¡Hola! Espero que se encuentren bien y que puedan pasarlo increíble con sus familias en Navidad.
Como pueden ver, les tengo un nuevo capítulo de Yu Yu Hakusho. Lamento la espera, luego son bloqueos de ideas, pero eso no evitara que siga escribiendo estas historias.
En fin, ya aclarando el asunto.
¡Vamos con el capítulo!
En el capítulo anterior…
El Torneo de Artes Marciales acaba de empezar, sin embargo Yusuke aún sigue dormido. Kuwabara le tocó a Rinku, del equipo Rokuyukai quien sabe manejar yoyos, como oponente en el primer encuentro. Kuwabara le ha costado mucho trabajo enfrentarlo.
Capítulo 17
Flores de Sangre en la Arena
Rinku bajó al pobre muchacho que tenía sujeto con las cuerdas de sus yoyos y lo estrelló contra el piso.
- ¡Eres muy débil!
Lo jaló a otro lado y de nuevo compactado con el suelo. Zeru y los otros se burlaban del chico humano siendo dominado por su miembro de equipo, hasta el público animaba a Rinku que lo acabara.
- Parece que el entrenamiento que le diste a Kuwabara no funcionó. No podría evitar el ataque de los yoyos ni aunque fueran dos espadas.
Dijo Hiei a Kurama.
- Aún no ha soltado todas las técnicas que le enseñe durante el entrenamiento.
Contestó el joven pelirrojo, sin despejar su vista de la batalla.
La única chica del equipo sólo tenía la cara fruncida por ver los resultados.
- "Este chico sólo parece estar jugando. Y Kuwabara lo tiene difícil en salir de esa red.."
Pensó Misaki.
Al volver a caer, el chico de pelo castaño alzó su cabeza con ira.
- …Maldito… Voy a matarte.
El niño suspiró.
- Que tipo tan difícil. Ya estoy cansado de pelear contigo.
En eso, volvió a sonreír.
- Todavía faltan peleas. Así que terminaré con esta.
Soltó una risita, para después soltar algo de su poder y volver a elevar al pobre de Kuwabara.
- Al menos él tendrá una mejor vista del estadio.
Comentó Seiryu, mientras tenía un cigarrillo en su mano.
- ¡¿Qué estás diciendo?! ¿Qué pasará cuando bajen a Kuwabara de esa altura?
Keiko estaba enojada por el comentario de la mujer.
- Definitivamente morirá.
Afirmó la mujer de pelo castaño claro.
- Pero Seiryu ¡Kuwabara es tu hermano menor! ¿No puedes decir algo más agradable? ¿Qué no te preocupas por él? ¿No has pensado que puede morirse?
La interrogó una Botan tan molesta.
- Si eso pasa, ese era su destino. No fue muy afortunado.
Al terminar su oración, Seiryu se llevó el cigarrillo a la boca, dejando a las otras dos jóvenes sin nada más que decir.
De vuelta en la arena de combate, Kuwabara le exigía a Rinku que lo bajara.
- ¿Qué tal la vista allá arriba? ¡Te bajaré en un momento! ¡Espera!
Indicó el chiquillo.
El chico de uniforme azul intentó zafarse de sus ataduras, pero estas no cedían.
Keiko al ver lo que le pasaba a su amigo, dirigió su mirada hacia el dormido Yusuke y al resto del equipo viendo la batalla para después levantarse y gritar:
- ¡Oye, Yusuke Urameshi! ¡Levántate! ¡¿Cómo puedes quedarte dormido cuando Kuwabara está en peligro?!
Eso llamó la atención de los espectadores cerca de ella y las otras, además que Koenma la escuchó.
- Está hablando mucho. Las otras apariciones se darán cuenta de que viene de parte de Yusuke.
Dijo el pequeño.
- Es como apoyar a tu equipo estando sentado en la banca contraria.
Comentó Ogri.
- Las van a matar ¡Ogri, ve por ellas!
Ordenó Koenma, pero su asistente se negó y le decía a su amo que él fuera: al principio se negó, aunque estaba confiado de que su mensajera la protegería y además que Seiryu podría ser de ayuda.
Por el lado de Botan
Keiko al no querer seguir sentada, se va corriendo para ir hacia donde están Yusuke y los demás.
- ¡Espera Keiko! ¿A dónde vas?
Preguntó Botan.
- No me escuchara desde aquí. Bajaré para gritarle, solo así despertara.
Pero notó algo detrás de ella y al voltearse, estaba un demonio de dos metros, corpulento de piel azul claro, orejas puntiagudas y unos en la cabeza; vestido con pants oscuros y un top verde.
- Oye, ¿Estás apoyando al equipo de Urameshi?
La chica al principio se quedó inmóvil por el miedo.
- Niña, vete a casa. Este torneo es para apariciones.
Dijo el extraño ser.
- ¿Y eso que me importa? ¡Yusuke ya murió en una ocasión y pudo volver a la vida!
Protestó la chica de pelo castaño al recuperarse del susto, lo que causó que el demonio se riera.
- Pensándolo bien, ¡te voy a comer!
Abrió muy grande la boca y se lanzó hacia la joven, quien cerró los ojos y se cubrió con sus brazos.
Antes de que pudiera saborear su carne, sintió algo que le quemó la lengua para unos instantes después echarse a correr para buscar agua; ya con el camino despejado, Keiko bajó las escaleras.
Con Kuwabara
Al seguir siendo elevado por las cuerdas de los yoyos, seguía insistiéndole al niño que lo bajara para pelear de cuerpo a cuerpo.
- ¡Oye Yusuke! ¡Levántate y ayuda a Kuwabara!
Gritaba la chica de pelo castaño oscuro.
- ¡Kuwabara, ten valor!
Trató de alzar la voz la mensajera para que el chico lo escuchara y Seiryu sólo observaba a su hermano como era utilizado como una cometa.
- Kuwabara se encuentra de nuevo suspendido en el aire ¿Podrá hacer algo al respecto?
Continúo Koto.
No era necesario decir que algunos espectadores le dijeran a Rinku que acabara con su oponente. Fue entonces cuando decidió soltarlo de las cuerdas de los yoyos y que muera, lo que dejó consternados y sorprendidos a los otros miembros del equipo Urameshi, a las chicas y hasta Koenma y su asistente.
- ¡Está cayendo! No tiene escapatoria.
Cuando el chico estaba a unos pocos metros del piso, le quiso dar una pequeña demostración a su oponente que no era un débil.
- ¡Vaya! Kuwabara extendió su espada para extender el golpe mortal.
Lo cual no fue una gran sorpresa para alguien.
- Que brillante idea acabas de tener, pero que lástima que no te servirá de nada ¡Porque tu ataque me facilita el que pueda golpearte el rostro con el yoyo demoniaco! ¡Así que prepárate!
El chiquillo lanzó sus yoyos, creyendo que por fin lo acabaría.
- ¡Tú también vas a sufrir! ¡Espada Espíritu!
Dijo Kuwabara.
- Es inútil. El ataque de tu espada es recta.
No podía estar más equivocado. Porque como si se tratara de una cuerda, la espada se curveo al seguir los hilos de los yoyos.
- Se acabó el juego.
Dijo Sakyo, ganándole una ronda a Gondawara.
- ¡Rinku, salta!
Aconsejó Zeru, pero fue demasiado tarde porque ambos fueron noqueados a fuera de la arena de combate por sus técnicas.
Todo quedó en silencio, hasta Botan y las otras estaban sin palabras. Fue en ese momento que la demonio con orejas de gato reacciona.
- ¡Es sorprendente! Los dos combatientes salieron de la arena ¿Habrán fallado los dos?
Dijo ella al ver ambos lados.
- Ese es el resultado de tu entrenamiento.
Comentó Hiei a su compañero pelirrojo.
- Si. El verdadero objetivo era mover a su gusto su espada espíritu.
Confirmó Kurama.
Fue entonces que Koto comenzó a contar y ninguno de los dos se levantaba.
- A mí me parece que solo tendrá una oportunidad.
Analizó Hiei la situación.
- Tal vez, pero aun así no me imagino quien va ganar. Los dos están lastimados.
Dijo Kurama.
En eso, se sorprenden de escuchar a alguien decir:
- ¡Levántate! ¡Levántate, Kuwabara!
Los tres se sorprendieron de que era Yusuke quien lo dijo.
- Nunca pensé en oír que nuestro estimado capitán pueda darle ánimo a uno de sus compañeros, a pesar de no estar consciente.
Comenta la única chica algo extrañada.
Antes de que la arbitra pudiera contar el siete, notó una pequeña mano en el borde de la arena y se trató de Rinku, que pudo incorporarse, pero molesto de que la técnica lo haya alcanzado.
- Debo sanar la herida.
Se dijo a sí mismo, pero agregó con una sonrisa:
- Después de esto, he ganado de todos modos.
Yusuke seguía dándole ánimos a su amigo para que siguiera con la batalla y eso lo escuchó claramente el mencionado, quien en vez de poner un pie en el campo de batalla, se fue hacía Yusuke para agarrarlo de la chamarra
- Levántate o perdemos.
Exigió Kuwabara, pero siguieron los resultados como siempre. Lo que le interrumpió su objetivo es que la comentarista seguía contando y él trató de decirle que no siguiera contando porque regresará, pero fue ignorado.
- Es un sujeto muy resistente.
Admitió el chiquillo con estrellas debajo del ojo izquierdo. Entonces se le ocurrió que con sus yoyos atarlo en donde estaba para que no seguir peleando y finalmente…
- ¡10!
Obtuvo el triunfo.
- Que tonto…
Seiryu se quitó el cigarrillo de la boca, decepcionada de que su hermano menor fuera derrotado fácilmente y por un niño.
- ¡El equipo Rokuyukai es el ganador del primer combate!
Al señalar la pantalla, en la parte que decía "Kazuma Kuwabara" a un lado apareció una equis, mientras que un círculo estaba en el de Rinku.
Cuando Kuwabara pudo zafarse de los yoyos, volvió a la arena pidiendo que le diera la revancha.
- Claro que ya no quiero pelear contigo, estoy cansado.
Rinku le rechazó la propuesta y dio pocos pasos a retroceder.
- Rinku es muy hábil, pudo manipular los yoyos sin tener que usar sus manos.
Opinó Kurama con una leve sonrisa.
- Hmph, las reglas lo salvaron por ahora.
Gruñó Hiei, pero tenía que admitir que se le hizo algo gracioso esta pelea.
- ¡Oye! cuando termine este combate, te esperare en la sala del estadio.
Pero el pequeño demonio se dio la media vuelta y corrió hacia sus compañeros.
- ¡Nunca!
Respondió para no querer escuchar más; hasta las chicas no entendieron porqué se volvió infantil.
Al estar con su equipo nuevamente, corrió hasta unos pies lejos de ellos y continuó con su sanación.
- ¡Ha! Eres un tonto si usas tu poder real en un simple juego.
Se mofó el demonio de piel azul grisácea y pelo azul oscuro desordenado.
- Ahora empieza la pelea más emocionante.
Añadió mientras que dio un salto hasta la pista para la siguiente ronda.
- Bien. Yo seré el siguiente.
Kurama con tranquilidad avanza, pero antes de que pudiera dar un paso más.
- ¡Kurama!
Se detuvo al oír la voz de la única chica.
- Sólo…
Ella se detuvo por un momento.
- Ten cuidado… Ese sujeto me da una mala espina.
Finalmente Misaki soltó esas palabras, aunque no hacía contacto visual.
- Todo estará bien.
Él disminuyó su preocupación, para finalmente estar frente a frente con su oponente, quien sonrió muy arrogantemente.
En eso, el chico pelirrojo escuchó la voz de Hiei.
- Kurama. Intenta no lastimarlo tanto. Acaba con él para que no quiera volver a enfrentarte.
Le aconsejó el chico de vendaje.
- Si. Eso lo sé.
Contestó Kurama.
En el lado de Keiko…
Ella vuelve a molestarse sobre Yusuke.
- Ay, ¡no puedo creer que siga durmiendo!
Refunfuñó.
- ¡Yo iré a verlo!
Botan salta hacia donde están los chicos, ignorando la pregunta de la chica de pelo castaño oscuro.
- Descansa, ahora nosotros nos encargaremos ahora.
Sugirió Hiei.
- Claro que no. Si Yusuke no despierta, volveré a pelear.
Kuwabara no quería dejar que tanto Hiei, el Guerrero Enmascarado, Misaki y Kurama terminaran con este encuentro. Su orgullo no se lo permitiría.
- El juego terminará antes de eso.
Cuando estaba a punto decir algo más.
- ¡Hola chicos! He venido a curarlos
Voltearon hacia atrás y allí estaba Botan.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
Preguntó Kuwabara.
- Creo que adivino que no pudo tener la boca cerrada por la insistencia de Keiko.
La chica de pelo azul claro se quedó petrificada al tener la mirada amenazante de Misaki y sudaba frío, como si en verdad estuviera viendo a un depredador.
- Vete, podrían lastimarte.
Pidió Hiei.
- ¡Que grosero eres, Hiei! Sólo vine a cuidar de ustedes.
Se compuso la mensajera.
- ¿Quieren decir que Botan tomará el lugar de Yusuke?
Preguntó el chico del uniforme azul.
- Claro que no.
Pone su mano sobre el kimono y se lo quita para revelar pantalones cafés con tirantes rojos, botines con agujeta y una blusa amarilla abotonada con mangas.
- De ahora en adelante, seré su entrenadora del Mundo Espiritual.
Anunció ella al equipo.
- ¿Una entrenadora?
Preguntó Hiei incrédulo.
- Si, me encargare de que todos estén en excelentes condiciones.
Dio la breve explicación la chica de coleta con ánimo.
- Me parece genial. Estoy listo.
Antes de que Kuwabara pudiera ser examinado, Botan vio a un dormido Yusuke y se encaminó hacia él para hacerle reaccionar… con bofetadas.
- Estorba. Muévelo para que no nos bloquee el paso.
Pidió el hombre de baja estatura con indiferencia.
- Voy a intentar algo para que despierte.
Dijo la muchacha y agarrando al dormido muchacho de los pies, lo arrastra.
- Hiei, he estado pensando durante el entrenamiento, y aún no entiendo donde esconde Kurama su rosa.
El muchacho de pelo castaño sintió curiosidad.
- Ah, eso. Es una rosa verdadera, puede usar cualquier tipo de planta, solo si funde poder espiritual y las usa como armas. Estas nos ayudarán en la batalla.
Explicó Hiei, mientras los otros dos escuchaban (a pesar de que Misaki ya tenía en cuenta como Kurama maneja su poder con la flora).
- El segundo combate es entre Kurama y Roto ¡Empiecen!
Anunció Koto, quien estaba en medio.
- Kurama, supe que estabas viviendo con los humanos. Al igual que Misaki.
Comentó Roto, sin recibir respuesta de Kurama.
- No lo imagino, pero eres de esas personas que se preocupan por los demás.
El pelirrojo frunció un poco el ceño.
- ¿Estarías muriendo de tristeza si ella muere?
Se mofó el demonio de pelo azul oscuro al preparar su arma para atacar.
- Eres un enfermo.
Kurama dijo con algo de asco y cuando la navaja lo iba a cortar, él lo esquivo al saltar de su lugar. Por más que Roto trataba de encestarle una cortada, aparecía en otro lugar y con una cara relajada y confiada.
- No es rival para Kurama, él conoces los movimientos de Roto.
Hiei dirige su mirada a Kuwabara.
- Lástima, Kuwabara. Parece que Rinku debería ser el no. 2 del equipo.
Comentó el demonio de altura baja con un tono sarcástico.
- ¡Hubiera ganado si no me hubiera tendido una trampa!
El muchacho de pelo castaño se sintió ofendido, por lo que intervino la chica de ojos azules.
- Tal vez lo tengas en mente o no, pero no te ofendas. Siempre hay enemigos que pueden tomar ventaja de lo que ellos tienen, sin importar el tamaño de un individuo y jugar sucio.
Comentó Misaki, frunciendo el ceño. Había algo que le hacía sentir inquieta sobre aquel demonio.
Mientras que en donde se encontraban los hombres del mercado negro…
- ¡Cielos! ¿Qué es esto?
Se quejó Gondawara.
- Gondawara, pensé que ese sería el equipo que le ganaría a los hermanos Toguro y crearía el nuevo mito negro.
Sakyo se estaba decepcionando.
- Si ese es su poder real, no cumplirán con las expectativas.
Lo último hizo que Gondawara gruñera.
De vuelta en el campo de batalla
El demonio de piel azul grisácea seguía en sus intentos fallidos para encestarle un golpe a Kurama, pero no funcionó.
- Roto, no eres un buen tipo. Voy a eliminarte ahora.
El pelirrojo estaba a punto de darle un golpe, pero Roto ya tenía un truco bajo la manga para manipularlo.
- Puedo lastimar a tu querida madre, Shuichi Minamino.
Eso detuvo a Kurama y claro que eso lo oyó la única mujer del equipo Urameshi. El demonio de pelo desordenado en esta ocasión pudo darle una cortada en el rostro de Kurama, lo que sorprendió a Kuwabara y Hiei.
- ¿Qué es lo que sucedió?
Preguntó el chico de pelo castaño.
- Maldita sabandija. Escondiéndote detrás de un humano como escudo. Un maldito cobarde.
Misaki hizo un gruñido de lobo, lo que hizo que los otros dos la vieran y eso sorprendiera a Kuwabara. Además que ella estaba apretando los puños con tanta fuerza que sus nudillos se estaban poniendo blancos.
El Guerrero Enmascarado sólo se limitaba a observar, pero por el lado del dormido capitán de equipo, junto con la mensajera a su lado, él…
- Es un tramposo.
La chica con el pelo recogido en una coleta volteó la cabeza y vió lo que pasaba.
- Tramposo.
Yusuke finalizó.
- ¿Habla dormido?
Se preguntó algo confundida y sorprendida al mismo tiempo.
Kurama estaba a una pequeña distancia de su oponente, quien se reía.
- Kurama, ¿Alcanzas a ver este botón? Cuando lo presione, un amigo se comerá el cuerpo de tu madre.
Aquel demonio que mencionó Roto, estaba escondido en un árbol que era propiedad de la familia Minamino y veía como Shiori iba saliendo de la casa.
- Sabes lo que signifca, ¿Verdad, querido Shuichi?
Preguntó con burla Roto, lo que hizo que Kurama apretara los dientes del coraje, ya que ahora se encontraba entre la espada y la pared. Así que decidió no pelear.
- ¡Bien hecho!
Riendo, Roto lo felicita y hace desaparecer su cuchilla y se lanza hacia el pelirrojo, dándole de puñetazos y decirle que eso era lo único que debía hacer al preocuparse por los humanos. Cuando iba darle otro golpe, el muchacho le lanzó una piedra a la cara.
- ¿Qué estás haciendo? ¿Ahora piensas atacarme con piedras? No te atrevas a hacer eso.
Kurama volvió a estar en una posición quieta.
- ¡Te lo advierto! ¡No voy a tolerar ninguna resistencia de tu parte! ¡Pon las manos atrás!
Le ordenó con un dedo en señal de advertencia.
- Eres un tonto al que puedo vencer cuando quiera.
Comentó Roto.
No pasó bastante tiempo para que el muchacho pelirrojo acatara esa orden.
- No me gusta esa mirada. Si quieres pelear, a mí no me molesta, pero ya sabes lo que le pasaría a tu querida madre.
Le recordó el demonio de piel azul grisácea con una risita.
- ¿Qué es lo que está pasando con Kurama? ¡Se ha vuelto muy obediente!
Comentó la chica con rasgos felinos.
- ¡Oye! ¡¿Qué pasa contigo, Kurama?!
Exclamó Kuwabara molesto.
- Estupido.
Hiei estaba tranquilo y con mirar a la chica de pelo marrón grisáceo, sabía que podría cometer una tontería.
- Tú ya sabes como hace las cosas Kurama, así que tranquilízate y observa.
Las palabras de Hiei hicieron que la ira se le desvaneciera casi por completo. Aunque no mejoró mucho al escuchar como el público alentaba a Roto que terminara con la vida del muchacho pelirrojo.
- Parece que Roto está haciendo sus trucos sucios.
Rinku frunció el ceño al contemplar la batalla, pero en eso se le acerca Zeru.
- No hay otra oportunidad. Tienes que ganarlo, ¿recuerdas?
El hombre de pelo rubio no lo miraba.
- … Si, lo sé.
No le agradaba eso al chico de playera amarillo con rosa, pero esto era una cosa que sólo pasa una vez en la vida.
El demonio de piel azul grisácea se le acerca a Kurama.
- ¿Puedes pelear? ¡No te creo capaz, Shuichi!
Se seguía burlando por tenerlo comiendo en la palma de su mano, pero el muchacho con rasgos afeminados no se inmuto.
- ¿Te encantaría cortarme el brazo izquierdo con tu látigo de rosa?
Le preguntó con un tono algo tentador.
- Si lo haces, puede que presione el botón por accidente.
Hasta Gondawara ya se estaba impacientando de ver como aquel demonio perdía su tiempo dominando al enemigo.
- ¡Esto es muy extraño! ¡Kurama no se está moviendo y no ha contraatacado ha Roto!
Anunció Koto.
- ¿Qué pasa? ¿No puedes hablar?
Roto le da un rodillazo a Kurama en el estómago, pero el pelirrojo sólo gruñe de dolor.
- ¡Jaja! ¡Ahora eres mi juguete! ¿Qué sucede contigo? ¿No piensas atacarme?
El demonio siguió dando de puñetazos al muchacho como un saco de boxeo.
- ¡Asombroso, Roto está golpeando a Kurama, pero por alguna razón no responde a los golpes!
Pero Kurama sólo se limitó mirar fijamente a su oponente, lo que le comenzaba a incomodar a Roto.
- ¡Maldito!
Roto hizo volver aparecer su cuchilla y se la puso en la mejilla que ya tenía una cortada.
- No me gusta tu mirada. Tienes que verte humillado y rendido a mis pies, ¿entiendes?
La navaja se deslizo lentamente en la mejilla, hasta que…
- ¡Deja de mirarme así!
Exclamó el demonio de pelo azul oscuro, cortando con más fuerza a Kurama y sacándole sangre. Lo que hizo que Hiei, Kuwabara y Misaki se les abrieran los ojos como platos de lo que fueron testigos.
- ¡Maldición! ¡Estoy muy enojado!
Pero Roto trató componerse.
- No te voy a perdonar tan fácilmente.
En eso, levanta su pie.
- Primero quiero que te arrodilles y beses mi zapato.
Le dio una nueva orden para tenerlo dominado. Hasta todo el público no hacía algún ruido.
- Cuando termines, te volaré la cabeza.
Dijo al lamer la cuchilla donde había rastro de sangre.
- Seré piadoso contigo y no presionaré el botón. Si quieres, puedes negarte, pero no lo harás porque eres bueno.
Agregó el tramposo, sin embargo…
- Me rehúso.
Finalmente habló el pelirrojo.
- ¿Ah? ¿Qué?
Pensó que había escuchado mal.
- No me importa. Presiónalo, si quieres.
Dijo Kurama en una voz monótona y se sacudía su traje.
- Al final revelaste tu verdadero ser. Te preocupas más por tu vida que la de tu madre, no eres tan diferente a nosotros. Nada te interesa en el fondo, sólo te preocupas por ti mismo, ¿¡No es así!?
Aunque decía esas palabras que parecían ser verdad, a la chica peli marrón grisáceo sólo eran palabras vacía y además que pudo oler sus nervios por aquella mirada.
- ¡Vamos!
El pelirrojo le incitó, a lo que Roto alzó el brazo, arriba de la cabeza, para que viera como presiona el botón y con la muerte de la humana, Kurama cedería a la derrota… Eso es lo que había pensado.
- … ¿Qué? No puedo mover mis dedos.
Dijo el demonio sin entender porqué. En eso, Kurama le arrebata el botón al dar un paso.
- Estoy harto de decirlo, pero te lo diré: esto es arriesgado.
Hizo una breve pausa y continúo.
- Estas muy equivocado. Si crees que de esta manera puedes ganar esta pelea.
Este hecho hizo que Koto comentara.
- ¿Qué pasa con Roto? ¡Ahora él es el que no se está moviendo!
Kurama entonces le informó a su contrincante:
- Roto, plante la semilla de la muerte en ti. Las raíces han invadido todo tu cuerpo.
El demonio de piel azul grisácea pudo ver como iba creciendo un tallo en su pecho, fue en eso que se acordó.
- "¡Debió ser en ese momento que lanzaste la piedra para desviar mi atención!"
El pelirrojo continúo su explicación:
- Sólo basta con que diga una palabra, para que la planta crezca y destroce tu cuerpo. Me da gusto que seas el malo, así no sentiré lástima por ti.
Entonces se dio media vuelta, con las manos en los bolsillos de sus pantalones, y caminó.
- ¡Espera! Nosotros somos apariciones, ¡¿cierto?! ¡Lo que te dije era una broma! ¡Por favor, créeme!
Exclamó el sujeto, por tanto que pidiera clemencia y hasta tratar de mostrar un rostro lastimero, sin embargo, lo que recibió fue la palabra…
- … Muere.
Y con eso, los tallos crecieron en todo el cuerpo y la sangre no tardó en aparecer, por último que el cuerpo de Roto cayera al suelo por las heridas y al final, flores de color violeta y rosa brotaron.
- Que ironia. Mientras más perversa sea una persona, las flores son más hermosas.
Dijo Kurama, al caminar hacia su equipo con sus manos en los bolsillos
- ¡El equipo Urameshi ha ganado la segunda batalla! ¡Ahora ambos equipos están empatados con un punto!
Comentó la chica con oreja de gato al público.
- Que estúpido. Me di cuenta de que estaba suplicando para que lo mataras. No te preocupes por el demonio de Roto, desapareció en cuanto él murió.
Aviso el hombre de baja estatura.
- Entendiste el plan.
En eso, escucharon:
- Buen trabajo…
Y ellos voltearon a ver que se trataba Yusuke, que aún no se despertaba, pero Kurama le respondió, aceptando sus felicitaciones. Entonces los otros tres se les aproximaron.
- Oigan muchachos, ¡explíquenme lo que paso!
Pidió Kuwabara una respuesta.
- ¡Sí, quiero saber!
Se unió Botan.
- Lo sabrán después.
Dijo Hiei con una sonrisa discreta.
- Si, después.
Concuerdo el pelirrojo y ambos voltean hacia la dirección de la arena.
- Este par si que es especial.
Frunció el ceño la mensajera.
- No nos dirán nada si se los pedimos.
Se quejó Kuwabara.
- Será mejor que ahora no les insistan sobre lo que pasó allá. Ahora tenemos un nuevo contrincante.
Avisó la chica de pelo marrón grisáceo.
Hola lectores, espero que se encuentren bien. Lamento la demora, cosas que hacer y luego un poco de falta de inspiración, pero eso no me quita el ánimo para escribir. Además, les anuncio que hay un especial de mi primer crossover entre Blood+ y Hanasakeru Seishounen, ojalá que puedan leerlo y me dicen que tal.
En el próximo capítulo: la pelea de Hiei contra Zeru.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
