Disclaimer: Naruto solo pertenece a Kishimoto. El fic de "La persona que tanto quería a Sakura" pertenece a Katsura-chan Uchina. Esta es una secuela del fic "La persona que tanto quería a Sakura", y es una idea original de mi autoría.
Resignación de un pétalo
Konoha, 16 años después del ataque del Kyūbi
No sabía cuánto tiempo había pasado, todavía no podía asimilar lo que Naruto le había hecho. Sakura pensaba una y otra vez que es lo que pasaría ahora, que es lo que ella haría. Es una kunoichi, una guerrera, no una mujer civil. De haber sido cualquier otra persona la que se hubiera atrevido a violarla (o a intentarlo), está ya estaría muerta, o no tardaría en estarlo. El dolor de los golpes o de su entrepierna apenas era causa de molestia, ha sufrido peores dolores físicos en muchos de sus entrenamientos. Sin embargo, es el daño emocional lo que la tiene paralizada. "¿Por qué Naruto?" Sakura se levantó de su cama y se fue a bañar mientras sopesaba sus opciones.
Podía contarle a sus maestros, tanto Kakashi como Tsunade son de los ninjas más fuertes de la aldea, jamás dejarían que algo como esto quede impune. Sin embargo, ella no está segura de recurrir a terceros para resolver esta situación. A pesar de existir un protocolo en caso de que este tipo de situaciones ocurra, de que ella conozca el protocolo de memoria desde antes de graduarse de la academia, y de que haya atendido a kunoichis fuertemente heridas, física y emocionalmente, ella no está segura de recurrir a terceros.
Una sonrisa triste surco sus labios, recordaba como las kunoichis que atendió y que pasaron por lo mismo que ella acaba de experimentar decían que para ella era muy fácil dar consejos, que le era imposible entender su situación si no la había vivido, o por lo menos intentaba comprenderla. Tanto aquellas que quedaron al borde de la muerte debido a lo agresivo de su atacante, como aquellas que, como ella, apenas y presentaban un par de golpes y rasguños, todas se mostraban más preocupadas por las heridas y secuelas psicológicas que por las secuelas físicas. Y ahora podía entender por qué. Eran kunoichis, mujeres ninjas, guerreras que en su mayoría eran capaces de soportar mucho daño físico, emocional y psicológico. Pero una cosa era ser atacadas de esa forma por el enemigo, y otra es ser atacada por un aliado, un amigo, un miembro de tu mismo clan, alguien de confianza. Sobre todo si eres un buen elemento dentro de las fuerzas shinobi, alguien confiable y que seguía todas las reglas preestablecidas en el código ninja de la aldea. Una kunoichi que no debería ser atacada de esa manera por un aliado ninja de la misma villa.
Sakura se tapó la cara con sus manos y volvió a derramar amargas lágrimas, a pesar de todos sus intentos de detenerse. A su parecer había tres caminos a seguir; cobrar justicia por propia mano, no decir nada y evitar generar más problemas, o acudir a las autoridades de la aldea. "¿Por qué Naruto?" se preguntaba Sakura una y otra vez. ¿Cómo podría confiar nuevamente en algún shinobi si con Naruto ya iban dos shinobis que la lastimaban profundamente? Dos shinobis en los que en su momento había tenido una confianza casi absoluta. Sakura se estiro en su cama y un recuerdo la asalto.
Flashback
Rara vez le tocaba atender este tipo de casos; generalmente eran médicos especializados, o con más experiencia, los que atendían casos de kunoichis que sufrieron violencia sexual. Los ninjas en general, sobre todo los que han tenido más experiencia, tenían reflejos y comportamientos que les permitía segar una vida en menos de un segundo; una serie de habilidades que podían ser contraproducentes si se encontraban confundidos y/o desorientados en el momento en que un ninja médico intentara atenderlo. Evitar resultar herida al intentar ayudar a un compañero herido era uno de los aspectos que más había trabajado con Tsunade antes de que ella le permitiera atender ninjas no sedados ni tratados previamente por otro médico. Sakura identifico que la kunoichi recostada sobre la cama mostraba señales de un comportamiento errático, aparte de mostrarse nerviosa y recelosa ante cualquier presencia. Sakura había leído el reporte del incidente y el reporte médico preliminar.
—¡Mucho gusto! Mi nombre es Sakura Haruno y seré la medico encargada de atenderla —dijo Sakura mientras analizaba a su paciente. No parecía tener heridas graves, el incidente aparentemente ocurrió hace menos de una hora. Su cabello, de un inusual, pero bello color blanco, se encontraba alborotado, una mirada perdida que reflejaba una enorme cantidad de miedo y una desesperanza profunda. Los nervios de la joven kunoichi estaban a flor de piel, tensando los músculos con cualquier ruido extraño que lograra captar, presentaba múltiples rasguños y moretones en varias partes de su cuerpo, incluyendo brazos y cara.
La joven kunoichi veía a Sakura con sus ojos azul cielo, pero no respondió a su saludo. Sakura calculo que tendría su misma edad, un escalofrió le recorrió la espalda cuando pensó reconocerla. Una aspirante a kunoichi en su mismo grado, pero de diferente grupo, aunque la niña que recordaba tenía un comportamiento sumamente alegre y era algo tímida.
—Se que parezco joven, pero soy aprendiz de Tsunade, ostento el rango de Chūnin y soy la mejor kunoichi medica de mi generación. No me tengas miedo —dijo Sakura en un intento por que la adolescente que tenía enfrente se relajara un poco.
—Vengo a reunir… las evidencias para sancionar al responsable de lo que te paso —dijo Sakura intentando sonar profesional, sacándole una sonrisa sarcástica a la kunoichi. Dicha acción ocasiono que Sakura frunciera el ceño.
—No sabes absolutamente nada de mi caso, ¿verdad? —dijo la kunoichi con voz alterada mientras se despojaba de su bata de hospital. Sakura procedió con suma cautela.
—¡Sabes que en muchos clanes ninja a los "inútiles" se les deja de lado, o les ocurren cosas mucho peores! —dijo la kunoichi alzando la voz—. Mi sensei fue quien me hizo esto, pertenecemos al mismo clan. Falle cada una de sus pruebas, no mostré ninguna señal real de progreso en todos estos años.
La kunoichi estaba al borde del llanto. Sakura, mientras, recolectaba evidencias, sin embargo, no pudo evitar pensar un poco en las antiguas costumbres Hyūga, Inuzuka o Aburame.
—Ya terminé, el que seas débil no es excusa para tratarte así —dijo Sakura con firmeza—. No es ninguna vergüenza ser Genin. Muchos no llegan a Chūnin si no hasta los 20 años.
—No es solo cuestión del rango ninja, es también cuestión de medir la habilidad de este. Kunoichis tan malas como yo solo servimos para algo en nuestro clan —Sakura se horrorizo al pensar que lo que le había pasado se veía como algo normal—. Y ni siquiera eso pude hacer bien.
—Ya no estamos en la época de guerra entre clanes, las cosas son diferentes hoy en día, esto que te paso no va a quedar impune —dijo Sakura, intentando contener la furia que la consumía, al tiempo que intentaba tranquilizar a la citada kunoichi.
—Tu no me entiendes. Mi sensei fue el único shinobi que mantuvo su fe en mi cuando todos los demás me dieron la espalda. Y ahora, incluso él me ha dado la espalda. ¿Qué me queda? —dijo la joven kunoichi mientras se ponía nuevamente la bata de hospital y se hacía un ovillo.
Fin del flashback
Sakura recordó que unas horas después, cuando fue a revisarla, ella no se encontraba en su cama, ni en ninguna parte del hospital. De inmediato aviso a las autoridades del hospital, y ella en persona organizó un grupo de búsqueda de la paciente, aunque no pudo acompañar dicho grupo. Nunca la encontraron, huyo de la aldea y fue declarada una kunoichi renegada. Aunque la aldea y su clan hicieron esfuerzos por encontrarla, al final desistieron. Sin grandes conocimientos acerca de las técnicas del clan y sin un KekkeiGenkai que proteger, la joven carecía de importancia. Pensar que el destino de ella, si hubiera decidido quedarse, hubiera sido el de ser la "prostituta" de otros miembros de su clan le da escalofríos.
Y lo peor de todo es que su caso tiene ciertas similitudes con el de la chica, cuyo nombre se le olvido. Si intenta vengarse, lo más probable es que muera o la encarcelen hasta que se esclarezca la verdad; y si denuncia hay muchas posibilidades de que Naruto le vuelva a hacer daño antes de que lo detengan. Sin mencionar el hecho de que tiene miedo; al sensei que abuso de su alumna no le hicieron nada a pesar de las pruebas, y aunque ella dude que le pase lo mismo hay ciertas probabilidades que suceda.
Obviamente Sakura no estaba pensando de manera coherente, se encontraba muy alterada por lo que le había ocurrido. No se le ocurrió que Tsunade se uniría a Orochimaru antes de dejar que lo que le paso quede impune, aun si es Naruto el agresor. La idea de no hacer nada y fingir que nada había pasado era muy idiota, por no decir otra cosa. Nada le aseguraba que Naruto no volvería a violarla. Pero si se iba a otra misión sin el equipo 7 a otras aldeas, una misión de larga duración lejos de Konoha y de Naruto. Por unos segundos su mente la llamo cobarde, pero luchar en contra de Naruto ella sola era complicado, le avergonzaba contar lo que le paso y no quería tener nada que ver con investigaciones y acusaciones formales.
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Sakura se había reportado enferma en la noche del día que la violaron; lo que le permitirá faltar algunos días a sus deberes del hospital, a sus entrenamientos y a sus deberes como ninja. Todo esto con el fin de aclarar sus pensamientos y emociones. Aunque la idea de huir y convertirse en renegada surco su mente un par de segundos, de inmediato abandono tal pensamiento; pero la idea de ir de asesora médica a Sunagakure u otras aldeas shinobis aliadas, o en aldeas civiles dentro de los límites del País del Fuego, se le hacía cada vez más atractiva. Con algo de suerte, cuando regrese cuente con el suficiente valor para afrontar su actual problema, y más importante, con una serie de estrategias bien definidas que le ayuden a enfrentarse a Naruto en caso de que nadie detecte lo que le está pasando.
—Sakura-san —dijo una voz muy conocida por ella.
—Hola Shizune-san —respondió Sakura sonando cansada, pero sin intentar disimular su nerviosismo.
—Vine a ver cómo te encontrabas, como te reportaste enferma —dijo Shizune, notando el nerviosismo de Sakura—. ¿Te encuentras bien?
—No, últimamente han ocurrido muchos sucesos, muy peligrosos. Me han hecho reflexionar, no estoy lista para enfrentarme a Sasuke. No va a querer volver, y no soy lo suficientemente fuerte o hábil para derrotarlo sin matarlo. Yo… —Shizune le hizo una seña con las manos para detenerla.
—Se de lo que hablas —dijo Shizune, mientras veía materializarse uno de los peores temores, tanto de ella como de su maestra. Sakura era muy inteligente, pero seguía siendo ingenua. Tsunade le había comentado que mientras permaneciera ingenua y con fe en Naruto, Kakashi y ella misma; ella seguiría intentando rescatar a Sasuke y su determinación no flaquearía, a pesar de las bajas probabilidades de éxito de rescatar a Sasuke. Pero también temía que en cuanto ella perdiera esa ingenuidad y fe, su determinación comenzaría a flaquear. Y Shizune creía que ese momento había llegado.
Sakura hace tiempo que había dejado de ser ingenua, y solo su fe en su sensei y Naruto es lo que mantenía en alto su ánimo y nutrían sus esperanzas de que al final de todo, el equipo 7 terminaría bien, y tan unido como lo estuvo en algún punto de su pasado. Pero esa fe que ella tenía había sido destruida por él que fue el mayor pilar de la misma. Los sentimientos de Sakura eran genuinos, pero los hechos y razones que exponía no lo eran. Pero eso ultimo Shizune no lo sabía.
—Esto que me estas comentando… ¿tiene que ver con lo que Naruto y tu platicaron hace dos días? —preguntó Shizune con un semblante preocupado.
—¿Cómo sabes que yo y Naruto nos reunimos hace dos días? —preguntó Sakura mientras abría los ojos con sorpresa.
Shizune vio a Sakura fijamente. Por un momento Sakura pensó que Shizune, la Hokage y las autoridades correspondientes de la aldea ya sabían lo que Naruto le había hecho. Sakura intento disimular un ataque de nervios que comenzaba a padecer, mientras sus ojos se volvían vidriosos.
—Lo digo porque desde hace dos días que nadie sabe dónde está Naruto. La última persona que lo vio fue Hinata, y ella dijo que fue a visitarte. Fue el mismo día en que tú te reportaste enferma. No fue muy difícil atar cabos —dijo Shizune mientras Sakura se relajaba, aunque intentaba no reflejar en su rostro y postura esos grandes cambios emocionales.
—¿Naruto desapareció? —preguntó Sakura alterada.
—Si, es otra de las razones por las cuales vine a verte. Tsunade está un poco preocupada y te venía a preguntar si Naruto y tu hablaron de algo, o si te dijo que haría algo imprudente, o importante —dijo Shizune levantándose y dispuesta a irse de la habitación en la que se encontraba Sakura—. Pero dado lo que platicamos puedo deducir que tú y Naruto tuvieron una plática… profunda e interesante.
Sakura no pudo evitar pensar que esa teoría se encontraba muy lejos de la realidad, pero no se molestó en intervenir ni aclarar nada de lo que ella pensaba. Shizune se dio cuenta de que Sakura se encontraba sumergida en sus pensamientos, y su cara reflejaba que probablemente tenía sentimientos encontrados hacia un asunto en específico, probablemente acerca de lo que estaban hablando. Shizune espero un poco más, en espera de que Sakura dijera algo, pero como Sakura no parecía dispuesta a hablar abrió la puerta para irse, tenía otras responsabilidades en la aldea. Antes de que saliera Sakura grito su nombre.
—Si Sakura —respondió Shizune al grito de la chica, un grito que a ella le pareció casi una súplica. Cuando volteo a ver a Sakura no pudo evitar recordar a la Sakura de hace más de tres años, cuando todavía tenía el rango de Genin, cuando era una niña ingenua, sumergida en confusiones, ahogada por su propia impotencia producto de su inexperiencia y falta de visión y esfuerzo. Sea lo que sea que haya pasado hace dos días, si la afecto así, no quería imaginarse como se encontraba Naruto.
—Shizune-san, me gustaría pedirle que me ayudara a convencer a Tsunade-sama para que me dejara ir a ese programa de capacitación e intercambio de información con la Aldea Oculta entre la Arena —Shizune abrió sus ojos de la sorpresa, no se esperaba esa decisión de parte de Sakura. Cuando ella escucho hablar de ese proyecto no mostro el más mínimo interés de participar más allá de servir como consultora auxiliar para calificar a los candidatos que participarían en ese proyecto.
—¿Estas segura Sakura? —preguntó Shizune intentando adivinar que diantres paso en la reunión que tuvieron ella y Naruto hace dos días. Sakura cambio mucho en solo un par de días. Sea lo que sea que haya pasado debió haber sido sumamente traumático. En algún momento se tenía que indagar que paso en esa reunión.
—¿Sabes lo que eso significa? Tendrás que abandonar la aldea por lo menos dos años para ir a la Aldea Oculta entre la Arena para compartir parte de nuestros conocimientos. Significa aprender el funcionamiento y principios de varias técnicas y métodos médicos que la Aldea de la Arena posee, al mismo tiempo que debes de impartir alguno de los conocimientos que nosotros tenemos.
Sakura asintió en respuesta. —¿Y qué pasa con Naruto? ¿O con Sasuke? —volvió a preguntar Shizune, ligeramente confundida. La principal motivación de Sakura ha sido demostrar que es lo suficientemente fuerte como para estar en el equipo Kakashi, demostrar que ella es lo suficientemente fuerte como para ayudar activamente a Naruto a rescatar a Sasuke de Orochimaru.
—No puedo ayudar a Naruto —Shizune abrió los ojos, sorprendida por la respuesta de la pelirosa—. Tampoco a Sasuke. Si me quedo en el equipo 7 lo único que hare será estorbar.
"Y probablemente, si Naruto y yo no nos alejamos por un tiempo, terminaremos rompiendo lo que queda del equipo 7" pensó Sakura para sí misma, mientras Shizune reflexionaba sobre lo que dijo Sakura.
—Veré que puedo hacer —fue la simple y honesta respuesta de Shizune a la petición de Sakura.
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Ya había pasado una semana desde que hablo con Shizune, más de 10 días desde que Naruto la había violado. Sakura fue llamada por Tsunade para hablar acerca de su repentino deseo de participar en el programa de capacitación e intercambio de información con la Aldea Oculta entre la Arena.
—Tsunade-sama —dijo Sakura a su mentora y Hokage.
—Sakura, te he mandado a llamar para decirte que te considero una candidata apta para participar en el programa de capacitación e intercambio de información con la Aldea Oculta entre la Arena —Sakura sabía que, si Tsunade solo le hubiera querido decir eso, se lo hubiera informado por escrito—. Sin embargo, antes de firmar los documentos que avalan tu capacidad e informar al consejo de tu participación me gustaría indagar un poco acerca de los motivos que te orillaron a participar en este programa.
Sakura suspiro, sabía que algo como esto podía llegar a pasar. Pero ella no está dispuesta a decir lo que paso entre ella y Naruto, aun no.
—¿Tiene que ver con el comportamiento de Naruto en los últimos días? —dijo Tsunade mientras Sakura frunció ligeramente el ceño, pensando si Naruto se había comportado raro o extraño en los últimos días. Si Naruto hubiera desarrollado un comportamiento raro, ella lo habría visto. Ella ha convivido con Naruto desde que regreso a la aldea. Pensándolo detenidamente, Naruto había desarrollado ciertas conductas raras desde el rescate de Sasuke. En cuanto se dio cuenta de ese detalle Sakura abrió los ojos sorprendida y se dio una bofetada mental, maldiciéndose internamente por ser tan tonta.
—Así que no te habías dado cuenta —susurró Tsunade, lo suficientemente fuerte para que Sakura la escuchara—. ¿Puedo preguntar qué fue lo que paso esa noche?
Sakura estuvo a punto de estallar en llanto, pero se contuvo. —Le juro que le contare todo lo que paso esa noche, pero en estos momentos no puedo contarle lo que paso —dijo Sakura con voz quebrada.
Shizune había hablado con Tsunade, ambas habían llegado a la conclusión de que algo raro le paso a Sakura y a Naruto en la noche, hace más de 10 días. Y lo que sea que haya pasado, los afecto a ambos. Naruto desapareció unos días, y no supo de él hasta que un sapo la contacto. Un sapo enviado por Jiraiya, en el cual venía una carta que explicaba que Naruto estaría algún tiempo en el monte Myōboku. Igual que Sakura, Naruto se había negado a contarle a ella lo que había pasado esa noche, o por que el cambio tan repentino en su comportamiento. Sabía que Jiraiya sabía algo de lo que había pasado esa noche, tal vez no toda la historia, pero igualmente se había negado a contarle lo que sabía. Tusnade sabía que no le costaría trabajo obligar a Sakura a contarle lo que había pasado esa noche, pero por el momento la ausencia de esa información no constituía una amenaza a la aldea. Y si Tsunade obligaba a dar a Sakura dicha información, sabía que a nivel personal se terminaría arrepintiendo, sin mencionar el daño que podría llegar a causarle a Sakura, o a la confianza que le tenían en general los miembros del equipo 7.
—Supongo que mientras la aldea no se vea afectada, puedo prescindir de esa información por el momento. Ni tu ni Naruto me han querido contar nada, sus razones tendrán —Tsunade cruzo sus manos y apoyo el mentón sobre ellas—. Pero sepan que tarde o temprano espero que los dos me comenten que paso esa noche.
Sakura asintió, sintiendo alivio de que todavía nadie supiera lo que Naruto le hizo. En su mente surco el pensamiento de que era una cobarde, pero rápidamente abandono esa línea de pensamiento. Se pregunto en donde se encontraría Naruto en estos momentos.
—Naruto se encuentra en estos momentos en el monte Myōboku, entrenando con Jiraiya por tiempo indefinido —dijo Tsunade, mientras Sakura suspiraba de alivio internamente, el hecho de no tener que verlo la tranquilizo de manera espectacular—. El tiempo que participaras en el programa de capacitación e intercambio de información con la Aldea Oculta entre la Arena será de dos años. Espero que me envíes informes mensuales durante ese tiempo. En mi aprobación escrita como participante te serán explicados el resto de los lineamientos de esta misión. Cualquier duda que tengas se la podrás preguntar a tu capitán. Eso es todo, Sakura.
Sakura le hizo una reverencia a Tsunade mientras decía:
—¡Muchas gracias por su confianza, Tsunade-sama!
Tsunade sonrió, sabía que no solo se refería a la confianza que le tenía para dejarle participar en la misión o en el programa de capacitación e intercambio de información. Escucho los pasos de Sakura alejándose de su escritorio, y abriendo la puerta para irse de su despacho, no la volvería a ver en dos años.
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—Segura que estas bien frentona —preguntó Ino a su mejor amiga, a pesar de que seguía triste por la muerte de su sensei, el hecho de que fue vengado le ayudo un poco a mejorar su estado de ánimo. Así que cuando se enteró que Sakura se iba varios años por uno de esos programas de aldeas amigas, ella insistió en organizar una comida de despedida. Debido a cuestiones de tiempo, y a las actividades de los otros novatos, solo Ino podía acompañar a Sakura el día antes de que se fuera. Pero la comida no estaba siendo lo que Ino había imaginado, ella esperaba que Sakura partiera al día siguiente con una sonrisa en la cara y el peor dolor de cabeza producto de una cruda debido a la cantidad de alcohol ingerido. Pues también planeaba emborracharse con su amiga como despedida, y de paso sacarle la razón por la cual acepto participar en dicho programa shinobi.
—Discúlpame Ino, no sé qué me pasa —dijo Sakura sentándose nuevamente, pues anteriormente se tuvo que parar para ir al baño a vomitar. Desde hace casi dos semanas que ocurrió su violación, y Sakura admite que desde entonces no ha cuidado muy bien su salud. El hecho de que el día anterior también tuviera nauseas lo confirma.
—¿Qué clase de conocimientos impartirás en Suna? ¿Cómo enfermarse debido al descuido personal? —Dijo Ino con mofa.
—¡Cállate Ino-cerda! —dijo Sakura, suspirando resignada y dándole la razón a su mejor amiga—. Supongo que comeré algo ligero, y luego iré a preparar mi equipaje.
—¡¿Qué?! —dijo Ino con sorpresa—. ¡No puedes hacer, eso! Planeaba emborracharnos el día de hoy.
Sakura hizo una mueca de inconformidad ante el comentario de Ino.
—¡Cerda, no puedo emborracharme! No vamos a tener transporte, así que me espera un recorrido de casi dos semanas "caminando". Sería un muy mal ejemplo para mí que el primer día estuviera cayéndome por la cruda —dijo Sakura indignada.
—¡Oh, vamos! Lo que sería muy mal ejemplo es que no pudieras seguirle el paso al resto de los ninjas siendo tú, una kunoichi de elite. ¡Imagínate, seguirle el paso al resto de los ninjas a pesar de tu infección estomacal y la madre de todas las crudas! —dijo Ino emocionada, mientras Sakura le mandaba una mirada de desaprobación a su amiga.
—Soy una kunoichi médica, el hecho de que posiblemente estoy enferma, y no me di cuenta antes no habla muy bien de mi —dijo Sakura, todos los shinobis médicos podían darse cuenta cuando presentaban un potencial cuadro clínico de algún tipo. A menos que la enfermedad afectara directamente al cerebro, el cual no era su caso.
Ino suspiro derrotada, sabía que no podría convencer a Sakura de emborracharse. —Si quieres te ayudo a determinar por qué estas enferma, probablemente no sea nada que no puedas comenzar a tratar —dijo Ino en un último esfuerzo para que Sakura pase una buena tarde antes de irse. Sakura sonrió y negó con la cabeza.
—Te lo agradezco Ino, pero probablemente no sea nada que no pueda curar con mi ninjutsu médico —dijo Sakura, presumiendo a Ino su habilidad acerca de técnicas médicas. Tener la habilidad de diagnosticar y curar casi cualquier tipo de infección bacteriana conocida era algo bastante avanzado para una Chūnin de su edad.
—No seas presumida, frente de marquesina —dijo Ino, mientras Sakura solo reía y se proponía a disfrutar de esa tarde con su mejor amiga.
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Sakura se encontraba en la entrada de su aldea con una cara muy seria. Su mirada era tan perturbadora, que incluso Ino se sintió un poco incomoda al ver a Sakura, ya no digamos el resto de sus compañeros. Aunque no pudieron asistir o armar una celebración o comida para despedir a Sakura, si pudieron ir a despedirla.
—¿Estas bien Sakura? —Dijo Shikamaru demostrando preocupación. Y que fuera él, alguien que consideraba problemático meterse en asuntos ajenos, el que preguntaba, decía mucho acerca del estado que todos percibían de Sakura.
—Estoy bien chicos —dijo Sakura forzando en su cara una sonrisa falsa, algo que todos notaron, sin excepción—. Es solo que estoy un poco nerviosa acerca de todo lo que va a pasar. Y también el hecho de que no los volveré a ver en mucho tiempo —dijo Sakura mientras ahora su rostro reflejaba tristeza. Ninjas como Kakashi, Neji o Shikamaru no se creían que eso era lo que causaba una gran preocupación en Sakura, pero no le cuestionaron nada más.
Sakura vio los rostros de todos sus compañeros de generación. Vio los rostros de Sai, Kakashi y Yamato, a los cuales les quería decir tantas cosas, pero sabía que no tendría el valor para contarles lo que le paso a ella hace dos semanas, lo que Naruto le hizo a ella. Vio a Ino, su mejor amiga, quizá si no hubiera sido tan inmadura cuando era niña, a ella si le hubiera contado todo, y tal vez no estaría huyendo como una cobarde. Vio a Hinata, por la mirada de la ojiperla, sabía que quería hablar con ella, ayudarla a ella y a Naruto, pero sabía que probablemente nada pueda hacer ella sola. Vio a Tenten, a Neji, a Rock Lee, a Shino, a Kiba, a Shikamaru y a Chōji, sus compañeros de generación, teniendo en cuenta la crueldad del mundo shinobi, Sakura sabe ahora la suerte que tuvo al tener los amigos shinobis que tiene. Sakura miro a sus padres, civiles que no eran nada tontos, y sospechaban que ser un shinobi no era tan bueno como les querían hacer ver, pero que aun así la apoyaron en todo momento en sus decisiones. Verlos casi le parte el corazón, pero pudo aguantar y no derrumbarse en un mar de lágrimas, fingir una sonrisa y despedirse de sus padres.
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Frontera entre el País del Fuego y el País de los Ríos, 16 años después del ataque del Kyūbi
El grupo de shinobis en el que Sakura se encontraba se había detenido para acampar, estaban a medio camino para llegar a Sunagakure. El grupo de shinobis médicos tenía 24 integrantes, incluyendo a Sakura. Sakura se separó del grupo con la excusa de buscar plantas medicinales, en especial una llamada artemisa, muy común en la zona.
Sakura no se tuvo que alejar demasiado del campamento para encontrar la planta que buscaba, arranco varias de raíz. Sakura derramo varias lágrimas y acaricio su vientre.
Flashback
Sakura había vuelto de su comida con Ino, había hablado con sus padres y había quedado en cenar con ellos. Se encontraba haciendo su maleta cuando paro para hacerse una revisión diagnostica, se sorprendió un poco cuando descubrió una diferencia de otro chakra muy pequeño, como si tuviera un parasito desarrollándose. Ella no era un shinobi sensor, y se sorprendió que el potencial parasito no se encontrara en el estómago o los intestinos. Estuvo a punto de ir al hospital a comunicar una sospecha de infestación rara cuando se le ocurrió otra idea.
Sakura volvió a dirigir sus manos a su vientre en busca de esa presencia de chakra rara, pero en esta ocasión posiciono sus manos a la altura de su útero. Sakura recordó que después de que Naruto la violo ella no utilizo anticonceptivos de emergencia, ni revisiones de ningún tipo, también recordó que se encontraba en sus días fértiles. No tardo en detectar esa presencia de chakra rara, minúscula, pero perfectamente diferenciable de su propio chakra si se concentraba lo suficiente.
—No —dijo Sakura con voz bajita, negando con la cabeza y con lágrimas comenzando a asomarse de sus ojos—. Por favor, no. ¿Por qué? —siguió diciendo Sakura con voz baja y quebrada mientras se sentaba a llorar.
Fin del flashback
Pruebas que hizo ese mismo día, y pruebas posteriores que tardaban un poco más en realizarse confirmó el peor de sus temores; se encontraba embarazada. Solo una persona podía ser el padre. Sakura siguió acariciando su vientre mientras realizaba una infusión con las hojas de las plantas, la planta conocida como Artemisa vulgaris tenía ciertas propiedades medicinales y toxicas.
Si una mujer embarazada consumía esta planta podía sufrir un aborto en el primer trimestre de embarazo. Sakura no había contemplado cualquier otra opción para resolver su problema. Tener al niño no era una opción para ella, fuera de que ser una madre soltera adolescente truncaba todos sus planes futuros, sabía que no soportaría abandonarlo o darlo en adopción. El nacimiento de ese bebe sería un recordatorio constante de lo que su mejor amigo le hizo y, sobre todo, sería un recordatorio de lo que ella hizo para afrontar esa situación. Una serie de acciones que no sería propia de ella, y estaba segura que no solo ella pensaría eso; si sus amigos o familia supieran como decidió tratar el hecho de que Naruto la violo no lo creerían.
Con sus conocimientos de medicina estaba segura que podría realizar fácilmente el aborto que necesitaba, y cualquier posible complicación ella podría resolverlo fácilmente. Sakura siguió acariciando su vientre mientras bebía el té que mataría la pequeña vida que se formaba en su interior. "Lo siento mucho. Perdóname" pensó Sakura mientras terminaba de hacer un jutsu que, junto con el té, aseguraría que cuando llegara a la Aldea Oculta entre la Arena nadie sospecharía que estuvo embarazada y que sufrió un aborto.
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Suna, 16 años después del ataque del Kyūbi
Ya habían pasado dos meses desde que ella llego a Suna, Kankurō se había asegurado de que la estancia de Sakura en la aldea fuera acogedora. Había impartido ya varios cursos que habían ayudado bastante a los shinobis médicos de la aldea. Durante todo el tiempo que había pasado en Suna, Sakura se concentró únicamente en enseñar ninjutsu medico a los ninjas de Suna, o de aprender algunas técnicas que no había en Konoha y que podían llegar a ser muy útiles. Pero Sakura no había querido pensar en Naruto, ni lo que le hizo, ni en que haría ella cuando volviera a Konoha.
Sakura se encontraba en el mercado buscando las plantas con propiedades medicinales que crecían en el desierto circundante de Suna. Ya existía un catálogo de esas plantas, pero Sakura quería observar y estudiar las propiedades de las suculentas del desierto. A parte de agua, muchas plantas suculentas* producían muchas sustancias químicas que podían llegar a tener usos terapéuticos y farmacéuticos.
Al igual que casi todas las aldeas ninjas, Suna no había invertido mucho tiempo o recursos en el ninjutsu médico más allá de curar lesiones en el campo de batalla o elaborar y neutralizar venenos. La misma Chiyo, aunque era una de las más reconocidas kunoichis expertas en el campo de la medicina en Suna, fue más conocida como la gran marionetista o la experta fabricante de venenos antes que una kunoichi médica.
Sakura podía aprender mucho de las plantas, insectos y hongos que había en el País del Viento. Podía realizar grandes aportes a la medicina local, e incluso a la internacional, y al mismo tiempo ayudar a Suna a conocer todas las posibilidades que tiene y que aún no han explorado en el campo de la medicina. Sakura casi había vuelto a ser la de antes de que Naruto la violara.
—¡Has escuchado! Se dice que Orochimaru está muerto, que lo mato Sasuke Uchiha, el último de los Uchihas con vida —esa frase que Sakura escucho llamo poderosamente su atención, trayéndole recuerdos que la hicieron derramar lágrimas de felicidad y de tristeza.
—Todo mundo dice eso, varios ninjas de muchas naciones han realizado investigaciones para confirmar que de verdad fue asesinado. Pero hasta ahora nadie ha podido corroborarlo —dijo la Genin de Suna que se encontraba hablando con la propietaria de una tienda de productos comestibles. Sakura se colocó al lado de una tienda de artesanías y telas para escuchar mejor la conversación mientras fingía interés por varios productos.
—Lo que dice mi sensei es que, si no está muerto, está muy debilitado. Dijo que en muchas bases u escondites suyos se han realizado una gran cantidad de rebeliones y luchas internas. Incluso dice que eso paso aquí, en nuestro país —dijo la Genin, contando un tema que obviamente debía de tratarse en secreto. Aunque pensándolo mejor, desde la muerte de su anterior Kazekage a manos de Orochimaru, el desprecio hacia este Sannin es bastante intenso. Que haya muerto es algo que fácilmente podría convertirse en una celebración, muchos civiles hicieron fiestas y cenas cuando se enteraron que Sasori, el responsable de la muerte del tercer Kazekage, había muerto. Bajo ese escenario no resultaría difícil de creer que mantener el secreto de la muerte de Orochimaru sea muy difícil, por no decir imposible.
Sakura compro un plato artesanal y se retiró del mercado. Esa noche Sakura comenzó a pensar otra vez en su relación con sus antiguos compañeros de equipo. Aunque le había costado trabajo, aceptaba que tanto Naruto como Sasuke eran responsables de lo que le paso. Sasuke por desestabilizar a su compañero de equipo con su Sharingan y Naruto, Naruto podría ser considerado una víctima de las circunstancias. Ella sabía que Naruto, completamente sano y en control de sí mismo, nunca la hubiera violado. Pero también sabía que debía de ser detenido antes de que le haga daño a alguien más. Sakura comenzó a realizar planes para detener a Naruto en caso de ser necesario que ella lo enfrente, también intento prepararse para contarle a Tsunade lo que paso en esa ocasión. Le enviaría una confesión de lo que ocurrió esa noche hace ya hace casi tres meses, no hoy, y solo esperaba no decepcionar a su maestra, o tener que volver a Konoha a enfrentar todo. Sakura sabía que no estaba lista para esto último.
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Algún lugar en el País de los Ríos, 16 años después del ataque del Kyūbi
—¡Naruto! ¡Por favor! ¡Detente! —dijo Sakura entre jadeos y su llanto. Sakura se encontraba boca arriba, desnuda de cintura para abajo, con dos costillas rotas, sus manos clavadas a un tronco con un par de kunais y con sus conductos de chakra sellados.
—¡Ahh! —gritó Sakura con dolor e impotencia cuando Naruto comenzó a rasgar su camisa roja corta. Sakura solo intensifico su llanto y sus suplicas mientras Naruto la violaba sobre el pasto en una pradera del País de los Ríos—. ¡Hiroki! —grita Sakura hacia uno de sus compañeros shinobis heridos; un shinobi médico del grupo que había sido enviado a Suna, pero que en estos momentos apenas y respiraba, sangrando por una profunda herida en la pierna—. ¡Kei! —dijo Sakura hacia una compañera kunoichi de la hoja, aunque a estas alturas ya estaba muerta, Sakura se negaba a creerlo, se negaba a creer que había muerto. ¡Y todo por su culpa!
Flashback
Los shinobis de Konoha ya llevaban 6 meses en Suna. A pesar de solo llevar 6 meses, ya habían compartido una gran cantidad de técnicas medicas básicas y los principios de técnicas más complejas a los shinobis de Suna. Pese a ser aliados, el conflicto entre Suna y Konoha seguía muy reciente en la memoria de bastantes integrantes de shinobis de ambas aldeas. Esa fue la razón por la cual Tsunade solo permitió compartir hasta cierto punto los conocimientos médicos que Konoha tenía.
—¡Sakura-sama! —gritó una kunoichi con el uniforme estándar de Konoha, el cual consistía en un chaleco táctico de color verde, una camisa negra de manga larga debajo del chaleco, una malla ajustada de acero debajo de su camisa, y unos pantalones azul marino. La kunoichi tenía un cabello castaño hasta la altura del cuello, unos ojos color avellana, y una piel de tez blanca ligeramente bronceada por el sol del desierto.
Sakura frunció el ceño al oírla. —Kei, ya te he dicho que no me digas Sakura-sama. Me haces sentir vieja, y tengo 10 años menos que tú —señalo la pelirosa ligeramente irritada.
—Y eres mejor medico ninja que yo, por mucho —terminó por añadir mientras sonreía.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Sakura, suspirando resignada.
—Tsunade-sama solicita nuestra presencia en Konoha —dice Kei, poniéndose seria.
—¿Qué? —pregunta Sakura bastante confundida y nerviosa.
—Dice que es urgente que regresemos a Konoha lo más rápido que podamos —dice Kei, observando la duda reflejada en el rostro de Sakura—, no dice que regresemos todos los shinobis medico de Konoha que están en Suna. Solo solicita mi presencia, la tuya, y la de Hiroki —aclara Kei.
—Contacta a Hiroki, debemos de irnos de Suna inmediatamente —dijo Sakura a Kei mientras pensaba las razones por las que Tsunade solicitaría la presencia de ella y los otros dos shinobis. No tarda en caer en cuenta que Kei y Hiroki no solo son de los peores ninjas médicos dentro de toda la unidad enviada a Sunagakure (lo cual es un decir, ya que los 24 shnobis enviados a Suna son bastante competentes en Konoha en el campo de la medicina), también son los mejores ninjas médicos en el grupo capaces de sostener un combate bastante decente en caso de ser necesario.
Bajo ese razonamiento, Sakura no tardo en comprender que era su presencia lo que ella quería, no la de los tres shinobis en particular. Kei y Hiroki vendrían siendo su "escolta". Sakura se puso bastante nerviosa, hace poco menos de 2 meses que le envió una confesión de lo que había ocurrido "esa" noche. Sakura sabía que Tsunade había recibido la carta, la había leído, y le notifico ese hecho. En la carta que Sakura le envió a Tsunade no solo se encontraba un detallado relato de los hechos de aquella noche, si no sus teorías del por qué Naruto se comportó así.
Sakura sacudió la cabeza, intentando alejar todos sus miedos y dudas. Además, podía estar completamente equivocada y no era su presencia lo que Tsunade requería, tal vez se estaba dando demasiado crédito y era otra la razón por la cual Tsunade-sama solicitaba la presencia de ella y de sus otros dos compañeros. Sea como sea partirían en una hora, debían hacer esperar a Tsunade lo menos posible.
Fin del flashback
Sakura salió de sus recuerdos al darse cuenta de que Naruto dejo de embestirla y escucho un fuerte gemido. Igual que la vez pasada, Sakura se aisló de lo que le estaba pasando. Solo en ese momento ella se dio cuenta de que ahora se encontraba totalmente desnuda, que Naruto también se encontraba totalmente desnudo sobre ella, y que ambos temblaban ligeramente de frio, mientras estaban cubiertos de sudor, más él que ella. Sakura noto que Naruto se encontraba recargado sobre sus codos, probablemente por esa razón el par de costillas rotas que tenía no le dolían tanto como esperaba que le dolieran.
Sakura jadeo con dolor cuando sintió a Naruto salir de ella y caer a un lado. Comenzó a tiritar de frio con más fuerza al estar completamente desnuda y no tener una fuente de calor cerca. Sakura noto el cielo estrellado interrumpido por algunas nubes, al haber luna nueva no había más iluminación que las estrellas que había en el cielo, Sakura escuchaba un riachuelo cercano, el canto de los grillos, y otro sinfín de sonidos producto de otros animales que habitaban la pradera. No tardo en escuchar los pasos de Naruto y unos ruidos que indicaban que se estaba vistiendo.
—Jiraiya murió —dijo Naruto con voz quebrada.
—Lo siento mucho —dijo Sakura en voz baja. De verdad lo sentía, a pesar de todo lo que Naruto le hizo, se sentía mal por él. Haber perdido uno de sus pocos seres queridos debía de ser bastante impactante para Naruto. No tardó mucho en enfocarse en su maestra. Tsunade ha de estar devastada emocionalmente, aunque a diferencia de ella, Tsunade no mostraría debilidad.
Sakura sintió la mano de Naruto tocando la punta de los dedos de sus pies, sintió como sus manos subían por sus piernas hasta sus muslos. Sakura comenzó a llorar y sintió un escalofrió recorrer su columna vertebral cuando se dio cuenta de que Naruto se encontraba jugando con sus muslos. Poco después sintió un ligero alivio cuando las manos de Naruto se alejaron de "esa zona" tan sensible y dañada de su persona que todas las mujeres tienen entre las piernas. Sakura jadeo cuando Naruto acariciaba su torso debido al par de costillas rotas que tenía, y volvió a derramar lágrimas al sentir las manos de su agresor sobre sus pechos, manoseándolos. Finalmente, Sakura sintió que las manos de Naruto subían por su cuello. Las manos de Naruto acariciaron su cara y cabello varias veces. Naruto se levantó y alejo de ella.
—¡Aahh! —volvió a gritar Sakura cuando Naruto arrancó de cuajo los dos kunais que sostenían sus manos a un tronco. Sakura sintió una capa de lana cubrirla, se envolvió en ella mientras veía una sombra en la oscuridad que se iba alejando de ella.
—Adiós, Sakura-chan —escuchó Sakura decir a Naruto mientras se iba del lugar.
—¡Naruto espera! ¡Mi chakra! ¡Lo necesito! —le gritó Sakura a Naruto, Naruto no había retirado los sellos que le impedían usar chakra.
Sakura se arrastró en dirección a Kei para confirmar lo que ya sabía, estaba muerta. Sakura, emitiendo quejidos, se paró y avanzo a paso rápido en dirección a Hiroki, derrumbándose por el dolor que sufría en su abdomen en cuanto llego con su compañero de equipo. Sonrió de alegría por un segundo al notar que todavía tenía pulso, pero en su cara se dibujó la desesperación al darse cuenta que no importaba. Las heridas de Hiroki eran muy graves, y sin chakra y técnicas medicas él no sobreviviría.
—¡Por favor, resiste! —le suplico Sakura al agonizante shinobi mientras ella intentaba parar la hemorragia en la pierna. Rasgo su capa, con la parte más grande intento parar la hemorragia haciendo presión, mientras le hacia un torniquete con la otra parte de la capa. Tal vez si pudiera cauterizar la herida todavía había una posibilidad de salvarlo. Pero no tenía chakra o herramientas para encender rápidamente un fuego, y toda la madera y hojas circundantes se encontraban húmedas, igual que la mayor parte de las armas a su disposición.
Sakura solo pudo observar impotente como la vida se escapaba del cuerpo del shinobi. Al estar nuevamente desnuda comenzó a temblar de frio. Diez minutos después Hiroki estaba muerto y ella comenzaba a presentar los primeros síntomas de la hipotermia. Le costaba trabajo cerrar el puño y comenzaba a presentar escalofríos más fuertes. Sakura hizo un pequeño rezo juntando las manos.
Sakura se levantó y recogió los restos de su ropa, sabía que de seguir así no pasaría la noche, sobre todo porque parecía que iba a llover otra vez. Su brasier se encontraba roto y húmedo, completamente inservible, de igual manera sus bragas. Sakura recogió su camisa corta roja, que, aunque manchado y un poco húmedo, seguía siendo funcional, también se colocó sus pantalones cortos negros y sus botas. La primera capa que llevaba fue destruida en el combate en contra de Naruto, la de sus compañeros estaban igualmente rotas, mojadas e inservibles, lo mismo con la capa que Naruto le dejo a ella.
A pesar de ya no estar desnuda, Sakura es consciente de que todavía puede perecer por los efectos de la hipotermia. Sakura le quito un chaleco negro a su difundo compañero y se lo coloco, también le quito el pantalón a la difunda kunoichi llamada Kei y se vistió con eso. En el equipaje de Hiroki había unos guantes de lana que usaba en las frías noches del desierto cuando salía a explorar el ambiente nocturno de Suna. Para su suerte los guantes se encontraban en buen estado, aunque un poco húmedos.
Sakura procedió a buscar los mapas que Kei tenía en su mochila. Si bien la mayoría de los mapas que portaban estaban sellados y protegidos en caso de que los perdieran o se los robaran, el mapa de la zona del País de los Ríos en donde ella se encontraba estaba solamente doblado y algo mojado. Observando el mapa busco los pueblos más cercanos a su posición y a los cuales sería más fácil llegar. Sakura decidió llevarse el portakunais de su compañera (el suyo estaba roto) y decidió retirarse cuando se dio cuenta que unos 7 lobos habían llegado a la zona para alimentarse de los cadáveres de sus compañeros caídos. Un par de lobos intentaron acercarse a ella, pero ella les lanzo unos shuriken a las patas de los animales, y eso fue suficiente para que la dejaran en paz… por el momento.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Dos días después de la pelea con Naruto.
Sakura se encontraba recostada en un humilde futón . Se encontraba vestida con un simple kimono de algodón teñido de café de manera poco uniforme. No había dicho nada más allá de su nombre.
—¿Cómo se encuentra hoy señorita Sakura? —preguntó un adolescente apenas dos años menor que ella. Sakura observo al adolescente, a Sakura le recordaba un poco a Sasuke. Ojos y cabello de color negro azabache, pero los ojos reflejaban felicidad y su rostro no se parecía en nada a Sasuke.
—Me encuentro bien —dijo Sakura, emocionando a su acompañante y causando un sonrojo en él—. Me puedes llevar a donde están mis cosas, por favor —pidió Sakura amablemente.
—Lo siento, el abuelo no me dijo en donde las guardo —dijo de manera sincera. Sakura suspiro y se sentó. "Supongo que era lógico" pensó Sakura para sí misma. Cuando llego a una cabaña en medio del bosque se dirigió a ella lo más rápido que pudo y toco la puerta. Quien lo recibió fue un anciano, Sakura recuerda haber dicho su nombre y perdió la consciencia. Cuando despertó ya se encontraba vestida con ese kimono, sin su uniforme ninja, y sin sus armas. Durante todo el día anterior no hizo ni comió nada. Pensando en que hacer.
Un ninja sin chakra está prácticamente "indefenso", a menos que sea un especialista en Taijutsu. Pero ella era una kunoichi médica, incluso con chakra, no está especializada en el combate, aunque ella es bastante decente en uno. Sin chakra no podía aumentar la fuerza de impacto de sus golpes, no podía incrementar su velocidad o resistencia, no podía curarse el par de costillas rotas que tiene, aunque sabe que en unas semanas deberían de soldar por sí solas. Con el par de costillas rotas ni siquiera podía caminar hasta Konoha, no sin lastimarse seriamente.
Sakura frunció el ceño y apretó sus puños. Lo peor para ella no era morir, era ser capturada. No tenía un Kekkei Genkai, lo único que podían robar de su cadáver eran secretos acerca de técnicas medicas de Konoha, algo bastante valioso pese a todo. Pero si descubrían quien era, valía mucho más viva que muerta, herida y sin chakra no tardarían mucho en someterla. El conocimiento de técnicas medicas era más fácil de obtener si ella se encontraba viva, podían obligarla a ser ninja medico de quien sea quien la capture. De ser capturada ella está segura de aguantar días de tortura antes de ceder en nada, pero también sabe que podrían tardar meses, o años en encontrarla, si es que no la daban por muerta.
—Necesita comer algo —escuchó una voz rasposa a su lado, haciéndola saltar ligeramente en su lugar y arrancándole una mueca de dolor por el movimiento que ella mismo hizo—. No quise asustarla —dijo un anciano de piel tostada por el sol y una cabellera corta blanca. Sakura observo como articulaba una sonrisa, mientras atrás su nieto sostenía una canasta de frutas.
—No es necesario —dijo Sakura articulando una sonrisa—. Preferiría no ser ninguna molestia. Solo quiero recoger mis cosas e irme. Me están esperando en un lugar, y tengo que llegar —agregó Sakura intentando levantarse, y haciendo una mueca de dolor debido a sus costillas rotas.
—Deberías de descansar un poco más. No soy médico, pero reconozco cuando alguien tiene una herida en el abdomen, podría ser algo serio —dijo el viejo ayudando a Sakura a recostarse, mientras le dejaban la canasta de frutas en el suelo, a un lado suyo.
—Yo tengo conocimientos médicos. Es solo un par de costillas rotas, no es tan grave —dijo Sakura aceptando que necesitaba un poco más de tiempo de descanso.
—No sé cómo sea de dónde vienes, pero en mi experiencia, un par de costillas rotas son varias semanas de reposo total, de lo contrario te espera una vida llena de complicaciones y dolores en donde se encuentran las costillas. Y usted es muy joven aun como para arriesgarse a tener semejantes lesiones de por vida —dijo el viejo elevando ligeramente el tono de su voz mientras la regañaba.
Sakura acepto de mala gana que el anciano tenía razón. Sin chakra, le tocaba esperar a que sus costillas sanaran, o a contactar a un equipo de Konoha que se encontrara por la zona. Teniendo en cuenta que todavía no se habían recuperado al 100% de la invasión de hace tres años, de los problemas con los akatsukis, específicamente de los probables problemas causados por el fallecimiento de Jiraiya, y de que ella se encontraba en un país en el que ni siquiera debería de estar; fácilmente podrían tardarse unos días en comenzar a buscar el escuadrón de ninjas médicos que la Hokage solicito, y hasta varias semanas en encontrarla.
—¡Voy al pozo a recoger agua para la señorita! —dijo emocionado el adolescente.
—Parece ser un buen chico. ¿Cómo dice que se llama? —Preguntó Sakura, sabía que el viejo se llamaba Battou, pero no había escuchado el nombre del adolescente. Ni le había preguntado al joven cómo se llamaba.
—Mi nieto se llama Yûma. ¿Puedo preguntar que hace una kunoichi médica en esta parte del país? —preguntó el anciano con una mirada seria.
—¿Cómo sabe que soy una kunoichi? —preguntó Sakura, visiblemente afectada por las palabras del viejo. Sin chakra para pelear, incluso un equipo Genin de Tanigakure podía llegar a vencerla.
—No siempre viví en esta montaña, cuando era mucho más joven que mi nieto era un aspirante a shinobi de mí país. Nunca conseguí obtener el grado de ninja, pero se reconocer a una kunoichi cuando la veo —dijo el anciano afilando su mirada.
—Yo y mi equipo nos dirigíamos a Konoha cuando fuimos atacados por… un enemigo inesperado —dijo Sakura.
—Debiste quedar muy mal para no poder curarte, ni haber intentado contactar a nadie. Desde que llegaste he esperado que en cualquier momento apareciera algún ninja compañero tuyo. Salvo el necio de mi nieto Yûma, todos los demás se han ido al pueblo hasta mañana —comentó el anciano todavía serio—. ¿Mi familia está en riesgo? —Preguntó el anciano preocupado.
—No debe de preocuparse. A su familia no le pasara nada si me encuentran mis camaradas, y si nadie sabe que estoy aquí, eso podría ahorrarle muchos problemas —dijo Sakura, intentando tranquilizar al anciano.
—La verdad no sé qué tanto confiar en ti kunoichi, pero luces más confiable que los ninjas de mi país —dijo Battou, sorprendiendo a Sakura.
—No me mires así Sakura. Nuevamente, no sé cómo sea de dónde vienes, pero aquí nos perjudicaría más que beneficiarnos el denunciarte a nuestros ninjas. Podrían acusarnos de traición a todos por no haberte entregado de inmediato, o quitarnos todas nuestras posesiones —dijo Battou. Sakura parpadeo incrédula, "por no haberme entregado de inmediato" pensó para si Sakura. "Que se supone que significa eso, todavía podrían entregarme sin mayor problema".
—¿Por qué me ayudaron? ¿O por qué no mejor se deshicieron de mí? —preguntó Sakura curiosa. Todavía podían deshacerse de ella, y probablemente el anciano y su familia estarían a salvo.
—De haber sabido que estabas sola, lo hubiera hecho —fue la simple respuesta de Battou.
—Su nieto debe de quererle mucho para arriesgarse tanto —dijo Sakura mientras comprendía el gran riesgo que significaba que ella hubiera llegado y estuviera allí. Si lo tuviera que resumir, les arruino su vida solo por haber llegado a ese lugar. Sin importar que hubieran hecho, ellos pensaban que les hubiera ido mal de todas maneras, y en otras condiciones probablemente hubieran tenido razón.
—Ese chamaco desobediente, a diferencia del resto de los adultos de mi familia, no está enterado de nada. Más que preocuparse por mí, diría que esta flechado por ti —comentó el anciano de manera desinteresada, haciendo sonrojar un poco a Sakura. No iba a mentir, se sentía un poco alagada. Ella intentó controlar su sonrojo y las expresiones de su cara cuando escucho reír al anciano.
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Pueblo de Honshū en el País de los Ríos, 7 meses desde que Sakura abandono Konoha.
Sakura no podía estar más triste. Ya llevaba un mes viviendo con Battou y su familia, aun no se había podido recuperar del todo de sus heridas físicas, ni había logrado retirar los sellos que le impedían usar chakra, y tampoco había encontrado ni podido comunicarse con Konoha o alguno de sus ninjas. En otras circunstancias, aun si ponía en riesgo a la familia de Battou, si hubiera podido contactar con Konoha e informarle, por lo menos, su ubicación, lo hubiera hecho. Pero tan solo dos días después de su pelea con Naruto cerraron el país por fuertes sospechas de una posible guerra y un potencial ataque. Sakura no se enteró de esto hasta una semana después, cuando comenzó a reunir información para saber bien cómo proceder.
Toda comunicación podía ser intervenida, y sabía que nadie que ella conocía en ese país se arriesgaría a intentar cruzar la frontera para comunicar a su aldea de origen la presencia y ubicación de un ninja de Konoha. Con el ambiente internacional como estaba no se sorprendería de que cualquier salida o entrada de personas entre países, o del movimiento de un extranjero dentro de un país, seria fuertemente monitoreado. Yûma ya se había ofrecido como voluntario para intentar realizar semejante hazaña. Pero tanto Sakura como Battou se habían negado. Aunque las ideas de Yûma eran buenas, las posibilidades de éxito eran muy bajas, y las posibilidades de que todo se saliera de control eran muy altas.
Sakura decidió convencer de manera definitiva a Yûma de no intentar comunicarse con Konoha. Por su propio bien, y por el bienestar del muchacho y de la familia que la acogió debía de convencerlo de no hacer ninguna tontería. Llevaba un mes conociéndolo, y tenía la fuerte sospecha de que, ante el menor descuido de la familia, Yûma intentaría comunicarse con Konoha. Y estaba segura que lo haría solo para complacerla, sin importar o sin pensar bien todas las consecuencias que sus acciones acarrearían.
A lo largo de su estancia varios familiares habían vuelto a vivir cerca o con Battou, alguno precisamente un día después de que tuvo una plática seria con el anciano, dos días después de su pelea con Naruto. Por eso, cuando quedo a solas con Yûma, decidió que ese sería el mejor momento para platicar con él y plantarle los pies en la tierra.
—Yûma, por favor, ¿podrías venir? —preguntó Sakura sabiendo que el adolescente vendría corriendo a su lado. Le resultaba difícil creer que ella haya enamorado al muchacho a ese nivel en tan poco tiempo. Internamente se preguntaba si así se veía ella hace tres años, cuando Sasuke todavía se encontraba en la aldea.
—Si señorita Sakura —respondió Yûma emocionado. Siempre que Sakura pronunciaba su nombre su corazón latía más rápido de lo normal. Cuando noto la mirada seria de la pelirosada su corazón se aceleró aún más.
—Debemos hablar —dijo Sakura con voz muy seria. Yûma puso una cara de desconcierto mientras su corazón seguía latiendo muy rápido.
—Debes de prometerme no intentar comunicarte con Konoha de ninguna manera —dijo Sakura mientras Yûma se preparaba para responder.
—Ya le había prometido a mi abuelo, a mis padres, a mis hermanos, y a mi hermana no ir a Konoha —dijo Yûma con una ligera expresión de fastidio—. No es como si ahora cualquier persona pudiera atravesar la frontera.
—No solo me prometas que no iras, prométeme que no enviaras a nadie, que no intentaras enviar cartas o cualquier escrito, ningún intento de contactar con mi aldea —dijo seria Sakura.
Yûma frunció el ceño. —¿De verdad me cree tan temerario? —dijo Yûma, intentando sonar serio e intimidante. Sakura solo sonrió.
—Si estamos teniendo esta platica es precisamente porque creo que eres así de temerario. Lo que no alcanzo a comprender bien es por qué estás dispuesto a correr un riesgo tan grande por una perfecta desconocida. Se que te gusto, pero las consecuencias de lo que planeas son demasiado grandes solo para impresionarme. Y no eres ningún tonto ni ningún idiota como para que eso explique tu comportamiento —dijo Sakura mientras Yûma ponía una cara de desconcierto total al tiempo que su cara enrojecía.
Sakura se esperaba muchas respuestas verbales de Yûma; gritos, protestas, incluso había contemplado que se quedase mudo y no dijera nada en lo que pensaba una buena respuesta. Pero Sakura nunca se esperó que Yûma se acercara a su cara, la mirara directo a los ojos, y la besara. Ahora la desconcertada era Sakura, la cual no supo cómo reaccionar al sentir la lengua de Yûma acariciar sus dientes. Su primer impulso fue golpearlo en un lugar sensible para incapacitarlo o matarlo. Los recuerdos de lo que le hizo Naruto seguían frescos y muy latentes, pero a pesar de que todos sus músculos se tensaron, ella logro controlarse, sostener el rostro de Yûma y apartarlo.
—¡Me he enamorado de usted, señorita Sakura! —declaró Yûma con tanta firmeza y seguridad que Sakura se volvió a sentir descolocada por un segundo.
—No me conoces —dijo Sakura en un susurro—. No sabes quién soy, no sabes lo que he hecho, lo que podría hacer —dijo Sakura, pero con una voz más firme.
—¡Eres Haruno Sakura! ¡Una kunoichi de Konoha que ha quedado atrapada aquí! ¡Una increíble médica que nos ha enseñado mucho en este mes y ayudo a mi hermana a traer a mi sobrino! ¡Eres una buena persona, una mujer muy hermosa y amable!
—Si pudiera regresar a mi aldea sacrificando a tu familia lo haría —dijo Sakura con una voz muy fría, e importándole poco si alguien más la escuchaba.
—Pero no lo has hecho —dijo Yûma, intentando resaltar un punto.
—Porque no se ha presentado ninguna buena oportunidad. No soy tan desalmada como para sacrificarte a ti y a tu familia por una probabilidad tan baja de regresar a mi aldea. O tan desesperada para no entender que este lugar es un refugio bastante seguro y escaso en este lugar y momento. Pero si se presenta una buena oportunidad con altas posibilidades de éxito, no voy a dudar en sacrificarlos. Además, debes de olvidarte de esos sentimientos, en cuanto me recupere y gane fuerzas me iré de aquí. Nunca volveré y tú te quedaras aquí solo con esos sentimientos atormentándote —una voz interna le dijo a Sakura que era una hipócrita. Sakura ignoro esa voz interna y se concentró en romper el corazón de Yûma por su propio bien.
—Aun si fueras a sacrificarnos no creo que fuera sin dudas —afirmó Yûma mientras le sonreía—. Y si me enamore de usted, no es solo porque es muy bella. Me gusta el tipo de persona que eres, en cómo te preocupas por los demás. ¡Yo no elegí enamorarme de ti, Sakura! Solo es algo que ocurrió, y yo no puedo evitarlo. ¿Usted se ha enamorado?
Las declaraciones y la pregunta de Yûma la dejaron pensativa. A Sakura le costaba trabajo creer que una persona se pudiera enamorar de ese modo de alguien a quien llevaba conociendo menos de un mes. Aunque luego recordó cómo era ella cuando era aún más joven que Yûma.
—Si me he enamorado —respondió Sakura mientras veía como la mirada de Yûma cambiaba. Sakura decidió no prestarle atención a esto y solo suspiro.
—Señorita Sakura —dijo Yûma con una mirada un poco desilusionada y un tono más serio—, a pesar de que no me he comunicado con Konoha, o lo he intentado, he tenido algunas noticias de ese lugar.
Sakura de repente le prestó atención, y por la mirada y el tono de voz de Yûma supo que las noticias no le iban a gustar.
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Pueblo de Honshū en el País de los Ríos, 7 meses y medio desde que Sakura abandono Konoha.
Sakura comenzó un régimen de ejercicios intensos desde el día de ayer. Sus costillas ya habían soldado casi por completo, y aunque le generaba algo de incomodidad los movimientos bruscos y mucho dolor los golpes en el costado derecho, se había autoevaluado. En teoría ya debería de ser capaz de llegar caminando hasta Konoha después de varias semanas, pero eso sería algo ridículamente imprudente dada la situación actual.
Según la información que recopilo Yûma, la anterior Hokage murió cuando los Akatsuki atacaron Konoha. Si eso era cierto Sakura se podía imaginar el por qué atacaron Konoha. Se dice que hubo muchas bajas y la aldea quedo muy debilitada, y si ninguna potencia ha aprovechado para atacar la aldea fue porque el Raikage había declarado una reunión entre los kages para formar una alianza en contra de dicha organización criminal.
Los rumores ofrecían información muy variada y poco confiable, pero en esencia todos coincidían en lo mismo. Konoha fue atacada, sufrió daños y todas las fuerzas armadas de los países estaban en alerta, incluyendo por supuesto, todos los ninjas de todas las aldeas shinobis.
Sakura se contorsiono mientras reprimía una mueca de dolor, dada la situación actual, incluso un civil vagabundo como ella seria sospechosa para los ninjas, y si los ninjas de Tanigakure la reconocían pasaría a ser una prisionera política, en el mejor de los casos. Si no la reconocían no tenía garantías de que la dejarían ir, podrían matarla por ser un lastre, o algo peor, mucho peor. Nunca cruzaría la frontera al País del Fuego, sin mencionar los posibles nidos de ladrones distribuidos en todo el País de los Ríos. Estaba fuera de forma y sin chakra, si los ladrones fueran poco numerosos estaría bien, pero si fueran muchos o uno de ellos fueran un ninja, aun de rango Genin, podría causarle problemas.
Sakura paro de hacer ejercicios para descansar un par de minutos, si la situación evolucionaba y se producía una guerra, puede que ni siquiera pudiera huir de la zona. ¡Y hablando de ladrones! Se acercaban un par de sujetos que no solo nunca había visto por la zona, sino que además no coincidían con las descripciones de ningún familiar de Battou.
—¡Buenos días lindura! ¿Tú vives sola por aquí? —preguntó uno de los sujetos acercándose a Sakura. Pese a ser muy flacos, ambos le sacaban una cabeza y media a Sakura.
—No, no está aquí sola —respondió Battou saliendo de la cabaña en donde Sakura había estado. "Cobardes" pensó Sakura al verlos cambiar de dirección y huir.
Sakura se inclinó y vomito, antes de sentirse mareada e irse a sentar. "En serio, ¿qué diablos me pasa?" pensó Sakura mientras entraba a la casa. Después de un rato se sentó y perdió el conocimiento.
Pasaron un par de horas antes de que Sakura despertara en un futón, cuando despertó no solo vio a Battou y a Yûma, también observo un par de mujeres; una anciana que aparentemente era una curandera local llamada Sachiko, y una de las nietas de Battou, Saki.
—Sakura, ¿verdad? —preguntó Sachiko—. ¿Me gustaría que me respondiera una pregunta? —dijo la anciana.
Sakura solo asintió, dando a entender que podía preguntar lo que quisiera.
—¿Has tenido sexo en algún momento hace pocos meses, más o menos hace dos o tres?
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Pueblo de Honshū en el País de los Ríos, 8 meses desde que Sakura abandono Konoha.
"¿Por qué?" Sakura no dejaba de preguntarse una y otra vez porque ella había tenido que quedar embarazada, otra vez. Ya habían pasado dos semanas desde que se enteró de que estaba embarazada, y si no había abortado había sido por necesidad.
La mayor parte de la familia de Battou, y la aldea en general, tenía ciertos pensamientos acerca del aborto. En resumen, lo consideraban de mala suerte. De haber sido otras las circunstancias, dado como ella quedo embarazada, la hubieran dejado abortar con la condición de que se marchara en poco tiempo y realizara el aborto lejos de donde vivían. Pero las circunstancias eran otras, se decía que iba a estallar una guerra mundial shinobi, la estabilidad en el pueblo se desplomaba. Cualquier acción que pudiera ser de mal augurio estaba prohibida en toda la familia, se dejó de hacer ciertas cosas y se comenzaron a hacer "acciones" tanto para alejar la mala suerte y la muerte como para atraer fortuna y bienestar.
Si ella quería abortar el producto de su violación debía de alejarse permanentemente de la familia, y de la aldea, pues podían llegar a hacerle daño si alguien se enteraba de que aborto dentro o en las cercanías de la aldea. Y dada las condiciones actuales ella no podía hacer eso; sola, sin chakra, en un país extranjero, sin seguridad de rescate o apoyo aliado, al borde de una guerra sin cuartel. Incluso si ella estuviera en su mejor forma, un viaje así hasta algún puesto de vigilancia en el País del Fuego podría ser peligroso. Incluso aunque llegara a reunirse con ninjas de su aldea, el protocolo establecía que sería arrestada y encerrada en lo que se confirmaba su identidad e historia. Teniendo en cuenta de que la posibilidad de que la dieran por muerta era alta y al borde de una guerra a gran escala, bien podrían encerrarla durante semanas antes de que concluyeran todas las pruebas para asegurarse de que no era algún enemigo intentando infiltrarse.
Si la situación en Konoha era tan mala como decían los rumores bien podría pasarla muy mal en su cautiverio hasta que confirmaran que era ella, o de que la enviaran a Konoha a confirmar que era quien decía ser. No, le convenía permanecer un rato más escondida con la familia de Battou.
—Señorita Sakura —escuchó Sakura a Yûma que le llamaba, sacándola de sus pensamientos.
Sakura enfoco su mirada en el enamorado y atolondrado jovencito. Cuando le habían dicho que si abortaba ella tendría que irse y valerse por su cuenta lejos del pueblo él, a espaldas de todos los demás miembros de su familia, se ofreció a acompañarla si decidía irse.
—Si Yûma —respondió Sakura escuetamente. Si al adolescente le pareció molestar su actitud indiferente, no lo demostró frente a ella.
—Solo quería saber si se encuentra bien. ¿O si necesitas algo? —Sakura solo negó, no podía dejar de preguntarse si ella se había visto tan falta de sentido común cuando se ofreció a acompañar a Sasuke hace tantos años cuando él se fue de la aldea.
Yûma se retiró, haciéndole saber que cualquier cosa que necesitara él le ayudaría. Lástima que no manejara chakra, sería un excelente guardaespaldas y apoyo para moverse por el país. Suspiro, no resignándose a la idea de que es muy probable que diera a luz al hijo de Naruto. Sakura solo apretó los dientes y maldijo a Naruto.
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Pueblo de Honshū en el País de los Ríos, 1 año desde que Sakura abandono Konoha.
El orden y la estabilidad del mundo tal y como Sakura lo conocía se tambaleaba a su alrededor. La guerra ya llevaba cerca de 4 meses y medio, días más, días menos. Cerca de la mitad de los shinobis de todo el mundo habían muerto, o al menos eso se decía. Había una alianza inestable entre todas las naciones ninja, siendo el núcleo de dicha alianza las cinco grandes naciones ninja. El actual Hokage, Shimura Danzō, había provocado de alguna forma que medio mundo desconfiara de Konoha y sus shinobis.
Sakura tenía ya 6 meses de embarazo y se sentía una carga en toda la extensión de la palabra. En su estado actual no podía ni usar chakra por el sello colocado por Naruto hace 6 meses, ni realizar esfuerzos físicos considerables debido a su avanzado estado de embarazo. Sakura no podía correr grandes distancias, cargar objetos muy pesados, participar en entrenamientos exhaustivos o meterse en batallas "intensas". Solo podía participar en actividades domésticas, ayudar a la curandera local, y la consideraban suficientemente fuerte para participar de manera parcial en algunas actividades agrarias y ganaderas. Si bien, no era una inútil, tampoco se consideraba tan útil como le hubiera gustado ser, sobre todo observando todo el esfuerzo realizado los últimos años.
A pesar de todos sus inconvenientes actuales, lo que más le dolía a Sakura eran los rumores que decían que todos los miembros de su equipo, el equipo 7, habían muerto. Los rumores que decían que el ataque a Konoha concluyo con su derrota y la captura de su Jinchūriki eran prácticamente universales. Se decía que Sai, Kakashi y Yamato desaparecieron casi al mismo tiempo en el campo de batalla, pero en lugares distintos, a ella le gusta pensar que solo volvieron a las fuerzas ANBU de incognito, pero los rumores del deceso del ninja copia eran fuertes. En cuanto a su primer gran amor, Uchiha Sasuke, fue asesinado en una operación conjunta entre Konoha y Kumo, o eso era el más fuerte rumor actual.
—¿Estas bien Sakura? —preguntó Yûma. Sakura miro con cariño al joven que recientemente había cumplido 15 años. Pese a que físicamente se parecía un poco a Sasuke, varias actitudes y comportamientos suyos le recordaban a Naruto. Sakura seguía pensando que algo muy malo le había pasado a su antiguo mejor amigo, pero como a estas alturas eso ya no importaba dejaba de pensar en eso.
Sus pensamientos se desviaron de nuevo a Yûma, ese chico que desde su primer encuentro le había ofrecido su cariño, amistad… y algo mucho más profundo. Al paso de los meses fueron conociéndose mejor, llegando a contar cada uno buenos recuerdos del pasado. También le había demostrado lo enamorado que estaba de ella; se quedó a su lado pese a que muchos conocidos dentro y fuera de la familia la miraban mal y susurraban a sus espaldas que era una aprovechada, y de paso a él le tenían lastima. Yûma hizo lo posible para cumplir sus caprichos y antojos de embarazo, sin importar lo difícil o complicado que pudiera resultar conseguir algunas de las cosas que ella pedía, varios antojos que Sakura tuvo no los expreso a nadie por temor a que Yûma arriesgara su salud o su vida solo por complacerla en un capricho pasajero.
Yûma era posiblemente la única persona que miraba con gran ternura e ilusión la vida que se gestaba en su vientre, haciendo sentir mal a Sakura, a veces llegándose a enojar con Yûma. Mientras Sakura acariciaba su vientre y fingía cariño hacia una vida por lo que lo máximo que podía sentir era indiferencia.
—No deberías fingir ante mi Sakura —dijo Yûma mientras él acariciaba el vientre de Sakura con autentica ternura e ilusión.
—No sé cómo puedes estar emocionado por este embarazo, ni siquiera es tu hijo —dijo Sakura mientras dejaba de acariciar su vientre y se ponía a acariciar el rostro y cabello de Yûma. Aunque a Sakura le costara admitirlo, había comenzado a corresponder los sentimientos de Yûma.
—Pero es tu hijo, y amo todo lo que venga de ti —Sakura mostro una expresión neutra ante la respuesta de Yûma, aunque por dentro una marea de todo tipo de sentimientos contradictorios la abrumaban—. Lamento lo que te paso Sakura, lo que te viste obligada a hacer, pero si este niño es igual de hermoso que tú no podre evitar encariñarme —terminó de decir Yûma. Sakura acerco su rostro a Yûma e inicio una sesión de besos con el chico pelinegro. Yûma era la única persona que conocía toda la historia de su embarazo de su boca, incluyendo quien es el padre de la criatura y las circunstancias de su concepción.
—Sabes que podría estar aprovechándome de tu enamoramiento para así atarte y tener un padre para mi hijo, ¿verdad? —dijo Sakura mientras Yûma reconocía la advertencia que una de sus tías le ha estado repitiendo cada que puede.
—¿Y lo has estado haciendo? —preguntó Yûma siguiendo el juego de Sakura.
—Deberías de buscar otra chica, una que no te cause tantos problemas. No quieres ser padre a los 15 años Yûma —dijo Sakura, recordándole que había muchas opciones, que estaba a tiempo de arrepentirse y retirarse, y que ni ella ni nadie se lo reprocharía.
—Pero tú eres la mujer que amo, con la que quiero casarme y tener más hijos —Sakura lloró y beso apasionadamente a Yûma. Ella sabía que Yûma la amaría y seguiría a donde fuera, y ese era precisamente el problema. Sakura era una kunoichi de la Aldea Oculta entre las Hojas, y por lo que sabía, Konoha no es la misma aldea en la que creció y que vio la última vez. Había cambiado, y por más justificados y razonables que fueran sus actos, no haber intentado moverse o reportado podría ser considerado como traición. Sabe que si se va Yûma le seguiría, sin importar a donde y las consecuencias, y si ella no era capaz de asegurar su seguridad, ¿Cómo podría asegurar la seguridad de su esposo y su hijo o hija? ¿Cómo podría estar segura que podría proteger a su familia? Además, no podría separar a Yûma del resto de su familia, ella no soportaría el sufrimiento silencioso que padecería Yûma. Si Sakura aceptaba a Yûma, renunciaba a Konoha y a todo su pasado.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Pueblo de Honshū en el País de los Ríos, 17 años desde que Sakura abandono Konoha.
Sakura revisaba todo su "equipo médico"; un conjunto de herramientas que había conseguido, construido, modificado y/o diseñado. Si su yo del pasado o su maestra vieran lo que ella llamaba equipo médico, seguramente quedarían impactadas, pues para ellas sería un equipo médico improvisado de tercera. Pero en años de trabajo, con poco dinero y recursos, su equipo médico era muy superior a lo que cualquier otro hubiera podido construir en sus mismas condiciones.
Sakura suspiro, generalmente estaba muy ocupada o se distraía para evitar que sus pensamientos se desviaran al pasado. Pero a veces, se ponía a reflexionar lo mucho que había cambiado su vida, o los planes que había tenido para vivirla. Para empezar, tuvo 5 hijos.
Sakura amaba a todos sus hijos, incluso a su primogénita, Kohana. Actualmente una adolescente pelirroja de ojos jade con su mismo tono de piel y con la cual había tenido una fuerte discusión. Ellas dos siempre habían tenido problemas entre sí, pero nunca uno tan grave como la última discusión. Sakura sonrió cuando recordó cómo su esposo, Yûma, decidió acompañar a Kohana cuando decidió irse al pueblo con unos familiares que vivían ahí.
Sakura salió de su "consultorio" y se fue a su casa. Su hijo más pequeño tenía solo dos años, y aunque sus hermanos eran muy responsables eran solo niños o adolescentes civiles. Sakura sonrió, todos consideraban a Sakura una madre muy estricta y exigente, ella se veía más como una madre cariñosa y muy permisiva, pero su definición de ser estricta y la definición de los habitantes de un pueblo rural era muy diferente. Siempre supo que en muchos lugares veían raro o no creían que una joven de 14 o 15 años se considerara una guerrera de elite y una médica. Las expectativas para los que viven en una aldea ninja y los que viven fuera de ella son muy diferentes; pero ese es un detalle que sus hijos, incluyendo su primogénita, ignoraban.
Y eso era precisamente lo que hacía que Sakura estuviera tan preocupada y nostálgica. Nadie nunca le había contado a ninguno de sus hijos, o de sus sobrinos u otros familiares jóvenes, quien había sido ella antes de llegar al pueblo y conocer a su esposo. Yûma le había convencido de contarle a Kohana quien había sido ella, y quien era su "verdadero" padre. Su primogénita siempre sospecho que Yûma no era su padre, ni ella era su madre. Una parte de sus suposiciones no eran totalmente erróneas.
—¡Buenas noches, hijos! —dijo Sakura a sus otros dos hijos y dos hijas, todos niños saludables de ojos y cabello negro. Todos los niños saludaron emocionados a su madre, mientras una de las tías de su esposo la saludaban.
—Vayan a lavarse las manos —ordenó Sakura con voz seria, tenía que poner esa voz para que los niños obedecieran sin rechistar. Sakura agradeció al familiar de su esposo mientras ella se retiraba a su casa. Procedió a servir la comida que preparo una de las tías de su esposo.
—¿¡Mi hermana va a venir a comer!? —declaró con emoción Mebuki, su hija mayor, con 12 años de edad. Sakura negó suavemente con la cabeza.
Sakura casi no comió, preguntándose que hubiera podido hacer mejor para tener una mejor relación con su hija. Pero Sakura solo podía suspirar, desde pequeña su hija mayor fue siempre hiperactiva, necia e indisciplinada. Sakura no podía evitar recordar a Naruto cada vez que veía la actitud de su hija, y eso siempre la hacía enojar más de lo normal.
Sakura nunca recupero su capacidad de utilizar su chakra, y nunca quiso enseñarles a sus hijos como utilizarlo por múltiples razones. A pesar de no poder usar chakra ni instrumentos médicos avanzados, Sakura fue capaz de desarrollar métodos análogos que podían replicar o imitar métodos de curación que requerían herramientas medicas más avanzadas o/y que podían requerir chakra, aunque los tratamientos tomaban mucho más tiempo en hacer efecto, y podían no curar todos los síntomas o afecciones. Con sus limitados recursos había realizado y seguía en curso investigaciones suyas de bajo perfil.
—¿Mi hermana se convertirá en ninja? —preguntó otro de sus hijos, un niño de 9 años, alterando a Sakura. La raíz de la discusión con su primogénita fue precisamente porque quería responder al reclutamiento de interesados en convertirse en shinobis del país. Kohana y dos primos segundos menores que ella querían ir a la Aldea Oculta entre los Valles, y ella no estaba de acuerdo ni un poco.
Sakura recordaba que cuando ella era aún más pequeña que su hija, en Konoha. Sus padres le permitieron entrar en la academia ninja, e incluso la apoyaron cuando vieron que ella iba a tomar su carrera ninja en serio y no solo era una moda o un capricho de niña pequeña. Pero sus padres, pese a no ser idiotas ni ignorantes, no sabían lo realmente duro que el mundo ninja puede ser. Ni siquiera ella sufrió lo peor del mundo del mundo shinobi, si acaso logro vislumbrarlo. Situaciones que de solo imaginar padecerlas la romperían, tal vez no la hubieran hecho rendirse, pero si estaba segura de que, de haberlas padecido, nunca hubiera vuelto a ser la misma. Y por eso mismo ella no quería que su hija se expusiera a esos peligros, especialmente ya que se encontraban en un país pequeño con una aldea menor.
—No lo sé —dijo Sakura. Se permitió pensar en sus padres por primera vez en años, preguntándose como habrían asumido su "muerte" o su desaparición. Cuanto habrían sufrido, si todavía sufrían y la lloraban en una tumba sin cuerpo con una lápida con su nombre. Pensó también en los amigos que le sobrevivieron a la guerra; si Shino todavía la recordaría, si Shikamaru siquiera la extrañaría, si Neji noto su ausencia en su vida, o si lo hizo Tenten. Si de verdad los antiguos amigos que tuvo estarían muertos, o solo habrían sido reclutados por ANBU y todavía algo de ellos rondaría este mundo. Se pregunto qué haría ella si alguna vez perdía a su hija, no solo si muriera, había perdidas en varios niveles. No quería imaginarse que haría ella, o como la afectaría descubrir que la hija que había criado se había terminado convirtiendo en otra persona. Como algo como eso afectaría a toda su familia.
Por vez primera Sakura imagino cambiar su pasado, específicamente su decisión de huir y de no enfrentar a Naruto cuando fue violada por primera vez. Se pregunto qué hubiera pasado si en vez de huir hubiera enfrentado a Naruto, ya sea por su cuenta o con la ayuda de las autoridades de Konoha. Sakura sonrió amargamente al darse cuenta de que intentar enfrentar a Naruto por su cuenta probablemente hubiera terminado en desastre. Sakura finalmente admitió que había actuado como una cobarde, y que probablemente estaba actuado también como una cobarde en esta situación.
Sakura no podía cambiar el pasado, solo vivir con las consecuencias de sus decisiones. Ella sabía que su primogénita tomaría sus propias decisiones, le apoyase o no. No quería volver actuar de manera cobarde otra vez, si su hija quería convertirse en ninja después de saber su historia, lo aceptaría y no se opondría, aunque tampoco le daría ánimos. Sakura acostó al resto de sus hijos antes de irse ella misma a la cama por ese día.
FIN
*Plantas que almacenan agua en alguna de sus estructuras (hojas, raíces, tallos), generalmente tienen estructuras vegetales carnosas.
