Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!


Capítulo 42

~ Dos Años Después ~

Estoy de regreso en Ogden para ayudar con las pruebas del equipo de primavera, para seleccionar a nuestros novatos para el próximo año.

Mi último año en la universidad.

Tantas cosas han cambiado desde ese primer verano. Estaré en mi último año ahora. Me he mudado a la casa del lago. Me van a pagar por gestionar las pruebas y luego por asistir a la sesión de verano para ayudar a entrenar a los novatos.

Acabo de comprarle a mi mamá un coche nuevo, pagado en una cuota. Tengo al menos quince alumnos regulares que entreno semanalmente, incluida Sammy, y otros más intermitentemente. No puedo aceptar más. Pero estoy ganando buen dinero. Mis días trabajando en Subway quedaron muy atrás.

Tengo dos patrocinadores ahora, y una beca completa. Aún así, trabajo duro, dividiendo mis tiempo entre clases, la práctica y mis compromisos como entrenador. Pero puedo ahorrar dinero ahora. Puedo ayudar más a mi mamá.

Tengo todo lo que pensé que quería ese verano tres años atrás, cuando llegué aquí como novato.

Bueno, casi todo.

Estoy en la cúspide. Estoy en mi mejor forma. Estoy convencido de que este será nuestro año para ganar el campeonato nacional.

Todos parecen nerviosos cuando llego al gimnasio. Saludo a varios de mis compañeros, viejos y nuevos. Al principio, creo escuchar su nombre, pero lo descarto pensando que alguien probablemente esté hablando de alguien más.

Entonces, lo escucho de nuevo.

Y de nuevo.

Ella está de vuelta.

Es de lo que todos hablan.

No sé cuándo, o cómo, o mierda, por qué, pero va está de regreso.

Han pasado poco más de dos años desde que la he visto su rostro. Desde que la he tocado o sentido en mis brazos. Desde que la he besado o que le he dicho que la amaba.

Dos malditos años.

Nada dura para siempre. Ciertamente yo no lo esperaba. No para siempre, no. ¿Pero una buena cantidad de tiempo? Seguro. Simplemente no lo vi venir. Que ella haya sido arrebatada de mí tan repentina y completamente. Que ella simplemente siguiera con su vida como si yo nunca hubiera existido, como si no significara nada para ella. No, nunca esperé eso.

La verdad es que la cosa más inesperada de todo esto es lo mucho que aún duele.

Estoy prácticamente asombrado en mi lugar cuando Rosalie entra al gimnasio, los tacones de sus botas repiqueteando en el suelo mientras camina directo a mí.

—¿Tienes un segundo? —pregunta.

Mierda. Es verdad.

—Claro… —La sigo hacia el fondo del gimnasio, por el pasillo, y luego hacia su oficina.

Ella no se sienta. En cambio, se apoya contra el escritorio, mirándome y cruzándose de brazos.

Entonces, suspira.

—¿Te has enterado? —pregunta tentativamente, sus labios fruncidos con vacilo.

—Entonces es verdad.

Rose descruza los brazos y lleva sus manos a sus caderas.

—Ahora, ella solo vendrá a hacer las pruebas para el equipo —dice a la defensiva.

—¿Ella ya está aquí? —Miro por encima de mi hombro, esperando que Bella apareciera por detrás o alguna mierda.

—Aún no —Rose añade suavemente—. Jasper la está recogiendo del aeropuerto.

Mierda. Al diablo con esto.

¿ Por qué está aquí?

¿ Por qué ahora?

Froto una mano por mi rostro, mi buen humor se ha esfumado. Mis altas expectativas para mi último año en la universidad de repente han desaparecido.

—Escucha. —La voz de Rose se suaviza mientras camina hacia mí—. No voy a negarle una prueba, pero si esto será un problema para ti, no la aceptaré de vuelta.

—¿Qué? —Le echo un vistazo por detrás de mis manos, sin esconder mi sorpresa.

—No la aceptaré de vuelta si te sientes incómodo con ella en el equipo. —El tono de Rose es tranquilo, casual, como si lo dijera en serio.

—¿Por qué harías eso? —Camino de un lado al otro frente a ella, tratando de acomodar mis pensamientos—. Ella sería una valiosa adición a nuestro equipo.

—También lo eres tú. —Me detiene con una mano en el brazo.

—Cierto. —Resoplo.

—Es la verdad. Eres una parte importante de mis planes para este equipo, Edward. Nuestro equipo, nuestro programa, ha crecido tanto en los últimos dos años, gracias a ti.

—No hemos ganado una mierda. —Me río sarcásticamente. Ha sido una cosa u otra, pero no hemos ganado un título aún.

Camino de un lado a otro en la oficina de Rosalie. ¿Por qué lo ha dejado en mis manos? Si Bella regresa a nuestro equipo o no no puede depender de mí.

Mierda.

—Ganar no lo es todo. —Rose señala su camiseta. Campamento Sueña en Grande. Nuestro Campamento Sueña en Grande—. Lo que tenemos aquí es mucho más importante para mí.

Hace dos años, después de mi primer fracaso en una competencia, y bueno, en la vida —y el amor— regresé a Fort Collins y me puse a trabajar de inmediato. En verdad, usé el entrenamiento y las clases para distraerme de todo lo demás que iba mal.

Pero fue entonces que conocí a Bree.

Y conocer a Bree cambió mi vida por completo.

Usualmente, los hermanos de mis alumnos hacen lo suyo durante mis sesiones. Pero no Bree. Bree también quería aprender. La mamá de Bree estaba sorprendida cuando pedí entrenarla. Jamás había trabajado con alguien como Bree.

No lo negaré—fue desafiante, pero sin duda, mi sesión de entrenamiento más satisfactoria jamás. La sonrisa de Bree simplemente te llena de vida. Es el tipo de dicha puramente genuina que solo las personas con un cromosoma extra pueden tener.

Desde ese momento, decidí que mis clases serían más inclusivas. Cambié mi especialización a Educación Física Adaptada. Y después de una charla rápida con Rose y Emmett, nació el Campamento Sueña en Grande. Se realiza de mayo a junio. Después de las pruebas, antes de la sesión de verano. Cincuenta y ocho niños con necesidades especiales se registraron este año.

Cincuenta y ocho.

Jamás he estado más orgulloso de algo en mi vida.

Exhalo. Rose sigue esperándome.

¿Y qué si Bella regresa?

Me ha ido bien. He estado bien.

Claro, al principio, tuve esperanza. Que después que su papá fuera con ella. Que después que ella estuviera mejor. Que ella regresaría. Que me contactaría. Que arreglaríamos las cosas.

Pero los días pasaron, luego los meses, y mi esperanza disminuyó.

Ella se mudó a Texas y se unió al Colegio Volterra. Poco después de eso, el documental de Netflix fue anunciado. La popularidad de Bella salió disparada.

No que la siga o algo, pero nadie jamás se calla sobre ella.

Y Phil consiguió todo lo que quería de ella.

La única persona que no quiero ni cerca de mí o mi Campamento Sueña en Grande.

—¿Phil va a estar involucrado en nuestro equipo de nuevo?

—No —dice Rose rápidamente—. Phil ya no está involucrado.

Sí, claro. Suelto un bufido.

—Confía en mí —insiste Rose—. Todo esto es Bella.

Bueno, mierda.

—¿Por qué quiere venir aquí? —No sé por qué eso importa. Lo que ella quiera ya no debería importarme.

—Ella ha ganado todo en la división de Escuela Superior con Volterra. —Rose se encoge de hombros—. Todo menos las elevaciones en pareja. Y quiere pasar al nivel universitario de nuevo.

—¿Esa es la única razón? —No estoy buscando información en particular, pero si Bella ha hablado con Rose de mí, creo que me gustaría saber. Quizás no debería querer saber.

—No lo sé. Ella va a probar en Kentucky también —explica Rose, y mis ojos se agrandan.

Universidad Meyer en Lexington, Kentucky. Nuestro mayor rival. Los que han ganado el campeonato nacional en los últimos tres años.

Cualquiera estaría demente al negar a Bella Swan un lugar en su equipo.

Kentucky la aceptará en un instante si nosotros no lo hacemos, y perderemos contra ellos de nuevo.

Perderé de nuevo, pero esta vez, contra Bella.

Al diablo eso.

—No podemos dejar que eso pase —le digo a Rose, cruzándome de brazos.

Rose asiente, al parecer aliviada.

—Pero si Phil está involucrado, en absoluto, estoy afuera.

—Él no estará ni cerca de nosotros —dice Rose, acercándose para darme unas palmadas en el brazo—. Ni de Bella.

Respiro profundo, inflando mis mejillas mientras exhalo, y siento mi estómago revolverse con anticipación.

—¿Estás seguro que está bien? —La mano de Rose se posa en mi hombro, y cuando mis ojos se encuentran con los suyos, no hay nada más que compasión en ellos.

—Han pasado dos años —le digo a ella y a mí mismo—. Estoy bien.

Más fácil decirlo que hacerlo.

A mitad de la práctica, Jasper aparece con Bella Swan siguiéndolo. Ella se para frente a las puertas, el sol brillando detrás de ella, como si unos ángeles fueran a comenzar a cantar en cualquier momento, antes de que las puertas se cierren.

Ella luce diferente. Más sana. Pero aún así tan hermosa como siempre.

Más hermosa incluso, si eso siquiera es posible o jodidamente justo para alguien.

Su cabello está más corto —con ondas también— terminando al nivel de sus hombros. Estudia el gimnasio y una sonrisa nostálgica se estira en su rostro.

Sus ojos encuentran los míos, pillándome mirándola desde el otro extremo del gimnasio, por lo que giro la cabeza rápidamente, incapaz de sostener su mirada. Seco el sudor de mi rostro y cuello con mi toalla, volteando hacia Seth, uno de nuestros potenciales novatos, quien aún luce un poco perdido.

Repito mis instrucciones para él, pero él me mira anonadado.

—Esa es Bella Swan —susurra, deslumbrado.

—Lo sé. —Suelto un quejido, parándome frente a él así le doy la espalda a Bella.

—Está caminando hacia nosotros —dice Seth temblorosamente—. ¿La conoces?

Me preparo para lo que viene, inhalando profundamente.

—Ya no.