Oficialmente, hemos regresado. Creo que algunos ya se estaban preguntando cuando llegaría este día, pero ya está aquí, el regreso de Nick y Leónidas :D.
Sin embargo, antes de comenzar, unas pequeñas aclaraciones para refrescar la memoria:
1. Como les dije en la última parte de la primera historia, este fic también hará cambios a la temporada en la que se ambienta. Sin embargo, estos serán más grandes que los anteriores. Si bien empezaremos con fidelidad al material original, ya llegará el momento en que empezaremos a tomar nuestro propio rumbo y ritmo (lo vamos a engañar, vaya XD). Del mismo modo, también hallarán cambios menores a la historia del videojuego de PS2, aunque obviamente no será muy grandes con respecto al material original.
2. No voy a transcribir todo lo importante de la serie, solo los momentos justos y necesarios. Así que no esperen ver todas las batallas o episodios adaptados a raja a tabla en la historia. Para eso podemos ver la tercera temporada directamente, que está en YouTube.
3. Los que no hayan leído los últimos dos fics notarán un cambio en los diálogos y es el uso de un guion más largo. Esto lo adopté formalmente desde el fic de "En la Casa del Diablo" al darme cuenta de que es más cómodo para la vista y se veía mucho mejor el tener una línea más larga antes del diálogo del personaje de turno.
4. Nick y Leónidas tendrán más protagonismo. En la historia pasada, ambos eran más una parte del mundo que los rodeaba y fluían con la corriente de la temporada en la que se ambientó la historia. No obstante, ahora que me tomaré más libertades creativas, ambos tomarán más peso y ayudarán a mover la historia.
5. Como ya he dicho varias veces en el pasado, estas historias son, ante todo, experimentos. Se podría decir que todo lo que he escrito (y todo lo que me gustaría escribir) son más ejercicios recreativos para mí que otra cosa. Por tanto, no se sorprendan si ensayo con nuevos elementos en esta historia, así como lo hice con los capítulos especiales del fic anterior. Ya saben que me gusta probar cosas nuevas y no se me ocurre mejor lugar para praticar que estos fics.
6. No me hago responsable si alguien llora. Sé que yo lo voy a hacer y, aun así, no me hago responsable de mí mismo XDD.
7. Ingram y Hylash están con Shun, son sus compañeros por razones narrativas que explique en las aclaraciones finales del fic anterior. Lo mismo con Ángel y Wolfang, ellos siguen con Nick y Leónidas. Las demás Trampas Bakugan, como algunos ya sabrán o se imaginarán, se quedaron en Nueva Vestroia porque ninguna otra participó tanto en las batallas con su peleador como sí lo hizo Hylash al participar en casi todas las peleas de Shun, sin importar si era con o sin Ingram. Del mismo modo, Gorem sigue con Julie, pero fiel a su palabra en los últimos capítulos de la segunda temporada, ya no participa activamente en batallas, por lo que tomará tiempo que agarren más participación en el fic.
8. Estoy consciente de que en la tercera temporada hubo una mudanza rara. Pero seamos sinceros, eso lo hicieron por los loles, no hacía falta. Así que no, aquí no hubo mudanzas extrañas.
9. Por otro lado, si recuerdan el capítulo final de la historia anterior, Runo se fue a Vestal por razones que entenderán conforme va avanzando el fic.
10. Creo que para este punto no hace falta decir que es recomendable verse primero la tercera temporada de la serie (o el primer tramo al menos) y el fic anterior para entender este.
11. No sé cada cuanto pueda actualizar. Para quien no sepa, siempre he intento llevar un ritmo definido a la hora de publicar nuevos capítulos, pero no sé a qué ritmo pueda hacerlo esta vez.
En términos generales, eso sería lo más importante a tener en cuenta para esta nueva aventura. Sin embargo, ya saben que siempre aviso en las notas finales o iniciales.
Una vez dicho todo eso, podemos comenzar.
Bakugan Invasores Gundalianos: En el Corazón de la Oscuridad
Capítulo 1: Cumpleaños
Japón, Playas de Kyushu
Hace 2 horas
–Poder activado: ¡Oscuridad Divina!
–Poder de fusión activado: ¡Heredero Ventus!
Un poderoso choque se produjo en el ojo de un campo de batalla, marcado por el violento encuentro de dos grandes poderes en el cielo, creando una poderosa explosión que agitó con ferocidad el aire y el agua por igual. Furiosas olas se precipitaron en todas las direcciones, mientras fuertes corrientes de viento se movían por toda la extensión de esta improvisada arena de combate que atestiguaba la confrontación entre dos titanes.
Estando ahí, ante lo que debería haber sido la vista de cientos de espectadores, dos grandes guerreros se encontraron y pusieron en la balanza de la rivalidad sus poderes, para tratar de definir a un ganador frente a las miradas de los únicos individuos que podían presenciar este encuentro y formar parte activa de él.
–¡No la pierdas de vista, Ingram!
A pesar del poderoso estruendo que produjo el choque de los poderes, una voz se logró alzar entre todo el caos, la voz de un peleador poniendo a prueba las capacidades de sus oponentes, tanto de la gran luchadora que surcaba los cielos como al joven del lado opuesto de la arena, uno cuyos alborotados cabellos negros se agitaban frenéticamente al compás de las múltiples corrientes de aire que trataban de nublar su visión.
–¡Prepárate para atacar de nuevo, Ángel!
–¡A su orden, maestro! –. Respondió la mencionada, preparándose para arremeter una vez más.
En el gran marco de un cielo celeste y nubes blancas, Nyx Ángel Darkus se elevó con orgullo, agitando sus alas negras con euforia y emoción, presa de la adrenalina que el combate podía ofrecerle. Bajo la brillante iluminación del sol natural de la Tierra, la armadura de la hermosa Bakugan destilaba su propio brillo gracias a los múltiples bordes plateados de su armadura y la corona que mantenía quieto su largo cabello oscuro.
–Poder activado: ¡Proyectiles Nocturnos!
Juntando sus manos y apuntando hacia el contrincante que se encontraba del lado opuesto del campo de batalla, Ángel liberó una poderosa serie de disparos provenientes de la palma de sus manos y sus dedos puntiagudos, en la forma de pequeñas esferas de energía que se convertían en una serie de micro explosiones al estar cerca de su objetivo.
Del otro lado de la arena, el Maestro Ingram Ventus levantó su guardia, listo para defenderse de la ofensiva de su oponente bajo cualquier orden que le diera el joven en tierra, debajo de él a metros de distancia.
–¡Shun! –. Llamó el Bakugan a su compañero sin atreverse a despegar la vista del ataque que se acercaba.
En tierra, el joven mencionado respondió al llamado de su compañero con dos cartas entre sus dedos, dos cartas que desprendieron una fuerte luz verde proveniente del cristal en el centro de ambos objetos.
–Doble poder activado: ¡Cuchilla Luz de Luna + Pasos de Ninja!
Asumiendo la forma de una sombra de color esmeralda, Ingram se precipitó hacia la gran ola de ataques con dos cuchillas en forma de gancho, expuestas desde la base de los brazales negros y dorados en sus muñecas, antes de desaparecer delante de una delgada estela de luz.
Una serie de poderosas explosiones doradas pintó el cielo azul al sentir cada uno de los veloces toques del maestro ninja. Corte tras corte, la energía se deformó y liberó todo el poder contenido antes de tiempo, creando nuevas corrientes de un viento furioso que agitó las plumas del ángel oscuro, que seguía atentamente cada uno de los cortes esmeraldas que destellaban brevemente en el cielo, esperando el momento perfecto para atacar.
Por otro lado, delante de numerosas explosiones que solo podían aspirar a alcanzarlo, el Maestro Ingram Ventus se irguió orgulloso de su obra, dejando que sus características sobresalieran y haciendo gala de su grandeza ya conocida frente a sus oponentes, delante de la nube de caos que decoraba el cielo.
Todo en el maestro ninja brillaba delante de los colores cálidos a sus espaldas, dejando ver a detalle el débil resplandor que su armadura negra y dorada generaba, mientras sus plumas se agitaban con salvajismo. A pesar de la fuerza del viento que trataba de suprimir la imponencia del veloz guerrero, su gran silueta se encargaba de dejar en claro su presencia; una gran sombra que reflejaba su cuerpo delgado, pero sumamente ágil y las dos inmensas alas verdes del Shadow Wing Ventus en su espalda, completamente desplegadas en un aparente intento de demostrar superioridad.
Poco a poco, la improvisada pintura de colores cálidos se desvaneció detrás de Ingram, dejando que un pequeño ejército de gotas de agua salada descendiera de regreso al nivel inferior del campo, ocultando la mirada fija del único ojo visible de Ingram, pintada con un intenso color rojo sangre.
–¿Listo para terminar, Nick? –. Preguntó Shun Kazami desde su lugar en la arena de combate.
Hace casi cuatro años, Nick Takahashi no se habría mostrado mínimamente interesado en continuar con el desarrollo de esta batalla, pues estaría demasiado perdido en su propia amargura y tristeza. Sin embargo, en esta ocasión, no podía encontrar otra emoción en sí mismo que no fuera el júbilo que el combate le ofrecía y el dulce toque del disfrute de esta adictiva adrenalina que solo las batallas entre Bakugan podían provocarle.
–Todavía me quedan muchos trucos bajo la manga, Shun –. Respondió el peleador de cabello oscuro antes de enseñar una carta a su oponente –. Poder activado: Dama de La Tormenta.
Inmediatamente después de recibir la instrucción del peleador, las nubes que una vez fueron blancas se tornaron de un intenso color grisáceo antes de impactar violentamente una contra otra, creando poderosos relámpagos de un fuerte color morado que bañaron el cuerpo de la hermosa Bakugan, la cual recibió este poder de la naturaleza con los brazos abiertos y los ojos cerrados, mientras los estruendos de esta repentina tormenta obligaban a su oponente a bajar el nivel de su vuelo para no salir perjudicado por los relámpagos que azotaban el campo de batalla.
La imagen que proyectaba la guerrera resultaba tan fascinante como aterradora: alas y brazos completamente extendidos mientras algunos rayos caían directamente sobre ella, encabezando una poderosa tormenta que azotaba sin piedad el agua a sus alrededores con su armadura brillando al recibir el fuerte toque de la madre naturaleza que solo unos pocos podrían manipular al grado que ella lo hacía.
De no ser su compañera, Nick incluso podría haber sentido cierto temor por la imponencia de la guerrera. No obstante, eso no era un impedimento para que el Bakugan en forma de esfera en el hombro del peleador se viera maravillado por la letal belleza y poder que transmitía el ángel oscuro. Sin duda alguna, se trataba de una figura majestuosa que debía ser respetada por todos los que tuvieran el honor de enfrentar a una diosa de su calibre.
–¡Tú puedes, Ángel! –. Animó el Bakugan en el hombro del humano.
Hubo un tiempo en el que habría encontrado absurdo mostrarle tanto apoyo a alguien en una batalla, especialmente si ese individuo enfrentaba a su mejor amigo Bakugan. No obstante, después de toda una serie de variadas experiencias en el campo de una vida que ni siquiera debió poseer en primer lugar, King Leónidas Darkus había aprendido a valorar una serie de distintas emociones que solía encontrar especialmente banales, entre ellas, la que más sobresalía, aparte del sentido de hermandad con sus compañeros, era el gran amor que sentía por su compañera de vida.
Su amada Ángel.
–¡Ya escuchaste, amiga, podemos ganar! –. Respaldó Nick a su compañera entre gritos, lo suficientemente fuertes como para que su voz lograra alzarse entre los estruendos de los relámpagos en el campo.
Todo esto mientras una serie de feroces ladridos y aullidos la animaban a su manera especial, todos ellos provenientes de otra pequeña figura en el hombro libre del peleador, donde una pequeña Trampa Bakugan en la forma de un lobo acorazado saltaba repetidamente en señal de apoyo al ángel oscuro.
Recibiendo el respaldo de quienes se habían convertido en su familia más cercana en este extraño planeta lleno de tantos tipos de vida, Ángel Darkus abrió los ojos nuevamente, dejando ver dos orbes amarillos brillantes sobresaliendo a través de la intensa luz morada de estos antinaturales relámpagos.
Una poderosa silueta llena de energía oscura descendió de su lugar en el campo de batalla para arremeter contra su oponente, bañada en tal nivel de electricidad que su velocidad y su fuerza se vieron ampliamente mejorados a la hora de atacar, mientras la energía destilaba de su cuerpo y reducía el poder de su oponente solo con su cercanía.
–¡Prepárate, Ingram! –. Advirtió Shun a su compañero.
Para cualquier otro, seguirle el ritmo a la poderosa guerrera habría sido imposible, pues su velocidad era tan abrumadora, que podría perderse con facilidad en un simple parpadeo. No obstante, Ingram Ventus no era cualquiera y su velocidad era la única conocida en la Tierra capaz de igualar la de la Bakugan Darkus.
Al estar a unos pocos centímetros de proximidad de su oponente en cuestión de milisegundos, el fuerte puño de Ángel voló de su lugar para tratar de chocar directamente con la mejilla de su rival. No obstante, haciendo uso de sus múltiples conocimientos en combate mano a mano y el estilo de pelea de su oponente, Ingram logró bloquear a tiempo el golpe que, en otras circunstancias, habría sido perjudicial para él.
–¡No dejes de atacar! –. Ordenó Nick al ver el choque de ambos gigantes.
Siguiendo rápidamente la orden de su peleador, Ángel arremetió nuevamente con una serie de múltiples ataques compuestos principalmente por puños y patadas que azotaron sin piedad la guardia alta del maestro ninja, un torrente de ataques que pareció abollar poco a poco el metal en la armadura del Bakugan Ventus que no tenía un solo respiro para recomponerse.
Tanta era la velocidad del ángel oscuro, que Ingram ya no era capaz de ver una sola abertura en sus ataques que pudiera aprovechar para liberarse de esta prolongada serie de golpes que amenazaban con derribarlo en cualquier momento.
–¡Resiste, Ingram! –. Pidió el peleador Ventus desde su lugar antes de mirar el suelo del campo de batalla con un ademán –. ¡Carta portal abierta: Reactor Ventus!
De repente, una serie de tornados se formó alrededor de la arena de combate, todos ellos creciendo a gran velocidad alrededor de ambos colosos que no detenían su veloz enfrentamiento, mientras un aura de llamas verdes comenzaba a formarse alrededor del maestro ninja que poco a poco comenzaba a recuperar terreno perdido.
–¡Que no se acerque más, Ingram! –. Indicó Shun a su compañero.
–¡Enseguida!
Extendiendo sus propias alas con una onda de poder tan verde como el fuego que emergía de su cuerpo, el Bakugan Ventus logró alejar a su contrincante con un poderoso movimiento que la obligó a retroceder y extender sus propias alas para evitar alejarse demasiado de su contrincante.
Al ver una oportunidad de atacar por fin, Shun no dudó en levantar su próxima carta poder para tomar la ventaja en esta lucha.
–Poder activado: Reflejos Sombríos.
De pronto, cuatro réplicas exactas hasta el más mínimo detalle de Ingram Ventus emergieron en el campo de batalla, rodeando a su líder antes de que cinco sombras se dispersaran por el terreno en una nube de humo que impidió que la Bakugan o su compañero lograran distinguir el paradero de estas sombras.
–¡Ataquen ahora! –. Ordenó Shun al ver a Ángel buscar a su oponente.
De repente, la estela esmeralda de lo que parecía ser un corte dual alcanzó a Ángel por la espalda antes de desaparecer en el aire, obligándola a dar unos pasos hacia adelante para tratar de encontrar a su contrincante. No obstante, lo único que halló en su lugar, fue la presencia de uno de sus tornados incapaces de moverla de su lugar, pero que disminuían su nivel de poder por cada segundo que seguían en el campo.
–Una vez más –. Indicó Shun a su compañero perdido en la arena.
Esta vez, fueron dos estelas las que se formaron en el aire, cortando los costados de la guerrera, que emitió un fuerte quejido de dolor al recibir estos ataques provenientes de zonas misteriosas del campo de batalla.
Ese solo fue el comienzo, una veloz serie de cortes comenzó a aparecer alrededor de la Bakugan que se movía de un lado al otro, víctima de la fuerza de los múltiples ataques que recibía sin saber dónde se podrían esconder sus oponentes y sintiendo como su poder bajaba rápidamente al verse envuelta en un terreno tan poco favorable para ella a comparación de su rival y ser herida constantemente por sombras que no era capaz de ver siquiera.
–¡Nick, no te quedes ahí parado! ¡Reacciona! –. Exigió Leónidas con fuerza en su voz, mientras Wolfang Darkus lo respaldaba con sus propios sonidos.
–Mientras el Reactor Ventus siga activo, el nivel de Ángel no dejará de descender –. Repasó el pelinegro más para sí mismo que para sus compañeros.
–Entonces, dile que destruya la carta portal –. Recomendó Leónidas a su compañero.
Sin embargo, en lugar de mostrarse de acuerdo con su sugerencia, Nick solo lo miró un segundo con una pequeña sonrisa de complicidad antes de redirigir toda su atención a la batalla nuevamente.
–Tengo una mejor idea. ¡Ángel, prepárate para un cambio de estilo! –. Llamó el pelinegro a su compañero en el campo.
Asintiendo al entender las palabras del terrícola, Ángel juntó sus brazos y alas antes de liberar una poderosa onda de energía Darkus con el azote de sus extremidades recubiertas y los grandes apéndices en su espalda, alejando de sí todo rastro de poder enemigo antes de que su cinturón color plata comenzara a girar.
–¡Invoco un cambio de atributo! –. Llamó la Bakugan con fuerza, mientras una onda de energía verde bañaba su cuerpo.
Recubierta en lo que parecía ser un capullo de energía pura, Ángel emergió nuevamente en el campo de batalla sobre un fenómeno lumínico que cubrió el campo de batalla y cantó con gran fascinación al liberar una nueva forma para la versátil guerrera que agitaba sus alas hasta dar con un punto alto de la arena, dejando ver a todos el nuevo patrón de colores que adornaba su cuerpo.
El negro y el morado habían sido reemplazados por nuevos tonos de verde, dejando el plateado como el único color original de Ángel, como una constante en su nueva armadura esmeralda. Incluso su piel, normalmente morada, había adquirido un tono verde pastel, dejando en claro solo con su apariencia el atributo elegido por la guerrera para librar el resto de la batalla.
–¡Reconozcan a Ángel Ventus!
Por encima de todo el panorama que era la arena de combate, Ingram y sus clones se vieron obligados a revelarse para reanudar su ataque. Sin embargo, con su nivel recuperado gracias a la ayuda del terreno, Ángel esta vez sí que estaba preparada para cualquier eventualidad que sus oponentes pudieran presentar.
–Poder activado: Viento Interior –. Defendió Nick rápidamente al ver sus múltiples oponentes salir de los tornados a gran velocidad para atacar a su compañera.
Soltando sus extremidades de su posición de guardia, Ángel liberó una poderosa onda de energía Ventus que alcanzó a los clones del maestro ninja antes de que éstos pudieran acercarse lo suficiente a ella, obligándolos a retroceder entre gritos de dolor antes de evaporarse en nubes de humo.
Esta vez, el verdadero Ingram se vio obligado a mostrarse para defenderse del ataque de su oponente, posando sus brazos y alas frente a él para evitar salir herido del ataque de la Bakugan, alejándose lo suficiente para no arriesgarse a volver a su forma de esfera tan pronto, perdiendo así la batalla que libraban.
–¡Excelente, cielo! –. Felicitó Leónidas a su pareja mientras Wolfang lo seguía emocionado.
–No es justo, Ángel. Tú tienes animadoras –. Bromeó Ingram aún en guardia.
Inevitablemente, ambos humanos dejaron que una pequeña serie de risas escapara de sus labios por la broma mientras ambos Bakugan Darkus se quejaban por haber sido declarados como animadoras.
Ambos contendientes en tierra no pudieron evitar pensar en la comodidad que Ingram había desarrollado en la Tierra, la facilidad con la que se había adaptado al ambiente en el planeta natal de su compañero. En sus inicios como parte de su familia, Ingram era más reservado, pero la influencia constante de sus amigos en su día a día le había permitido desarrollar un escaso sentido del humor que solo dejaba ver con sus amigos.
Sin embargo, las risas no podían prolongarse mucho más tiempo. Después de todo, ambos peleadores aún tenían todo un día ocupado por delante y no podían darse el lujo de gastar todas sus energías en su batalla.
Esta vez, ambos humanos se miraron fijamente con la adrenalina del combate aún grabada en sus expresiones y una carta oculta en sus manos, listos para terminar con su batalla de una vez por todas.
–¿Un último ataque, Shun? –. Propuso Nick al ver a su amigo realizar su misma acción.
–Adelante, Nick –. Aceptó el peleador Ventus.
Satisfechos con las palabras del otro, ambos terrícolas enseñaron sus cartas, brillando con un intenso resplandor esmeralda en los centros normalmente celestes.
–Poder activado: ¡Viento Máximo!
–Poder de fusión activado: ¡Heredero Ventus!
Envueltos en llamas tan verdes como el césped más puro, ambos guerreros se abalanzaron contra el otro a gran velocidad, dejando detrás de ellos un rastro de llamas y energía Ventus que los perseguían hasta su inevitable choque final de poderes.
Una poderosa onda de energía verde destelló en el nivel más alto del campo de batalla cuando dos grandes poderes colisionaron en una violenta confrontación que liberó las chispas de la rivalidad y dio paso a una poderosa llama que ardió con fuerza en los corazones de ambos Bakugan y sus peleadores, que se veían fijamente con una emoción que Nick nunca creyó que volvería a sentir.
Bastó con un solo segundo, un solitario segundo en el que ambos guerreros de viento chocaron nuevamente con toda la fuerza de sus poderes ocultos, para dar por terminada la batalla que llevaban tiempo librando. En un solo parpadeo, cualquiera de los peleadores se podría haber perdido el final de esta confrontación debido a la gran velocidad que ambos rivales manejaban y que desafiaba la capacidad de sus mentes para procesar lo que ocurría en el ojo de la arena.
Sin embargo, ambos lo vieron con claridad, el decisivo momento en el que los puños de ambos contrincantes impactaron de lleno en la mejilla del otro alrededor de una serie de chispas, nacida por el desliz del metal de sus brazales, y torciendo las facciones alrededor de sus ojos normalmente inexpresivos, antes de que la onda que provocó el choque de sus poderes se dispersara por los cielos, alejando las nubes que servían como testigo de este encuentro.
Finalmente, el combate concluyó con los silenciosos quejidos de dolor de ambos rivales que precedieron lo que pareció ser su inevitable empate cuando los cuerpos de ambos Bakugan se vieron envueltos en las energías de sus atributos, antes de deformarse hasta el punto de convertirse en un par de pequeñas esferas que volaron a los pies de sus compañeros, dejando nada más que una última lectura del encuentro antes de que la batalla se diera por finalizada.
Ángel: 1500. Ingram: 1500.
–Fue una gran batalla, Nick –. Felicitó Shun a su amigo, acercándose a él con su compañero en su hombro derecho.
En el hombro libre del peleador mayor, Hylash Ventus se mostraba con toda la imponencia que le era posible a una pequeña Trampa Bakugan en su forma portátil. En cierto modo, era divertido ver el contraste que se formaba entre las únicas Trampas Bakugan que aún residían en la Tierra, mientras que Hylash era serio y nunca mostraba ningún tipo de emoción, Wolfang era activo y normalmente juguetón con sus amigos, pero no dudaba en actuar cuando percibía cualquier tipo de peligro.
–Sí, te has vuelto más fuerte, Ángel. Mis más sinceras felicitaciones –. Respaldó Ingram a su compañero.
–Agradezco el cumplido, Ingram. Tú también te has vuelto muy fuerte –. Dijo Ángel con humildad mientras era recogida por su compañero peleador.
–La próxima vez, desempataremos el marcador –. Propuso Nick dejando que su compañera se subiera su hombro junto a Leónidas.
Shun parecía estar listo para aceptar la oferta de su pupilo con una sonrisa cuando Leónidas y Wolfang se posaron delante de ambos peleadores con lo que debería ser un semblante serio y demandante.
–Ah no, no volverán a dejarnos en la banca de nuevo –. Dijo el dragón acorazado mientras el lobo asentía en acuerdo con él.
Ante estas palabras, todos los demás no pudieron evitar reír con ganas al reconocer que, de hecho, Leónidas tenía razón. Ambos tenían facilidad para dejarse llevar por la emoción de la batalla y el deseo de probar los poderes que las energías de atributo les habían proveído a Ángel y Ingram.
–Disculpen, chicos, creo que nos dejamos llevar –. Se disculpó el pelinegro más joven rascándose la parte posterior de la cabeza.
–¿Qué les parece si para compensarlos, realizamos una batalla en equipo en el interespacio? No podemos dejar que alguien más se meta en la lista de los mejores –. Sugirió Shun a los Bakugan con una sonrisa comprensiva.
Aunque Leónidas solía verse un poco malhumorado y Wolfang parecía seguirlo en cada cosa que hiciera, ni siquiera el dragón acorazado logró esconder la emoción que le producía participar en una batalla después de haberse quedado atrás en el último combate.
–Está mejor. Me agrada ver una buena batalla, pero prefiero formar parte de ellas. ¿Cierto, Wolf? –. Dijo Leónidas mirando a la Trampa Bakugan.
Como esperaban, el pequeño lobo asintió en acuerdo mientras se revolvía feliz por ser tomado en cuenta nuevamente.
–Bueno, supongo que está arreglado. La próxima batalla será solo para ustedes –. Dijo Ángel animada al ver a su pareja y a su pequeño amigo soltándose lo suficiente como para actuar con más libertad frente a miembros de su peculiar familia.
La hacía feliz ver algo así, Leónidas solía comportarse con malhumor y bravuconería en Nueva Vestroia, debido a la constante tortura y malestar que los Vexos lo obligaban a pasar día tras día sin piedad alguna. Ver a su amado tan suelto y cómodo, de regreso en su hogar, era algo a lo que aún no lograba acostumbrarse, pero le encantaba sinceramente, pues así podía maravillarse una y otra vez con la dinámica de Leónidas y su familia en un ambiente que sabía que amaba.
–Shun, creo que ya deberíamos partir, si queremos llegar a tiempo –. Comentó Ingram desde el hombro de su compañero.
Inmediatamente, el peleador Ventus sacó su teléfono para ver la hora y confirmar las palabras de su compañero.
–Es cierto, vamos tarde y a Kato no le gustará que lo dejemos esperando –. Dijo Shun dándole la razón a su compañero.
–Vamos, creo que podemos darnos un tiempo más. No tenemos tanta prisa –. Objetó Nick acogiendo a sus compañeros en sus manos enguantadas.
–Buen intento, Nick, pero no vas a escapar de esto. Sabes lo mucho que tus padres y los Misaki se esforzaron y no vamos a decepcionarlos –. Respondió el pelinegro mayor a su pupilo.
Ante sus palabras, Ángel se mostró sinceramente confundida por el intercambio de ambos humanos, en el que destacaba especialmente los intentos del Maestro Nick por prolongar su tiempo en este lugar.
–No lo entiendo, Maestro Nick, ¿por qué no quiere celebrar su propio día? –. Preguntó la Bakugan confundida.
–Lo hace sentir viejo –. Respondió Leónidas por su compañero con sencillez.
–Pero eso es absurdo, apenas va a cumplir 17 años –. Respondió Ángel antes de elevarse lo suficiente para estar al nivel de su peleador –. Aún no tiene canas, ni arrugas, todavía es joven, maestro. ¿Acaso los humanos envejecen como los caballos?
Aunque Nick no era de los que encontraban entrañables muchas cosas, no pudo evitar sentirse sinceramente enternecido por el compromiso que mostraba la Bakugan en cuidar de él y su ingenuidad a la hora de tratar con humanos.
–No le des muchas vueltas, Ángel. Los humanos son complicados, eso es todo –. Aconsejó Ingram a su amiga.
Esta vez, fue el turno de los Bakugan de reírse animadamente en acuerdo con las palabras del maestro ninja. Y, aunque lo disimulaba bien, Nick también podía ver un poco de diversión en los ojos color miel de Shun.
–Tú no te rías –. Exigió el pelinegro más joven batallando con su propia risa al ver la mirada de su amigo.
Sin contenerse más, Shun se permitió dejar salir unas suaves carcajadas antes de acercarse para envolver un brazo alrededor de los hombros de su amigo.
–Vamos, hombre viejo, llegó la hora de celebrar tu cumpleaños.
Tokio, Restaurante Misaki
En el presente
No mucho había cambiado desde la derrota del Rey Zenoheld y sus Vexos, el ambiente en la Tierra se sentía exactamente igual que la vez que Shun fue absorbido por el portal a Nueva Vestroia, los edificios que decoraban la ciudad seguían exactamente iguales que la última vez que Nick se había detenido a verlos.
A ojos del pelinegro, la diferencia más grande que había podido notar desde su regreso de la guerra entre vestals era que el mundo parecía brillar con mucha más intensidad que antes.
Con este pensamiento en mente, no pudo evitar dirigir su mirada al exterior, donde un pequeño grupo de jóvenes estudiantes corrían alegremente en una dirección que Nick conocía muy bien, una que comenzaba a ser memorizada por todos los peleadores entusiastas que buscaban un poco de diversión en un ambiente seguro y dedicado especialmente para gente como ellos.
Después de un largo tiempo viviendo en su pobre autocompasión, Nick Takahashi veía una vez más el mundo tal como era antes de la fatídica pérdida de Leónidas en las finales del TDB. Y era hermoso.
–Nick, ¿estás bien, compañero? –. Preguntó Leónidas al ver la mirada perdida del peleador.
Al escuchar el llamado de su amigo, el pelinegro salió de sus pensamientos para dirigirle una pequeña sonrisa avergonzada por la facilidad con la que se perdía en su propia mente.
–Estoy bien, amigo. No tienes de que preocuparte –. Aclaró Nick con pena.
–¿Seguro que se siente bien, Maestro Nick? Ha estado muy distante este día –. Cuestionó Ángel preocupada por su actual peleador.
En cierto modo, tenía razón. De no ser por la batalla que había librado con Shun, su mente seguiría repasando todo lo que había acontecido en los últimos meses y cómo su vida había recuperado el color.
De pronto, unos suaves gemidos llamaron su atención nuevamente, obligándolo a mirar el centro de la mesa en la que reposaban sus compañeros, mirándolo con preocupación, y donde el pequeño lobo que aún lo asistía en las batallas pegaba su pequeña cabecita a la de Ángel.
–Tranquilo, Wolfie, nada malo le pasará al maestro. Es demasiado fuerte como para morir por una enfermedad –. Consoló la Bakugan con un tono maternal al pequeño lobo preocupado.
–Es cierto, Wolf. Si Nick no murió por lo que pasó con los Vexos, es imposible que muera por algo tan banal como una enfermedad –. Respaldó Leónidas a su pareja, acercándose para tratar de consolar a Wolf con sus pequeños bracitos visibles en su forma de esfera, mientras trataba de envolver a Ángel con su extremidad libre.
No pudo evitar reírse enternecido al ver la interacción entre sus compañeros. Desde su regreso a la Tierra y sin las presiones de la guerra con Zenoheld, Wolf había tenido mucho más tiempo para acercarse más a Ángel y Leónidas. A veces, a la hora de interactuar, Nick no podía evitar molestar a sus compañeros con la idea de que el pequeño lobo comenzaba a ver a ambos Bakugan como los padres que no sabían si alguna vez había tenido.
Por supuesto, Leónidas se negaba a aceptar una idea así, argumentando que era imposible que Wolf los viera de esa forma, aunque eso no parecía evitar que la emoción y la alegría poseyeran a Ángel al darle vueltas a dicha posibilidad; el cariño que la hermosa Bakugan había desarrollado por el lobo acorazado era innegable y hacían gala de ello cada que podían. Por otro lado, las reacciones tan diferentes de la pareja no hacían más que motivar a Nick a continuar con las bromas a su compañero.
–¿Seguro que estás bien, humano? Incluso tú tienes que aceptar que has estado muy ausente este día. Mucho más de lo normal –. Cuestionó una voz ya muy conocida en su cabeza.
Vladitor Darkus. Hubo un tiempo en el que Nick lo había odiado por todo lo que había hecho y todo lo que pretendía hacerle tanto a él como al mundo entero. Sin embargo, después de todo lo acontecido durante la guerra contra los Vexos, se había acostumbrado a tener al Bakugan incorpóreo en su mente, aunque tanto él como Leónidas se abstenían de hablar con él en público para no parecer un par de locos.
–Estoy bien, Vlad, solo no me gusta mucho la idea de cumplir años. Me hace sentir un poco viejo –. Explicó Nick usando el apodo que la voz en su cabeza rechazaba.
–Deberías animarte, cuando tengas más edad, podrás hacer todo lo que los especímenes mayores de tu especie hacen con sus parejas. Dudo que Valiant no se vaya a mostrar interesada –. Respondió el guerrero haciendo sonrojar al peleador.
–¿Desde cuándo te preocupas tanto por mi vida personal? No es propio de ti –. Comentó Nick entre risas.
–Es lo único que puedo hacer en esta esponja que llamas "mente" –. Respondió el Bakugan incorpóreo.
–Vladitor, no le des ideas al chico. Aún es muy joven –. Interrumpió Leónidas al escuchar las palabras de su antiguo rival.
–Mira quién lo dice. ¿Quieres que te recuerde que tú apenas vas a cumplir cuatro años, Leónidas? –. Objetó Vladitor haciendo reír al peleador.
Entre risas, los pensamientos del pelinegro no pudieron evitar desviarse a su novia de otro mundo, literalmente. Seis meses habían pasado desde el inicio de su primera relación formal en su vida con la chica que tanto le gustaba y ocho desde que se habían conocido, dos meses era un lapso demasiado pequeño de tiempo para comenzar una relación a gusto del peleador. No obstante, la atracción que compartía con Elisa Valiant resultó ser más fuerte de lo que habían pensado ambos luchadores y sus Bakugan.
Si Vladitor tenía razón, y tenía que aceptar que así era, entonces la idea de cumplir años ya no parecía ser tan mala como antes.
–Supongo que tienes un punto, Vlad –. Dijo Nick entre suaves risas para tratar de ocultar su sonrojo al pensar en las posibilidades.
–Bien, anímate y quita esa cara de aburrido con la que estás mirando a tus compañeros –. Ordenó el Bakugan con tono autoritario –. ¡Y deja de llamarme así!
La discusión carente de sonidos podría haber seguido en la seguridad del templo que era la mente compartida de los tres luchadores. Sin embargo, el canto de siete individuos fácilmente reconocibles hizo que se detuvieran para enfocar toda su atención en las personas que estaban entrando a la zona de las mesas del restaurante con un pastel de cumpleaños en el centro de la formación.
–Feliz cumpleaños a ti –. Comenzaron a cantar las cinco personas con tonos animados y burlones al ver el rostro del cumpleañero.
De todas las cosas locas que Nick había visto en su corta vida, no le cabía duda de que la más extravagante e improbable de todas ellas sería la imagen de Marduk y Shun entrando a la sala con un pastel de cumpleaños en sus manos y soplando pequeñas bocinas al ritmo de los cantos de Izumi, los padres de Runo y sus propios padres con pequeños gorros puntiagudos de fiesta en sus cabezas.
Aunque estaba seguro de que su antiguo rival solo hacía esto para molestarlo, no pudo evitar remontarse a aquellos días en los que Marduk solo buscaba su destrucción y compararlos con la imagen que tenía delante. Era sorprendente pensar que aquel cretino genocida y egoísta había cambiado lo suficiente como para ponerse un ridículo gorro de fiesta y celebrar el cumpleaños de aquel que lo venció en primer lugar.
Completamente avergonzado por los cantos de sus amigos dedicados únicamente a él, Nick no supo a que dirección mirar para tratar de aminorar su fuerte sonrojo. No ayudó que Ángel comenzara a cantar también para animarlo, mientras Wolfang seguía el ejemplo de su "madre" con ladridos incapaces de seguir el ritmo de los cantos.
–Feliz cumpleaños, querido Nick. Feliz cumpleaños a ti –. Terminaron de cantar sus padres y amigos, mientras Marduk dejaba el pastel en la mesa y Shun lo veía, tratando de aguantar la risa por su reacción.
Era una completa ridiculez y estaba seguro de que Marduk e Izumi lo sabían, pero no podían evitar el impulso de molestarlo y por eso habían aceptado formar parte de esa entrada. Sin embargo, a pesar de encontrar la entrada como algo absurdo, Nick no pudo evitar sentirse conmovido por el empeño que sus amigos y familia habían puesto en celebrar su cumpleaños.
Era una pena que no todos pudieran estar presentes en esta pequeña fiesta.
–¡Feliz cumpleaños, Nicky! –. Felicitó su madre acogiendo la cabeza del peleador en un abrazo que aplastó sus mechones desordenados sobre su rostro.
Su padre prendía la vela del pastel en forma de "17" mientras posaba una mano libre en el hombro de Nick, felicitando a su hijo por cumplir un año más de vida en el mundo.
–Gracias a todos –. Agradeció el pelinegro avergonzado acariciando el brazo de su madre mientras veía a todos los demás –. Significa mucho que hayan hecho todo esto.
–No te creas, no lo hicimos por ti. Lo hicimos para probar el pastel de los Misaki, Julie dice que son deliciosos –. Bromeó Izumi entre risas mientras acercaba el pastel al cumpleañero antes de tomar asiento junto a su novio.
Para un día de considerable calor, la pareja había optado por usar un conjunto un poco más fresco, constando la pelirroja con unos pantalones cortos que llegaban hasta sus rodillas, con unas zapatillas y una camisa azul sin mangas. Mientras que el antiguo peleador Darkus, fiel a su estilo, optaba por un conjunto negro carbón, conformado por unos pantalones, una camisa de botones de maga corta y unos zapatos.
Era extraño, se había acostumbrado a ver a su antiguo némesis con conjuntos largos y pesados, dignos del tipo de enemigo que solía ser para los Peleadores Bakugan. Verlo con ropa tan ligera y cómoda a la vista era un cambio grande, pero bienvenido para esta nueva etapa en su vida.
–Y más vale que tenga razón, porque pagué extra para que le pusieran los mejores ingredientes –. Continuó Marduk quitándose el gorro de fiesta para tomar asiento frente a su antiguo rival.
–Oigan, no duden de mis postres. Les prometo que son deliciosos, Elisa no puede resistirse a ellos cada que viene –. Presumió orgullosa la madre de Runo.
Bueno, aunque la mujer tenía razón respecto al amor que la vestal de cabello dorado profesaba por sus postres, era claro que no tomaba en cuenta que Elisa era débil ante todo tipo de azúcar y tenía facilidad para disfrutar todos los postres que la Tierra tenía para ofrecerle a ella y a sus hermanas.
Estaba a punto de dar una respuesta que podría o no definir el futuro de los descuentos que los padres de su amiga reservaban solo para ellos, cuando la campana en la puerta se agitó, comenzando a transmitir su característico sonido y anunciando la llegada de alguien al restaurante.
–Disculpen la demora, el entrenamiento duró más de lo esperado –. Dijo la chica que entró por la puerta con la respiración agitada.
–Descuida, Julie, llegaste justo a tiempo –. Respondió el señor Misaki a la peliplata que entró al restaurante.
Una de las pocas cosas que sí habían cambiado durante los últimos meses tras el final de la guerra vestal era que Julie se había convertido en la líder del equipo de animadoras de su escuela, complementando su horario habitual en el equipo con su trabajo de medio tiempo como mesera en el restaurante de los padres de su amiga.
La joven peliplata parecía tan apurada, que hasta se había olvidado por completo de cambiarse su traje de porrista a algo más casual para la pequeña celebración de su amigo.
–¿Lo ves, Julie? Te dije que no había nada de que preocuparse –. Comentó una voz muy conocida por el grupo, saltando al hombro de Julie.
A pesar de la inactividad cada vez mayor de su compañera en el campo de batalla, Gorem Subterra se había mantenido fiel a su promesa de mantenerse siempre junto a Julie, brindándole todo el apoyo que pudiera en sus proyectos. Una promesa que lo había llevado a mantenerse fielmente en el hombro de la morena, acompañándola y asistiéndola en todo lo que necesitara dentro y fuera del campo.
El compromiso del Bakugan era tal, que no dudaba en acompañar a la morena a sus clases más aburridas y a sus entrenamientos más exigentes.
–No te preocupes, es bueno ver que aún hay gente con buen sentido del tiempo –. Comentó Daikin Takahashi al ver que la morena venía completamente sola –. ¿Dónde están los demás? Ya deberían estar aquí.
–Temo que ellos no vendrán, señor –. Respondió respetuosamente Ingram al hombre mayor.
–¿Qué quieres decir? ¿Por qué no? –. Preguntó Taka soltando la cabeza de su hijo, dejando que su cabello desordenado volviera a levantarse como siempre lo hacía –. ¿Sucedió algo malo?
–No, mamá, las chicas están en época de exámenes en Vestal. Según nos dijo Klaus, Eli, Mira y Runo están estudiando fuertemente con ayuda de Keith para aprobarlos todos –. Explicó Nick con calma.
–La época de exámenes en Vestal suele tomar tiempo, son alrededor de cuatro semanas terrestres consecutivas para cubrir todas las áreas –. Dijo Ángel recordando los ciclos de estudio del mundo natal de su familia.
–Espero que Runo pueda llevar ese ritmo de estudio, va a necesitar a Tigrera para mantener la cordura –. Comentó Gorem tomando su lugar en mesa junto a los otros Bakugan.
–Estoy seguro de que podrá –. Aseguró Nick dedicando un segundo para mirar el pastel que los Misaki habían preparado.
–¿Por qué lo dices? –. Preguntó Marduk con curiosidad.
–Porque antes de que se fuera, le aposté un almuerzo a que no podría seguir el ritmo de los demás estudiantes en Vestal y aceptó. Será la mejor estudiante que haya visto el planeta con tal de dejarme callado –. Explicó el pelinegro con una sonrisa llena de confianza.
–Yo creo que almorzarás gratis cuando ella vuelva, humano –. Dijo Vladitor dejando en claro su desconfianza en las capacidades académicas de Runo.
–Te sorprenderías de lo que puede hacer esa chica cuando alguien cree que no puede hacer algo –. Defendió Leónidas a su amiga humana.
–Es cierto, solo tiene que canalizar esas energías en los esfuerzos correctos –. Concordó Nick con su compañero.
Al pensar en las chicas, no pudo evitar recordar con cariño los días en que sus amigos vestal pasaban con ellos todos los días. Le era difícil no extrañar las noches en que dormía con Elisa acurrucada contra su cuerpo más alto y despertaban para ser recibidos con el desayuno que el personal de Marucho preparaba para todos, siguiendo las sugerencias de Mira y Runo.
Por supuesto, Runo y sus amigos vestal los visitaban cada que podían, pero los estudios de las chicas comenzaban a ser cada vez más exigentes y no les quedaba mucho tiempo para reunirse, por lo que habían comenzado a limitarse a charlar solo a través de la sala de comunicaciones en la casa de Marucho. Se sentía como un tonto necesitado de afecto por solo pensarlo, pero extrañaba las visitas frecuentes de las chicas, especialmente a su novia; por primera en toda su vida, ver su solitaria cama por las noches comenzaba a ser una molestia para Nick.
Y estaba seguro de que no era el único con una sensación similar, pues Dan aún seguía con su extraña relación sin aclarar con Mira y seguro debía estar impaciente por definir que eran con exactitud. Resultaba irónico, Nick siempre había sido mucho más reservado que Dan, pero había logrado definir su relación con Elisa mucho más rápido que su amigo.
Aunque tampoco podía negar que ese logro se debía principalmente al hecho de que la hermosa rubia había dado el primer paso con él.
–¿Y qué hay de Dan y Marucho? ¿Por qué no están aquí? –. Preguntó Izumi mirando a través de las ventanas para tratar de hallar a los susodichos.
–Tenía entendido que hoy llevarían a ese chico nuevo al interespacio. ¿Cómo es que se llama? –. Respondió Leónidas tratando de recordar el nombre del chico que él mismo mencionó
–Jake –. Respondió Ángel la pregunta de su pareja.
–Sí, ese mismo.
Jake Vallory era el nombre del chico nuevo que Dan había acogido bajo su ala poco después de conocerlo, un jugador de fútbol americano que aspiraba a convertirse en un Peleador Bakugan de un modo muy similar al que Nick lo había soñado en sus inicios bajo la guía del mismo maestro que Jake. Se trataba de un sujeto alto y musculoso, alguien digno de ser un gran jugador de un deporte tan brutal y rudo como lo era el fútbol, tenía un largo cabello anaranjado que mantenía sujeto en una desordenada cola de caballo y vestía principalmente con un chaleco amarillo, pantalones negros y botas marrones.
Por lo que sabía, el muchacho aún no tenía idea de que atributo elegir para librar batallas, aunque Nick se atrevía a adivinar y podía decir que seguramente le estarían dando la bienvenida a un nuevo Peleador Subterra al equipo dentro de poco.
–Así es, los encontré cuando salían de la escuela. Jake no podía contener la emoción mientras iban al interespacio –. Comentó Julie acercando un asiento a la mesa.
–Dan no ha entrenado a nadie desde Baron, esperemos que no esté muy oxidado –. Dijo Ingram.
–Pues, a menos que elija un Bakugan Pyrus, es muy probable que Dan solo le dé las bases y Jake deba desarrollar su propio estilo a partir de ahí –. Respondió Shun acercando unos platos a la mesa para repartir el pastel de cumpleaños.
–Es cierto, el estilo de pelea de Dan y Drago no es para todos –. Concordó Gorem desde su lugar.
–Bueno, sin importar lo que elija, deseémosle lo mejor a Jake Vallory –. Concluyó Nick con la discusión antes de acercarse a la vela en el centro del pastel.
–Asegúrate de pedir un deseo –. Le recordó su padre.
No pudo evitar sonreír suavemente al pensar en cómo sus padres hacían todo lo posible para que pasara este día como si fuera un niño. Sabía que muchos otros encontrarían el pensamiento infantil e inmaduro, pero para la forma de ver de Nick, resultaba perfecto. No se le ocurría una mejor manera de aceptar el hecho de que sumaba un año más en su vida, que celebrando como si tuviera menos.
–Pero asegúrate de que no tenga nada que ver con Elisa. No queremos que te metas en problemas con tu suegro –. Bromeó Marduk con los brazos cruzados.
Debido a sus bromas, el peliplata se ganó un puntapié por debajo de la mesa de parte del cumpleañero.
Lo último que necesitaba pensar en un momento como este era en su suegro, Eric Valiant nunca había manifestado ningún tipo de desaprobación por la relación que Nick compartía con su hija, pero tampoco se veía muy alegre con la idea, ofreciendo a Nick un trato tan respetuoso como distante y tratándolo más como uno los peleadores que detuvieron a Zenoheld y salvaron distintos mundos, que como una posible adición a su familia en el futuro.
Negó suavemente con la cabeza al dejarse llevar por el pensamiento, este no era un momento para pensar en su suegro, sino para celebrar con sus amigos y compañeros, además de deleitar su gusto con un pastel que se veía delicioso.
Con un fuerte soplido, la pequeña vela en el centro del postre se apagó ante las miradas emocionadas de todos los presentes que comenzaron a felicitar y aplaudir al cumpleañero, mientras su padre tomaba el cuchillo para comenzar a cortar el pastel en nueve partes iguales. Parecía que no iba a quedar para Dan y Marucho.
–Mi bebé ya cumplió 17, el tiempo avanza demasiado rápido –. Comentó la rubia mayor, batallando con las lágrimas.
–Demasiado, no puedo creer que noviembre llegara tan pronto. Hace solo unos meses nos estábamos escondiendo en la casa de Marucho –. Dijo Marduk contando todos los meses que habían pasado con tanta rapidez.
Era cierto, después de todo lo que había sucedido, Nick no podía evitar sentir que toda la guerra con los vestals había sido apenas hace unos días. Muchos sucesos habían tomado lugar desde el final de la guerra contra Zenoheld como la gran y exitosa apertura del Interespacio Bakugan, los numerosos entrenamientos ninja con Shun para perfeccionar las habilidades que había adquirido gracias a él o la búsqueda de sus padres de una nueva residencia más cerca de su nuevo apartamento para "estar más cerca de su bebé".
Suspiró disimuladamente al pensar en el apodo que sus padres aún usaban para él, los adoraba con todo su corazón, pero no cabía duda que ese apodo solo se oía bien cuando era Elisa quien lo pronunciaba.
–Bueno, mientras cortan el pastel, ¿por qué no comenzamos a repartir los regalos? –. Sugirió Izumi con emoción –. Marduk y yo queremos ser los primeros en dar nuestro obsequio.
–Corrección: TÚ quieres dar tu regalo. Yo pagué por ese pastel, ese es el primer obsequio para el abuelo aquí presente –. Aclaró Marduk cruzando sus brazos detrás de su cabeza.
Nick se rio con ganas al ver la interacción de la pareja y lo sorprendentemente familiar que se sentía verlos actuar juntos.
Parecía que estaban listos para discutir, así que el pelinegro más joven interrumpió rápidamente a la pareja para evitar una confrontación en su fiesta de cumpleaños.
–Lamento dañarles la ilusión, chicos, pero Dan ya se les adelantó –. Dijo el pelinegro enseñando su chaqueta –. Este fue el primer regalo del día, me lo dio antes de irse a la escuela esta mañana.
–¿Te despertó a primera hora? –. Preguntó Julie asombrada.
–Oh sí, el sol apenas se estaba asomando cuando Dan lo despertó con un café y esa chaqueta terriblemente envuelta en una bolsa de colores –. Confirmó Leónidas por su compañero entre risas.
Al igual que el resto del grupo, el conjunto vestal que había usado durante la guerra contra Zenoheld había sido sustituido por una ropa un poco más casual. En su caso, Nick había optado por unos pantalones grisáceos y unas botas oscuras debajo de una camisa sin mangas negra, ligeramente oculta debajo de una chaqueta de cuero marrón que daban paso a unos sencillos guantes negros que cubrían sus manos por completo.
–¿Y si te queda? Digo, se te ve un poco… apretada –. Comentó la pelirroja mirando de reojo la prenda apretada alrededor de su amigo.
Y no se equivocaba, la chaqueta se ajustaba con fuerza alrededor de todo el cuerpo que alcanzaba a cubrir. Tenía suerte de que la tela del interior no le diera mucho calor, porque podría sofocarse en el interior de este abrigo que fácilmente podría ser una jaula de no ser por la cremallera que le permitía abrir y cerrar la prenda a su voluntad.
–Sinceramente, no. Dan no dio con mi talla y me compró una chaqueta varios números por debajo del que era realmente –. Explicó el pelinegro moviéndose con incomodidad.
–¿Y no la puedes devolver? –. Preguntó Ingram con curiosidad –. Digo, ese ni siquiera es tu color. Si por lo menos fuera negra o plateada, se te vería mejor.
–Lo pensé, pero Dan usó parte de sus ahorros para comprármela y no tengo el corazón para decirle que se equivocó de talla y color –. Explicó el pelinegro moviendo sus hombros para tratar de ajustarse a las limitaciones de la chaqueta.
Al escuchar sus palabras, ninguno de los presentes pudo aguantar la risa al ver como el buen corazón del cumpleañero lo había dejado encerrado con una chaqueta que no le quedaba para nada bien.
–Bueno, solo me queda esperar que mi regalo te guste más –. Comentó Shun levantándose de su asiento para ir a la parte trasera del restaurante.
–Oye, yo pedí primer el turno para entregar mi regalo –. Objetó la pelirroja con un puchero.
–Demasiado lenta, Iz –. Respondió Marduk al ver al ninja desaparecer brevemente detrás de la puerta al final del pasillo con su compañero siguiéndolo de cerca.
Nick no estaba seguro de que podía esperar de un regalo de Shun, el ojimiel se caracterizaba por ser impredecible dentro y fuera del campo de batalla, pero Nick era de los pocos que podía leerlo con una precisión casi absoluta; por lo que la mente del pelinegro más joven solo podía hacer un repaso de posibles obsequios que su mentor y amigo pudiera darle. ¿Un nuevo equipo de entrenamiento? ¿Kunais especiales? ¿Nunchakus? No se quejaría si fuera cualquiera de esas cosas, después de todo, Nick era el único miembro del equipo que sabía manejar ese tipo de armas por obra del mismo Shun, así que no era descabellado pensar que el ojimiel decidiera compartir su estilo de regalos habitual con él.
–Más vale que sea bueno o le diré a Dan que hablaste mal de su regalo, Shun –. Bromeó Marduk posando un brazo en el reposa espaldas de su silla.
–Yo creo que lo es –. Respondió el ninja asomándose una vez más en el marco de la puerta con su regalo en manos.
A simple vista, parecía ser una simple barra cubierta por una tela verde apagada. Sin embargo, conforme Shun se fue acercando cada vez más a la mesa del cumpleañero, Nick pudo reconocer una empuñadura de color negro asomándose con orgullo en uno de los extremos del regalo en los brazos del peleador.
–No puede ser –. Negó Nick con emoción al comenzar a reconocer el regalo de su amigo.
Levantándose de la mesa con los ojos en blanco, Nick se permitió acercarse a su amigo con un ligero temblor en sus manos enguantadas, con las que recibió finalmente el regalo envuelto de Shun.
–Vamos, hijo, ábrelo. No nos dejes con la curiosidad –. Incitó Daikin a su hijo, dejando de lado la tarea de cortar el postre un momento para ver el regalo con más detenimiento.
Lentamente, comenzó a desenvolver el objeto, retirando la tela verde para revelar poco a poco una alargada funda de color negro debajo de la empuñadura que se asomaba en el extremo del alargado obsequio.
Finalmente, con la tela del obsequio en el suelo, Nick reveló con orgullo el verdadero objeto que se escondía en el interior de la funda oscura en sus manos. Ahí, bajo el brillo del sol que se filtraba por las ventanas del restaurante, la delgada hoja de una espada corta, ligeramente curvada y de color plata se reveló orgullosa y brillante frente a los demás presentes.
–¿Es una… espada? –. Preguntó Gorem al ver con cuidado el objeto en la mano del peleador.
–Es un ninjato –. Corrigió Nick blandiendo la hoja con cuidado.
–Es un arma muy hermosa, Maestro Nick –. Halagó Ángel el arma con fascinación y respeto.
La hoja se deslizaba ligera por el aire, pesaba tan poco que Nick podía sentir el arma como una extensión de su brazo.
–¿Qué te parece? –. Preguntó Shun con los brazos cruzados.
–Es increíble, y muy bella –. Respondió el pelinegro más joven.
–También es muy resistente –. Agregó el ojimiel a las observaciones de su amigo –. En la antigüedad, el acero de este tipo de espadas solía ser frágil y se rompía con relativa facilidad. Sin embargo, gracias a la herrería moderna, mi abuelo logró que sus espadas fueran mucho más fuertes.
Evaluando con detenimiento la hoja, Nick pudo divisar con claridad lo que parecían ser dos kanjis cerca del borde de la empuñadura negra de la hoja. Reconoció bien el primero, el más cercano al mango del arma, era el símbolo que se usaba para representar a la familia. Sin embargo, el segundo era un misterio para él.
–¿Qué significa este símbolo de aquí? –. Preguntó Nick señalando el signo que no entendía.
–Es un Kamon, el símbolo de mi familia. Significa que, mientras blandas esta espada, las enseñanzas y el legado de mis antepasados también viven en ti. Es una muestra de respeto a todo lo que mi abuelo y yo te enseñamos –. Explicó Shun posando una mano en el hombro de su alumno –. Yo también tengo uno en casa, tiene las mismas inscripciones, excepto por esta.
Tomando el arma con delicadeza y respeto, Shun se permitió girarla con cuidado para enseñar el lado contrario de la hoja, donde otro kanji con la forma de una "R" inversa brilló bajo la luz del sol.
–¿Qué significa ese símbolo? –. Preguntó Leónidas para ver el arma con más detenimiento.
–Colmillo. Supe que era el nombre que debía tener el tuyo cuando te vi luchar con Wolf y Leónidas por primera vez –. Respondió Shun devolviendo el arma a su nuevo propietario –. Mi abuelo dijo una vez que, cuando estuviéramos listos, podríamos usar estos ninjatos en nuestro entrenamiento. Estas eran las espadas de los ninjas en la antigüedad, más cortas que una katana para confundir a los samuráis en batalla y más ligeras para que el peso no estorbe.
–¿Y crees que estamos listos para esto? –. Preguntó Nick a su amigo, pasando suavemente su pulgar por el acero del arma.
–Creo que solo hay una forma de averiguarlo –. Respondió el ojimiel palmeando el hombro de su alumno –. De cualquier manera, esta espada es la tuya. Confío que la usarás con el debido respeto y entrenarás duro para dominarla.
Entendiendo el peso del obsequio que se le estaba otorgando y el significado que tenía para su maestro y la familia de éste, Nick hizo una reverencia con la hoja cuidadosamente posicionada en sus manos, acto que el ninja mayor correspondió de la misma manera.
–No te defraudaré –. Dijo respetuosamente el pelinegro más joven.
Se le había entregado un gran honor y solo podía esperar ser digno de él. Colmillo no era solo un arma, era una muestra de confianza en Nick y todo lo que había aprendido bajo las enseñanzas de los Kazami. Era un gran honor que se prometió respetar y demostrar ser merecedor de un regalo como este.
–Oigan, acepto que la espada se ve muy bien y todo. Pero si no vamos a usarla para cortar el pastel, siéntense y vamos al siguiente regalo –. Interrumpió Marduk aburrido por el intercambio.
–No tienes respeto –. Respondió Nick batallando con su propia risa mientras guardaba la hoja en su funda.
–No, lo que tengo es mucha hambre y no podremos comer este pastel hasta que el cumpleañero regrese a la mesa –. Respondió el peliplata haciendo reír a todos los presentes.
Se sentía tanta paz en este ambiente tan familiar, una que Nick temía no sentir sin todos sus amigos presentes para acompañarlo en esta celebración. Sin embargo, las dudas no demoraron en perderse entre los bastos árboles que decoraban el valle de sus pensamientos, mientras su corazón experimentaba una cálida sensación que lo hacía sentir pleno y provocaba que el disgusto que había sentido por su cumpleaños al empezar el día se evaporara, para permitirle compartir la alegría de los demás.
Regresando a la mesa junto con Shun y sus compañeros, Nick se permitió desear compartir ese pastel lo más pronto posible para disfrutar un poco más del afecto que sentía por su familia y que ésta le profesaba a cambio.
–No esperes que lo vuelva a decir alguna vez, humano, pero es bueno verte así –. Bufó Vladitor con lo que parecía ser un acto de indiferencia en su tono.
Era sorprendente el camino recorrido hasta el momento, uno que Nick había comenzado a cimentar con la compañía y apoyo de quienes fueron su familia desde siempre y quienes poco a poco se ganaron un lugar en su corazón lleno de pesar.
Era una sensación que no cambiaría por nada y que esperaba que durara mucho más tiempo del que sabía que tenían disponible para este pequeño espacio. Sin embargo, eso no era un impedimento para que su corazón, cada vez más grande que el lejano ayer, se permitiera anhelar una duración mayor de este momento por todo el tiempo que fuera posible.
Por desgracia, el destino tenía otros planes. Y bastó con el tímido sonido de un teléfono para llamar al augurio del final de este pequeño espacio de dicha y paz, regresando a héroes triunfantes y felices a la realidad que tanto buscaban mejorar.
–Chicos, tenemos que irnos –. Declaró Shun mirando su teléfono y levantándose de su silla.
–¿Qué sucede? –. Preguntó Izumi preocupada.
–Es Dan, tuvo una batalla de exhibición con Ren y las cosas se salieron de control, tenemos que ir con él –. Explicó el ninja rápidamente.
–¿Y qué hacemos con los regalos? ¿Y el pastel? –. Preguntó Izumi siguiendo al ninja.
–Se tendrán que quedar para después. Ren dice que ya están en la enfermería.
Por algún motivo, el nombre de Ren Krawler y malas noticias eran dos elementos que no le sorprendía que estuvieran en la misma oración. Nick no sabría decir con precisión el motivo de esto, pero el peligris que se había dedicado con tanto esmero al desarrollo del Interespacio Bakugan era una figura que no paraba de darle mala espina.
Mirando a sus padres en busca de comprensión, no tardó en hallar aprobación y orgullo en los ojos del matrimonio Takahashi al ver el compromiso de Nick con sus amigos, hasta el punto de descartar su propio día con tal de estar ahí para ellos.
–Adelante, vayan. Los veremos en casa y ahí terminaremos nuestra celebración –. Dijo la rubia mayor con una sonrisa mientras su esposo tomaba la espada de su hijo.
–Nosotros nos llevaremos esto, dudo que a esos chicos les agrade ver a uno de los Peleadores Bakugan con una espada en la mano –. Dijo el pelinegro mayor señalando el arma de su hijo.
–Gracias, mamá. Gracias, papá –. Dijo el peleador abrazando a sus padres antes de partir detrás de sus amigos.
Mientras cruzaba la puerta de salida del restaurante, tanto Nick como sus compañeros lograron escuchar unas últimas palabras de parte de los adultos antes de que sus voces se perdieran en la distancia.
–Ángel, cuida a ese par.
Imagino que a muchos les habría gustado que Leónidas abriera la historia nuevamente como lo hizo en la anterior, pero es necesario mostrar como Ángel y Nick trabajan juntos después de tener meses para acostumbrarse.
Por otro lado, creo que todos estamos de acuerdo en que la espada célebre de Japón es la katana. Vamos, cine, anime, videojuegos y todo tipo de productos relacionados con dicha cultura nos lo han metido a la cabeza. Sin embargo, considerando lo tradicional y estricto que era el abuelo de Shun, dudo mucho que hubiera aprobado que su nieto y su pupilo portaran las espadas características de los samuráis, en lugar de las espadas de los ninjas, por lo cual decidí que lo mejor era que usaran ninjatos. Conforme vaya avanzando la historia verán porque incluí dos espadas de metal en un fic sobre un universo en el que ya son posibles los sables de luz xd.
Por cierto, no sé si dieron cuenta, pero este inicio es el opuesto directo al prólogo del fic anterior. Mientras que el primero tenía un ambiente más tenso, oscuro y melancólico, este tiene un espíritu más deportivo, se da en un ambiente más brillante y es más optimista. Les comento esto porque yo apenas me di cuenta mientras escribía esta nota. Como dije en el one-shot de Marvel, soy un poquito lento :P
