Hoy tocó actualización.

Pues nada, sin contar la torpeza de mi escritura, la verdad le tengo mucho cariño a este fanfic asdsfa.

Prompt: Semipúblico.

Advertencias: AU de estudiantes universitarios, escritura que me recuerda a cualquier película de adolescentes de Netflix, personajes de DC sin poderes o pasados muy trágicos, vouyerismo, fornicación prematrimonial y en lugares públicos, parejas secundarias (DickDami y Jon/Nakamura) para simple drama.

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Capitulo 2

Tal vez creer que el tiempo arreglaría su relación de "malos vecinos" había sido la idea más infantil nunca concebida por el chico de ojos azules.

Pues llevaban un poco más de cuatro semanas conviviendo por unas cuantas clases y su relación seguía siendo ese extraño "disgusto amistoso" del primer día.

Si eso podía ser amistoso.

Jon sabía bien que Damian Wayne, nombre el cual conoció cuando tuvo la oportunidad de leer la tarjeta de estudiante de ese chico, no era la persona más sencilla de tratar... Era odioso, altanero, tal vez no era grosero, pero solía ser despectivo con todos, se sentía mucho más al compararse con los demás por cursar un semestre avanzado; aun cuando debía estar con él en las clases básicas de ciencias exactas y sociales por haber saltado parte del Curriculum básico el semestre anterior.

Si, reconocía su error al pensar que acostarse con profesores era una afición y tampoco lo era para conseguir calificaciones pues era sumamente listo, por lo cual su única relación era con ese profesor popular entre los alumnos y otros profesores... Cosa que tal vez no lo tenía tan feliz, pues su carita siempre se mostraba triste cuando el hombre pasaba frente de él.

También se había enterado de información relevante sobre su padre, un hombre rico reconocido por todo el mundo, el dueño de las Empresas Wayne; Bruce Wayne. Y de su madre, una asombrosa biomédica salida de alguna parte de Asia; investigadora galardonada con quien sabe cuántas especialidades, maestrías y doctorados y posiblemente una persona problemática para su país de origen; Talia Al Ghul quien firmaba bajo Talia Head dentro del territorio americano por cuestiones políticas.

Alguna vez Damian le confesó que sus padres no se amaban y su única razón para seguir juntos era por la apariencia de una familia funcional. Actuación donde ambos fallaban dentro de las cuatro paredes de su para nada humilde hogar, pero lo actuaban a la perfección frente a la prensa.

Reconocía por sí mismo que Dami, como le gustaba decirle imaginando algún motivo de cercanía, cosa claramente no existente, estaba estudiando la misma carrera de su madre por simple reconocimiento de ella.

Y sabía también como Damian tenía la vida resuelta, de aquí hasta 30 generaciones en el futuro.

Pero, aun conociendo todo eso, Wayne tenía muy poco conocimiento sobre él, tal vez su nombre completo, sobre su familia de granjeros quienes habían adoptado a su padre cuando niño después de un terrible accidente de su familia biológica, sobre sus exitosos padres periodistas, cosa la cual en verdad le disgustó escuchar y sobre todo, a diferencia de él, Jonathan no debía competir por el cariño de sus padres y como ambos se amaban tanto hasta el punto de crear un ambiente pegajoso y horrible de amor.

Y Damian jamás se preocupó por preguntar más.

Y Jon tampoco iba a compartir más en realidad con él chico que era "mitad árabe, mitad chino, mitad blanco y mitad judío al mismo tiempo, nunca por separado" y le había amenazado de muerte si decía cualquier cosa sobre su relación incomoda llena de Daddy issues con un profesor quien fácilmente podría ser su padre muy joven, hermano muy mayor o algún tío para nada cool.

O bueno, si, un tío muy cool. Pues el profesor Grayson era muy cool, su único defecto era, tal vez, salir con alumnos cuando él estaba casado.

Otro dato expresado por la boca de Damian en cualquier momento de su "amistosa enemistad".

Aun así, no podía ignorar las veces, mientras el otro le contaba pequeños datos de su vida de la forma más espontánea jamás vista como si se le olvidara de pronto su "no amistad" y sobre la amenaza de muerte del primer día de clases, cuando lo recordaba brincando sobre un pene y en sus fantasías ese pene le pertenecía, fantasías que sólo incrementaban cuando les ponía atención... Y luego debía concentrarse en los vectores y el cálculo para evitar la formación de una casa de campaña en sus pantalones y la muy lenta e incómoda espera para hacerla bajar.

Por ello agradecía las demás clases en las cuales no compartía espacio con el chico o las horas libres entre clases que se encimaban en las clases del más bajo.

Por qué si, Damian era mucho más bajito que él.

Esa mañana había tenido dos horas libres entre clases, no tenía ganas de volver al dormitorio pues seguramente se quedaría dormido y se saltaría las demás horas, así que sin pensarlo demasiado fue hasta el campo de entrenamiento, se sentó en una de las gradas y empezó a comer uno de esos sándwiches de mala calidad, pero buen sabor de la tienda de conveniencia dentro del campus, sin pretender hacer nada, solo pasar el tiempo.

Sin pensar en nada, mucho menos en la suave piel color canela de su "amistoso enemigo", tragando pesado después de volver a revivir sus recuerdos de la primera noche salvaje en el campus y las propias fantasías, mezcladas todas en su mente.

Haciendo que el calor subiera por su rostro instantáneamente y tal vez algo más...

—Disculpa ¿Jonathan Kent? —las palabras de alguien, a quien técnicamente no conocía, le hicieron regresar del mundo de fantasías y sueños, tan rápido como su reflejo de poner la mochila sobre su regazo, por si había algo a esconder.

—Ah, sí... —Jon limpió su mano derecha sobre la misma mochila antes de extenderla para saludar a aquel sujeto de cabello rosado y sudadera naranja.

—Jay Nakamura, reportero de la gaceta universitaria ¿puedo hacerte algunas preguntas? —con una sonrisa en su rostro y mostrando el gafete colorido donde se mostraba su nombre, foto y la palabra "Reportero" en él, el joven recién presentado aceptó el saludo y se sentó a su lado.

Logrando que Kent diera un saltito hacia la izquierda, para dejar más espacio a su lado en esa enorme banca vacía.

ᵈᵉˢᵖᵉʳᵃᵗᵉ ᶠʳᵉˢʰᵐᵃⁿ

Jay se había acercado a Jon con la excusa de estar haciendo un reportaje sobre mujeres increíbles para el periódico y su madre, Lois Lane, era uno de los personajes que quería entrevistar.

Aunque todas las estrategias para "obtener la entrevista hablando con su hijo" habían sido tiradas a un lado cuando el mismo chico confesó, sin querer, como seguía a su mamá en Twitter y que esa había sido la manera en la cual se enteró sobre Jon estudiando en la misma universidad.

Pero a pesar de ese teatro tan extraño la actitud le había parecido graciosa y, tal vez hasta adorable. Incluso por esa pequeña equivocación no había terminado su "amistad" y posiblemente había permitido que esta cruzara los límites de una amistad común y corriente.

Pues se habían besado una vez.

Justo en la biblioteca, aun cuando ese lugar estaba un tanto más alejado de los edificios de la facultad de Nakamura y... Quizá en ese momento su mente divagó por un instante, pensando en el chico de mala actitud quien seguía a su alrededor contándole pequeñas cosas sobre su vida, sobre lo que estudiaba y le ayudaba a entender los temas difíciles de su rama.

Sobre todo, cuando sus manos fueron a parar a la cintura del pelirrosa para sostenerse de él y sus ojos se cerraban con algo de fuerza, estando detrás del estante de tesis doctorales sobre ciencias, el mismo lugar donde Damian le había mostrado los mejores trabajos para sus clases...

El mismo lugar donde habría deseado besar al gremlin alimentado después de medianoche, mientras este le hablaba de muchas cosas sobre ciencia y demás.

Cosas que sí, hacían a sus ojitos verdes como las esmeraldas más sofisticadas brillar tan fuerte hasta dejar evidencia de un resplandor, resplandor el cual se perdía cada que algún recuerdo doloroso llegaba él.

Pero que nunca se atrevió, aun cuando las semanas pasaban y octubre se esfumaba lentamente detrás de las clases junto a Damian y eso muchos besos que, de alguna manera, lo ataba a una relación con ese chico del periódico escolar.

Pues jamás pudo decir no.

Igualmente, no parecía tan mala idea, el chico a quien había conocido de una manera no tan ortodoxa y de quien había idealizado todo, de alguna manera, se encontraba en una relación... Una relación que lo hacía perder un poco su brillo debido a la preocupación y... Bueno, Jay no era una mala persona, era interesante y también era listo. Tenía publicaciones secretas en un periódico de protesta del condado, era bueno en lo que hacía y... Y había mostrado interés en él; así que llevaba más de ganancia estar con él que con el otro chico quien solo parecía disfrutar amenazarlo cada cierto tiempo.

—El próximo juego se llevará a cabo el fin de semana antes de Día de Gracias —Nakamura estaba hablando con Jonathan mientras ambos se sentaban en las gradas del campo de americano, las mismas gradas donde habían tenido su primera conversación —Quería saber si... —la mano del chico de rasgos asiáticos fue hacia la mano de Jon, sujetándolo con suavidad, mientras tomaba aire para continuar con su plática.

—Voy a contarle todo a su esposa —de la nada, después de correr gradas arriba, Damian se sentó en medio de la parejita, obligándolos a soltarse de las manos e ignorando por completo al chico del periódico escolar, volteando a ver a Jonathan —ayer me pidió que pensara en la propuesta de darnos un tiempo, pero ¿sabes por qué lo pide? Hay una chica de último semestre que es extranjera y habla un idioma muy raro, entonces quiere ser algo así como su...

Kent había puesto su atención por completo en el de ojos verdes cuando empezó a hablar, totalmente interesado en sus palabras, soltando algunos comentarios como "Eso es perfecto" e incluso sintiendo un gran alivio, como si aquello pudiera cambiar la relación de ambos, hasta volver a pegar sus ojos azules sobre el chico con quien estaba hablando en primer lugar, quien le preguntaba a modo de gestos sobre que sucedía y si no iba a hacer algo.

—Dami... —Jon llamó la atención de su amigo con un pequeño jalón sobre la ropa, para que dejara de hablar, aun si él deseaba enterarse de todo—Lo siento, pero... Estaba hablando con Jay.

Damian dejó de soltar su verborrea, antes de girar un poquito la cabeza para mirar al chico de cabello rosa y luego regresar la mirada a su vecino.

—¿y?

—Bueno... Quiero seguir hablando con —"contigo" pensó, pero su pausa solo fue cubierta al toser de forma fingida para evitar malentendidos —él. Hablamos más tarde ¿quieres?

El moreno chasqueó la lengua luego de oírle decir eso, se levantó y volvió a bajar las gradas tan rápido como las había subido, dejando un mal sabor de boca para el chico de Kansas, quien le seguía con la mirada y apretaba los labios con algo de disgusto, como si hubiera preferido ir detrás de él en vez de continuar ahí.

—Quizá deberías ir detrás de él —Nakamura bufó las palabras en un tono malhumorado luego de ver cómo reaccionaba su novio y solo se arrepintió de decirlo cuando notó que un brillo en su rostro se incrementaba ante el "permiso" concedido.

—Eh... No, no, estabas por decirme algo —Jon rápidamente regreso al momento, tomándolo de la mano de nuevo, para evitar que se fuera él también.

—No era importante, solo que debo cubrir el juego de americano y quería ver si me ayudarías con las fotografías.

—Oh... —cualquier atisbo de emoción que pudo haber estado en su rostro rápido fue borrado.

—Si no quieres no es...

—No, si quiero —interrumpió, evitándole a Jay seguir pensando cosas que tal vez Jon le estaba dando a entender indirectamente —¿me enseñarás a usar una cámara?

Y Nakamura solo sonrió, creyendo ser de nuevo el centro de la atención de Kent, aunque no fuera así.

ᵈᵉˢᵖᵉʳᵃᵗᵉ ᶠʳᵉˢʰᵐᵃⁿ

La noche del juego llegó, ataviados en grandes chamarras a juego para protegerse del frío del bosque alrededor de la escuela y del otoño, sentados en las gradas ubicadas hacia fuera del campus y donde, por algún motivo todo el equipo contrario estaba atestado ahí, Nakamura y Kent estaban presentes, detrás de la protección del público.

Jon con una cámara réflex en las manos, perteneciente al taller de fotografía; la cual había estado usando desde dos semanas atrás para aprender y al final había sido acomodada por Jay para que solo se dedicara a disparar cuando viera algo interesante en la pantalla de esta; ahora miraba el partido, sin demasiada atención en realidad. A su lado su novio les narraba todo el partido a las notas de voz de algún grupo de WhatsApp llamado "Partido final Thanksgiving" del cual había sido participe por 3 segundos, antes de ser eliminado.

Los gritos de ambos públicos llenaban el lugar y Jon se sentía en ese video musical de Taylor Swift donde ella estaba en la banda y su crush en el campo de juego o algo así según recordaba.

Aún si se imaginaba a sí mismo en algún escenario interesante, su mirada no dejaba de ver el partido que era tan largo y aburrido como cualquier juego de fútbol americano... A todo eso, tenía una memoria de 1TB para llenar de las imágenes más interesantes de todo el partido.

Así que empezó a tomar fotografías de las personas a su alrededor, las botargas. Caminó unos cuantos pasos para tomar fotografías de las animadoras, la banda del equipo visitante, el entrenador, usando el zoom para fotografiar a los mismos personajes en el otro lado de la cancha, yendo una por una de las bancas en búsqueda de gente haciendo algo interesante, aquellos merecedores de ser captados en cámara.

Cuando de pronto miró, ahí a lo lejos, con una sudadera verde oscuro y con la mejor cara de aburrimiento a Damian, se veía como el único punto a color de toda la grada y sin esperar más le tomó una foto.

Era tal vez su rostro de profundo desinterés lo que le hacía resaltar o tal vez la belleza de sus facciones o ambas cosas.

Le tomó un par de fotos más, antes de volver a bajar, mirando en una de las esquinas a la profesora Gordon, de Sistemas Informáticos, pelear con el profesor Grayson, discutir con tanta fuerza que incluso podía jurar que era posible escuchar su acalorada conversación... O eso creía, pues lo único perceptible por él era la voz de Nakamura relatando el juego y los gritos, chiflidos y cantos de la gente a su alrededor.

Había visto a la profesora llorar mientras seguía pisando con fuerza sobre el piso, pidiendo razones y estas parecían no salir de él, fue testigo del profesor acercándose a ella para abrazarla, siendo recibido con una cachetada, acto presenciado por una buena parte de la gente a su alrededor y que su dedo capturó en una fotografía del momento.

Vio como la pelirroja se iba de ahí y Grayson no la seguía, más bien en ese momento había llamado a Damian para hacerlo bajar. Instrucción obedecida por el menor; aun cuando parecía no querer hacerlo.

Pues tal vez Jonathan se había vuelto experto en el lenguaje corporal de Wayne.

Y ahora, en ese mismo lado de la cancha, dos amantes de edades muy desiguales discutían, a la vista de muchos y sobre todo de Kent con la cámara de reportero desde el otro lado del campo.

Podía ver gracias al zoom de la cámara todo el momento, como los dos se decían tantas cosas, la manera en que actuaban, la forma de Grayson pareciendo furioso, mientras se peinaba hacia atrás con una de sus manos y miraba al cielo en búsqueda de paciencia y Damian…Bueno, él se cruzaba de brazos y le daba la espalda para ignorarlo.

Pues se estaba protegiendo.

De eso, no pasó nada más... El mayor simplemente dio media vuelta y se fue de ahí, no seguiría tampoco a Gordon, parecía solo escapar de ahí hacía sus propios asuntos.

Y en la soledad, debajo de un faro de luz de la cancha se había quedado Damian, quien llevaba una de sus manos para limpiar sus ojos, antes de tomar el camino contrario, perdiéndose detrás de la gente en las tribunas del estadio universitario.

Jonathan volteó a ver a todos lados, encontrando a uno de los tantos chicos del periódico, dándole la cámara antes de bajarse de su lugar y correr hacia el otro lado de la cancha.

Sintiendo como Jay lo miraba irse. Pero en ese momento no le importó demasiado.

ᵈᵉˢᵖᵉʳᵃᵗᵉ ᶠʳᵉˢʰᵐᵃⁿ

No tardó demasiado en llegar hasta el lugar donde Damian se había escondido, pues en efecto lo había hecho debajo de los asientos del público donde había estado él ignorando el juego universitario, antes de su trágico enfrentamiento.

No estaba haciendo nada, estaba recargado en una de las vigas de soporte de los asientos, sentado sobre sus talones, con los brazos cruzados y recargados en sus rodillas; una posición que podía llamarse "de bolita".

—Dami...—llamó desde el ángulo de entrada de la parte de atrás de todos esos peldaños, atestados de los fanáticos del fútbol universitario quienes seguían con su propia fiesta, mientras él iba en pasos cortos, como si fuese a rescatar a algún animal pequeño y escurridizo que podía ponerse violento o huir.

Aunque ninguna de esas dos hizo.

Wayne levantó la mirada hacia su contrario y Jon podía ver cómo sus ojitos estaban hinchados de haber llorado.

Y eso rompió un poco el corazón del chico de ojos azules, una vez estando tan cerca del otro no dudó en pasar un brazo sobre los hombros del mayor sosteniéndolo con cariño, sin decir nada.

Pues en ese momento las palabras podrían sobrar. Damian terminó por recargar su cabeza sobre el brazo ajeno, suspirando. Tampoco quería hablar, en verdad, no quería.

Jonathan recargó su propia cabeza sobre la del moreno, haciendo un poquito más apretado el abrazo entre los dos.

—Yo, quizá no debí...

—Shh, shh —Jon llevó su mano libre hacia los labios del menor para poner un dedo sobre ellos y hacer que callara —mi mamá dice que las decisiones deben de tomarse con confianza, temple y siempre dispuesto a aceptar las consecuencias, así que no debes arrepentirte de ellas por más difíciles que sean —murmuró, mientras su dedo se separaba de la boca del más bajo, sonriendo de medio lado —Además... La profesora no se merecía ser engañada y tal vez, no fue la mejor manera de enterarse, pero, ella podrá decidir si sigue con él o no...

Damian bajo la mirada de nuevo, mirando a la tierra desprovista de pasto debajo de las gradas y las pequeñas piedras decorando sobre de ella, lejos del pasto bien cuidado de la cancha, suspirando.

—Imagino... —fue la única palabra saliendo de su boca, en un tono tranquilo, usando su diestra hacia sus ojos, secando las últimas lágrimas que habían salido de él, suspirando.

Jon sólo asintió, apretando más el abrazo sobre el otro, deseando trasmitir tranquilidad al de menor estatura, se quedaría ahí tanto como fuera necesario, hasta saber que estaba mejor.

—Kent... —Damian volvió a hablar, después de un largo rato en silencio solo meditando las cosas, mientras se quitaba del abrazo y se levantaba de su posición poco cómoda, planchando con las manos su pantalón.

Jon solo se puso de pie tan rápido como su contrario lo hacía, copiando los movimientos del otro y moviendo las piernas para volver a sentir sangre corriendo por las mismas.

—¿Vas a volver al dormitorio? Podemos ir a comer algo antes de... —sin embargo, sus palabras fueron cortadas en ese preciso instante por culpa de los labios del más bajo atrapando los propios, en un pequeño beso que, simplemente, le había sacado de balance.

Un beso pequeño, apenas un toque entre ambos pares de labios, uno donde casi se mostraba un suave movimiento entre los dos, pero para Jonathan parecía ser algo más.

Y sin pensarlo mucho o razonar todas las cosas que habían sucedido por lo menos media hora antes de ese suceso, lo tomó de la cintura, cambiando las posiciones, ahora tenía a Damian sobre la malla de seguridad del lugar, mientras su cuerpo, mucho más alto que el del medio árabe, chino, blanco y judío, tapaba aquella silueta.

Obligando un beso mucho más largo, ansioso, donde todos los deseos y fantasías de Jonathan guardadas por un poco más de dos meses se imprimían en él.

Y Wayne lo aceptaba.

Las manos curiosas de Damian habían ido hacia el rostro del menor, sosteniéndolo con cuidado entre ellas, durante aquel beso, como si temiera que de pronto la cordura llegara a él y decidiera terminar con todo ese momento.

Sin embargo, eso no iba a suceder, el cuerpo del chico de ojos azules se pegó más al del otro, obligando con todo su cuerpo encima de Damian para recargarlo sobre la malla de protección, metiendo entre las piernas del contrario una de las propias, logrando algunos pequeños escalofríos recorriendo a través del cuerpo del más bajo con cada movimiento sobre de él.

Así como un color rosado tenue sobre sus mejillas y unos cuantos suspiros ansiosos escapándose de entre sus labios con cada una de las oportunidades que el demandante beso dejaba.

Suaves, lentos y emocionados.

Las manos de Damian bajaron del rostro al cuello de Jonathan, acariciando con lentitud sobre la poca piel que aquella enorme chamarra apenas dejaba ver, suspirando varias veces entre los besos, bajando hasta el inicio del cierre de esta para abrirla y permitir tener mayor acceso.

Colocando sus manos sobre el pecho ajeno, acariciando ligeramente, antes de volver su recorrido, para abrir más ropa y permitir a sus manos colarse debajo de él, tocando su piel.

Delineando las suaves líneas de sus músculos apenas marcados, yendo desde su torso hacia la espalda, quedando ahí, tocando su espalda con ligereza.

Jonathan soltó un jadeo cuando las manos frías de Damian comenzaron a recorrer sobre su cuerpo, un escalofrío que lentamente se volvía agradable e incluso excitante.

Y el que ambos lucharan por liderar el beso, simplemente lo hacía mucho más candente.

Todo.

Jon fue el primero en separarse para recuperar el aire demandado con esfuerzos por su cuerpo, mirando directamente el rostro del más bajo, notando como su mirada de nuevo brillaba y como ese sonrojo sobre sus mejillas era tan perfecto haciéndolo lucir aún más hermoso de lo que alguna vez había querido pensar.

Y Damian también podía ver lo mismo, aquellos ojos azules tan resplandecientes mostrando emoción, el sonrojo que era mucho más evidente, pintando incluso sobre su cuello y las orejas que con muy poca claridad era visible debajo de las lejanas luces de los edificios detrás de ellos, además de su cabello despeinado solo parecía agregar un poco más de belleza a la escena.

El moreno volvió a cerrar la distancia entre los dos, ahora con un beso más tranquilo, uno donde no se requería demasiada pasión, únicamente volviendo a usar sus manos para acariciar el cuerpo del otro, recorriendo sobre las líneas de sus músculos que se conectaban hacia su vientre, posando ambas manos sobre su cinturón, comenzando a desabrocharlo.

Sintiendo como una de las manos de su dueño se apuraba a detenerlo, con algo de nerviosismo impreso en su rostro.

—No es la primera vez que lo veo —Wayne susurró, con una risita impresa en sus labios, compitiendo con el otro para deshacerse de él y su timidez.

—N-no es eso... —Jon susurró, suspirando ligeramente, poniendo la zurda sobre la malla detrás de Damian para recargarse, mientras su otra mano era retirada con bastante tranquilidad por el más bajo, y veía como este mismo chico simplemente se ponía de cuclillas frente de él, regresando sus acciones a despojarlo del cinturón, el botón de sus Jeans y la cremallera.

—Si es sobre tus calzones de superhéroe, debo aceptar que son lindos —Damian solo abrió el pantalón del otro, acercándose para dejar un beso sobre el vientre de su amigo, a la altura del ombligo, bajando lentamente hasta el resorte de la ropa interior con una línea de besos, tranquilamente.

—N-no, yo nunca...

—Siempre hay una primera vez —Wayne murmuró, levantando la mirada para hacer contacto visual con el más alto, sonriéndole en un intento de hacerle sentir seguro —y lo que te haga, no te va a desagradar.

Otro suspiro salió de la boca del contrario, antes de asentir con la cabeza, bajando la mirada para observar la escena sucediendo debajo de él.

Dándose cuenta como eso se sentía mucho mejor que cualquier fantasía creada por si mismo, en cualquier momento o contexto y se odiaba por estar tan nervioso en ese momento, como si jamás hubiera esperado que algo así sucediera.

La diestra de Dami fue hacia el principio de los interiores del joven, tomándolo con cuidado para hacerlos ceder y dejar libre el miembro del chico.

Rápidamente esa misma mano fue a tomarlo con la misma precaución, con suavidad, comenzando a mover su mano sobre su longitud, calmado, tal vez siguiendo el ritmo de los tambores de alguna de las bandas escolares en el partido que marcaban, mientras la otra mano continuaba deshaciéndose de la ropa, para dejar todo su miembro libre.

El de cabello rizado tragó pesado apenas sintió las manos del otro sobre su miembro, mordiendo su labio inferior en un intento de mantenerse tranquilo, centrado en lo que estaba pasando para no perder ni un solo detalle, aun cuando ya estaba divagando por las sensaciones regaladas y en realidad, ya no estaba pensando bien.

Damian sonrió de medio lado cuando, después de ver a Jon relajarse un poco más y luego de sus delicadas atenciones noto como el pene de este terminaba por erectarse, haciendo que tragara pesado luego de notarlo.

Y sin pensarlo demasiado se acercó a él, posando sus labios sobre la punta de este, dejando un suave beso que había estremecido al más alto y sacado una sonrisa satisfecha por parte del moreno.

Aun así, continuó besando ligeramente sobre el tronco de la erección recién formada, bajando lentamente con esa misma caricia, sosteniendo apenas con la diestra para darse paso por todo el miembro, llegando hasta la base, donde dio inicio al trabajo de su lengua, empezando por lamer entre los testículos de este, suavemente, sacando otro jadeo por parte del dueño de la erección, chupando con ligereza, sin querer hacer demasiado ni tan rápido para provocar que terminará antes de tiempo.

Su boca volvió a subir, lamiendo como si fuera un helado sobre la piel del otro, con pequeñas lamidas cada cierto tiempo, dando paso a una más larga que solo hacía que Damian volviera hacia abajo, yendo y regresando, varias veces, hasta volver a alcanzar la glande, que se dedicó a lamer.

Pequeñas lamidas que parecieran más desinteresadas, escuchando los gruñidos escapar de Jonathan y que eran tan altos como para ser reconocidos por Damian aun teniendo todo el festejo de los universitarios sobre sus cabezas.

Levantó la mirada para saber cómo estaba su adorable amigo, notando cómo estaba recargando la frente por completo sobre uno de sus brazos, el cual era recargado en la malla, con los ojos cerrados y el ceño fruncido, aunque seguía soltando sonidos de placer y sus labios estaban entreabiertos, húmedos por todas las veces que su lengua había pasado sobre ellos, buscando una manera de funcionar ante lo que le era regalado.

Y Wayne volvió a sentir una oleada de orgullo por todo lo provocado... Y una oleada más de excitación con cada jadeo complicado que salía de la garganta del más alto.

Decidió continuar, lamiendo con más rapidez sobre la punta del pene ajeno, para cambiar con determinación y sin previo aviso a pequeños círculos sobre este, haciendo a Kent temblar de cuenta nueva.

Y sin mediar ninguna pista, metió el miembro en su boca, comenzando a succionar con algo de fuerza, sintiendo como después de eso el líquido preseminal se mezclaba con su propia saliva, dejándole un sabor salado, agradable...

Damian continuó chupando y lamiendo a partes iguales, mientras decidía si llevar más al fondo aquel hermoso mini-Jon, aunque esa decisión no estuvo en sí, cuando menos lo sintió Jonathan llevo su mano libre hacia la nuca del otro, sosteniéndolo sin mucha gentileza, con el único motivo de mantenerlo ahí, sin moverse y movía hacia el frente la cadera, obligando al más bajo a permitir que esa erección penetrara su garganta.

El moreno junto las cejas por un segundo mientras sentía como de pronto el control le era arrebatado de la nada, sin embargo, lo dejó ser, sobre todo cuando su mirada hizo contacto con la azul del otro y notó ese brillo de lujuria que no había visto jamás en él...

Y eso solo lo calentó más.

Relajó su garganta e intentó no tener ningún reflejo, simplemente lo permitió, incluso comenzó a intentar "tragar", para estimular más a su ahora pareja.

Cosa que había hecho gruñir una vez más al más alto.

Las manos de Damian bajaron hacía su propio pene, dejando libre su erección creciente después de pelear contra todas las prendas que lo impedían, bajando un poco más sus pantalones, mientras cambiaba de posición, ya no estaba cuclillas, había puesto ahora sus rodillas contra el piso, levantando un poco su trasero y llevando una de sus manos hacia atrás de él, comenzando a estimularse.

Escena que era fácilmente vista desde arriba y había provocado en Jonathan adelantar la cadera más fuerte, penetrando con un poco de rudeza la garganta del otro.

—E-eres mejor que cualquier fantasía —confesó sin pensarlo mucho, simplemente dejándolo salir, mientras sus ojos se pegaban en la mano detrás del de mirada esmeralda, penetrándose y moviéndose dentro de él, con esa sucia perversión que hacerlo debajo de toda la comunidad estudiantil y al aire libre agregaba al instante.

Y sabía qué si continuaba sólo fantaseando, iba a terminar tan rápido. Solo sacó su miembro de la boca del otro, notando como la saliva salía, escurría por los labios del otro y un suave gemido se desprendía también de él. Se agachó para besarlo, de forma rápida, más como una forma de agradecer por su trabajo, antes de levantarlo, darle la vuelta y empujarlo suavemente contra la malla de contención, pegando su pecho sobre la espalda del chico, dejando suaves besos sobre la ropa de Damian, mientras lo afianzaba con sus manos por la cintura y, a tientas, intentaba penetrar al otro.

—Estas... Fallando —Damian se burló por un segundo, mientras volvía a tomar la polla del otro, para dirigirla literalmente hacia su hoyo, dejándola en el lugar indicado, apenas penetrándose a si mismo por muy poco.

Samuel sintió como sus mejillas se prendían de rosa por la vergüenza de no haber atinado a la primera, pero la manera tan sensual del otro resolviendo todo, le daba mejores ideas.

Y cuando supo que estaba en el lugar indicado, adelantó la cadera con algo de firmeza, terminando por meterlo por completo.

Robando un gemido por parte del más bajo, uno tan alto que estaba seguro qué habría chocado con el eco del lugar vacío dentro de la escuela, pero que nadie más que él podía escucharlo.

Tardó unos segundos en comenzar a moverse, mientras besaba sobre la piel del cuello del otro, subía por su nuca y respiraba su aroma, sus manos se colaban debajo de las prendas vistiendo su delgado y pequeño cuerpo y acariciaba con algo de temor sobre él, mientras el otro se sostenía de la reja, suspirando y jadeando ligeramente, temblando debajo de él.

Como muchas veces, Jon lo había imaginado.

Y sin esperar más, comenzó a moverse, lentamente pues aún no sabía cuál era el ritmo perfecto y tampoco deseaba lastimar a Wayne, deseaba hacerlo tan suave y placentero para los dos como pudiera. Aunque la cadera del otro comenzó a moverse a contra ritmo, un poco más rápido, más ansioso, deseando aquella sensación placentera y volteando hacia atrás, en búsqueda de ese beso que tanto quería.

Beso que por supuesto Kent le concedería.

El instante no había durado mucho, terminaron después de unos pocos minutos, exhaustos y llenos de placer, Damian aún recargado en la protección de las gradas mientras respiraba rápido, intentando retomar el control de su respiración.

Y Jon, pegado sobre de él, sin deseos de salirse y romper aquel instante maravilloso... Instante tan soñado por tanto tiempo.

Aunque tuvo que hacerlo cuando la gente comenzó a salir del estadio, no tenía ni idea de cómo había terminado el juego y tampoco le importaba... Lo único verdaderamente importante era el joven Wayne quien seguía respirando rápido y que, en cuanto salió, un hilo de semen lo acompañó, escurriendo por sus piernas, siendo una obra de arte ante sus ojos.

—Jonathan ¿estas aq... —una voz que ahora si conocía y había escuchado por primera vez en las gradas sobre su cabeza le hizo dejar de admirar a Damian, misma voz afectando también a Damian, quien lo había hecho subirse los pantalones con rapidez, volteando a ver al hombre quien había llamado a Kent.

Y de nuevo, como aquella vez que se conocieron, lo hizo regresar al mundo real.

—... Olvídalo —fue después de eso, de ser testigo de quien pretendía ser su novio con los pantalones abajo y el amigo incomodo de este acomodando su ropa, escondidos debajo de los asientos del partido más importante del año luego de que lo abandonaran como 40 minutos antes, que Nakamura se dio media vuelta y salió de ahí, sin voltear atrás.

Posiblemente de la misma manera en que Grayson había abandonado a Damian anteriormente, con la única diferencia de que Nakamura tenía toda la razón para molestarse.

Jon captó lo sucedido con muchos segundos de retraso, subiéndose la ropa con rapidez, dejando un beso sobre la frente del más bajo, antes de intentar salir detrás de Jay.

Aunque él ya lo había perdido desde hacía mucho en el mar de gente.


!Gracias por leer!