Toda Konoha estaba de luto. Recientemente, la aldea había sido atacada por Oto y Suna, perdiendo a muchas personas en el evento, entre ellas el sandaime hokage, Hiruzen Sarutobi.
A pesar de la tristeza y el dolor causado por la pérdida de sus seres queridos, la gente poco a poco volvió a sus vidas normales. Los negocios se volvieron a abrir, los shinobis y kunoichis salieron a misiones y el consejo fue convocado a una reunión.
-Con eso dejaríamos acabada la parte de la seguridad en las fronteras. ¿Qué es lo siguiente? - comentó un miembro del consejo shinobi.
Antes de que alguien pudiera sugerir otro punto, Danzo golpeó el suelo con su bastón para llamar la atención de la sala.
-Lo siguiente de lo que debemos hablar es del nombramiento de un nuevo hokage. No podemos mostrarnos débiles ante el resto de aldeas - proclamó el halcón de guerra.
-Odio decirlo, pero tiene razón. Necesitamos un nuevo hokage - afirmó Shikaku.
-Yo nomino a Danzo Shimura como godaime hokage - habló Homura, ganándose un asentimiento de acuerdo de Koharu.
El jefe del clan Nara negó con la cabeza.
-No es una buena opción. Es demasiado mayor para el puesto. Necesitamos a alguien que pueda ejercer durante años para darnos estabilidad.
-Estoy de acuerdo con su lógica - comentó Shibi Aburame.
Seguido de eso, propusieron otros shinobis, e igualmente fueron descartados.
Jiraiya era un pervertido aclamado, la población femenina no estaría de acuerdo con él, además de que era el líder de la red de espías del pueblo y se pasaba la mayor parte del tiempo fuera del mismo. Tsunade Senju era una alcohólica y jugadora empedernida, por no hablar de que dejó la aldea hace muchos años debido a la pérdida de sus seres queridos. Kakashi Hatake siempre llegaba tarde, salvo en las misiones, y en general era un pervertido y un flojo. Maito Gai, rápidamente se descartó, no hizo falta ningún argumento, solo de imaginarlo, a todos les recorrió un escalofrío.
Al final, no había ningún shinobi o kunoichi que se ajustara a lo que ellos deseaban, hasta que alguien propuso la idea más loca.
-¿Y si nombramos a Naruto Uzumaki hokage? - rápidamente todos los ojos se volvieron a él como si estuviera loco.
-¿Has perdido la cabeza?, ese chico no es material de hokage en ninguno de los sentidos.
-Tengo que discrepar en eso. Puede que no tenga el nivel ni los conocimientos que requiere el puesto, pero tiene el potencial, el impulso y, lo más importante, la Voluntad de Fuego que todos los hokages anteriores han tenido.
-Hiashi, entendemos que el chico ha ayudado bastante a tu familia, especialmente a tu hija y tu sobrino, pero debes pensar bien las cosas. Esto es serio - le recriminó el Mitokado.
-Y yo también. Como he dicho, reconozco que al chico le faltan varias cosas para ser un hokage ideal, pero no es como que tengamos muchas opciones. Llevamos aquí casi dos horas, y ninguno ha podido señalar a un shinobi de nivel adecuado que cumpla con los requisitos, por lo que tendremos que sacrificar un poco el poder para hacerlo. Tampoco es que lo hayamos bajado tanto.
-Es el último muerto - proclamó un civil, interrumpiendo al Hyuga.
-Y, sin embargo, puede producir más de 1000 kage bunshin sin sudar, derrotar a Neji después de que este cerrara su tenketsu, convocar al jefe sapo y detener al ichibi jinchuriki incluso después de transformarse en su bijuu completo. Me pregunto hasta qué punto la evaluación de la academia es correcta - expuso el ojiblanco.
Todo el mundo se quedó callado ante eso. No lo habían pensado. Era cierto. Todas esas cosas eran impresionantes por sí solas, no hace falta decir juntas. Todos los shinobis de la habitación se preguntaron cuánto podría haber mejorado el Uzumaki si hubiera tenido un trato justo y un sensei que lo entrenara como era debido.
Después de mucha deliberación, el consejo llegó a un acuerdo, o mejor dicho, la parte shinobi lo hizo e ignoraron a los civiles, los cuales no hacían más que gritar en protesta y decir que el Uchiha se merecía más el puesto que el rubio, cosa que los ninjas sabían que no era verdad.
Hiashi Hyuga salió muy contento de la reunión, aunque mantuvo su fachada estoica. No solo había propuesto al chico como godaime porque estaba agradecido con él por ayudar a su familia, sino que tenía un plan ahora que había logrado su objetivo.
Era arriesgado, y existía la posibilidad de que los ancianos del clan no lo compraran, pero si salía como él quería, no solo habría ayudado al jinchuriki a lograr su sueño sino que también salvaría a sus dos hijas del sello del pájaro enjaulado.
Por otro lado, en la tienda de Ichiraku, el ojiazul estornudó.
-¿Te encuentras bien?, llevas desde que entraste estornudando - le preguntó Teuchi a su cliente favorito.
-Sí, estoy bien. Creo que alguien ha estado hablando de mí durante bastante tiempo - respondió Naruto pensativo, solo para encogerse de hombros y volver a comer su ramen.
-Puede ser, pero aún así ten cuidado de no pillar un resfriado - avisó el hombre.
-Sí - respondió el adolescente felizmente.
Después de comer varios tazones de, según él, la comida de los dioses, pagó y salió del lugar. Tenía el presentimiento de que algo iba a pasar.
Sin darle mayor importancia, caminó por las calles hasta llegar al hospital. Quería visitar a su compañero de equipo, Sasuke, y a Lee, esperaba de verdad que el chico cejotas se recuperara pronto. Era un tipo raro pero agradable.
Entró al edificio sin prisa y preguntó en la recepción por sus habitaciones. El hospital era uno de los escasos lugares que siempre lo trataron bien. Ningún doctor o enfermera lo había tratado mal, al menos que él recordara.
Primero fue a visitar al Uchiha, el cual estaba en la cama molesto. ¿El motivo? Sakura no le dejaba en paz.
-Ey, teme, ¿cómo estás? - le preguntó con alegría, a pesar de los insultos y sus enfrentamientos, lo consideraba como un hermano.
-Estoy bien, dobe. No sé ni siquiera por qué estoy aquí - le respondió con molestia.
-Kakashi sensei recomendó que te quedaras en el hospital un par de días para garantizar que tu cuerpo no sufrió por la pelea con Gaara, en especial tu brazo - argumentó la pelirrosa.
-Y tú, Sakura chan, ¿cómo te encuentras? - cuestionó el rubio a su enamorada.
-Estoy bien. Los médicos dijeron que no sufrí daños reales por la arena - dijo la Haruno.
Sasuke gruñó, molesto, aunque la mayor parte del tiempo agradecía su trato especial, otras veces, como en ese momento, odiaba que lo trataran diferente.
La conversación no pasó a más. El pelinegro se negó a hablar y la ojiverde tampoco estaba muy emocionada de hablar con el Uzumaki, por lo que este se despidió y fue a ver a Lee.
-Hola cejotas, ¿cómo te encuentras? - le preguntó al entrar en su habitación.
-Yosh, Naruto kun, me alegra verte. En cuanto a mi condición, estoy perfectamente, aunque por alguna razón los médicos no me dan el alta, pero no te preocupes, mis llamas de la juventud arden intensamente y en poco estaré fuera - habló emocionado.
-Eso es bueno - comentó felizmente el jinchuriki.
Estuvieron hablando un rato hasta que llegó una enfermera y le pidió amablemente que se retirase, ya que tenían que hacerle unas pruebas al paciente.
Encogiéndose de hombros, se despidió del estudiante de Gai y salió del hospital. Aún era temprano y no tenía nada que hacer, por lo que decidió ir al campo de entrenamiento de su equipo y entrenar. Algo le decía que no tendría suerte encontrando a ero sennin.
Y no se equivocaba. Jiraiya, en lugar de estar en los lugares habituales, es decir, en las aguas termales o cerca del río donde se bañan las mujeres, se encontraba en la cámara del consejo, donde estaba recibiendo noticias que no le gustaban para nada.
