[Drabble]

Suavidad del sol

—Regulus & Conner—

Existían varios métodos para calmar la ira de Regulus de Leo; la más efectiva la tenía su esposa, Conner Lugh.

Advertencias: WHAT IF. / No se ubica en ninguna parte del manga. / Un poco de OOC.

Disclaimer:

Saint Seiya © Masami Kurumada.

SS: The Lost Canvas © Shiori Teshirogi.

Suavidad del sol © Adilay Fanficker.

Aclaración: Este fic participa en el FLUFFTOBER 2023 realizado propuesto por exorss, publicado en Reddit.

Día 6: Playing with hair.

Notas:

Volvemos a los ships melosos. Espero que este pequeño fic les guste.


NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.



Apenas concretar su matrimonio con el santo dorado más joven, Conner Lugh había empezado a socializar tímidamente con el resto de los habitantes de las 11 casas del zodiaco en Grecia; por su puesto, tuvo sus retos, empezando por el hecho de que el griego no era precisamente su lengua nativa. Menos mal su esposo la ayudó mucho con eso.

Pero después de 3 años, Conner ya había hecho amistad con prácticamente todas las damas que vivían en los otros templos; incluida la misma Athena.

Ese día, Conner se encontraba charlando con Fluorite y Agasha en Acuario, cuando fueron interrumpidas por una figura vestida con la típica ropa de entrenamiento.

Agasha y Conner se sorprendieron al verle; pero Fluorite soltó una fuerte risotada.

—¡Y a ti qué te pasó, ¿eh?!

Ignorándola como mejor pudo, el hombre que miró de reojo a la chica francesa, desvió su atención a Conner, que tuvo el presentimiento de que su querido esposo había hecho algo malito.

—¿To-todo en orden, señor Sisyphus? —preguntó la joven Conner Lugh al santo de sagitario, quien le miró sobándose la mejilla derecha, la cual estaba un tanto morada. Eso sin contar los rasguños y una que otra herida sangrante que no eran de gravedad mortal.

—No —dijo el hombre mayor, sin querer ofenderla, pero estaba enfadado—. No está todo en orden, Conner. Algo le pasa a Regulus. Y… sinceramente, no sé si será una buena idea que bajes a Leo ahora mismo.

Sin dejar de reír, pero con un poco de más calma, Fluorite miró al santo.

—Un Regulus enojado sí te viene matando, ¿verdad? —siguió burlándose.

A Conner esa provocación le habría parecido sumamente irrespetuosa, pero el tiempo le había hecho ver que, para su sorpresa, el señor Sisyphus y Fluorite parecían tener ese "gusto" por "picarle el orgullo" al otro. El santo de sagitario tampoco se contenía mucho cuando era Fluorite la que pasaba por un momento bochornoso.

—Déjame en paz —bufó.

—Venga, déjame ayudarte —la rubia se levantó del escalón donde estaba sentada y sujetó el brazo derecho de Sisyphus para ir descendiendo—. Nos vemos después, chicas —se despidió, para luego seguir hablándole al santo, que se dejó llevar—. Mmm, dudo que tengas energía suficiente para curarte por ti mismo; y no vayas a gruñir demasiado. Siempre te terminas quejando cuando trato de ayudarte…

Agasha y Conner les miraron irse sin decir nada; ya mucho habían hablando entre ellas sobre las posibilidades de que entre esos dos estuviese pasando "algo más" que una siempre "amistad".

—Bajarás a Leo, ¿verdad, Conner?

—Sí.

—¿Qué crees que le haya molestado?

Conner también se lo preguntaba, y es que ella conocía a su esposo; él era muy amable, paciente y energético; pocas cosas le hacían irritar, cuánto más enojar.

—No lo sé, pero no puedo dejarlo solo —dijo, levantándose también—. Nos veremos mañana, ¿de acuerdo?

—Sí, por favor, ten cuidado.

—Todo estará bien, descuida.

Agasha asintió con su cabeza y ascendió por las escaleras de Acuario para ir hacia Piscis. Por su lado, Conner descendió, con dirección hacia Leo. En su camino, saludó a algunos santos y a algunas damas. Cuando traspasó Sagitario, pudo oír al señor Sisyphus quejándose porque Fluorite no lo curaba con delicadeza.

—¡Hago lo que puedo, señor exigente! —oyó a Fluorite espetar.

Cuando llegó a Leo, Conner trató de ubicar a su marido, pero él aún no había vuelto a casa. Decidió esperarlo, sentada afuera de la quinta casa del zodiaco, pero terminó quejándose dormida bajo el manto luminoso del atardecer.

Cuando Conner volvió a abrir los ojos, se vio a sí misma acostada bocarriba en su enorme cama, y a un lado de ella, se encontraba Regulus, sentado y apoyado contra el respaldo de la cama que pegaba contra la pared. Se veía pensativo.

Conner también se dio cuenta de que él estaba jugando con un mechón de su cabello; estaba enrollándolo y desenrollándolo. Respiraba profundo. Miraba fijamente a la pared opuesta.

—¿Quieres hablar de eso? —le preguntó ella, sintiéndose triste.

A ella no le gustaba verlo enfadado, y es que no muchos lo sabían, pero la mayor parte de las veces en las que Regulus se enfadaba, se relacionaba a cuando él se sentía desanimado o de plano, atacado.

—No —respondió en un susurro—, ahora no.

—Entiendo… sabes… que yo te oiré cuando quieras hacerlo.

—Lo sé. Te lo agradezco, mi sol —musitó, un poco más tranquilo, el apodo cariñoso con el que Regulus solía llamarla.

Conner no sabía que estaba pasando con exactitud, pero al menos parecía que pronto las cosas iban a estar mejor. Regulus era bastante cuidadoso y suave con sus caricias, lo que quería decir que estaba sintiéndose mejor.

Ella volvió a cerrar sus ojos y esperó paciente a que él la acompañase al mundo de los sueños.

FIN—


Este sí lo hice un poco apresurada; en caso de tener fallos, ya me verán editándolo.

Saludos y hasta pronto.

¿Qué creen que haya pasado con Regulus? Acepto teorías. :D

Reviews?


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