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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]
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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.
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CAPÍTULO 34
Asalto
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Un nuevo día iniciaba, la mañana estaba resplandeciente con el sol a lo alto en el cielo, las aves canturreando junto con las olas del mar y el agradable clima semi-tropical reinando en la isla. De alguna manera augurando un maravilloso y fabu-
— ¡WAAAAAAAAAAAH!
— ¡Estoy en el paraíso de las linduras!
— ¡QUÉ MOLESTO ERES!
— ¡Jujujuju con qué tímida…!
— ¡No! ¡Amigo, enserio qué pesado eres…!
— ¡YA CALLENSE…!
— ¡Señorita Ana…!
Bueno… vamos a dejarlo que es un buen-
— Qué ruidosos…
Seguido de la voz de cierta rubia, la posada que se bautiza como una extensión de Funbari Onsen, resonó un estridente sonido como una bola de demolición colisionando con alguna solida estructura junto con los gritos de dolor, susto y quejas. Ante la ola del ruido de voces, una nueva colisión estridente ataco y finalmente todo se sumergió en silencio.
Oh bueno. Dejemos que es solo otro día y ya.
Recibiendo el día con semejante escándalo estaba Zahira que todavía acostada en su cama, miraba el techo con una gran desgana de no querer levantarse y enfrentar lo que hay fuera de la puerta de su dormitorio. Quería ignorarlo pero…
— ¿Y tú cuánto tiempo seguirás en la cama?
Un imaginario hilo de sangre se deslizo en la comisura de sus labios, resignada a la presencia imponente de su mejor amiga que, no bastando en invadir su dormitorio, se encontraba en una esquina. Sentada en el suelo de tatami y enfrente de una pequeña mesa disfrutaba un té, mientras hojeaba una revista.
— Hasta que sea una con la almohada- ¡No…! —Había dicho en plan de broma hasta que se arrepintió, cuando sintió el furyoku de Anna elevarse con un aura peligrosa, seguido de uno de los shikigami que responde por nombre Zenki, apareció volando por encima de la cama e iba arremeter con su escudo como si fuera un mazo sobre su persona. — ¡Ya me levanto, ya me levanto, ya me levantoooo…!
Por fortuna, apenas se corrigió y aseveró como CD rayado la intención de salir de la cama, Zenki desapareció. Zai al verse fuera de peligro, sus brazos y piernas que estaban extendidos hacía arriba, ante el mismo susto como en un vago intento de defenderse del ataque del shikigami; se desplomaron en la cama.
—…Sigo sin verte fuera de la cama.
Zai se incorporo a regañadientes en la cama, mirando con cara de puchero a Anna que indiferente veía la revista. No obstante, no se quejo y apartó las sabanas de encima para cumplir con la demanda de la itako.
— ¿Ya? ¿Contenta?
Anna al escuchar el comentario rebelde con un timbre irónico, alzó la mirada de su revista y miro a la joven turca, sin variar su expresión pragmática al contestar: — No realmente. Apresúrate, pronto el desayuno estará listo.
Con el cabello morado revuelto que casi parece un nido de pájaro, la yukata blanca arrugada y con una cara de poco amigos;se dirigió al baño del dormitorio a cumplir con la autoritaria orden de su amiga. Porque nada bueno saldría con hacer esperar a la displicente itako…
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De camino al comedor, estaban Anna y Zahira a paso tranquilo… o al menos eso se cree, ya que el semblante de la joven Turca se veía apagado con el ceño fruncido. Provocando que la rubia le diera un vistazo cada cierto tiempo, como cerciorándose de su condición.
— ¿Quieres un medicamento para la resaca?
Zai cabeceo en negativa: — La infusión de jengibre con limón que me diste, fue más que suficiente.
Anna frunció el ceño no muy convencida al ver a su amiga colocar una mano a la altura del abdomen por reflejo, pensando que debió haber sido más dura en el castigo con el nuevo grupito de hospedaje. Ya que gracias a estos, ayer en la noche, una vez que llegaron y se sumaron en la cena-celebración de la victoria del Equipo Abyss; en algún momento del festejo le jugaron una broma a Zai de verter en su bebida licor. En consecuencia, la turca tenía una baja tolerancia al licor y por tanto cayó de inmediato inconsciente.
— Estoy bien, descuida —Le aseguro, deteniéndose enfrente de la puerta que conduce al comedor y abriéndola… — ¡¿UFGJD?!
Un raro grito ahogado exclamó Kochō y colocando los ojos en blanco, a la vez que una sensación de nauseas despertó, cuando sintió algo impactar como una bala de cañón contra su estomago. Por fortuna, mantuvo el equilibrio al sostenerse de las puertas corredizas y se aseguraba de respirar por la nariz, exhalando e inhalando, para menguar el vértigo momentáneo.
— ¡Hermana Zai, por favor ayúdame, ayúdame…!
La aludida que tenía una expresión en blanco, su temperamento pronto estaba en estado de ebullición ante la irritación e incluso comenzando hincharse gradualmente unas venas en su sien. Sin embargo, ver a Melos pronto correr hacia su persona y ocultarse detrás de ella, seguido de la propia Milly que se aferraba a su cintura le hizo analizar mejor el entorno.
¿De qué se escondían con tanto ahínco…?
— ¡Oh~! ¿Jugando a las escondidillas~?
Entonces lo comprendió. Ryunosuke Umemiya ha estado desatado e intenso con Milly como con Melos, ya que a los ojos del ex-pandillero eran de su gusto. Ya que era débil ante todo lo que le resulte "lindo", "adorable" y "tierno", sufriendo un desmesurado ataque de entusiasmo.
Ni hablar de Elly, Sally y Lily a quienes les coquetea de manera descarada, aun así estas al menos se logran defender y, cuando se torna insoportable, responden con violencia al activar sus OverSoul (gran parte podían hacer esto porque también Ryunosuke no se defendía al activar su propio OverSoul, ya que entre las tres chicas y él, el segundo era más fuerte no solo en cantidad de furyoku sino en destreza)…
Aun así, pese a la violencia y desagrado que ha recibido el joven Umemiya, no ha reducido ni un poco su actitud entusiasta e intensa que tan solo genera incomodidad. No solo a los implicados, sino a los espectadores que no pudieron evitar intermediar y golpear a Ryunosuke de vez en cuando. Siendo los más activos a la causa: Nathan, HoroHoro, Ren Tao (ocasionalmente), Pailong, Pirika y Tamao (Estás dos salpicándole la persecución de Ryu).
— Mi detector de lindura me dice que es por aquí~ —Canturreo juguetón, acercándose hacia Zahira donde se oculta tanto Melos como Milly, esta última chillando al cruzar su mirada con la de Umemiya por unos segundos.
Anna suspiro e iba a intervenir, ya tronándose los nudillos de sus manos pero… alguien le tomó la delantera.
— Ryu ¿Puedes parar tus acercamientos entusiastas?
— Oh, Señorita Zai me pide algo difícil ¡No puedo reprimir mi apreciación cuando veo una belleza…!
— ¿Es así? Entonces…
— ¿Huh?
Zai acorto la poca distancia entre Ryu y ella, colocándose de puntas para poder situar una mano en la mejilla del pandillero, quién pronto comenzó a colocarse nervioso y sonrojarse.
— ¡Se-Señorita Zai…! ¡Es-Espere yo sé que soy irresistible, pero esto es un ataque fatal para mi…! —Decía escandalizado y avergonzado el pandillero, pero sin hacer el más mínimo esfuerzo de alejarse de la chamana quien la veía acotar distancia entre sus rostros. — ¡Pero estoy dis-dispuesto a sacrificarme y aceptarlo como un hombre…! —Procedió a poner los labios como pescado, muy dispuesto a ser besado…
No obstante, el beso nunca llego y en su lugar sintió un toque en su frente. Cuando abrió un ojo para cerciorarse porque no llegaba el beso, se halló la radiante sonrisa de Zahira que no se proyectaba en sus ojos. Aun así, a sus ojos se veía tan linda como una muñeca pero… sus instintos le advertían de un peligro…
Del cual ya era demasiado tarde para huir.
— ¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! —Gritó Manta seguido de varios en el gran salón.
— ¡Su pe-pelo…! ¡SU PELO!
A continuación, en cuestión de segundos Zahira que con su otra mano situó su dedo índice y anular en la frente de Ryunosuke. Poco tiempo después de su toque, el extravagante peinado del ex-pandillero se deshizo, cayendo su larga melena por sus anchos hombros y espalda hasta la mitad de su abdomen tonificado. Además de tener la boca abierta, mientras le salía espuma junto con sus ojos que tornaron blancos al igual que su tez.
A continuación, unas sombras como tentáculos debajo de Zai emergieron y se enroscaron en las extremidades de Umemiya para luego ser arrastrado a una esquina del gran salón y lo engrapo a la pared. Una imagen que parecía sacado de una película de terror y aparte que parecía como si estuviera siendo crucificado, el joven hombre a veces convulsionaba pero era fuertemente contenido bajo las mordazas de sombras.
Mientras que un silencio como conmoción mezclado de confusión, perduraba en los presentes… Zahira camino hacia Ryunosuke para pasar una mano a la altura de sus ojos, con la sola finalidad de cerrar sus parpados abiertos.
— ¡No! ¡¿Qué diablos le hiciste?! —Cuestionó HoroHoro, siendo el primero en reaccionar.
— Lo puse a dormir.
— ¡¿SE MURIÓ?! —Exclamó asustado Manta, aferrándose a la yukata de Yoh que estaba igual de sorprendido pero no tan alerta como los demás.
— No seas estúpido, enano. ¿No ves que respira? —Intervino Anna a defender la credibilidad de que su amiga no ha cometido un asesinato.
Y entonces un ronquido resonó en el gran salón, proviniendo de Ryu que a pesar de su cara de horror, murmurando algo que no alcanzo a ser inteligible a los oídos de los demás.
— ¿Lo ven? Solo está dormido.
— Ay, lo puso a dormir literal —Comentó Chocolove sorprendido. — ¿Es posible siquiera? ¿Le diste de comer una mariposa o algo parecido?
— Oh no. Si le diera una mariposa como hice ayer conmigo misma, ni siquiera respiraría —Respondió riendo de tan solo pensar en la ocurrencia. Sin embargo, para varios, sobretodos los más allegados al antiguo pandillero no pudieron compartir la misma ligereza. — Solo… tengo la cualidad de dormir a las personas, es un poder chamán insignificante que no tiene muchos usos.
—…Depende a cuán insignificante nos referimos —Señaló Ren que yacía sentado en el suelo en posición indio y de brazos cruzados mirando a Zai que le devolvió la mirada, sin su habitual sonrisa risueña.
La chamana, originaria de Turquía tan solo bufó al saber lo que insinuaba. — Eres un Señorito muy molesto.
— Gracias. Me lo dicen a menudo —Contestó con una sonrisa arrogante como desafiante, chocando su mirada dorada con la plateada. Provocando una insólita tensión en el salón…
— Si ya acabaste, entonces siéntate —Ordeno Anna quién ya se había ido a sentar en uno de los lados estrechos de la larga mesa del comedor, donde sería compartido por Yoh y Manta. Palmeo el lado opuesto donde queda libre y es el borde angosto de la mesa rectangular.
— ¡Siií~!
Canturreo Zai risueña, sus ojos que estaban teñidos de un denso tono azabache que ni la luz alcanzaba a reflejarse y su pupila no era visible; se aclararon en un parpadear. Dejando apreciar el gris cristalino de sus iris que irradiaban vitalidad. Acercándose gustosa y obediente al lado de Anna…
Ante la mirada estupefacta de los presentes que no podían evitar resultarle espeluznante el cambio tan radical en la chamana.
— Dos palabras: bi-polaridad —Comentó McDonnell.
— Yo diría cada día más esquizofrénica —Menciono Lily ajustándose sus gafas.
La risa de la anciana atrajo la atención de los que estaban más cerca. — ¿Y qué? ¿Acaso crees a estas alturas que la normalidad se aplica en nosotros?
— Buen punto, Señora Hilda —Apoyó el joven hombre vestido semi-formal. Tenía el cabello negro peinado hacia atrás, tez morena y ojos de un castaño oscuro, casi dando a negro.
En cuanto los que estaban cerca de la conversación del lado de este sector del comedor, luego de las irrefutables palabras de la mujer de la tercera edad, no pudieron contenerse de mirar a ciertos lugares específicos; siendo los Tao y Fausto junto con sus respectivas compañías.
En consecuencia, suspiraron y asintieron con una inesperada seriedad.
— ¡Qué groseros! —Protestó Jun, frunciendo el ceño y haciendo cara de puchero.
— ¡¿A quién estás mirando?! ¡Si tienen algo que decir, ven y díganlo a la cara! —En cambio Ren explotó, lanzando un corte horizontal que logró ser esquivado apenas por Chocolove y HoroHoro (Yoh como Manta se salvaban por estar al otro extremo de la gran mesa).
…Y Fausto tan solo se rió, ya que era consciente que no estaba en su sano juicio más no le importaba. Negar la realidad, era una discusión sin sentido para él y tiempo desperdiciado que podría pasarlo con su amada Eliza.
Retomando dónde se ubican Anna e Yoh junto compañía, las cosas estaban igual de animadas:
— Uuuh… ¿De verdad está bien?
— ¿Estará mucho tiempo así?
Tanto el joven Oyamada como Asakura no podían evitar preocuparse por su amigo, dando furtivas miradas cada vez que Umemiya se sacudía y murmuraba algo ajeno para ellos.
— Si están tan preocupados, puedo hacer que acompañen a Ryu —Ofreció Zai, quién nuevamente su iris de un gris cristalino se tiñeron de un denso azabache, emanando un aura siniestra como espeluznante junto su sonrisa de oreja a oreja.
El par de mejores amigos pronto miraron a Anna como su salvación, en cuanto la Itako que masticaba una galleta al notar ser observada. Pronto contestó:
— Ese no es problema mío.
— ¿Y bien chicos? ¿Harán los honores de hermandad?
Al ser abandonados a la deriva, pronto cabecearon en negativa a Zai mientras que le echaban sus condolencias a su inconsciente amigo, juntando las manos en modo de rezó.
— Al menos se ha vuelto más suave, maestra —Comentó Nathan.
— Te he dicho que no soy tu maestra.
— Pero me has enseñado mucho.
— ¿Y? Solo te di algunas sugerencias, el resto lo hiciste tú.
— Igual no sería lo que soy-
— No —Le interrumpió cortante, tomando la palabra. — Las enseñanzas como consejos pueden ir y venir, pero al final solo tú decidirás si los aplicas o no. Tus logros son únicamente tuyos, si los alcanzaste es porque tú le pusiste empeño. Es todo.
— Resígnate Redford, Zai es una terca sin remedio —Intervino Sally burlona pero con nostalgia, perdiéndose en un recuerdo desconocido para los demás. — Así como su debilidad con el licor.
Sharona y Elly no tardaron en reírse al recordar su broma de anteayer.
— Hohoho~ ¿Quieres intentar si hoy haces un poco de resistencia al tomar unos tragos, huh~?
— Un par de brindis temprano no le hará daño a nadie.
Zahira que observó con una mirada indiferente a las dos bromistas, se giró a mirar a Anna mientras señalaba a las dos incitadoras: — Hey, Ann ¿Las escuchaste? Creo que los nuevos huéspedes piden pagar una nueva multa de indemnización por incitar problemas y malas costumbres.
No tardaron en exaltarse el dúo que nerviosas protestaron, o al menos esos intentaron porque un furyoku amenazador las hizo callar. Cuando miraron con cautela de donde provenía la energía peligrosa, se toparon con unos brillantes y penetrantes ojos ámbar.
— No hay problema, con gusto les cobraré. El precio será el doble de lo que pagaron ayer —Aseguro la rubia con una sonrisa que tan solo empalideció a Sharona como a Elly, mientras sentían sus respectivos bolsillos encogerse.
— ¡No! ¡¿Por qué es más caro?!
— ¡Tan solo pa-paso un día! ¡Los precios no deberían cambiar…!
— Ugh… Reclamar solo lo empeorara —Aconsejo Oyamada al haber aprendido a la mala que discutir con la Itako no saldrá nada bueno. A la vez que Yoh asentía cruzados de brazos y un aparente semblante serio.
— Ustedes dos, cierren boca —El dúo de mejores amigos contestaron al unísono "Sí, Anita" como un par de niños regañados. — Obviamente los precios suben. Es cuestión de demanda en un negocio ¿Quién solventará el servicio perdido y ocupado, huh?
— ¡¿Qué-?! ¡ENTONCES-!
— Sharona. Si vas a decir lo que creo que estás pensando —Interrumpió Lily luciendo con sus lentes que reflejaba la luz del entorno, dándole un aura erudita como intimidante al no ser visible sus ojos azules. — Te advierto que el contrato de reservación de hospedaje que pagaste. Tiene una cláusula de que no hay devolución de dichos pagos.
Sharona y Elly finalmente se rindieron, cabizbaja diciendo un: — Lo sentimos~.
— Tsk. Mejor fueras dejado que se hundieran —Protestó Zai, extendiendo pronto a degustar una galleta del bol que estaba enfrente en la mesa.
— Gracias a ti, aprendí a no callar mis pensamientos ¿No me dijiste a no ser una ingenua muda?
— Aprendiste bien —Admitió con una sonrisa de satisfacción y relajada, no sabiendo si era por la degustación de la galleta o por el cambio positivo de Lily. No obstante, la peliverde sonrió feliz mientras bebía de su té.
Mily tarareo feliz. — Es inevitable aprender algo con la hermana Zai ¡Su influencia siempre te queda marcada, una vez la conoces! ¡Ho~! ¡Ho~! —Lanzo unos puños al aire como un boxeador con una expresión luchadora. — ¡Si no lo recuerda tu mente, tu cuerpo se asegurará de recordarlo!
Un suspiró sombrío al unísono provino en general en el gran salón, los nuevos visitantes tenían una mirada muerta con una sonrisa condescendiente. El pequeño grupo parecían como unos soldados que a duras penas sobrevivieron a la guerra y por tanto, aunque era un motivo de celebración, eso no minimizaba los horrores sufridos durante la guerra.
— Me están asustando ¿Tan malo era? —Cuestionó HoroHoro colocando los ojos en blanco, ya que el adolescente ainu consideraba que no había peor aprendizaje que bajo la guía de Anna. Y como si las mentes de Yoh, Manta y Fausto estuvieran sincronizadas con el chamán originario de Hokkaido; estos tenían un semblante serio mientras esperaban expectante la respuesta de la pregunta, tragando en seco.
— Pues…
— Ehm…
— Bueno…
— Ah… uhm…
— ¿Cómo lo decimos…?
— Bueno, básicamente —Decidió tomar la palabra Melos, aclarándose la garganta antes de empezar: — Cuando conocimos a Zai, mi madre y yo poseemos cada uno un gran furyoku pero no podemos invocar espíritus al punto de hacer un OverSoul, así que mi padre que si puede, puede efectuar un OverSoul mientras que mi madre y yo le suministramos furyoku.
— ¡¿Entonces de verdad puede hacer eso con el furyoku?! —Preguntaron al unísono Manta, HoroHoro y Chocolove. Su sorpresa era porque hasta ahora solo conocían el caso de Zahira con dicha cualidad.
— Psst, es sentido común ¿Cuántas veces se les debe repetir? Existe furyoku curativo, obvio se puede hacer con el furyoku normal —Intervino Ren, encogiéndose de hombros y no pareciéndole gran cosa. Actitud que provoco la mala mirada del trío que mostraron sorpresa ante la revelación de Melos.
— Pero siempre que haya compatibilidad entre el emisor y el receptor, ojo en eso chicos —Aclaró Jun Tao.
— Exacto, la cuestión… que ante la cualidad tan especial de mi madre y mi persona. Fuimos un blanco perfecto para algunos chamanes —Ya todos pudieron darse una idea, quién era esos supuestos chamanes. — Muchas veces mi padre llevo al límite nuestras reservas hasta que… casi pudimos morir. Honestamente, no nos importaba, todos estábamos dispuesto a darlo todo…
— Oh mi, ya veo porqué se llevaron las tablas en la cabeza —Mencionó Sally riéndose, siendo seguido pronto por varios de los nuevos visitantes que rieron en complicidad, incluso Melos que contaba el relato con una sonrisa nostálgica.
— Pero en eso darlo por todo, era una causa pérdida.
— Por supuesto ¿De qué te sirve luchar tanto, si vas a morir de todos modos? —Opinó Anna.
— Exacto. Zai nos salvo de cruzar tal línea… y se aseguró de enseñarnos bien esto —Se estremeció en su lugar, mientras una lagrimita se asomaba a los costados de sus ojos cerrados con una expresión piadosa. — Fue un sermón que llevo a someter a mis padres y a mí a un riguroso entrenamiento donde sudamos, lloramos y vomitamos sangre…
«— ¡Se supone que eres el padre! ¿Proteger a la familia? ¡QUÉ FAMILIA TE VA A QUEDAR MALDITO BASTARDO, SI LOS ESTÁS MATANDO AL EXPRIMIRLOS COMO UNA MOPA!
Gritaba un adolescente que no se le calculaba más de quince o dieciséis años, vestido con ropa negra de pies a cabeza y una máscara a un costado, mostrando un rostro bonito que no alcanzaba a ser opacado a pesar de las ojeras debajo de sus ojos y su tez algo anémica.
— Pe-Pero… —Balbuceo a duras penas el hombre que en esos momentos hacía sentadillas con una roca atada a su espalda. En consecuencia, su torso desnudo estaba inclinado hacia adelante, obligándolo a sudar de manera excesiva y sobre dicha roca, estaba el adolescente sentado en posición de indio.
— ¡¿Dijiste "pero"?! ¡¿Escuché un "pero" a estas alturas?!
— ¡No, no so-solo…! —De inmediato entró en pánico e intento refutar rápido.
— ¡CIEN SUBIDAS Y BAJADAS A LA MONTAÑA! ¡Vamos muévete, qué el Olimpo no se escala solo! —Demandó el joven, palmeando la roca.
—…Ack…»
Melos suspiró al relatar a su padre, quién se llevo una de las peores parte del entrenamiento. Las enormes rocas atadas a sus extremidades y espaldas, junto a una Zai sentada encima de la roca en su espalda sin callarse por ni un minuto… será una imagen que le quedó grabado en su mente.
«— ¡¿Y tú qué clase de madre eres?! ¡En vez de golpear a tu marido por poner en peligro la vida de tu hijo, aplaudes a la causa! ¡Esos nueve meses de gestación te pasaron en vano!
Reprochaba el adolescente a la mujer que colgaba de cabeza en un risco de alguna montaña con una cuerda maltrecha que daba un augurio desalentador. En consecuencia, parecía que en cualquier momento caería a más de diez metros de altura y se volvería puré de órganos.
—…Fueron si-siete meses.
— ¡Con qué respondona! ¡CIEN ABDOMINALES MÁS!»
Su madre tampoco la tuvo fácil, las rocas atadas a sus extremidades también se incluyeron en su rutina de entrenamiento y, por supuesto, a Zai persiguiéndolo con su molesta boca que no se callaba por nada del mundo.
«— ¡Y tú maldito mocoso suicida como los padres que te concibieron! ¡¿PARA QUÉ CARAJO NACISTE CON UN CEREBRO Y UNA BOCA, EH?! ¡No le digas amén a todo lo que dicen tus padres, en especial si claramente arriesgan tu vida!
—…So-Solo quería a-ayudar… —Protestó el niño con la cara roja con algo de tierra y sudor mezclado al no parar de hacer barras con un par de rocas medianas colgando de sus tobillos (Cabe mencionar, que si flaqueaba, una gran caída de cuatro metros le esperaba).
— ¡Si quieres ayudar, vive tu vida! Tú deberías hacer cosas de tu edad como jugar, hacer amigos, ir a la escuela, etc. ¡No poniendo en juego tu vida!
— ¡¿Pero quién protege a mis padres?! —Finalmente explotó el niño en un berrinche.
— ¡Ellos mismos como lo han estado haciendo antes que tu nacieras, son adultos por dios! ¿Se creen una maravillosa familia unida? ¡Yo les voy a enseñar el verdadero dicho de "Con honor hasta el final", maldito escuadrón suicida!
Un alarido lastimero de tres voces se escuchó en coro, haciendo eco en alguna montaña remota de Grecia.»
Obviamente, Melos no se zafo de sufrir el mismo entrenamiento aunque el número de rocas fue menor dado a su tamaño y edad en aquel entonces, aparte del peso extra de los sermones de la chamana turca que taladraban sus tímpanos como su mente y autoestima. Sin embargo, cuando Zahira se marchó, creyó que finalmente el infierno de los entrenamientos concluyó…
Para su infortunio, sus padres, sobretodo su madre, le agarró el gusto al entrenamiento y ella se aseguró que los tres lo continuaran fielmente, aparte de no bajar el ritmo de dicho entrenamiento. La mayor ironía es que eventualmente le vio los frutos a semejante infierno que llevó al límite tanto su mente, cuerpo y espíritu.
Era como si el Universo mismo se riera en sus caras y le diera la razón a Zahira. Eso fue lo peor definitivamente.
— Les tocó suave —Comentó el hombre joven, quién responde por el nombre de "Anand". Aunque era británico, su nombre era de la India por sus bisabuelos maternos que inmigraron al Reino Unido. — Una persona normal cuando ve que alguien se va a tirar de un puente ¿Qué hace?
— Evitar que se lance ¿No? —Contestó Elly, aunque confundida por el repentino tema abordo.
Anand asintió con una sonrisa condescendiente. —…Pues Zai me ignoró, incluso me deseo una buena caída mientras se iba.
— ¿Qué? —Exclamó Zahira al recibir las miradas persistentes de los presentes en clara perplejidad de tal insensibilidad. — Era su vida, su cuerpo y sus decisiones ¿Quién soy yo para intervenir? Mientras no le haga daño a terceros, no le veo el problema.
— ¡No! ¡Pero igual…! —Protestó Pailong.
— Señor Pailong, no importa —Le interrumpió tranquilo Anand. — Igual quizás por su peculiar actitud, me incito a buscarle conversación e… inesperadamente me detuvo —Yoh junto el resto que apenas conocen a Zahira suspiraron aliviados, todavía había humanidad en la chamana. — O algo así. Me tiró una y otra vez del puente sin dejar de golpearme ni insultarme, porque le pareció absurdamente patética y ridícula mi razón de suicidarme.
«— ¡¿Quién se suicida por un romance fallido y de por si donde te fueron infiel, bastardo?!
Explotó el jovencito de rostro bonito con ojeras y ropa oscura de pies a cabeza con una máscara mal colocada, al tenerla a un costado de su cabeza.
—…eh… ¿To-Todo el mundo? —Contestó el hombre consternado, aferrándose más fuerte al pilar del puente por reflejo, sin pensar realmente en sus palabras por el asombro de la actitud del joven que cambio a ser indiferente a actuar irascible.
— ¡Ah claro!
Junto sus manos en un aplauso, sin abandonar su tono sardónico y aparentemente animoso.
— ¡Si todo el mundo se lanza por un puente, tú también lo harás ¿No?! ¡Argh! —El jovencito dobló su espalda al agarrarse la nuca, mientras unas venas en su sien se hinchaban con una expresión de su cara que al inicio era de dolor y mutó a una furia desmedida. — ¡Ya me enoje! ¿Sabes qué? ¡Ya qué te vas a suicidar de todos modos, me voy a desquitar!
De pronto entre sus manos saco un bate de un denso color negro y haciéndole señas de que baje de la baranda del puente.
— ¡Este enojo no me lo pienso quedar yo, mientras tú te largas a romperte el cuello…!
— ¡¿QUÉ CULPA TENGO YO, PUTO LOCO?! —Gritó indignado (y asustado) del joven, quiso moverse pero por algún motivo su cuerpo estaba paralizado. Así que la misma desesperación mezclado con el susto y la adrenalina le hicieron fue rebelarse de alguna manera: — ¡TÚ TE ENOJASTE SOLO!
— ¡Exacto, eso causaste porque arbitrariamente fuiste a contarme tu vida, cuando yo tan solo tuve la amabilidad de darte buenos deseos!
Anand puso los ojos en blanco al no poder creer escuchar semejante cinismo.
— ¡I-Igual es una decisión to-totalmente arbitraria de tu parte!
— ¡Perfecto! —Afirmó contento con una sonrisa radiante y algo juguetona… para luego cambiar a una sombría con brillo peligroso en sus turbios ojos grises. — ¡Ojo por ojo y diente por diente! ¡Ahora ven qué te voy a romper ese cráneo tuyo, luego te rematas lanzándote del puente!»
Un silencio sepulcral reinaba, Yoh y compañía tan solo estaban boquiabiertos con los ojos en blanco al escuchar el relato de Anand, quién fue brutalmente apaleado como una pelota atada de una cuerda a un mástil, solo para bajar y subir tal cual como un yoyo desde el puente sin alcanzar a tocar el codiciado suelo. No bastando, las duras palabras de Zahira colisionaron sin piedad al corazón y mente de un vulnerable Anand en lo que duro la tortura.
El británico de raíces de la india, suspiró nostálgico como si recordara haber montado bicicleta por primera vez. — En fin, se sintió como un ritual sermonario. Pese al infie- digo, al sermón, lo que más dolía que no pudiera refutar ninguna de las palabras de Zai.
«— ¡Dices qué te mueres porqué lo has perdido todo! ¡¿Pero qué has perdido realmente?! ¡Tienes salud, una vida entera por delante para que hagas y deshagas…!»
«— ¡Dices que te matas por una persona, aseverando que nadie te ama! ¡¿Y dónde dejas a tus padres, imbécil?! ¡¿Si quiera pensaste el dolor que tendrán al enterrar a su propio hijo?! ¡¿Así les pagas a tus padres que se esmeraron en cuidarte hasta para costearte el capricho de venir a vivir en la gran ciudad?!»
«— ¡Dices que te matas porque estás cansado! ¿Cansado de qué? ¡¿Lloriquear?! Una cosa que te desahogues y otra es tirar la vida por la borda por ser un cobarde haragán que, ni siquiera ha salido de su zona de confort por temor a fracasar.»
— Irónicamente, eso me motivo e impulsó a esforzarme y no querer darle el gusto de la razón… —Luego puso una expresión amarga como si fuera chupado el limón más amargo y podrido, al agregar con resignación: — Aunque bueno, eso no salió tan bien como pensé, porque tan solo demostró que Zai si tuvo la razón.
— Dios mío… ¡Es peor que Anna! —Exclamó Oyamada, aplastando sus cachetes con sus manos a la vez que su rostro empalidecía y plasmaba el genuino horror como la icónica pintura llamada "el grito".
— ¡Entonces eso es genial ¿No?! —Señaló Zahira animada juntando sus manos en un aplauso para la confusión del pequeño humano, entre otros oyentes. — Porque si hasta ahora la disciplina de Ann ha sido nada para ustedes, significa que se debe elevar el nivel de discipli-
— ¡NO! ¡QUÉ SE CÁLLE…! —Gritó exaltado el ainu, mirando inquieto hacía las puertas que conducen al pasillo que conecta con la cocina. El motivo de su nerviosismo como angustia, es que ya tenía suficiente que Pirika se haya inspirado de Anna para entrenarlo ¡Para que ahora se sume el modo espartano y brutal de entrenar que aplica Zahira!
Por otra parte, Yoh abrazo a Anna de manera protectora mientras le tapaba los oídos y Manta los ojos.
— ¡No la escuches Anna! ¡Los entrenamientos ya son perfectos! ¡AY!
— ¡Por favor, no hagas cambios! ¡AY!
Cuando se inicio la desesperada persuasión, unos simultáneos manotazos pronto fueron lanzados y escuchados al impactar en las manos tanto de Yoh como de Manta. Quienes pronto con las manos enrojecidas la apartaron fuera de la Itako que se enderezo en su asiento.
— Si no quieren cambios, pues haría bien no ser tan quejicas.
Advirtió despreocupada Anna, quién en el fondo no tenía pensado aplicar tal cosa. El motivo principal que los métodos de Zahira eran tan radicales a diferencia de la rubia, es porque su amiga no era tan paciente ni tolerante de hacerle seguimiento a un problema que promete agravarse a largo plazo. Cuando confronta un problema la joven turca, ella pensará el mejor método para arrancarlo desde la raíz y obtener la solución definitiva como efectiva.
En cambio Anna dependiendo de las acciones de la persona a tratar, ella gradualmente subiría el nivel del correctivo. Permitiéndole a la contraparte de abandonar sus malas acciones por sí mismos con el miedo latente que será peor si vuelven a sus conductas problemáticas. En cuanto a Zai… era como una terapia de electro-shock y Ryunosuke tuvo la desafortunada suerte de despertar el mal temperamento de la chamana de cabello morado.
— ¡El desayuno está listo…!
Se escuchó a Pirika desde la cocina, claro indicativo que era hora de ayudar a traer los innumerables platos al comedor como los utensilios para comer. A la vez, dándole fin por ahora a los relatos de los huéspedes como conocer un poco más quién es Zahira Kochō…
Dejando en general una impactante impresión.
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A lo largo de la semana, Yoh tendía a salir en la tarde o a veces un poco antes del mediodía. Su ruta era adentrarse al bosque donde suele concluir al encontrarse a cierta persona sentado debajo de un árbol o sentado sobre las ramas de dicho árbol, el cual esta persona es casi una copia exacta de su físico de no ser porqué; es unos centímetros más alto que él, posee un largo cabello sedoso que se mece a los lagos de su espalda y… debajo de ese acampanado poncho tiene un tonificado abdomen de lavadero.
— Puedes lucir un buen abdomen de lavadero, si aplicaras un entrenamiento intensivo. Hermanito~.
— ¡Eck! —Exclamó el futuro heredo a ser el cabecilla del clan Asakura, clonándose su cara en un rojo tomate al verse pillado. Luego suspiró y se rasco una mejilla apenada. — ¿Fui otra vez tan evidente?
Hao se rió al ver a su otra mitad siendo tan ingenuo como siempre. Por obviedad, nadie sería capaz de leer con facilidad los pensamientos ajenos de los demás, por muy agudo y bueno que seas leyendo el lenguaje corporal de una persona. Por lo que es imposible adivinar las emociones como pensamientos, pudiendo despertar sospecha.
Por supuesto, ese sería el pensamiento lógico de los humanos y algunos chamanes. No obstante, no era una acción imposible si posees un conveniente (pero problemático) poder como el Reishi, lo cual goza plenamente Asakura Hao desde hace mil años y afinado tal habilidad a la perfección
Pero curiosamente, su gemelo no atinaba a tal sospecha. Solo pensaba que la situación le era un dejà vú por Anna Kyōyama, su actual esposa (por ahora, según considera el egocéntrico Onmyōji), quién en su momento tuvo el reishi…
— ¿Nii-chan? —Llamó Yoh al verlo de pronto frunciendo el ceño con un rostro meditabundo.
El chamán de las estrellas hizo a un lado por ahora sus interrogantes sobre Anna, la cual ha resultado ser bastante escurridiza. No ha podido toparse a solas con ella tan abiertamente como quisiera, pero nada era en vano para alguien como Hao que ha tenido que desarrollar la cualidad de saber esperar el momento indicado, gracias a los frustrantes plazos de quinientos años para efectuar una reencarnación.
— Yoh, te he dicho que no me llames hermano —Objetó en un suspiro cansado, comenzaba a sentirlo un mantra de lo repetitivo que ha tenido que ser en dar la presente amonestación.
El gemelo menor hizo una cara de puchero, sentándose por fin debajo del árbol al ver que su hermano mayor aterrizó limpiamente de las ramas del árbol para ahora sentarse entre sus raíces.
— ¿Qué tiene? Tú me llamas hermanito ¿No?
— Qué yo lo diga, es aceptable —Aseveró descarado con cierto aire fanfarrón que tan solo causo que el Asakura menor suspirara entre resignado a la caprichosa personalidad de su antepasado y hermano mayor. — En fin ¿Cómo te ha ido, hermanito?
Yoh le miró al escuchar la ironía traviesa al llamarlo "Hermanito", era obvio que lo hizo apropósito en un sutil desafío como broma. Haciendo que el perezoso chamán pensara que Hao a veces era tan travieso e infantil… hasta que vez la chispa de malicia bailando en sus ojos castaños. Sin importar qué, era difícil sentir que hablabas con un adolescente, en lugar de un adulto dado a la madurez que exudaba. No solo en su mirada, sino en su manera de hablar como su actuar.
Era una combinación tan curiosa y a la vez fascinante.
— Bien. Ha sido animado y agitada con las visitas de Zai ¿Qué? —Cuestionó, interrumpiéndose en su relato al ver que su cara de pokér fue alterada por unos segundos, moviéndose una ceja y un costado de su boca en un tic.
— No es nada~, no es nada~ —Canturreo el Onmyōji en un tono de voz sedoso y grave. — Solo recordé algo desagradable.
Yoh ladeo la cabeza a un lado, pensativo y recordando que su gemelo suele mostrar un inesperado malhumor cuando viene al tema sobre Zahira o incluso se le menciona. — Ah ya —Golpeando su mano empuñada sobre la palma de su otra mano como si fuera comprendido algo y no tardo en compartirlo: — ¿Extrañas a Zahira, no es así?
En ese instante Hao giró su cabeza muy lento a ver a su otra mitad, con una indescriptible cautela para mostrar una genuina expresión de desconcierto… con los ojos más abierto de lo usual y una media sonrisa congelada. Su actuar gritaba como si fuera escuchado la cosa más absurda.
— ¿Qué?
Lo más alarmante, quizás, es que el joven chamán fan del cantante Bob Soul no se inmuto ante las evidentes señales que mostraba su gemelo mayor. En cambio, se cruzó de brazos y asintió muy seguro: — Definitivamente, has estado de muy malhumor desde la batalla que tuvo Zai. Mismo tiempo en el que ella ha decidido estar en la posada, sin salir.
— Yoh… —Comenzó Hao en un tono de voz indescriptible, como si le costara decir las siguientes palabras: — No sabes cuán conmocionado estoy de escuchar tan increíble razonamiento absurdo —Confesó en un tono de voz tan arrullador y condescendiente como si acabara de escuchar a un niño decir que dos más dos es veintidós, mientras que infla el pecho muy orgulloso y ahora tiene la difícil tarea de romper esa frágil burbuja de gloria.
— ¡Oh vamos~! Sé que Zai es para ti una importante ami-
— ¡Eh, esa boca! —Le calló al interrumpirlo, no queriendo seguir escuchando las divagaciones de su gemelo. — ¿Pero de dónde sacaste tan ridícula conclusión? ¿Será que estamos enfrente de un caso severo de miopía? —Cuestionó Hao entrecerrando los ojos, examinando minucioso el rostro de su descendiente. — A ver Yoh ¿Cuántos dedos ves?
— Veo tres —Le respondió, apartando la mano enguantada de su cara. — Y eres un exagerado.
Ahora era el turno de reír la milenaria alma, un tanto divertido con semejante pensar de su hermanito. — ¿Disculpa? Pero yo no soy el quién se armo toda una telenovela mediocre sobre una amistad donde no hay, ni habrá.
Yoh no estuvo muy convencido a las aseveraciones de su relación con la chamana turca, pero por el momento cedió en no insistir en el tema: — ¿Entonces por qué tan malhumorado?
— Eso está en tu cabeza ¿Acaso luzco malhumorado?
— Sí.
Una secuencia de tic en la ceja izquierda y a un costado de su labio, volvió a manifestarse ante la respuesta inmediata. Luego de un largo silencio de un par de minutos, el Onmyōji decidió ser honesto:
— Esta bien. Tú ganas, lo estoy un poco.
— ¡Lo sabía!
— Pero solo en eso le atinaste, eh. Que esa conclusión tuya de Zahira y yo fue como dispararte en el pie —Le aclaró al ver al menor celebrar al haber acertado. Luego de cerciorarse que su gemelo no se está armando telenovelas raras, prosiguió a retomar en contestar la pregunta de Yoh: — Recapitulando el tema, es porque no he podido verme con alguien que es muy- ¡Asakura Yoh, te estoy viendo!
— ¡No he dicho nada! —Protestó ante el repentino llamado de reprensión, cruzándose de brazos y fingiendo sentirse ofendido al ser acusado. — Como que es otro quién se está armando las telenovelas.
Hao rió entre dientes al ver a su otra mitad intentando usar sus propias palabras contra su persona. — Que tierno. Pero si quieres ser creíble, no seas Don Obvio. Solo bastaba ver tu cara para saber lo que pensabas.
Y no bromeaba, la sonrisita picarona de su gemelo dibujándose a medida que hablaba, era el mayor delator.
— Si, si como seguías diciendo… —Apremió como excusa para cambiar de tema.
— Pues antes que me interrumpieras —Yoh puso los ojos en blanco y gracias al reishi, supo que su gemelito era tan respondón como él al resonar en su mente la voz de este con un: "Tu solo te interrumpes". — Hace días que no veo a esa persona especial que NO es Zahira.
— Ajá —Al recibir la persistente mirada de su gemelo, prefirió desviar su atención. — ¿Y ya qué no es Zai, por qué no vas a verte con esa persona?
En ese instante Hao suspiró, su sonrisa se tornó algo melancólica y centro su mirada al cielo. — Quisiera pero no es tan fácil…
Ahora el Asakura menor se sintió un poco incómodo, la atmosfera bromista se había marchitado entre ellos dos y dejado un silencio agridulce que pesó en niveles diferente en el corazón de los gemelos.
— Ojalá… puedas reunirte pronto con esa persona, Nii-chan.
El milenario chamán sonrió ante el sincero deseo de su pariente (solo por eso no le reprocho por llamarlo –otra vez - "Hermano"). Giro a verlo, dándole una despreocupada sonrisa para calmarlo y evitar que se preocupe de más: — Descuida, muy pronto será. Oh, por cierto me gustaría que la conocieras, estoy seguro que se llevaran bien.
— Oh ¿Seguro? —Sorprendido, no esperando tal ofrecimiento, sobretodo porque el Onmyōji, suele ser muy reservado.
— ¡Claro!
— Está bien.
Poco sabía Yoh la gravedad que implicaba aquella invitación y solo sería cuestión de tiempo para que lo entendiera.
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Volviendo a la posada que es una extensión de la posada Funbari Onsen que se ubica en los suburbios de Tokio, estaba silencioso y pacifico después de mucho tiempo…
— Uf. Al fin, dulce silencio… —Comentó Zahira que yacía acostada en el pulido suelo de madera del gran salón. Acompañada solo por Anna que miraba la televisión sin dejar de comer unos bocadillos que combinaba muy bien con el té frío. — Enserio ¿Por qué les permitiste el hospedaje?
La Itako sin mirarla, estando más concentrada en la novela fue después de un par de escenas que le respondió: — ¿De qué te quejas? Vinieron de tan lejos a traerte una gran maleta de dinero junto otros regalos.
—…Ann… —Le llamó en reprimenda por esquivarle la pregunta.
— ¿Pues por qué más? Tengo que recibir a tus amigos.
— Tú eres mi amiga, ellos son conocidos… —Refutó, sentándose para mirarla.
— Pero aun así ellos te importan ¿No es así? —Rebatió ahora girando a verla con los brazos cruzados. Iniciando una lucha de miradas en la que Zai termino por ceder al desviar su mirada en un suspiro.
— Supongo…
Un cómodo y cómplice silencio se formo entre ellas hasta que…
— Toda esta consideración a ellos, no es porque te beneficiaste en gran medida porque sacaste una buena pasta con el hospedaje entre "otras multas" y porque me trajeron un montón de telas de alta calidad que acabaste en recibir tú. Ya que ellos, años atrás malentendieron que mi interés en recolectar telas de alta gama era para mí, cuando en realidad solo lo hacía para regalártelos a ti ¿No?
Las palabras francas de Kochō de manera automática hicieron mella en la rubia, causando que la Itako se estremeciera en su lugar al ver que sin importar qué; su mejor amiga la conocía muy bien. Aun así, en el fondo (de verdad, muy en el fondo), tuvo sinceras intenciones cuando permitió el hospedaje a los visitantes.
—…No.
Una sonrisa floreció, cargada de ternura al mirar a Anna pero sus siguientes palabras, discrepaban con su expresión: — Si estuviéramos viviendo en un cuento, te crecería la nariz como pinocho.
— Déjame en paz —Contestó a regañadientes al ver no poder refutar nada a su amiga, mirando resignada la telenovela. Por supuesto, ella NO estaba huyendo a un posible debate donde las tendría de perder por no contenerse de sacar provecho a la mínima oportunidad de obtener ganancias. — A ti te sobra el dinero como para despilfarrar.
— Por supuesto, soy la única boca a la que alimentar ¡Ouch!
Un certero cojín le fue lanzado en la cara a Zai, obligándola a acostarse en el suelo de nuevo. Momentos como este, le sorprendía la fuerza que ocultaba su amiga en ese menudo y delgado cuerpo (en especial cuando se enfada). Sin embargo, pese a las bromas recién, Zahira nunca se enfadaría con Anna y su mente de tiburón.
A cada una le afecto de una manera tanto directa e indirecta el ser indigentes como pasar hambre. Así que naturalmente, la necesidad de la Itako en obtener beneficios era producido a siempre tener reservas y no volver a tener que pasar hambre, ni escases de otras necesidades. Mucho menos ahora querrá vivir tal experiencia, teniendo tanto Yoh como a su hijo que la sola idea de que sufran lo mismo, la angustian.
En cuanto a Kochō… le afecto en otros sentidos, ya que no es muy apegada al dinero (hasta que supo que con el dinero puedes comprar comida). Del resto, le vale los lujos y tiene inclinación por las cosas más simples (a menos que hablemos de comida). Por lo que suele "despilfarrar" dinero al gastarlo para otros, principalmente en Anna por la que jamás escatima en los gastos.
— Por cierto, ¿Por qué estabas tan renuente a que Jun y Lilirara salieran hoy? —Pregunto la sacerdotisa, más no obtuvo respuesta… sino un ronquido. De inmediato se levantó y camino hacía su amiga, en el instante que le quito el cojín vio su rostro profundamente dormido. — ¡Argh! ¡Enserio! ¡Los dos son unos vagos dormilones!
Ante dichas palabras, al mismo tiempo, en un lugar remoto del bosque donde se encuentran un par de hermanos gemelos, uno de ellos de pronto estornudó.
(…)
En el Aeropuerto Internacional de Haneda, ubicado en Tokio. En la zona de los locales internos de comida, estaba Jun y Lilirara escoltadas por Pailong. Ambas luego de haber paseado por algunas partes turísticas de Tokio y compraron mucho. Por supuesto, todo facturado por Jun Tao… aunque eso no resta el pesar ni quita cada mini-infarto que sufre Lilirara que ha vivido una vida promedio y con moderación a la hora de gastar.
Y luego de un largo recorrido turístico, se le antojó comer algo dulce, así que se dirigieron al aeropuerto donde acabaron por comer antes de subirse al avión. Faltándole tan solo una hora y media.
— ¿Qué se te antoja Li? —Caminando juntas, entrelazando un brazo con el de la Seminoa. La taoísta irradiaba mucha felicidad, ya que en su segundo recorrido en Tokio desde que inicio la Shaman Fight, lo hacía con una amiga. Cumpliendo su sueño de vivir y disfrutar su vida como una chica ordinaria.
Aunque obviamente… para una persona promedio, el lujo de gastar sin preocuparte en caer en la bancarrota… no es nada ordinario. Pero esos son detalles lógicos que se les escapa a la joven Tao. Así que mejor omitámoslo.
— Mmm… ¿Algo que combine con un café cargado?
— Entonces tengo las tiendas indicadas a buscar.
— ¿Iremos una por una para ver cuál nos decidimos en comprar?
La peliverde se rió divertida para confusión de la estadunidense. — Oh Li, a veces dices unas cosas tan graciosas. ¡Por supuesto compraremos el menú completo de cada una…!
— ¡Eh, Jun! ¡Con moderación! Igual no es como si podamos comerlo todo —Suplicó. Por si acaso, miró detrás de su persona, buscando el apoyo de Pailong. Pero este huyó de su mirada azulada, no teniendo el coraje de negarle algo a Jun.
— Oh cierto —Meditó seriamente para finalmente decidir: — Entonces compraremos los especiales del menú nada más.
Lilirara sintió que volvió a respirar, seguía siendo un gran gasto pero no se compara en lo anterior. — ¿Entonces nos dividimos?
Aunque al inicio los originarios de China se mostraron reticentes de separarse, decidieron separarse por un momento. No sin antes indicar un punto donde reencontrarse. Luego de casi media hora, finalmente Jun concluyó con sus pedidos colgando de sus manos y se fue al lugar de encuentro, topándose a medio camino a Pailong quién también concluyo por su parte los pedidos ahora colgando de una sola mano.
— Dame los tuyos, yo los llevo —Pidió el zombi, extendiéndole su otra mano libre. La chamana con gusto se lo entrego a la vez que observaba a su alrededor.
— ¿No viste a Li de camino acá?
— No, a lo mejor está dentro.
Sin embargo, al entrar al local donde se iban a reencontrar no hallaron a la Seminoa. Pasearon alrededor de las tiendas hasta que transcurrió una hora…
— Quizás solo se perdió, Jun —Intento animar y calmar el artista marcial al ver a la peliverde un manojo de nervios como preocupación.
— ¿Tal vez esta en el baño? —Opinó con una sonrisa alentadora para después borrarse y cubrió su rostro con sus manos. — ¡No! ¡Ya revisamos por quinta vez los baños y nada! ¡Algo definitivamente paso! ¡Es mi culpa, tuve…!
— ¡No…! Calma-
— ¿Oh? ¿Son los del equipo de Zai?
— ¿Eh?
— ¡Hola chicos…! ¡¿La hermana Zai también vino con ustedes?!
Los originarios de China se giraron de donde provenía la voz, justo a tiempo para observar a un grupo. Estaban los integrantes que se hacían llamar las "Las 5 Lilys", estando presente por ahora solo Lily y Milly.
— ¿Todavía siguen aquí? —Pregunto Pailong sorprendido, mirando alrededor en busca del resto.
— Sharona y Sally están averiguando los próximos vuelos este fin de semana para irnos. En cuanto Elly junto con Nathan y Melos, se fue un momento al baño.
— Oh, entonces Hilda y Anand ya se subieron al avión ¿…O siguen esperando?
— Ya ambos se fue-
— ¡Lily ¿Tú tienes el poder de la clarividencia, no?! —Exclamó de pronto Jun que se había quedado sumergida en sus pensamientos.
— ¿Eh? Sí ¿Qué necesitas?
— ¡Lilirara! ¡Por favor, ayúdame a encontrarla! Hace ya una hora que nos separamos.
La chamana de orígenes coreanos, pareció meditar y finalmente asentir: — Entonces vayamos a los baños. Allá me será más fácil usarlo mis poderes, sin muchas miradas.
— ¿Y qué hay de Sharona o Sally?
Lily saco del bolsillo de su falta un teléfono móvil y se lo paso a Milly, dándole las indicaciones que les escriba un mensaje de texto tanto a Sally, Sharona como a Nathan a sus respectivos números de teléfonos. La preadolescente asintió y siguió las pautas.
— Muy bien, entonces vámonos ¡Ah! ¿Y Pailong puedes cargar a Milly?
— Entendido.
— ¡¿Qué?! ¡WAH!
Milly pronto fue cargada en un solo brazo del artista marcial, por lo que no tardo en protestar que la bajaran pero Lily la calló al recordarle que continúe escribiendo los mensajes de textos, mientras se dirigían al baño. En cuanto a Jun se sentía un poco mejor, al sentir que por fin avanzaban para hallar pronto a Lilirara.
Lastimosamente, no sería así.
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FIN DEL CAPÍTULO 33.
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Hola, como ya avisé por Wattpad, actualizaría hoy domingo. Ya que por una temporada estaré ocupada los sábados por el trabajo, así que no les extrañe después de cada tres semanas (el tiempo que tardo escribiendo un capítulo), actualice un domingo.
Finalmente, nunca puede hacer falta para agradecer a:
Los que se toman su tiempo para comentar: Demon_Six /-/ tsukihimekoomori /-/ NathalyRaga /-/ Jarstnad .
Los que dan su apoyo al dejar sus anónimos kudos (en Ao3), así como sus votos (en Wattpad): ChinaSoliz8 /-/ Demon_Six /-/ tsukihimekoomori /-/ Secret-Song /-/ NathalyRaga /-/ Fatimapaulina200 /-/ jj4679y /-/ claritaarroyo /-/ AtsukoHiroko /-/ Mikaelsonforever /-/ sakura-th /-/ Gghala000 /-/ KaruiLre4d.
Y a quienes le dan una oportunidad a mi historia, agregándolo en sus listas de lectura: CookieSakura_Nya.
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¡Qué tengan un feliz domingo como comienzo de semana! Muy probablemente nos leamos después de unas tres semanas y si no es un sábado, lo más seguro que sea un domingo. Muchas gracias por su paciencia y seguir leyendo mi historia como darme su apoyo ¡Me ayuda mucho a superar mis bloqueos de inspiración! x"D.
