¡NUEVO LONG-FIC DESBLOQUEADO!

Nota: Ya sé que me dirán: "Gaby, ¿pero por qué eres así?" y pues yo sólo voy a contestar: "Si saben cómo soy, ¿para qué me invitan?" y es que esta historia me hizo estallar el cerebro cuando la pensé. Amo lo piratas, confieso, y pues me gusta la idea de lanzarme un cruce entre Pirates of the Caribbean, One Piece y Dr. Stone. Así que vamos a ver qué sale de esto jeje.

Nota 2: He pedido algunos personajes prestados, los irán viendo en la medida en que lean.

Nota 3: Este fanfic se enmarca en el Día 7 SenHaku Week de la página Senku & Kohaku, cuyo tema es un AU de piratas.

Título del fanfic: Nuestro destino, la gloria.

Capítulo 1: El secreto del Dr. Stone.

Ser los descendientes de unos temibles piratas había hecho que los cuatro pequeños que navegaban ese barco tuvieran diferentes habilidades para sobrevivir en altamar, especialmente si acababan de empezar su viaje. Y, pese a la lluvia torrencial y al movimiento exagerado de las olas, cada uno de ellos cumplía con la misión que se les había asignado.

En el timón se encontraba Ishigami Shinku, la joven capaz de pensar trescientos planes detallados en menos de un minuto, con una precisión insuperable. Detrás de ella, haciendo unos cálculos del mapa en una especie de esfera gigante que funcionaba como brújula y como mapa, se encontraba su hermana gemela, mayor sólo por dos minutos, Ishigami Tsukiku, cuyo cerebro científico podía no sólo ejecutar planes, sino que era capaz de realizar inventos que nadie imaginaría, pese a encontrarse en un mundo tan hostil.

Ambas, con 20 años, habían decidido no aguantar más y buscar a sus padres para patearles el trasero por abandonarlas (o algo similar, según palabras de Tsukiku). Y es que habían pasado ya unos siete años desde que los esposos Ishigami, Senku y Kohaku, conocidos como destacados piratas, habían dejado a sus cuatro hijos a la deriva, en una isla casi desierta, donde prácticamente habían quedado viviendo ellos cuatro, diciéndoles que: "volverían en máximo dos años, manténganse a salvo aquí mientras tanto".

¡Pero les habían mentido!

¡Habían jugado con los sentimientos de sus cuatro pequeños!

Una explosión proveniente de la caldera del barco alertó a las gemelas e hizo que Tuskiku y Shinku se miraran con horror.

—Continúa en sentido norte, iré a ver qué ocurrió —indicó Tsukiku, corriendo hacia la escotilla que permitía entrar a la parte interna del barco.

—¡Shinku! ¿Qué fue eso? —preguntó asustada la hermana menor, Ishigami Shizuku, hablándole mientras cosía unas velas que se habían roto por el fuerte viento de la tormenta.

Shizuku, de apenas 15 años, era el ser más dulce e inocente sobre la faz de la tierra, su enorme sonrisa y optimismo eran los que les levantaban el ánimo a sus otros hermanos. Y, además, era increíble: excelente cocinera, excelente en las tareas domésticas, capaz de coser y tejer para mantener a sus hermanos a salvo, incluso en los inviernos más fríos que habían vivido en la isla, porque sus padres parecían no haber considerado los cambios de clima en esa isla antes de dejarlos ahí.

—¡No lo sé! ¡Ya Tsukiku fue a ver! ¡Termina allá arriba que parece que empezarán a caer rayos y puede ser peligroso! —indicó Shinku, intentando mantener el barco estable, mientras la fuerza del viento, de las olas y las gotas de lluvia que caían por su rostro la hacían empezar a tener miedo.

Su cerebro, en ese momento, estaba funcionando a una velocidad increíble pensando en las posibilidades. Estaba casi segura de que la explosión no era nada grave, conociendo a su hermano y él era capaz de reparar casi cualquier cosa. Tampoco le preocupaba que Shizuku pudiera caerse, ya que ella era muy diestra con sus movimientos. Pero le preocupaba un poco que el barco no resistiera la tormenta o que el mastín se rompiera con un rayo.

"Espero que eso no ocurra" —pensó mientras giraba el timón para evadir una ola enorme lo mejor posible.

Momentos antes de la explosión, el hermano de 16 años de los Ishigamis, y único hombre entre tres leonas no domesticadas, Ishigami Senhaku, "el león", había estado mezclando algunos compuestos para hacer que rindiera más la madera que estaban echándole a la caldera para mover el barco. Y fue en ese momento que, en medio de sus mezclas, habían estallado unos compuestos que reaccionaron desfavorablemente entre ellos. Por suerte, él era bastante fuerte, pero se había quemado un poco las manos, por lo que necesitaría un vendaje.

—Desearía que papá estuviera aquí, él sí sabría sobre la estabilidad de…

—¿Qué pasó, león? —preguntó su hermana mayor interrumpiendo su monólogo, mientras él simplemente se veía las manos chamuscadas y con algo de piel quemada.

—Nada grave —comentó él con tranquilidad, mostrándole las manos.

—Te ves desastroso, hermanito —dijo Tsukiku caminando hacia una caja roja que estaba en una mesa cercana—. Te aplicaré algo de ungüento.

Tsukiku curó las heridas de su hermano y, mientras, estaban hablando de los problemas de estabilidad de los compuestos que estaba mezclando su hermano, la reacción era esperada y la mayor sabía de ello, pero entendía que su hermano no tuviera tantos conocimientos al respecto porque él había tenido que dejar la escuela a los 9 años para ser dejado en una isla en medio de la nada junto con ellas.

—Te juro que cuando vea a esa excusa de padre que tenemos, le patearé el trasero como nunca nadie lo ha hecho antes —amenazó Tsukiku, mientras su hermano la veía como si no comprendiera de qué hablaba.

Ella finalmente sonrió.

—¡Ya está! Trata de no hacer estallar nada más, luego mezclamos nuevas fórmulas cuando lleguemos a tierra a buscar provisiones, lo que debería ser en un par de días, tal vez. —Dicho esto, Tsukiku se retiró, y él siguió viendo sus manos vendadas por un momento antes de continuar. Había mucho por hacer y tenían que llegar a tierra sanos y salvos.

La tormenta finalizó unas horas después, pero lograron superarla sin problemas, así que Shinku y Tsukiku dejaron el barco con el timón trabado para que mantuviera estabilidad mientras todos comían. Los cuatro hermanos Ishigami se reunieron en la mesa del comedor del barco, en donde la menor de las hermanas había preparado suficiente comida para que todos quedaran satisfechos. Tsukiku y Senhaku comieron con desesperación y demostrando un hambre exagerada. Shinku también solía tener mucha hambre, pero siempre recordaba la delicadeza con la que su tía Ruri, a la que tenía siete años sin ver, ingería sus alimentos y trataba de mantener una actitud bastante delicada. Shizuku también comía a dos manos como los otros dos, pero hacía un poco menos desastre y, por suerte, generalmente ella misma se encargaba de ordenar después de comer.

Mientras comían a manos llenas, Tsukiku empezó a quejarse de su padre y echarle la culpa de todo, diciendo que seguramente había llevado a su madre en dirección a un problema tremendo y que seguramente habían sido atrapados por alguna embarcación de mayor calibre.

—No creo, papá seguramente tendría planes de refuerzo para eso —expresó Shinku con seriedad, pensando en trescientos veintisiete posibles futuros en los que difícilmente su padre se dejaría atrapar, salvo que alguien de la familia estuviera en peligro, pero ellos cuatro estaban a salvo.

—¡Ja! ¡Creo a mi padre capaz de hacer un plan con resultados errados, muchas veces cometía errores de cálculo sencillos en planes ni siquiera tan arriesgados cuando viajábamos con ellos! ¿Recuerdas cuando capturaron a Senhaku? —se quejó Tsukiku, terminando de masticar un trozo de pollo y metiéndose otro enorme bocado en la boca, mientras comía emocionada.

—No me llames así, soy león —se quejó él, y continuó comiendo sin prestarle mucha atención a sus hermanas.

Shinku pensó por un momento, ella consideraba que era muy poco probable que su padre se hubiera dejado atrapar, salvo que alguien importante corriera peligro. Pero ¿podría ser posible que hubiera alguien más de la familia en peligro? Ella no conocía a todos los Ishigami, pero por lo que sabía su abuelo, Ishigami Byakuya, había sido también un pirata importante que había salido en busca del Dr. Stone inmediatamente después de la muerte del Dr. Gray, su creador, esto debido a que se infería que podría curar enfermedades y hasta dar la vida eterna.

—¿Y si se enteró de alguna cosa referente al abuelo Byakuya? Sen no había nacido cuando el abuelo se fue, pero tengo suficientes recuerdos de él como para saber que podría haber llegado a meterse en peligro, quizás estuvo enfermo o algo…

—O quizás simplemente nuestro padre es un irresponsable y un bueno para nada —finalizó la discusión Tsukiku, irritada.

Shizuku en ese momento las miró con los ojos aguados y una cara de inocencia, mientras que Shinku empezó a sollozar suavemente porque su hermana mayor le había gritado.

—No peleen —dijo con ternura Shizuku, levantándose y abrazando primero a Tsukiku y luego a Shinku, además de darle un pañuelo para que se secaran las lágrimas.

Tsukiku bufó molesta y terminó de comer enojada. Era difícil lidiar con ese barco y lo que más esperaba era llegar pronto a la zona terrestre más cercana.

Después de dos días de un tórpido viaje, y tras haber logrado vencer las dificultades, finalmente lograron visualizar tierra y los cuatro hermanos miraron felices el lugar. Hacía mucho tiempo que no veían otros seres humanos, ni mucho menos pueblos aledaños así que eso los hacía muy felices, especialmente porque necesitaban aprovisionarse antes de entrar en el Mar de la Perdición, el lugar en el que se encontraba, según las leyendas, el Dr. Stone. Sin embargo, a pesar de que decían que ahí se encontraba la extraña y desconocida pieza, nadie había sido capaz de encontrarlo hasta el momento, por lo que seguía siendo un misterio para todos si realmente existía el citado tesoro.

Bajaron del barco con instrucciones específica de Shinku: Shizuku iría a aprovisionarse de comida con Senhaku, debido a que él era el más fuerte del grupo y tenía que ayudar a la pequeña a cargar con todo. La lista de alimentos era algo larga, así que estimaba que tendrían que pasar unos dos días para aprovisionarse de todo. Tsukiku primero que nada buscaría alguien que cuidara su barco en el muelle, mientras que Shinku iría a recopilar información para ver cómo podrían encontrar algún mapa o si ella misma podría elaborarlo, porque entrar a ese mar era bastante peligroso si no se estaba bien preparado.

—Cuando el sol esté por ponerse, nos vemos aquí para buscar un lugar para pasar la noche, ¿está bien? —indicó Tsukiku mientras sus tres hermanos asentían.

Ella fue la primera en desviarse, necesitaban alguien que cuidara el barco mientras se aprovisionaban. Por suerte, sus padres les habían dejado suficiente oro en caso de una emergencia, pero no sabían hasta qué punto les duraría ese oro, por lo que también sería conveniente ver si tenían cosas que pudieran vender o plantear estrategias para ganar dinero. Mientras pensaba en eso vio a una chica dando un espectáculo con una mandolina, tenía el cabello rojo atado en una coleta alta y se vestía muy parecida a un pirata, aunque no estaba exactamente en un barco en ese momento.

Tsukiku se acercó a ver el acto y en ese momento un chico de cabello color ceniza y ojos verdes, con la boca tapada con una pañoleta, se paró frente a ella.

—Lo siento, no puedes acercarte a Misaki. Y debes pagar si te vas a quedar viendo el espectáculo —ordenó él, mientras acercaba un sombrero a Tsukiku para que pusiera dinero dentro de él.

Ella lo miró con incomodidad, en respuesta a su actitud.

—No tiene ni un milímetro de lógica que me impidas ver este acto si está haciéndolo en la vía pública, justo junto al mueble, es imposible que alguien no se acerque, su majestad —habló sarcásticamente Tsukiku, al ver que el sujeto había intentado darle órdenes y cobrarle como si fuese un impuesto de la realeza—. Además, sólo busco alguien para que cuide mi barco. —Eso último pareció llamar la atención del joven, que, aunque era bastante alto, ella sospechaba que tenía más o menos la misma edad que ella.

—¿De cuánto estamos hablando? —indagó él, que de repente parecía haberse olvidado por completo de que estaba colaborando con la artista callejera pelirroja—. Y mi nombre es Mijow Yok, pero llámame Mijow.

—Soy Ishigami Tsukiku —se presentó ella en respuesta, mientras se rascaba el oído con el meñique con fastidio, especialmente después de oír el nombre de ella.

—¿De casualidad eres familia de Ishigami Senku? —interrogó él.

—Sí, soy su hija, por desgracia —dijo Tsukiku a modo de queja—. ¿Cómo es que lo conoces?

—Bromeas, ¿cierto? ¿Dices ser la hija de Ishigami Senku y no sabes lo conocido que es? Sólo voltea a esa tabla de buscados —señaló él, apuntando a la tabla en cuestión.

En el centro, en el cartel más grande de la tabla, se encontraba la foto de su padre, con su nombre escrito claramente y una recompensa que superaba lo que hubiera llegado a ver Tsukiku antes en su vida.

En ese momento supo que lo mejor sería evitar que la vincularan con él, y debía decírselo a sus hermanos también.

Shinku caminó por el pueblo en busca de información, pero aparentemente no mucha gente estaba dispuesta a hablar, y otros parecían creer que el Dr. Stone era un mito. Aparentemente no había personas interesadas en hacer mapas del Mar de la Perdición, debido a lo peligroso que este era, implicando salirse del área segura del océano conocido. Es decir, introducirse en el Mar de la Perdición implicaba arriesgarse a una muerte casi segura y no era eso lo que Shinku deseaba, por lo que quería ir preparada.

Después de intentar hablar con varias personas en algunas tiendas, se dio cuenta de que casi nadie estaba dispuesto a hablar sobre ese tema, pero en ese momento escuchó a unos piratas que caminaban por el pueblo.

—¿En serio debemos ir a la casa de la bruja? Esa mujer me da mucho miedo —expresó uno de ellos con un tono de notoria preocupación.

—No podemos salir hacia el Mar de la Perdición sin la información de la bruja —respondió haciendo una mueca de disgusto.

Shinku supo que debía ir tras ellos manteniendo el mayor sigilo posible, así que empezó a perseguirlos con cautela.

Después de seguirlos a las afueras de la ciudad hasta una casa destartalada, los vio entrar en el recinto y decidió escuchar desde un lugar algo distante, para que no supieran que los iba siguiendo. Tampoco podía arriesgarse a ser descubierta.

No podía escuchar nada y eso era una pena, pero esperaría a que salieran. Esperó un poco y luego escuchó unos gritos y los hombres salieron corriendo del lugar.

—¡VIEJA LOCA! —gritaron mientras corrían y a Shinku se le heló la sangre con eso.

—¡NO VUELVAN MÁS, ASQUEROSOS PIRATAS! —chilló la mujer alterada.

Sería mejor intentar hablarle con cautela. Caminó con tranquilidad repitiéndose a sí misma que sólo pediría algo de información sobre el Dr. Stone. Y poco después llegó a la entrada justo cuando la señora iba a cerrar la puerta.

—Eh… perdón, señora. ¿Podría hablar un momento con usted? —preguntó Shinku con dulzura.

La señora la miró de arriba abajo, escudriñándola, y abrió ligeramente la puerta.

—Me gustaría saber si tiene información sobre el Dr. Stone y sobre cómo podría conseguir un mapa para moverme por el Mar de la Perdición —habló la joven Ishigami yendo al grano con su solicitud.

La mujer la miró fijamente, y le permitió pasar.

—No pareces tener malas intenciones como esos asquerosos piratas, aunque se ve que tienes un ligero rencor en tu interior en el que debes trabajar. Ya tendrás tu momento para ello —expresó la mujer, mientras la hacía entrar al recinto.

Por dentro, la casa estaba llena de brebajes y cosas extrañas, muchas de ellas perturbadoras, como ranas desolladas, peces de características extrañas, ojos y partes del cuerpo de algunos animales. Shinku tembló con ligero terror y negó cunado la mujer le señaló una silla para que se sentara.

—Debo volver con mis hermanos antes de que se ponga el sol, sólo quisiera tener una idea de cómo debemos movernos en el Mar de la Perdición y tener una noción de lo que podríamos encontrarnos —explicó la muchacha con tranquilidad.

La vieja buscó entre sus cosas y tomó un pedazo de pergamino.

—Probablemente el Dr. Stone sea sólo una patraña —aseguró la mujer—, una patraña que ha separado muchas familias y asesinado a muchísimas personas —escupió con desprecio— y todo por culpa de ese científico, el Dr. Gray.

La mujer empezó a hablar horrores sobre el antiguo pirata y científico que había dado paso a la creación de los rumores sobre esa pieza increíble, el Dr. Stone. Expresó que lo conoció, pero que ese hombre tenía muchos vínculos con personas desagradables, por lo que realmente merecía su muerte.

—Era un sucio y asqueroso pirata, niña, espero que tomes mi consejo y dejes de buscar el Dr. Stone. —Esta vez, la anciana habló de forma más agresiva, y mirando con desprecio a Shinku, que sólo pudo estremecerse.

—Sólo queremos hacer unas investigaciones, lo juro. —Shinku alzó sus manos, en señal de que iba en son de paz, para que la mujer creyera más en ella, recordando un gesto que había aprendido muchos años atrás.

—Te daré este pedazo de mapa, no está completo, pero con él podrás llegar a El Abismo, que es una isla que tiene muchos misterios y en donde seguramente estará alguien con otros fragmentos del mapa. ¡Pero ten cuidado, niña! ¡Porque puedes ir directo a una muerte segura!

Las palabras de esa señora eran aterradoras, pero Shinku permaneció todo lo firme que pudo mientras recibía el mapa en sus manos. La mujer habló sólo un poco más y luego pidió dinero a Shinku, quien le entregó las tres piezas de oro que la mujer solicitó por ese fragmento del mapa, le parecía demasiado costoso para ser un pedazo incompleto, pero no le quedaba de otra.

—¿Quieres tomar algo antes de irte?

Shnku negó con la cabeza.

—Muchas gracias, pero mis hermanos me esperan.

—Debes llegar antes de que se ponga el sol, porque muchas veces a la puesta del sol aparecen algunos piratas para atacar la ciudad —la previno la mujer y luego buscó entre sus cosas una daga—. Ten… puedo incluirte esto por las mismas tres piezas de oro. Esta daga te protegerá en caso de que alguien quiera hacerte daño.

Se la entregó entre sus manos y la joven la tomó con tranquilidad, primero, la señora pareció muy alegre y hasta le sonrió, por lo que Shinku le devolvió la sonrisa, pero en ese momento sus manos se rozaron y la expresión de esa señora cambió por completo.

—¡Tú estás vinculada con el hijo de ella! ¡Fuera de mi casa! —chilló de repente, abriendo mucho los ojos, mientras su mirada se llenaba de ira y su rostro se volvía rojo.

Un aura negra empezó a rodear a la señora, que previamente no tenía esa actitud, y Shinku no tuvo otra opción que salir corriendo despavorida.

Su corazón empezó a latir inmensamente mientras atravesaba rápidamente la puerta del recinto y corría como si su vida dependiera de ello hacia el barco. Agradecía que, aunque no tenía la fuerza "de leones" que tenían sus hermanos, al menos había heredado una agilidad felina y una buena velocidad, que no estaba del todo bien compensada, porque en general se cansaba muy rápidamente.

Se había asustado muchísimo con esa anciana, pero por suerte tenía un fragmento del mapa para mostrarle a Tsukiku cuando volviera al barco.

¡Y así termina este primer capítulo que ha surgido de esta historia tan interesante! Confieso que disfruté muchísimo escribirlo y creo que disfrutaré mucho más en la medida en que aparezcan los otros personajes. Como ven, es similar a One Piece porque están buscando el "Dr. Stone", pero no es exactamente como One Piece porque no es que ellos realmente quieran ser reyes piratas.

¿Qué teorías tienen sobre por qué Senku y Kohaku abandonarían a sus hijos? ¿Qué misterios nos esperan? ¡No se pierdan esta apasionante historia! Que prometo seguir trayéndola para ustedes en la medida en que vaya consiguiéndolo.

En fin, como saben, los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, sino que pertenecen a Inagaki y Boichi (ya quisiera que fuesen míos jejeje necesito plata). Y tampoco me pertenecen Tsukiku, Shizuku, Yok, Misaki, ni el Dr. Gray, estos personajes son de Celeste Kaomy, que me autorizó a incluirlos porque… ¡así lo requería la trama!

También les comento que todos los diálogos de los personajes de Celeste Kaomy fueron revisados previamente por ella, para que no haya inconvenientes como que me digan que "no parece algo que diría este personaje".

Por supuesto, no pueden faltar los créditos para la portada, hecha por mi preciosa Hinamoriland. Después de unos capítulos entenderán la portadita, pero de momento, los dejaré con la intriga.

Y bueno… ¡eso sería todo! ¡Muchas gracias por leerme y debo sentirme orgullosa de que esta vez pude concluir la SenHaku Week!

Espero que puedan dejarme comentarios, que me motivan a seguir escribiendo.

¡Besos!