Naruto Uzumaki estaba cansado. Le había llevado tres horas aprender el jutsu de los clones de sombra, pero a pesar de su agotamiento sonrió, con eso podría graduarse y convertirse en genin.
Miró a su alrededor, Mizuki aún no había llegado y él ya había cumplido su objetivo. Volvió a mirar el pergamino. Se había centrado en el primer jutsu que había escrito en el pergamino. De seguro había muchos otros más, quizás más interesantes o poderosos de lo que era el kage bunshin.
Con una sonrisa astuta, se acercó y desenrrolló el contenido. Ciertamente el pergamino era grande y largo, con muchas técnicas en él, pero no había ninguna así que le llamara la atención, o más bien, todas le parecían interesantes y no sabía con cuál quedarse.
De repente, sus ojos se encontraron con una técnica, Edo Tensei. Leyó un poco por encima lo que hacía el jutsu y cómo hacerlo. Al fin había encontrado la técnica que quería intentar a continuación.
En el papel ponía que hacía falta un sacrificio humano, como no entendía muy bien lo que quería decir y no podía preguntarle a nadie, decidió probar con los clones de sombra. También hacía falta una muestra de ADN para invocar a la persona que querías, pero dado que tampoco entendía esa parte y no tenía a nadie pensado, lo dejó estar.
Hizo el sello de la cruz y enfrente suyo aparecieron tres copias suyas, cada una con una sonrisa y repletos de emoción. A continuación empezó a realizar los sellos manuales necesarios para realizar la técnica.
Cuando sostuvo el último sello, antes de golpear el suelo, pensó a quién podría resucitar. A su mente vinieron las historias que Iruka sensei les daba en clase. Debido a que la mayoría eran aburridas, no prestó atención, pero sí hubo cuatro nombres que recordaba a la perfección: Hashirama y Tobirama Senju, Madara Uchiha y Minato Namikaze.
Pensando en esos cuatro, sin darse cuenta de que solo había creado tres clones, aunque eso no alteraría el resultado ya que no se puede resucitar a alguien sellado, golpeó el suelo mientras pronunciaba el jutsu.
En el lugar donde habían estado sus clones, aparecieron tres ataúdes de madera, para gran desconcierto del niño. Las tapas cayeron y mostraron a tres de las personas que había pensado.
Una sonrisa se extendió por todo su rostro. Apenas podía contener su emoción. Había realizado el jutsu bien a la primera. Se sentía orgulloso de sí mismo.
Por otro lado, las tres personas invocadas tenían sentimientos diferentes. Por un lado, Madara no estaba nada contento de que lo resucitaran antes de tiempo, además de que no era su aprendiz sino un chico que no conocía de nada.
Tobirama tampoco estaba contento. Nunca pensó que se usaría su técnica contra él, y le desconcertaba que fuera un niño nada menos quien lo había llamado al reino de los vivos. Hashirama, al contrario de los otros dos, estaba feliz y emocionado de volver, sobre todo porque podía ver a su viejo amigo.
-¿Quién eres niño?, ¿y cómo es que sabes mi técnica? - le preguntó el peliblanco al rubio.
-Tobi kun, no hables así al pequeño. Lo asustarás - le regañó su hermano mayor.
-Yo también me hago la misma pregunta - comentó el último de los tres.
-Me llamo Naruto Uzumaki. Encantado de conocerlos - saludó con alegría. Estaba extasiado por su éxito.
-Hola. Yo soy Hashirama Senju. El hombre serio a mi izquierda es mi hermano pequeño Tobirama, y el gruñón de mi derecha es Dara chan - dijo el del medio.
El Uchiha gruñó ante el apodo de su antiguo amigo. Aunque por fuera se veía muy molesto, por dentro, una parte de él, se alegra de volver a oírle llamarle así. No es como que lo fuera a admitir en voz alta.
Hashirama se rió de la reacción de su viejo amigo y rival. Lamentaba cómo resultaron las cosas al final. Tal vez esa fuera la oportunidad que tanto había pedido para arreglar las cosas con el usuario de sharingan.
Tobirama, por su parte, ignoró la interacción de su hermano y el Uchiha. Su mente estaba en el niño frente a él. No entendía cómo Hiruzen pudo permitir que el chico aprendiera una técnica tan peligrosa como el Edo Tensei, y no se iba a quedar con la duda.
-Dime niño, ¿cómo aprendiste el Edo Tensei? - le preguntó.
El rubio salió de su estupor por estar frente a tres leyendas y le respondió.
-Mizuki sensei me dijo que podría convertirme en genin si lograba robar el pergamino prohibido y aprender un jutsu. Encontré el kage bunshin y lo aprendí, pero como él aún no llega, decidí aprender otro por si acaso, y me encontré con esta otra técnica.
El usuario de suiton reflexionó sus palabras. Era obvio en su cabeza que eso debía ser una trampa. Nadie podría esperar que un alumno de la academia robara algo de la bóveda del hokage. Aunque este chico lo logró, para su consternación.
La única solución probable a lo que estaba ocurriendo era que ese tal Mizuki lo había engañado para robar el pergamino, por lo que estaba claro que el hombre era un traidor y no tenía escrúpulos en usar un niño para sus fines.
Los otros dos revividos también llegaron a la misma conclusión, ya que escucharon la respuesta del Uzumaki, lo cual horrorizó a Hashirama. Él había creado la aldea para proteger a los niños y, sin embargo, ese tipo había usado a uno para sus ambiciones.
-¿Dónde está ese tal Mizuki? - preguntó cabreado el Senju mayor.
La vista del usuario de madera cabreado era algo muy raro para cualquiera que lo conociera. El hombre siempre había sido alguien agradable, demasiado en la opinión de su hermano, por lo que su estado actual no concordaba con su yo habitual.
-No lo sé. Se supone que debería estar aquí pronto - respondió Naruto confundido.
Aunque no sabía mucho sobre el primer hokage, hasta a él se le hacía extraño su cambio de humor de alegre a molesto.
-Tobi kun, Dara chan, ¿os importa si yo me hago cargo del sensei de Naru chan? - cuestionó a sus acompañantes.
El peliblanco negó con la cabeza y el otro se encogió de hombros. Ninguno de los dos se metería en su batalla.
El rubio estaba confundido. No tanto porque el hombre quisiera hablar o lo que sea con Mizuki, sino el hecho de que le había puesto un apodo cariñoso. A excepción de cuatro personas, nadie le mostraba cariño, y solo Ayame le llamaba Naru chan. Fue extraño, aunque agradable.
No pasaron ni dos minutos antes de que los tres shinobis revividos sintieran movimiento cerca, así que se escondieron, para gran confusión del ojiazul.
-Naruto - una voz gritó.
Miró al frente y pudo ver a un chunnin molesto con una cicatriz en la cara.
-Hola Iruka sensei - saludó animadamente el Uzumaki.
Se alegraba de ver a su figura de hermano mayor, aunque no entendía el por qué de su enfado. Los antiguos ninjas de Konoha no le explicaron lo que estaba pasando.
-¿En qué demonios estabas pensando al robar el pergamino prohibido? - le preguntó cabreado, confundiendo aún más al chico.
-Mizuki sensei me dijo que podría convertirme en genin si lo hacía y aprendía un jutsu. Mira - dijo y unió sus dedos en forma de cruz.
Al instante, tres copias de sí mismo sonrieron al shinobi mayor. Creía que con eso aprobaría.
Iruka estaba sorprendido de que el rubio hubiera podido aprender el clon de la sombra en pocas horas, pero rápidamente espabiló. No era el momento.
-Naruto, está muy mal que hayas robado el pergamino, y aún más mentir sobre el motivo - el hombre no podía creer que su compañero chunnin hubiera hecho eso.
-Pero sí es la verdad - se quejó el ojiazul sin entender por qué Iruka le había llamado mentiroso.
En ese momento, apareció Mizuki en una de las ramas y empezó a hablar. Aunque Hashirama no quería otra cosa que ir y darle una paliza por usar a un niño, también tenía curiosidad del por qué lo hizo, tal como el shinobi al lado del rubio le preguntó.
Después de que contó toda la historia, su plan y el hecho de que Naruto era un jinchuriki, lanzó su fuma shuriken contra el conmocionado chico. Nunca llegó a dañarlo a él o al otro instructor de la academia porque el usuario de madera atrapó el proyectil y se lo tiró de vuelta.
Mientras el Senju mayor se encargaba del traidor, Madara usó su sharingan para alterar los recuerdos de Iruka con un genjutsu, ya que quería que su existencia y la de los Senju fuera desconocida para todos, razón por la cual también alteró los recuerdos de Mizuki una vez su antiguo rival terminó con él.
