- Capítulo Especial Extra 1 -
Deseos de la Lanza
Mi nombre es Kitamura Motoyasu, Motoyasu es mi nombre y Kitamura mi apellido.
Soy un estudiante universitario de veintiún años y un día fui teletransportado a otro mundo. Uno que tenía un sorprendente parecido con un juego al que solía jugar.
Fui invocado aquí para ser uno de los Cuatro Héroes Sagrados, cuyo destino es salvar al mundo, y yo era el Héroe de la Lanza. Junto a mí estaban Kawasumi Itsuki, el Héroe del Arco, Amaki Ren, el Héroe de la Espada, y... Iwatani Naofumi, el "Héroe" del Escudo, aunque de Héroe no tenía nada.
Maldito bastado violador.
Siempre supimos que ese tipo iba a complicar las cosas, el resto de Héroes y yo. Solo no pensé que sería capaz de tal cosa, y mucho menos hacia su única y amable primera compañera de equipo, Myne Sophia, o, como en realidad se llamaba, Malty S. Melromarc, princesa del país de Melromarc.
Habiendo pasado solo dos días desde que fuimos invocados, ese bastardo, lujurioso y maldita excusa de Héroe que era Naofumi, traicionó y abusó de la pobre Myne, luego huyó de la ciudad a quién sabe dónde.
Lo prometo, la próxima vez que lo vea voy a matarlo a golpes. Si es que no está muerto para entonces, claro.
Muy en lo profundo deseaba que así fuera. Violador de mierda.
Sacudí la cabeza para despejar esos pensamientos. Yo era un Héroe, y se suponía que los Héroes no debían pensar en asesinar a otros, ¿verdad? Eso me convertiría en algo mucho peor que esa escoria.
Hoy debía ser un día para disfrutar, porque hoy mi aventura en el país de Melromarc comenzaría oficialmente. Esto, junto con nada menos que la hermosa Myne y mi grupo de chicas, todas las cuales se unieron a mí durante la elección de Héroes. A excepción de Myne, claro, ella se unió más tarde por... obvias razones.
Tch... Ahora quiero golpear algo.
Nos dirigimos con las chicas al Gremio de Aventureros, donde tomaríamos nuestras misiones e iríamos a cumplirlas. En el proceso ganaríamos experiencia y dinero, justo como en mi videojuego.
¡Estoy tan emocionado por comenzar!
Ayer habíamos ayudado a esta aldea con una hambruna muy seria. Alquilamos dos habitaciones, una para las chicas y otra para mí. En todo este tiempo, los miembros del grupo siempre fueron cambiando; a veces había solo chicas conmigo, otras veces también hombres, pero al final todos se iban del grupo. Al parecer, no sentían que encajaran en el grupo, y eso era todo.
No me importaba cuando los hombres se iban, en cuanto a las chicas, siempre intentaba ser amable con ellas, hacerlas sentir cómodas a mi alrededor. Cosa que no parecía funcionar en todas.
Ahora tenía nuevas chicas, nuevos miembros de grupo. Primero estaba Elena, ella se unió una semana después de iniciar mi aventura. La segunda era Lesty, amiga de la infancia de Myne, que vino a unirse a nosotros unos días después de que la propia Myne lo hiciera.
Y, por último, Myne, mi más preciada amiga y... bueno... compañera de cama. Ella me amaba tanto que decidió entregarme su primera vez, y aunque esa noche no hubo sangre, Myne dijo que se debía a un accidente en el pasado. Por lo que no me molestó ni un poco.
Las tres eran mis preciadas amigas, personas por quienes daría mi vida, y uno de los motivos para salvar este mundo de ensueño.
Era justo con esas tres chicas, que ahora mismo estábamos explorando una mazmorra instantánea, un tipo de mazmorra en mi videojuego que generaba monstruos solo para ti y tu grupo, y todo en un solo instante.
¿Por qué estábamos aquí? Sencillo. Si queríamos que la aldea se recuperara de su hambruna, primero debíamos obtener un objeto especial llamado... Mmm... ¿Semilla Milagrosa? Sí, creo que ese era su nombre, o al menos así aparecía en mi juego después de hacer una misión secundaria.
Para obtenerla, debíamos hacer un pequeño puzzle al encender unas velas a lo largo de la mazmorra, luego podríamos tomar la semilla dentro del cofre.
Eso es lo que estaba a punto de hacer, al menos, hasta que descubrimos que todo el lugar, aquel donde debería estar la pequeña habitación con el cofre, todo estaba derrumbado, y sin posibilidades de entrar.
¿Qué? ¿Alguien más ya estuvo aquí? ¿Habrán sido los otros? Si es así, debieron haber resuelto mal el puzzle, porque todo está destruido.
Tch... Qué pérdida de tiempo. Bueno, supongo que tendremos que buscar otra forma de solucionar la hambruna, o tal vez solo ayudar en lo que podamos.
Es una verdadera lástima. Esa semilla habría ayudado a tantos.
Decepcionado, volví con las chicas y les conté sobre mi descubrimiento. Ellas se veían tan molestas como yo. En serio querían ayudar a esas personas. Maldigo al idiota que arruinó todo esto.
Miré hacia mi Estado y noté que pronto las chicas deberían ascender de clase. Lo que significaba una cosa...
Era momento de regresar a la Ciudad del Castillo.
Después de regresar a la ciudad, fuimos directo al centro de esta, ahí es donde se encontraba el Reloj de Arena del Dragón de Melromarc. Cuando me presenté a una de las monjas que estaban por todo el sitio, ella me dio una hermosa sonrisa.
—Héroe de la Lanza, lo estábamos esperando. Por favor, usted y su grupo, síganme.
Ya sabiendo mis intenciones, la monja nos guio al interior del edificio y hasta la habitación del Reloj de Arena, donde, para mi sorpresa, Ren e Itsuki, junto con sus propios miembros de equipo, estaban realizando sus propios ascensos de clase.
—¡Ren, Itsuki! ¡Es bueno verlos!
Todos dentro de la no tan pequeña sala se giraron para vernos llegar. Ren tenía la mirada apática y aburrida de siempre, Itsuki, por otro lado, estaba sonriendo un poco.
—Oh, Motoyasu, ¿también vas a ascender a tus compañeras de clase?
—¡Así es! Veo que tú y Ren han estado haciendo su trabajo todo este tiempo.
Una risa burlona salió de la boca de Ren.
—Estoy muy seguro de que, de todos ustedes, yo soy el que posee más nivel. Aunque no puedo decir lo mismo de mis ineficientes compañeros...
Con la mirada fría ahora dirigida a los miembros de su equipo, Ren resopló con molestia. Estos, a su vez, solo bajaron la cabeza un tanto apenados.
Sentía lástima por ellos, tener que soportar las expectativas de Ren debe ser muy frustrante. Sin embargo, por lo que puedo recordar, ellos son los mismos que lo eligieron ese día, así que no debe ser tan malo estar a su lado.
Aun así, les deseo suerte, especialmente a esa chica de cabello verde y guantes. Una chica tan bonita como ella no debería combatir contra monstruos, solo apoyar a su Héroe desde lejos. Al igual que mis chicas.
Bueno, ¿qué puedo hacer yo? Son los compañeros de Ren, no los míos.
En cuanto al grupo de Itsuki, ellos también parecían ser los mismos, solo que con algunas nuevas caras agregadas.
Qué extraño. ¿Por qué soy el único que perdió a sus primeros compañeros? ¿Habrá algo mal conmigo...?
No. Debe ser solo que los otros no encajaban con el estilo de mi grupo, justo como dijeron.
Así es, Motoyasu, no hay nada malo contigo, es solo culpa de la química.
Mientras las chicas esperaban su turno para ascender de clase, una de las monjas se acercó a nosotros tres, los Héroes, y nos entregó una bolsa de cuero a cada uno. En su interior había un poco de la arena del Reloj de Arena del Dragón.
Curioso, lo absorbí para ver qué es lo que daba. El resultado fue muy sorprendente.
Lanza del Reloj de Arena del Dragón: Condiciones cumplidas
Lanza de Reloj de Arena del Dragón
Habilidad bloqueada: Bono de Equipo - Habilidad - Lanza Portal
¡Esto es increíble! Ahora podría teletransportarme a donde quisiera. Bueno, solo a tres lugares que haya guardado con la habilidad y en los que haya estado, pero aun así, ¡era algo muy bueno! Debí haberme pasado por este lugar mucho antes, y no solo ahora, a pocos días de la Ola.
Ah, es cierto, cuando me acerqué al Reloj de Arena, un pitido sonó y una luz roja salió disparada de la gema de mi Lanza hasta la gema del propio reloj, ahí fue cuando obtuve el tiempo que quedaba hasta la próxima Ola de Melromarc.
[04:08:57]
Cuatro días, en tan solo cuatro días la Ola vendría y sería combatida por nosotros.
Me sentía un poco confiado al respecto, digo, ¿por qué no estarlo? Ya éramos muy fuertes y en el juego la Ola no se veía como la gran cosa.
Estaba más que claro que ganaríamos. O, de lo contrario, solo tendríamos que repetir el evento y eso es todo. Así es como funcionaban los videojuegos.
Así es como funcionaba este mundo.
En el tiempo en que estuve concentrado en mis pensamientos, buscando los mejores lugares para subir hasta el nivel 50 de manera rápida antes de la Ola, eso si quería poder utilizar la habilidad de "Lanza Portal" para entonces.
Un sonido familiar recorrió toda la sala, y junto a este, una luz verde, la cual impactó contra la gema del Reloj de Arena... al igual que lo hizo mi Lanza. ¿Qué? Pero, ¿qué acaba de suceder?
¿Qué? Pero, ¿qué acaba de suceder?
Ren, Itsuki, sus grupos, las monjas, los caballeros custodiando la sala, las chicas, y yo mismo, todos nosotros, nos giramos a ver el origen de la luz.
Y ahí estaban, dos individuos que antes no habíamos visto, y que quizás hubieran llegado sin que los notáramos.
El primero de ellos era una niña semihumana, de tal vez diez u once años de edad, vestía un hermoso vestido violeta con detalles negros, algunas plumas y varios otros detalles. Sin duda un gran trabajo, tenía curiosidad por quién lo habría hecho, pero, eso no era lo importante ahora.
La niña con cuernos, cola de reptil y preciosas alas violetas, iba acompañada por alguien, un hombre con una capucha verde cubriendo su rostro y un... escudo escondido entre sus ropas.
Ese escudo, esa gema, me parecía haberla visto antes.
En el tiempo que me llevó pensar en una respuesta, ambos individuos se dieron la vuelta, listos para irse. Y entonces, en ese mismo instante, recordé dónde había visto a este hombre, y al hacerlo solo pude sentir la ira arremolinarse dentro de mí.
—¡¿Eres tú, Naofumi?! ¡Bastardo, al fin te dignaste a mostrar tu asquerosa cara!
Todos a mi alrededor se colocaron en estado de alerta al escuchar mis palabras, y yo, ya me encontraba apretando mi lanza con fuerza.
¡El bastardo me escuchó y aun así... él...! ¡Él solo planea huir!
Levanté mi lanza y pronuncié una habilidad. Aunque fue tan bajo que casi nadie lo escuchó, ni siquiera yo mismo. Me sentía asqueado, enojado y con tantos deseos de destrozar a este tipo.
Y así, lo ataqué con una de mis habilidades, solo para ser bloqueado por su escudo.
¡Maldito! ¡Se ha fortalecido todo este tiempo! ¡Pero no importa! Los escuderos siguen siendo una clase mediocre, y con Ren e Itsuki aquí, junto a todos sus compañeros y los caballeros, derrotar a este tipo no será ningún problema.
Miré a la pobre niña que Naofumi tenía a su lado, ¿qué cosas tan horribles le habrá hecho para que estuviera obligada a seguirlo? Lo odiaba aún más por eso.
Tranquila, Pequeña. Yo, Motoyasu Kitamura, el Héroe de la Lanza, te salvaré de este monstruo que se hace llamar Héroe del Escudo.
Solo... espera un momento, ¿de acuerdo?
Con eso en mente, me fui a enfrentar a la escoria de Naofumi.
... ¿Q... qué? N... no. ¡¿Qué clase de monstruo es ella?! ¡No! ¡No me mates por favor! ¡Mi brazo... duele! ¡Duele muchísimo!
Se... se suponía que ella era solo una... ¡una niña inocente! ¡No un... monstruo!
¡T... tengo que alejarme! Pero... ¡no puedo! ¡Tengo mucho miedo y eso está... paralizando mi cuerpo!
La pequeña niña frente a mí, me tomó del rostro y me obligó a mirarla directo a los ojos. Nunca había visto a alguien sonreír con tanta maldad... No. No es verdad, yo sí lo había visto antes, fue en ese...
Su voz acalló todo pensamiento que pudiera tener. Era tan... terrorífica, me helaba la sangre, y solo hacía que mis lágrimas salieran cada vez más y más.
—¿Sabes por qué te sucedió esto? Primero, porque le hiciste daño a alguien que me importa, alguien por quien destruiría este mundo si fuera necesario. Y segundo...
Miedo... Mucho más miedo se reunió alrededor de todo mi cuerpo, como... como si lo que fuera a decir pudiera destruirme por completo, dejando solo... nada.
—¡Porque odio que me toquen, ¿oíste, Mortal?!
Luego de gritar aquellas horribles y temibles palabras, ella me soltó, ella me... liberó de su agarre infernal.
¡S... si! ¡Yo... yo soy...!
Mi repentina felicidad murió al instante, cuando un pie vino directo a mi rostro y lo destrozó con una increíble fuerza. Sentí un fuerte impacto provenir desde mi espalda después de eso, pero no podía decirlo con seguridad. Ya que, todo se volvió oscuridad a partir de ahí...
Tuve la misma pesadilla esta noche. En ella estaba esa chica, o Umbroxia-chan, como descubrí que se llamaba el día siguiente después de... bueno, eso.
Era tan... ¡horrible! Podía recordarlo todo, el dolor por la pérdida de mi brazo recorriendo todo mi cuerpo, todo mi cerebro, junto a la humedad de mis lágrimas en mi rostro... su mirada, recordaba cada detalle de esa espeluznante mirada, se sentía como si... como si viera hacia el mismísimo abismo.
Pero eso no era lo peor, el solo escuchar sus risas taladrando en mi cabeza, haciéndome incapaz de olvidar lo que había ocurrido...
Esto no fue como esa vez, no, fue algo mucho peor, y no creí que eso pudiera suceder alguna vez.
¡Se supone que este mundo es videojuego, ¿no?! ¡Entonces, ¿por qué colocan esta clase de eventos?! ¡¿Es que acaso los desarrolladores son unos sádicos?! ¡Voy a demandarlos por daños físicos y emocionales! ¡Malditos!
Recorrí mi brazo izquierdo con mi mano, estaba aliviado de que los curanderos hubieran podido volver a unirlo sin problemas y que el Rey fuera quien cubriera los gastos, o de lo contrario tal vez habría quedado en quiebra. Al menos por un tiempo, claro.
¿Por qué? ¿Por qué había chicas tan lindas que terminaban actuando como unas sádicas dementes? ¿No podían ser todas como sus compañeras de la secundaria y la preparatoria? Digo, estuve con muchas chicas, pero al final del día todas se trataban con respeto, ellas se llevaban bien. Aun si había estúpidos rumores de peleas en los baños de chicas sobre quién se quedaba conmigo.
De verdad, ¿quién fue el estúpido que inventó tales idioteces? Por suerte, nadie se lo tomó en serio, o habría habido varios problemas. Yo al menos no lo hice, y eso fue por insistencia de las chicas.
Todo cambió en la universidad, cuando conocí a Ikuyo y Momiji, las peleas entre ellas sobre quién me amaba más, y entonces... los cuchillos clavándose en mi cuerpo.
Solo... solo no podía elegir, ¿bien? Ambas eran hermosas chicas, pero yo no estaba preparado para ese tipo de relación, mucho menos si una de ellas terminaría infeliz.
¿Por qué no podíamos ser felices los tres juntos? ¿Por qué uno de nosotros tenía que sufrir mientras los demás nos divertíamos? No era... justo.
Al final, me amaron tanto como para acabar con mi vida y luego con la suya, algo sobre ir al cielo juntos, creo.
Pensar en ese momento solo traía más escalofríos a mi cuerpo. Ya no quería recordar más el pasado, solo deseaba enfocarme en mi presente.
Aun así...
Naofumi. ¿Qué fue lo que le hiciste a Umbroxia-chan? ¿Por qué ella terminó así?
Tal vez allá sido mi culpa que las chicas hicieran lo que hicieron, y puede que a Umbroxia-chan le de miedo o dolor ser tocada por otros, ¡pero eso debía ser por culpa del bastardo de Naofumi!
¡Estoy muy seguro de que abusó de ella! ¡La manipuló, torturó, y lavó el cerebro para que pensara que lo ama! ¡Luego...! ¡Luego le inculcó esos deseos enfermizos que lleva dentro de él!
¡Me da asco! Solo quería golpearlo hasta que su rostro se desformara, que suplicara el perdón a Umbroxia-chan, y luego fuera encarcelado por sus actos.
Bueno, esto último jamás sucederá, no con lo que Itsuki me dijo que ocurrió en el juicio ese día.
¿En verdad ese maldito tiene tanto poder sobre otro país? ¡Incluso se atrevió a amenazar con una guerra a Melromarc si lo ejecutaban!
¿Qué podría hacer yo para que ese tipo pagara y no ser el causante de una guerra en el proceso? Eso solo destruiría a ambos países, cosa que prefiero evitar con la próxima Ola tan cerca de llegar.
A menos qué, ¿eso sea parte de la historia del juego? Por eso Naofumi está aquí, él es alguna clase de enemigo a vencer, un mini jefe molesto tal vez.
Si... Debía ser eso. No hay otra explicación para que una persona sea tan deplorable. Estoy seguro de que solo es un NPC simulando ser uno de nosotros, por eso no sabía nada sobre algún juego similar a este mundo, y también da sentido a por qué utiliza el Escudo, un arma patética y deficiente
Entonces, mi deber como Héroe y jugador de este videojuego era vencer al malvado mini jefe impostor. Tal vez así logre conseguir algunas buenas recompensas y pueda liberar a la pobre Umbroxia-chan de su control.
Umbroxia-chan, eres tan linda, en especial con esas alas violetas que tienes.
Me recuerdan tanto a las de Flonne-chan...
Hoy era el día de la Ola, no, más bien, fue el día de la Ola. Ya la habíamos vencido entre Itsuki, Ren y yo, ¿el Mini Jefe? Podría importarme menos ese NPC, de seguro estaba por ahí torturando a otros NPC o a mi querida Umbroxia-chan.
Tch... En serio que quería golpearlo.
Decidimos repartirnos las cabezas de la quimera entre los tres, había una cola, pero solo era basura inservible.
La lanza que obtuve fue esta...
Lanza de León de Quimera: Condiciones cumplidas
Lanza de León de Quimera
Habilidad bloqueada: Bono de Equipo - Habilidad - Puñalada Caótica, Aumento de MP (Pequeño), Resistencia a la Magia de Tierra (Media), Ataque +4, Defensa +4
Efecto Especial de Equipo: Aumento de SP (Medio)
Sí, una muy buena habilidad. Tenía curiosidad por lo que obtendría si absorbía el resto de cabezas, pero si quería que Itsuki o Ren me dieran sus respectivas cabezas de quimera tendría que dar la mía a cambio, la que ofrece el arma más poderosa de todas, o esa era mi opinión como jugador.
Esto era una competencia, y el mejor Héroe sería quien ganara al final, no podía ir compartiendo cosas para obtener algo mediocre a cambio, no sería lo correcto.
Por ahora, solo dejaré la cabeza de la quimera en el Inventario, tal vez me sea útil en el futuro para algo. No lo sé, todo puede ocurrir, y, ¿quién sabe? Quizás al final sí decida cambiar la cabeza por esas dos, al menos cuando ya fuera más fuerte y solo fuera por mero aburrimiento.
Después de terminar con la Ola, el líder de los caballeros del reino nos informó de una invitación del Rey a una celebración por nuestra victoria.
¡Eso suena tan divertido! Puede que incluso haya más chicas lindas esperando.
¡Bien! No se diga más, ¡iremos!
Jamás esperé que ese tipo también hubiera sido invitado, ¿en qué demonios estaba pensando el rey?!
Y para empeorar las cosas, Myne me dijo que tenía una nueva esclava, otra niña con alas, solo que, a diferencia de Umbroxia-chan, su cabello era rosado y se parecía aún más a Flonne-chan.
¡No podía permitirlo! ¡Yo iba a rescatarla de las garras de ese monstruo!
¡Flonne-chan, Umbroxia-chan, espérenme! ¡Yo, Motoyasu, las liberaré de ese Maldito Mini Jefe!
Los recuerdos de ese día... Hoy eran más fuertes que nunca, y el miedo, el terror, el deseo de escapar y nunca volver... todo eso se aferró a mi mente, para luego explotar con fuerza, haciéndome caer en la desesperación absoluta.
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué estaba ocurriéndome esto?! ¡¿Es que este mundo me odia?! ¡¿Es eso?
¡¿Por qué me recuerdan tanto ese maldito día?! ¡Solo quiero olvidarlo y pasar de página! ¿No se supone que es lo que debo hacer?
Y todo... ¡Todo era culpa de ese diabólico Escudo y su maligno portador!
¡Se supone que es un escudo! ¡¿Cómo demonios eso le gana a una lanza?! ¡Es absurdo!
Pero, aun así, él me... ¡Naofumi me ganó! ¡Me hizo sentir como un idiota debilucho!
¡Lo odiaba! ¡Lo odio! ¡En especial por...! Por... hacerme recordar todo eso.
¿Cómo es que se hizo tan fuerte? ¿Utilizó alguna clase de trampa o algo? Si, está claro que lo hizo, ¡ese escudo negro debió ser la trampa!
Si pudiera poner mis manos sobre esa cosa, yo... lo mataría.
Como había despertado varias horas más tarde, no supe nada de lo que ocurrió después del duelo, solo lo que Myne me dijo: que yo perdí.
Ella se veía muy molesta, pero no conmigo, al menos según dijo, sino con Naofumi por hacer trampa y con Ren por ayudar a Naofumi a que le den la victoria.
¿En serio, Ren? ¿Por qué ayudaste a ese maldito Mini Jefe? No lo entiendo. Y fue gracias a eso que el pobre Rey se vio obligado a ceder la victoria, como si la presión de ir contra el Héroe fuera suficiente para ponerlo contra las cuerdas.
Como sea. Solo me queda seguir adelante, volverme más fuerte y recuperar el dinero que le di a Umbroxia por la apuesta del duelo.
Lo admito, fui un completo idiota en ese entonces, pero, ¡¿qué iba a saber yo que ese NPC iba a hacer trampa en duelo?! Debí de habérmelo esperado. ¿Cómo ganaría sino?
Miré a Myne a mi lado, ambos estábamos en la cama abrazados y desnudos luego de otra increíble "sesión terapéutica". Al darse cuenta de mi mirada, Myne me dedicó una de sus hermosas sonrisas.
—¿En qué piensas, Motoyasu-sama?
—Nada... es solo...
Dudé. ¿Y cómo no hacerlo? Este tipo de temas no son algo que uno hablaría en la cama, mucho menos junto a una chica tan hermosa como Myne. Era algo estúpido. Yo era estúpido.
Myne, aun sonriente, se aferró aún más a mí y pasó su delicada mano sobre mi rostro, acariciándolo con mucho cariño y gentileza. Todo lo contrario a cuando fui tomado por... Umbroxia-chan.
—Dime, Motoyasu-sama. No tienes que preocuparte conmigo, yo siempre estaré aquí para ti. ¿De acuerdo?
Su voz, era tan melodiosa y hermosa, casi me hacía olvidar los horribles recuerdos que rondaban mi mente. Casi.
—Quiero... No. Tengo que pedirte un favor.
—Claro, ¿qué es lo que deseas?
Era ahora o nunca. Hoy se decidiría el destino de este mundo, y el de esas pobres niñas.
—¿Podrías ayudarme a encargarme de... Naofumi? Ese sujeto ya no se le puede permitir seguir con libertad, no por lo que te hizo, ni por lo que les hará a muchos más inocentes.
Si Myne, como Princesa, no podía hacer nada, entonces para mí sería imposible. Héroe o no, Naofumi era un tramposo y me vencería siempre que tuviera la oportunidad.
A veces, la vida no ayuda a los justos, y eso ni siquiera Itsuki me lo puede negar.
A veces, la vida no ayuda a los justos, y eso ni siquiera Itsuki me lo puede negar.
Por un momento, me pareció ver cómo la sonrisa de Myne se volvía algo retorcida, similar a la sonrisa de Umbroxia-chan ese día. Sádica y hambrienta de sufrimiento ajeno.
Pero debió ser mi mente traumada jugándome trucos, porque tan pronto parpadeé de nuevo, su sonrisa había vuelto a ser la misma hermosa de siempre.
—Será un placer ayudarte, Motoyasu-sama.
Estaba hecho. Pronto, Naofumi dejaría de existir, el mundo se libraría de tan monstruoso NPC y yo por fin podría reunirme con Flonne-chan.
Solo... debía ser paciente. La espera no ha matado a nadie, ¿verdad?
El Héroe de la Lanza amaba ese mundo, era su lugar ideal, lleno de emociones y entretenimiento. Por un tiempo, al menos.
En los Registros de las Cuatro Armas Sagradas se dice que el Héroe de la Lanza valoraba mucho a sus amigos, en especial a las mujeres, deseaba que todos fueran felices, tanto como lo era él.
En ese momento, él no era un verdadero Héroe, apenas un bufón.
Y fue su incapacidad para diferenciar la amabilidad de la simple manipulación lo que lo hizo caer en ese profundo abismo, uno del cual solo podría recuperarse con la ayuda de otros que realmente lo apreciaran.
¿Cuál fue el resultado de su ideado plan contra el Héroe del Escudo?
Esa es una historia para más adelante.
Pero al final, nada de eso importaría.
Porque todo sería ahogado por las Olas de la Calamidad...
