Capítulo veintinueve

―apenas puedo creer todo lo que sucedió, ―comentaba una de las actrices de la compañía de teatro Stratford.

―parecía una persona tan forma, con un futuro tan prometedor, pero tener semejante comportamiento, es algo que no tiene excusas, ―apoyaba uno de los actores.

El grupo entero no podía concentrarse, seguían con la impresión de lo sucedido una hora atrás, cuando Susana fue sorprendida en la supuesta habitación de Terrence.

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Horas atrás

suficiente, ―la voz de Robert, quien salía detrás de Terry sorprendió a los presentes, ― ¿Cómo puedes mentir tan bien?, he estado con Terrence, he sido yo quien le pidió reunirnos, dejando al asistente de director encargado.

no Robert, debes creerme yo…

no mientas más, ―continuó furioso Robert, ―después de todas las acusaciones y sospechas, aun así, no podía creerlo cuando los empleados le avisaron a Terrence, yo mismo te vi avanzar en forma furtiva, así como también te he visto las otras veces en que te has tratado de escabullir, pero nunca pensé que llegarías a tanto.

nooo, Susana, esto no puede ser, ―suplicaba la señora Marlowe, ―dime que mienten.

una persona con una conducta tan reprobable no puede seguir en la compañía, te hemos venido dando varias oportunidades, pero sigues insistiendo, por lo que estas fuera de la compañía de teatro, de ahora en adelante no perteneces al grupo Stratford, ―sentenció Robert.

¿queee?, ―fue el grito incrédulo de ambas Marlowe.

salgan de la propiedad en este instante, ―ordeno nuevamente Delia.

no, no pueden hacer esto, ―reclamaba Susana, ―no puedes despedirme Robert, soy una víctima.

voy a acabar con ustedes y sus carreras, ―amenazaba la señora Marlowe, ―por atreverse a dañar a mi hija, ya verán…

adelante, inténtelo, ―hablo muy seria Candy, quien salía de la habitación en la que ingreso Susana.

¿tu?, ¿Qué hacías allí?, ―una incrédula Susana preguntaba.

olvidas que estas en MI CASA, ―respondió firme Candy, antes de soltarle una buena bofetada que la mando directo a los brazos de su madre, muy preocupada de haber perdido la sensibilidad en ese lado de su cara.

¿Cómo se atreve?, ―la señora Marlowe quiso acercarse a Candy, pero esta con una sola mirada la hizo retroceder.

al contrario, señora, hemos tenido mucha paciencia, pero esto se acabó, estuve en la habitación desde que Delia me informo que Susana se dirigía a este lugar, en su prisa por hacer de las suyas ni siquiera reviso si había alguien; de una vez le advierto, si intenta afectarnos de alguna manera, voy a tomar acciones legales en contra de su hija y de usted, ―dijo muy seria la pecosa.

pe, pero…, ustedes son unos barbaros, abusan de su posición, ―insistía la señora Marlowe.

las abusadoras son ustedes, ―continuo Candy, ―no permitiré que dañen a mi familia, ni el trabajo de mi esposo por los caprichos y obsesiones de su hija, si usted no la supo criar no es nuestra obligación cargar con sus majaderías, desde este día hay una orden de restricción en su contra, sin quitar que más adelante pueda presentar la denuncia por allanamiento de morada si continúan.

¿Cómo?, ―Susana incrédula insistió, ―tú no puedes hacer eso.

pero yo sí, ―respondió un hombre vestido muy formal y con mirada severa.

y ¿usted quién es?, ―pregunto la señora Marlowe.

soy el Juez Mitchell, he observe todo a petición de los señores Graham y créanme en todos mis años en la judicatura, nunca presencie tanta desfachatez.

El juez termino de explicar las consecuencias legales en contra de las Marlowe si continuaban con su acoso en contra de Terrence, Candy, sin olvidar la compañía de teatro Stratford.

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Todos quedaron con la quijada colgando, lo sucedido era de locos, quien iba a imaginar que una dulce joven sería capaz de tanto, por un momento casi los convence, pero ahora resulta que todo fue una trampa, preparada por Terry, su esposa y Robert para ver el alcance de las acciones de Susana, habían incluso llamado a la madre de esta, para prevenir llegar a más, pero...

Y claro la pelilacia cayo y encima siguió con sus pataletas de ahogada aun después de ser descubierta, no conforme con eso, su madre en vez de reprenderla y hacerla entrar en razón, se puso a su lado, insistiendo en tonterías, era una vergüenza, las consecuencias por tanto fueron severas, ya que, al insistir en su necedad, obtuvieron la respuesta del juez, a quien solo hicieron pasar como última instancia.

Cuando Robert termino de explicarles al resto de los presentes, nadie daba crédito a lo acontecido, comprendieron que era injusto que Terry y su esposa tuvieran que llegar a tanto para protegerse.

Obvio con todo lo ocurrido, era lógico que todos estuvieran aun impactados, sin poder comprender como fueron engañados por Susana, algunos llegaron a pensar mal de Terrence o de su esposa, creyendo que exageraban o que el joven había dado quizá a escondidas alguna insinuación que la hacia ser tan insistente, pero…

Ahora en cambio se habían enfrentado a la cruda realidad, también aprendieron gracias a ella, que con la señora Graham no hay que meterse, esa pequeña pecosa es de armas tomar, aun resonaban en sus memorias la bofetada que le entrego a Susana, bien merecida claro, pero que dio mas de un mensaje y esperaban le hubiera acomodado las ideas a la joven.

Días después se enteraron que las Marlowe se habían mudado para California, con unos parientes de la madre de Susana, quien sabe, talvez le iría mejor como actriz en el cine que estaba surgiendo o quizás no, a Candy y Terry lo único que les importaba era que se alejara de ellos.

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― ¿han podido obtener algo más?

―aun no su gracia, es escurridiza, por lo que no la hemos encontrado, pero si logramos identificar a algunos posibles colaboradores, ―aseguro el empleado.

―si es así, hay que interrogarlos, cualquier pista es útil.

―ya estamos sobre eso excelencia, pronto la encontraremos.

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Los días pasaban rápidamente y el día del estreno llego, las entradas se agotaron casi que apenas se abrieron las ventas de boletos, era tanta la expectación por la obra y su protagonista, que se tuvieron que abrir nuevas fechas.

Terry estaba eufórico, apenas y podía creer que ese día finalmente llegó, su sueño había sido mas que sobrepasado, porque ahora comprendía que actuar era solo una parte de su meta, tener allí a su pecosa a su lado era el resto, que además sus padres y amigos lo acompañaran, era mucho mas de lo que nunca se atrevió a desear.

Si Terry estaba feliz, era nada en comparación de cómo se sentía Candy, el orgullo por su esposo emanaba de cada poro, el tuvo que irse temprano al teatro, así que ella iría acompañada por sus suegros, Albert, Sofía, Stear, Paty, Archie, Annie, George y hasta la tía abuela.

Todos viajaron con el único fin de apoyarlos en el estreno, viajaron en varios coches para llegar al teatro, la entrada del teatro como era de esperar estaba llena, muchos intentando conseguir entradas a último minuto.

Candy invito a algunas amigas de la escuela de enfermería, además todos los empleados de la mansión tenían sus boletos para asistir a ver la obra, claro en diferentes días, para darles a todos la oportunidad de asistir.

―oh Richard, me siento tan orgullosa de nuestro hijo, me siento mas emocionada de lo que estuve en mi primer protagónico.

―me siento igual Eli, no sabes lo mucho que agradezco el poder estar aquí con ustedes para compartir esto, por cierto, que esa peluca negra te queda muy bien.

―oh Richard, ―un sonrojo cubrió el rostro de Eleonor, su esposo seguía convirtiéndola en gelatina, aun con el paso de los años.

―hermosa, ―alabo el Duque, acariciando la mejilla de su esposa.

De otro de los coches bajo una atolondrada pecosa, llena de pura energía, observando la entrada del teatro con una radiante sonrisa.

―mira Albert, la marquesina, ―señalaba feliz Candy.

―si pequeña, es impresionante, ―respondía el rubio mayor, sonriendo ante el entusiasmo de su hija adoptiva.

―vamos Candy, que si la tía te ve no dudes que te retara, ―advirtió sonriendo Sofía.

Una risita salió de la pecosa, haciendo su usual gesto guiñando un ojo y sacando la lengua, provocando que todos rieran, el resto de acompañantes llego y procedieron a entrar sin complicaciones, en ese momento nadie sabía quién era Candy, para todos ella no era más que una de las jóvenes de la alta sociedad, por lo que no tuvo acoso de la prensa.

El publico estuvo hechizado de inicio a fin, Candy solo pudo disfrutar, porque si, eso es lo que hizo, disfrutar de la actuación de Terry, quien se vació completo en su personaje, al bajar el telón después de la escena final, los aplausos no se hicieron esperar.

Los actores salieron a agradecer, pero el publico no dejaba de aplaudir, de uno en uno cada actor salió a agradecer, al igual que el director, pero cuando salió Terry el teatro tembló, era tanta la emoción que se respiraba que el joven actor no pudo evitar sentirse conmovido, no se lo esperaba.

Miro al palco en donde estaban sus padres y familia política, pero lo mas importante, su pecosa, quien con las luces encendidas podía ver con mas detalle, ella aplaudía con furia, con una radiante sonrisa y sus bellas esmeraldas inundadas, se le notaba el orgullo que sentía por él.

Junto a ella, sus padres estaban igualmente emocionados, aplaudiendo con fuerza, con sus pechos hinchados de orgullo, fue tanto el sentimiento, que pensó por un momento que su corazón se detendría, alguna vez soñó con tener algo así de grande, la respuesta le llego rápido: Jamás.

Su amigo Albert y el resto de los Andrew también aplaudían, él les agradecía, aunque su corazón apena y podía con nada más.

Poco a poco el teatro se fue vaciando, todos salieron, solo quedaban los actores y el personal del teatro, además de los duques y los Andrew, quienes se quedaron a apoyar a la pareja.

Sin importar la tradición de que los protagonistas salían juntos, Karen y Terry decidieron romperla, así la castaña salía con su novio y Terry llevando del brazo a su propia julieta pecosa.

De grupo en grupo todos los actores fueron saliendo para dirigirse a la fiesta de celebración por el estreno, hasta que llego el turno de los protagonistas, saliendo primero Karen, del brazo de su novio, los periodistas no escatimaron en tomarles fotografías y dispararles preguntas, siendo respondidas algunas de las cuales.

Una vez el coche que llevaba a Karen se alejó, fue el turno de salir para Terry, los periodistas y un gran grupo de fanáticas casi enloquecieron, los flashes se disparaban a diestra y siniestra, y lo que todos querían saber o confirmar, ¿Quién era la joven que estaba del brazo de Romeo?

―Terrence, ¿Quién es la joven que te acompaña?, ―era la pregunta que todos los periodistas lanzaban.

―buenas noches, ―inicio Terry, provocando que todos callaran, ―les agradezco su presencia y apoyo en el estreno, si nos permiten, quisiéramos ir a festejar con el resto de la compañía y respondiendo a sus preguntas, esta hermosa joven, es la señora Candice Graham, mi esposa.

Los periodistas se volvieron locos con las palabras del castaño, si bien es cierto que existían rumores acerca de un posible matrimonio, nada había sido confirmado, ahora el propio actor lo declaraba, la pareja poso para algunas fotos, pero se negaron a responder a más preguntas.

Con el barullo de la recién conocida pareja de Broadway, nadie presto atención al resto de acompañantes de estos, quienes tomaron nuevamente varios coches para dirigirse al lujoso hotel en el que se festejaría el estreno de la obra.

La joven pareja ingreso al salón del festejo, todos los observaron entrar, de forma inconsciente les abrieron camino, como si no pudieran resistirse al brillo que emanaban.

Una fría mirada los observaba a la distancia, midiendo cada paso que daban, queriendo acercarse, frustrándose cada que lo intentaba, pero no pensaba quedarse esperando por siempre, solo el tiempo necesario para cumplir su cometido.

Ajenos al peligro acechante, Candy y Terry compartían sonrisas cómplices mientras bailaban, sus ojos el uno en el otro, envueltos en su burbuja, la cual fue cruelmente reventada por sus amigos, quienes no dudaron en llegar a interrumpirlos.

―no te enojes arrogante, pero apenas y hemos podido compartir tiempo con nuestra prima, así que te toca compartir, ―declaro con una sonrisa Archie, mientras le robaba a Candy para bailar.

Terry no pudo ni quejarse pues Sofía tomo el lugar de su pecosa en el baile, por lo que por cortesía continúo bailando, sin contar que su joven suegra le caía bastante bien.

Archie apenas disfruto de una pieza, cuando rápidamente fue despojado de Candy por su propio hermano.

―mi turno hermano, ―aviso Stear, haciendo lo mismo que el hizo antes, llevándose a su pecosa prima.

Archie volvió a la mesa para llevar a Annie a la pista de baile, al tiempo que Albert hacia lo mismo con Paty, por lo que nada mas acabar la pieza de baile, hizo cambio de parejas con Stear y quedo bailando con su pequeña.

Los rubios sonreían compartiendo el baile, hasta que el ritmo cambio y comenzó una pieza mas lenta, coincidiendo con su encuentro con sus respectivas parejas, quedando nuevamente Candy en los brazos de Terry, así como Sofía en los de su esposo.

La fiesta continuaba, llena de festejos por el éxito del estreno, la felicidad llenaba los corazones de todos, deseando estar siempre así.

Continuará…

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Hola, acá estoy con otro capítulo, espero lo disfruten, gracias por sus comentarios y apoyo en mis historias, feliz día, bendiciones.