Las obras y personajes son propiedad de Akira Toriyama y Lauren Faust

I

6. Esfuerzo Parcial


La transición de un nuevo amanecer inauguró su primera noche en el condominio, el hogar temporario decretado por la beca estudiantil. El reflejo de luz natural atravesando la ventana fastidió sus párpados, estorbando y obcecando sus sueños para regresarlo a la realidad. Lo primero que Gohan vislumbró fue el techo grisáceo perlado, una vista algo deplorable a diferencia del colorido esplendor campestre que se propaga dentro de la habitación.

Por unos instantes, pensó que la mudanza no fue más que una ilusión ficticia. Tuvo que recopilar los sucesos del día anterior, sin contar los momentos emocionales súbitos al despedirse, pero no logró eludir el recuerdo del conmovedor abrazo de Honey ni las palabras llenas de convicción. Un momento que impregnó favorablemente delineando una sonrisa.

—(Vaya, que bien dormí) —Irguiendo la columna, Gohan flexionó los brazos procurando no rasgar las mangas del pijama de algodón, algunas medidas de las prendas de ropa eran algo ajustada.

Un bostezo alargado fue el último paso para librarse del sueño empalagoso, saltó del colchón improvisado con sabanas de matiz lima alcanzando el cielorraso a tan solo unos mechones alborotados. Su aterrizaje firme, pero metódico no detuvo la marcha incesante. Gohan escaneó el sofá a su lado, examinó acucioso el conjunto de ropa alistada en las primeras capas de atuendos.

Sin pensarlo dos veces, agarró los tres ropajes, ropa interior y calcetines, más una toalla para secarse. Se encaminó directo al baño y abrió el agua caliente de la ducha antes de cerrar la puerta y desvestirse. Tal como pretendió, no demoró más de diez minutos en asearse de pies a cabeza, apartó la cortina y empezó a vestirse.

Sin contar el boxer, primero se cubrió con una playera blanca, después subieron los pantalones cargo de tono verde musgo, luego el calzado de sneakers clásicos cedidos por los White. Por último, frente al espejo, se colocó la sudadera morada y ajustó la cuerda de la capucha. Este conjunto informal presentaba un atavío civil heterogéneo a lo que estaba acostumbrado usar, pero no era nada desagradable. Realmente percibía estar en sincronía con la modernidad juvenil, al menos en apariencia exterior.

"Recuerda, para iluminar cualquier adversidad siempre porta una sonrisa" fue la recomendación de Honey cuando había empezado sus primeros días en la escuela, un amparo que garantizaba un comienzo adecuado para cada situación. Gohan no pudo rechazar aquella recomendación, así que calcó el ejercicio colocando ambos dedos índice en la comisura de los labios, estirando una mueca hacia arriba.

La simultaneidad de su reflejo sostuvo, al igual que en el momento que retiró sus dedos, la sonrisa intacta. Podía parecer tonto, pero de verdad sentía que hoy iba a ser un excelente día, uno mejor que el otro, algo bueno para variar. Y en un plus, que realmente no sabía si sumaría, relució su dentadura abultando la sonrisa.

—Hoy será un buen día—Afirmó convencido, saliendo del baño con la puerta abierta para evitar que el baño se impregne de humedad excesiva—. Ahora un desayuno rápido, aunque todavía no abastecí el refrigerador —Reflexionando, se llevó una mano al mentón. En instantes recordó el apunte de Honey cuando estaban llegando al condominio—. Oh, puedo ir a la panadería que esta cerca. Pero debería apresurarme, de seguro ya... Espera...

Percibiendo la ausencia de algo esencial e intrínseco, Gohan giró observando las cuatro paredes. Sin encontrar nada relevante que destacar, pasó su punto de interés a su muñeca izquierda, y no, tampoco tenía nada. A pesar de retener la compostura de su expresión indiferente, su rostro sufrió un cambio de estado lívido al igual que una hoja en blanco, en su interior estaba aullando aterrado.

—(¡¿QUÉ HORA ES?!) —Fue su primera pregunta que golpeó con presión al joven saiyajin— (¡¿Cuánto tiempo dormí?! ¡¿Es muy tarde o tuve suerte de levantarme temprano?! De ser así, ¡¿Cuánto falta para que la clase empiece?!) —La profusión de preguntas intrincaban su mente acumulando un sinfín de inseguridades. Llegando al punto de estrés confuso apretando sus mechones y ojos revueltos en un espiral— (¡O quizás ya están dictando la clase de biología o la de inglés! ¡¿Tendré tiempo para tomar apuntes?! ¡Probablemente mientras este quieto ya están saliendo...! ...Pero eso no puede pasar... ¿verdad?) Awawawawa...

¡RIIIIIIIIIIIIIIIING!

Un estridente resonante ofuscó su maraña de pensamientos, al principio desconocía donde provenía el ruido, Gohan buscó de un lado a otro sin obtener resultados. Volvió a sonar y esta vez logró encontrar la fuente de aquel llamado. El teléfono de la cocina, por supuesto, estaba muy despistado para reconocer un simple tono vibrante.

Cuando se acercó y retiró el teléfono, una corriente de incertidumbre trepó por su espalda. Probablemente se trataba de la directora Celestia, decepcionada por su incumplimiento presencial al horario escolar, o la subdirectora Luna, enfurecida con un mil de razones para adjuntarle un castigo severo. Ambas opciones sonaban igual de terribles, pero debía tomar responsabilidad y enfrentarlas.

—¿H-hola...? —Tragó fuerte, su voz trémula delató sus nervios.

¡GOHAN! —El fragoroso ímpetu fue reconocible al otro lado de la línea, pero muy inusitado. Aquel grito tomó desprevenido al mencionado, quien soltó el teléfono por accidente entrando en una contienda contra sus propias manos de mantequilla para evitar que golpeé la mesada o caiga al suelo. Cuando por fin obtuvo control sobre la situación, situó el lado del receptor en su oreja— ¡Hay que bueno que estas despierto!

—S-señora Honey, hola... —Del otro lado, escuchó un respiro aliviado— Disculpe, sé que voy tarde. Estuve limpiando todo el día, supongo que estuve algo agotado. ¡Pe-pero eso no es excusa, ahora mismo estoy por salir a la escuela!

Ay, Gohan. No estas llegando tarde —Una risa se percibió por lo bajo, solapando cierto rastro de vergüenza. Por otro lado, Gohan estaba perplejo con ojos diminutos—. Olvidamos dejarte el despertador de la habitación de Comet, temía que te quedarás dormido y decidí llamarte. Pero veo que ya no es necesario. Aún tienes una hora para llegar a clases, así que prepara bien tus cosas.

—Sí, señora. Muchas gracias por avisarme (Ay, por poco me agarra algo...) —Con una mano en el corazón sosegado, aligeró la reciente presión en un profundo respiro.

No hay nada que agradecer, cariño. Ahora ve, desayuna algo, de seguro estas hambriento —Esta vez fue el estomago saiyajin que tuvo moción de protesta emitiendo gruñidos audibles para alcanzar la línea del teléfono.

—S-sí... Nos vemos, señora Honey —En respuesta pudo escuchar el intento de ocultar su pequeña risa, pues debió imaginar lo avergonzado que estaría Gohan por ser traicionado por su inmenso apetito.

Al colgar la llamada, Gohan exhaló sereno removiendo el cúmulo de locuras imprudentes. Casi le resultaba gracioso, al menos discernía una mejor percepción del tiempo. Por lo que, sin perder un segundo más, priorizó a su estómago demandante. Más tarde tendría que hacer unas compras, por ahora tomaría la salida fácil y compraría algo dulce.

Su mochila, ubicada en un extremo del colchón, fue el objeto primordial que se colocó, sin antes revisar de tener todos los libros y útiles escolares. Del pequeño bolsillo delantero, sacó la pequeña billetera que le regalaron los White, donde guardaba una tarjeta de débito estipulada por la beca y algo de cambio, y las llaves, una del apartamento y una réplica de la casa de los White. Con todo en mano, realizó un último vistazo a su alrededor para verificar que todo estuviera en orden.

En cuanto Gohan abrió la puerta, inmediatamente advirtió la gestión diligente y presteza matutina. El asfalto de la calle estaba repleto de automóviles, estancados en el tráfico precoz, algunos empezaron a tocar bocinas apresurando al conductor de adelante. La acera, por el contrario, carecía de transeúntes, solo habían personas que seguramente caminaban un breve trayecto, paseaban a su mascota y uno que otro hombre en traje y maletín apresurando el paso a la otra esquina. La vida cotidiana de cualquier otra persona ordinaria y semejante, ser parte de ella alumbró su sonrisa.

—Otro día, otro lugar...


Gohan no pudo ser más afortunado, vivir cerca de la escuela concedía una gran ventaja, en especial cuando solo tenia que caminar en línea recta. Al cruzar la calle también observó varias sucursales comerciales desde tiendas de ropa hasta pequeños almacenes, algo que definitivamente podría secundar al joven híbrido. La panadería, a la cual ingresó hace unos momentos, tampoco sería una excepción.

En el momento que entró no esperaba ver una extensa variedad de repostería que incite sutilmente su paladar. Su espera en la fila fue pasajera, en cuanto llegó frente al cajero pidió una orden algo peculiar, pero no fue juzgado. Todo lo contrario, el hombre que lo atendió -quien aparentaba ser el dueño del lugar- fue muy cortés con él, lo suficiente para que él empezara una conversación amena mientras preparaba su pedido con una sonrisa larvada bajo su bigote poblado.

Sujetando la bolsa de papel en manos, Gohan decidió abrirla en el camino inspeccionando su interior fisgoneando a un ojo curioso. Su nariz reaccionó al olfatear con evidente deleite por lo dulce. En la panadería habían muchas opciones y por un momento sostuvo la idea de probar todo, en cambio decidió mantenerlo simple ordenando tres croissant, dos muffin de mora azul y tres churros rellenos. Lo suficiente para engañar el estómago hasta el horario del almuerzo o eso quería intuir.

—Mmm... Delicioso —De solo ver se le hacía agua a la boca. Sin demorarse más, Gohan tomó un muffin listo para engullirlo en su boca a la primera.

—¡ALTO AHÍ! ¡Ladrón!

Interrumpiendo la mordida, Gohan a tan solo de voltear a su izquierda no anticipó el cruce de un sujeto corriendo desenfrenado. Por simple descuido, chocó contra él. Para Gohan fue un roce, para el asaltante fue un traspié que pudo interceptar su fuga, en su lugar logró reincorporarse a tiempo y doblar en el próximo callejón a la derecha. No logró escudriñar una lectura precisa del asaltante, salvo por su abrigo café y pantalón holgado.

La escena transcurrió en unos segundos, no habían muchas personas cerca del acontecimiento, los pocos presentes se dignaron a llamar a la policía o detenerse y cambiar su rumbo para mayor seguridad. Gohan contempló la situación con un dejo de fastidio en sus ojos estrechos.

—Bien, supongo que un par de minutos no hará daño... —Suspiró regresando el muffin a la pequeña bolsa y guardándola en la mochila. Volteó de un lado a otro, a pesar de no haber transeúntes presentes los autos en marcha seguían siendo testigos. Por lo que su mejor opción fue encubrirse con la capucha mientras seguía los rastros del atracador.

Siguió los rastros de ki doblando el callejón angosto situado entre dos tiendas. Algo curioso es que el individuo seguía presente en este mismo lugar, lo encontró fácilmente tratando de escalar un muro de concreto sin posibilidades de pasar al otro lado. Ahora que lo estudiaba mejor, sin que el asaltante se percatara de su presencia, distinguió una bolsa en mano, seguramente el dinero que robó.

—¡Ugh, no puede ser...! Vamos, esto no puede estar pasando ahora.

En otra perspectiva, resultaba cómico, aun cuando no lograba trepar el muro persistía en escapar. Pero realmente no debería retrasarlo más, y aprovechando la ausencia de percepción del ladrón, Gohan optó por un simple remate instantáneo.

¡Fuosh!

—¡¿Pero que-?!

La cálida flama del Super Saiyajin fue suficiente para alertar la atención del atracador. No discernió lo suficiente la situación para advertir el ingrávido, pero preciso toque de dos dedos en la nuca. Tan pronto logró voltear en pánico, Gohan a gran velocidad se colocó frente a él revelando por un momento fugaz sus dos grandes ojos esmeralda y los mechones dorados que resaltaban de la capucha. El resto se oscureció en una bruma perdiendo la conciencia.

El cuerpo vulnerable perdió equilibrio sin oponer resistencia, antes de ceder a la caída Gohan lo tomó por los hombros, para él hubiera resultado injusto dejarlo ahí tirado a pesar de sus acciones perjudiciales. Prefirió dejarlo sentado en el mismo muro del cual intentó saltar, no obstante, decidió atarle las muñecas detrás de su espalda. Sin necesidad de unas esposas, Gohan materializó de su propio ki brillante unas cadenas que lo sujetaron con firmeza hasta la altura de los codos, lo suficiente para coercer cualquier movimiento brusco.

Por más que se trate de energía reluciente y diáfana, poseía cualidades moldeables para adaptar una forma y resistencia. El señor Piccoro le explicó esto en la teoría, llevarla a la parte práctica resultó algo más desafiante, una vez que aprendió a dominar bien el ki podía crear una plétora de cuerpos inanimados. Aun así nunca aprendió a producir ropa.

Detuvo el hilo de pensamiento al oír unos pasos trotando cerca del callejón. Disolvió la transformación una vez que retiró la capucha, era consciente que hacer un espectáculo para llamar la atención del ladrón fue demasiado, pero no podía descuidar su identidad al mínimo detalle. Gohan redirigió su enfoque a la bolsa que aún sostenía el asaltante en una mano, la tomó y se encaminó fuera del lugar.

Antes de que alcanzara la salida, advirtió la llegada de un hombre robusto agitado. Para su infortunio, en ese preciso momento la fatiga dominó al señor de camisa azul desplomándose sobre sus rodillas inspirando profundas bocanadas de aire.

—Uff, diablos... huff... Lo perdí de vista...

—Disculpe, señor —Alzando la bolsa frente al hombre exhausto, este irguió la cabeza enfocándose primero en el joven de cabello alborotado, luego a la bolsa—, creo que esto le pertenece.

Al principio no captó a que se refería, seguía obcecado por la persecución y el agotamiento superaba su capacidad para concretar una idea apropiada, el sudor deslizándose en la frente era un claro indicio. Pero no retuvo mucho tiempo comprender la situación al momento voltear a su derecha encontrando al mismo sujeto que lo asaltó minutos antes, sentado inconsciente contra el muro recóndito dentro del callejón.

Giró al joven de nuevo, quien sostenía la bolsa con intenciones de devolverla. Cuando por fin logró recomponerse, el hombre se incorporó de pie, dado a su tamaño era más alto que Gohan.

—¿Tú hiciste esto? —Señaló al ladrón cabizbajo, sin dar señales de despertar por un buen rato. Gohan, un poco perplejo, siguió el punto de referencia.

—Uh, no, señor. Ya estaba así cuando lo encontré —Tratando de eludir cualquier atención posible respecto a este desafortunado evento, ya había anticipado una respuesta razonable—. No sabría como ponerlo en palabras exactas. Intenté seguirlo y cuando doblé el callejón una luz brillante me cegó un segundo. Cuando recuperé la vista lo encontré así.

La respuesta tomó por sorpresa a la victima del robo, pues recibir una respuesta tan absurda que relata un acontecimiento sin muchos detalles no ayudaba a describir lo ocurrido. No obstante, Gohan observó al hombre llevarse una mano al mentón, tratando de encontrar una deducción lógica apartando cualquier ficción infantil. Pero simplemente no podía ignorar un detalle crucial que refrescó un recuerdo transcurrido hace unos segundos.

—Sí, yo también vi una luz ¿Tú crees que se trate de...? —Con el fin de soslayar cualquier asomo hacia el fenómeno sobrenatural, Gohan solo se encogió de hombros, realzando nuevamente la bolsa. Esto regocijó al hombre frente a él, iluminando una sonrisa bajo aquel bigote— ¡Oh, muchas gracias, jovencito! ¡Salvaste los ingresos de mi panadería! —Gohan no esperaba que este suceso lo llevara a reencontrarse con el dueño de la tienda. La sorpresa se la llevaron ambos, dado que el señor de mediana edad volvió a corroborar su aspecto revelando asombro en sus cejas enarcadas— Vaya, que curioso, tú eres el pequeño que pasó por mi tienda hace unos minutos.

—Muy irónico si usted me lo pregunta... —Una risa escapó de sus labios mientras se rascaba la mejilla, pero luego se percató que omitió la seguridad del dueño— Espere, señor, ¿Se encuentra bien, no le pasó nada? —El panadero desconcertado solo pudo pestañear ante su preocupación. Pero luego esbozó una sonrisa honesta bajo el bigote.

—Estoy bien, no te preocupes —Su respuesta aligeró la repentina inquietud de Gohan. Expulsando un suspiro amargo, dirigió su atención al ladrón noqueado adoptando un semblante adusto—. Me tomó desprevenido, tan solo bajé la guardia un segundo. Fui a la cocina a retirar el pan del horno y cuando me doy la vuelta ese canalla aprovechó a despojar toda la caja registradora. Por suerte, mi esposa no estaba atendiendo el negocio hoy.

—Esta ciudad posee una taza muy baja en la delincuencia, fue un infortunio fortuito —El dueño de la tienda asintió sin apartar la mirada, la cual Gohan siguió—. Deberíamos llamar a la policía. Supongo que tendré que actuar como testigo.

—Descuida, esta vez deja que el adulto responsable se haga cargo —Lo reconfortó colocando una mano sobre su hombro, y al igual que Ron retribuyó una gran sonrisa—. Yo hablare con las autoridades, tú deberías ir a la escuela antes de que cierren la puerta—No resultaba difícil distinguir que Gohan era un estudiante, su mochila apuntaba a los hechos. A parte de eso, su desayuno fue interrumpido y el estómago voraz reclamaba alimento emitiendo gruñidos impetuosos. Lo suficiente para avergonzarlo frente al panadero— ¡Vaya, de verdad debes estar hambriento! Haces que mi barriga quede en ridículo —Expulsó una risotada, frotándose el abdomen.

—S-suele pasar... Cu-cuando tengo mucha hambre... —Fue su única defensa, tratando de suprimir el incendió en su rostro. Antes de perder la compostura por culpa del hambre, Gohan, propenso a disculparse ante cualquier nimiedad, acató una reverencia por reflejo—. Discúlpeme, debo retirarme. Espero que todo salga bien, señor.

—¡Jo, jo! Adelante, no hay problema, jovencito —Sin perder más tiempo, Gohan continuó su trayecto a la escuela en un apresurado trote mientras trataba de alcanzar la bolsa dentro de la mochila sin necesidad de quitársela. Siendo objeto de gracia para el afable panadero, antes de perderlo de vista, situó una palma cerca de su boca— ¡Y pasa a mi tienda cuando quieras, serás bien recibido!

Gohan alcanzó a oír perfectamente el cumplido del dueño, cuando volteó hacia él ya había escapado de su campo visual, de haber sido el caso hubiera advertido la bolsa de papel colgando entre sus dientes. Prefería comer una vez que llegara a la entrada, al menos tendría tiempo para digerir apropiadamente el desayuno antes de ingresar a clases. Aun así, esta pequeña obra de caridad propagó la misma sensación al solazar una buena acción.

Desde aquel accidente con el avión, Gohan, de vez en cuando, conseguía escabullirse momentáneamente en ausencia de supervisión para explorar e investigar las cualidades de este mundo. Durante estas aventuras efímeras, a veces captaba señales de auxilio desde las alturas, desde alaridos hasta alarmas o indicios de humareda en algún edificio. A diferencia del primer viaje, Gohan se limitaba a examinar los estados limítrofes para evitar desperdiciar tiempo excesivo.

En el caso de la ciudad suburbana de Canterlot, el crimen era escaso y sin necesidad de ajustar medidas de seguridad. La delincuencia existe en todas partes, esta misma ciudad tampoco sería la excepción, al menos estaba satisfecho sabiendo que podía hacer una diferencia para salvar a otros. Actos que fueron reportados, perseguidos y captados en cámara, confirmando la validez de estas manifestaciones sobrenaturales sin respuestas para el concepto ordinario.

Nadie sabía quien o que realizaba estos sucesos abruptamente aplicando una fuerza mayor incognoscible. Todo el mundo, o al menos el continente americano, sabían de él, sin proporcionar su identidad por supuesto, y cada individuo tenía una opinión respecto a sus movimientos. Por lo general, trataba de no sintonizarse en ello, para bien o para mal, sin importar que tan cruel pueda parecer, optaba por hacer lo correcto sin ánimo de lucro o prestigio.


Gohan no esperaba llegar temprano, al no disponer de una percepción concreta del tiempo resultaba difícil conjeturar la apertura al inicio de clases. En cuanto cruzó la última esquina divisó la estatua Wondercolt del patio, pocos estudiantes abordaron antes que él esperando a que suene la campana, posiblemente sean alumnos con un recorrido extenso y procuraban evitar amonestación por la tardanza. De nuevo, por simple curiosidad, observó que algunos decidían repasar sus propios apuntes y otros esperaban la llegada de un amigo para amenizar la espera.

Al menos podría disfrutar su comida sin presiones, tomó asiento contra la estatua viendo directamente la entrada para advertir el comienzo de jornada. Sujetando la bolsa repleta de exquisitos bocadillos, Gohan volvió a elegir el muffin de moras y en tres bocados enormes engulló, saboreó y tragó con deleite, en el primer mordisco quedó cautivado por dicha ambrosía y su finura. El siguiente fue el croissant, dulce y mantecoso. La complacencia invadía su paladar.

—¡Hey, Gohan! —A punto de seguir con otro croissant en mano, se detuvo para voltear a su derecha. Esbozó una sonrisa al reconocer por encima de él a sus dos compañeros de diferente gradación de azul.

—¡Flash, Brawly! ¿Qué tal, chicos? —Saludó con la mano libre, ignorando los granos de azúcar adheridos en sus labios y alrededor de la boca.

—Empezando el día con fatiga —Bromeó emitiendo un bostezo, según tenía entendido Flash tendía acostarse un poco más tarde para ver partidos de fútbol. Y dentro de unos meses daría por finalizada la MLS.

—Uhh, Gohan, tienes algo... —Brawly, siendo más atento, le indicó el desastre en su boca marcando con un dedo donde tenía que limpiarse.

—¿Hm? Oh, lo siento, jiji —Tomando una servilleta dentro de la bolsa, apartó la mirada en su momento y se refregó toda su cara, a pesar de ser innecesario. Luego de eso, volvió con su desayuno.

—Déjame adivinar, te quedaste dormido y no desayunaste, ¿verdad? —No fue muy difícil para Brawly conjeturar lo obvio, y a pesar de que Gohan estaría ruborizado tan solo siguió comiendo antes de responder.

—No exactamente —Devorando el churro por mitades, giró hacia Brawly, quien le resultaba asqueroso por su forma de comer inmediata y sin mesura. No deseaba incomodarlo, así que tragó fuerte y giró hacia él—. Ayer terminé la mudanza y no tenia reloj o ningún otro medio para saber la hora. Tuve suerte de levantarme temprano.

—Vaya, es cierto. ¡Hoy es tu primer día de emancipación! Mis más sinceras felicidades, mi buen amigo —Esta vez habló Flash, luego de estirar los brazos para despertar los músculos de su cuerpo. Realizó un gracioso gesto inclinándose hacia Gohan estirando una mano haciendo un extraño ademán con el fin de alabarlo.

—Estoy casi seguro que la emancipación funciona un poco diferente, Flash —Brawly forcejeó una sonrisa para evitar reírse por la tonta actuación de su amigo al hacer esa pose irrisoria. Resistiendo, tan solo negó con la cabeza para dirigirse de nuevo a Gohan—. De todas formas, tiene razón. Pero dinos, ¿Cómo te sientes al respecto?

No eran ningunos ignorantes, eventualmente sabrían respecto a su caso tarde o temprano, por lo que él mismo decidió contarles acerca sobre su situación actual. Manteniendo más del 90% en secreto en cuanto a sus verdaderos orígenes, objetivos y explicaciones en cuanto a sus necesidades como la gran cantidad de alimento a ingerir. No disfrutaba mentirles en la cara, intentaba ser lo más sincero posible para saciar cualquier tipo de duda, pero debía permanecer en un perfil bajo, sin sospechas o conflictos que retuerzan su búsqueda.

Pero más allá de su nuevo objetivo de encontrar el planeta Namek, estaba muy agradecido con tener las amistades que consiguió a lo largo de estas semanas. Ellos entendieron, escucharon, incluso ante la ausencia de lagrimas fueron empáticos, al punto que sentía que confraternizaron un lazo de especial más firme, y tan solo era el comienzo.

Gohan solo pudo asentir con otra sonrisa mientras se ponía de pie, cerrando la bolsa para concentrarse en una plática más alegre con sus amigos. Luego terminaría con el último churro.

—Bastante bien la verdad. Es algo monótono y no tengo muchas cosas con las que entretenerme. Lo mejor que pude hacer fue limpiar —Ahora que lo pensaba mejor, ni siquiera tenía una televisión como en el hospital. Tendría que buscar nuevos métodos de entretenimiento cuando pase tiempo en casa, de momento solo tenía la compañía del sofá y el refrigerador—. Quizás compre unos libros después de clase, le preguntaré a Octavia cuáles novelas juveniles recomienda.

—¡Oooo podríamos ir con un mejor plan! —Flash se acercó a su lado, rodeando un brazo alrededor de su nuca— Podemos ir al arcade que esta a un par de calles.

—Cuando dice un par, quiere decir a siete calles —Corrigió Brawly, fastidiándolo enarcando sus ojos.

—¡Nu-uh! Siete no es número par —Respaldó convencido, en reacción Brawly solo se abofeteó enterrando la cara en la palma de su mano—. Como sea, ¿Te interesa? ¡Creo que instalaron el nuevo Mortal Extreme Fighter! —Gohan quedó perplejo por un instante, pues no entendía de que estaba hablando. Aun así curvó los labios ante la proposición.

—Suena bien. No tengo mucho que hacer y me servirá para familiarizarme mejor con la ciudad —Afirmó, recibiendo una palmada en la espalda. No exageraba en ninguno de los casos, dado que Ron siempre pasaba por él después de la escuela y, por más que surcó sobre las viviendas de Canterlot durante la noche en más de una ocasión, todavía no comprendía una orientación cartográfica de la ciudad por completo.

—¡Genial, salida después de la escuela! Tú vienes, ¿verdad, Brawly? —Ahora le dirigió la palabra a su mejor amigo de la infancia.

—Por supuesto, viejo. ¿Y qué tal si invitamos a Sandal, Norman y a Heath? —Propuso nombrando a cada opción viable que cruzó por su cabeza. En cuanto al último, Gohan solo tuvo un par de interacciones con él chico de cabello híspido anaranjado, parecía un joven entusiasta, su peinado le recordaba mucho al señor Vegeta.

¡RIIIIIIIIIIIIINNNNNGGGG!

Cuando menos se lo esperaban, la campana sonó dando inicio al primer periodo de clases y como estudiantes autómatas, sin titubear se encaminaron a la entrada abriéndose paso entre los demás alumnos que estaban llegando. El grupo siguió al resto, siendo saludados por la subdirectora Luna, y pasaron al medio del hall principal antes de bifurcar sus destinos.

Brawly se despidió para buscar sus libros en el casillero ubicado al lado este de la escuela, dejando a Gohan y Flash a su suerte antes de que lo traguen una horda de alumnos saturando los pasillos. Por el lado del saiyajin, tenía todo preparado en la mochila para la primera clase, así que acompañó a Flash a su casillero y conversar un poco más, pues aún quedaban unos minutos antes de que llegara el profesor.

De a poco sentía que estaba encajando en esta regularidad matutina de estudiar en un establecimiento entre sus pares, fundar amistades, solo le faltaba conseguir un hobbie que mantenga distraída su cabeza por cortos lapsos y, en en este apartado, podría suplementar las expectativas de una vida ordinaria. Tal vez de esta forma pueda sentirse completo, aunque debía mantener su objetivo en pie.

Por fortuna pudo mantener una plática trivial mientras construía su hilo de pensamiento, aunque a decir verdad no estaba al tanto de las costumbres de los jóvenes de su edad. Siempre escuchaba que, tanto Flash como cualquier otro estudiante, tendían a pasar la tarde en videojuegos, hablando de comida o relatando una anécdota ocurrente difundido en un vídeo de Viral Tube. No comprendía con precisión si se trataba de un hábito popular o si era una costumbre moderna. En el caso de las chicas era algo semejante, pero tenían sus diferencias las cuales no entendía del todo.

Despidiéndose temporalmente, Gohan encaminó rumbo al laboratorio de la primera planta topándose con varios estudiantes subiendo las escaleras. Al principio le parecía algo incómodo comprimirse entre la multitud, colisionando en sus conversaciones, resultaba un tumulto desmesurado y a veces insolente. No obstante, considerando que esto formaría parte de su rutina, logró avezarse con la corriente.

Doblando al lado izquierdo del pasillo, consiguió apartarse lo suficiente para seguir adelante, tuvo que forzar un poco la apertura, pero se liberó de la muchedumbre. Por lo menos no tuvo que disculparse con cada alumno con el que chocaba. Sacudió la cabeza al recordar el brioso tour que hizo con Pinkie en su primer día.

¡Thomp!

—¡Gyah...!

Cuanto menos lo esperaba, se despistó tropezando con alguien. Ambos pestañaron por el topetón inesperado, pero quien sufrió peor el golpe fue la persona que Gohan derribó contra el suelo. El aire escapó de sus pulmones por su insolente atrevimiento al agredir a un estudiante, sin mensurar la firmeza de su cuerpo fácilmente podría herir a alguien involuntariamente.

—¡Oh, cielos! Cuanto lo siento —Gohan, sin vacilar, se acercó tomando los brazos delicados. Reconoció la voz endeble, la tez oliva y los ojos cristalinos que amenazaban en quebrarse en llanto al mínimo insulto pueril—. Debí prestar más atención por donde iba. No fue mi intención, Fluttershy —Accediendo a su apoyo, la chica de pelo rosado volvió a incorporarse de pie.

—D-descuida... —Respondió desplazando el contacto visual directo a sus pies, no se atrevía a devolver la mirada. No había resentimiento, se encontraba insegura en siquiera ver la sonrisa de Gohan alegando que él también se disculpaba.

Esta no era una interacción nada inusual. Irónicamente ambos jóvenes compartían la incertidumbre respecto al apocamiento que resaltaban en el aspecto social, la diferencia es que uno de ellos saltaba a un nivel extremo.

Pasado los primeros días de su ingreso a Canterlot High, fue Rainbow Dash quien se tomó la molestia de introducir y arrastrar a Fluttershy para que conozca al chico con quien fue a patinar al parque luego de clases. Convencida de que ambos se llevarían bien, confió en que uno de ellos decida emprender el primer diálogo, cosa que no sucedió cinco minutos después entre estremecimiento y sofoco de ambos, por lo menos consiguió que intercambiaran un par de palabras que no fueran únicamente sus nombres.

Gohan fue quien agarró confianza para empezar una conversación con ella, a pesar de que musitaba sin evitar eludir la mirada cada cinco minutos, agradecía que sus oídos agudos captaran la dicción de Fluttershy. Algo que sin duda sorprendió a Rainbow Dash, en lugar de expresarlo decidió reservarse sus comentarios trazando una sonrisa al notar como ellos hacían un esfuerzo en interactuar uno con el otro.

La mutua timidez fue la primera reacción que advirtieron sin necesidad de mediar palabras, al conversar encontraron varias relaciones en común como la lectura o el cariño hacia los animales, algo que la pelirrosa aferraba mejor confianza. Pero fuera de ese ámbito, no había forma de evitar que recaiga en su tartajeo, cohibirse al suponer que su comentario resultó ofensivo o que la invada la inseguridad en contra de ella.

Más allá de eso era una chica muy dulce y con quien sentía que podría llevar a cabo una conversación sosegada en un entorno cómodo para ellos. Sin contar que eventualmente se acobardaría de su propia sombra... literalmente.

—Umm... hoy realmente es un gran día, ¿no es así? —En un intento irresoluto de enmendar su error, Gohan prefirió empezar de nuevo con un tema de conversación agradable.

—Sí... —Por más que levantó el mentón, observó hacia otro lado. Soslayando la inquietud creciente, Fluttershy ajustó la cuerda de su mochila afianzando un poco de coraje— Um, hoy tenemos clase de biología ¿verdad?

—Así es, el profesor Discord mencionó que empezaríamos un proyecto nuevo —Añadió indicando cierto gozo por la tarea que llevarían a cabo. Por otro lado, Fluttershy tragó angustiada, Gohan reconoció su extrema inseguridad respecto a los trabajos prácticos que debían realizar en el laboratorio—. Uh, bu-bueno, puede que no resulte tan malo como los últimos. (Eso sonó peor)

—No te preocupes, Gohan —Sacudió el rostro meneando a un lado un mechón rosado de su largo cabello rosado, trazó una sonrisa apócrifa que, a pesar de tener la voluntad de enfrentar su incomodidad, no duraría mucho tiempo—. No puedo simplemente eludir una clase por mis caprichos, también debo ser responsable. Tal vez la clase de hoy no sea tan mala como tú dices.

—¡Bien, así se habla! —Encomió hacia su compañera alzando el puño al aire, el acto realzó con mejor definición la curva de sus labios— Vamos, no debemos llegar tarde —Recibiendo un ligero asiento de cabeza, ambos jóvenes retomaron el camino hacia el salón. Debian faltar un par de minutos antes de que empiecen las clases, pues percataron a varios alumnos entrando a sus respectivos salones. Ante esta situación, Gohan redirigió su atención a Fluttershy—. Por cierto, ¿Rainbow no estaba contigo? Siempre están juntas.

Al mencionarla esto provocó que un acontecimiento inusitado sucediera por cuestiones casi incomprensibles; Fluttershy expulsó una carcajada, al menos lo suficientemente alta para que sea advertida desde la corta distancia que ellos comprendían al caminar juntos.

—Me envió un mensaje esta mañana. Se quedó despierta hasta tarde viendo una maratón de una serie que estrenaron hace un par de semanas... Supongo que puedes adivinar que pasó después —Impidiendo el abrupto ataque de risa, se llevó una mano a la boca. No deseaba levantar mucho la voz y llamar la atención de todos.

—Sí, puedo imaginarlo —Compartiendo su propia risa jocunda, reiteró su opinión respecto de esta chica ridículamente tímida, pero quien resultaba ser igual de simpática que cualquier otro alumno.

¡Ping!

—Oh, y hablando de ella... —Percatando el tintineo dentro de su mochila conformado por un aluvión de flores rosadas ilustradas, se la quitó para sujetarla en manos y rebuscar en el último bolsillo inferior. Retirando su celular de tapa rosado y también comprendía un sticker de una flor de pétalos blancos. Esbozó una sonrisa presuntuosa, entornando los ojos por la predecible notificación que saltó en pantalla— Acaba de salir de casa.

Por alguna razón, dado el poco tiempo que había compartido con alguien tan irresponsable como Rainbow Dash, este tipo de comportamiento ya no lo sorprendía. Fluttershy parecía acostumbrada y con mucha razón, la amistad que ellas forjaron hace varios años, por más incompatible e impropia que prepondere, conocía los hábitos que constituían la personalidad singular de su mejor amiga. Algo que Gohan advirtió de inmediato es que, cuando ambas estaban juntas, Fluttershy perdía todo rastro de timidez.

Otro timbre de notificación zumbó en la casilla de mensajes del contacto de Rainbow, esta vez el asombro dominó las cejas enarcadas de Fluttershy. No presentaba temor, seguía indagando el contexto con asidua ponderación.

—¿Sucede algo? —Gohan interceptó su concentración obteniendo su atención. No deseaba ser invasivo entrometiéndose en conversaciones ajenas, pero sí admitía que tenía cierta curiosidad.

—Oh, d-disculpa. Rainbow Dash acaba de enviarme esta noticia —Carente de incomodidad al mostrar el contenido en su celular, Fluttershy le cedió su dispositivo. Para Gohan solo bastó leer el encabezado para arrugar la nariz—. Al parecer hubo un hurto en la panadería cerca de la escuela. Nadie salió herido, excepto el ladrón. No saben quien lo detuvo, pero...

—Siguen investigando sobre el ser sobrenatural entre la humanidad —Arrastró vehemente, apretujando por instinto el celular. Antes de arrepentirse por hacerlo pedazos, se lo devolvió a su dueña—. De verdad les gusta perder tiempo con eso. Es tan solo una fantasía.

—Pues ya no lo consideraría así —Aseguró prosiguiendo con la lectura desplazando el enunciado hacia abajo, entre el aglomerado texto que abarcaba en la página web del periódico una fotografía destacó enseñando una manos apresadas. Fluttershy insistió señalándole con un dedo la imagen—. Unas cadenas hechas de una especie de luz aprehendieron al delincuente. Es la primera vez que surge algo así y ahora se considera el avistamiento más cautivador sobre este fenómeno prodigioso —En un resumen del primer párrafo dictado con sus palabras, Gohan apartó la mirada por un breve momento.

Por supuesto que estallaría una revelación turbulenta por las evidentes intervenciones negligentes al prevenir un desastre mayor. No podía refutar que, por más benevolente, expuso un misterio más envolvente después de exhibirse él mismo, manifestando y esparciendo sus poderes en trasiego por toda la ciudad. La gente podría inquietarse, investigar estos hallazgos, exigir respuestas que puedan canalizar una observación lógica.

Cuando Gohan capturó al ladrón concretando unas cadenas hechas a base de su propio ki, estas debían disiparse en menos de una hora. Tiempo suficiente para que la policía llegué a la escena del crimen y formalicen el prendimiento, dato que corroboró Fluttershy al leer el final de la nota con la cita de un oficial añadiendo sus comentarios. Aun cuando el criterio prevalecía mayormente positivo entre la gente agradecida y deseaban retribuir sus actos heroicos, la otra parte no estaba muy encariñada al desconocer la fuente real de estos sucesos y como podría afectar en la rutina actual de sus vidas.

Comprendía la desconfianza de este reducido porcentaje, nadie estaba preparado para recibir a seres más allá del cosmos y soportar el impacto que podría redituar en el estado vigente de la civilización y sus gobernantes recelosos. Gohan quizás nunca pueda incorporarse por completo a la vida cotidiana del ser humano ordinario, y en parte podría convivir con aquella irresolución, lo que él tomaba en cuenta eran los actos y sería responsable de las consecuencia que conlleva.

Para muchos será una clase de héroe enigmático que solo aparece para salvar el día, para otros será una especie de anomalía que debería ser detenida. Catalogar no lo adscribía a ningún extremo en particular, seguiría haciendo lo correcto independientemente de la perspectiva de terceros, aquel apartado no infería en sus convicciones.

—¿Acaso no te sorprende este descubrimiento? —Fluttershy sacudió el enredó de los pensamientos de Gohan, tomándolo desprevenido cuando visualizó que estaban frente a la entrada. Tuvieron que dejar un espacio para permitir el ingreso a otros estudiantes.

—No, no es eso. Es solo que... —Divagó los ojos hacia un lado del rabillo, tratando de buscar una respuesta admisible— Tal vez no deberían aficionarse tanto. Los medios le prestan demasiada atención, lo persiguen hasta al mínimo detalle infravalorando las acciones de otros servicios que se encargan de terminar el trabajo sin hacer. Entiendo que estén deslumbrados, pero podrían darle hincapié a otras prioridades —Un suspiro desabrido abrumó su conducta, no debió desquitarse de esa forma adusta. Por más consciente que sea respecto a la inexorable perseverancia para extraer información sobre su plena entidad, resultaba algo molesto tener ojos siguiendo sus movimientos.

—Entiendo a lo que te refieres —Asintió, recibiendo una mirada perpleja de Gohan—. No es que ignore la relevancia que poseen otras ocupaciones como la policía o los bomberos. Eso no significa que podamos prescindir de su asistencia y esperar que un ser mágico nos brinde una mano de la nada.

—Exacto, depender de una figura taumaturga solo provocaría un retroceso —Afirmó alzando un dedo índice al tempo que delineaba una sonrisa.

—¿Tauma... qué? —Vacilando con ojos en blanco, ladeó su cabeza esperando una explicación en cuestión al significado. Por alguna razón, Gohan esperaba que supiera a donde quería llegar.

—N-nada, olvídalo —En su lugar dejo escapar una risa nerviosa, sacudió los mechones de su cabello para recomponerse y observar la entrada al laboratorio, donde varios alumnos se encontraban sentados en sus asientos—. Deberíamos entrar, no queremos hacer enojar al profesor Discord —Sin recibir una respuesta inmediata, Gohan volteó una vez más hacia Fluttershy, quien seguía ahí parada observándolo en blanco. Lo ponía algo nervioso— ¿Q-qué pasa?

—...Eres muy raro...

—Y ahora me lo dices...

Al pasar unos segundos en silencio parados frente al otro, ambos jóvenes asociales no resistieron en compartir una risotada. Ninguno de los dos entendieron a que se debía explícitamente, solo que ambos tenían más en común de lo esperado, podrían no estar de acuerdo en ciertos aspectos, pero disfrutaban la compañía mutua del otro. Sin necesidad de que aparezca Rainbow Dash a romper el hielo o que alguien consiga aportar un tema interesante para alargar una plática.


YOSHA! Sexta entrega completa y en menos tiempo! Cantidad reducida de capítulos, pero con publicaciones un poco más frecuentes! Así no me tardo medio año por escribir un solo capitulo, de ser así ya me muero de viejo antes de terminar la primera de temporada XD. Da igual, espero que hayan disfrutado la lectura, pero antes de que se retiren tengo algo que decir... ¿Qué cosa era? Ah, sí.

Falta un capítulo más para terminar este mini-arco de introducción de personajes! Así es, el próximo capitulo introduciremos al último personaje que formará parte de la relevancia de esta historia. Tendrá una duración aproximada a este, finalizando el cierre de este pequeño arco. Luego de eso...

Gohan (DxD): Pues vuelvo yo, ¿Quién más? Rediseñado y con muchas mejoras que-

Elchico 64: Oh-jojo-no. Tú no. Todavía no.

Gohan (ARG): Más vale, capo. Acá el estrellato me lo llevó yo.

Elchico 64: Tampoco.

Gohan (EfM): ¿...acaso-?

Elchico 64: ¡Qué no! Ninguno de ustedes, payasos. Ahora fuera de aquí.

*proceden a retirarse*

Gohan (ARG): Pff, que tipo susceptible, viejo.

*Ejem* No importa, ignoren eso... Lo importante es que, al publicar el próximo capítulo se dará un anuncio de suma importancia. No es nada malo, pero si algo a considerar. La noticia se dará llegado su momento, hasta entonces solo puedo decir que mi proyecto "GOHANVERSE" (Cuyo nombre pronto será revelado) lentamente esta siendo escrito y verificando algunos huecos argumentales. Debido a que estuve escribiendo el primer capitulo a la par que redacta este, era de esperarse.
Ahora, se preguntaran: ¿Por qué tanto esmero en aquel proyecto, si esta separado de Expelled From Misery? Pues, como su nombre multiversal lo dicta, representa el conjunto de todos los Gohan's creados por mí... Excepto su variación argentina, ese tarado ya existía antes del evento. Pero será mencionado... por meme. Es un proyecto que realmente quiero concretar, es más, tengo definida la cantidad de capítulos, menos de 10, por lo que, no me tardaré una eternidad en sacarlo. Aun así, es algo que me gustaría completar en el listado de mí vida. Por más que no sea popular como los fics de Taro o zzEclipse, mientras pueda divertirme y darles algo para lo que leer y compartir, estoy satisfecho.

Pues nada, sería solo eso. Con algo de suerte terminaré el siguiente capítulo por Diciembre, salvo que, y seguramente pase, tenga priorizar otras responsabilidades. No obstante, voy a dar lo mejor para dar el cierre del mini-arco (si podemos considerarlo así). Se me cuidan, gente, gracias por leer este cruce de mundos absurdo, pero intrigante. Dejen una poderosa Review o mándenme un PM que los leo y espero responder sus consultas y opiniones. Recuerden que la versión de Wattpad cuenta con ilustraciones personalizadas de esta historia!

Les aseguro, pronto cosas muy buenas se avecinan. Hasta la próxima!

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Gohan (Prime): Bien... Ya sé lo que debo hacer...

~Elchico 64