Yakumo se encontraba en el bosque pintando. En el cuadro se podía ver ese mismo bosque solo que con el añadido de una familia de ciervos pastando. Se preguntó ociosamente si así sería en los bosques del clan Nara.

Una suave brisa recorrió el lugar y alborotó ligeramente su cabello. Muchas chicas se molestarían por este hecho, pero ella en su lugar sonrió con alegría.

¿Por qué no lo haría? Esa brisa, el bosque, el cielo azul. Todos eran recordatorios de que era libre. Ya no estaba confinada en la mansión que durante mucho tiempo fue su prisión. Podía disfrutar del aire libre.

Podía recordar con perfecta claridad cómo era su vida anterior. Cómo era prisionera por una razón muy distinta de la que pensó en su día. No era porque temían su poder, sino por el demonio que su mente y linaje crearon.

Pensar que todo cambió tan de repente. Escapar de la mansión para buscar su venganza. Encontrarse con Naruto mientras pintaba el cuadro de la torre hokage siendo incendiada por un rayo. Ser restringida y llevada de vuelta a la mansión. La intromisión del chico y todo lo que derivó de eso.

Tenía que reconocer, aunque solo sea para sí misma, que le debía mucho al rubio. Fueron sus acciones las que desencadenaron todo, las que evitaron que los miembros de su clan la mataran y ella misma asesinase a su antigua sensei por un malentendido.

Observó su obra terminada. Un pequeño destello de chacra y…ahí estaban. Una familia de ciervos pastando frente a ella sin preocuparse por su presencia.

Sonrió con una mezcla de alegría, satisfacción y orgullo. Desde que eliminó a Ido, sus poderes habían funcionado a las mil maravillas. También ayudó que Kurenai volviera a enseñarla. Su genjutsu estaba mejorando a pasos agigantados.

Soltó un suspiro. Incluso si sus habilidades en general habían mejorado, especialmente el genjutsu, no cumplía con los estándares para ser una kunoichi activa. Le deprimía ese hecho. Seguía adelante con la esperanza de al final cumplir sus sueños, pero parecían tan distantes.

-Tal vez debería hablar con hokage sama cuando regrese de Iwa - murmuró para sí misma.

No era ningún secreto que Hinata era la primera esposa del godaime. Sería sencillo hablar con ella para pedirle concertar una cita con él. Posiblemente incluso podría invitarla a casa y así ahorrarse todos los trámites burocráticos.

Otra vez suspiró. Eso le había recordado que aún era técnicamente la heredera y futura jefa del clan. Por el momento era su tío quién se estaba haciendo cargo de todo, pero era ella la legítima líder. Esa era una de las razones por las que el clan Kurama no había podido participar en las reuniones del consejo, ya que no tenían un representante legal legítimo.

Se levantó de su silla y recogió todo para irse. Dejaría las cosas en la mansión e iría al campo de entrenamiento del equipo 8. Sabía que ninguno se opondría a su presencia. No era la primera vez que lo hacía. Incluso a veces participó en los ejercicios. Lástima que podría ser parte de su equipo incluso si se volviera una kunoichi oficial. Las células genins estaban formadas por tres no por cuatro.

Una vez estuvo cerca de su destino previsto, sintió una brisa fuerte sobre su cabeza y un pequeño sonido de alegría. Al levantar la cabeza, pudo ver a Fu volando con unas alas naranjas que le recordaban a las de un insecto. Parecía que la chica se dirigía al mismo lugar que ella y estaba feliz.

No le llevó ni un par de minutos llegar al campo del equipo 8. Allí, la peliverde estaba abrazando a su hermana esposa mientras saltaba una y otra vez. Se notaba que estaba muy animada. ¿El motivo? No la conocía lo suficiente para saberlo.

-Ah, Yakumo chan, es bueno tenerte con nosotros - la saludó con una sonrisa maternal la jonin.

-Gracias, Kurenai sensei - su mirada se centró en las otras dos chicas - ¿Qué está pasando?

-Oh. Fu ha logrado por fin poder invocar las alas de su bijuu. Y parece que ha venido a recoger a Hinata chan para celebrar con el resto de miembros de la familia Uzumaki - le respondió.

-Ya veo - comentó escuetamente.

A veces olvidaba que tanto Naruto como la ojinaranja eran jinchurikis. Ellos tenían en su interior sellado uno de los nueve bijuu. En cierta forma eran como ella antes con Ido, solo que lo suyo era de por vida.

Era triste cómo la gente tendía a temer y odiar lo que era diferente. Ninguno de los tres pidió tener esa carga, pero aún así la tuvieron. Los tres sufrieron por ello. Ella pudo librarse. Ellos no. Por suerte para ellos, ambos pudieron encontrar la felicidad y dejar atrás su soledad.

Si fuera sincera consigo misma, le daba algo de envidia. Sí, ya no era prisionera, estaba haciendo unos pocos amigos e incluso continuó con su entrenamiento shinobi. Sin embargo, las sombras de su pasado aún la atormentaban y su vida estaba lejos de ser perfecta.

Incluso con Ido muerto, su clan la temía y la alejaba. Sus seres queridos eran tan escasos que podía contarlos con los dedos de una mano. A pesar de todo su esfuerzo, aún no estaba ni cerca de lograr su sueño de ser una kunoichi poderosa y conocida.

Era un poco injusto en su mente. Naruto cumplió su sueño de ser hokage y tenía una gran y amorosa familia que solo estaba aumentando. Fu también tenía una gran y amorosa familia, ya que ambos estaban en la misma, y estaba cerca de cumplir su sueño de tener 100 amigos.

¿Y ella qué?, ¿no merecía también cumplir sus sueños y obtener felicidad?

Tal vez estaba siendo egoísta. Ellos probablemente sufrieron más de lo que ella lo hizo y por mucho más tiempo. Ambos eran huérfanos y en su infancia nunca sintieron el calor y el amor de una familia. Aún así, no pudo evitar que esos oscuros pensamientos salieran a flote.

¡Ella realmente quería lo mismo!, ¡ella realmente quería cumplir su sueño y tener una familia propia!

Frunció el ceño al pensar en la última parte. Era dudoso que lo consiguiera. Nadie de su clan se fijaría en ella y fuera del clan también era dudoso. El único chico por el que mínimamente se sintió atraída estaba con otra. Esa chica de pelo rosa que desperdició su oportunidad de ser una verdadera kunoichi por su obsesión con el Uchiha. ¡No era justo que una fanática inútil al final se llevara al chico que le gustaba!

-Yakumo, ¿te gustaría salir con nosotras?

Salió de sus oscuros pensamientos al escuchar que alguien le hablaba. Tardó dos segundos en reconocer lo que le preguntaron y asintió.

-No tengo ningún problema. en realidad, me gustaría hablar contigo sobre algo, si no te importa.

-Por supuesto. Fu, ¿por qué no vas a buscar al resto y nos encontramos en la casa?

-Claro. Nos vemos ahora - contestó con una voz cantarina antes de sacar sus alas y volar.

-Nos vemos mañana, Kurenai sensei, Shino, Kiba, Akamaru.

-Hasta mañana, Hinata. Disfruta de la fiesta - le dijo el Inuzuka.

Su perro ladró de acuerdo y el Aburame asintió.

-Hasta mañana, Hinata chan - la despidió la ojiroja.

-¿Qué necesitas? - le preguntó la pelinegra cuando una vez se alejaron lo suficientemente.

-Me preguntaba si podías concertarme una cita con hokage sama.

-No tengo ningún problema. Naruto kun actualmente está fuera de la aldea, pero le avisaré en cuanto llegue.

-Gracias - agradeció sinceramente.

-De nada. Pero tengo curiosidad. ¿Qué necesitas con Naruto kun?

-Oh, bueno - estaba algo nerviosa.

-Tranquila. No te juzgaré sea lo que sea que me digas - intentó tranquilizarla.

La heredera Kurama suspiró.

-Me gustaría hablar con él sobre posibles exámenes alternativos para convertirme en shinobi.

-¿Exámenes alternativos? - cuestionó confundida.

-Sí. Recientemente hubo una reforma en el sistema educativo de la academia y el examen de graduación. Cumplo con la mayoría de los requisitos, pero los que me faltan hacen que suspenda el examen y no pueda convertirme en kunoichi.

-Oh, ya veo. Bueno, estoy segura de que Naruto kun arreglará algo para ti. Lee no puede usar nada más que taijutsu y aún así es un shinobi capaz.

-Gracias por tus palabras. Espero que hokage sama lo vea de esa manera.

-No te preocupes. Ya verás cómo todo sale bien al final.

Con eso dicho, ambas continuaron el camino hacia la casa con una conversación ligera. La pelicastaña sintiéndose un poco más ligera que antes.


Hola, espero que os haya gustado el capítulo. Dado que en el capítulo anterior puse una base para una posible relación entre Naruto y Yugao, decidí dedicar este a Yakumo ya es quien va ganando la votación actualmente.

Comentarios a las reseñas:

GamerBlood: lo dicho, no pasa nada. Gracias, me alegra que te haya gustado. Es eso, pero no significa que se una, aún las votaciones están en marcha y va ganando Yakumo. No lo he visto, así que no puedo comentar.

Diego Culebro: lo lamento, pero no me meto en las votaciones y actualmente es la que va ganando. Espero que te haya gustado el capítulo a pesar de que no te guste Yakumo. Por supuesto que me acuerdo, fuiste uno de los primeros en comentar en esta historia. Descuida, la vida real es mucho más importante que el mundo de ficción. Gracias, saludos a ti también.

Alex Hatake: ¿eh? No lo entendí. Saludos igualmente.

Votaciones:

1º. Chica de Konoha:

Yakumo Kurama: 15

Yugao Uzuki: 13

Hana Inuzuka: 8

Kurenai Yuhi: 5

Tenten: 1

Shizune: 1

Shiho: 0

Tsubuki: 0

2º. Shizuka:

Sí: 9

No: 4