- Capítulo 1 -
¿Niveles? ¡Qué absurdo!
El vacío, ¿eh? Lo recordaba más... entretenido. Al parecer, ninguna de esas cosas llegó para devorar mi alma, o lo que queda de ella. Esa maldita mortal repugnante, ¡¿cómo puede ser que alguna vez la vi como mi hija?! ¡Me da asco de solo pensarlo!
Pero bueno, eso ya quedó atrás. Mi existencia termina aquí. Poco a poco siento cómo mi alma se va desintegrando. Desearía jamás haberle enseñado el conjuro Destructor de Almas...
Suspiré con molestia.
—Que estúpida fui. Ahora solo debo esperar mi pronta destrucción.
Los segundos pasaban, y pronto se convirtieron en minutos, mientras un inmenso dolor abrumaba por completo mi ser. Después de todo, lo que estaba destruyéndose era mi alma.
—¡Esto duele como la mierda! ¡Desgraciados mortales! ¡Si pudiera matarlos y torturar sus almas lo haría con gusto!
Y en ese preciso momento, la magia que había sido sellada en mí instantes antes de morir volvió a estar disponible, inundando lo que quedaba de mi ser con todo su poder.
Estaba feliz... Tan feliz que mi sonrisa se expandió hasta límites que ningún mortal jamás podría alcanzar. En algún momento, incluso comencé a reír.
—¡Sí! ¡Yo, Umbroxia, he recuperado mi preciada magia! ¡Y nada impedirá que realice mi deseada venganza! ¡Ni siquiera el hecho de que mi alma esté siendo destrozada y que sienta deseos de vomitar!
En un último intento por sobrevivir a todo esto, concentré la magia que yacía en mi ser y la coloqué alrededor de la zona desintegrada. Ahí comencé, reuniendo toda mi fuerza, voluntad y poder, traté de regenerar la zona lo más rápido y eficiente posible.
No paso ni menos de un minuto, cuando mi alma por fin estuvo completa otra vez, pero a costa de perder gran parte de mi magia.
—... M... Mierda... Y yo creí que... iba perder menos... ¡Mierda! ¡Malditos mortales repugnantes! Ahora tendré que esperar un tiempo antes de que mi magia se recargue por completo... Pero mientras tanto...
Estiré mi mano hacia la nada y un portal se abrió. Si bien me resultaba muy fácil crear portales y viajar a distintas partes del mundo, este por alguna razón se sintió diferente. Requirió más magia de lo usual, lo cual me molestó, ya que casi no tenía magia. Pero lo más extraño fue que no conocía a dónde me llevaría, y yo siempre lo sabía, siempre.
—Bueno, que importa dónde vaya, mientras sea mejor que en este lugar. En serio, el vacío es tan aburrido.
Avancé hacia el portal, coloqué una mano en él, y al no sentir nada extraño, introduje mi alma por completo.
Lo único que recuerdo es ver seis pares de manos tratando de llevarme de regreso. Y el mundo fue envuelto en una oscuridad absoluta...
Entonces desperté, ya no me encontraba en el vacío, pero tampoco estaba en algún lugar que conociera. Me sentía débil, y no solo por la falta de gran parte de mi magia, no, también mi cuerpo estaba débil, como si moverme me fuera a resultar un gran trabajo.
Espera... ¿Mi cuerpo? Pero se suponía que morí y mi alma llegó al vacío... ¿Qué mierda?
Lo primero que hice fue intentar mirar mis manos, pero entonces me di cuenta de que no veía nada, todo seguía siendo oscuridad. Mis ojos no se abrían para nada, mi boca no se movía, estaba paralizada.
¡¿Qué demonios me ocurre?! ¡¿Acaso estoy ciega?! ¡¿Paralitica?! ¡¿Qué sucede?!
Estaba aterrada, por primera vez desde mi muerte iba a sucumbir al terror absoluto.
¡No! ¡Umbroxia, tienes que tranquilizarte! ¡Debo sentir mi magia y tal vez pueda hacer algo al respecto!
Me concentré en mi alma, la esencia de mi ser, y busqué mi "almacén de magia". Por alguna razón, se encontraba más recargado que la última vez, eso era bueno. Sin embargo, solo era de un ¿25%? No suelo hacer ese tipo de mediciones, por lo que puede que esté equivocada, tal vez sea más, tal vez menos, no tengo idea.
De todas formas, se recuperaba a un ritmo muy lento, demasiado lento.
¿Acaso la conexión con la naturaleza no estaba funcionando? Si es así, estoy en un gran problema.
Esto no está bien, nada bien. No sé dónde estoy y para saberlo debo utilizar mi magia... Maldición, bien, lo haré.
Con lo poco que tenía de magia, formé un ente espectral de mí misma y volé fuera de mi cuerpo.
Aunque dije "espectral" esto es más bien un cumulo de magia de oscuridad, es invisible a la vista y me permite observar todo como una extensión de mis ojos, no es mi alma, es solo magia.
Cuando salí de dónde quiera que estuviera, me llevé una gran sorpresa al darme cuenta de la verdad.
—¿Qué mierda...?
Mi voz espectral resonó en la gran habitación, la cual para mi sorpresa estaba repleta de huevos en estantes. Me recordaba a uno de esos almacenes de comida que tenían los mortales en sus reinos y pueblos.
—¿Qué es este lugar? ¿Y mi cuerpo?
De forma lenta y temerosa, bajé mi mirada hacia donde debería estar mi nuevo cuerpo, aquel en el que mi alma se incrustó para renacer.
Y entonces lo vi, era un huevo... Un pequeño y blanco huevo, colocado en un estante y acomodado junto a otros huevos.
... Mierda.
—... ¡Qué demonios! ¡¿Dónde está mi hermoso y perfecto cuerpo?! ¡¿Y por qué ahora soy huevo?! ¡Un maldito huevo! ¡Yo...! ¡Ahhgg...!
Estaba furiosa, tan furiosa como cuando me encontraba muriendo a manos de esa escoria mortal. ¡¿Un huevo?! ¡¿Es en serio?! ¡Maldita sea mi suerte asquerosa!
—Tengo que saber qué está pasando, esto no es normal. ¿Por qué mi alma se incrustó en un huevo? ¿Será porque aún no ha nacido? No, incluso los bebés de una semana ya tienen alma, por lo que sería imposible unirse al cuerpo sin consumir el alma primero...
» ¿Y si eso fue lo que pasó? De alguna forma me las arreglé para consumir el alma y unirme al cuerpo, o tal vez solo la expulsé al exterior... Pero, ¿un huevo? ¿Por qué un huevo de todas las cosas?
Decidí volver al cuerpo principal y de esa forma dejar de consumir magia en vano. Sí, todavía era el 25%, pero no estaba acostumbrada a tener tan poco, debía ser cuidadosa.
Tengo que encontrar una forma de adquirir otro cuerpo, o al menos, me gustaría nacer de este huevo y seguir mi camino. Pero, llevará tiempo, eso es lo que siento.
Suspiré en mi interior.
Lo único que espero es no ser parte de un grupo de huevos para consumo mortal, eso sería...
¡No! No pienso ser comida de nadie. Aunque si muero podría tener la posibilidad de unirme a un mejor cuerpo... ¡Aun así, me niego! Mi orgullo de Bruja me impide ser devorada por criaturas inferiores a mí, nadie, y repito, ¡Nadie!, va a estar sobre mí nunca más.
Decidida, analicé mis opciones.
Podría esperar a que mi magia se recuperara por completo y forzar a este cuerpo al crecimiento, pero viendo la lentitud con la que lo hace, no estaba muy segura de querer hacer eso.
La otra opción sería... ¿Suicidio? ¿Siquiera puedo hacerlo con este cuerpo? Digo, tal vez podría dejar de respirar, pero siendo muy sincera es una forma muy estúpida de morir, y como siempre, mi orgullo me impide morir de esa manera. No, debe haber más opciones, ¿verdad?
No, ya no se me ocurre nada más. Claro, tengo magia aún, pero, no, usarla para esto no era una opción. Entonces solo me queda esperar.
Suspiré otra vez.
Como odio esto, lo odio tanto. Bueno, al menos podré hacer una especie de hibernación gracias a este cuerpo, y supongo que me despertaré cuando sienta que mi magia se ha recargado por completo o, en su defecto, nazca. Cosa que creo que sucederá primero.
Con los ojos ya cerrados, imaginé el escenario que utilizaría para mi sueño, un prado repleto de flores, el sol en lo alto, las aves cantando, y a mi pequeña bebé ya en sus seis años, corría y saltaba junto a los pequeños animales del bosque, mientras gritaba "¡Mamá, mírame tengo nuevos amigos!". Que vista tan hermosa.
Y con una sonrisa en mi interior, caí dormida otra vez.
(Día 1)
Algo me había despertado, confundida observé mi almacenamiento de magia, pero este aún estaba solo al 30%. Tampoco es que estuviera por nacer, siento que aún me quedaba un tiempo. Entonces, ¿qué fue lo que me despertó?
Fue en ese momento que lo sentí, una fuerza mágica opresiva que inundaba todo a mi alrededor, no, eran varias, cuatro para ser más precisa, cada una expresaba cierta calidez y fuerza. Era un tipo de magia que jamás había sentido en toda mi vida.
¿Qué mierda es esta magia?
Antes de que pudiera encontrar una respuesta a mi pregunta, escuché un sonido proveniente del exterior. Cosas eran levantadas y movidas de su lugar, varias pisadas las acompañaban, y algunas voces le seguían.
¿Mortales? ¿Por qué ahora?
Si bien no poseía un calendario interno que me dijera los días, sí podía sentir el tiempo pasando a través de mi alma, y por lo que sé ha pasado un buen tiempo, meses desde mi muerte, luego mi despertar, mi "hibernación" y mi nuevo despertar, fueron unos ocho o nueve, incluso diez meses. No lo sabía muy bien en realidad.
Las voces del exterior se estaban acercando a mi posición, sentí como unas manos sostuvieron el huevo y, por extensión, a mí misma. Estas manos me levantaron del sitio y me dejaron en otro muy distinto, uno que podía moverse.
Bueno, me harté de estar a oscuras.
Mi forma espectral volvió a surgir, y fue ahí que después de tanto tiempo vi la luz otra vez. Era tan cegadora.
—Por favor, tengan cuidado al llevar estos huevos a los carruajes. No sé qué haría si se rompieran.
La voz que habló era la de un Mortal con aspecto de trabajador campesino, y aunque todos los mortales del lugar parecían tener ese mismo tipo de vestimenta, este, a diferencia del resto, era un anciano. Todos estaban llevando los huevos a otro sitio, al parecer a unos carruajes.
Cuando fui movida a uno de los carruajes junto al resto de huevos, vi a dos mortales sentados en el interior. Eran hombres, y parecían estar comparando otros huevos entre sí.
—¿Y qué te parece este huevo de Usapil? Es bonito, y su carne es muy sabrosa.
—¿En serio? ¿Ese tipo de monstruo te parece bonito?
—Si, ¿qué? ¿No me digas qué crees que es feo?
—Siendo sincero, sí, es muy feo. Y su carne tampoco es tan buena.
—A ver, señor sabiondo, ¿dime que monstruo te parece lindo a ti?
El mortal sonrió ante la pregunta.
—Eso es sencillo.
Con tranquilidad, el mortal se giró en mi dirección. Por un momento creí que me había descubierto, pero aquellas dudas quedaron en la nada cuando él me tomó con sus manos, miró otra vez al hombre e infló el pecho.
—¡Los Filoliales! ¡Qué criaturas tan hermosas y majestuosas! ¡No existe nada más perfecto!
Sus palabras me hicieron sonreír con arrogancia en mi interior por unos breves segundos, pero luego me cuestioné: ¿qué es un Filolial? ¿Eso era lo que nacería de este huevo? ¿Lo que yo sería?
—¡Bah! Otro fanático de los filoliales, lo mejor son... Espérame un segundo que lo traigo.
El hombre se levantó del suelo de madera y busco entre los tantos huevos almacenados.
—¡Aquí está! ¡Te presento al único e inigualable, Dragón de Sangre Pura!
—¡Wow! No pensé que hubiera uno aquí, son muy raros y escasos.
—Sí, por eso es tan especial. Proviene de Zeltoble, y lo están transportando hasta aquí para un "vendedor de monstruos".
El huevo sostenido por el mortal era de un rojo oscuro, con zonas como picos a los lados, y comparado a mi huevo, era tres veces más grande y su forma era más ostentosa, como si estuviera presumiendo... Por alguna razón me estaba comenzando a molestar.
—Bueno... Supongo que tienes razón, son los enemigos naturales de los filoliales por algo. Aun así, prefiero más a los filoliales, son más agradables y sus plumas son suaves.
—Pero jamás superaran el poderío de un grandioso dragón.
—Es una lástima.
El mortal amante de los filoliales suspiró derrotado. Entonces, una voz externa se escuchó.
—¡Oigan, ustedes dos! ¡Dejen de estar perdiendo el tiempo y sigan trabajando!
Ambos mortales se levantaron, sorprendidos por haber sido atrapados holgazaneando. Dejaron los huevos en sus lugares y exclamaron al unisonó.
—¡Si, Jefe!
Y se fueron, dejando el carruaje en absoluto silencio y en soledad... Justo como a mí me gusta.
Me acerqué en mi forma espectral al huevo de dragón, una sonrisa se me estaba formando en el rostro.
—Así que, comparado a ti, soy inferior, ¿eh? No por mucho.
Concentré mi magia en mis manos transparentes y las coloqué sobre la cáscara del huevo. Luego, creé una pequeña y diminuta grieta, una que solo un ojo experto podría ver, e introduje mi magia en ella.
—Ahora tu esencia de dragón y mi esencia de filolial serán uno mismo, tu alma de bebé dragón la consumiré, y así cuando nazca seré un ser superior, otra vez.
La oscuridad rodeó el interior del huevo y tanto la sangre, la carne, sus órganos, todo aquello que lo conformaba, pasó a través de mi magia y, por un momento, dejó de ser algo físico y se volvió magia, una magia extraña que no era conocida por mí. Y al final, esta magia se fundió con mi nuevo cuerpo. Al principio se rechazaban, pero con ayuda de mi gran intelecto, sabiduría, y mi grandiosa magia, logré unir ambos cuerpos, ambas esencias en uno solo.
Ahora yo era un filolial y también un dragón.
Yo, Umbroxia, la Bruja más poderosa de todas, me había vuelto aún más superior que nunca.
Puede que este ya no sea mi mundo, porque jamás escuché de criaturas con el nombre de filoliales, Usapil, y un país llamado Zeltoble. En cuanto al idioma, aún si de alguna forma lo puedo entender, es desconocido para mí. Pero, de lo único que estoy segura es que, a partir de este momento, seré imparable. Como siempre lo he sido.
El tiempo transcurrió y todos los huevos fueron cargados en los carruajes correspondientes, y ahora estábamos avanzando. ¿Qué me aguarda en este mundo? ¿Cuántos nuevos conocimientos adquiriré? ¿Qué tan poderosa me volveré? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: estoy lista para enfrentar cualquier desafío que se cruce en mi camino. Nada detendrá mi búsqueda de poder y conocimiento.
Ahhh, estoy tan ansiosa por nacer...
Mi recorrido en el carruaje fue, ¿cómo podría decirlo? ¡Ah, sí! Aburridísimo.
No tenía nada que hacer, claro, podría utilizar mi magia y seguir viendo el exterior, pero decidí no hacerlo, malgastar mi preciada magia en estupideces no es mi estilo, y aún menos si es tan limitada como ahora.
¡Me aburroo! Nunca he estado tan aburrida como ahora, después de todo siempre tengo algo que hacer, o en casa al menos si lo tenía. Me pregunto, ¿qué habrán hecho con mi bebé? ¿Estará muerta? ¿O se apiadaron de ella y la dejaron vivir? Si yo estuviera en su lugar la tomaría y experimentaría con ella, pero claro, ellos no son yo, así que puede que solo la mataran o algo...
Sentía como la ira brotaba en mi pecho, no podía aceptar que alguien la haya lastimado, Ella era Mía, y de nadie más.
Espero algún día volver a verla otra vez. Aún debo terminar el conjuro y sacrificarla para tomar su poder, es una lástima, en serio adoraba ser su madre, pero el convertirme en un Dios tiene prioridad. Luego podré hacer otra bebé.
De repente, los sonidos a mi alrededor cambiaron ahora había más bullicio, como si hubiéramos entrado en un pueblo, o reino, quizás este último era el caso.
Seguimos avanzando durante un par de minutos, hasta que en un punto nos detuvimos. Pisadas se escucharon y los mortales entraron en el carruaje, creo que estaban recogiendo los huevos.
¿A dónde me llevaran?
En eso, escucho a alguien hablar.
—Hey, ¿no se siente este huevo más liviano que la última vez que lo sostuve
—¿El huevo de dragón? Déjame ver.
Esto picó mi curiosidad.
Volví a mi forma espectral y observé como ambos mortales pesaban con sus manos el huevo, luego tomaron otro y lo compararon entre ellos. Parecían nerviosos.
—T... Tienes razón, parece de alguna forma...
—... Hueco.
Completó el otro mortal.
–¡Mierda! ¡¿No me digas que lo arruinamos o algo?!
—¡Shhh! ¡Cállate, Idiota! ¡Si descubren que ya no sirve por nosotros, unas cabezas cercenadas van a ser el menor de nuestros problemas!
Exclamó en un susurro.
—Tú solo reúnelo con el resto de huevos y no digas nada. ¿A menos que quieras que nuestras familias paguen por esto?
El otro mortal se vio muy perturbado por la idea, su rostro palideció durante unos instantes.
—B... bien, guardaré silencio.
Ambos asintieron con sus cabezas y comenzaron a sacar los huevos del carruaje, a mí incluida.
Ver sus rostros retorciéndose del terror me provoca una gran satisfacción, los mortales sí que son criaturas patéticas. Y lo mejor es que yo fui quién los colocó en ese estado, ¡y ellos ni siquiera lo saben! ¡No hay mayor placer!
En mi interior no podía dejar de reír... Mortales repugnantes.
Seguimos avanzando hasta entrar en lo que parecía ser una carpa grande, con los colores rojo y blanco adornándola. Fue ahí que vi a dos mortales grandes, también hombres, solo que estos traían cadenas, esas que utilizarías para un esclavo, y para mi curiosidad no eran humanos. No sé qué eran, parecían una mezcla de humano y licántropo... Qué mundo más extraño.
Estas criaturas tomaron los huevos y los llevaron a otra dirección, al interior de la carpa, a la que creo yo era la entrada trasera del lugar. Y entonces fue mi turno.
Uno de esos mortales raros me tomó entre sus manos y me pasó a uno de sus compañeros, este a su vez me llevó al interior de la carpa y me colocó junto al resto de huevos. Ahí un hombre gordo de aspecto elegante, un noble tal vez, estaba mirando los huevos a través de unas gafas en sus ojos.
¿Es acaso un mago? Solo ellos utilizan este tipo de cosas.
Magos, como los odio, solo pensar en ellos me dan ganas de matarlos.
Miré con odio al supuesto mago, quien estaba sonriendo de una forma muy asquerosa, y aunque no estuviera dirigida a mí, sentía como iba a perder el juicio si no me controlaba.
¡No! ¡Recuerda Umbroxia, tienes que guardar tu magia! Por ahora solo usaré la mínima cantidad para observar... No debería hacerlo, pero es necesario.
Los huevos iban llegando, y el mortal asqueroso no dejaba de sonreír, parecía entretenido.
Fue entonces que uno de los "licántropos" se acercó al mortal, agachó la cabeza, y habló.
—Amo Beloukas, todos los huevos ya han sido traídos, ¿los colocamos en la caja con los huevos restantes?
—Si, y que sea rápido. Estoy ansioso porque los Héroes descubran mi tienda y decidan pasar a echar un vistazo.
—Como usted diga, Amo Beloukas.
¿Beloukas? Que nombre tan extraño para un mago, aunque quizás no sea un mago. Incluso puede que los magos no existan en este mundo. ¡Ahhh, ese pensamiento me llena de dicha el corazón!
Mientras yo seguía en mis fantasías, los "licántropos" tomaron algunos de los huevos y los llevaron hacía un gran caja de madera, la cual yacía en uno de los rincones del lugar. Cuando volvieron a tomar más huevos, uno de los "licántropos" también me sostuvo con suavidad, como si su vida dependiera de ello.
Parece que los mortales reconocen a sus superiores... O solo es que valgo más en dinero que él mismo. Como si me importara.
La cantidad de huevos que había en la caja rondaba los doscientos, sí, doscientos, mi memoria es perfecta a la hora de contar y aprender nuevos tipos de conjuros. ¡Gracias, Umbroxia del pasado, por darme esta memoria tan perfecta!
Y entonces, ahí me quedé. Los mortales estuvieron un tiempo colocando el resto de huevos y luego se fueron a hacer otras cosas. En cuanto al mortal con rostro asqueroso, ese tal Beloukas, creo que mejor lo llamaré Mortal Repugnante. Sí, ese nombre me encanta.
Bueno, Mortal Repugnante ya se había ido para cuando los otros terminaron su trabajo, por lo que ahora me encontraba otra vez sola, sola y aburrida... Que fastidio.
¿Qué se supone que haga ahora? El Mortal Repugnante dijo que estaba ansioso porque unos tales Héroes vengan a su tienda, ¿y eso que significa? ¿Acaso está diciendo que vende huevos? ¿Eso quiere decir que si me compra voy a pertenecerle a un asqueroso mortal? ¡No! ¡Por el Creador! ¡No!
Aunque, una vez que eclosione, podría matar a mi futuro comprador con magia y escapar. Sería sencillo, son mortales después de todo, criaturas débiles y repugnantes.
¡Está decidido! Usaré esta oportunidad para librarme de esta cárcel llamada cáscara de huevo.
Y así, con paciencia, esperé a la llegada de mis compradores y futuras víctimas.
(Día 2)
Siento que pasaron horas desde que comencé a esperar... ¡Me voy a volver loca si nadie viene! ¡¿Cuánto pasó ya?! ¡¿Un día entero quizás?! ¡Maldita sea mi suerteee!
¡Ya está! ¡Estoy harta de depender de otros! ¡Voy a salir a buscar a esos malditos Héroes o algún estúpido mortal para que me compre, y así pueda ser libre de esta jaula!
Creé mi forma espectral y salí disparada de aquella maldita, asquerosa, y estúpida tienda con apariencia de carpa.
—¡Bien, estoy fuera! ¡Ahora a buscar a esos supuestos Héroes! Si son Héroes deben de ser poderosos, por lo que podré sentir su esencia mágica al instante.
Cerré mis ojos y concentré mi mente en la magia de los alrededores, cabe decir que había una gran variedad, como si todos en este reino pudieran utilizar magia. Quizás ese era el caso en este mundo.
¡Jah! Los estúpidos magos se pondrían celosos si supieran esto, sus esfuerzos por ser los mejores en la magia normal no valdrían para nada al final. Igual las Brujas somos mejores.
Al instante lo percibí, cuatro esencias mágicas muy distintas al del resto, eran las mismas que había sentido cuando estaba en ese almacén de huevos. Huh, esto ya picó mi curiosidad, iré a ver qué es.
Con emoción, avancé a gran velocidad por encima de los pequeños edificios, o construcciones, como se les llamé.
Cuando llegué cerca de una de las fuentes de magia, lo que me encontré no fue un mortal de aspecto poderoso, con músculos, un bastón, o cualquier cosas que diga "soy mágico y poderoso". Solo era un hombre delgado, entre sus veintes quizás, acompañado de una mujer que aparentaba su misma edad, su cabello era rojo, y se encontraba muy cercana al hombre.
¿Amantes tal vez? No, parece más como si la mortal intentara seducirlo, pero, ¿qué voy a saber yo de relaciones románticas?
Al observar más de cerca, pude notar que la magia en realidad no venía del hombre, sino de ese Escudo, este era un escudo pequeño de metal y con una gema verde circular incrustada en el centro.
No siento nada de magia en él, puede que el escudo sea lo que le da poder y a su vez lo que lo convierte en Héroe. Bueno, yo vine a buscar un Héroe, y eso es lo que encontré.
Me acerqué a la pareja, parecían estar hablando de algo, pero solo los ignoré. Coloqué mi boca espectral al lado del oído del Héroe, y susurré.
—Héroe.
Por un momento casi lo veo caerse de la sorpresa, pero se mantuvo firme. Me reí de su desgracia.
Que mortal más ridículo.
—¿Myne, oíste eso?
—¿Qué cosa, Héroe?
—No lo sé, me pareció escuchar una voz susurrándome al oído.
La mortal frunció el ceño por un momento, pero luego volvió a la normalidad.
—Tal vez solo está muy cansando, trabajó mucho hoy.
—Si, tienes razón, debe ser eso.
El mortal se rascó la cabeza, aun mirando a los lados tratando de encontrar a alguien.
¿En serio va ignorar una señal tan obvia? Los mortales son tan estúpidos.
Con molestia, volví a susurrarle.
—Idiota, que soy real, ¿me escuchas?
Ahora si estaba sobresaltado, mirando a todos lados en busca de mí.
—¡Volví a escuchar a la voz! ¡Y esta vez me insulto!
—¡¿He...?! ¡¿Héroe, está bien?!
La mujer más que preocupada lucia molesta, bueno, ¿a quién le importa ella?
—¡¿Dónde estás?! ¡¿Muéstrate?!
Por un momento pensé en hacerlo, pero no, es más divertido ver como se vuelven locos por su ignorancia.
Susurré otra vez.
—Sigue mi voz y lo sabrás.
Entonces me alejé un poco de él.
Pareció entender el mensaje, porque entonces volvió su vista a la mortal, la cual había cambiado su ceño fruncido a uno "preocupado". Ahh, creo que ya voy entendiendo lo que ocurre.
—Myne, lo siento, pero debo irme por un rato.
—¡¿Ehh?! ¡¿Qué está sucediendo, Héroe?!
—Te lo diré más tarde, pero antes, ¿podrías decirme cuando cobran una habitación y comida las posadas?
—Ehm... Creo que uno de plata, ¿por qué lo pregunta?
El Héroe procedió a sacar una moneda de plata de su bolsa de cuero, se la lanzó a la tal Myne, y sonrió.
—Por favor, reserva todo por mí, Myne, no tardo.
Y entonces corrió en mi dirección, donde me había escuchado por última vez.
—¡¿Héroe?! ¡¿A dónde va?!
El mortal la ignoró, y exclamó:
—¡Sigue hablando, yo te sigo!
Una sonrisa de satisfacción se formó en mi rostro, este chico no era tan idiota como yo pensaba.
—Por aquí.
—¡Si!
Ambos estuvimos avanzando por gran parte del reino, corriendo por las calles, en mi caso flotando, yendo por callejones, y demás. Todo mientras hablamos entre nosotros.
—¡Dime! ¡¿Qué eres?!
—Eso es un secreto, por ahora, lo que debes saber es que necesito tu ayuda.
—¡¿Para qué?! ¡¿Monstruos?!
—No, estoy atrapada, y solo puedo comunicarme con el exterior de esta forma, pero mi magia se agota.
—¡Entiendo! ¡Te ayudaré!
—Bien.
Avanzamos por unos minutos más, hasta que por fin llegamos al lugar, la tienda del Mortal Repugnante. El Héroe parecía cansado, demasiado diría yo.
—¿Es...? ¿Es aquí?
—Si.
Ya descansado, el Héroe observó el lugar en el que se encontraba, su rostro parecía el de alguien confundido.
—¿Esto es un circo?
—¿Circo? ¿Qué es eso?
—No, nada. ¿Y ahora qué?
—Entra, te espero adentro.
Y con eso volví a mi cuerpo, no pasó ni un minuto para cundo escuché la voz del Héroe otra vez. Y la de Mortal Repugnante.
—Bienvenido, Cliente, ¿en qué puedo ayudarle?
—¿Qué es este lugar?
—Es una tienda, vendo varios tipos de productos.
—¿Co...? ¿Como cuáles?
—Monstruos, huevos de monstruos y... esclavos.
Oh, eso no lo sabía.
Saqué mi conciencia un momento de mi cuerpo y miré la interacción entre ambos mortales. El Héroe tenía su escudo levantado, casi parecía que la gema estaba brillando.
—¡¿Dónde la tienes?! ¡Responde!
—¿Eh...? ¿Cómo dice? Espere, usted es el Héroe del Escudo, ¿verdad?
—¡Así es! ¡Ahora responde a mi pregunta!
¿Héroe del Escudo? Es un Héroe y tiene un escudo... ¡Qué original! Por cierto, estoy siendo sarcástica.
Parece que el Héroe va a atacar a mi vendedor, mejor intervengo, pero sin que el Mortal Repugnante se dé cuenta.
Avancé hacía el oído del Héroe y susurré.
—No crees una escena, él es un vendedor, y yo un producto. Si queremos que salga de aquí necesito que te comportes y actúes como que solo vienes a comprar. No nos conocemos, ¿sí?
Parece que lo entendió porque asintió muy leve con su cabeza.
Bajó el escudo y volvió a hablar:
—Lo siento, creo que lo confundí con alguien más.
—Ah, sí... ya veo.
Mortal Repugnante tosió en su puño, se acomodó su gran sombrero, y sonrió otra vez.
—Señor Héroe del Escudo, ¿qué lo trae por acá?
—Vengo a comprar un... producto.
Sus palabras sonaban frías, tal vez valora la vida y odia la esclavitud. Que extraño pensamiento, pero, es un Héroe, así que supongo que tiene sentido.
—Ohh, veo que le interesa lo que vendo. ¿Qué está buscando?
Es mi turno.
—Dile que un huevo.
La expresión del Héroe era de desconcierto.
—¿Un... huevo?
—Huevos de monstruos, bien, sígame por aquí.
Ambos caminaron hasta el lugar en dónde yo me encontraba, el Héroe miró los huevos uno por uno.
—¿Qué es esto?
—Como dije, son huevos de monstruos. Los monstruos son más efectivos cuando los crían desde el nacimiento, así será más fácil que obedecerán a sus maestros humanos.
—Ya veo. ¿Y qué es ese cartel encima de la caja?
El Mortal Repugnante sonrió ante la pregunta.
—¡Es una lotería! ¡Cada intento son cien monedas de plata, y si usted gana, podrá llevarse un huevo!
—Es un poco caro.
Al parecer hasta aquí llega su lado heroico... Mortales asquerosos.
—Son monstruos valiosos, Héroe, hay desde Usapil, hasta Filoliales, incluso puede adquirir el premio mayor, un Dragón Caballero.
—¿Dragón Caballero?
—Si, puede que haya visto alguno por Melromarc, son aquellos que llevan los carruajes. Solo que este es mejor porque puede volar.
—Wow, eso suena increíble.
Este mortal estúpido ya se olvidó por lo que vino aquí... patético.
Acerqué mi boca a su oído y susurré por sexta vez.
—Holaa, ¿me olvidaste?
Otra vez se sobresaltó, solo que ahora fue su cabeza la que se movió a un lado.
—Cierto, lo siento.
—¿Cómo dice, Héroe?
—Perdón, estaba hablando conmigo mismo.
El héroe se rasco de nuevo la cabeza, creo que esta avergonzado o algo.
—¿Y bien? ¿Cuál va a elegir?
—Si, eso me pregunto yo...
El Héroe necesita mi ayuda, bueno, es para sacarme de aquí, ¿no?
—Yo guiaré tu mano.
Utilicé mi magia y rodeé su mano con ella, él pareció sentirla, porque su rostro cambio a sorpresa.
Moví su mano hacia la dirección en donde estaba mi cuerpo, o el huevo en este caso, toqué la cáscara y él, entendiendo esto, hizo lo demás.
—Así que elegirá ese huevo, bien. Ahora por favor denos un poco de su sangre, es para registrarlo como su monstruo y que así obedezca todas sus órdenes, o si no será castigado por la marca del esclavo.
Que interesante método de esclavitud poseen en este mundo, es parecido a los artefactos de esos idiotas en mi mundo.
Dudoso, el Héroe asintió, pinchó su dedo con una navaja y roció un poco de la sangre en el plato que sostenía el Mortal Repugnante. Uno de los "licántropos" se acercó y utilizó un pincel para mezclar la sangre con la tinta, luego se lo entregó al Héroe.
—Señor Héroe, mire el símbolo pintado en la cascara del huevo y cópielo en el plato que tiene delante.
Él estaba por hacer lo que le dijeron, pero justo cuando iba a tomar la pintura, la gema de su escudo reaccionó.
—Disculpa, ¿puedo comprarte un poco de esta tinta?
—Claro, pero antes debo saber, ¿para qué la va a usar? Es por cuestiones legales.
—Ah, es solo porque mi escudo necesita materiales para adquirir otros escudos. Y recién hizo reacción con la tinta.
—Si es para eso no hay problema, tome todo lo que necesite, Señor Héroe.
—Gracias.
¿Así funciona su escudo? Que interesante.
Luego de absorber la tinta, tomó el pincel y pinto el plato. Al terminar, un símbolo apareció frente a mí, ¿qué era esto?
Cuando desapareció, fue entonces que noté otro pequeño símbolo en el borde de mi visión, parecían marcas de algún tipo. Era, ¿una mano hecha de oscuridad?
Esto es... demasiada coincidencia.
Por inercia centré mi mente en esas marcas y entonces más símbolos aparecieron ante mí.
Umbroxia (Huevo de Monstruo)
Clase: Monstruo Esclavo LV 1
Especie: Filolial/Dragón
Exp: 0/20
Max HP: 10
¿Lv? ¿Exp? ¿Max HP? ¡¿Qué es toda esta basura?!
—Bien, aquí tienes tu dinero.
Mortal Repugnante recibió el dinero, lo contó y luego miró al Héroe.
—Señor Héroe, ha pagado uno de plata de más.
—Cien de plata del huevo, veinte de la tinta, y uno por registrarlo como mi monstruo.
—... Usted es muy prudente, si Señor.
Uno de los "licántropos" me tomó entre sus manos y me colocó en algo parecido a una cúpula, luego me devolvió al Héroe.
—¿Para qué es esto?
—Esto hará que la eclosión del huevo suceda en muy poco tiempo.
—Entiendo.
Deberíamos preguntar cuánto tiempo tomará la eclosión... No, no tendría sentido. Si fuera un filolial o un dragón, sí, pero al ser ambos. Ni siquiera ellos sabrían el tiempo real de esto.
Dándose media vuelta, el Héroe se despidió del Mortal Repugnante y salió de la tienda a toda velocidad.
Al estar varias cuadra lejos de la gran tienda, el mortal me sostuvo frente a sus ojos, y habló.
—Ahora sí, ¿quién o qué eres en realidad?
... Creo que puedo decirle algo o mentirle... No, él me "salvó" la vida de alguna forma. Supongo que se lo compensaré.
—Mi nombre es Umbroxia, soy un alma atrapada en este "cuerpo". Luego de morir parece que me anclé a este huevo para renacer, pero...
—¿Sí?
Suspiré.
—No pertenezco a este mundo, antes de morir creé un portal y al cruzarlo me desmayé, lo último que recuerdo es estar en un almacén y atrapada en este huevo.
—Oh... ¡Espera! ¡¿Dijiste otro mundo?!
—Si, ¿por qué lo preguntas?
—¡Yo también vengo de otro mundo!
... ¿Qué?
—¿Tú también? ¿Te teletransportaste con ese escudo o tienes poderes mágicos ocultos?
El Héroe de Otro Mundo negó con la cabeza.
—Fui invocado a este mundo para ser el Héroe del Escudo, junto a otros Héroes, el del Arco, la Lanza, y la Espada.
Así que era eso.
—Ahora todo tiene sentido.
—¿Qué cosa?
—Cuando desperté por primera vez me di cuenta de que mi magia estaba muy baja, así que me fui a dormir por un tiempo, meses, y solo me despertaría si mi magia se recuperaba por completo o eclosionaba.
—¿No qué tu magia se estaba agotando?
—No del todo, solo no quería malgastarla. Lo que iba diciendo es que, no me despertó que mi magia estuviera al máximo, lo hizo tu invocación. O la magia remanente de ella.
—Ya veo, ¿y cuanta magia pudiste recuperar?
—Solo el 30%, y debido a que estoy hablando de esta forma contigo, pues, se va agotando poco a poco. Por alguna razón en este mundo mi magia tarda demasiado en regresar, tal vez sea debido a la compatibilidad mágica.
—¿A qué te refieres?
Otro suspiro.
—La magia de este mundo es muy diferente a la del mío, y los seres mágicos como yo reunimos nuestra magia de dos lugares, nuestra propia energía cuando consumimos comida y esas cosas, y la magia del mundo, la naturaleza. ¿Qué no hay magia en tu mundo?
El Héroe parecía un tanto apenado por la pregunta.
—No, en mi mundo quizás hubo una vez, pero se perdió todo en el pasado, ahora solo quedan historias sobre ello.
Eso me tomó por desprevenida, ¿un mundo sin magia? Me da escalofríos de solo pensarlo.
—¿Y cómo siguen adelante? ¿Cómo crecen como sociedad?
—Con la tecnología.
Con aparente orgullo, el Héroe subió sus hombros hacia arriba, una sonrisa decoraba su rostro.
—Creo haber escuchado el termino, pero creí que eran idioteces de un par de magos. Estúpidos magos.
—¿Magos?
—Ah, sí, en mi mundo existen cuatro tipos de seres, Magos, Hechiceros, las Maravillosas Brujas, y los Sin Magia. Yo soy una Bruja.
—Si, lo noté. ¿Y por qué moriste?
Me quedé en silencio por un momento. ¿Debería decirle? Contarle como esa escoria mortal me humilló, y como yo, por estúpida, dejé que sellaran mi poder. ¡¿Por qué le contaría a un Mortal, de entre todos los seres y a quién acaba de conocer, como es que fui una idiota?!
¡No! No... no puedo hacerlo.
Parece que me había quedado un buen tiempo sin hablar, porque el mortal cambió su expresión a una preocupada. Solo que esta si parecía genuina, y no como la de esa mortal Myne, ¿ese era su nombre? Si, lo era, yo nunca olvido cosas.
—Está bien que no quieras hablar de eso, es un suceso traumático. Creo que sería mejor que vayamos a la posada, Myne seguro estará esperándome muy molesta.
Su risa más que divertida estaba repleta de nervios.
—Como digas.
El Héroe asintió y comenzó a caminar en dirección opuesta a la tienda.
—Por cierto, me llamo Iwatani Naofumi, Naofumi es mi nombre y Iwatani es mi apellido.
—¿Por qué dirías primero tu apellido y luego tu nombre? No veo el sentido.
—Es una costumbre de mi país natal, aunque escuché que estuvieron cambiando el orden para cuando fueran en lenguas extranjeras.
—¿Qué idioma estás hablando ahora mismo?
—Japonés, ¿por qué?
—Yo Latín.
—¿Eh?
El Héroe... Naofumi, se detuvo en seco, creo que estaba un poco sorprendido.
—¿Existe el latín en tu mundo? Pensé que nuestros mundo eran muy diferentes.
—¿En el tuyo también?
—¿De qué época provienes? Porque el latín en mi mundo es una lengua muerta.
—Del siglo 15, año 1.400 D.C.
—Yo del siglo 21, año 2012 D.C, no creí que Cristo también existiera en tu mundo.
—¿Cristo? ¿Y ese quién es?
—¿Eh? ¿No es por eso el D.C? ¿Después de Cristo?
—No, mi D.C es por "Después de la Caída".
Naofumi me miró confundido.
—¿Caída de qué?
—Esa es una larga historia, te la contaré algún día. Ahora vámonos, el frío está llegándome hasta a mí.
—¡Oh, si! Lo siento por eso.
—No importa...
Cuando Naofumi comenzó a caminar otra vez, me di cuenta de que no le había dicho mi nombre.
—Por cierto, me llamo Umbroxia, solo Umbroxia.
—Umbroxia... Es un extraño nombre, pero suena genial.
—Gracias, supongo. Lo cree yo misma.
Naofumi me sonrió, y yo, bueno, soy un huevo no hago esas cosas.
Al llegar a la posada y presentarnos con el mortal a cargo del hospedaje, este nos dijo, o más bien a Naofumi, que su compañera Myne ya había reservado dos habitaciones y comida para ellos. Por lo que, Naofumi, con una expresión idiota y alegré caminó en dirección al restaurante adjunto.
—Parece que no hemos tardado mucho, aún hay personas comiendo, ¿no, Umbroxia?
Yo solo me quedé en silencio, ya había vuelto a mi cuerpo desde mucho antes, no iba a seguir desperdiciando más magia.
—Oh, es cierto, tu magia. Bueno, solo háblame cuando sea importante, ¿bien?
Este chico aún si es un mortal parece ser listo, no comparado con el resto de idiotas en mi mundo. Tal vez su mundo sea uno más avanzado, no solo en tecnología, sino en sociedad.
Que envidia. Puede que cuando recupere mi magia, a mi bebé, y me convierta en Dios, cree otra bebé nueva y ambas nos vayamos a vivir a su mundo. Seremos felices por siempre, y esto es muy literal.
De repente el bullicio de los mortales se hizo muy molesto, debemos estar en el restaurante, que fastidio.
—Héroe, volviste, pensé que no vendrías más.
—En serio lo siento, Myne, tuve que encargarme de una cosa.
Ah, debe ser esa mortal de las expresiones falsas, ¿por qué se quedó a esperarlo? Seguro quiere obtener algo a cambio, así son todos los mortales.
—¿Y ese huevo?
—Oh, esto es un huevo de monstruo. Verás lo de antes fue...
Antes de que Naofumi pudiera seguir hablando, cree mi forma espectral, cerré su boca con magia, y le susurré.
—Por cierto, me harías un gran favor si nadie además de ti sabe de mi existencia. No quiero ser conocida por los mortales, tú eres una excepción.
Naofumi asintió con comprensión.
Deshice mi forma y volví a mi cuerpo.
—¿Me decías, Héroe?
—... Nada, solo me encontré una... Tienda de monstruos, y había una oferta de 100 monedas de plata por un huevo a mi elección. Perdón, no pude resistirme, pero lo compensaré cuando este amiguito de sus frutos.
—En... entiendo.
Se escuchaba molesta, así que iba por el dinero, ¿eh? Como Naofumi gastó gran parte en mí, ahora ella no tendría tanto para tomar.
Toma eso zorra... Oh, ese apodo me gusta. A partir de ahora la llamaré Zorra, o Mortal Zorra, creo que Zorra está bien, no todos los apodos tienen que empezar con mortal.
Naofumi y la Zorra siguieron hablando, comieron, y planearon su siguiente zona de subida de nivel, lo que sea que signifique eso. Al parecer mañana nos dirigiremos a unos campos a matar monstruos.
Cuando pareció que habían terminado de cenar, la Zorra ofreció beber vino a Naofumi, él la rechazó. ¿Habrá intuido algo? No, parece que en verdad no le gusta el vino.
A mí en lo personal me da igual, gracias a la magia puedo evitar emborracharme y actuar como idiota.
Parece que ya todo acabo, por fin, me desespera escuchar a esa mujer, a esa Zorra.
—... Vayámonos pronto a la cama hoy.
—Claro, te veo mañana.
Entonces nos fuimos, el ruido de la gente disminuyo, la puerta se cerró detrás nuestro, y escuché a Naofumi suspirar del cansancio.
—Hoy fue un gran día, ¿no, Umbroxia?
Yo seguí en silencio, cosa que él pareció aceptar al instante.
—Te dejaré en la mesa de noche, descansa bien.
Organizó unas cuantas cosas, y luego se fue a dormir, correr de forma continua lo había cansado de más. Aún es joven y débil, creo que es mi deber cambiar un poco eso.
Se lo debo por salvar mi vida, y no me gusta deberle a nadie.
Estoy cansada... Dormiré un poco y luego... vigilaré.
El diminuto sonido de la puerta abriéndose, y la esencia mágica de un mortal, fueron suficientes para despertarme.
Sin pensarlo dos veces adquirí mi forma espectral y observé al intruso. Una sonrisa divertida se formó en mi rostro invisible.
Zorra... Así que viniste a robar, ¿verdad? Mi intuición nunca se equivoca, y también porque nunca confió en los mortales, por lo que nunca salgo traicionada... Al menos no hace años.
La Zorra rio.
—Hombres, son tan idiotas. Tan fáciles de engañar... No puedo esperar a mañana, su rostro de desesperación será tan placentero.
Una sádica, bueno, no es que lo desapruebe, yo también soy sádica. Disfruto del sufrimiento todos y cada uno de los mortales, porque todos son escoria y merecen ser comida de Demonios del Vacío.
La estúpida mortal cree que puede robarnos, demostrémosle lo contrario.
Zorra se estaba acercando a la cota de malla de Naofumi, pero antes de tomarla miró en mi dirección, su expresión cambió a una furiosa.
—Este maldito idiota, gastó Mi dinero en un estúpido monstruo. Si tan solo pudiera revenderlo, pero tiene la marca del esclavo, y estoy segura de que se le advertirá del robo o al menos dirán su posición... No puedo arriesgarme.
No es tan estúpida por lo que veo, pero eso no me detendrá.
Cuando la Zorra estaba por robar la cota de malla, me acerqué a ella en mi forma espectral y añadiendo un poco de magia extra, pateé su pierna derecha y en consecuencia esta cayó al suelo adolorida, mientras un fuerte grito salía de su boca.
El grito fue suficiente para despertar a un adormecido Naofumi.
—¿E... Eh? ¿Qué paso? ¿Y... ese grito?
Desesperada, la Zorra intentó escapar, pero yo fui más rápida y con una gran mano sombra espectral la sometí contra el suelo.
—¡¿Myne?! ¿Qué...? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás en el suelo? ¿Esa es mi cota de malla?
La Zorra estaba nerviosa.
—Héroe, puedo explicarlo, yo estaba...
Antes de que siguiera hablando, tapé su boca con otra mano sombra y le hablé al oído a Naofumi.
—Escúchame.
—¿Umbroxia? ¿Sabes que está ocurriendo?
—Si, en resumen, esta idiota quería robarte. Al parecer ese fue su objetivo desde el principio, o al menos por lo que pude notar en su actuar.
—¡¿Qué?!
Naofumi estaba furioso, miró a la Zorra sometida a los ojos, y gritó_
—¡¿Me estás robando?!
La mujer no respondió, ah cierto, bloqueé su boca. Mi error, es divertido verla así.
—¡Héroe, eso es un malentendido! ¡Yo!
La mirada de muerte que le envió Naofumi no tenía precio, el rostro de la Zorra palideció un poco.
—¿Sabes lo que va a pasar? ¿No, Myne? Voy a llevarte con las autoridades, te encarcelaran, y tal vez no te ejecuten por intentar robarle a un héroe.
¡Este Naofumi me encanta! Es despiadado y muy inteligente a la vez.
Pero... ¿Por qué la Zorra comenzó a reír de la nada?
—¿De qué te ríes tanto?
—Eres un estúpido, ¿en serio crees que van a ejecutarme? A mí, la pobre doncella que el malvado Demonio del Escudo violó de formas indescriptibles, y todo porque bebió de más.
Oh, esta maldita es buena.
—Jamás te creerán.
—Si lo harán, después de todo soy la primera hija del rey del Melromarc, la princesa Malty S. Melromarc, ¡y la sucesora al trono real!
¡¿Qué mierda?! ¡¿Esta Zorra es la sucesora al trono?! Este reino está condenado.
—No puede ser...
—¿Ahora lo entiendes? Tú pierdes, Demonio.
El rostro de Naofumi palideció, mientras que la Zorra recuperó sus antiguos colores.
—¿La matamos? Si ocultamos su cuerpo tal vez...
—No, si eso pasa me investigaran, y de seguro me inculparan por asesinato. Terminaré siendo ejecutado al final.
—Es verdad.
Una risa provino de la Zorra.
—¿Tanto miedo tienes que ya te volviste loco y hablas solo? ¿O puede que ya estuvieras loco y por eso escuchabas esas voces hoy? De igual forma estás acabado, tu vida terminó.
Más risas surgieron de ella. En serio estaban molestándome, y me sentía tentada a aplastarla contra el suelo y ver su sangre salpicar.
Naofumi miró en mi dirección, y preguntó:
—¿Qué hacemos entonces?
—¿Escapar? Sería lo más lógico, salimos del reino y ya está. No creo que nos encuentren tan rápido en los bosques.
—Pero no tengo casi nada de dinero, necesitamos comida. Y más si vas a ser un bebé en crecimiento.
—No tengo problemas en comer monstruos del bosque, pero si necesitas el dinero para otras cosas... ¿Por qué no robas su armadura y espada? Se ven costosas.
A costa de mi sugerencia, Naofumi regresó su mirada a la Zorra, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
—Yo le compré esas cosas, por lo que a mí respecta son de mi propiedad. No sería robo, ¿verdad?
—No, creo que no.
Ambos reímos, la idiota parecía confundida.
—¿Y ahora qué te sucede, Demonio?
—Umbroxia, ¿serias tan amable de asfixiarla?
—Con mucho gusto.
Quité la mano de su cuerpo y la enrollé en su cuello, apreté poco a poco, su cara estaba roja. Pobrecita no puede respirar.
—Podría quitarle información, pero...
—Usarías mucha más magia, ¿no?
—Si, y ya hice uso de una pequeña pero importante porción, quizás un 1%. Suena a que estoy siendo tacaña, pero, tal vez sea útil en un futuro. ¡Y si quieres puedo crear un portal para regresarte a casa! Pero solo podré hacerlo cuando tenga un cuerpo funcional.
—Esa idea... No me parece tan mala. Si todos van a ser tan desgraciados como ella, creo que prefiero irme a casa. Aunque eso está por verse todavía.
—Tú solo dime y creo el portal.
Cuando la Zorra se desmayó, yo solté su cuello y volví a ser una observadora. Naofumi, por otro lado, comenzó a desprenderla de "sus pertenencias", tomó la armadura, la espada, y su cota de malla. A todas, a excepción de la cota de malla la cual se colocó encima otra vez, las guardó dentro de unas sabanas que utilizó como bolsa de almacenaje.
Ató la bolsa y la dejó a un lado. Luego, utilizando las cortinas, amarró las manos y las piernas de Zorra, asegurándolas a la pata de la cama. Y como acto final, rasgó un trozo de cortina y lo utilizó para cubrir la boca de esa asquerosa mortal.
Ahora, no sería capaz de hablar hasta que fuera liberada, y eso no sucedería hasta mañana. Si teníamos suerte, podrían pasar días antes de que la encontraran, y sería aún mejor si muriera de hambre en esta habitación, aunque esperar eso ya sería demasiado.
—Ya he preparado todo. Para asegurarnos de que nadie se entere de que me fui, saldremos por la ventana.
—Bien.
Naofumi se acercó a la ventana, sosteniendo con una mano la "bolsa de tela" y con la otra tomándome a mí, en la que también cargaba ese pequeño escudo. Miró hacia abajo y notó la gran altura de la caída, mostrando preocupación en su rostro.
—Tranquilízate, utilizaré mi magia para ayudarte a bajar.
—Gracias, Umbroxia, por todo esto.
—No te pongas sentimental, solo te devuelvo el favor por salvarme.
Él asintió, miró a la Zorra y le dirigió una última palabra.
—Deseo nunca volver a ver tu asqueroso rostro, Maldita Zorra.
¡Oye! ¡Ese es el apodo que yo le di! ¿Será una coincidencia? ¿O es qué Naofumi puede leer mentes? Mmm... No, coincidencia, estoy muy segura.
Ambos descendimos por la ventana, y la caída habría sido dura si no fuera porque alguien, en este caso yo, utilizó su magia de oscuridad para crear manos que se aferrarían a la pared e irían descendiendo hasta alcanzar el suelo.
Una vez en el suelo, Naofumi lucía sorprendido.
—Eso fue... Wow. Deberíamos repetirlo algún día.
—Es un no absoluto. Ahora vámonos, no hay mucho tiempo.
—Si, tienes razón.
Con eso dicho, ambos salimos corriendo del lugar. Cuando llegamos a la muralla que protegía el reino, solo tuvimos que evitar a los guardias al rodear a Naofumi con mi magia, la cual parecían incapaces de detectar debido a las diferencias de energía. Luego, me vi obligada a satisfacer a Naofumi con otra escalada. Y eso que dije que no lo volvería a hacer... Maldita sea.
De esta manera logramos escapar al exterior del reino sin ser detectados
¡Viva yo y mi increíble magia!
(Día 3)
El amanecer había llegado, y nos encontrábamos recostados bajo un árbol en medio del bosque. Naofumi seguía durmiendo a pesar de la cantidad de monstruos que nos acechaban. Incluso hubo algunos que se atrevieron a atacarlo, pero apenas le causaban daño... Por supuesto, tuve que eliminarlos con mi magia, y gracias a eso subí de nivel, alcanzando el nivel 2, o al menos eso fue lo que vi escrito hace un tiempo.
A pesar de haber salvado a Naofumi de ser devorado vivo mientras dormía, eso no significaba que hubiera saldado mi deuda. Todavía estaba "criándome" y todo eso.
Los ojos de Naofumi, quien aún estaba dormido, fueron iluminados por los rayos del sol. Estos atravesaban las hojas de los árboles y llegaban hasta él, interrumpiendo su sueño.
—¿Ya es de mañana?
Cuando abrió sus ojos, al principio parecía confundido, como si hubiera olvidado el "por qué" estábamos aquí en primer lugar.
—¿Recuerdas todo lo que sucedió ayer?
—... Quisiera no hacerlo.
—Así son los mortales, seres avariciosos, que solo piensan en ellos mismos y harían cualquier cosa por obtener lo que desean... Espera, yo soy igual.
Naofumi me miró, su ceño se había fruncido, pero su boca hacia parecer que quería reírse.
—¿Qué?
—Nada, es solo... que es extraño estar hablando con un huevo.
—¿Y recién ahora te das cuenta?
—Digamos que ayer estaba muy cansado para procesarlo del todo. Por cierto...
Pasando su mirada por el suelo, Naofumi notó los cadáveres de monstruos dispersos alrededor. Algunos estaban cortados por la mitad, otros decapitados y unos pocos tenían el cuerpo intacto. A esos últimos solo les atravesé el corazón con una "aguja" de magia oscura.
—¿Qué es todo esto, Umbroxia?
¿En serio lo pregunta?
—¿No crees que dormir en el bosque y no esperar a ser atacado por monstruos sea muy ingenuo de tu parte?
—Cierto, entonces te agradezco por salvarme la vida. Supongo que estamos a mano.
Ante esta declaración Naofumi pareció un tanto preocupado, ¿y ahora qué le sucede?
—Ya me dije a mí misma que esto no cuenta, aún debo saldar mi deuda. Y, en todo caso, esos monstruos apenas parecían hacerte daño.
—Ya veo...
¿Se veía un poco a más alegre o es mi imaginación? Bueno, tampoco es que me importe.
—Oh, ¿subí de nivel? Pero si yo no hice nada.
Eso sí que es extraño.
La mirada de Naofumi cambió por un momento, estaba viendo algo que yo no podía, ¿tal vez eso símbolos extraños? ¿Él también los tenía?
—¿Qué ves?
Naofumi salió de su estupor, y me miró.
—Mi escudo dice que si estamos en el mismo equipo, ambos obtenemos experiencia, aunque quien obtiene más es el que mata a los monstruos.
¿Experiencia? ¿Equipo?
—¿Y cuando hicimos este "Equipo"?
—Debió ser cuando te marqué como mi propiedad, ¿puede ver el símbolo del escudo? Ese soy yo y mis estadísticas.
Me enfoqué otra vez en esas marcas a un lado de mi visión, y en ese momento los símbolos aparecieron frente a mí. Fue entonces cuando lo vi.
Naofumi Iwatani Lv2 (Dueño)
Ese "Dueño" no me gustaba, pero, ¿qué podía hacer? Lo dejaría pasar por ahora.
—Lo veo.
—¿En qué nivel estas?
—Aquí dice LV 2 pero, ¿qué significa eso?
—Ah, eso es lo que significa Nivel, pero acortado a dos palabras, en realidad es Level. ¿Se dice igual en latín?
—Si, pero en mi mundo esa palabra se utiliza más para mediciones o la cantidad de pisos de una estructura.
—En el mío igual, solo que también la usamos para los videojuegos.
—¿Videojuegos? ¿Qué son esos?
—Mmm... ¿Cómo se lo explicas a alguien de hace mil años?
Naofumi me observó pensativo, y unos segundos después su rostro se "iluminó", tal vez dio con la respuesta.
—Imagina que estas en una ilusión, una que posee una historia, combates, y muchas cosas más.
—Continua.
—Cada vez que peleas contra monstruos u otras personas como tú y los vences, te vuelves más fuerte, cada vez más y más. Eso son los niveles.
—¿Y por qué subes de nivel al vencerlos? ¿Qué obtienes de ellos para hacerte más poderoso?
—La experiencia, indicada como "EXP" y el "MAX" representa la cantidad de experiencia necesaria para subir de nivel. A medida que subas de nivel, requerirás más experiencia para avanzar, lo que te hará más fuerte. Podrás derrotar a monstruos o incluso a... personas que otorguen una mayor cantidad de experiencia.
—Con derrotar te refieres a matarlos, ¿no?
—... Si. Supongo que todas las criaturas de este mundo otorgan experiencia, por lo que matar personas te hará más fuerte. Pero no creo que eso sea necesario, ¿sí?
—Como digas, no los mataré si no me provocan demasiado.
—Gracias, no me gustaría volverme un asesino. Aun cuando esa maldita se lo merezca.
La mirada de Naofumi cambió a una de furia en un instante, esos ojos me gustan, son despiadados.
Por otro lado, ¿qué es toda esta basura? ¿Volverse más poderoso solo con matar a otros? ¡¿Qué clase de mundo absurdo es este?! ¡¿Dónde está la práctica?! ¡¿El esforzarse en entrenar?! ¡¿La paciencia, la diligencia?! ¡¿Mis años de aprendizaje fueron en vano, o qué?! ¡Por el Creador! ¡Este mundo cada vez me enferma más!
Tranquila Umbroxia, cálmate y respira... Listo. Aunque aún me sigue molestando todo esto, ¿acaso significa que hasta un niño que no sabe luchar, pero posee el suficiente nivel, puede matarme solo por ser inferior en nivel?
Reitero, no es el reino el único que está condenado, el mundo entero también lo está.
—¿Ahora qué? ¿Matamos monstruos o algo?
—Primero me gustaría esperar a que salgas del huevo, pero...
—¿Pero?
Naofumi sonrió incomodo.
—Olvidé preguntarle al vendedor cuando sería eso. Lo siento.
Ah, eso, no es que Mortal Repugnante pudiera saberlo tampoco, no con lo que hice.
—No importa, de todas formas, es imposible que lo sepa.
—¿Por qué lo dices?
—Porque modifiqué el huevo, ahora no soy solo un filolial, lo que sea que signifique para este mundo, también soy un dragón de sangre pura.
Con los ojos abiertos de par en par, Naofumi exclamó:
—¡¿Un dragón?! ¡¿Eres un dragón?!
—Así es, durante mi camino hacia la tienda de monstruos y esclavos, me encontré con un huevo de dragón. Y como no quería ser una criatura de cuerpo débil, no esta vez, decidí absorber su esencia, su carne y su alma, y fusionarla con mi nuevo cuerpo. Por ese motivo nadie sabría cuando es que debo nacer, porque soy una nueva especie.
—Wow... Eso es... genial. ¿Y crees que podrás volar, escupir fuego y todo eso?
—No lo sé, pero de lo que sí estoy segura es que tú y yo seremos imparables.
Una sonrisa arrogante se posó en los labios de Naofumi.
Niño, no te creas tanto, yo soy quien brillará aquí.
—Con eso dicho, creo que será mejor que recolecte materiales para mi escudo, empezando por estos chicos de aquí.
Con cuidado, aunque un tanto asqueado, Naofumi comenzó a absorber los cadáveres de los monstruos. A veces, el cuerpo entero; otras veces, por partes; incluso intentó descuartizarlos con las manos.
—¿Por qué haces eso?
—¿Qué cosa?
—Descuartizarlos. ¿No sería más fácil colocar todo y ya?
—Ah, eso porque me otorgan distintos escudos si colocó cada parte por separado, aunque es difícil con solo mis manos.
—... Déjame ayudarte con eso.
—¿Qué harás?
—Solo observa.
Utilicé un poco de mi magia para crear una mano afilada. Luego, agarré uno de los huesos más grandes que pude encontrar, limpié la sangre, lo corté y le di filo. Ahora tenía un cuchillo decente.
—Aquí tienes, es sencillo pero servirá. Si necesitas otro, solo avísame. Voy a descansar, estuve despierta toda la noche cuidándote.
—Gracias, Umbroxia.
—... Ni lo menciones.
Mi conciencia regresó a mi cuerpo principal, mis ojos se sentían pesados. Tengo mucho sueño.
Te extraño, Bebé...
Me había despertado, el sueño que tuve fue hermoso. Estábamos mi bebé y yo viviendo una vida feliz, éramos los únicos seres en el mundo, todos los mortales se habían asesinado entre sí, y los últimos en morir en un gran sufrimiento fueron los estúpidos magos y la idiota que me asesino.
Pero solo era eso, un sueño, porque mi hija tal vez está muerta, ¡y esa maldita se estará regodeando con mi muerte junto a sus Estúpidos Amigos Magos!
No, Umbroxia, acabas de despertarte no te enfades. Ahora, veamos cómo le va al chico escudo... A Naofumi.
Salí de mi cuerpo y observé el exterior, estaba rodeada de los brazos de Naofumi y frente a nosotros yacía una fogata, unos palos de madera clavados al suelo y descuartizados cocinándose en estos.
—Hey.
Naofumi miró en mi dirección, estaba sonriendo.
—Umbroxia, despertaste.
—Si, ¿cómo te ha ido? ¿Has hecho un buen progreso?
—Un poco, estuve adquiriendo nuevos escudos con los materiales en los alrededores y de algunos monstruos globo.
¿Monstruos Globo? No voy a preguntar.
—¿Algo interesante?
—Un poco, descubrí dos nuevas mecánicas, es como una capacidad nueva del escudo. Cuando obtengo un nuevo escudo puedo utilizarlo, y al hacerlo por un tiempo desbloqueo sus habilidades y bonos, pudiendo hacer uso de ellos mientras tengo otro escudo diferente, como, 1 de defensa, o por ejemplo este escudo.
Él acercó su brazo hacia mí y me mostró su escudo, este ya lo había visto antes.
—Es el Escudo de Usuario de Esclavo, lo obtuve de la tinta que le compré a ese... hombre. Me otorga un bono de equipo, un "Ajuste de crecimiento de esclavo (Pequeño)" así dice. Tal vez, como ahora eres mi monstruo esclavo crezcas más rápido cuando nazcas, por eso estoy tratando de dominarlo rápido.
Eso es interesante, quizá haya otros escudos con el mismo tipo de bonos, si es así no tardaré mucho en obtener una forma adulta. O eso espero.
—También obtuve algunas plantas medicinales, si junto las suficientes podré obtener mucho dinero si las vendo. Todavía tengo que revender estas cosas, no quiero volver a verlas nunca más.
Estaba hablando de la armadura y espada que le compró a Zorra el día anterior.
—Lo malo es que no podremos hacerlo hasta que haya pasado un tiempo, de seguro esa maldita ya utilizó su posición como princesa y ordenó a todos los guardias del reino que me busquen. Maldita zorra.
—Tengo una idea.
—¿Cuál?
—Esperemos hasta que salga del huevo y me vuelva adulta, no creo que esos imbéciles se atrevan a luchan contra un dragón.
Naofumi parecía estar pensándoselo.
—Es buena idea, pero no sabemos cuándo vas a eclosionar, y menos cuanto tardaras en crecer.
—Lo sé, tú solo intenta conseguir más de esos bonos de escudo de crecimiento y todo estará bien, tal vez.
—Está bien, sino como plan B podemos utilizar las pieles de los monstruos para hacernos ropas y poder cubrirme el rostro. El escudo lo cambiaré por un escudo menos obvio, solo tengo que encontrar el adecuado.
—Hazlo, pondremos una fecha límite de una semana, si hasta entonces no salí del huevo o crecí lo suficiente, iremos a escondidas. Aunque podemos combinar ambos planes en el mejor de los casos, mi estado de dragón deberíamos mostrarlo solo cuando no haya más opciones.
—Claro, me gusta más ese plan.
Con un sonrisa en el rostro, Naofumi tomó uno de los palos y comió la carne del monstruo.
—Está... Bueno, pero quisiera tener sal.
Y yo comer.
(Día 4)
Otra vez era de día, la noche anterior la pasé escuchando a Naofumi hablar, contándome sobre sus nuevos escudos, sus bonos adquiridos, y esas cosas. Y aunque yo no hablará debido al gasto de magia, él sabía que estaba escuchándolo, por lo que siguió así hasta que se fue a dormir.
Parece que confía en que yo estaré vigilando los alrededores, no es que no lo hiciera, pero... ¿Por qué confiarías tu vida en un completo desconocido? Aún más si ya fuiste traicionado con anterioridad, no tiene sentido, al menos no para mí.
Los mortales son extraños, no importa de qué mundo provengan.
—¿Qué haremos hoy?
Miré a Naofumi, el día anterior me la había pasado durmiendo, hoy quiero hacer algo, aún si debo gastar magia. Me siento inútil, muy inútil estos días.
—Diría de cazar algunos Usapil o buscar otros tipos de monstruos, anoche vi unos que parecían hongos, pero estaba demasiado cansado para seguir peleando. ¿Por qué? ¿Quieres pelear también?
—Quiero hacer algo más aparte de hablar, pero sí, me gustaría cortar algunas cabezas.
Naofumi me observó con una mueca incomoda por un segundo. Ah, es cierto, en su mundo no acostumbran a hablar de esta forma tan "violenta".
—¿Estas segura? ¿No consumirás mucha de tu magia?
—No hay problema, de todas forma la recuperaré en algún momento. Y si no hago algo pronto creo que me volveré loca.
—Entiendo. Bien, vamos, Umbroxia.
Yo solo guardé silencio y esperé en mi huevo, a que él me llevará a la zona de monstruos. No tardamos mucho en hacerlo, cuando llegamos a un área del bosque ya habíamos sido rodeados por tres tipos de monstruos, unos Usapil, tres Globos Rojos, y estos que mencionó Naofumi, las setas, dijo que se llamaban Mush y habían de varios tipos, blancos, azules, y verdes.
No es que importen, porque pronto estarían muertos.
—Ahora yo voy a atraparlos y tú los atacas, ¿sí?
—¿Me contengo para que des el golpe final?
—No, mi estadística de ataque es 1, tardaría demasiado en matarlos. Y en todo caso es mejor que tú subas de nivel más rápido, eres la atacante principal.
—Bien.
Los monstruos se aproximaron hacía nosotros, uno detrás del otro, yo podría acabar con ellos en un instante, pero sería demasiado gasto de magia. Ahora mismo estoy utilizando el mínimo de esta.
El primer ataque en ser bloqueado por el escudo de Naofumi fue el de un Usapil, él aprovechó que la criatura estaba indefensa para atraparla entre sus manos, ahora era mi turno.
La magia de oscuridad, o la magia elemental en general, combinada con la magia normal era lo que me permitía el menor gasto de esta, y a su vez la efectividad del daño se duplicaba, era algo básico, pero no muchas brujas lo entendían o lo utilizaban. Algunas brujas pueden llegar a ser muy estúpidas.
Con mi mano espectral mejorada con ambas magias, rebané el cuello de la indefensa criatura, su sangre salpicó a los de su especie y compañía, quienes a su vez detuvieron sus movimientos. Estaban atónitos.
Como disfruto la desesperación de los seres inferiores, no importa si solo es un monstruo, si posee conciencia es suficiente para mí. Los mortales no tienen el derecho a vivir, solo a morir en la desesperación absoluta.
Naofumi soltó el cadáver, su rostro mostraba que estaba asqueado, pero acostumbrándose, eso es bueno.
—En serio, tienes una forma de atacar un tanto espeluznante.
—Solo fue una muerte rápida para no gastar demasiada magia, si estuviera en todo mi poder, bueno, digamos que ese monstruo terminaría por rogar que lo maten.
—...
Él no dijo nada, puede que me haya sobrepasado con mostrar mi yo verdadero, ¿cuán débiles de mente son en su mundo? ¿Ese es el precio a pagar por una sociedad más avanzada? Supongo que no es tan perfecta que digamos.
La cacería continuo, aunque no por mucho, hubo momentos en los que nos deteníamos y solo reuníamos más materiales de los monstruos derrotados, más bien Naofumi lo hacía, yo solo lo observaba hacerlo. Luego íbamos y yo lo ayudaba a encontrar plantas medicinales, matábamos más monstruos, y así hasta que llegó el atardecer.
—Umbroxia, ¿no tienes sueño? Apenas eres un huevo y no estuviste durmiendo muy bien estos días por cuidarme.
—Ya te dije que no pasa nada, en mi antiguo cuerpo estaba acostumbrada a dormir pocas horas, ¿o qué? ¿Crees que me volví tan buena Bruja solo perdiendo el tiempo?
Me ofendía un poco si es que ese era su pensamiento sobre mí, pero podía llegar a entenderlo, es un mortal de un mundo sin magia, ¿cómo podría esperar que tal criatura pudiera comprender mi superior ser?
—No, solo digo que...
Y entonces lo sentí, el movimiento de mis piernas, mis brazos, y otras cosas que nunca había tenido como humana, ¿una cola y alas tal vez? ¡Pero si! ¡En todo este tiempo mi cuerpo se había negado a responder, y que sucediera ahora solo podía significar una cosa...!
Crack
¡Si! ¡Si! ¡Solo un poco más!
Crack
¡Ya puedo saborearlo! ¡La libertad será mía!
Crack
—¡¿Umbroxia, tu huevo?!
¡Si, Naofumi! ¡Yo soy...!
Crashh!
—¡Soy libreeee!
La jaula se rompió, y de ella surgió un ser superior, aquel que dominaría sobre todas las criaturas y mundos conocidos. ¡Yo! ¡Umbroxia! ¡La Bruja y futura Deidad más poderosa de todas!
Cuando salté del huevo y aterricé en el suelo pastoso, con mi emoción más allá de los límites, celebré mi libertad.
—¡Sii! ¡Soy libre! ¡Al fin! ¡Después de tanto tiempo, por fin dejaré mi marca en este mundo! ¡Los dioses conocerán mi esplendido ser! ¡Los mortales se arrodillarán y suplicarán una muerte indolora! ¡Todos me alabaran como su diosa, solo para ser aniquilados por mí!
No podía parar de reír de la felicidad, estaba tan emocionada por ver sufrir a todos los mortales de este mundo y a quienes se atrevieron a humillarme.
Fue ahí que me di cuenta de algo importante.
—¿Soy yo o el mundo se hizo aún más grande?
—Eres tú.
Cuando miré hacía arriba, no pude evitar soltar un pequeño y patético grito. Un Naofumi cientos de veces más alto que mi propio cuerpo, yacía ahí parado, y mirándome con el ceño fruncido.
—Oh, hola.
En silencio, Naofumi me tomó con su mano de la forma más cuidadosa que pudo y me elevó hasta estar frente a sus ojos.
—Tenemos que hablar.
—¿Sobre qué?
—Primero, ¿ahora puedes hablar con tu nuevo cuerpo aun siendo una cría de monstruo?
—No, sigo utilizando mi magia.
—Bien... Segundo, ¿qué es eso de aniquilar a los "mortales"?
—Ah, eso. Pues es como dije, pienso matarlos a todos.
Y otra mueca apareció en su rostro, no está muy contento al parecer.
—¿Por qué harías eso?
—Porque los odio, es tan simple como eso.
Fue instantáneo, ¿y por qué no lo sería? Los mortales son criaturas despréciales, crean sociedades, inventan nuevos tipos de magia, luego surgen las guerras, y al final todo el conocimiento se pierde con la destrucción. Y el ciclo se repite una, y otra, y otra vez, son tantas que ya perdí la cuenta.
Seres así no tienen derecho a existir.
Y también, los odio por culpa de "esa" mortal en particular.
—Tienes un serio problema de moralidad por lo que veo.
—Estas equivocado, tu sociedad es la que te ha hecho débil. Débil para afrontar la crueldad del mundo y la estupidez mortal.
—Lo dices como si la hubieras experimentado por ti misma.
Su comentario solo me hizo reír.
—Niño, ¿cuántos años tienes tú?
—V... Veinte, ¡y no me digas Niño!
—Para mí eres un niño, casi recién nacido.
—¿Qué edad tienes en realidad, Umbroxia?
Una sonrisa descarada se formó en mi boca.
—Quinientos años, y contando.
Su expresión idiota no tenía precio, sus ojos estaban abiertos y su boca yacía caída hasta el extremo.
Naofumi dio un pequeño salto de sorpresa.
—¡¿Cómo es eso posible?! ¡¿Quinientos años?! ¡Eso es...! Increíble.
—Digamos que de joven me encontré con un conjuro que ofrecía la "inmortalidad", pero solo era juventud eterna, el problema era que requería un sacrificio.
—¿Sacrificio? Umbroxia, ¿tú...?
Lucía nervioso por algo, creo que ya sé por qué.
—No seas idiota, matar a un ser inferior no me daría el poder suficiente que requería el sacrificio, ni todas las almas del mundo podrían hacerlo. No, necesitaba una gran cantidad de magia, pero me era imposible obtenerla. Nada en mi mundo se le podía comparar.
—Entonces, ¿cómo?
—Fue suerte en realidad. Ya estaba vieja, había extendido mi vida con la magia, pero todo tiene su límite, todo excepto el crecimiento de mi magia... En fin, pensé que moriría sin haber logrado mi mayor deseo, aun cuando viaje por todo el mundo no encontré nada. Y un día, el universo me recompensó, todos mis años sin rendirme dieron sus frutos.
—¿Qué encontraste?
—El sacrificio perfecto, una roca caída del cielo, una igual o mejor al de la Caída. Esa roca en medio de un cráter enorme, poseía la magia más pura que jamás haya visto en mi vida, sentía como resonaba en mí, me llamaba, debía hacerla mía.
» Y así lo hice, realicé el ritual de sacrificio y para cuando me había dado cuenta ya era joven otra vez, mi cuerpo adquirió en ese entonces la edad adecuada y más saludable para vivir por siempre. Y bueno, el resto es historia.
La mirada de Naofumi seguía fija en mí, como si tratara de encontrar signos de mentiras, pero no encontraría tal cosa, todo era verdad.
—Cuando te digo que conozco a los mortales mejor que nadie es porque así es, no se puede confiar en ellos, solo tienes dos opciones, destruirlos o esperar a que los estúpidos se destruyan entre sí. Siendo sincera, encuentro la segunda opción más atractiva.
—Pero tú confías en mí, un mortal.
—Si... Bueno, solo dejémoslo en que eres más agradable e inteligente que el resto de esos idiotas.
Naofumi sonrió ante esto, es tan manipulable... Aunque no es que estuviera mintiendo del todo, me agrada, solo un poco, pero no es como si confiara en él hasta el punto de entregar mi vida. No, eso jamás pasará.
—Bien, ya basta de esta charla sin sentido. Ahora que tengo este cuerpo me gustaría ver de qué es capaz.
—Pero si cabes en mi mano, no creo que puedas matar monstruos en ese estado.
—Pruébame.
—Bien, bien, como quieras, vayamos tras unos monstruos. Íbamos a ir después de todo, en unas horas es la cena.
Estábamos a punto de irnos, pero lo detuve antes de eso.
—No te olvides de absorber los pedazos de mi huevo, quizás den un escudo bueno.
—Cierto.
Luego de absorber la cáscara del huevo, una sonrisa repleta de emoción apareció en su rostro.
—¡Umbroxia! ¡Es como dijiste!
—¿Qué escudo te dio?
—Dos escudos, uno es el Escudo Huevo de Monstruo, me otorga un bono de equipo, se llama habilidad de cocina 2, el 1 lo conseguí con los Eggug que cazamos antes. Pero este no es importante, el más genial es el otro, el Escudo de Usuario de Monstruos, el bono es parecido al del Escudo de Usuario de Esclavo, solo que en vez de esclavo funciona en monstruos.
—Oh, eso sí es genial. Y ya que soy tanto un esclavo como un monstruos, entonces ambos bonos son efectivos en mí.
—Pronto serás un espléndido dragón adulto, Umbroxia.
—¿Pasará algo si tomas algunas de mis plumas?
—¿No te dolerá?
—Solo hazlo, volverán a crecer.
Asintiendo a mi pedido, Naofumi arrancó con cuidado varias plumas de mi cuerpo, y si bien dolió un poco, no se compara a sentir tu alma ser destruida pedazo a pedazo.
—Veamos si obtengo algo.
Luego de absorber las plumas, la sonrisa de Naofumi se iluminó otra vez, pero se fue tan pronto como llegó.
—¿Qué ocurre?
—Parece que necesito más plumas para desbloquear el Escudo de Usuario de Monstruos II.
—¿Entonces que estas esperando? Sigue arrancando plumas.
—¿No será porque son muy pequeñas aún? Y tampoco quiero que te congeles en la noche por no tenerlas.
—... Bien. Esperaremos a que crezca un poco más, y luego tomas las plumas, ¿entendido?
—¡Si!
—Ahora vayamos a por esos monstruos, quiero cortar unas cabezas.
—Aun cuando tienes ese pequeño cuerpo no dejas de sonar perturbadora.
—Te acostumbraras pronto.
—...
Y con todo eso dicho, ambos nos adentramos aún más en el bosque, donde batallaríamos a muerte con unos patéticos monstruos.
¡Hola! Este es mi primer Fanfic sobre 2Tate no Yuusha", así que voy a esforzarme al máximo para crear una historia de calidad que respete la trama original de la novela.
Cada uno de los capítulos contendrán un mínimo de 10.000 palabras y los estaré publicando todos los viernes.
Para aquellos que ya habían estado siguiendo la historia, quiero informarles que he fusionado el "Prólogo" y el "Capítulo 1" en un único capítulo, Esto se debe a que me di cuenta que el "prólogo" que había escrito no era tanto lo que yo pensaba como un prólogo. Por lo tanto, aquí tienen el resultado final.
En resumen, espero que disfruten mi Fanfic y que acompañen a Umbroxia en su loca aventura, llena de diversión, salvajismo y momentos tétricos, muy tétricos en el mundo de "Tate no Yuusha no Nariagari".
¡No duden en dejar sus comentarios y compartir sus opiniones! ¡Estaré atento a sus mensajes! ¡Bye, bye!
