Declamar: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicado por primera vez, regresa mejorada.

Bueno, estamos de regreso mi beta y yo listas para para terminar esta historia. De verdad sin la ayuda de Andrea esto no sería posible. También a Lalis.


CAPITULO 23

Para el viernes Charlie se encontró en la sala de reuniones de la empresa con un grupo de abogados en la espera de Bella, en aquel momento él retomaría el control de su empresa. Había hablado con su abogado de lo que quería hacer y esperaba que Bella aceptara.

— Un accidente y el tráfico se vuelve aún más insoportable. — Fue el saludo de Bella al llegar junto a Megan. — Buen día, ¿dónde tengo que firmar?

— En realidad hay un par de cosas a tratar sobre los términos y las clausulas. — Indicó Charlie señalando el asiento libre frente a él. Bella frunció los labios, lo que esperó al fin había llegado. Charlie iba a mostrar su verdadera cara.

— Te escucho. — Dijo con voz acerada y manteniendo la espalda erguida. Charlie supo que estaba a la defensiva.

Extrajo un documento de su portapepeles de piel y se lo deslizó.

— De acuerdo con tus términos te quedarías con el 10% de las acciones, pero prefiero que sea el 45%. Seré accionista mayoritario por lo que tendré el control y libertad para hacer movimientos, pero he decidido no recuperar la autonomía de Swan Industries, me mantendré como paralela de Diamond, la empresa se manejará de acuerdo con los criterios ya establecidos. — Bella frunció el ceño y miró a Megan que parecía igual de desconcertada. Volvió la atención a su padre. — Es más lucrativo para ambos continuar en un frente unido.

— Dirás para ti. — Dijo Bella sin poder contenerse y lo vio sonreír de lado.

— En este momento no hay competencia para Diamond, tienes una empresa fuerte. —Suspiró y cruzó las manos sobre el escritorio y se inclinó hacia adelante mirándola fijamente. — No sé cuánto tiempo más me mantendré en el negocio, yo espero muchos años más en los que daré lo mejor, pero cuando me retire, Swan Industries quedará en tu poder. ¿Para qué desgastarnos haciendo papeleo que después se repetirá?

Bella se echó hacia atrás aturdida por todo lo que acababa de escuchar. El plan de Charlie era solo poder dirigir la empresa que fundó, aunque aceptaba que Bella fuera aun su jefa.

— ¿Por qué? — Lo cuestionó.

— Eres mi hija y la única heredera. — Dijo como si fuera lo más obvio. Bajó la mirada a sus manos lo vio mover los labios como diciéndose algo y luego la miró. — También porque creo que no hay nadie mejor que tú para continuar al frente. Eres una líder nata que maneja un imperio con mano firme y siendo congruente con tus principios. Estoy orgulloso de todo lo que has conseguido por ti misma, además, de que tienes mi admiración por la forma en que te desempeñas laboralmente sin descuidar a tu familia. Y sobre todo tienes mi respeto como empresaria.

Bella se contuvo de levantarse y salir corriendo de la sala, hizo acopio a todo su autocontrol y trató de no demostrar cuan afectada se encontraba. Solo estiró la mano para coger el botellín de agua y dar un buen sorbo, sentía las miradas puestas en ella. Fueron solo unos segundos, pero para Bella fue una eternidad.

— ¿Estás consiente de que a pesar de llevar esta filial tendrás que rendirme cuentas?

— Lo estoy. Entiendo que te cueste creer esto después de lo que hice para no perder la autonomía, pero es la mejor opción. En la cláusula quince podrás ver que está establecido que al retirarme la empresa pasará a ser tuya.

Bella leyó esa cláusula donde justo era eso lo que se especificaba, no estaba lista para eso.

— Puedes tomarte un tiempo para leerlo y comprobar que no hay gato encerrado. — Señaló Charlie.

Viendo la salida, Bella cerró la carpeta y se levantó tomando su bolso.

— Lo leeré y programaré una nueva reunión por si hay que tratar algo más antes de firmar. Gracias por su tiempo. — Fue la escueta despedida saliendo de la sala y presionando con fuerza y en repetidas ocasiones el botón del ascensor.

La mano de Megan la detuvo de seguir presionando el botón y con un gesto le pidió tomar aire, algo que en aquel momento no le era sencillo. La campanilla sonó y al abrirse la puerta Bella saltó al interior esperando a que Megan subiera y presionando el botón para cerrar las puertas, de inmediato pegó la espalda en el fondo del ascensor y tomó aire. Fue Megan quien marcó el piso al que iban y comenzaron el descenso.

Todo eso fue más de lo que estaba lista para manejar, cuando Charlie le dijo que había cambios de inmediato se preparó para que mostrara su cara y podría darle la razón a esa vocecita que le repetía no dejarse envolver que aquel cambio de su padre no era más que una fachada. Pero esa vocecita se quedó muda al escuchar de qué iba, una sorpresa tras otra que hizo algo en su interior rescrabajarse.

Salir de la empresa y subir al auto fue de forma automática. Se recostó en el auto cerrando los ojos y controló su respiración, recordaba las reuniones que estaban pendiente y lo que debía de revisar, no podía perder la cabeza en ese momento, por lo que al llegar a la empresa era la misma de siempre. Megan se mantuvo en silencio dejando que Bella pusiera las cosas en balance de nuevo, si para ella resultó toda una sorpresa escuchar esas palabras podían asegurar que a Bella la enviaron a arenas movedizas.

— Llama a Christopher y revisa que tenga todo listo para la llegada del embajador a la suite, yo misma iré a verificar más tarde. — Le dijo Bella al entrar a la empresa, para Megan no fue una sorpresa que volviera o mejor dicho aparentara control para continuar con su día.

Por la noche Bella estaba en la cocina sentada bebiendo una copa de vino blanco, escuchando en el iPad los movimientos de la bolsa y leyendo por tercera vez el contrato sin encontrar nada mal, todo era claro sin letras pequeñas que la fastidiarían más delante.

— ¿Qué va mal? — Fue la pregunta de Edward al llegar y notarla absorta con la copa en mano, el ceño fruncido leyendo el documento delante de ella mientras murmuraba algo que no entendía.

Bella apartó la vista de los papeles dio un último sorbo y se sirvió de nueva cuenta. Le indicó el banco a su lado y Edward la besó antes de sentarse.

— Hoy estuve en Swan Industries para devolverle la empresa a Charlie, el documento estaba listo y solo tenía que firmarlo, pero me encontré con que él hizo uno nuevo y espera que firme.

Edward frunció los labios y le acarició la espalda, una decepción más que él ayudó, al intentar que le diera una oportunidad.

— Lo siento, cariño.

— No. — Dijo apagando su iPad y girándose para verlo de frente. — En mi acuerdo yo pedía el 10%, pero el suyo marca el 45% además tiene clausulas muy específicas en cuanto a que recuperará la dirección, pero será una filial de Diamond, apegándose a las normas establecidas, acepta seguir bajo mi mando. — Dio un nuevo sorbo. Edward detuvo el movimiento de su mano y no pudo contener su asombro. — Y eso no es todo, también estipula que cuando decida retirarse, Swan Industries pasará automáticamente a mi poder, me deja como heredera universal.

Edward le quitó la copa de las manos y bebió. Eso era inesperado y podía entender la turbación en Bella.

— Hay más. — Dijo inquieta. — Le pregunté el porqué de eso, su respuesta rápida fue porque era su hija y heredera, para luego… — Se mordió el labio levantándose y llevándose las manos a la cabeza. — Decir que no había nadie mejor que yo para seguir al mando, que estaba orgulloso de todo lo que conseguí, que me admiraba y me respetaba.

Edward abrió mucho los ojos y no supo que decir, esas palabras eran las que Bella había querido escuchar hace años, cuando aún esperaba ese reconocimiento de su padre. Que llegaran en este momento la tenían confusa, ella se estaba empeñando en desacreditar el cambio de Charlie porque era más fácil pensarlo que albergar esperanza.

— He leído el documento varias veces, sé que debe de haber algo ahí. Charlie no es así. — Admitió encogiéndose de hombros. — Estoy en arenas movedizas y odio estar tambaleándome.

No se opuso cuando Edward llegó a su lado y la abrazó, le besó en tope de la cabeza y luego levantó su rostro con una mano para que lo mirara.

— ¿No has pensado que es una de las formas de tu padre de demostrarte su cambio? Charlie Swan es un hombre de pocas palabras. Tiene una idea equivocada de demostrar su afecto. — Le dijo con serenidad. Al notar su ceño fruncido le explicó —: a Charlie le cuesta demostrar afecto como a la mayoría con un abrazo o palabras de aliento, él parece creer que con el dar algo material es forma de hacerlo. Con Evan, por ejemplo, su Superman fue regalo de Charlie, los chocolates que lleva a cada consulta, claro también está la parte que Evan solo lo considera un amigo de su abuelo Carlisle.

— ¿Estás diciendo que dejarme la empresa sería como el Superman de Evan? — Rodó los ojos cuando asintió, le parecía estúpido.

— Charlie ha reconocido que eres la mejor, el dejarte la empresa es darte lo que sabes fue lo más importante para él. — Se encogió de hombros. — No tengo la certeza, solo son conjeturas.

— Lo único que podemos tener.

— Si tomar esta decisión desde una parte emocional te está trayendo problemas, deja que sea tu parte racional quien la tome. — Le dijo con un guiño. — Ve su valor y que tan redituable a largo plazo es para Diamond.

— ¿Valor y redituable? — Preguntó divertida. — Ampliamos el léxico, doctor Cullen.

— Eso es lo que ocurre al pasar tanto tiempo contigo y tus términos. — La besó. — Vamos a la cama, tengo una idea de cómo despejar tu mente.

El lunes de nuevo se encontró en la sala de juntas con Charlie a quien vio sonreír cuando le anunció que firmaría aceptando los términos y solo agregaba una clausula en la cual se especificaba que aunque llevara las riendas al aceptar seguir bajo su mando, iba a tener que apegarse a los lineamientos establecidos, no aceptaría ninguna falla que pusiera en duda la fiabilidad de su empresa, si eso sucedía, Diamond rompería relación y se quedaría con los clientes.

Eso no representó un problema para Charlie que firmó sin dudar, ese gesto hizo a Bella tratar de entender las palabras de Edward y como podía tener razón. Para ese día, Charlie estaría de regreso a su antigua oficina.

Se envió un comunicado que fue publicado en la página oficial de la empresa donde se daba a conocer los cambios y como Charlie recuperaba su posición

Las chicas seguían con los preparativos de la boda, ese fin de semana sería el tan esperado enlace, los nervios y ansiedad se hizo presente. El que Jasper y Emmett cenaran en el departamento de Bella desde la semana anterior solo la divertía, dejaban a sus novias hacerse cargo ya que, se quejaban de que les dejaban todo el trabajo, y cuando ayudaban también se quejaban porque decían que las retrasaban.

El más feliz de tener a los chicos a la hora de la cena era Evan que estaba aprendiendo a jugar videojuegos y en dos ocasiones le dio una paliza a Emmett y no porque este lo dejara.

Finalmente el día de la boda llegó, Bella estaba junto a Edward en las sillas del frente, sonriendo al ver como Emmett se acomodaba la corbata por cuarta vez en menos de un minuto, Jasper movía los hombros de vez en cuando, los nervios de ambos le estaban resultando muy divertidos. Al comenzar unas notas suaves todos miraron hacia atrás y comenzó el desfile de las niñas de las flores y más atrás iba Evan que en sus manos mantenía un cojín con los anillos, el traje que llevaba era de tres piezas ya que quería que fuera igual al de su papá y no tuvieron objeción en cumplirlo.

Edward no pudo evitar recordar las tardes que pasaron juntos, él y Evan cuando fueron a que les hicieran trajes a la medida. Era pequeño, pero obstinado y tenía muy claro lo que quería. Al llegar al inicio del pasillo, caminó con calma como se lo habían pedido y se sentó junto a Bella que lo felicitó por el gran trabajo.

La primera en hacer su entrada fue Alice, su vestido era estilo princesa con un vuelo amplio y escote corazón, llevaba un velo largo y no dejaba de sonreírle a Jasper que parecía haber dejado de respirar, su rostro y mirada estaban llenas de un amor que no se podía ocultar. Cuando Rose apareció Emmett sonrió ampliamente y una lagrima se escapó de uno de sus ojos que limpio rápidamente.

La ceremonia fue al atardecer, los votos dejaron sin lugar a dudas un amor incondicional, y como era de esperarse Emmett no pudo evitar soltar un par de cosas que hicieron reír a más de uno y sonrojar a Rose. El momento de entregar los anillos llegó y Evan se acercó a entregárselos con seriedad, para cuando no tuvo ninguno en el cojín lo lanzó a un lado y se fue junto a sus abuelos haciendo reír a todos.

La celebración fue al final entre un grupo pequeño de amigos y familiares, se colocó una carpa en el jardín con un montón de luces, las mesas distribuidas a los lados dejando la pista al centro. Bella conocía a mas familia de Edward, varios nombres los reconocía ya que habían estado en su lista de invitados, recordar lo que pudo haber sido le causaba un poco de melancolía. Bella le guiñó un ojo a Alice cuando sus miradas se cruzaron mientras ella estaba en su primer baile.

Una melodía suave comenzó a sonar y Edward llevó a Bella a la pista, la envolvió en sus brazos y sus mejillas lado a lado, cerró los ojos y se dejó guiar por Edward.

— ¿Ya te dije que luces preciosa? — Le preguntó en un susurro sintiendo como ella sonreía.

— Sí, pero no importa escucharlo una vez más.

— En algún momento seremos nosotros. — Admitió con serenidad a lo que ella asintió con la cabeza. Bella en el fondo lo sabía, aunque ese momento aún no había llegado, no tenían prisa.

La velada terminó casi hasta el amanecer, al final en la última melodía Bella volvió a bailar con Evan que se lo pedía, el pequeño también bailó con Esme, Alice y Rose. Cerca de las dos de la mañana Jasper y Alice se marcharon a su luna de miel en el caribe, por otra parte Emmett y Rose decidieron que se quedarían en Miami una semana ya que por el embarazo de Rose no era aconsejable largos viajes.

El sonido del móvil de Bella la hizo protestar ya que era domingo y apenas tendría escasas tres horas durmiendo, canceló la llamada, pero no tardó en volver a sonar, gruñendo Bella lo cogió y Edward se cubrió la cabeza con la almohada. Al ver de quien se trataba Bella se desperezó y el grito al otro lado la hizo acabar de despertar.

— ¡Está sucediendo!

— ¿Dime que ya llamaste al hospital? — Preguntó Bella haciendo de esa manera que Edward se incorporara y ella lo tranquilizó diciendo que se trataba de Jacob.

— Te llamó después. — Fue lo único que dijo Jacob para colgar.

Edward sabiendo lo que sucedería se levantó de la cama, Bella le dijo que cuando el momento llegara ella prometió estar junto a sus amigos.

— Llamaré al piloto para que nos vean en la pista en una hora. Despertaré a Angie y a Evan no lo podemos llevar dormido. — Dijo Bella envolviéndose en un bata y saliendo de la habitación.

El vuelo de apenas 3 horas se les hizo más largo de lo que fue en realidad, al llegar un auto ya los esperaba y fueron directo al hospital permaneciendo en la salita de espera. Evan se fue con Angie a la casa de Jacob y quedaron de enviar por ellos cuando el bebé hubiera nacido.

Después de mediodía Jacob fue junto a ellos con una enorme sonrisa y los ojos húmedos.

— ¡Soy papá! — Dijo abrazando a Bella que estaba llorando de la emoción, ella sabía cuánto habían luchado para convertirse en padres.

Bella y Edward dejaron que los abuelos entraran primero a conocer a su nieto para cuando las parejas salieron ellos entraron. Al ver a Leah en la cama de lado viendo con infinito amor al pequeño que descansaba a su lado envuelto en una mantita color menta hizo llorar de nuevo a Bella que se acercó a su amiga y la besó en la frente para luego finalmente conocer a su sobrino.

— Dile hola a la, tía Bella. —Dijo Jake desde el otro lado mirando a su hijo.

Bella pidió permiso de tomarlo y Leah accedió. Lo cogió con infinito cuidado y sonrió al notar que abría sus ojitos y daba un bostezo.

— Hola, Ian, soy la tía Bella y tenía muchas ganas de conocerte. — Le dijo con voz suave dándole un beso en la cabecita.

Ver eso hizo a Edward añorar haber estado el día en que su hijo nació, pero apartó ese pensamiento de su cabeza ya que de nada servía atormentarse por algo que no se podía cambiar, pero viendo a Bella con el bebé en brazos supo que tal vez podría persuadirla de darle un hermanito a Evan. Al sentir la mirada de Edward, Bella cruzó la suya y no tuvo que decir nada, sabía en que estaba pensando.

Dejaron descansar a mamá y bebé antes de que recibieran más visitas, Evan acudió por la tarde con un elefante de peluche que le dio a Ian. Todos trataban de no reír de la forma en que Evan miraba al bebé y soltaba preguntas como: ¿Cómo sabes cuando tiene hambre? ¿Y si tiene frío? ¿Cuándo podrá jugar conmigo? ¿Cuándo despertará? ¿Por qué no sonríe? ¿No le gustó el elefante? ¿No tendrá pelo? ¿Lo podré enseñar a tocar el piano?, y así un montón de preguntas que le iban llegando a la mente.

Al día siguiente ambos fueron dados de alta y recibidos en casa con globos y flores, Edward tuvo que regresar a la ciudad por el trabajo y se llevó a Evan con Ángela para que acudiera a la escuela, Bella se quedó un par de días por petición de Leah ya que tanto su madre como la de Jake no podían hacerlo y ella tenía miedo de hacer algo mal.

Tras volver a la ciudad fue por Evan quien apenas verla corrió a sus brazos.

— Te extrañé, mami. — Dijo colgado al cuello de Bella que lo mantenía en sus brazos. Había llegado hace algunas horas, pasó por la empresa para firmar unos papeles, solo habían sido tres días lejos de casa y había extrañado a su familia.

— Y yo a ti. — Volvió a besarlo en la mejilla. — Tu papá me dijo que hoy podríamos ir a ver cómo está quedando la nueva casa. ¿Vamos?

Evan aceptó como ya lo esperaba y era por lo que Bella se había quedado de ver con Edward en la casa. Al llegar ya estaba el auto de Edward estacionado dentro del garaje. Apenas salir del auto la puerta se abrió y salió a recibirlos.

— Bienvenidos a casa. — Dijo Edward haciéndolos pasar, Bella se detuvo en seco observando, con el cambio de color, las arañas con luz cálida le pareció un lugar distinto.

Esme que estaba ahí notó el cambio en Bella y por un momento creyó que algo no le agradaba.

— Parece un lugar muy diferente, pero me encanta lo que has hecho en nuestra casa. — Le agradeció Bella abrazando a Esme que respiró tranquila. — No puedo esperar para mudarnos.

— En realidad está terminada. — Anunció Esme. — Vamos, les daré un recorrido.

Eso alegró a Bella y a Evan que al mudarse a su nueva casa donde tendría una piscina, su papá podría terminar de enseñarle a nadar, además del jardín trasero donde también podría jugar ahí con Max.

Esa noche, tras comenzar con los preparativos para la mudanza también estaban cómodos de estar juntos luego de varios días separados. Edward la mantenía en sus brazos acariciando su espalda por debajo del blusón de seda, le encantaba su suavidad y percibir como ella comenzaba a estremecerse con su toque.

Bella levantó el rostro para poder besarlo, primero solo fue un roce hasta finalmente dejarse llevar, Edward la giró para quedar sobre ella cuidando en todo momento de no aplastarla demasiado, se separó para mirarla a los ojos.

— Fueron solo un par de días y te eché de menos. — Le confesó Edward frotando su nariz con la de ella.

— Hablábamos todos los días. — Le respondió, aunque ella entendía a lo que se refería. También lo había extrañado, sobre todo por las noches era su compañero con quien podía hablar de su día y el simple hecho de tenerlo a su lado la relajaba.

— Hay algo de lo que quisiera hablar contigo.

— ¿Ahora? — Le preguntó enarcando una ceja, acariciando su pecho y con tono sarcástico.

— Ahora. — Le dijo quitándose de encima de Bella y se sentó apoyando su espalda en la cabecera de la cama.

Ante ese cambio Bella también se sentó, pero Edward en un rápido movimiento la colocó sobre sus piernas dejando sus manos sobre las de Bella.

— Hay algo en lo que no he podido dejar de pensar desde que estuvimos con Jacob y Leah. — Comenzó sin apartar la mirada de Bella.

Queriendo verlo con más claridad Bella encendió la luz de la mesita de noche, así podía ver cada gesto y si debía de preocuparse por algo, pero no logró leer que le sucedía, acunó su rostro.

— Verte con Ian en brazos me recordó el momento que me perdí contigo y Evan. — Suspiró. — No tengo idea de lo que piensas porque no lo hemos hablado, Evan llegó de improviso y aunque no fue planeado es un niño muy amado, yo sin conocerlo lo amaba porque es una parte de ambos.

— ¿Estás tratando de decir que deberíamos de tener otro bebé? — Le preguntó con seriedad.

— Crecí con dos hermanos, y sabes, aunque tengamos nuestras diferencias creo que es de las mejores cosas que tengo en la vida, dos personas con las que pude compartir muchos momentos que tengo grabados en mi memoria, cómplices irreverentes, pero leales, y me gustaría que Evan tuviera algo como eso. — Sus manos subían de las piernas por los costados de Bella hasta detenerse alrededor de su cintura. — Verte así me hizo volver a pensar en eso y creo que es algo que debemos de estar de acuerdo ambos.

Ante el silencio creyó que había malinterpretado aquella mirada por parte de ella cuando cargaba a Ian, en ese momento vislumbró que ella quería lo mismo.

— Soy hija única. — Se encogió de hombros. — Y por eso estoy de acuerdo contigo, creo que es una excelente idea que Evan tenga alguien con quien divertirse y hasta pelear de vez en cuando. También lo había pensado y creo que podríamos intentarlo.

Edward sonrió abiertamente y se inclinó hacia adelante para poder besarla.

— Si estás de acuerdo, podemos comenzar justo ahora. — Le dijo inclinándose hacia adelante para rozar sus labios y luego saltar de su regazo para asegurarse que la puerta tuviera el pestillo puesto.

— Me leyó la mente, señorita Swan. — Le dijo tirando de ella cuando llegó de nuevo junto a la cama, le cubrió la boca cuando lanzó un grito. — Sin hacer demasiado ruido, no me apetece una interrupción.

Era viernes lo que significaba que tendría tiempo para descansar, bueno eso era un decir ya que los fines de semana los tenían dedicados a Evan que los esperaba con impaciencia. Dejó el bolso en la mesita en la entrada y fue a buscar a sus hombres, los encontró en la sala sentados en el suelo y con muchas fotos esparcidas sobre la mesita de centro.

— Hola — Los saludó notando que las fotos eran de los Cullen.

— Mami, necesito fotos de mis abuelos. — Dijo levantando la mirada.

— Veo que no revisaste los mensajes. — Fue el saludo de Edward, le había enviado un par para que se preparara y no la tomara por sorpresa como era el caso. — Nuestra tarea de fin de semana es llevar un árbol genealógico, cariño.

— Buscaré alguna que puedas utilizar. — Le dijo. — ¿Vemos una película, traje pizza?

Eso desvió la atención y Evan se emocionó ante la idea de pasar una noche de películas con pizza. Edward solo la pudo felicitar por la jugada, se ganaba un poco de tiempo en pensar cómo manejar ese bache.

Como era de esperarse, Evan fue quien eligió la película, una de dibujos animados de un ogro que rescata a una princesa, era de las favoritas de Evan y a decir verdad a Bella también le gustaba, no importaba cuantas veces ya la hubiera visto siempre reía. Evan estaba en una manta sobre el piso con Max acostado sirviéndole de almohada, mientras Bella y Edward en el sillón detrás abrazados. Con la música de los créditos Evan rodó para ver a sus padres.

— ¿Crees que después pueda conocer a mi otro abuelo en persona? — Le preguntó a Bella.

— Supongo que sí. — Dijo tratando de no darle mucha importancia.

Tras meterlo en la cama Bella tomó la decisión, no iba a poder seguir ocultando la identidad de Charlie por más tiempo, por lo que ignorando la hora que era puso a trabajar su plan.

Evan estaba emocionado de ir a comer al restaurante que estaba en el embarcadero de Central Park y más porque le prometieron dejarlo explorar el parque por un buen rato, hasta cabía la posibilidad de subirse a una balsa y recorrer el lago junto a su papá. Al llegar los condujeron a su mesa. Edward notó que era para 5 por lo que creyó saber que sucedería, no tuvo tiempo de preguntar cuando vio ingresar a Charlie con Sue que al verlos los saludó con la mano.

Evan estaba mirando el lago y los gansos que nadaban tranquilamente sobre las aguas, ya era abril y todo estaba volviendo a retomar su color verde. Estaba tan distraído que no notó la presencia de Charlie hasta que llegó a la mesa y habló.

— ¡Hola, Charlie! ¿También comerás aquí? — Preguntó saltando de su silla y chocando el puño.

— Eso parece, pequeño. — Dijo divertido revolviéndole el cabello.

— Por favor. — Señaló Bella las sillas vacías a lo que Charlie ayudó a Sue a sentarse y luego él lo hizo, eso no pareció importarle demasiado a Evan que se hincó sobre la silla para quedar a buena altura.

— Mi mami me dijo que comeríamos en uno de sus lugares favoritos y si comía todas mis verduras podría ir al lago con papá y subirnos a una balsa.

— Todas las verduras. — Le recordó.

— ¿Tú has estado en una balsa? Yo solo me he subido a unas, pero en ninguna me dejaron remar.

— Hace mucho que no lo hago, seguro terminaría nadando. — Admitió Charlie.

— ¿Sabes nadar? Mi papá me está enseñando, me gusta mucho el agua, pero no más que patinar en el hielo — dijo entusiasmado. — Mi mami me enseñó a patinar, todos los años me llevaba a la pista de hielo en Londres ¿tienes patines? ¿Te gusta la nieve o el sol?

— Me gustan ambos, aunque prefiero la nieve.

— Mi tía Rose y Ali se casaron en la playa de la casa del abu, me dejaron llevar los anillos y me dejaron nadar en la alberca. Nuestra nueva casita también tiene una, pero aún no sé cuándo podremos usarla. Mami dice que pronto — Dijo con desanimo.

Bella sonrió al ver a Charlie tratando de seguirle el ritmo a la conversación.

— Tengo un primo nuevo, se llama Ian y mi tío Jake me dejó cargarlo. Me prometieron que cuando creciera jugaría conmigo. — Informó sin dejar de ver a Charlie. — Yo quiero un hermanito, se lo pedí a Santa.

Ante eso Bella cerró los ojos y Edward se llevó la mano a la nuca evitando mirar a Charlie o a Sue, mientras Sue trató de ocultar una sonrisa.

El mesero interrumpió el monólogo de Evan, pidieron las bebidas y revisaron la carta. Bella la compartió con Evan que aunque sabía leer un poco aun no comprendía y le preguntaba a Bella que pacientemente le decía de que iba cada uno y así eligiera el que más le apeteciera. Tras pedir los alimentos, con las bebidas en la mesa y un cesto de pan que Evan no dudo en acercarse, Bella tomó el control.

— Gracias por venir, aunque fue algo de último minuto. — Dijo a Charlie que le restó importancia con la mano. — Evan.

El pequeño no hizo caso, en ese momento estaba más ocupado sacando el relleno del panecillo y comiéndolo ignorando embarrarse las manos y las migajas que caían a su ropa.

— Evan. — Lo llamó Edward consiguiendo su atención. — Mamá tiene algo que decirte.

— Conoces a Charlie, ¿cierto? — Le dijo señalándolo y notando como se mantenía rígido mirando al pequeño con una sonrisa tensa.

— Es amigo del abu y me da chocolates de los que me gustan. — Dijo alegre.

— Bueno, Charlie no solo es amigo del Abu Carlisle.

— ¿También es tu amigo? — Preguntó ladeando la cabeza, de pronto todo le parecía confuso.

— Charlie es mi papá, tu otro abuelo. — Le dijo finalmente notando como se sorprendía y miraba a Charlie y luego a ella. El pan dejó de tener importancia y lo dejó sobre la mesa.

Bella lo cogió y sentó sobre sus piernas, era raro que Evan se quedara mudo aunque no fue por mucho tiempo.

— Wow. Si tengo dos abuelos. — Dijo con sorpresa y una sonrisa. — ¿Y tú eres mi abuela? — Le preguntó a Sue que contrariada no supo que decir.

— No, ella es amiga de tu abu Charlie. — Respondió Edward salvándola de la situación.

— ¿Y dónde está la abuela?

— Ella está lejos. — Dijo. — Puede que no la conozcas en persona.

Evan miró fijamente a Charlie por varios segundos haciéndolo sentir algo incómodo al no tener idea de lo que pasaba por su cabecita. Solo un momento y Evan regresó a tomar las riendas de la conversación, los mantuvo riendo por sus ocurrencias. Charlie estaba relajado de lo sencillo que Evan parecía haberlo aceptado, luego de la comida Bella no tuvo más que cumplir la promesa, no se fiaba mucho de las balsas, solo la había utilizado un par de veces con Jake y en una terminaron en medio del lago. Edward le abrochó el chaleco y lo acomodó en la balsa.

Bella no los acompañó, pero Charlie sí, Sue y Bella caminaron alrededor del lago unos pasos por detrás de donde ellos iban, viendo como avanzaban y Evan estaba muy entusiasmado haciendo reír a carcajadas a Charlie por algún comentario que parecía haber soltado.

— Del tiempo que llevo conociendo a tu padre, es la primera vez que lo veo tan nervioso. Ansiaba este día. — Le confesó Sue divertida. — Me ha contado un poco de su situación y aunque sé que a él le costará decírtelo, gracias por permitirle entrar en la vida de tu hijo y en la tuya.

Bella evitó mirarla y se frotó las manos. Delatando su incomodidad.

— No me fio del todo. — Admitió. — Esto lo hice en parte por una tarea de Evan, el mundo sabe quién es su abuelo, y prefería ser yo quien lo contara a que alguien más lo hiciera. Tú eres madre y conoces un poco de nuestra historia con mi padre, es por eso mi recelo a dejar que entre de lleno en la vida de mi hijo, Evan es lo más importante que tengo y lo que menos deseo es que le haga daño.

— Ha cambiado, luego de su infarto se dio cuenta de los muchos errores que cometió y está tratando de ser mejor persona. Acude a terapia.

Eso hizo que Bella mirara a Sue que sonreía levemente. Le era tan irreal que su padre accediera a ir con un psicólogo y tirarse en el diván contando su vida, permitiendo que alguien le hiciera enfrentarse a sus demonios y lo cuestionara sobre sus decisiones.

— No es algo sencillo para él, pero lo está intentando. — Le dijo Sue con una sonrisa mirando hacia el lago como Charlie había comenzado a remar.

— ¿Qué ves en él? — Le preguntó Bella sin poder contenerse haciendo que Sue la mirara. Y no pudo más que sonreír levemente al entender de qué iba su pregunta, en el fondo a ella le importaba. Era igual a su padre.

— Es un hombre atractivo. — Soltó notando como Bella fruncía el ceño lo que la hizo reír. — Charlie Swan es alguien con quien puedo tener una conversación real, divertida en momentos, le gusta el teatro y la historia tanto como a mí. Luego de muchos años encontré en él a alguien con quien poder compartir momentos. Mi vida tenía monotonía y luego lo conocí a él.

Eso no lo podía relacionar con su padre, para Bella era como si le estuvieran hablando de otra persona. Hasta ese momento recordó lo mucho que a su padre le gustaba la historia y como a lo largo de los años se hizo de objetos en subastas,

— Y sí, estoy hablando de tu padre. — Dijo haciéndola sonrojar por verse descubierta. —Conoces una parte de él, ojalá te permitas conocer otra. Esa. — Le señaló a Charlie riendo junto a Evan. — Lamento si me estoy entrometiendo, no es mi intensión, tu padre me importa. — Se sonrojó más al notar como Bella centraba toda su atención en ella. — Fui parte del equipo médico que lo atendió en su infarto, suelo hablar con los pacientes por igual, tratando de animarlos y así fue como comenzamos a hablar. Luego en la cena de navidad pudimos hablar un poco más y descubrimos similitudes, comenzamos a salir. Siempre es agradable tener compañía y tu padre es una excelente cuando se permite relajarse.

— Me es tan inverosímil que estemos hablando de la misma persona.

Sue se armó de valor y le tomó una de las manos entre las suyas sin dejar de caminar.

— Lo sé, tú padre me habló de su relación. — Volvió a mirar al lago. — Como padres cometemos errores, a estas alturas debes de saber que no hay ningún manual que venga con los hijos. Su mayor error fue centrarse en el trabajo para otorgarte una vida con soltura, para que no tuvieras que pasar por las carencias que él vivió, pero en ese camino olvidó que eso no es suficiente, ni lo más importante.

— Fue…

— Lo sé, ¿un monstruo? — Se encogió de hombros. — No hay nada que justifique eso, cayó en un juego igual que muchos otros que son cegados por el poder. Él está muy arrepentido y no sabes cuánto te admira, ¡Dios! siempre está hablando de ti y todo lo que has hecho y como has conseguido ese equilibrio para cuidar de Evan.

La garganta de Bella comenzó a cerrarse, pero se negó a dejar ver sus emociones.

— Lamento si me he sobrepasado, apenas y me conoces, pero quiero que sepas que mi teléfono y las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti y tu familia.

Bella solo pudo agradecer en voz baja por las emociones que la albergaba, esa mujer se notaba sincera y por lo que Esme le habló de ella no se atrevía a desconfiar de lo que acababa de decirle.

— ¡Mira, mami, estoy remando! — Le gritó Evan.

— ¡Bien hecho! — Lo felicitó levantando sus pulgares, gesto que Evan imitó y solo por los buenos reflejos de Edward los remos no cayeron al agua.

Sue soltó una risita y Bella se golpeó la frente con la palma de la mano. Durante el resto del trayecto Sue cambió de tema a las obras de arte que ella coleccionaba y se encontraron intercambiando detalles, Sue le prometió invitarla a una subasta de unos amigos, ella confesó que le gustaba asistir por las obras que se vendían aunque solo era para tener la oportunidad de apreciarlas, ya que estaban fuera de su presupuesto.

Al terminar el paseo Evan saltó del bote y corrió a los brazos de Bella.

— ¿Me viste, mamá? Ya soy un niño grande, Dean no me va a creer cuando le cuente que me dejaron remar.

— Tendrás muchas cosas que contar el lunes.

— El abu Charlie me dijo que su dinosaurio favorito es el tiranosaurio, ¡Igual que el mío! ¿Puedes creerlo?

— Eso no lo sabía. — Confesó, no tenía idea si era cierto o solo fue un golpe de suerte.

Se removió para que lo dejara de nuevo en el sueño y fue corriendo hasta donde estaba Edward con Charlie entregando la balsa.

— Tiene demasiada energía.

— Y esto puede ser peor. — Confesó Bella divertida.

Al regresar Evan iba en brazos de Edward, pero el pequeño iba contando algo a Charlie que parecía muy interesado. Al llegar junto a ellos y por ser tarde decidieron que era hora de marcharse.

Durante el trayecto para salir del parque Evan iba junto a Sue preguntando si ella horneaba varios de sus postres preferidos después de que Charlie le confesara que Sue horneaba las mejores galletas. Evan sonrió ampliamente al escuchar que le prepararía una tarta. Al llegar al borde del parque un auto esperaba a Charlie y Sue, se despidieron y Charlie aprovechó un momento para agradecer a Bella por la oportunidad viéndola solo asentir, se giró para subir al auto y una mano lo detuvo del brazo, al girarse notó que era Bella.

— Tal vez como abuelo seas mejor.

— No pretendo hacerle ningún daño. Me estás dando una segunda oportunidad y solo un idiota la desaprovecharía… bueno tengo un poco de eso. — Se encogió de hombros con una sonrisa leve. — Descansa, hija.

Bella lo vio despedirse de Evan y Edward, subir al auto e irse. Ella solo se abrazó así misma frotándose los brazos con las manos y suspirando. Todo había salido mejor de lo esperado.


Cumpliendo con lo prometido, un capítulo más que espero disfrutaran. Muchas gracias por sus mensajes que me han dejado, lamento no poder responderle a cada una, pero pronto lo haré.

Nos leemos la próxima semana.

TitiC