormían los dueños, ella como era empleada se quedaba en la habitación abajo, gracias a que su jefe le había insistido en que se quedara dentro de la casona y no en las habitaciones asignadas a los trabajadores, y ver a un hombre queriendo entrar a esas horas de la madrugada, no lo iba a permitir. Así esperaba y al ver que solo se le quedaba viendo y no mostraba ninguna arma, solo una llave en la mano decidió hablar.

- ¿te contrato el jefe Stear. El rubio asintió al reconocer que Stear era el jefe del que hablaba. Y la rubia bajaba el arma y continuaba. - ¡A mi también! Como no me dijo que había contratado a alguien más ¿sabes manejar? Este asentía mostrando las llaves del todoterreno en el que había llegado, así sin más la rubia embravecida cambio totalmente echándosele encima después de haber soltado el arma, con una facilidad de palabra continuaba, - No sabes como te necesitaba, no me quieren llevar para atrapar a los cuatreros que están robando el ganado, todos los robos me indican que estamos muy cerca de atraparlos, como me alegro tanto de que te haya contratado, ¿fue el jefe Stear? El rubio escucho claramente de robos y este se preocupó, así que de inmediato se puso al modo coqueteo con la chaparrita medio desnuda que no estaba nada mal, solo faltaba que se abriera esa blusa y mostrara más de lo que su bello trasero estaba dando. - Me mandó el señor William - ¿de verdad? - Que bueno, ya le había dicho al jefe Stear que no debían ocultarle esto al señor, ese hombre tan bueno no se merece que le piquen los ojos, el sheriff cuando hizo las denuncias el jefe Stear, le dijo que debía informar al dueño del rancho, pero nadie se atrevía le tienen in miedo que parece que comiera gente ese hombre. Me alegro mucho, ven siéntate, déjame me pongo la bata que Sali corriendo para tomar la carabina, temiendo que ahora entraran a la casona a robar esos sin vergüenzas, no les bastó con los repollos tirados en la carretera, ni las cajas de limones que dejaron rotas, estos ya no miden que es muy difícil preparar todo para los camiones y ya se vuelan las cosas con tal de apreciar lo ajeno sin pagar.

La rubia se puso una bata que ya no mostraba nada, parecía haberse cubierto de pies a cabeza, y ni el traserito, se veía firme y salpicón, mucho menos el movimiento frontal amenazante del tambaleo de sus bustos. Escucho atento como ella había sido enviada por el sheriff al conocer a todos los trabajadores, y como necesitaba el trabajo, pero sobre todo no le parecía que no informaran al dueño, quien con facilidad ya hubiera mandado ver esas cámaras que parecía que estaban de adorno para ver la salida de las mercancías del almacén de vegetales, difícil era el robo de ganado, porque allá no había cámaras, y si temían que los becerros fueran saqueados antes de ser marcados. Gracias a la conversación de medianoche, la taza de café y esa parlanchina emocionada porque ya tenía un chofer que la llevara a evitar que se robaran parte del ganado, pues el plan era que ella tenía que atraparlos y ganarse un puesto definitivo en la casona, no quería quedarse sin trabajo y eso le aseguraba el rubio que definitivamente la ayudaría en todo.

- Debiste ver cuando tome el vehículo y apenas alcanzaba el acelerador, le saque un susto tremendo al jefe, pero es que no me quieren dejar ir, así que dijo que si manejaba y cuidaba desde el auto me dejarían, ahora con él que acababa de llegar podía ir sin tener que estirarse tanto para alcanzar los pedales. - ¿no sabes manejar? - Si, se, lo que pasa es que no alcanzo muy bien. Además, no manejo carros seguido, solo el mini ban del orfanato donde vivía es la única que he manejado. Y no me has dicho tu nombre. - Tampoco me has dicho el tuyo y eso que fui recibido a punta de carabina, ¿Qué tal y se te escapa un tiro? - Imposible, estuve de auxiliar del sheriff y aprendí a disparar muy bien, no había quitado el seguro, necesitaba saber que no eras uno de esos que contrataron hoy, me dan muy mala espina, ese Martin es un alcohólico que no quiere soltar su puesto de contratista y trae el rancho muy mal atendido, deberías de ver cuantos envases de botellas salen por semana y solo de su disque oficina, trata a todas las empleadas como si fueran sacadas de un burdel y que deben pasar revisión por él, es muy deshonesto, pero como es el principal del rancho y los jefes que mandaron dependen de él para traer el personal de trabajo, porque a ellos no les hacen caso, pues le permiten que siga abusando de su puesto. Yo en lugar del dueño, tendría todas las justificantes para sacarlo con una demanda por todas sus actividades, el problema es que, si no saben manejar bien las cámaras, con que vamos a tener pruebas, si siempre que hay movimientos turbios, se declara un apagón, como si las cámaras no tuvieran pila extra contra apagones. - Que bueno es que hayamos platicado tu y yo, ahora que me presente con el jefe Stear, le diré que seremos compañeros y manejare en tu lugar para que me muestres todo eso que has dicho. - Entonces tu no me dejaras aquí, me llevaras a atrapar a los cuatreros. - A donde quieras te llevo. Candy se puso roja de pena, estaba el nuevo trabajador muy coqueto con ella, debía medirle bien el agua a los camotes, porque por fin había alguien de verse y no estaba nada mal, alto, fuerte y tal como lo receto el chef, comida completa de lujo a siete platos, de donde quiera lo puedes comer.

Continuará…


Gracias por darle una oportunidad a nuevas historias, leerlas y comentarlas, esta inicia con el Octo Bert 2023

Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Un abrazo a la distancia

Mayra Exitosa