Continuación de Toma Mi Mano y No la Sueltes.
Un Fuerte de Almohadas
0000
Harry Potter estaba sentado en la cocina, tomó en sus manos una taza pequeña y bebió un poco de café.
Estaba pensativo.
Quería apoyar a su hijo aunque no estuviera de acuerdo en su decisión.
Si tan solo la Señorita Elwes tuviera la edad de Albus o fuera más pequeña que él, no se encontraría tan preocupado, pero ella era más grande, tenía casi la misma edad que su ahijado Teddy y cabía la posibilidad que ya tuviera hijos pero hasta donde había escuchado no tenía compromisos más allá del que tenía con Albus.
Ella había vivido más cosas que su hijo, ya sabía que Albus era mayor de edad, no era un niño pero para el sería su bebé para siempre, desde el momento en el cual lo cargó en sus brazos se volvió lo más importante, Albus era quien más se parecía a Harry, había heredado sus ojos verdes.
Supo por medio de Lily que James había estado discutiendo con Albus, debía hablar con el mayor de sus hijos.
0000
Había tenido un día agitado, ya quedaba poco tiempo para la boda de Matt, todos los preparativos estaban por terminar, aunque en teoría iba a ser una boda sencilla llevaba mucho trabajo.
El pastel, los vestuarios, el juez, las invitaciones, la comida, el salón, la recepción y lo que faltaba aún que estaba pendiente de liquidar.
En ese momento se preguntaba si una boda con Albus sería sencilla o en este caso al ser un mago de élite sería lujosa.
¿Por qué se ponía a pensar en una boda con Albus? Si apenas se estaban conociendo. Bueno ya estaban comprometidos pero solo de palabra porque aún no le habían dado el anillo de compromiso. O quizás los magos no daban anillos.
Lottie ya no sabía que pensar. Se suponía que debía alejarlo porque ella no estaba lista para un matrimonio. Pero no podía explicar porque cuando veía a los ojos a Albus sentía que no podía dejarlo solo.
Ojos de borrego menso dijo Matt que eran. No sabía si regañarlo o darle la razón. Se recostó en su cama pensando en que podría hacer, aún no lo había invitado a la celebración que cada vez estaba más cerca.
Faltaban apenas unas semanas.
Se quedó dormida al cerrar sus ojos marrones. Le solía pasar cuando se hallaba cansada.
Despertó un par de horas después, tenía una sábana puesta encima, quizás su mamá la había visto dormir sin cubrirse. Luego recordó que no era posible que eso hubiera pasado. Su madre y su padre habían viajado a la casa de la abuela Charlotte.
Y Matt estaba de turno en la comisaría.
¿Quién la había cubierto entonces?
Se asustó por un breve momento, hasta que recordó que tenía un novio mago que posiblemente se había colado en su casa, le parecía gracioso el momento, Albus siempre llegaba a su casa cuando sus padres no estaban.
–¿Despertaste ya mi amor? – Escucha la voz de su enamorado del otro lado de la puerta.
–¿Cómo entraste en la casa? – Su curiosidad era mas fuerte en ese momento.
–Con un Alohomora. La verdad sólo lo usamos en emergencias.
–¿Verme dormir es una emergencia? – Apenas pudo disimular su risa cuando notó que Albus se quedaba callado del otro lado de la puerta.
–Estas sola en casa. Alguien tiene que cuidarte.
–Puedo defenderme sola. ¿Alguna vez te conté que trabajé como guardaespaldas?
–¿De verdad? – Albus no lo sabía, había mucho que tenía que conocer de su amada.
–Soy más fuerte de lo que aparento. Te apuesto que podría cargarte en mis brazos sin mucho esfuerzo. Incluso podría construirte un fuerte de Almohadas sin tardar tanto. – Se levantó de la cama, caminó para abrirle la puerta al chico, quien se sonrojó al verla despeinada.
–¿Cargarme a mi?
–¿Quieres que te lo demuestre?
Albus no respondió pero Lottie ya lo había tomado desprevenido, lo levantó del suelo, sosteniéndolo en sus brazos, se sintió tan ligero mientras ella se reía de la sorpresa evidente en el rostro de él. Ella empezó a reír porque el chico no podía reaccionar ante la acción de la pelinegra.
–¿Tan ligero soy?
–Es la fuerza que tengo desde pequeña, soy más fuerte que Matt y mi papá juntos. – Lo bajó con lentitud– Por eso logré trabajar de guardaespaldas, al principio muchos creían que por ser mujer era débil pero les demostré lo contrario.
–¿Aún podemos hacer el fuerte? – Albus solo quería pasar mucho tiempo al lado de ella. Conocer cada detalle importante.
Y tal cómo le había dicho Lottie, lo había construido con rapidez en su habitación. Era la segunda vez que Albus estaba en la habitación de Lottie, aunque notó que no habían tantas cosas de ella.
–Esta era mi habitación cuando era niña. Cuando me mudé a la universidad me llevé mi ropa, se que te preguntarás porque está vacío este lugar, después de graduarme me dediqué a viajar por el país, no tenía un lugar fijo donde vivir, regresé a la casa por la boda de Matt. Incluso estaba viendo la posibilidad de irme a América. Pero ahora todo ha cambiado.
–¿Qué te hizo cambiar de opinión?
– Tú. – Escogió que lo ideal era no decírselo todavía – Mejor vamos a jugar en el fuerte un rato. – Lo tomó de la mano para que pudieran ver el fuerte de almohadas.
Se divirtieron como dos niños, Lottie podía recordar cuando jugaba con su hermano o los amigos que tuvo en su infancia en el jardín de su casa, de aquellas personas no había perdido el contacto con su mejor amiga Amelia Smith y su amigo Richard Grayson.
Hacia años que no reía tanto. Incluso después de explorar el fuerte se quedó dormida muy cerca de Albus. Quien la abrazó con fuerza. Lottie no entendía porque estando junto a Potter encontraba seguridad, tanta como para quedarse dormida frente a él.
Al único que no le hizo gracia encontrarlos dormidos y abrazados fue a Matt.
Pero ¿Quién era el para despertarlos? Cuando Albus despertara lo sacaría a escobazos de la habitación de su hermana.
