Capítulo 6: Conocimiento

Por fin había logrado adoptarse a la vida en Jamir, a la soledad de ese lugar escondido entre las montañas. Aquella Torre la sentía como su casa y aquel pequeño pelirrojo que le alegraba los días con su presencia le debía el que continuará en pie. Kiki había llegado en el momento justo para darle motivos suficientes para continuar.

Desde que había salido del Santuario habían transcurrido 5 años y aún le costaba aceptar la realidad, aunque no podía renunciar a su destino como Santo dorado y su único puente de comunicación con el Santuario era el caballero Dohko de Libra que además de comentarle algunos detalles, estaba pendiente de él.

La vida de Mu era relativamente tranquila y aun sin saber exactamente qué debía hacer con el pequeño niño, al ser de su misma raza había considerado que era bueno brindarle algunos conocimientos sobre los lemurianos, la herrería y al notar que desde muy corta edad parecía mostrar algunas habilidades telequineticas, pues pensó en enseñarle a manejarlas para que no se convirtiera en un problema más adelante.

Como cada semana iba al mercado de la aldea más cercana a conseguir algo de comida. Ese día en particular había ido solo, pues había encontrado a su pequeño aprendiz durmiendo muy cómodo.

—¿Kiki?— lo llama mientras se acerca a la Torre —¿dónde estás? No creo que aún estés durmiendo, hace ya varias horas que me fui.

Suspira y mira el lugar, a pesar de lo lejano y solitario que parecía, era agradable. Pensar de esa forma le hizo recordar aquella ocasión en la que hacía llevado a Shaka con el objetivo de que conociera más sobre su raza y a pesar de lo desinteresado que parecía el pequeño virgo había quedado encantado.

¡Ay! No es el momento… — cierra sus ojos — . Ya hasta me habrá olvidado…— si bien ya no lloraba como cuando recién arribo, había momentos en los que la nostalgia lo invadía y no podía evitar pensar en el Santuario, en sus compañeros e inevitablemente en Shaka.

Entre las tontas promesas que ambos habían llegado a hacer, estaba la de estar juntos. El sueño de los entonces aspirantes a caballeros dorados era el de hacerse fuertes y compartir todos los conocimientos que tuvieran y fueran de gran utilidad, para llegar a convertirse en los caballeros más fuertes y valientes en el ejército de la Diosa Athena.

Que tontería…—toma aire y dirige su mirada a la parte de arriba de la Torre de dónde parece salir volando algún pedazo de un objeto que no identifica bien— ¿Eh? ¿¡Kiki!? — sin dudarlo se dirige adentro encontrándose con el lugar completamente desbaratado y al pequeño en suelo, estaba mareado y no podía levantarse —¿Qué está pasando? — lo toma en sus brazos —¿Kiki? ¿qué estabas haciendo?

—S-Señor Mu…— toma aire y lo mira — casi lo logro.

Lo alza y lo lleva con cuidado a la cama — no tienes que esforzarte tanto, apenas estás aprendiendo y sé que es difícil — lo acuesta.

—Pero es que… yo quiero ser como Ud.

Sonríe —seguramente lo serás… — le acomoda las almohadas —, pero como ya te dije no todo se centra en aprender un poder.

—¿Eh?

—Si Kiki, es que tú solo te preocupas en adquirir poder y hay otro tipo de conocimientos que debes adquirir. Debes saber que el cosmos y porque es importante aprender a dominarlo — suspira —. Ahora sí es verdad que deseas aprender las otras técnicas que sé, pues debes conocer que existen Dioses y que hay ciertas personas que son elegidas para servirles — asiente con la cabeza —. Ellos usan las armaduras, que son como aquellas piezas que viste el otro día.

—¡Ay! ¿Por qué debo saber eso?

—Porque… tú posees habilidades especiales y quizás en unos años llegues a convertirte en un caballero del ejército de la Diosa Athena — señala con seguridad, aunque no le revela quien es realmente.

—¿Usted cree eso?— hace un gesto de incredulidad.

—Por supuesto, es por eso que debes de tomar el entrenamiento en serio — lo cubre con la manta.

—Su maestro de quién me ha hablado varias veces, ¿hizo eso con usted señor Mu?

—¡Oh! Si verás… — suspira — mi Maestro fue un gran guerrero, el fue incluso caballero dorado de Athena —menciona con cierta emoción —.Así que él no solo se encargó de entrenarme sino que me brindaba los conocimientos necesarios para que yo igual me convirtiera en alguien fuerte e hiciera lo que me corresponde— hablar de Shion lo hace sentir mal —. Y sabes… al principio pensaba que todo lo que me decía sobre Athena, los caballeros, las armaduras y como son regidas por constelaciones, no tenía ninguna importancia y como tú también me aburría — intenta sonreír —, pero ahora entiendo que si era necesario y que mucho de lo que soy ahora, parte de eso que me decía— lo mira —. Kiki sé que estás muy impaciente y quieres usar tu telequinesis para todo, pero antes tienes que aprender a controlar tu cosmos y borrar de tu mente que todo se basa en la fuerza física.

—Pero Señor Mu, tengo 5 años, usted a mi edad ya sabía bastantes cosas. Según lo que me ha dicho ya dominaba varias habilidades, no solo la telequinesis. Yo a su lado no soy nada, ni siquiera puedo levantar un objeto.

Niega con la cabeza — deja de compararte… — acaricia su frente.

—Destruí todo aquí adentro — hace un puchero.

—Oh bueno, sobre lo que hiciste hablaremos después — le da su ovejita de peluche — ahora debes descansar. De verdad que te excediste.

—Solo quería mostrarle lo que era capaz de hacer y que se sintiera orgulloso. Usted ha hecho bastante por mi.

—Kiki todo lo que hago es porque me importas muchísimo — despelucada un poco su flequillo —. Ahora sí quieres demostrarme lo que eres capaz de hacer, bueno entonces vamos a comenzar a entrenar de verdad, verdad . Tú no solo estás aprendiendo a usar la telequinesis, sino que el otro día hiciste algo fantástico con esas partes de la armadura que estaba guardada.

El niño sonríe — solo lo imité.

—Si, pero para ser la primera vez, estuvo muy bien, así que debo transmitirte todos los conocimientos que tengo relacionados con las armaduras. Porque sabes Kiki nuestra raza se caracteriza por poseer el don de crear y reparar las armaduras.

—¡Eso suena muy interesante Señor Mu! — intenta levantarse.

—Lo es y por eso vas a aprender también sobre ello, pero vamos a hacerlo todo con calma — se levanta —. Aprovecha para descansar. A partir de mañana ya no vas a despertarte tarde y vas a comenzar con tus lecciones y los diferentes entrenamientos, así que estarás ocupado —sonríe—. Regreso en un rato, iré a preparar la cena.

—Que bueno, ya quiero comenzar.

—Lo sé— no puede evitar pensar que así se veía cuando era niño.

(…)

Ya estaba anocheciendo y en medio de tanto desorden encuentra una pequeña libreta que estaba un tanto desgastada y llena de polvo. Era de las pocas pertenencias que había conseguido llevarse con él.

Lo toma y se dirige a un lugar cerca de la ventana — ay maestro… quisiera llegar a ser como usted… por favor le pido que me dé el entendimiento y pueda transmitir todos los conocimientos que usted me brindó— piensa pues aún es joven y tiene miedo de equivocarse.

Mira la noche estrellada antes de abrir aquella libreta en la que encuentra algunos apuntes y frases que había tomado de pequeño cuándo estaba junto a Shion y que consideraba que era importante recordarlas. En otras hojas habían dibujos que había hecho cuando estaba solo, ya fuera en la casa de Aries, en el coliseo o cuando acompañaba a Shion en su despacho. En ellos se distingue: El Santuario, la que parecía ser la casa de Aries, su armadura, su maestro junto a él, sus compañeros de armas y el dibujo que más le llamó la atención, Shaka y él portando cada uno las armaduras de Virgo y Aries respectivamente — Te veías genial…— el tiempo continuaba transcurriendo y Mu aún mantenía la esperanza de que su amigo alguna vez apareciera, aunque Dohko había sido claro en cuanto a no responder los llamados de ese falso Patriarca, pues Athena ni siquiera estaba en el Santuario.

Ya era tarde y no tenía sueño así que continuó revisando su vieja libreta, allí también podía ver cuándo practicaba su escritura en griego y lo mucho que se le dificultaba, aun así había varias hojas en las que se notaba su esfuerzo y dedicación por ampliar sus conocimientos. Siempre pensando en cumplir sus objetivos.

—¿,Uh? — frunce su entrecejo. Además de encontrar pequeños párrafos en griego y en lemuriano, lo que llama su atención nuevamente es un escrito que estaba en otro lenguaje, uno que no era del todo desconocido.

—¿Qué haces allí sentado? —el pequeño aspirante a caballero de Virgo se detiene enfrente de quién considera su amigo.

—Estoy leyendo algunos apuntes que tomé — levanta la mirada de su libreta.

—¿Apuntes de qué?

Se encoge de hombros —no te voy a decir porque a ti no te agrada nada y siempre te molestas.

—Oye Mu, ya me disculpé…— baja su cabeza —, no quería que te sintieras mal por eso.

—Supongo que está bien — cambia la hoja y continúa leyendo.

—¿Me dirás?

Niega con su cabeza —¡No! Te mostraré que es mejor —señala sonriendo —. Ven y siéntate.

Asiente con la cabeza y se acomoda a su lado.

—Aunque intento no distraerme cuando mi Maestro me está enseñando, a veces siento que se me pasan cosas importantes — dice mirándolo —,así que aquí anoto lo que creo que es importante y luego cuando tengo algo de tiempo libre leo lo que he escrito, eso me sirve para recordarlo o para que vea si tengo alguna duda y pueda preguntarle a mi maestro después— le muestra algunas de las hojas.

—Oh… ¿me permites? — estira su mano para ver todo lo que ha escrito.

—A veces también dibujo lo que se me ocurre — se ríe haciendo que en el rostro del hindú se dibuje una pequeña sonrisa.

—Si, ya me estoy dando cuenta —analiza todo —. ¿Mu puedo hacer algo sin que te molestes?

—¿Qué cosa?

—¿Recuerdas que me dijiste que querías que compartiera un poco de mis conocimientos?— el pequeño rubio teniendo aquella libreta se levanta del suelo y aprovechando que estaban en Virgo va a buscar algo con que escribir.

—¿Qué haces? — lo sigue con su mirada atento —¿Shaka?

En aquel escrito hablaba de la importancia de la espiritualidad y la meditación pues en varias oportunidades Shaka había intentado enseñarle. Mencionaba algo sobre el desapego pues a diferencia suya, Mu parecía ser demasiado sentimental y solía aferrarse a las situaciones y a los resultados lo que le causaba problemas y por último le hablaba del Karma, toda acción tiene un efecto sea bueno o malo, eso dependía de la naturaleza de la acción.

En su búsqueda por lograr que Shaka se abriera y confiara en él, Mu había aprendido un poco de Hindi, y por lo que veía aún reconocía algunas palabras.

Pensar en el Santuario y su maestro, significaba que a su mente llegarán los recuerdos de Shaka —.No creo que este haciendo algo malo, ¿verdad? — dirige sus ojos a la armadura de Aries. Con el caos que había causado Kiki, Aries había terminado por salir de la Pandora Box—, tú sigues conmigo a pesar de tanto —habla mientras se acurruca y abraza su vieja libreta —¿sera que me odia?— vuelve sus ojos al dibujo de ambos —, ¿Cuánto te volveré a ver Shaka? ¿Y bajo qué circunstancias nos encontraremos?

Sin tener conocimiento de nada y solo con la compañía de Aries, Mu pasó otra noche entre los recuerdos y la constante incertidumbre de ser considerado un traidor por aquel caballero que estaba lejos de desaparecer de su mente.