Orden 66


—Maldito Midoriya… —Dijo Mineta con una vena en su frente

—¿Qué estás diciendo? —le pregunto cero confundido

—Bueno… una mujer realmente hermosa está detrás de el…

—y que quiere matarlo —interrumpió shoji

—¿Pero acaso la viste? ¡Tenía un cuerpo de ensueño!

—¡Imbécil ella lo apuñalo! —le grito mina

—¡A quién le importa el Nerd de mierda! ¡No puedo creer que esa puta me haya derrotado! —grito Bakugo furioso.

—Oye bro… cálmate —le dijo Kirishima al ver como el resto de sus compañeros lo vieron con mala cara. En especial Hatsume.

Todoroki solo lo sacudía la cabeza en señal desaprobación.

—Reamente te pasaste esta vez, animal...

El ambiente había quedado bastante tenso.

De repente la pueta principal se abrió de golpe.

—¡Hola a todos! —grito alegre, un fornido hombre rubio con cara de TinTin. Acompañado de otras dos personas

—¡Hola! ¿Qué están haciendo? ¿están viendo una película? ¿Qué película es? ¿podemos ver también? —dijo rápidamente una hermosa joven peliceleste— yo también quiero ver —miro hacia el escenario y vio al peliverde en el centro— ¿Por qué Zuzu está amarrado ahí?

Ese comentario atrajo las miradas de las mujeres pelirosa y castaña.

¿Zuzu? Pensaron al mismo tiempo con una vena en sus frentes. Al ver como volaba hacia el peliverde

—¿Están haciendo una sesión de sadomasoquismo? —pregunto Mirio extrañado.

—No, pero si él quiere… —dijo Midnight. Haciendo que los demás profesores la miren consternados. Al notar miradas de sus compañeros, esta se aclaró la garganta—. Pero honestamente, no quiero ir a la cárcel.


Mirando como la peliceste le pinchaba entretenida la mejilla al peliverde. Mei sintió como agujero se le formaba en el estómago. Inconscientemente apretó los puños.

—Oye, oye, ¿Qué es esto? —pregunto la peliceleste apuntando a la maquina en la que estaba sentado Izuku.

Esto la saco de su estupor.

—E-ehm, es una máquina que nos permite ver otros universos. Y los proyecta en la pantalla

—Oh. ¿En serio? ¿Así como en los cines?

—Algo así.

—hmm~… ¿y por qué Zuzu está ahí amarrado? —pregunto mientras le pinchaba la nariz al pecoso.

—¡ah! Si bueno estamos usando al sujeto de pruebas M1 como antena así podremos ver cada universo en el que el exista.

—wow… —los ojos de Nejire encendieron. Y se giró hacia donde estaban sus amigos— ¡chicos oyeron eso! ¡Esta cosa nos muestra otros universos donde Zuzu existe! ¡como las películas! —les grito emocionada.

Luego se fue volando hacia los asientos más cercanos junto con sus compañeros. A lo cuales no paraba de hablarles.

Con un suspiro ignoro el nudo que sentía en el estomago y se puso a trabajar en buscar otro universo. Y así llamando la atención de los presentes.


Un joven peliverde observaba serio el cielo nocturno y la gran ciudad de muchos rascacielos que extendía hasta el horizonte. Se giro hacia el frente y dio una pequeña sonrisa

—¡Mira Mirio! ¡Es Zuzu! —dijo Nejire emocionada señalándole—. Ooooohhhh… ¡se ve más guapo así! —agrego remarcando como el peliverde tenia en pantalla el cabello corto pero aún se veían algunos risos en un coronilla y una trenza que caía desde su oreja derecha.

—¡¿QUE!? —gritaron atónitos los compañeros del peliverde ante las palabras de su hermosa senpai.

Rodando sus ojos ante el arrebato de sus alumnos. Los profesores se volvieron a la pantalla.

Una vista genera mostraba un gran salón de circular de color beige y pilares rojos. Ahí estaban unos seis jóvenes de la edad del peliverde en pantalla y una pequeña niña. Que charlaban amenamente.

Los adultos sonrieron al ver unas caras conocidas.

—¡Wow! ¡somos nosotros! ¡Mira mira! —grito Nejire emocionada. Llamando la atención del resto

—¡oohhh! ¡miren son, aliens! —agrego Mirio igual de emocionado, señalándole a tamaki.

—¡Miren es Eri que linda se ve! —dijo Mina al ver a la pequeña que corría hacia el peliverde seguida de cerca por Nejire.

De repente las puertas corredizas se abrieron y dos hombres vestidos con armadura blanca con franjas azules y un casco con visor en forma de T. entraron rápidamente con blasters en mano y dispararon rápidamente a los jóvenes que tenían en frente.

Todos dieron un jadeo, atónitos al ver caer a dos jóvenes aliens con agujeros humeantes en sus cuerpos.

Rápidamente Izuku tomo a la peliblanca y la puso detrás de él, al ver como los dos hombres derribaban a otro alien que aún no salía de su estupor.

Tomo un pequeño cilindro de su cinturón y se puso en posición de defensa cuando los dos hombres fijaron sus miras en él.

Una corriente de plasma verde emergió del cilindro, así como una espada y comenzó a desviar los disparos de los dos atacantes, con gran destreza y agilidad. Inmediatamente se vio superado por la precisión y tenacidad de los dos atacantes.

La peliazul se le unió, alivianado un poco la ofensiva y desviando la atención de los hombres, que ignoraron dos espadas luminosas azules que se dirigían hacia ellos.

Los dos blaster fueron cortados, dejando solo metal al rojo, interrumpiendo el ataque seguido después de cortes en el pecho y en el área del estómago.

Ambos atacantes cayeron pesadamente en el suelo.

—¿Qué esta pasando? —pregunto atonito Tamaki, sin despegar la mirada de la pantalla.

Nadie respondió.

—¡vamos! ¡hay que salir de aquí! —grito el rubio.

El peliverde y la peliazul le siguieron junto con la pequeña albina que iba aterrada.

De repente el sonido de blasteres siendo disparados venían del pasillo.

Mirio y tamaki iban al frente, Nejire y Eri estaban en el medio, e Izuku fue el último en salir.

Ahí vio como dos hombres iguales a los que los atacaron, acababan a una chica de cabello café.

Todos vieron con pavor como la remataban en el suelo con otra ronda de disparos. La chica se les hacia demasiado familiar para su gusto.

Los dos hombres se giraron hacia él y dispararon.

Aun en retirada, desvió los primeros disparos para luego extender su brazo con fuerza hacia unos de los hombres. Inmediatamente uno de ellos voló hacia la pared y fuerte golpe se sintió con cuando hizo contacto con ella, cayendo flácidamente al suelo.

El otro hombre disparo otra vez. El peliverde bloqueo los disparos y estos se devolvieron hacia el atacante dándole en la cabeza y el cuello.

El grupo aún bajo fuego, siguió avanzando hasta entrar a un pasillo. Mas atacantes seguían llegando.

La peliazul bloqueo un disparo que inmediatamente se le devolvió hacia el agresor, para luego darle un corte diagonal a otro hombre a su lado. El peliverde apuñalo a otro en el pecho, que trato de emboscarla por la espalda.

Otro individuo trato de dispararle a la albina, pero Nejire lo decapito.

―¡Avanza Eri! ―le grito a la atónita niña.

Tres hombres se les abalanzaron, ahora Nejire e Izuku bloqueaban y desviaban los disparos mientras retrocedían

De repente Izuku fue alcanzado en el hombro e inmediatamente recibió un impacto en pecho que lo envió a suelo.

Ya estaba muerto.

―¡No! ―Grito Nejire enfurecida.

Bloqueo el disparo que le dio el hombre que mato izuku y este hizo impacto en su estómago derribándolo.

Siguió bloqueado más disparos hasta que logro acabar con los dos individuos restantes, pero no advirtió a otro que se le acercaba corriendo. Este logro darle en el estómago. La peliazul gruño de dolor, pero esta alcanzo a darle un corte en el cuello antes de caer al suelo sin vida.

―¡No! ―Grito Eri atónita, para luego arrodillarse al lado de su cuerpo.

MIrio y Tamaki también se acercaron. en shock miraron el cuerpo de Nejire y luego el de Izuku que estaba a unos metros más allá.

―¿Y ahora qué hacemos? ―pregunto Tamaki

―Hay que huir ―respondió Mirio.

Inmediatamente tomo a Eri en sus brazos y salieron corriendo entre cadáveres, a través de un puente.

A ambos lados del puente el mismo suceso ocurría. Hombre, mujeres y niños siendo masacrados a diestra y siniestra por los hombres en armadura blanca.

Las espadas luminosas que estos portaban paulatinamente se iban extinguiendo. Indicando la muerte de sus portadores.

EJECUTEN LA ORDEN SESENTA Y SEIS

De repente se escucho y continuo así en bucle

EJECUTEN LA ORDEN SESENTA Y SEIS

EJECUTEN LA ORDEN SESENTA Y SEIS

EJECUTEN LA ORDEN SESENTA Y SEIS

EJECUTEN LA ORDEN SESENTA Y SEIS

Y la pantalla se fue a negro.


El silencio era ensordecedor.

La gran mayoría aun no podía asimilar lo que habían visto.

Nadie sabía que decir. Y continuo así por un buen tiempo.