Hermione llego a la cita del día siguiente diez minutos antes y de un muy buen humor. Sabía que indirectamente todo se debía a Malfoy, esta última semana en la cual su falsa relación se había hecho conocida, las cosas habían cambiado en su trabajo. A pesar de haber pasado tres días sin salir de su oficina, el poco contacto que había tenido con sus compañeros de departamento resulto ser muy profesional y por primera vez en sus dos años en el ministerio sentía que realmente colaboraban entre ellos. Incluso Hestia Coote, que era la encargada de la oficina de desinformación, se comporto de lo más amable cuando Hermione le solicito ayuda para encontrar un archivo sobre el avistamiento de un obscurus el 5 de diciembre de 1952.

Hermione estaba muy interesada en ese caso en particular, los Obscurus son la energía reprimida de un niño mágico (conocido como Obscurial). Esta energía puede manifestarse como una entidad separada que puede estallar en una furia violenta, destructiva. Pero en 1952 a diferencia de otros casos la energía se trasformo en un gas venenoso que termino con la vida de más de cuatro mil muggles, y provoco enfermedades respiratorias en muchos más. La oficina de desinformación junto con el primer ministro Muggle, crearon una excusa plausible para cubrir el incidente, que luego fue denominado el gran smog. A pesar de la ayuda de Hestia, el informe no le fue de mucha utilidad ya que no contenía mucha información sobre el niño antes de que liberara su poder, y eso es lo que más le interesaba.

Hermione no dejo que eso la desanimara, solo la motivo mas a seguir avanzando con su proyecto, si lograba tener éxito podría ayudar a muchos niños. Ojalá pudiera lograrlo solo a fuerza de voluntad, Merlín sabia que ella tenía demasiada, pero no era posible, necesitaba mas recursos. Por ende, esa misma mañana se había reunido con el señor Scamander, para contarle sobre su correspondencia con el sr Graves. Al principio su jefe se mostro un poco receloso, pero después de que Hermione accediera a que estuviera presente cuando se reunieran para discutir el proyecto se quedo mas tranquilo, y se mostro sumamente conforme ante los avances que había realizado en la investigación.

Al pensar en su jefe Hermione sonrió y sintió un calorcito en el pecho, Newton Scamander era más que su jefe, era su mentor y en muchas ocasiones su amigo. La había apoyado mas que nadie en el ministerio, ambos compartían una historia muy similar que los unía en su interés en los obscurial. Por eso ella entendía que estuviera preocupado por la iniciativa que Hermione había tomado al querer incluir a la Macusa en su investigación, ella sabía que su recelo se debía a que los obscurial eran un tema tabú, incluso para ellos que se dedicaban al estudio de las criaturas mágicas, en el ministerio investigarlos no era visto con muy buenos ojos por que muchos temían a su poder. El señor Scamander no quería que se metiera en problemas, en el ministerio británico ella contaba con su apoyo y protección, pero la Macusa era otra cosa. Sin embargo, ella estaba convencida que con el apoyo del Sr Graves por fin lograría terminar su proyecto. Pero eso no evitaba que se sintiera sumamente agradecida y conmovida con la preocupación de su jefe; si estar en la reunión lo aliviaba, ella lo complacería.

Claro que no le había dicho que primero coincidiría con Graves en la confederación de magos de la próxima semana. No tenia muchas ganas de comentar con su jefe los motivos por los cuales ella asistiría, porque sabía que derivaría en una plática sobre su relación con Malfoy, y ella respetaba mucho a Newt como para mentirle en la cara.

Al pensar en Malfoy suspiro, miro su reloj, ya eran las cuatro en punto. Estaba apoyada a un costado de la barra de la cafetería mirando para todos lados, se pregunto si hubiera sido prudente mandarle un memo para recordarle la cita. No creía que el rubio lo necesitara, pero, al fin y al cabo, ella no sabia nada de él. Quizás tendría que haberle dicho a miss antipatía que lo incluyera en su agenda, al recordar a la amargada secretaria de Malfoy sonrió, le encantaría ver la cara que pondría si Hermione le dijera que anote las citas con su "novio", eso solo haría que todo este engaño valiera la pena.

Volvió a mirar su reloj, ya llevaba cinco minutos de retraso. Le daría otros cinco, si no venía, ordenaría y regresaría a su oficina. Todavía tenía que revisar el informe que presentaría a Dirk Cresswell, el jefe de la oficina de Coordinación de los Duendes, sobre el maltrato del Dragon que tenían como medio de seguridad en el banco de Gringotts.

Hermione se distrajo mirando la forma en la que Cormac gesticulaba con las manos al hablar con una chica que no conocía, pero que creía haberla visto en el departamento de Ginny, se preguntaba si alguien podría encontrarle algún atractivo cuando sintió que alguien le apoyaba la mano en la espalda.

"Hola Granger" era Malfoy, su toque era tan sutil que podría haber pasado desapercibido si no fuera por el calor que le producía su mano sobre la espalda.

"Hola, ¿qué paso con lo de tutearnos?" contesto tratando de no pensar en su toque y en lo increíble que lucía con una polera gris claro, color que hacía resaltar su piel pálida, sus ojos y su cabello desordenado. Tenía la tentación de pasar sus manos por su cabello y acomodarlo en una sola dirección. La comprensión de esto la desconcertó, después de todo había visto pasearse a Draco Malfoy innumerables veces por el ministerio, pero salvo el día que lo conoció, nunca se detuvo a pensar en lo atractivo que era. Quizás la razón era su cercanía, su toque, su falsa relación o el hecho de que habían hablado más en estos días que en los últimos dos años.

"cuesta un poco acostumbrarse" dijo mientras sin mover su mano la dirigía hacia la fila para pedir.

Mientras esperaban su turno, noto varias miradas sobre ellos, así que se decidió a iniciar una conversación para dar una imagen de pareja relajada. Sin embargo, la incomodidad que le provocaba ser el centro de atención, sumada a la mano de Malfoy que seguía tocándola como si nada no ayudaba a su causa. "¿Y cómo estás?" pregunto.

"bien" ciertamente el no ayudaba mucho.

"genial" contesto, mirando estaba vez al frente.

"¿y tú?"

"bien".

"genial"

Pareja relajada, claro. Suspiro, iba a tener que pensar en otra cosa. "¿Y en que estas trabajado ahora?"

"es confidencial, no puedo hablar sobre eso" respondió sin mirarla.

Estaba empezando a arrepentirse de esto, claramente no iba a funcionar, él no ponía nada de su parte y estaba comenzando a enfadarse. Se giro hacia él y apoyo las manos en su pecho, se acercó lo más que pudo a su oído y le susurro "Sabes, si de verdad quieres que alguien se coma el cuento de que estamos juntos podrías tratar de colaborar con esto, ¿cosas de parejas recuerdas? Hablar es una de ellas."

El la miro a los ojos fijamente sin apartarse y de la misma forma que ella le susurro al oído, "lo siento Granger, pero es confidencial, podrías preguntar otra cosa"

Hermione ignoro el escalofrío que le recorrió el cuerpo al sentir su aliento en la piel. Estaba tan irritada que no se dio cuenta que precisamente ahora si aparentaban ser una pareja, y para cualquiera que los mirara pensaría que estaban abrazándose. Aun así, apretando los dientes dijo "entonces inventas algo… Draco" su nombre lo dijo un poco mas alto y de una forma que esperaba sonara lo más dulce posible. Después se aparto y miro al frente por que por fin había llegado su turno.

Pudo escuchar el humor en la voz de Malfoy cuando hablo al empleado de la cafetería, "Hola Steve." Hermione se sorprendió ante la familiaridad con que se dirigió Malfoy a, ahora sabia su nombre, Steve.

"Hola señor Malfoy, ¿va a ordenar lo de siempre?"

"sí, pero primero," ahora la miro a ella "¿Qué quieres tu Hermione?"

No podía negar que la fascino la forma en la que dijo su nombre, era extraño, era familiar y tan natural como si la llamara así siempre, aunque ella podía contar con los dedos de una mano las veces en las que lo había usado, y todavía le sobrarían. Se sonrojo un poco al darse cuenta de que se había quedado colgada mirándolo. Antes de poder responder, Steve se le adelanto.

"perdone señorita Granger, ¿va a querer café negro?"

Ella se obligo a apartar la mirada del rubio, y asintió al empleado, ya se estaba acostumbrando en esta ultima semana a que la tratara bien, pero la sorprendió que supiera lo que ordenaba siempre. Aunque claro ella religiosamente ordenaba el café que era gratis.

"¿seguro? ¿no quieres otra cosa?" le pregunto Malfoy, ella negó con la cabeza.

Después de que Steve preparara su orden, ambos con sus respectivos vasos, se dirigieron a una mesa desocupada que se encontraba un poco apartada de las demás. Ahí estarían a la vista de todos, pero podrían hablar sin ser escuchados.

"No tienes pinta de que te guste el café negro Granger".

Bien había dejado de ser Hermione, se encogió de hombros y después de dar un sorbo a su café contesto "no es de mis favoritos, pero no esta tan mal" ahora quiso agregar, pero se contuvo de contarle su historia con el café y Steve del ultimo año.

"¿por qué lo pides si no es tu favorito?"

"Por qué es gratis" dijo simplemente.

Malfoy la miro con los ojos entrecerrados, "Granger, aunque esto sea una falsa cita, podrías haber ordenado otra cosa, ya que pensaba invitarte"

"no te ofendas Malfoy, pero yo puedo pagar mis cafés"

"¡pero si no lo pagaste!"

"No, pero tu tampoco, y eso complace mi espíritu feminista"

Él sonrió, "la próxima vez deberías dejarme invitarte para que yo complazca mi espíritu caballeroso que mi madre tanto se esforzó para que cultivara"

"quizás" dijo dando otro trago a su café. Malfoy realmente tenia unos hoyuelos muy bonitos cuando sonreía, se preguntó si eso también seria obra de su madre. Antes de que cometiera la estupidez de preguntárselo a el mismo dijo "¿y tu qué tipo de café tomas?"

"No tomo mucho café, a decir verdad, prefiero él te" levanto su vaso dando a entender que eso era lo que había pedido ahora.

"claro como todo perfecto señorito inglés" se burlo ella.

"gracias, prefiero ser un señorito ingles y no una salvaje norteamericana con ideas revolucionarias"

"¿cómo sabes que soy norteamericana?"

"tu me lo dijiste, ¿no lo recuerdas?"

Para ser sincera si lo recordaba, recordaba cada palabra de la conversación que tuvieron el día que se conocieron. Pero no sabia por que la extrañaba tanto que el también lo recordara. Quizás era por que se había obligado a no pensar en eso, después de lo mal que se sintió cuando el paso de ella cuando se volvieron a encontrar. Estando acá sentados, gastándose bromas era fácil olvidar que él tenía prejuicios en lo que respectaba a la sangre de ella. Comenzó a sentirse incomoda, y su incomodidad la llevo a mentir. "no no lo recordaba, me asombra la memoria que tienes, después de tanto tiempo"

Hermione vio como de un segundo al otro la mirada de Malfoy cambio, le pareció que se había ido un poco del brillo que tenía antes. "bueno, por lo menos no niegas que eres una salvaje". Pretendió que sonara como otra broma, pero había algo en su tono que le dijo que él tampoco estaba cómodo con la situación ahora.

"para que sepas me enorgullecen mis ideas revolucionarias"

"¿estas preparando otra huelga Granger? ¿A que otras criaturas quieres obligar a que cambien su vida solo por que a ti te parece que es lo mejor?" dijo sarcástico.

Hermione volvió a sonrojarse, pero estaba vez a causa del enfado. "si te refieres a los elfos, yo no los obligue a nada, solo los ayude a que tengan mejores condiciones de trabajo. Pero tu que sabes de eso, seguramente tienes elfos que te sirven como si fueran esclavos".

"oye tranquila Granger, era solo un comentario, no es para que te enojes. Si empiezas a alterarte provocaras una escena, recuerda que estamos siendo observados"

Se obligo a respirar profundo. Él tenía razón, esta era su primera aparición en público y no podía derivar en una pelea. Así que con la mejor sonrisa que pudo poner, esperaba que no se viera tan falsa; dijo "si no quieres que me altere no seas un idiota Malfoy".
El la miraba como si estuviera contemplando si valía la pena contestarle o no. Al final pareció que se decidió por el no porque simplemente dio otro sorbo a su té. Permanecieron un par de minutos en silencio.

Hermione los aprovecho para observarlo. Lo del señorito ingles pretendía ser solo una broma, pero en cierto modo era una descripción que iba a la medida con él. Tenía un aire aristocrático en cada movimiento que hacía. A ella nunca se le ocurrió que alguien pudiera verse tan elegante bebiendo un té de un vaso de cartón. De hecho, todo en él era elegante, su forma de vestir, su voz, la forma que tenia de hablar, incluso su cabello estaba desordenado de una manera sofisticada. Sus manos le llamaban especialmente la atención. Sus dedos eran largos y finos, con las uñas perfectamente cortadas. Se pregunto qué adjetivo las definiría, ¿delicadas? No, ¿gráciles? Tampoco. Mm quizás ¿pulcras? Si ese era, sin ninguna duda, sus manos eran pulcras. Es más, si algún día alguien le pedía que describiera a Draco Malfoy con una palabra diría, pulcro.

Este pensamiento la hizo sonreír, y luego se avergonzó, porque seguramente llevaba mirando sus manos demasiado tiempo. Se obligo a apartar los ojos de él y miro sus propias manos no pudo evitar notar las diferencias y el estado lamentable en la que se encontraban. Tenían manchones de tinta y estaban resecas, y se le había saltado el esmalte de uñas en dos o tres dedos. Suspiro, si las manos de Malfoy eran pulcras, las suyas eran ¿descuidadas? Tendría que pedirle a Ginny que le hiciera manicura. No quería sentirse descuidada al lado de él.

"¿porque frunces el ceño Granger? ¿En qué estás pensando?"

Su pregunta la sobresalto, por que no se había dado cuenta que estaba frunciendo el ceño. "en nada" contesto y se tapo un poco las manos con el jersey que llevaba puesto. No quería que el se diera cuenta que la razón de su malestar eran sus manos.

"vamos Granger eres pésima mintiendo, tu siempre estas pensando en algo, todo el tiempo. A veces prácticamente puedo ver el humo saliendo de tu cabeza por lo rápido que lo haces"

Si Hermione no hubiese estado tan distraída viendo cómo se movían sus labios al hablar, se habría dado cuenta de lo loco que sonaba lo que Malfoy acaba de decir. ¿El la observaba lo suficiente para saber que pensaba demasiado? Si era así, ¿en que momento? Si ellos raramente coincidían en algún lugar.
En cambio, como parecía que su mente se negaba a cooperar solo pudo contestar "no puedo evitarlo"

El sonrió de nuevo, era toda una novedad, dos veces en la misma tarde.

"¿entonces no vas a decirme en que estas pensado?"

"déjame pensarlo, mm, no creo que no, no pienso decírtelo" ella también sonrió.

"Bien, entonces cuéntame en que estas trabajando ahora"

"lo siento Malfoy, es confidencial"

"¿de verdad?"

"claro que no, solo quería que sintieras lo mismo que yo hace un rato"

El sonrió ahora abiertamente. Tres y contando. "no te tenía tan vengativa Granger"

"bueno, yo tampoco te tenía tan curioso, somos dos desconocidos después de todo"

"Todos somos desconocidos hasta que nos conocemos Granger"

Hermione sintió que había una especie de promesa tras sus palabras, algo que flotaba en el aire entre los dos, no supo que contestar a eso. Y no tuvo que hacerlo porque el miro el reloj que llevaba en la muñeca, y continuo "ya es tarde, tengo una reunión que empieza en cinco minutos"

Ella miro el suyo propio y se dio cuenta que llevaban mas de una hora hablando, no se había dado cuenta que rápido se le paso el tiempo. "o claro si, yo también tengo un informe que entregar"

Él se levantó, ella se quedo sentada por que salir juntos y caminar hacia los ascensores le generaba una ansiedad que no sabia explicar.

"¿mañana a la misma hora?"

"¿Qué?" tardo un segundo en asimilar lo que el le estaba diciendo "oh si, creo que no tengo nada que hacer, igual cualquier cosa te mandare un memo"

"bien, adiós Granger" se inclino sobre la mesa y le dio un suave beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios. Fue apenas un roce, pero cualquiera que mirara la escena desde lejos, hubiese pensado que era un beso. Y después de eso sin aguardar una respuesta se alejo con un andar despreocupado.

Con la sensación de sus labios sobre su piel, Hermione no pudo apartar los ojos de su espalda hasta que desapareció por las puertas de la cafetería.