Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.

Gracias por leer y nos veremos después.

Continuamos exactamente donde lo dejamos la ultima vez ewe.


La respiración de Aomine era pesada. Sus ojos estaban dilatados, sus colmillos estaban fuera de su lugar. Su cuerpo bañado en sudor y sus hormonas de alpha en celo solo hacían que su mente y cuerpo se nublara en demasía.

Y como no hacerlo si la escena frente a sus ojos era la más excitante y pecaminosa que sus ojos zafiros hayan sido testigos de ver.

-¡Ahhh!- gimió el omega que estaba sobre la cama, el chico vestía un entallado y sensual liguero de color rosa con un par de coquetas medias blancas y con lindos moños rosas por arriba de las piernas, descalzo y con una marcada erección oculta bajo la bonita pantaleta femenina blanca era una imagen que nadie sería capaz de ignorar. A un costado del chico había varios juguetes sexuales, todos y cada uno de distintos tamaños y colores.

Vibradores, consoladores, de todo un poco. Solo para el deleite personal del omega que sufría de su celo además sin contar con una marca de algún alpha su celo era una tortura de placer y lujuria.

-M-mi cuerpo arde- gimió abriendo sus piernas mientras acariciaba su zona intima. La pantaleta que usaba estaba mojada por culpa del líquido pre seminal y su lubricante natural -y-yo... yo necesito, necesito- acercó dos vibradores de generoso tamaño a él y los encendió. Necesitaba tocarse, su cuerpo se lo estaba exigiendo -mmgh- jadeo el menor al dirigir un vibrador rosa y de tamaño mediano a su pene erecto, mojado y palpitante, su pequeña mano hacia movimientos suaves y eróticos, buscando aliviar un poco el dolor en su zona intima.

Aomine gruño entre dientes mientras se tocaba sobre el pantalón. Su omega se estaba masturbando tan jodidamente bien y de forma lujuriosa y lasciva.

-Mmggh- no era suficiente, pensó mientras sus labios succionaba un consolador negro y no dejaba de mover el vibrador rosa en su pene. La saliva salía de sus labios por el movimiento obsceno que su boca hacía, estaba excitado por los sonidos húmedos y mojados de su entrada y labios -quiero más- gruño frustrado abriendo más sus piernas mientras se quitaba con desesperación la pantaleta mojada y llena de fluidos de omega, sin pensarlo un poco más dirigió el vibrador en su dilatada entrada la cual humedecía el juguete en grandes cantidades -joder, que genial se siente- exclamó el omega sin parar sus movimientos en boca y entrada.

Dios, aun no era suficiente.

¡Joder! Pensó el moreno con los pantalones abajo y su bóxer húmedo a causa de su pene erecto. Quería marcar a su omega pero ya.

-Tetsuya-san me matara, pe-pero necesitó ayuda. No aguanto- gimió el castaño metiendo de golpe el consolador que tenía en los labios en su excitada entrada. El omega grito de placer mientras su cuerpo sufría las consecuencias del orgasmo. Varios hilos de semen fresco cubrieron su ropa rosa y un poco más ensució las costosas sabanas del lecho -más, quiero más- suplico con sus ojos humedecidos de dolor y placer mientras dirigía el vibrador en sus erectos pezones y seguía consintiendo su entrada con cada húmedo mete y saca del juguete dentro suyo.

El alpha llego al orgasmo luego de ver como su omega derramaba su semen sobre sí mismo por la forma en la que su cuerpo respondía al placer que recibía. Soltó un grave gruñido lleno de excitación llamado así al omega quien con sus hermosas y rosadas mejillas veían al alpha que con seguridad y lujuria se acercaba a la cama. El bonito omega de cabellos castaños y ojitos caramelo veía con hambre el espécimen de alpha que tiraba de sus piernas y lo atraía a su cuerpo desnudo.

Oh, que hermoso era su omega.

-Veo que necesitas ayuda, pequeño- gruño el alpha mientras que el castaño se colgaba de su cuello y restregaba su pecho en el del peli azul -te ves tan lascivo restregando tu cuerpo virgen en el de un alpha maduro como yo. Pareces una pequeña zorra come penes- el omega derramo lágrimas de dolor, lujuria y excitación, se estaba humedeciendo por como el alpha le estaba hablando.

Aomine acomodo al omega en su cuerpo desnudo mientras movía con maestría el consolador dentro del castaño y se adueñaba de los labios del castaño en un demandante y húmedo beso.

-Pequeña zorra- gruño el moreno mordiendo el cuello del castaño mientras abría los glúteos del menor y el aroma a menta y café terminaba por nublar los sentidos del alpha -dime que quieres, pequeño omega- ordenó el peli azul restregando su pene erecto en la entrada del castaño.

Ryou estaba en su nube orgásmica, se sentía como esos omegas que se vendían por poco a alphas y betas con dinero pero... pero no le importaba. Solo quería copular y ser llenado por el alpha que jugaba con su cuerpo a su antojo.

-Da-daddy- llamó el castaño al moreno lamiendo el oído de este -quiero su pene dentro, quiero su nudo en mí. Quiero un bebé suyo aquí- llevando las manos del moreno en su vientre -quiero ser su omega, daddy-

Aomine jadeo y se aferró al cuerpo del castaño quien lloraba en sus brazos. Solo necesitaba oír eso para marcar con toda libertad al omega.

Sin consideración alguna quitó el consolador del interior del castaño y después lo remplazo con su erecto pene más duro que una piedra. El castaño gimió y araño la espalda del moreno al sentirse lleno mientras el alpha movía sus caderas al ritmo de sus penetraciones. Ryou se sentía en el cielo.

-¡Más! ¡Más! ¡Más!- gritaba el castaño abrazando con fuerza al alpha quien lastimaba sus caderas por las fuertes embestidas que castigaban su -hasta hace unos minutos- virginal cuerpo -¡alpha! ¡alpha!-

-¡Joder! ¡Joder! ¡Mierda!- jadeaba en sintonía con su omega Aomine, acostó al castaño en la cama y abrió más sus piernas adentrándose más en su cuerpo -cariño, apriétame más y juro que te embarazo hoy mismo-

-Hazlo, quiero tus cachorros en mi vientre- pidió el omega mientras abrazaba al alpha y dejaba que el moreno se drogara con su aroma -yo... yo no creo aguantar más-

-No eres el único, pequeño- jadeo el moreno girando al omega y poniéndolo en cuatro sin salir de su cuerpo, su nudo estaba a poco de formarse dentro y necesitaba marcar a su omega -ahora eres mío- gruño para después sacar sus colmillos y marcar el frágil y suave cuello del omega con su marca mientras lo anudaba y llenaba sus entrañas con su semen fértil.

El omega chillo y dejo que el nudo se formara dentro. Podía sentir el semen del alpha llenando sus órganos mientras aseguraba un embarazo en cuestión de días.

Estaba cansado, el orgasmo lo dejo agotado pero no era suficiente.

Quería más leche de daddy.

-Mientras esperamos que el nudo pase y después podamos tener una segunda ronda- hablo el alpha abrazando por la cintura al castaño y lamia su resiente marca en el cuello del omega -¿puedo saber el nombre de la madre de mis próximos hijos?-

-Sakurai Ryou- respondió quedito el castaño quien lloraba al no sentirse satisfecho y por ser un omega tan lascivo -no me vea, soy horrible-

-Mi omega jamás será horrible- aseguro el alpha limpiando las lágrimas del castaño -sé que no te sientes satisfecho. Créeme que yo tampoco lo estoy pero no podemos hacer nada hasta que pueda soltarte Ryou- el menor asintió mientras lloraba en silencio. Pobre, se sentía mal consigo mismo por seguir sus instintos, pensaba el moreno mimando un poco más a su omega -me llamo Aomine Daiki, de ahora en adelante seré tu alpha y tu mi omega. No volverás a sentirte mal por seguir tus instintos de reproducción. Ahora los dos estaremos juntos en esto- los ojitos caramelo le veían llenos de anhelo y temor.

Pero... él se encargaría de cambiar aquello.