Code Lyoko

"UlrichxYumi"

Advertencia: está basada en "Fronteras Vrituales: revirtualización" que salió a modo de celebración de los veinte años del estreno de la serie y tratará de temas adultos propios de la edad de sus protagonistas y lenguaje soez. Estimo dos a tres capítulos máximo, por favor dejarme saber si les gusta.


I

No podía creer que su apatía llegara al punto en que verdaderamente lo que su padre dijera le importara lo mismo que una mierda. Por supuesto eso hasta que la pisaba porque ahí si comenzaba a importar.

"Hasta la asiática que de verdad llegué a creer que te quería se hartó de ti y te dejó..." comentó déspota, con un tono que definiría como burlón y luego agregó algo que no creyó que su padre dijera le volviera a afectar como lo hizo "parece que consigues pudrir todo lo que está cerca de ti, porque tan pronto se fue de tu lado, tuvo éxito... y mírate ahora, habiendo tenido todas las oportunidades en la vida, y estás trabajando mediocremente en un supermercado que ni siquiera es tuyo, a tu edad; eras una carga para ella, como antes lo fuiste para nosotros, Ulrich..."

Abrió los ojos sorprendido de que aún le cupiera una duda de que de que un padre, inclusive el suyo que nunca mostró un ápice de aprecio hacia él, pudiera decir algo así de cruel al hijo que nunca le pidió venir al mundo.

"¿Y viniste hasta acá solo para decirme una vez más lo que siempre he sabido acerca de cómo te sientes respecto a mi existencia? No tenías que tomarte esa molestia, créeme que, hasta esa altura de mi vida, con todo lo que me has demostrado, eso es más que evidente.

No entendía por qué si él no lo buscaba, nunca lo llamaba y no lo molestaba de ningún modo, en ocasiones se aparecía en la puerta de su departamento y todos y cada uno de esos encuentros eran similares, solo que este último se sintió más personal, porque desde que había reaparecido el grupo de Kadic, aun cuando los había evitado como la peste, supo que eventualmente llegaría la hora del reencuentro con quien más quería ver pero a la vez también a su vez sabía que mientras más lejos, mejor, y sus temores se vieron materializados hacía ya una semana, por lo que la herida estaba todavía fresca.

"Sarcástico y poco reflexivo como siempre... definitivamente no cambias nada..." espetó con las ínfulas de superioridad que toda la vida le habían cabreado.

"Y si ya lo sé y tú lo sabes, ¿por qué sigues viniendo...? ¿acaso voy yo a tocar tu puerta?" preguntó ya comenzando a irritarse y a costarle mantener la templanza que la falta de pasión por la vida le otorgaba, casi siempre sin mayor problema "y si tanta vergüenza te provoco, si te complace tan poco como llevo mi vida, ya solo olvídate de mí de una puta vez. Como ves, no tengo nada, pero todavía tengo el orgullo de mi palabra y juro que como ha sido hasta ahora que no te he pedido nada, no volverás a tener una señal de mi existencia... ya no quiero más de esto, estoy cansado... hagámonos el favor de ya no volver a vernos..."

Su padre lo miró de los pies a la cabeza con lo que interpretó como el clásico desprecio al que había sido sometido toda su vida y simplemente se dio media vuelta y él aprovechó de resguardarse detrás de la puerta, asegurándose de cerrarla con fuerza, sintiéndose altamente vulnerable y agradecido de tener una muralla entre él y su progenitor porque aunque su padre ya era mayor y físicamente no podría ser rival para nadie, no obstante toda la vida había conseguido derrotarlo emocionalmente y la mención de Yumi había sido de los golpes más bajos jamás recibidos porque todavía le costaba creer y no salía del estupor de que usara a "La Asiática" como se refería él a la mujer a la que ni una sola vez la llamó por su nombre aunque había sido su pareja por años, como un arma.

Exhaló profundamente, dejando salir toda la angustia que sentía que comenzaba a abrumarlo. Su padre y Yumi parecían demasiado para lidiar en un lapso tan corto de tiempo, aunque no estaba del todo seguro que existiera la cantidad de tiempo suficiente como para habituarse a esos reencuentros y a las continuas menciones al pasado, especialmente cuando lo que más quería era alejarse de todo lo que se le relacionara, y como una cruel broma este parecía empeñarse en regresar. Miró la hora y deseo que fuera más tarde; le había hecho la promesa a su hígado de que solo bebería después del mediodía, y eso tan solo si había desayunado, pero se encontró a sí mismo justificando que en alguna parte del mundo ya era de noche y que ese café de más temprano contaba como alimento y buscando algo que le apeteciera beber en esa oportunidad se inclinó por una cerveza, algo no demasiado fuerte, tenía que ir a trabajar en un par de horas y esperaba recordar traer papel de baño. Una de las ventajas de su lugar de trabajo era el atractivo descuento de empleados que solía ser muy beneficioso a la hora a la hora de surtir la despensa... o el bar.

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"Ulrich, levántate, ¿quieres?" escuchó a lo lejos "este lugar apesta y tú faltaste a tu trabajo por estar ebrio en medio de la semana..."

Se exaltó, miró por la ventana, que la última vez que la vio dejaba ver los naturales rayos del sol y todo lo que se filtraba era la luz de la noche contrarrestada por el inconfundible e iluminado escenario nocturno y recordó que luego de la primera lata continuaron otras tres. Ya habiendo despabilado miró a quien lo había despertado, descolocado de verlo en su casa, pero no extrañado de que pudiera encontrarlo o de que pudiera entrar donde él se lo propusiera.

"Jeremie..." masculló malhumorado, pero luego de unos segundos comenzó a preocuparse, su abrupta entrada no podía ser por algo bueno "¿pasó algo en Lyoko? ¿Aelita y tu hija están bien...?

Lo vio asentir y quitar la ropa sucia que estaba al otro lado del sofá en el que se encontraba y se sentó en el espacio que quedó libre. Pensó que le hubiese gustado tener la casa un poco más presentable, pero tampoco era como que le hubiese avisado de su visita.

"Estoy en realidad preocupado de cómo esto te está afectando... quiero decir, aunque necesitamos tu ayuda, bajo ninguna circunstancia quiero que continúes si esto desestabiliza tu vida, después de todo cortaste contacto con nosotros y te ves obligado a reconectar y a volver donde dejaste muy claro que no querías volver a poner un pie...

Su voz sonaba tranquila y no como si le estuviera recriminando su actitud, que escuchada desde su perspectiva no podía evitar sentirse algo culpable, pero entendió que él simplemente estaba colocando las cartas sobre la mesa y darle la opción de apartarse.

"Tú bien sabes que eso no fue por algo personal..." contestó evasivo y un poco avergonzado "y no te preocupes por mí, que ya estoy grande para decidir por mí mismo, y lo único que quiero es que esa computadora vuelva a estar apagada nuevamente, y esta vez para siempre, para que podamos seguir con nuestras vidas en paz..."

"Es lo que todos queremos, nadie pidió esto..." estuvo de acuerdo con él "mi familia está en peligro, y tú me importas y la verdad es que sé, y ya debes tener claro que es un secreto a voces que todos sabemos que no quieres ver a Yumi, y lamento que esto resultara de esta forma..."

Eso era verdad. No quería verla, estar cerca de ella, oír su voz o siquiera saber de ella. Cuatro años habían pasado más rápido de lo que pensó y aunque todos los días se parecían terriblemente al anterior, lo cierto es que lo abandonado que se sintió cuando ella decidió terminar la relación le hizo comprender que definitivamente nadie moría por amor o la falta de este, aunque si lo creyó en un principio, cuando comenzaba a aceptar que todo lo que pensaba era un proyecto en conjunto era en realidad uno individual, y haberla visto tan de improviso, cuando no esperaba hacerlo fue bastante fuerte. Se sintió débil al notar lo preciosa que seguía siendo, secretamente había deseado que la vida lejos de él hubiese sido dura y que eventualmente se arrepentiría y volvería, pero por lo que a simple vista pudo apreciar era que le estaba yendo bien y le tocó aceptar la dura verdad de que de haber querido volver ya lo hubiese hecho. Se veía más elegante y distinguida que nunca, vestida de impecable e impoluto negro como solía hacerlo de toda la vida y completamente radiante, como si le refregara en el rostro que la decisión de alejarlo de su vida había sido la solución a todos sus problemas.

Justo como su padre había dicho.

"No, no quería, pero ya ha pasado, y no fue el fin del mundo..." contestó con desdén "estoy bien, pero mientras antes acabemos con esto, estaré incluso mejor…"

La mirada que le dedicó Jeremie le indicó que no estaba de acuerdo con su aseveración, y lo vio observar el lugar en el que habitaba y sintió sus mejillas enrojecerse. El lugar era un desastre, desaseado y caótico. Entendió al instante que él sacó sus propias conclusiones acerca de la verdad de su bienestar.

"Ella decidió que volverá al país por un tiempo prolongado y estará más cerca para poder ayudar. Lo cierto es que creo que Aelita se lo pidió… "anunció notoriamente preocupado por lo que diría "No quiero que esta noticia te tome por sorpresa, prefiero decírtelo."

Sintió un profundo malestar en el estómago, y estaba seguro que nada tenía que ver con la falta de comida en él, porque estaba como oprimido y revuelto. Sintió cómo de pronto le costaba respirar. Saber que podía caminar por las calles tranquilo, teniendo la completa certeza de que no iba a encontrarla doblando en la esquina, era uno de los pocos privilegios que le iban quedando, y ahora incluso eso le arrebató.

"Ella es libre de vivir donde quiera..." espetó sonando más irritado que lo indiferente que hubiese preferido parecer y no pudo evitar mascullar su opinión "siempre ha tomado esa clase decisiones sin preguntarle a nadie, de todos modos..."

Hasta ese día todavía no sabía el motivo por el que ella decidió terminar con todo lo que tenían tan intempestivamente. Hubiese preferido que hubiese sido más clara, y personalmente creía que era lo mínimo que merecía, no obstante, parecía tener demasiada prisa para molestarse en explicar. Un día estaban juntos y al otro ella se limitó a informar que era el momento de tomar cada cual su propio camino y no le preguntó a él cómo se sentía con ello. Dominante hasta el final decidió por ambos, aunque por supuesto no había sido la primera discusión que habían tenido, por lo que imaginó que esa era tan solo era una separación pasajera, pero el tiempo comenzó a pasar y entendió después de un mes de no tener noticias, que ella realmente no volvería.

"Tú lo sabes, ¿verdad?" cuestionó sin tener que terminar la oración porque ambos sabían a qué se refería, aunque conociéndolo como lo hacía tenía cero esperanzas de que él lo dijera. Jeremie era de las personas más confiables que había conocido. Algo difícil de encontrar, razón por la que lo seguía apreciando a pesar del tiempo alejados. Había demasiada historia compartida entre ellos como para ser una de las muchas personas que simplemente pasaron al olvido.

"Sí" admitió.

Sonrió con tristeza. A esa altura él debía ser el único que desconocía el motivo, pero había otra cosa que tenía pleno conocimiento que ya no era de su incumbencia, sin embargo, se temía que nunca se fuera a sentir distinto respecto a ella. Siempre le iba a importar su vida sentimental, porque él la había querido por mucho tiempo ligada a la suya, y con él podía ser honesto. Las ironías no funcionarían porque él era inmune, y prefería tener una estrategia para saber a qué debía atenerse.

"Ella... tiene... Yumi...eeh..." le costaba verbalizar y en particular esa oración "¿vuelve sola...?"

Vio una risa en el rostro de Jeremie y entendió que la respuesta era positiva.

"Si lo que quieres saber es si vive con alguien, si tiene pareja o si se casó, en mi opinión y por lo que he podido deducir, es que ella está comprometida con su profesión y su trabajo..." respondió solemnemente finalmente de forma alentadora, como si eso significase algo para él.

"No lo pregunto porque quiera volver a estar con ella" aclaró indignado por sus suposiciones "solo es curiosidad... "

"Yo no dije eso..." se defendió levantando las manos, alegando inocencia.

Por la forma en la que ella había procedido a simplemente sacarlo de su vida, podía entender que no lo quería y ya no rogaría por su atención ni mucho menos por su afecto. Esos días ya habían terminado y que tuviesen que volver a encontrarse era una circunstancia que estaba seguro ambos hubiesen preferido evitar.

"Puede que no lo creas o no te sientas igual, pero estoy muy agradecido por lo que estás haciendo por mi familia y que, si hay alguna forma de retribuir este sacrificio, ten por seguro que lo haré..." comentó misteriosamente, pero quedando implícita una clase de compromiso que de ninguna forma había solicitado.

"No te he pedido nada, pero me alegro de volver a verte; a pesar de las circunstancias y de lo que puedas suponer" le corrigió.

Lo decía con sinceridad, no había ninguna razón personal detrás de su alejamiento y extendió su mano en señal de fraternidad, gesto que fue aceptado e imitado.

"Por cierto, hackeé el sistema de tu lugar de trabajo y te informo tienes turno nocturno en un par de horas: báñate por amor a lo que sea, te dejé comida en la mesa de, ¿la cocina?" se burló de su pobre intento de una "me tengo que ir, debo ir a cenar con mi hija, pero estamos en contacto..."

Contestó una llamada y sin decir más se fue haciendo un gesto de despedida, dejándolo solo con toda esa nueva información que procesar. Miró la hora y si no se apresuraba no alcanzaría a comer lo que fuera que le hubiese dejado Jeremie, que, al estar famélico, poco le importaba lo que fuera y además estar a la hora para el turno no solicitado, pero que agradecía, no quería tener problemas que bien podrían evitarse. Ya estaba harto de todos los líos.

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Afortunadamente su presencia no había sido solicitada en la fábrica por lo que cuando su teléfono comenzó a vibrar y horrorizado notó que era un mensaje de voz. ¿Quién enviaba notas de voz cuando podían solo escribir…? Se alejó de la sala de ventas y se fue a la bodega trasera para poder oír con mayor tranquilidad, porque con el ruido y la música ambiental de ascensor que solían colocar poco podía escuchar. Pusó el aparato cerca de su oído y al pasar unos segundos supo que no podía ser algo bueno.

"Sé que no es correcto, pero escucha..." oyó un murmullo algo misterioso de Jeremie.

En un comienzo no lograba comprender, reconocía las voces, pero no entendía nada al no tener un contexto de lo que se trataba la situación.

"Esta conversación ya la hemos tenido, y tal como te lo dije antes no es de tu incumbencia" reconoció la exaltada voz de Yumi "Aelita, dile a tu esposo que no tienes intenciones de quedar viuda, porque es lo que ocurrirá si él sigue entrometiéndose en algo que no le compete..."

No pudo evitar rodar los ojos al escucharla tan amenazante.

"Él merece saberlo, no sabe por qué te fuiste..." insistió Jeremie "fue alguien importante para ti, ¿verdad? yo sé que sí, porque fui testigo de eso. ¡Dile para que pueda seguir con su vida!

Jeremie sonaba enojado y era como si estuvieran enfrascados en una discusión que ya llevaba un tiempo antes de comenzar a ser grabada.

"¿Cómo no lo va a saber?" respondió con hastío e incredulidad "si no lo sabe a esta altura no te parece que entonces definitivamente tomé la decisión correcta?"

"Yumi..." escuchó a Aelita "Tú sabes que te he apoyado siempre y que independiente de lo que decidas para tu vida ahí estaré, pero necesitas enfrentarte al hecho de que no hiciste las cosas bien con Ulrich…"

Pasaron unos segundos en los que pensó que ya había terminado la grabación que lo tenía con los ojos casi exorbitados. porque estaba tenso y muy inmerso en lo que oía.

"Si se lo decía, él hubiese dicho que cambiaría y yo aun sabiendo que no lo haría y que eso no iba a suceder jamás, le creería y me hubiese quedado a su lado sintiéndome miserable y culpable..." le explicó quebrada "no podía permitirme eso, por mi propio bien, y quien sabe si algún día él entienda que por el suyo también..."

¿Qué mierda era eso de lo que todos hablaban, pero nadie decía? Ella siempre se jactó de ser franca y directa, pero a la hora de demostrarle a él que realmente lo era, ya no le parecía que lo hubiese sido tanto. Si había algo tan importante que tenía que saber hubiese demostrado su sinceridad evidenciando el problema, no huyendo. El audio era más largo, pero decidió que ya había oído suficiente. No quería seguir decepcionándose todavía más de ella, y lo borró. Entendió la intención de Jeremie, comprendió que él directamente no le podía decir pero que colocó todo de su parte para ayudarlo a obtener un cierre, algo propio de él y se lo agradeció, porque significó un punto de inflexión, y ya de pronto no necesitó más esas respuestas que por tanto tiempo buscó.

Le escribió un mensaje para que supiera que había sido recibida la información.

"Gracias, pero no vuelvas a pasar un mal rato por defenderme, quizás efectivamente fue una relación forzada después de todo... tal vez si no hubiese sido por lo de Lyoko, quién sabe si hoy estaríamos hablando de ella..."

Siempre había pensado que él no era suficiente para ella, y su complejo de inferioridad había sido un problema sobre todo al comienzo, no obstante, no había visto hasta ese día que quizás ella no era como la recordaba. Ella había terminado siendo una cobarde y todavía peor, una cínica y él no admiraba esas cualidades, muy por el contrario. Jeremie le había entregado el mapa para salir del bucle "Yumi" y de pronto se sintió como si le hubiesen quitado una pesada carga de la espalda.

Ella definitivamente no valía la pena y era el momento de asumirlo.

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Caminando por los pasillos de su lugar de trabajo, por el rabillo del ojo divisó una figura familiar y pensó que al no ser notado bien podía simplemente desentenderse, pero por otro lado atender clientes era una de sus obligaciones y ella llevaba un tiempo mirando distintos tipos de paquetes del mismo producto. Exhaló hastiado de todo y por pura inercia, y sin saber si lo lamentaría más tarde se dirigió hacia ella.

"Hola Sissi..." saludó "¿puedo ayudarte?"

Aunque era algo que a veces odiaba de sí mismo, no podía evitar ser intrínsecamente amable con los clientes.

"¡Ulrich...!" saludó ella sonriendo.

Miró su gafete de empleado del recinto y sonrió. No hizo ningún comentario sarcástico ni se burló de él, como hubiese esperado.

"Quizás pudieras ayudarme a escoger el más apropiado..." explicó apuntando hacia los pañales de adulto "no sé bien qué debo llevar. No entiendo mucho, hay tantas tallas y marcas...

Había oído que ella era radicalmente distinta a como la recordaban y que estaba haciéndose cargo de su padre que estaba muy enfermo, pero hasta entonces no había tenido oportunidad de comprobar a la nueva "Sissi Delmas", y asumió que estaba buscando los adecuados para él. Observó como ella seguía más atenta a leer las diferencias entre los productos más que de su presencia, literalmente casi ignorándolo. Era genuino su cambio, esa era la prueba y ahí lo comprendió, antes jamás hubiese desperdiciado una oportunidad de interactuar con él y le causó gracia haber esperado de alguna forma que ella actuara un poco más interesada.

"Eeh, tu padre, ¿es un caso de incontinencia severo? Porque sabes, tenemos estos que básicamente son ropa interior descartable y los adultos mayores los prefieren… es menos traumatizante para ellos la transición…"

Llevaba mucho tiempo ahí como para saber qué era lo que preferían los clientes. Más de alguno le había explicado las ventajas, aun cuando él ni siquiera se las había preguntado, pero como decían "la información es poder…"

"Oh, vaya, sí que me parece muy práctico..." contestó agradecida mirando lo que él le indicaba y tomando el paquete.

"Y están en oferta, hoy están dos por uno..." anuncio al ver el letrero que descubrió que estaba mal puesto y aprovechó de arreglar.

"¡Vendido! contestó ella a su ofrecimiento alzando la mano como si estuviera en una subasta "Espero que papá no lo tome a mal, ¿sabes? Él trató de esconder su accidente nocturno y me provocó ternura que aun sintiéndose mal todavía pensara en mí, y sintiera pudor de lo que yo pudiera pensar... cuando a mí solo me importa que él no sufra..."

No pasaba a menudo, pero su comentario lo conmovió. En el fondo en situaciones de alto riesgo siempre había visto que ella era más que solo el cascarón del intento de ser humano que aparentaba ser, a través del tiempo que compartieron en Kadic pudo verla hacer cosas horribles, pero también le ayudó ocasiones en las que nunca tuviera crédito alguno por ello y él también había sido cruel, había abusado de su interés en él para conseguir sus propósitos y para poner celosa a Yumi. Era evidente que había más de lo que se veía a simple vista. Él no había sido tan bueno, ni ella tan mala. Ella no era una villana ni él un superhéroe.

"¿Él es tu única familia?" preguntó, sin saber muy bien por qué seguir indagando, porque tampoco quería resultar invasivo.

"Sí..." confirmó "será duro cuando se vaya, pero lo cierto es que es algo que tengo bastante presente que ocurrirá. Pienso que es el ciclo de la vida y me sentiría mucho peor si fuera al revés y yo la que le causara esta angustia a él..."

Quedó sorprendido de que ella pensara de esa forma tan altruista y con tal altura de miras. Admiró como estaba viendo las cosas, por lo general la gente evitaba hablar de la muerte o asustarse con ella, como si no fuera la única cosa segura al momento de nacer.

"Me dejas anonadado..." comentó, verdaderamente sorprendido.

"Bueno, esto no ocurrió de la noche a la mañana. Tuve asesoría y soporte emocional para aprender a poder sobrellevar la carga que inevitablemente comienzas a llevar cuando trabajas haciendo servicios sociales…" manifestó explicando la razón "además de haberme sentido realmente avergonzada de mi pasado…"

"¿Asesoría emocional?" preguntó confundido.

"Psicólogos, psiquiatras y de ser necesario ayuda farmacológica" aclaró el término "lo primero que tuve que aceptar fue que necesitaba ayuda, porque, aunque ahora tengo la explicación a muchas cosas extrañas que pasaban y que no era que me estuviese volviendo loca, no era feliz siendo quien era y como era... fuera de Kadic, solo era una persona más en el mundo, no me conocía nadie, ni siquiera me reconocía yo misma y lidiar con que las influencias y habilidades que tenía no eran las que el mundo real, lejos de mi padre y de mi metro cuadrado de confort, apreciaban y que ser linda no era suficiente..."

Que extraño le resultaba estar teniendo ese tipo de conversación tan inesperadamente profunda con ella y en medio de un pasillo de supermercado.

"Golpe de realidad" agregó él.

"Y muy duro, pero no me arrepiento ni cambiaría lo que tuve que pasar, porque me obligó a trabajar en mi misma, en mi autoestima y a no esperar ser validada por terceros, porque al final del día y con la circunstancia que sea, para poder coexistir con otros, tenemos que aprender a convivir con nosotros mismos primero, Ulrich …"

Apenas pudo asimilar lo que le dijo, le sonrió y tomando el otro paquete para completar la oferta y le hizo un gesto de despedida.

"Nos estamos viendo por ahí…" agregó ella, satisfecha con el producto "ya sabes, por si necesitan mi ayuda para salvar el mundo…"

Se fue y él se quedó estático sin poder evitar pensar que luego de reencontrarse con esa gente del pasado y sabiendo que no era sano compararse, él parecía ser el único que no había avanzado ni un metro. Lo único que había cambiado era que cuando desesperadamente deseaba estar solo y sin que nadie lo molestara, ya no podía, porque tan simple como que si lo hacía ya no tendría un lugar para vivir y comida para el estómago.

"Vida de mierda…"

Que su único propósito fuera trabajar para apenas sobrevivir si lo hizo sentirse miserable.

Elizabeth había mencionado que ella había necesitado ayuda médica para resolver sus conflictos internos y sintiendo que ya no podía tocar más hondo se preguntó si tal vez eso funcionaría también para él, y sabiendo que si le volvía a dar otra vuelta probablemente él mismo desistiría, sin pensarlo otra vez, y muy azarosamente, buscó en su teléfono al primero con que pudiera tener una cita, y la reservó, aunque le sangró un poco la cuenta bancaria ¿Qué más tenía que perder…?

Escuchó por el altoparlante que lo llamaban por un incidente en el pasillo de lácteos y rogando que no se tratara de un episodio de desperdicios biológicos -había encontrado de todo- agradeció que solo hubiese sido un yogurt reventado y sonrió.

"Parece que hoy será un buen día…"

Hacía tiempo que no se sentía así y hasta le pareció que estaba más enérgico para enfrentar la jornada de trabajo que aún le faltaban horas para terminar…

Continuará...