Wen Ruohan conoció a Jin Guangshan durante una conferencia de discusión.

Wen Ruohan había estado asistiendo a estos desde que comenzó su entrenamiento y se hizo evidente que era un prodigio, por lo que se vio obligado a estar siempre detrás de su padre para aprender a ser un tirano, en pocas palabras.

Jin Guangshan, por su parte, era un mocoso malcriado y arrogante con poca o ninguna decencia. ¡Nunca se llevaron bien y nunca lo harían!

Está bien, tenía que admitirlo. Tenía un pasado oscuro y ese pasado oscuro consistía sólo en el hecho de que una vez había hablado con la perra amarilla1 con regularidad. No eran amigos en sí, más bien simples conocidos porque solían aburrirse durante las conferencias si no tenían a nadie más con quien hablar, y nunca tuvieron nada en común.

Por fortuna, Jin Guangshan era una muy mala influencia y, con el tiempo, su padre hizo que dejara de hablarle. Agradeció al viejo la única acción caritativa que hizo en su vida.

—¡Oh, vamos! Si hablaras con él quizás no sea tan malo...

Wen Ruohan fulminó con la mirada a Lan Peizhi.

—Siempre lo fue. Cuando teníamos catorce años, conocía a muy pocos discípulos varones que no se hubieran acostado con él.

—Y yo que pensaba que sólo acosaba a las mujeres —jadeó ella, sorprendida.

—A mí también me sorprendió. No recuerdo que persiguiera a ninguna chica por aquel entonces. Supongo que ahora lo hace porque es más difícil forzar a alguien con el mismo poder.

—Pobre Líder de la Secta Jin, no tener tanta polla como desea con desesperación...

Su ceño disgustado la hizo empezar a reírse, así que le arrebató la copa de la mano, poniéndola de nuevo sobre la mesa.

—Ya es suficiente vino para ti, no necesito esas imágenes en mi cabeza.

—Oye, a lo mejor debería dedicarse a la prostitución. Tengo la sensación de que se le daría bien.

—¿Qué te hace pensar que no es un prostituto?

Ella cayó de espaldas, riendo, pero era sobre todo porque estaba mareada y no podía mantenerse erguida.

Lan Qiren los encontró así, con Lan Peizhi tirada en el suelo y Wen Ruohan bebiendo otra copa de Sonrisa del Emperador. Sacudió la cabeza y limpió las botellas de la mesa, luego las sustituyó por agua para ayudarles a recuperar la sobriedad.

—¿Es sobre el Líder de la Secta Yao otra vez? —preguntó, desinteresado, ya acostumbrado a sus payasadas.

—Hablamos de las aventuras sexuales de Jin Guangshan —balbuceó Lan Peizhi, con los ojos cerrados.

Lan Qiren casi tropezó con su túnica. Tenía la cara verde, lo que se ganó una mirada curiosa de Wen Ruohan.

—Me encontré con él una vez, mientras estaba... um... haciéndole un favor a un discípulo mayor de Ouyang.

—Ugh, necesito vomitar. —Wen Ruohan llenó su taza con agua y se la bebió toda de inmediato.

Lan Peizhi buscó a ciegas la mesa, y al no encontrar su taza, se dio por vencida y decidió que no valía la pena.

—¿Por casualidad Jin Guangshan y Lan Shirong se conocían?

Wen Ruohan lo consideró.

—¿Eso pasó2?

Lan Qiren no podía recordar ni una sola vez que su hermano mayor hubiera hablado con el heredero Jin aparte de saludos y cortesías.

—No que yo sepa... Jin Guangshan no venía a las conferencias y a mi hermano no le gustaba asistir a las Conferencias de Debate a menos que fuera necesario.

—Es bueno saber que no tiene ninguna relación personal con nosotros entonces.

Wen Ruohan se calló bebiendo más agua.

Había prometido no decir nada… maldito seas, Ruolan, pensó.

Había conseguido no pensar en ello durante años y ahora le dolía la cabeza. Estúpidos hermanos, ¿quién los necesita? Él ciertamente no necesitaba uno como Ruolan. Ese mocoso tonto.

Lan Qiren lo miró con los ojos entrecerrados, conociéndolo bien.

—Te voy a dar un puñetazo si se trata de lo que pienso.

Wen Ruohan bajó su copa, ofendido.

—Merecería un puñetazo si me hubiera acostado con él, pero tengo dignidad, ¿cómo te atreves? —Hizo una pausa por un segundo, y decidió que tenía que delatar a su hermano—. Pero mi hermano no.

Lan Peizhi se despejó lo suficiente como para sentarse.

—¿En serio? Pensé que tenías una familia sana.

—Wen Rong es perfectamente normal. Ruolan es un mocoso.

—He cambiado de opinión. —Lan Qiren alcanzó el alcohol—. Necesito esto.

Wen Ruohan no había visto a Lan Qiren borracho en su vida, pero había bebido con Lan Shirong suficientes veces como para saber que los Lan no debían beber. Extendió la mano por encima de la mesa, pero ya era demasiado tarde. Parecía somnoliento, y entonces perdió el equilibrio, cayendo de espaldas inconsciente.

Lan Peizhi lo pinchó con un dedo.

—¿Lo matamos...?

—No —él suspiró mientras se movía alrededor de la mesa totes3 y lo recogió—, los Lan no pueden beber en absoluto... No estoy seguro si se despertará.

Ella tarareó y luego examinó a su cuñado a detalle.

—¿Cuántos años tiene? Esa perilla no ayuda.

—No paro de decírselo, pero tengo que admitir que tiene cara de niño sin ella. No sé la edad... Yo tengo 32, así que unos... ¿28?

Bebió lo que quedaba de la taza de Lan Qiren.

—¿Qué dices de afeitarlo?


—Lan-shushu, ¿puedo hacer una pregunta?

Lan Qiren estaba de mal humor, pero el pequeño Wen Ying no tenía la culpa de eso. El niño de nueve años podía ser enérgico, pero era un buen chico (y muy inteligente).

—Sí, adelante.

Wen Ying se sentó junto a la mesa.

—Sé que hay reglas que lo prohíben... pero ¿por qué los cultivadores no pueden usar el resentimiento como nosotros usamos la energía espiritual? Baba dice que puedo pensarlo una vez que sea mayor, pero tengo que saberlo.

Wen Ying había empezado su entrenamiento no hacía mucho, pero ya estaba inventando talismanes y superándose en todas sus clases. El hijo genio de un genio, como cualquiera esperaría.

—El resentimiento es peligroso —respondió de forma automática— daña el núcleo dorado. E incluso si encontraras una forma de controlarlo, seguiría perjudicándote, ya que no hay un equilibrio entre él y tu energía espiritual.

—¿Y si hubiera una forma de limpiarlo?

Lan Qiren suspiró.

—Eso es algo que puedes preguntar cuando tengas un mejor entendimiento. Tienes nueve años. Sigue estudiando duro antes de pensar en ello.

Wen Ying hizo un mohín, pero asintió.

—Sí, Lan-shushu... ¿puedo ir a jugar con Zhanzhan?

—Sí.

Suspiró una vez más mientras él salía de la habitación medio corriendo. Si fuera cualquier otra persona, estaría preocupado, pero ese niño tenía buen corazón, sólo sentía curiosidad.

Aun así se lo diría a Wen Ruohan, por si acaso.


Había llegado, era el momento. Lan Qiren en realidad no quería enfrentarse a los Ancianos, pero era por una causa justa. Además, Wen Ruohan había hecho varios esfuerzos y movido múltiples hilos para ayudarle en el asunto, sería beneficioso para sus sobrinos.

—¿Estás loco? ¿Tengo que recordarte que es una asesina?

—Lan Peizhi nunca tuvo un juicio justo. Sólo nos fiamos de la palabra de mi hermano, y te recuerdo que mi hermano es la persona a la que menos quieres creer en este caso. Si hubiera estado tan loca como quieres que parezca, no se habría asustado como lo hizo.

—El hombre al que mató también era tu maestro, Qiren. ¡Ya es bastante malo que aún la dejes ver a tus sobrinos!

—¡Tienen derecho a estar con su madre, especialmente cuando su padre ni siquiera se molesta en verlos por una vez! —Respiró profundo, tratando de calmarse antes de continuar—. Sólo estoy sugiriendo que se escuche su versión de la historia por una vez.

—¿O qué?

Sí. Necesitaba golpear a alguien en la cara.

—La liberaré.

Uno de ellos se burló.

—Por supuesto.

Lan Qiren levantó la cabeza con confianza.

—¿Has olvidado quién es el Líder en funciones de la secta aquí? Sólo tengo que pedir la aprobación de mi hermano, y él ya dijo que sí.

No lo había hecho. Lan Shirong no había hablado con nadie, ni siquiera con él, durante doce años. Pero Lan Qiren había preguntado, y simplemente tomó el silencio como un sí. Detalles menores.

El anciano golpeó la mesa con el puño.

—Esa mujer no puede dejar su confinamiento.

—Ella puede. Y lo hará. Seguirá bajo supervisión, pero sigue siendo la esposa del Líder de Secta y la madre de mis sobrinos.

Ahora venía la parte fácil, demostrar que Lan Peizhi estaba perfectamente cuerda.


—¿A-Zhan?

Lan Huan sonrió a su hermano pequeño y le acarició la cabeza. Lan Zhan había estado acariciando los conejitos, y se veía tan lindo.

—Xionzhang.

—El tío dijo que podemos ir a ver a mamá.

Lan Zhan parpadeó.

—Aún no es tiempo.

—Dijo que es una ocasión especial.

Lan Huan tampoco lo entendía, pero era una oportunidad para ver a su querida madre, así que no le importó. Tomó la mano de su hermano y caminaron alrededor de la montaña a la casa de gencianas.

Su tío los esperaba junto a la puerta.

—Tío. —Ambos se inclinaron.

—A-Huan, A-Zhan, vamos adentro.

Por lo regular nunca se quedaba con ellos durante las visitas, dejándoles tiempo a solas con su madre, así que esto era sin duda algo importante.

Su madre estaba sentada junto a la mesa, terminando de comer, y también pareció sorprendida de verlos, pero abrió los brazos con gusto cuando Lan Zhan la abrazó.

—Mis bebés, —besó las mejillas de ambos— ¿de verdad ha pasado tanto tiempo?

—Quería hablar con ustedes tres. —Lan Qiren se sentó.

—No hice nada —Lan Huan soltó de forma instintiva, era muy consciente que, de los dos, él era el más propenso a meterse en problemas.

—No se trata de eso —le aseguró, con una sonrisa en los labios—, se trata de tu madre.

Yo no hice nada.

—Lo sé. De eso es de lo que estoy intentando convencer a los mayores.

Ambos chicos se miraron confundidos. Lo único que sabían era que a nadie le gustaba su madre, y que aparte de ellos, sólo Wen Ruohan y su tío la visitaban.

—Nunca aceptarán la verdad —ella resopló, concentrándose en cepillar el pelo de Lan Huan en su lugar.

—No tienen por qué hacerlo, —él se levantó de nuevo, quitándose la suciedad invisible de la túnica— es tarde, casi la hora de cenar.

Los chicos se levantaron de mala gana, pero su tío se detuvo en la puerta y se dio la vuelta.

—¿Y bien? ¿No vas a comer? —preguntó a su cuñada.

Ella abrió la boca y la cerró. Luego miró escéptica hacia la puerta abierta.

—No —ella se negó a creer.

—No puedes irte de Descanso de las Nubes, pero puedes salir.

Lan Peizhi abrió los ojos como platos y, tras un par de segundos de silencio, se desmayó.


Era tarde, pero no era raro que el palacio siguiera activo hasta bien entrada la noche. Los sirvientes se apartaban e inclinaban, intercambiando susurros y murmullos, temiendo la reacción de su Líder de Secta, aunque en los últimos años se había mostrado mucho más sereno.

Cuando las puertas del estudio de Wen Ruohan se abrieron de golpe, éste levantó la vista y luego puso los ojos en blanco, volviendo a bajar la mirada hacia sus papeles.

—No te voy a dar más dinero.

—¿Esa es la bienvenida que le das a tu hermano?

—No estoy de humor, Ruolan.

El otro se mofó y se plantó justo delante del escritorio, con las manos apoyadas en las caderas.

—Creía que la familia debía ayudarse mutuamente —dijo en un falso tono dulce.

—Fuiste tú quien dijo que nunca volvería —replicó Wen Ruohan con brusquedad, enviándole otra mirada fulminante.

—No funcionó —él murmuró.

—Nunca funciona.

—Al menos yo lo intento, no como tú, a quien le sirvieron de todo desde que nació-.

—He dicho que no estoy de humor —cortó mientras bajaba de golpe el cepillo y lo miró por fin a los ojos—, y no vamos a tener esta conversación otra vez. Si metes la pata, no es asunto mío. Ya no eres un niño.

Siempre el niño problemático. Como su padre ya tenía un heredero perfecto cuando él nació, nunca fue importante, y por eso se le ignoró. Mientras Wen Rong veía por sí mismo, Wen Ruohan se desvivía por hacer al menos lo que podía por su hermano, y en cierto modo lo consiguió. Se habían llevado bastante bien, pero Wen Ruolan era jodidamente testarudo y nunca entendía razones.

—Da igual... me iré en cuando tenga algo de oro.

—No.

—¡No volveré esta vez!

Wen Ruohan se levantó y caminó alrededor del escritorio para estar cara a cara. Era casi una cabeza completa más alto, y era más fuerte. Si realmente quisiera, podría hacer que se quedara.

—Desapareciste por diez años, Ruolan. Me importan un carajo tus aventuras o lo que sea que estés haciendo, y me seguiría importando un carajo si las hicieras aquí. O te quedas en Ciudad Sin Noche y continúas con lo que sea que estés haciendo, o te vas sin mi ayuda para siempre.

El otro apretó los puños, preparado para empezar a gritar sobre lo injusto que era, cuando la puerta se abrió. Se giró con brusquedad, sabiendo que ni siquiera su hermana entraba sin llamar, y se encontró con que allí había un niño.

—Sólo quería ver si habías terminado —dijo con timidez, escondiéndose de forma parcial detrás de la puerta.

—No pasa nada. Ven aquí.

Wen Ruolan vio como el niño corría hacia su hermano y lo abrazaba por la cintura. Wen Ruohan le acarició la cabeza con suavidad.

—Ya he terminado mi entrenamiento de hoy, pero Xu-ge está ocupado y Chao-ge está siendo malo otra vez.

¿Desde cuándo su hermano había tenido otro hijo? Por lo que él recordaba, su mujer había estado demasiado enferma en los últimos años de su vida como para levantarse siquiera de la cama. Y de todas formas no se parecía en nada a él.

—Hablaré con Chao-er mañana. ¿Por qué no estás en la cama?

—No me has dado mi beso de buenas noches, baba —protestó.

Wen Ruohan empujó el pelo del chico detrás de la oreja y le besó la frente, mientras Wen Ruolan lo miraba completamente boquiabierto; se suponía que su hermano no era... ¡suave!

—Te voy a acostar —miró a Wen Ruolan por última vez—. Tú y yo podemos hablar de esto mañana. Vamos, solecito.

Qué-de-monios.


El nombre del chico era Wen Ying, y todo lo que sabía era que su hermano literalmente lo había sacado de la nada, diez años después de irse. El niño era su favorito, y era un genio como el propio Wen Ruohan. Todo el mundo ya estaba esperando que el niño se convirtiera en el próximo Líder de Secta.

Más importante aún, su hermano mayor había pasado por un cambio drástico. Su temperamento volátil había sido prácticamente domesticado desde que adoptó a su hijo, y era mucho más amigable y razonable si quería serlo. Incluso tenía amigos, según lo que logró observar.

Sólo… ¿qué diablos?

Se sentía como ver a un alienígena; su hermano dejaba que el niño interrumpiera en todo momento, dándole toda la atención que quería, y nunca se enojaba con él.

Wen Ruolan no sabía cómo sentirse.

Mientras crecían, Wen Rong había estado ocupada defendiéndose a sí misma, sin tener mucho tiempo para hacer nada sobre el abuso de su padre; de hecho, no habló con ella en absoluto.

Su hermano era diferente, a pesar de que estaba bajo una terrible presión y expectativas, trató de hacer cosas por el niño que estaba completamente abandonado. En cuanto a Wen Ruolan, era su única familia real; incluso entonces... era injusto: ¿por qué era el único que no tenía afecto real? Wen Rong y Wen Rohan habían tenido a su madre, ahora cada uno tenía su propia familia feliz, y él se había quedado sin nada. ¿Cómo iba a aceptar eso?

Si sales por esa puerta, no te atrevas a volver nunca más; eso es lo que le dijo su padre la primera vez que se fue de casa, y lo que su hermano básicamente le había estado insinuando en ese momento.

Wen Ruolan miró hacia el palacio, amargado, y se marchó en silencio antes del amanecer.


—¡Lo juro, la próxima vez que lo vea lo encerraré!

Wen Rong asintió con la cabeza, concentrada en preparar la medicina en tandas separadas.

—Te preocupas demasiado por él —dijo al fin, tras escuchar casi una hora de desvaríos— tú no eres su madre.

Wen Ruohan la fulminó con la mirada.

—Algún día se meterá en problemas y no podré sacarlo de ahí. Diez años; antes habían sido meses, pero nunca tanto tiempo.

—Es un adulto. Puede hacer lo que quiera.

—¡Tenía quince años cuando se fue!

Según su padre, Ruolan no necesitaba entrenamiento ya que tenía un cultivo muy bajo, por lo tanto, se lo había dejado a los sirvientes, que no habían podido pasar de sus berrinches. Desde que tenía edad suficiente para volar o burlar a los guardias, se había escapado del palacio; Ruohan lo persiguió siempre que pudo, pero al final volvía a marcharse.

—Creí que eran muy unidos.

Wen Rong admitió que pudo haberlo hecho mejor en ese entonces, pero después de la muerte de su madre no se atrevió a mirar a Ruolan; había hablado con él sólo cuando no era más que en absoluto necesario, y eso fue todo.

—Nunca lo intentaste.

Miró a su hermano, que la miraba con intensidad.

—Es demasiado tarde para eso.

—¿Demasiado tarde? ¿Ya era demasiado tarde cuando nació? Porque fue entonces que te rendiste.

Wen Rong frunció el ceño y dejó sus cosas a un lado.

—No necesitaba otro hermano entonces, no lo necesito ahora. Es un extraño para mí.

Él se rio, pero fue un sonido medio histérico. Pasándose los dedos por el pelo, le dio la espalda para mirar por la ventana.

—Todos nosotros estamos tan jodidos... padre, Ruolan y tú... no dejas de tirar de mí en diferentes direcciones todo el tiempo, y te niegas a escuchar cuando intento arreglar las cosas. Intento decirte que nuestro hermano podría hacer que lo maten y... ¿sabes qué? Olvídalo.

Bajó la mirada hacia la mesa, centrándose en uno de los nudos de la madera oscura.

—No, tienes razón. Todos éramos egoístas, y a pesar de que a menudo intentas fingir que también lo eres, eres más como nuestra madre. Te preocupas, y por eso insististe en interesarte por mi medicina y en perseguir a Ruolan una y otra vez, quizá por eso estuviste tan deprimido durante los años anteriores a la adopción de Wen Ying, a pesar de que nunca hablas de ello. Lo siento.

Wen Rong sabía que su hermano nunca le iba a contar lo que había pasado, lo que lo había traumatizado hasta el punto de que parecía querer morir.

—Ruolan estará bien —intentó tranquilizarlo—, puede que sea impulsivo, pero es inteligente y sabe cuidar de sí mismo. Deberías preocuparte por tus hijos.

Él asintió con lentitud.

—Te dejo con tu trabajo —él empezó a caminar hacia la puerta, sólo se detuvo un segundo— Nos vemos sanador-4, Rong-jie.


Lan Shirong no había podido concitar una sola palabra desde el día de su boda, justo después de sus votos matrimoniales; no cuando su esposa fue llevada a su nuevo confinamiento, ni cuando Lan Qiren vino anunciando el nacimiento de Lan Huan, ni cuando Lan Zhan fue concebido. Después de eso, todos dejaron de intentarlo.

Debía explicaciones a mucha gente que simplemente no había dado, pero la persona que quizá más se lo merecía fue la que vino durante su noche de bodas.

Y tal vez, si su esposa5 no hubiera estado en la habitación, habría tenido el valor suficiente para abrir la puerta y enfrentarse al hombre roto. Pero no lo hizo.

Fue el mayor arrepentimiento de su vida.

No intentaba fingir que no había hecho nada malo, porque sabía que lo hizo. Había hecho cosas imperdonables a las personas que decía amar, y ahora estaba pagando las consecuencias.

En aquel entonces, no había intentado defenderse lo más mínimo. Por supuesto que se había sentido fatal por enamorarse de su mujer a pesar de no ser un hombre soltero, pero su yo racional no fue suficiente para mantener su impulsividad en su sitio y el resultado fue... esto.

Todavía no entendía por qué lo había hecho. Wen Ruohan había sido el centro de su universo, por quien lo daría todo, la única persona que había tocado su cinta; había estado seguro de que era su alma gemela, incluso durante la boda y las dos veces que se acostó con su mujer, su mente volvía a él.

Pero había sido demasiado codicioso, queriendo a dos personas diferentes al mismo tiempo, y por eso, pagó el precio.


Wen Ying habría estado mirando hacia abajo con vergüenza, temiendo meterse en problemas, si no fuera porque conocía muy bien a su padre, y estaba seguro de que se saldría con la suya.

Wen Ruohan se cruzó de brazos, a estas alturas ya estaba acostumbrado a la actitud arrogante de los niños de once años, después de haber pasado por lo mismo con Wen Xu y Wen Chao.

—Le diste a Jiang Wanyin un puñetazo en la cara.

Wen Ying no reaccionó ante la afirmación.

—Sí, baba.

—¿Por qué?

—Se estaba portando mal con A-Xuan —contestó con sinceridad— y si no lo hubiera hecho yo, lo habría hecho Zhanzhan, así que probablemente le salvé la vida.

Wen Ruohan suspiró. La verdad era que Lan Wangji era una maldita amenaza, el chico se comportaba con normalidad —siendo el niño dorado de Lan Qiren y todo— pero se reflejaba algo de su madre cada vez que uno de sus mejores amigos era molestado. Sólo empeoró cuando obtuvo permiso para llevar una espada, momento en el que Peizhi ya le estaba enseñando con orgullo los lugares más adecuados para apuñalar.

Nadie quiere tener enfadado a un niño apuñalador.

—Aún así le rompiste la nariz a Jiang Wanyin.

—A-Sang me retó diciendo que no podría hacerlo de un solo golpe... —murmuró.

No estaba seguro si sentirse orgulloso de que su hijo tuviera tales amigos, o preocupado; Nie Huaisang parecía débil, pero no lo era. Si alguien le preguntara, Wen Ruohan podría decir con confianza que él era la peor influencia del grupo.

El único medio cuerdo entre los cuatro era Jin Zixuan.

—A-Ying, tú no golpeas a la gente.

—Sí lo hago —el chico levantó la cabeza y frunció un poco el ceño— siempre está intimidando a A-Xuan, baba.

Wen Ruohan se inclinó para estar al mismo nivel que él.

—Wen Ying, no golpeas a la gente si está por debajo de ti. Eres mucho mejor que él, así que no dejes que piense que eres igual.

Al diablo con todo, no es que el chico fuera a escuchar de todos modos... y en efecto, le había roto la nariz a Jiang Wanyin de un puñetazo, se sentía orgulloso.

—¡Sí, baba!

Wen Ying era un buen niño, no abusaría del poder que acababa de depositar en sus manos, lo más probable es que lo utilizara para hacer travesuras y evitar que sus amigos, muy salvajes, cometieran asesinatos hasta que cumplieran los quince años por lo menos. Wen Ruohan le alisó el pelo para hacerlo parecer algo más ordenado.

—Bien. Vuelve con tus primos.

Dios, ese niño crecía demasiado rápido.


El verano había llegado a su fin y, con el frío otoñal que comenzaba a asentarse, comenzaron los preparativos para la ceremonia de nombramiento de Wen Ying.

Era el más joven de su grupo de amigos, por lo que Lan Zhan ya había recibido su nombre de cortesía, pero ahora tenía doce años ¡y estaba a punto de conseguir el suyo!

Al principio se había sentido confundido ya que a pesar de que sus hermanos eran mayores, nunca habían celebrado una ceremonia de nombramiento, hasta que su padre le explicó por qué. En pocas palabras6, todo se reducía a la tradición.

Qishan Wen decidía los herederos de una forma muy extraña; a diferencia de otras Sectas, el mayor no tenía el título de forma automática. En su lugar, se elegía al más fuerte de los hijos, pero también dependía de muchos factores. Las mujeres podían hacer cualquier cosa en su Secta, excepto liderar, así que no se tenía en cuenta a las hijas para el título, a menos que no tuvieran hermanos, en cuyo caso la más fuerte de las hijas heredaría la Secta. Si un Líder de Secta tenía hijas y un hijo, el hijo era el heredero de forma directa. Si había más de un hijo, como con su padre, el más fuerte sería el heredero, y en su caso, estaba entre los tres. Y sólo el heredero tendría una ceremonia de nombramiento.

Wen Xu era tres años mayor que Wen Chao, y Wen Ying era menor que Wen Chao por dos años más, así que tenían mucha ventaja en cuanto a experiencia y estudios; e incluso así, Wen Ying les había superado lo suficiente como para ser elegido heredero. A su hermano mayor no le interesó en absoluto, porque en realidad no le importaban muchas cosas. Wen Chao, por otro lado, estaba descontento, pero él... no era con exactitud alguien inteligente o fuerte como lo era Wen Ying.

Wen Ying ni siquiera estaba seguro de si sería capaz de dirigir una Secta como lo hacía su padre, pero su baba era su héroe y quería que se sintiera orgulloso. De todos modos, tendría años para aprender.

Lo único malo era que, después de su ceremonia, sus estudios aumentarían, y con ello no podría ver a sus amigos tan a menudo. A-Xuan también iba a ser Líder de Secta, así que él solo ya estaba muy ocupado; Lan Zhan también había empezado a ayudar mucho más a su tío y a su madre, por lo que no podía verlos con frecuencia; sólo quedaba Huaisang, que tenía todo el tiempo del mundo porque estaba bastante mimado tanto por su padre como por su hermano mayor.

Pero habían prometido escribirse todo el tiempo, ¡así que todo iría bien!

.

.

.

La noche de su duodécimo cumpleaños, Wen Ying fue presentado como Wen Wuxian, y aunque no compartía sangre con su familia, todos los presentes pensaron que era exactamente igual que su padre.

También fue el día en que le regalaron su espada y una flauta adornada con una borla roja.


N/T: Aquí no funcionan los números chiquitos D:

(1) Creo que olvidé mencionarlo antes, pero WRH dice yellow bitch a la perra amarilla y suena genial, sin embargo, no estoy muy segura de eso en español. Lo mantuve en español, por cuestiones de traducción, pero si veo que para cuando termine esta historia, son muchos los que quieren que se deje en inglés, podría cambiarlo.

(2) Did they? Es lo que dice, pero si lo dejaba como "¿lo hicieron?" no se iba a entender, sobre todo si le agarraron el doble sentido xD, así que lo dejé para que sólo se entienda que quería repetir la pregunta.

(3) Sigo pensando que totes pudo haber sido un error de dedo o algo, pero sí me aparecen "mesas totes" cuando busco en internet, aunque son extrañas y no veo cómo podrían estar en la China Antigua. Si alguien sabe o encuentra bien la definición, por favor díganme por los comentarios. Incluso si es 4 años después :v

(4) La llama en realidad como leader, pero "Líder" es un término que sólo ocupo para los Líderes de Secta, y en general así es en ese mundo, así que pensé que quizás Wen Rong es la Jefe de Sanadores de la Secta. No encontré mención de eso y no recuerdo si lo hacen más adelante, así que para no confundir a nadie sólo lo dejé como "sanador-" cortando lo demás, que bien podría ser "sanador en jefe" (Aquí también entra lo de "¿poner Sanadora en Jefe o no?" TT^TT, dis is so dificult).

(5) En realidad dice bride, que es más como en "novia recién casada" que como girlfriend, por lo tanto, para que tuviera ese impacto lo dejé como esposa.

(6) In redshirt… eso está totalmente fuera de contexto para mí, descubrí que esa palabra se le da a los jugadores que van a partidos pero que no participan por un año para retrasar los años de elegibilidad o algo así, cosas deportivas, todo lo que encontré era con referencia al deporte; entonces, de repente vi "redirigir" por ahí y de alguna forma (considerando el contexto) lo dejé como "en otras palabras", pero seguía sin convencerme el cómo sonaba, así que lo cambié a "pocas".