Ya está aquí, ya llegó, perdón por tardar tanto, el trabajo me ha secuestrado, pero al fin capítulo nuevo. Muchas gracias por estar ahí leyéndome; Tatiana Slytheri muchas gracias por tu ultimo review, creo que en este capítulo hallarás algunas respuestas, queda capítulos para terminar esta temporada, por lo que Lilly/Marie, regresará muy pronto. En cuanto a Lucius tengo algo muy especial reservado para él, no va a quedar sin castigo, créeme. Intentaré actualizar más rápido para el siguiente pero aviso que sera un cap más largo porque pasarán cosas importantes.

Capítulo 55: Tiempo de respuestas

Marie despertó en su nueva habitación de Slytherin, contrariamente a lo que creyó, no le resultó extraño pernoctar allí pero sí, le fastidió despertarse; sus sueños parecían haber sido dirigidos por Sirius, todos los momentos felices, todos los besos, todas las veces que se habían reído, la habían acompañado esa noche. Al abrir los ojos sintió una opresión en el pecho, todo lo bonito ahora dolía, dolía pensar que él hubiera tirado eso por la borda, y dolía aún más tener que fingir que no pasaba nada.

Miró su reloj, todavía eran las seis de la mañana, y no lograba conciliar el sueño de nuevo pensando en cómo iba a explicarle a sus amigas, que ahora volvía a estar con Sirius sin que considerasen que era abismalmente estúpida o sin que creyeran que él le había dado amortentia o hechizado con una maldición imperdonable. Lo mirara por donde lo mirara, era imposible de explicar, ni siquiera se le ocurría una mentira lo suficientemente creíble, y lo de que le compensó con sexo ya no servía después de tantos meses de relación. Finalmente sopesó sus posibilidades y entendió que sus amigas no se relacionaban con Narcissa, pero tendría que pedirle a Lily que se abstuviera de decírselo a Severus. Envió una carta a las tres chicas citándolas en la torre de astronomía para hablar con ellas, aun era muy pronto y nadie podría escucharlas.

—Marie—la abrazó Marlene, seguida por Alice y Lily—¿Qué tal en Slytherin? ¿Se han portado bien contigo? ¿Y tus compañeras de cuarto en qué escala de estupidez juegan?

—¿Has tenido frio? Te he tejido una manta esta noche, solo el frio que hace en el aula de pociones me hace imaginar que habrás estado helada—dijo Lily

—¿Es verdad eso de que tienen serpientes sueltas por la sala común? Dicen que se juegan bromas poniendo culebras bajo las sábanas—se preocupó Alice.

—Chicas que me he ido a Slytherin, no a la guerra—dijo Marie conmovida por sus reacciones—Pues, Alice, no, lo de las serpientes es una mentira, menos mal porque me aterraba que no lo fuera, Regulus se rio mucho de mi cuando se lo pregunté y gracias Lily, sí, he tenido mucho frio y, Marlene de momento se han portado bien conmigo, solo he hablado con Regulus, un chico llamado Guideon Greengrass, las habitaciones en Slytherin son de dos personas y Dumbledore me ha puesto con Narcissa.

—Iugh…—se asqueó Marlene— bueno, al menos es amiga tuya, no sé aun por qué razón, pero no estás con alguien que te trata mal.

—Pues de hecho os quería decir algo que está relacionado con ella…—comenzó a narrarles todo lo sucedido la noche anterior y el plan que le había propuesto para llevar a su hermana a la fiesta, razón por la cual tenía que seguir fingiendo una relación con Sirius.

—¿Y Sirius no puede ir allí, aunque sea por ayudar a una o ambas primas y no como tu pareja? —preguntó Lily— Lo veo un sufrimiento innecesario para ti.

—A Sirius lo dejan entrar porque Regulus les ha convencido de que ha sentado la cabeza conmigo, aunque en realidad lo llevamos para que Andrómeda pueda estar medianamente a gusto.

—Pero si va convertida en ti, nadie irá contra ella—puntualizó Alice

—Pero ella no se va a besar con Sirius y conoce a todo el mundo allí, no quiere hablar con nadie que no sean sus primos o Narcissa; y si Narcissa sabe que hemos roto, se someterá a lo que Lucius diga o la expulsarán de su familia, no quiero eso para ella.

—¿Tú estás segura de que quieres favorecer su matrimonio con Lucius? Él es muy mala persona—dijo Alice.

—Bueno ella no es mejor—intervino Marlene— ahora se ha relajado pero siempre ha sido una niñata malcriada que trataba a todo el mundo como si fuera su esclavo.

—Pero él es despreciable, dicen que la engaña con otra, aparte de que se vanagloria de odiar a todo aquel que sea nacido de muggles y que seguro que es un asqueroso mortífago ¿estás segura Marie? Yo no querría eso para ti, por mucho que le amaras. —aconsejó Lily

—La cosa es que, aparte de amarle, no le dan la opción de casarse con otra persona, y si ella propicia la ruptura, su familia le dará la espalda y eso la destrozaría. —Las chicas se miraron entre ellas y se resignaron a lo que suponía mantener esa farsa.

—¿Tendremos que fingir seguir siendo amigas de Sirius? —preguntó Marlene

—No tenéis que dejar de ser sus amigas por mí, esto se lo ha hecho a muchas.

—Pero tú eres nuestra amiga, y le advertí que si te hacía daño lamentaría haber nacido—dijo Marlene

—Sois las mejores amigas del mundo, os voy a echar mucho de menos estas semanas. —dijo tomando las manos de Alice y Marlene.

—Y nosotras a ti ¿nos dejarán desayunar juntas?—preguntó Alice

—Lo dudo, ayer no quise cenar y Dumbledore se enfadará si no voy y quizá me mantenga más en Slytherin hasta que haga lo que haría en Gryffindor.

—Nos veremos en clase entonces—dijo Alice con fastidio, la joven Snape asintió y antes de que se fueran, pidió a Lily que esperase.

—¿Ocurre algo? —preguntó la pelirroja.

—Tengo que pedirte algo que no te va a gustar—hizo una pausa—no le digas nada de esto a Severus.

—Pero si sabe lo que Sirius te hizo, yo se lo conté, además es amigo de Narcissa ¿no te fías de él después de todo?

—No cuando Lucius Malfoy entra en la ecuación, ayer me dejó plantada en la sala común mientras me hacia el tour de los recién llegados, porque él le mandó una lechuza diciendo que le iba a presentar a no sé quien muy importante. Le pedí que se quedara conmigo pero le encargó a Regulus que continuara y se fue corriendo.

—Ah, de acuerdo…—Los ojos verdes de Lily se aguaron un poco imaginando lo peor.

—¿Estás bien? —preguntó Marie preocupada

—Sí, tranquila…tienes…tienes toda la razón, ese hombre es una mala influencia para Severus, es mejor que le mantengas al margen de lo que tienes planeado; dile a Sev que…te has enterado de que Pevensy le dio amortentia y le has perdonado, seguirá creyendo que eres estúpida por creerte eso pero, no sospechará.—Marie asintió preguntándose qué había afectado tanto a Lily de lo que había dicho, pero sin duda, las amistades de Severus eran un tema sensible para ella.

Una hora después, Marie esperó en la puerta del gran comedor a que llegara Narcissa o Regulus, o Severus, pues no pensaba sentarse en la mesa de las serpientes ella sola; algunos alumnos se preocuparon por su primera noche, pues nadie de Gryffindor concebía un peor castigo que ser trasladado allí en contra de tu voluntad, otros alumnos de Slytherin como Rabastan Lestrange golpearon su hombro al pasar y le sisearon algún insulto o palabras del estilo "intrusa, impostora, inadaptada"; ella no respondió a tales provocaciones, ni siquiera le importaron.

—Yo te acompaño a tu mesa—dijo una voz que venía por su derecha y que la interceptó con un beso.

—Ese beso no era necesario—dijo ella fingiendo una sonrisa, ¿de verdad había pensado las cosas bien? Su corazón era un caos, era como saltar de alegría sobre un montón de agujas afiladas.

—Soy tu novio, te saludo así a diario Mery.

—Ya no te permito llamarme Mery, llámame Marie.

—Mery Marie, si no lo hago así, la gente sospechará

—¿Qué llames a tu novia por su verdadero nombre? Lo dudo, Además quien sabe si realmente Mery soy yo o es otra más de tus…amigas de hielo.

—¿Qué hacéis aquí?—Preguntó Narcissa llegando a la puerta —¿No la estarás echando de tu vida por ser Slytherin como hiciste con Reg y conmigo verdad? Porque te mato como así sea, Marie es la persona que más te quiere y de seguro te querrá nunca.—Esas palabras eran tan certeras como dolorosas para ambos.

—¿Por qué iba a hacer tal cosa Cissy?—preguntó Sirius sin entender

—No lo sé ¿por qué tratarnos como apestados a tu hermano y a mi en cuanto adquirimos nuestras túnicas?—Sirius evitó contestar.

—En realidad le estaba diciendo a Marie que quería apoyarla en este duro cambio y desayunar con ella en vuestra mesa ¿no hay ninguna regla que lo prohíba verdad prefecta?—Narcissa alzó las cejas sorprendida y repasó mentalmente las normas.

—Ninguna—afirmó—No sé qué le haces a mi primo pero muchas gracias, se está volviendo una persona casi soportable, buen trabajo querida.

—No, amm yo le decía a Sirius que no hace falta que desayune conmigo, estoy bien contigo y con Sev.—dijo Marie, sabiendo lo difícil que iba a ser eso.

—Tonterías, que se comporte como un hombre, además así sabrá lo que es estar en la casa donde ha estado toda su familia.—dijo Narcissa indicándoles el lugar donde sentarse—eh tú, el rarito de la cámara, ven aquí—Xenophilius recomponiendo su melena bajo la cuerda de la cámara, se acercó con un poco de mala gana.

—Cissy, no le llames rarito, es un chico encantador y muy sensible—reprendió Marie mientras Xenophilus se acercaba.

—No soy rarito, soy de inquietudes inusuales ¿Qué es lo que quieres?

—Te pago dos galeones si le haces una foto a él en esta mesa.—susurró Narcissa.

—Cinco—discutió él —por llamarme rarito.

—Bien pero dame una copia, se la mandaré a mi tia— el chico aceptó, hizo una foto a Sirius y se la dio a Narcissa.

—¿Pero qué…?—dijo Sirius al verse cegado por un flash

—Lo siento Sirius, el cliente manda,— se excusó el muchacho, marchándose a continuación cuando Narcissa le lanzó una moneda. Sirius taladraba a su prima con la mirada.

—No me mires así, necesitaba inmortalizar este momento.—dijo Narcissa. Minutos después llegó Regulus, quien quedó en shock al ver a su hermano en su mesa con el brazo por encima de los hombros de Marie, pero contuvo sus impresiones ignorando la existencia de su hermano.

—Tienes suerte de que no quiera hacer una escena Cissy—dijo Sirius.

—Lo dices como si fueras de natural discreto, tu especialidad es montar escenas.—ironizó Narcissa mientras bebía su jugo de calabaza—por cierto, Marie ¿qué te vas a poner para mi fiesta? No quiero que coincidamos con un vestido del mismo color.

—Pensaba llevar el vestido que me puse para la fiesta de Slughorn, dijiste que era precioso.

—Jajajaja—rio Narcissa con inocencia, realmente pensaba que era una broma—y lo era, pero en serio, no pensarías repetir vestido, es una fiesta de compromiso, hay que ir de largo.

—Oh…emm…—intentó contestar apurada —Cissy…es que yo no…a ver cómo te lo explico, en términos económicos entiéndeme como a Severus.

—¿Pero tú no eras medio prima de Potter? Tu familia tiene dinero—se extrañó Narcissa, Sirius pareció atender a esa pregunta, era una de las cosas que no le había contado.

—Sí….sí pero mis padres dicen que soy una caprichosa y me han cortado el grifo y…

—Cissy me acabas de chafar la sorpresa de Marie—intervino Sirius observando su lenguaje corporal.

—¿Sorpresa?—preguntó Marie sin entender. Sirius puso la mano encima de la de la joven Snape, transmitiéndole calma.

—Sí, te compré un vestido del diseñador ese que te gusta por nuestro séptimo mes juntos, pero te lo iba a dar en unos días, lo traen desde París.—inventó Sirius.

—Si tu madre te viera ahora te diría que eres un orgullo, Sirius comportándose como un Black, no me lo creo—dijo Narcissa mostrando su hilera de perfectos dientes blancos curvados en una sonrisa.

—Me sorprende infinitamente la capacidad que tienes para que un cumplido sea un insulto, Narcissa.—respondió Sirius.

—Eso es porque te sigues creyendo el más listo de la familia a pesar de ser el más estúpido.

—Parad, sé cómo va a acabar esto y no quiero—pidió Lilian Snape deteniendo la guerra fría entre primos.

—Está bien —Sirius la besó en la frente haciendo inevitablemente que Marie sintiera ternura—aguantaré las tonterías de mi prima.

—Pues tengo para rato así que ponte cómodo—Dijo Cissy aprovechando la coyuntura. El desayuno, tras unas cuantas pullas más, transcurrió con normalidad, Narcissa optó finalmente por la paz, pensando que necesitaría de Sirius más adelante en su fiesta y no convenía cabrearlo. Gryffindor y Slytherin tuvieron la primera clase compartida extra, pociones; Slughorn dispuso trabajos por parejas y creyendo que le hacia un favor a una de sus alumnas favoritas, intercambió los compañeros de trabajo, quedando Sirius con Marlene y Severus con Marie.

—¿Profesor no me puede poner con Marie? ¿No puedo volver con Snape? Prefiero literalmente a cualquiera. —dijo Marlene insegura de si aguantaría las ganas de sumergir la cabeza de Sirius en un caldero.

—Por el momento mantendré compañeros de la misma casa señorita Mckinon—decidió Slughorn.

—Pero profesor—llamó Sirius con discreción comenzando a susurrar—No es justo, Marie es mi pareja de pociones, la está poniendo con Snape, es una forma segura de regalarles puntos, los dos juntos son inigualables en pociones, es casi como amañar la copa de las casas—trató de bromear para disfrazar su petición.

—Realmente era una deferencia hacia la señorita Mikaelson, señor Black, quizá debería haberlo pensando antes de poner en duda la pertenencia a Gryffindor de Marie, una de las cosas buenas de Slytherin es que sabemos aprovechar las oportunidades cuando se nos presentan—respondió Slughorn retirándose a continuación.

—Muchas gracias idiota—Le espetó Marlene a Sirius—por si no fuera suficiente separarnos de Marie, ahora va a ganar puntos para Slytherin.—Añadió con rabia, puesto que además ella tenía el acuerdo con Severus de que él hacia la poción, ella se quedaba callada sin molestarle y ambos se llevaban la nota, y ahora tendría que sudar el aprobado.

—Me encargaré de que vuelva con nosotros, se lo he prometido—dijo Sirius. Marlene bufó con escepticismo.

—Quien sabe, igual cuando lo consigas ya es demasiado tarde y quiere quedarse allí, tu hermano está demasiado cerca y está demasiado bueno, quizá se cerciore de que se equivocó de Black y se vaya con el que realmente merece la pena. —Esas palabras calaron hondo en Sirius, miró a Marie desde su mesa y todo transcurría como a cámara lenta, estaba leyendo las instrucciones mientras contaba con los dedos; estaba tan guapa cuando se concentraba en algo, que retirar la mirada era un pecado. Después la observó hablar con Severus y mientras él le respondía, ella metió dos mechones de pelo tras sus orejas; estaba un poco nerviosa, seguramente le estuviera contando que habían vuelto. Cuando ella hacia ese gesto, él solía besarla intensamente sin avisar, ella normalmente se reía y juntaba su frente con la de él, relajándose al instante. Las palabras de Marlene le hicieron sentir más miedo del que ya tenía ¿y si en Slytherin conocía a alguien mejor?

—Marlene, tienes que ayudarme a recuperar a Marie.

—Ya lo has hecho ¿no? Habéis vuelto. —dijo ella siguiendo el plan de su amiga

—Tú y yo sabemos que os lo ha contado, conozco a Marie, sois como sus hermanas, además, estoy seguro de que si nos hubierais visto besarnos de repente os habríais enfadado muchísimo por darme una oportunidad después de cómo me porté.

—Has elegido un mal día para recordarme el daño que le has hecho a mi amiga, Sirius— dijo Marlene cortando de un golpe unos ingredientes y clavando el cuchillo en la mesa. La ira de Marlene era temible y aunque con un cuchillo era sexy, no era buena idea jugar con su paciencia—además ¿qué te hace pensar que yo voy a querer ayudarte en nada, después de lo que has hecho?

—Sé que Marie nunca será totalmente feliz si vosotras no me aprobáis.

—Sirius, ni se te ocurra ir por la vía del chantaje emocional—dijo Marlene señalándole con el cuchillo mientras hablaba y tendiéndole un mortero—como su amiga, tragaré con lo que decida y estaré para cuando le rompas el corazón otra vez.

—No lo haré, lo juro, déjame ganarme vuestra confianza, haré lo que sea para demostraros que para mi jamás habrá otra que no sea ella.

—Sirius, siempre he respetado tu forma de entender las relaciones porque yo creía ser igual, te gusta el sexo, usas a alguien y hasta el siguiente, pero la diferencia entre ambos siempre ha estado, en que yo he ido de frente y tú, rompiendo corazones; cuando empezaste con Marie, de verdad pensé que sería diferente porque ella se acostó contigo al principio y fue abierta sobre sus intenciones, pero de nuevo, demostraste que te puede más lo de abajo que lo del pecho.

—Ahí te equivocas, jamás hice lo que hice por lujuria, lo hice por despecho, pensé que me iba a dejar porque estaba con Snape y quizá, quise que al ver a Pevensy le entraran celos y recordara que me quiere a mí. Además, tú no vas de frente Marlene, tú te escudas en tantos hombres para no aceptar el hecho de que estás enamorada de Remus y temes decírselo por si te rechaza. Yo me atreví a decírselo a Marie.

—Jugabas con ventaja, tú ya sabías que a Marie le gustabas. —respondió ella casi al segundo. Arrepintiéndose acto seguido.

—Tú también le gustas a Remus ¿sabes? y yo soy su amigo, te lo confirmo, está loco por ti.

—No creo, él nunca me da pie y me…—se contuvo—no, no voy a hablar esto contigo, esto no va a ser como esas novelas en las cuales dos amigos se ayudan para conquistar al interés amoroso del otro.

—Haré lo que me digáis, os demostraré que soy merecedor de ella, por favor…—pidió. Marlene desvió la mirada y vio a Marie mirar a Sirius y distraerse de la poción, ella sufría, él también por lo que quizá, su intervención la haría feliz. —y te ayudaré con Remus…

—Puedo sola con Remus—aseguró— y respecto a Marie…está bien—hizo una pausa en la cual Sirius le dio mil gracias—No tan deprisa, lo primero que harás es disculparte con todas nosotras por haberle hecho daño a nuestra amiga, en segundo lugar, vas a dejarle clarito a Maddison, Pevensy y a cualquiera interesada por ti, que estás enamorado de Marie, y les vas a decir la verdad de lo de la fiesta, me da igual si te ganas bofetadas, todas son pocas; en tercer lugar, vas a escribirme en un pergamino todo lo que sientes por Marie, y más vale que sea largo, porque pienso leerlo con atención; en cuarto lugar, vas a hacerle regalos cada día aunque te los devuelva, eso es una compensación por lo idiota que eres, no para recuperarla y así se lo vas a hacer saber, y cada día, le vas a decir algo que admiras de ella y te ofrecerás de alguna manera a facilitarle las cosas, aunque sea por separado. —Sirius asentía acatando todo—no te aprovecharás del teatro de haber vuelto para besarla en exceso, ella sufre y hace todo esto por tu prima, no por ti, así que permítele un espacio para sanar. Y por supuesto, prohibido el sexo, esta vez eso no te servirá para convencerla.

—No es nada que no hubiera pensado hacer, salvo lo del sexo, aunque no creo que quisiera —se dijo a sí mismo— lo haré todo, lo que sea por ella.

—Y no descarto que no necesites un gran gesto aun después de todo.

—Montaré algo grande cuando esté seguro de que eso no va a hacer que huya.

—Vas aprendiendo. Ah, se me olvidaba, si quieres mostrarle confianza y respeto, tendrás que disculparte con Snape y deberás hacerlo bien.

—No, con Snape no, ese malnacido únicamente quiere fastidiar nuestra relación.

—Pues hasta ahora solo tú lo has hecho, ¿no estabas dispuesto a "lo que sea"? un "todo" no tiene condiciones y si no estás comprometido al 100% paso de ayudarte.—Expuso Marlene

—Está bien, está bien, me disculparé con Snape.—se resignó Sirius.

….

—…Bueno al menos así le dejas más claro a todo el mundo que careces de dignidad—dijo Snape con veneno a Marie, no le había dado tiempo a desayunar, pero sí a verlos juntos en su mesa dándose un beso, por lo que obviamente tuvo que preguntar.

—No es lo que tú crees—se excusó ella mientras empezaba a pelar una castaña—resulta que había una explicación lógica para todo, me precipité al cortar con él.—Severus cortó los hígados de anaconda con fuerza, antes de contestar a su amiga.

—Ilústrame con la mentira que te has tragado.

—No es mentira—fingió indignarse—Pevensy le dio amortentia—Severus rio como si le hubieran contado un chiste desternillante.

—O yo te he creído mucho más lista de lo que eres, o realmente te ha hechizado con un imperius para que te creas eso.

—No hay ninguna imperius, James me lo ha dicho— inventó— y él no me mentiría.

—¿Qué Potter no te mentiría para que el inútil de su mejor amigo recupere lo mejor que le ha pasado nunca? Nooo, claro, impensable—dijo Severus con sarcasmo.

—No tiene por qué hacerlo—comentó Marie arrojando al caldero el polvo de alas de mosca. —James es buen amigo conmigo.

—Es más amigo de él—dijo midiendo la cantidad de lágrimas de sirena en un cuentagotas— solo…pregúntate algo ¿Mentirías a otro amigo por Lily o por mi?

—Basta Severus—cortó Marie como lo haría si fuera realidad.

—¿La verdad es demasiado que soportar para ti? —dijo con sarcasmo, Marie suspiró—Sigue con él si es lo que quieres, acuéstate con él, cásate, ten hijos con él, pero hazte un favor, no te hagas la tonta, reconoce tu falta de amor propio aceptando que te engañará a la mínima oportunidad y vive feliz en la ignorancia.

—Te estás pasando—contestó ella sintiendo que tenía razón pero castigándose por el hecho de que Sirius fuese tan evidente y ella no lo viera antes.

—No, qué va, sabes que estoy en lo cierto, te lo veo en la cara—hizo una pausa—imaginemos que me creo lo de la amortentia ¿por qué delató que quizá no eras Gryffindor?

—Y es por eso que volver, no es lo mismo que perdonarlo todo, tú eres el primero que sufrió mucho por ser expulsado de la vida de Lily solo por cometer un error y él lo va a enmendar—aseguró— quiere pedirte que informes a Dumbledore de lo horriblemente mal que me adapto, y le dije que no iba a inmiscuirme….si quiere suplicarte y humillarse deberá de hacerlo él.

—De pronto me han entrado ganas de hablarle genial de ti a toda nuestra casa…—bromeó dando vueltas al caldero.

—Haz lo que quieras, tenia clara tu reacción y sé no voy a poder hacer nada para cambiar tu parecer.

—Y menos después de lo que lloraste ayer—respondió Severus—¿Qué tienen los chicos como Black o Potter que vais como polillas a la luz? ¿Acaso, el cuidar de un mentecato inmaduro y llevarse disgustos, es algo que os atrae a las mujeres que presuntamente tenéis cerebro?

—No, pero tampoco espero que entiendas lo que me atrae de él—dijo observando a Sirius en la distancia—o lo que me hace amarle como una estúpida —Unas tímidas lágrimas se alojaron en sus ojos, provocando que Marie se despistara mirando a Sirius cuando Severus echó los inflamables cuernos de werewog argentino. Severus fue a dejar los ingredientes en la estantería consciente de que durante unos momentos, había que alejarse del caldero por precaución. Sin embargo, al regresar hasta la zona segura de su puesto, vio que el humo azul de la poción se hacía más intenso y Marie no se apartaba, teniendo que correr y empujarla hacia sí, justo segundos antes de que eso explotara sin la tapa que ella debía haber puesto.

—Oh cielos—se sorprendió Slughorn al oír el boom de su poción—¿están ustedes bien?

—Pe…perdón me he distraído—dijo Marie un poco descolocada queriendo ahuyentar la atención de sus compañeros de Slytherin, quienes seguro que estarían pensando que la única poción que había hecho mal en todo el curso coincidía con su cambio. Volvió a su puesto y Severus no dijo una palabra, más preocupado por el estado de la poción que de otra cosa. —¿Estás bien?

—Lo estaré cuando compruebe que no te has cargado la poción—espetó Severus dando vueltas al caldero. Pasados unos segundos, Severus comprobó la textura del mejunje, escrutando con la mirada.

—¿Está bien la pocion? —preguntó preocupada.

—Sí, está bien—dijo con un tono extraño, Marie suspiró aliviada antes de tiempo— siempre y cuando seas un alumno mediocre como Pettigrew, se puede considerar bien hecha. —Marie se reprendió mentalmente y miró su reloj, aun daba tiempo a hacer otra si era rápida; Severus empezó a embotellar sufriendo su enfado en silencio y Marie se apresuró a recuperar los ingredientes, y volvió a empezar. —¿Qué haces? No te va a dar tiempo.

—No vas a sacar mala nota porque yo me haya distraído y viendo como me miran todos, no quiero empezar la semana haciéndoles pensar que hago las pociones mal a propósito para quitarles puntos.

—Hace meses que te dije que ignoraras lo que piensen los demás.

—Y sin embargo, te afanas en mostrarme tu decepción, tu desagrado y tu superioridad moral cuando me equivoco o me relaciono con quien no te gusta; hace meses también te dije que eres mi amigo y me importa lo que pienses, cosa de la que te aprovechas cuando te conviene.

—No puedo dejar de ser Slytherin.

—Quizá yo tampoco—Marie comenzó a pelar, aplastar y cortar los ingredientes hasta hacerse varios cortes en los dedos y en un pergamino calculó como tenía que adaptar la cocción y temperatura al tiempo que le quedaba, siendo observada por un escéptico pero interesado Severus. Su futura hija tenia sin duda un talento nato, quizá hasta fuera mejor que él; su precisión y su capacidad de reacción y adaptación eran todo lo que necesitaba un pocionista profesional. Finalmente, a falta de tres minutos para que concluyera el tiempo que había dado Slughorn, Marie embotelló la nueva poción y se deshizo de las anteriores.

—Mmm….oohh…fantástico señor Snape y señorita Mikaelson, nunca había visto esta poción tan bien elaborada por un alumno, quizá le pida al director unas vacaciones mientras me sustituyen ustedes.—bromeó Slughorn escrutando la poción—es perfecta, veinte puntos para Slytherin.

Los alumnos de la casa verde comenzaron a mirarla mejor, por el contrario, los de Gryffindor la mataban con los ojos como si les estuviera traicionando, cosa que no previó mientras rehacía la poción. Las clases transcurrieron de una forma un poco tensa por las mismas causas que en el aula de pociones, Sirius se sentó con Marie en la última hora, transformaciones, y contuvo sus ganas de darle la mano bajo la mesa; eventualmente le sopló la respuesta de alguna pregunta que le formuló Mcgonagall por las que ella se quedaba en blanco, Marie no era excelente en su asignatura, a diferencia de Sirius; esas respuestas correctas le consiguieron dos puntos para Slytherin muy a pesar de Mcgonagall.

—¿Por qué me has ayudado?—preguntó ella cuando sonó la campana.

—¿Por qué no hacerlo?

—Perjudicas a Gryffindor

—Pero te beneficio a ti, he visto como te miraban cuando esa poción ha explotado. Estás allí por mi culpa, así que todo lo que pueda ayudarte es poco. —Marie lo miró con una mezcla de sorpresa y dureza, pero agradeció su propósito.

Los días pasaron, Sirius cada vez iba calando más en Marie, todas las mañanas se sentaba con ella en el desayuno, alguna de las clases que compartían suponían el escenario perfecto para hacerla reír. Cuando empezó con los regalos, creyó que todo lo que había avanzado se desvanecía, pero encontró las palabras perfectas para explicarle que estos eran su "felación de resarcimiento" haciendo referencia a como ella pensó en disculparse cuando dijo el nombre de Regulus en la cama. Que Sirius recordara eso le causó risa y ternura, optando por aceptar sus regalos; algunos días eran retratos, otros flores, dulces de honeydunkes que le hacían preguntarse a ella como los conseguía cuando no salían tanto a Hogsmade; los libros comenzaron a ablandarla realmente, por supuesto, Sirius no seleccionaba cualquier libro para regalarle, novelas románticas, principescas, algunas trágicas que acompañaban una nota suya que le hacia sonreír…sin duda lo estaba haciendo todo más fácil y Marlene, Lily y Alice habían comenzado a alabar sus gestos.

Ya habían transcurrido casi tres semanas y la fiesta de Narcissa estaba a la vuelta de la esquina. No podía retrasar mucho más algo que todavía no había cumplido; respiró hondo, el presente que tenía preparado para ella ese día era algo que su familia regalaría y le fastidiaba haber caído en la tipicidad de los regalos obscenamente caros, pero solo pensaba en que seguramente lo que tendría que hacer después no lo haría tan bien.

—Madrugador como siempre ¿eeh? James va a matarte si no estás en el campo en cinco segundos. —comentó Marie al verlo parado en la puerta del gran comedor cuando no se encontraba casi nadie dentro, solo dos profesores y algún elfo.

—Lo sé, pero hoy no compartimos ninguna clase y quería verte—Confesó Sirius. —A menos que tú no quieras.

—No me molestas—respondió suavemente, Sirius sonrió y ella también—¿Nos sentamos? —Sirius la siguió.

—¿Y cómo es que tú te has levantado tan temprano?

—Tuve una pesadilla y ya no pude conciliar el sueño, así que decidí bajar a desayunar y disfrutar de algo de tiempo antes de las clases.

—Soy afortunado entonces de que quieras pasar ese tiempo conmigo…

—Mira que eres zalamero—dijo Marie deteniendo sus palabras encantadoras.

—Marie, quiero decirte algo…—Sirius se aclaró la garganta—he decidido, pedirle disculpas a Snivell….hmmm a Snape—Los ojos de Marie casi se salen de sus órbitas, no podía obviar que se estaba esforzando por hacer las cosas bien ¿pero las hacía por ella o porque realmente entendía sus errores?

—¿Por qué, exactamente?

—Por escucharos en el lago y creer lo que no era—Marie asintió alzando las cejas un un poco de desdén, contestando a sus dudas—y….por todo lo que le he hecho en general, y en especial desde que te conozco.

—¿Eres consciente de que siete años de torturas no se borran con un perdón verdad?

—Él también hizo cosas en el pasado Marie, pero…—suspiró— ese no es el punto, mira, quizá aun me es imposible comprender por qué Lily y tú le defendéis más a él que a nosotros, y quizá, mis reflexiones sobre mi…—intentó recordar las palabras de Remus sobre este tema— calidad moral, no sean suficiente, pero sí sé que, si en alguna realidad paralela o...si en algún momento de tu vida…quizá a los 30 o a los 40, quisieras volver a mi lado, yo debería ser alguien con unos valores de los que te sintieras orgullosa y eso no lo voy a poder conseguir, si no empiezo enmendando lo que sé que no transiges. Irónicamente, es lo que Snape no hizo con Lily, yo realmente pensaba que se quedarían juntos, no se lo digas a James, pero Snape prefirió seguir con las artes oscuras y unos amigos que eran completamente contrarios a nuestra amiga y….sinceramente…no me gustaría verte en brazos de otro porque yo no tuviera el valor de enfrentar mi orgullo.— Marie podía sentir cada latido de su pecho, miraba a Sirius a los ojos y no encontraba ni un ápice de actuación, el mundo pasaba y ellos se habían congelado en ese instante.

—Y….amm…imagino que querrás que vea como te disculpas— cuestionó.

—En realidad prefiero que no, no sé qué va a salir de ahí, lo más probable es que lo haga mal y acabemos a golpes, o, que él se ría de mi, que empiece a abusar de una situación de superioridad y esta vez, si me haga lamer las suelas de sus zapatos sabiendo que no estás para impedirlo. Pero tendré la conciencia tranquila de haberlo intentado, además he abandonado por completo mi plan de vengarme por ese castigo que nos puso.

—¿Tenias un plan? —preguntó anonadada.

—Un sueño más bien, quería dejarlo desnudo, solo vestido con una faldita de Gryffindor, atado en el centro del campo de quidditch justo antes del partido de la final —Marie abrió la boca sorprendida por la capacidad de Sirius para las malas ideas— pero que después de reflexionar mucho, y después de sermones diarios de Remus, descarté hacerlo.

—Wow….—procesó toda la información—es….loable e…importante que te hayas dado cuenta de todo eso—hizo una pausa no sabiendo como continuar pero orgullosa y esperanzada ante sus decisiones— Sirius…sé que Sev no es ningún santo, pero todo esto tuvo que tener un inicio, me decís ambos que le odias solo por existir…

—Sí— la interrumpió Sirius dándole la razón.

—Pero eso no tiene sentido, en teoría contradices los valores de tu familia porque se basan en odios y clasismos irracionales ¿Pero siendo niño viste a Sev y dijiste "voy a odiar a este"? No, tiene que haber algo más.

—Bueno, le dijo a James que quien elegía músculos antes que cerebro quería ir a Gryffindor y no a Slytherin y eso me molestó.

—¿Cuántas veces te ha dicho exactamente lo mismo cualquier Ravenclaw? Muchísimas, no puede ser eso, o podría serlo para llevaros mal en primero pero no para decidir odiarle el resto de años.

—Bueno, él iba mucho con Lily y a James le gustaba ella…

—¿Y los demás erais seres sin personalidad?

—No sé, nos hacía gracia lo que James pensaba…—se excusó con algo de vergüenza.

—Os conozco, las peores ideas se las susurras tú, James es el líder pero tú eres en quien confía a ciegas, eres el cerebro.

—No, ese es Remus, yo solo soy el guapo—intentó bromear sin éxito.

—No, Remus es el del sentido común. Desgraciadamente eso en vuestro grupo se separa. —respondió Marie, Sirius bufó— Si al menos pudiera entender qué es lo que te hace odiarle…quizá podría ayudarte a librarte de todo lo que te genera inseguridad cuando me ves cerca de él. —dijo ella, haciendo contacto con sus manos por primera vez, de la misma manera de la que hacían cuando eran novios.

—¿Nunca te han dicho que hablas un poco raro? Es tierno, pero raro—sonrió sintiéndose vulnerable—Nadie profundiza así en….las mierdas de sus amigos o…novios…o ex…—dijo sobándose la nuca un poco incómodo—es como si vinieras de un mundo en el que la gente puede expresar eso sin miedo a sentirse un idiota.

—¿Crees acaso que yo no tengo miedo a que conociendo mis "mierdas" tengas el poder de hacerme más daño? Claro que sí, pero contigo, siempre me ha sido fácil ser directa y no tener una barrera de seguridad para… no sentirme una idiota. Además creo que una de las cosas que te gustan de mi, es que te hablo muy claro.

—Eso es cierto—Sirius acarició el dorso de la mano de Marie con su pulgar— supongo que…la forma que tiene de hablar de ciertas cosas, la pasión que siempre ha tenido con las maldiciones y los libros oscuros, son cosas que mi familia siempre habría querido de mi, él deseaba ir a Slytherin, yo no, hubo veces en las que quería desearlo pero no era posible, podía ser arrogante como yo, pero su dialéctica siempre era digna de la de mi madre, que siempre ha sido muy buena, yo acababa con una rabieta infantil; era inteligente como yo, pero siempre un punto más y al contrario que a mi, su madre lo adoraba…les vi muchas veces en las vueltas de vacaciones; supongo que…él era como ver el ejemplo de lo que yo debía ser, para que mi familia me quisiera.

—Y quizá como rechazabas todo lo que viniera de tu familia, en lugar de imitar algo que despreciabas para contentarles, decidiste destruir…—comprendió Marie.

—Eso sonaría a mi forma inconsciente de razonar—hizo una pausa—No sé Marie, me di cuenta de que yo tenía amigos y él no, de que la gente se reía conmigo, de que yo era popular y él no sabía relacionarse, así que…en el punto en que me di cuenta de que podía aprovechar todo eso…empezó nuestra guerra.

—Sirius…es cierto que os parecéis en cosas y que teneis caracteres similares, igual que yo con Lily o con Marlene o Alice, incluso Cissy, pero en las diferencias está lo que me hizo enamorarme de ti y no de él o…de James o de cualquiera que se os parezca.

—Y me encantaría que supieras lo que deseo que lo que me hace diferente para gustarte, siga siendo lo bueno—Marie no lo miró porque sabía que no soportaría las ganas de lanzarse a besarle. —Oh santo cielo, son las siete y media, James me va a tener en el banquillo.

—Ve, suficiente me fastidia no poder ser la cazadora del equipo como para que juegue la tercera opción—respondió Marie para reconducir la conversación.

— Bueno, ahora eres Slytherin, puedes ser cazadora si quieres, Narcissa despachará a Montroy de tres chasquidos, no le importará tu condición médica si es por ganar.

—¿Qué clase de Gryffindor eres? ¿Quieres que arrase con los leones para que me lapiden cuando vuelva? Mi corazón sigue siendo Gryffindor, Sirius, no lo olvides.

—Hablando de la clase de Gryffindor o…de hombre que soy…— Sirius sacó una caja pequeña del bolsillo de su túnica y se la tendió—casi se me olvida dártela, mi madre diría que esto es propio de "la noble y antigua casa de los Black" y sé que este tipo de…obsequios es de lo más "familia de sangre pura" que hay y seguro que mi prima me lo reprocha, pero…en fin, quería que lo tuvieras.

—No quiero obsequios…no me debes nada.

—Te hice perder el tiempo, esto es lo menos que.

—Para—lo detuvo Marie mirándolo fijamente, estas semanas le habían servido para estar un poco mejor y quizá el fingir y los gestos de Sirius no lograron romper del todo su relación como parecía al principio—Sirius, me hiciste daño, sí, pero no me arrepiento del tiempo que pasamos juntos, no fue perder el tiempo, me dolió que tú lo cambiaras porque para mi…en fin…era lo más especial que he sentido.

—También lo era para mi—se apresuró— lo es, Marie, yo solo….yo solo estaba despechado y quería llamar tu atención…—confesó dejándola pálida—Lo sé, fue estúpida la manera de hacerlo, sé que hablando contigo lo hubiera resuelto mucho mejor, pero si yo fuese maduro y coherente me llamaría Remus o Regulus, pero no, apostaste por el caballo perdedor idiota e impulsivo. Fue algo desesperado, como lo de Maddison al principio de curso, te vi con Snape y…a pesar de todo eso, no quería que lo dejáramos, no quería perderte, aunque te hubieras acostado con él…—bufó—esto va a sonar muy arrastrado—se castigó—aun así quería seguir contigo pero…quería demostrarte que…estaba más solicitado, que tenias que tener cuidado conmigo porque si te despistabas otras me rodearían y…tenias que impedirlo.

—¿De verdad fuiste tan…imbécil? —dijo medio enfadada, medio aliviada.

—Supongo que es lo que ocurre cuando te enamoras, no piensas.

—Yo sí pienso y también estoy enamorada de ti…—hizo una pausa—estaba, quiero decir— se corrigió de forma nada convincente.

—¿Ves por qué te mereces presentes desinteresados? —Sirius le guiñó el ojo.

—Has de creerte que soy muy ingenua si piensas que alguna vez me han parecido desinteresados—respondió Marie, Sirius entrecerró los ojos, ¿estaba diciendo de una forma velada que la puerta estaba abierta a sus intereses?

—Ábrelo, venga—pidió Sirius, Marie rompió el papel de regalo con cuidado, abrió la pequeña caja y sus ojos centellearon acompañados de un respingo que contuvo cubriéndose la boca.

—¿Pero esto…? ¿Esto qué es? Es….precioso…no….no puedo aceptar esto, es demasiado….

—Es un brazalete de oro blanco y esmeraldas, no sé cuánto tiempo te tendrá Dumbledore en Slytherin pero, te combina con la túnica…y mal que me pese, el verde te queda muy bien. —Sirius disfrutó de verla maravillarse— ¿Te gusta?

—¿Estas tonto? ¡Claro que me gusta! Es….es oro blanco y esmeraldas ¿a quién conoces que no le guste?—dijo nerviosa, su corazón botaba como una pelota de goma, pero su cerebro la frenaba, tenía unas ganas irrefrenables de besarlo pero no era correcto, se estaría dejando comprar.

—Bueno, Narcissa aunque no lo creas, prefiere los rubíes o el lapislázuli.

—Vale, yo…—respiró—me refería a gente normal que no respire galeones como Cissy—explicó sin poder despegar sus ojos de las piedras preciosas. —Sirius…aunque de verdad fuera desinteresado, o para compensarme…no puedo aceptarlo, es algo demasiado caro.

—Marie, negaré haber dicho esto toda mi existencia, pero, soy un Black, tengo muchísimo dinero, aun expulsado de mi familia, mi cámara de Gringotts me pertenece a mí y ahí tengo más de lo que puedo gastar en tres vidas.

— No sé, Sirius—dijo no muy convencida.

—No tienes por qué ponértela si no quieres, guárdala, y si…después de la fiesta de Narcissa no has querido ponértela, me la devuelves ¿de acuerdo?

—¿Qué tiene que ver la fiesta de Narcissa? —preguntó ella mirando de nuevo el brazalete, esa incertidumbre fue un shock para Sirius ¿había cambiado de idea?

—Bueno, dijiste que después de la fiesta haríamos oficial la ruptura…quizá no quisieras llevar nada que yo te regale después de…

—Oh, ya…—interrumpió ella, hacia unos días que ya no lo tenía tan claro, Sirius estaba siendo encantador, atento, tolerante y comedido ¿pero realmente era él o actuaba demasiado bien? ¿Era él o todo lo hacía para recuperarla?—Me…me pensaré si la llevo…tienes razón, la guardaré por el momento—se aclaró la garganta.

—En fin tengo que irme, es posible que al volver no me reconozcas por culpa de las maldiciones que James me eche.—se despidió cortés.

—Pero no has comido nada—se preocupó ella—podrías desmayarte mientras juegas si no desayunas bien…—Sirius tomó una manzana roja del centro de la mesa recibiendo el beneplácito de Marie, esta le besó segundos antes de que se fuera.

—Me has besado…—dijo Sirius queriendo convencerse de que había sido real, deseando levantarla en volandas y devolvérselo.

—Bueno…nos besamos todos los días ¿no?—dijo ella sabiendo lo que habia hecho por puro instinto.

—Te beso yo—corrigió.

—Es lo mismo—se excusó—a…además…estás en la mesa de Slytherin, nadie se creería que me haces este regalo y no te beso, sospecharían que nos hemos enfadado. —explicó fingiendo evidencia.

—Es cierto…es lo mínimo, ¿Cómo si no iban a sobrevivir los matrimonios de sangre pura?—bromeó para desviar el tema pero estaba realmente feliz, sabía que Marie había querido hacerlo. Ella rio, despidiéndose a continuación volviendo a sentir mariposas en el estómago pero también miedo, mucho miedo, pues su amor por él solo había ido en aumento.

Después de las clases Marie recibió una lechuza de Narcissa para ir urgentemente a su cuarto; La joven Snape se apresuró a bajar a su habitación y al entrar se sorprendió bastante, Narcissa había abierto su armario y sacado algo de ropa.

—Cámbiate, nos vamos—ordenó

—Emmm ¿Qué? Cissy ¿qué es esto? ¿Cómo que nos vamos? ¿A dónde? El permiso para Hogsmade no es hasta la semana que viene.

—Es que vamos un poquito más lejos, concretamente, a Londres, pero vamos, apúrate, nos están esperando—insistió Narcissa mientras se ponía brillo en los labios.

—¿Londres? ¿qué se nos ha perdido en Londres? ¿Y por qué me esperan a mi? Además Cissy, los de séptimo esta tarde tenemos clase de repaso de los EXTASIS.

—Ya no la tienes, te encuentras mal, se lo he dicho a Sev para que te cubra, el desayuno te ha sentado fatal y estás encadenada al urinario, no hará preguntas— dijo Narcissa acercándose a ella y quitándole la túnica y la corbata, tendiéndole un jersey de cuello alto negro y una falda de tweed— empieza a cambiarte o te desnudo yo, tenemos prisa.—Marie se cambió de ropa todavía escéptica de que Dumbledore las fuera a dejar salir del colegio porque "las estaban esperando en Londres".

—Dime al menos a qué vamos y quien me espera, no puedes atracar mi armario, reorganizarme el día y sacarme del colegio sin una explicación.

—Vas a conocer a mi hermana Andrómeda—dijo Narcissa con una leve sonrisa—No podemos reunirnos en una fecha señalada, ni tampoco en las salidas de Hogsmade porque todo el mundo la reconocería conmigo, mis padres y Lucius se acabarían enterando, o lo que es peor, mi hermana Bella; así que…nos vamos ahora que es la hora del almuerzo y nadie notará nuestra ausencia.— Narcissa invocó su escoba y miró a Marie, hizo un circulo con la varita y dibujó los cuatro puntos cardinales— A Londres pequeña— le habló a su escoba cuyo palo comenzó a brillar—sube, yo conduzco.

—Esto es una locura…—sonrió Marie subiendo a la escoba de Narcissa. Tal y como Narcissa predijo, todo el mundo estaba en el gran comedor o corriendo para almorzar por lo que pasaron completamente desapercibidas. El vuelo transcurrió sin incidentes, como buena jugadora de quidditch, Narcissa volaba muy bien. Aterrizaron en un callejón vacío y guardaron la escoba en un bolso hechizado, Narcissa desplegó la carta de su hermana para rememorar sus instrucciones.

—Vale, tenemos que andar dos manzanas hasta el restaurante—Narcissa se veía mucho más nerviosa que antes, caminaba a paso ligero y se notaba que estaba teniendo una lucha interna.

—¡Cissy cuidado! —La apartó Marie cuando un coche a gran velocidad casi la atropella.

—¡Idiota! — le gritó el conductor acompañando su molestia de un bocinazo.

—¿Me ha insultado? —preguntó Narcissa sorprendida mientras se tapaba los oídos—¿Ese muggle me ha insultado? ¡Si casi me mata!

—Aquí tienen esos transportes, se llaman coches, los muggles no pueden usar escobas, ni polvos flu o desaparecerse. —explicó Marie.

—¿Cómo lo sabes?

—Presto atención en clase de Estudios Muggles

—Pues deberían avisar de que eso es un arma mortal, si eso me aplasta no lo cuento—se quejó Cissy asustada.

—Según esa carta, es aquí—señaló Marie en la puerta de un local acristalado. —¿Ves a tu hermana? —Narcissa se acercó al lugar y sintió su corazón acelerarse. Sin mediar palabra entró con su amiga al restaurante y se acercó a la mesa donde una chica castaña de ojos miel miraba el menú del lugar.

—Andie—dijo Narcissa con unas pocas lágrimas asomando por sus ojos.

—Oh Cissy estás preciosa—Andrómeda se levantó y abrazó a su hermana con mucha fuerza, fuerza que Narcissa correspondió.

—Tú sí que estás increíble, Nimphadora tiene suerte de tener una madre tan bonita como tú—alabó Narcissa deshaciendo el abrazo y tomándola de las manos; se miraron unos instantes sin poder dejar de sonreír y llorar de alegría y luego se sentaron—quiero presentarte a alguien, esta es mi amiga Marie, es la que se ha ofrecido para la poción multijugos. Disculpa nuestra efusividad Mery, hace dos años que no veía a mi hermana.

—No te disculpes, es precioso ver cómo os queréis—apreció Marie

—Encantada de conocerte Marie, Cissy me ha hablado mucho de ti en sus cartas, soy Andrómeda Tonks.

—El placer es mío—respondió Marie estrechándole la mano; en el momento en el que sus pieles se rozaron, la joven Snape sintió una oleada de amor tan grande que perdió la vista por unos segundos; su mente le mostraba demasiadas escenas agolpadas y casi todas eran de abrazos, risas, besos y escenas inconexas en las que se veía a sí misma con otra persona que olía exactamente al perfume de Andrómeda.

—….y Marie será una Black seguramente ¿verdad?—dijo Narcissa.

—¿Q…qué? —preguntó Marie volviendo al mundo real

—Estaba diciéndole a mi hermana que se me hace raro escucharla como Andrómeda Tonks y ella me ha dicho que en breve yo seré Narcissa Malfoy, mi hermana decía que el apellido Black se va a perder en las mujeres, puesto que mi otra hermana es Lestrange; pero le decía, que Sirius está enamoradísimo de ti y que lo más probable es que te pida matrimonio y tú heredes nuestro apellido.

—Oh…bueno…amm—Marie se aclaró la garganta para recomponerse, recordando que debería contarle más adelante todo lo que acababa de ocurrir a Lily—bueno, yo estoy muy enamorada de Sirius pero ya conoces a tu primo, dudo que sea de los que se casan….

—Contigo se casará, más le vale—Vaticinó Narcissa.

—Cissy, quizá estés tocando un tema sensible, puede que Marie no se lo haya planteado o que no quisiera casarse con él. —aleccionó Andrómeda, ella siempre era la voz de la razón de su hermana pequeña.

—¿Recuerdas que te conté que la habían pasado a Slytherin? Sirius se sienta en nuestra mesa todos los días para desayunar a su lado, tengo una foto como prueba.

—¿Sirius sentándose con Slytherin? ¿Estás bromeando? —preguntó Andrómeda impactada. —Vaya, sin duda en él eso es amor profundo, pero Marie quizá no se sienta cómoda adelantando ciertas cosas.

—Marie está loca por él ¿verdad querida? —preguntó Narcissa sin esperar respuesta—deberías ver cómo se miran, te apuesto lo que quieras a que acabáis casados. — Andrómeda le dio a Narcissa una pequeña patadita bajo la mesa para que guardara discreción.

—Bueno, si me lo pidiera…—sus mejillas empezaron a encenderse imaginando algo así y sin querer formó una sonrisa—en fin, Sirius es un alma libre, pero…sería bonito que quisiera compartir su vida conmigo en monogamia y fidelidad.

—¿Has sido entrenada por nuestra madre para responder tan bien? —preguntó Andrómeda gratamente sorprendida. Marie rio—Es una respuesta digna de una Black.

—¿Veis lo que os decía? Eres la futura señora Black perfecta. —dijo Narcissa incomodando inconscientemente a Marie, algo que Andrómeda sí que captó.

—Perfecta porque Sirius te ama y porque nuestra familia encontraría cualidades en ti, que les gustarían y que a su vez no son las que Sirius rechaza—completó, procediendo a cambiar de tema—¿Como está siendo la experiencia de que te cambien de Gryffindor a Slytherin, Marie? Es algo nunca visto.

—Bueno, al principio fue un shock, pero lo bueno es que me tocó compartir cuarto con Narcissa y ya contaba con la ventaja de ir con la más popular de la casa—Narcissa rio. —además también soy amiga de Severus así que nadie se ha atrevido a meterse conmigo.

—¿Severus es el chico que me dijiste que está enamorado de una manipuladora que lo utiliza? —preguntó Andromeda haciendo que su hermana rehuyera la mirada de Marie.

—Lily no es una manipuladora. —defendió la joven Snape.

—¿Me vas a decir que no sabe o se imagina lo enamorado que está Severus de ella y aun así, actúa como si solo hubiera amistad? —respondió Cissy con algo de rencor por su amigo.

—Bueno es que…está algo confusa, nada más…

—¿Cómo que confusa? ¿Siente algo entonces?—se sorprendió Cissy.

—No es tan simple, ella tiene novio y siempre han sido amigos y…

—Cissy, quizá esa chica, no quiera plantearse lo que siente porque si lo hace podría acabar perdiendo la amistad, o quizá darse cuenta de que le ama y perder a su novio, quizá los ama a ambos—propuso Andrómeda, provocando la admiración de Marie. Andrómeda era paciente y sabia, eso lo apreciaba.

—En fin….está siendo menos duro de lo que creía pero también echo de menos a mis otras amigas—recondujo Marie e hizo una pausa—y a…Sirius por supuesto.

—Aun no me puedo creer que Sirius vaya a acudir a cara descubierta y en son de paz a tu compromiso Cissy—reconoció Andie.

—Le he amenazado con que, si no se comporta, haré que lo castiguen hasta fin de curso y le impediría ver a Marie, mano de santo. —comentó Narcissa

—Eso, y que yo se lo pedí por favor—añadió Marie provocando la risa de ambas hermanas. Las horas pasaron rapidísimo para las tres muchachas; Marie, por alguna razón que desconocía, estaba eclipsada por la dulzura y la incomprensible conexión que sentía por Andrómeda, deseaba abrazarla y no soltarla jamás, pero eso sería abismalmente extraño, seguramente el vino que les sirvieron debía haber afectado demasiado sus emociones positivas.

—….Y, finalmente…terminaremos el vals en el centro del salón mientras Marie toca el piano como los ángeles.

—Wow ¿siendo educada en casa con todos tus problemas de salud, también te han enseñado a tocar el piano?—se maravilló Andrómeda que sentía la extrañísima necesidad de conocer de su vida y ser cercana a ella, así como de protegerla; se le veía buena y delicada y tenía un efecto positivo en Narcissa, sacando de ella todo lo bueno que Lucius se afanaba en retorcer.

—Cissy no se lo cree, pero yo no recuerdo saber tocar…—se aclaró la garganta la joven Snape—tan bien…ni siquiera recuerdo cuando toqué por última vez.

—En mi cuarto, nuestro quinto día de compañeras, cuando conjuré un holograma de mi piano y casi estallas porque no conseguía discernir si la melodía pedía un fá o un sol sostenido. Te pusiste como nunca "Cissy es un sol, un maldito sol, si do, sol, no es tan difícil, quita"— la imitó Narcissa.—y se puso a tocar como los ángeles Andie, te lo juro. —Andrómeda rio.

—Exagera…además, en mi defensa, yo estaba estudiando para los EXTASIS, no fui a la biblioteca porque me encontraba fatal, y no paraba de chirriarme la nota que Cissy tocaba mal, pero anteriormente a eso…ni me acuerdo—dijo con sinceridad.

—Lo aprenderías de muy niña, eso no se olvida, Andrómeda también toca genial, es su pasatiempo favorito, se lo está enseñando a Nimphadora casi desde que se puede sostener en pie. —explicó Narcissa.

—Sí, aunque mi Nimphy no es de lo más diestro que existe para la música, le van más los juegos de inteligencia, así que si tengo más hijos probaré suerte de nuevo. —supuso Andrómeda—seguro que lo haces genial, Marie

—Sí, no te sientas presionada porque hayas de tocar la melodía favorita de mi hermana, juraría que tocas mejor que ella, incluso que yo. —intervino Narcissa sonriendo con jocosidad a su amiga.

—Bueno, eso lo veremos—bromeó Andrómeda. Las tres chicas pasaron una tarde maravillosa, llena de confesiones, consejos, anécdotas y muuuchas copas de vino, Andrómeda sabía que su hermana era menor, pero le faltaban apenas unos meses para alcanzar los diecisiete y Marie podía legalmente a la vez que cuidaba de su hermana.

Narcissa, aunque jamás lo admitiría, descubrió que le encantaban los coches muggles, los ascensores, los discos de vinilo, los patitos de goma y los masajes muggles, reconociendo que eran mucho mejores que los hechizos masajeantes de los elfos domésticos. Andrómeda se fijó en que Narcissa y Marie tenían casualmente la misma marca de nacimiento en forma de pequeña flor en la parte trasera de un hombro y si no llega a ser porque esta, como mayor de las tres, puso cordura, se la hubieran tatuado en un localucho de mala muerte de Londres para inmortalizar su marca. Esto dio que pensar a Andrómeda en lo reprimidísima que quizá estaba su "eufórica" hermana ¿sería posible que en realidad se sintiera atraída por todo aquello que representaba lo más contrario a su fina y exquisita personalidad y a su marcada educación mágica?

Hermione se sentó exhausta en el sofá de su torre junto a Harry, desde que Draco estaba confinado en la Orden le producía un poco de miedo dormir sola, por eso, Harry y Ginny decidieron compartir su habitación mientras ella dormitaba en la de Draco.

—¿Qué haces? — preguntó ella cuando hubo terminado de estudiar—¿No deberías hacer al contrario que yo y dormir un poco?

—Me desvelé después de estudiar —Respondió él mirando un libro forrado de terciopelo azul

—Ya somos dos… ¿Un té? —Harry aceptó el ofrecimiento al momento que Hermione traía dos tazas —aunque si estabas leyendo te hubieras dormido en seguida.

—A Ginny le molestaba la luz de la varita, así que me vine aquí a mirar el anuario de Sirius, hay muchas fotos de mis padres a nuestra edad —dijo con nostalgia— Mcgonagall se lo dio en navidad, lo tuvo guardado desde que supo que era inocente, pero no pudo dárselo; el día del baile lo encontró y, Sirius me lo ha prestado para que lo ojee—hizo una pausa— entiendo que muchas veces mi padrino me confunda con mi padre, bueno, todo el mundo en general.

—La verdad es que sois dos gotas de agua, Harry—dijo Hermione acercándose a ver las fotos que le señalaba—¿Cuál es tu madre? —Harry volvió unas páginas antes y se la mostró a Hermione.

—Me recuerda a ti ¿sabes? En casi todas las fotos sale con un libro en la mano, o leyendo un libro, o en la biblioteca, o señalando algo en los libros de otros—Hermione rio.

—Me hubiera encantado conocerla. —dijo con ternura.

—Seguro que le hubieras encantado, también era premio anual, quería ser medimaga y además era muy guapa.

— Sin duda tenéis los mismos ojos.

—Casi no había caído en eso si no fuera por lo que me lo dicen todos los que me conocen, pero empecé a creerlo cuando incluso Snape me lo dijo. —Ironizó Harry con una sonrisa. Hermione pareció oír una alarma en su cerebro y miró a su amigo que seguía impasible contemplando fotos.

—¡¿Cómo hemos estado tan ciegos?! ¡Estaba delante de nuestras narices todo este tiempo!

—Hermione, no te sigo. —dijo Harry descolocado.

—¡El anuario! ¡Sirius lo tenía en casa ¿recuerdas cuando discutimos allí sobre Draco y yo nada más desaparecer Lilly?! El profesor Lupin nos lo enseñó, nos enseñó la foto de Sirius en ese mismo libro y lo de "más golfo de la promoción" pero si Sirius era novio de la tal Marie….y creemos que Marie es Lilly….

—…¡Entonces Lilly estará en este libro!— siguió Harry con los asentimientos frenéticos de Hermione.

—Busca la orla con la frase inspiradora para el futuro, ahí aparecen todos. —dijo Hermione.

—No está…—se frustró Harry

—¿Cómo no va a estar? Harry estás mirando la de Slytherin ¿ella no era Gryffindor?— buscaron de nuevo. Hermione deslizó su dedo por los apellidos, leyendo apresuradamente—No puede ser, pasa de Mckinon a Montgomery, si Lilly era Marie Mikaelson debería estar aquí….

—Igual es lo que dijo la profesora Petrova, lo de las paradojas…—sugirió Harry

—Pero ella si vio a Lilly en esa foto, nosotros deberíamos verla también, no somos de esa época, no tiene sentido.

—¿Sería posible que no llegara a examinarse o que no pasara los examenes? Las orlas de séptimo se hacen después de aprobar los EXTASIS, si solo estuvo un año, no le daría tiempo a repetirlos…si los hubiera suspendido por ejemplo—propuso Harry

—Sin embargo, sí que podría estar en el resto de fotos—continuó Hermione. Ella y Harry pasaron horas escrutando las páginas del anuario pero cada página era un nuevo capítulo de frustración e impotencia—¡Para!—Hermione le arrebató el libro y se fijó en una foto donde salía Lily Evans hablando con James y de espaldas a ella, el brazo de una chica con un largo collar de plata envejecida entre los dedos.

—¿Qué has visto Hermione?

—Está aquí—señaló al lado del hombro de la madre de Harry— ese collar es el que Ron le regaló a Lilly antes de irse a Rumania, lo reconocería en cualquier parte, yo le ayudé a construirlo y fue extremadamente difícil, ¿Dónde encuentras un copo de nieve conservado en fuego azul? Además esta foto está cortada, no tiene marco como las demás ¿Qué sentido tendría?

—Mandaré un patronus a la Orden—dijo Harry levantándose del sofá ilusionado.

—¿Qué pasa? —dijo Ron entrando a la torre, Harry y Hermione se cercioraron de que ya era de día y Harry detuvo el impulso de mandar el patronus.

—Ron, la hemos encontrado—dijo Hermione llevándole el abultado libro y señalándole la foto.—mira eso.

—Mmm…no sé, no lo tengo claro—dudó Ron

—Ron es el collar que le regalaste—Ron dejó de mirarlo negando con la cabeza, Hermione miró a Harry algo angustiada.

—Alguien pudo tener otro igual—se excusó Ron

—¿Un copo de nieve conservado en fuego azul? Lo dudo—se quedaron en silencio, Harry lo comprendió rápidamente, Ron sabía que si, pero no quería admitirlo, pues era oficialmente el final de su relación.

—Además la foto está cortada, quien sabe si se lo robaron o…si rejuveneció o sí….no sé….habría que preguntar a quien hizo la foto.

—Eso podría ser interesante, podríamos preguntarle si conserva alguna copia, si es que quien hiciera las fotos sigue con vida—dijo Hermione con una sensación agridulce, Harry, pasó las páginas hasta el final y encontró lo que buscaban.

—Vamos a tener suerte, mirad quien es el fotógrafo y editor del anuario—Harry volteó el libro y le mostró a sus amigos el nombre "Xenophilius Lovegood"

…..

Severus había recibido una carta de Lily citándolo en la garita del embarcadero, diciéndole que ahuyentara a todo aquel que se acercara y opacase los cristales para que no les vieran desde fuera, pues tenía algo muy importante que decirle. Severus se imaginó lo peor, estaba embarazada de Potter, o había descubierto la última reunión que tuvo con Lucius, o había descubierto algo horrible de Marie…; sin embargo, algo detuvo su divagación, la firma. La carta la firmaba "Lily Evans" pero ella, al menos con él, siempre terminaba las misivas solo con su nombre y el pequeño dibujo de una flor. Luego se fijó en su letra, era parecida pero no era la suya, estaba forzada ¿Y por qué ir al embarcadero y no a la sala de los menesteres o a alguno de sus sitios preferidos? Alguien quería o bien, tenderle una trampa o bien, ponerle a prueba.

Caminó al embarcadero a la hora acordada y esperó pacientemente, había preparado todo como se le pedía junto con unas trampas adicionales; llegadas las 20:30 oyó unos pasos a su espalda, pasos que no eran los de su Lily.

—Captivum—susurró, oyendo segundos después un grito de hombre. Severus se giró y contempló el capullo de hoja verde gigante que cubría a quien fuera que se hubiera acercado; después, lo descubrió por la cabeza para descubrir su identidad. —Así que, ¿tratando de tenderme una trampa, Black? No has sido muy listo, hacerte pasar por Lily… qué sucio y qué estúpido.

—Sácame de aquí, esto pica como mil demonios—dijo Sirius removiéndose, la mucosidad de la planta había inmovilizado sus extremidades, no podía ni sacar la varita. —por favor…

—Nah, creo que te dejaré una semana ahí dentro para que reflexiones, podrás respirar, la planta te alimentará de gusanos, no te preocupes—dijo con una sonrisa pérfida.

—Espera, espera, espera, no era una trampa, quería citarte aquí pero no hubieras venido si te hubiese citado yo, no serías tan estúpido. — Severus se detuvo.

—Ob…viamente, ¿pero por qué ibas tú a querer reunirte conmigo y sin….escoltas?—Sirius cerró los ojos con fuerza, le quedaba poco para llorar del picor.

—Sácame de aquí y te lo explico….

—En realidad no me interesa tanto saberlo—dijo Severus alzando los hombros listo para irse.

—Marie…—alcanzó a decir Sirius. Severus se detuvo, su expresión era aun más maquiavélica que antes.

—Aaaaah, ya….quieres que interceda para que la devuelvan a Gryffindor ¿no?

—Te lo suplico, sácame de aquí, pica muchísimo por favor…—pidió con un quejido ahogado.

—Espera, creo que empiezo a entender lo que dices… ¿qué es lo primero que has dicho?

—Por favor…—dijo Sirius con desesperación.

—No, no era eso, me debo haber confundido…

—¡Te lo suplico Snape, maldita sea, te lo suplico ¿quieres eso? sácame de aquí, ¡por favor!

—Ahora hablamos el mismo idioma…— Severus lo liberó, provocando que callera al suelo de rodillas; con su varita limpió la capa de viscosidad que seguía cubriendo su piel, irritándola.

—¿Qué era eso? ¿Dónde has aprendido a hacer esa cosa? Es una monstruosidad.

—Me alegra que lo preguntes, es de creación propia, iban a ser vuestras suites de confinamiento para cuando te vengases de mi por el castigo en el que tuviste que trabajar duro por una vez en tu vida.—Sirius se levantó con dificultad apoyándose en una pared.

—Ni siquiera he hecho nada ¿y ya preparas el contraataque?

—¿Acaso piensas que sería tan estúpido de no cubrirme las espaldas? ¿Qué el tiempo que ha pasado desde entonces no ha sido más que tu espacio de preparación para lo más retorcido que se te ocurra? Echarme a los centauros, hundirme en el lago negro…. intentaste matarme llevándome a la casa de los gritos en quinto solo por seguiros, ahí descubrí que no tenias escrúpulos, por lo que yo, no iba a recortar en protección. —Sirius se quedó en silencio, si Snape de verdad pasaba su tiempo pensando en "armas" para defenderse de él y sus amigos, era posible que realmente fuesen ellos los villanos de la historia.

—Admito que nuestros antecedentes te dan razones para ello….—dijo entre dientes, Severus rio.

—¿Qué pasa? ¿Marie está en huelga de orificios cerrados y por eso vas de honesto?

—No hables así de ella—dijo Sirius con rabia por escuchar como Snape reducía a su propia amiga a una entidad con "orificios"

—No soy yo, quien la trata como un desahogo prescindible y me aprovecho después, de lo enamorada que está de mi para convencerla de que me dieron amortentia cuando me follaba a otra.

—No me he follado a otra, nunca hice nada con otra.

—Pues restregarte con una chica desnuda en tu cumpleaños a la vista de ella no sé como lo llamarías.

—Eso no es así exactamente yo solo….

—Me da exactamente igual, Black, Marie es libre para hacerse la tonta tanto como quiera pero a mí no me engañas. Yo sé de qué pasta eres, lo raro es que con la mezquindad que te gastas no estés en la que es, según tú, la casa de los magos oscuros.

—No he venido para discutir contigo—cortó Sirius.

—No, es peor, has venido a pedirme un favor, que es todavía más patético, Marie es mi amiga, ¿y sabes qué? Si dentro de tus intereses está que yo interceda para devolverla a Gryffindor, haré justo lo contrario, le conviene estar lejos de ti porque eres perjudicial para ella, eres un crio que solo le hace perder el tiempo hasta que encuentre alguien que la merezca.

—No venía a pedirte ningún favor, sé que no lo harías, sé que te encantaría que te pidiera algo y negármelo seria tu mayor placer.

—Al final va a resultar que me conoces bien y todo.

—Solo quería…..—Sirius reunió todo el valor que tenia para decirlo, conocía el final, risas, burlas, desconfianza, duelo…pero tenía que hacerlo para ser el hombre que ella merecía—disculparme contigo—Severus se acercó amenazadoramente con la varita.

—Vale, ya entiendo de qué va esto, disculparte conmigo, yo bajo la guardia, tus amigos me pilan desprevenido y ¿qué es lo siguiente esta vez? ¿Raparme la cabeza? ¿convertirme en ratón?

—Deja de ser tan egocéntrico, esto no es por ti, es por Marie, la quiero y ella te quiere en su vida, no voy a hacer como James negándome al hecho de que voy a tener que convivir contigo si quiero hacerla feliz; por eso, te he citado, para darte el orgasmo de tu vida humillándome y pidiéndote perdón por…bueno por absolutamente todo…

—Por absolutamente todo…claaaaro, ¿cómo no voy a perdonarte siete años de hostigamiento gratuito si me lo pides por conquistar a una de mis mejores amigas? —satirizó Snape—escucha Black—se acercó mirándolo con desprecio— a mi me da igual que Marie te quiera en su vida, que se acueste contigo, que os caséis y tengáis hijos; nunca, jamás, me vas a parecer digno de ella y nunca, jamás, voy a apoyarla en una relación contigo; es más, si de mi depende, siempre abogaré porque te mande a la mierda. Si yo fuera su padre, le hubiera prohibido acercarse a ti de nuevo desde que la llamaste puta en las tres escobas y si alguna vez conozco a su padre, le hablaré fatal de tu persona. Así que, aunque te convirtieras en mi esclavo, y fueras la persona más maravillosa del planeta, tratándola como se merece, para mi serás un chicle en su zapato. No hace falta decir, por supuesto, que disculpas rechazadas.

—Ya, algo me había parecido intuir. —respondió Sirius retándole con la mirada. —Menos mal que no eres su padre, creía que querías mucho más a tu amiga.

—Quiero muchísimo a mi amiga, de hecho, para mi es algo así como una hermana pequeña, además de que de alguna forma somos parientes, y por eso, como la aprecio tanto, creo que lo mejor para ella, y la mejor forma en la que podrías demostrarle tu amor, es dejando que encuentre a un hombre de verdad.

—Por supuesto, nada te gustaría más que vernos romper.

—No, me gustaría mucho más ver romper a Lily con Potter, pero aunque me pese, incluso Potter es mejor novio con ella, que tú con Marie.

—Curioso, porque tú eres la única razón por la cual he decidido venir a disculparme; al contrario que tú, al ver que la chica de la que estoy enamorado requiere una elección de principios, lealtades y valores, no quise seguir tu desgracia eligiendo mi orgullo y cambié mi destino.—El pasmo que esas palabras le generaron a Snape se sintió hasta en la torre de astronomía, por primera vez Severus no sabía qué palabras articular, Sirius le había dejado dialécticamente desarmado—En fin, ya sabía que no me ibas a perdonar y que quede claro que no te culpo, tienes motivos para no hacerlo, pero al menos ella, sabrá que fue capaz de hacerme vencer mi orgullo por amor y que merezco estar en su vida.

—Eres lo peor—dijo Snape con odio sin entender como habían cambiado las tornas.

—Por supuesto, sé que eso es lo que pensarás siempre, pero, aunque lo odies, seguiré con Marie, porque es el amor de mi vida y no pienso perderla. —Sirius tomó su mochila y se marchó triunfal del embarcadero; ¿tenía la conciencia tranquila? No, ver como Snape se adelantaba a una posible venganza con tal maestría, le había hecho reflexionar en cuanto a lo cruel que había sido y en qué tipo de persona le convertía generar ese efecto en otro, pero estaba contento, pues sentía que esta vez seguía el camino correcto para estar con ella para siempre; lo cual, le dio una buena idea.

….

—Muchas gracias porrrr traerrrnos Señorrrita Lovegood.—agradeció Irinna seguida de Harry, Ron y Hermione, Ginny se había quedado en Hogwarts contra su voluntad pero entendió que el estar marcada por Johan y exponerse era demasiado peligroso; Ron no iba a desistir, o les acompañaba o iría él solo, Harry acudió porque no quería dejarlo sin apoyos cuando efectivamente comprobaran que la foto era de Lilly, y Hermione quería comprobar todo el anuario.

—A usted por dejarme acompañarles profesora—dijo la risueña chica—mi padre está muy contento de poder verme sin que solo sea en vacaciones; le he informado de todo y ya se habrá puesto a consultar sus archivadores. Espero que haya arreglado la escalera, la última vez se la comían los nargles.

—Oh, esos bichos del caos, sé lo que dice—respondió Irinna.

—Pero profesora los Nargels no existen—Dijo Hermione.

—Existen Granger, sin embarrrrrgo tienen distintos nombres, hay quienes los llaman nargels, musas, duendecillos invisibles, hados del destino…no se pueden verrr perrro su base en la mitología tiene un orrrigen semi sólido.—Explicó Irinna, ella llamó a la puerta y fue amablemente recibida por el señor Lovegood a la vez que abrazaba a su hija.

—Venga por aquí, le prepararé un té de apio, es muy bueno para las embarazadas—indicó Xenophilius al observar su vientre.

—Sea lo que sea ni se le ocurra bebérselo—susurró Ron al oído de su profesora, ella le miró extrañada ¿no estaban en un lugar seguro?—están asquerosos.

—Oh…—Irinna asintió, ya vomitaba mucho debido al bebé que estaba en camino, no quería darle una nueva oportunidad de hacerlo—Señorrr Lovegood, agradezco su hospitalidad perrro la verrrdad es que nos urrrge terrrminarrr cuanto antes, aquí estamos desprotegidos ¿podría enseñarrrnos los archivos?

—Disculpadme, es cierto, la pobre Lilly—comentó—en cuanto Luna me contó lo que pasaba, supe exactamente lo que tenía que buscar—dijo satisfecho—el día de la celebración de vuestro compromiso, Harry, vi a la muchacha de Snape y la llamé Marie, ella se extrañó porque su segundo nombre nunca lo usaba nadie y cuando empecé a celebrar que Sirius y ella volvían a estar juntos, él me dijo que estaba alucinando y que no se parecían en nada; sin embargo, yo no suelo olvidar caras.—estas declaraciones llamaron la atención de Irinna ¿Cómo Sirius jamás había dicho nada de eso?

—¿Entonces usted cree que Marie…es Lilly?—preguntó Hermione con toda la delicadeza que pudo.

—Si no es ella ha de ser familiar suyo.—dijo Xenophilius.—pero podéis juzgar por vosotros mismos, aquí están las fotos que hice de Hogwarts en1977.—Dijo abriendo un enorme libro que llegaba casi a la cintura de los chicos. El sr. Lovegood conjuró un poco de viento y la mitad de las páginas se pasaron, al parecer, todas aquellas donde se veían fotos de cielos, bichos y plantas.—Oh, personas, aquí es, tararararaaaaa— canturreó.—Aquí la tenéis, miradla, es la primera foto que le hice.

—¿Ustedes ven lo mismo que yo?—preguntó Irinna, en la imagen que mostró Lovegood, se veía a Lilly Snape junto con Lily Evans en la biblioteca, solo que su cabello era de un rubio dorado, sus ojos de un agua marina muy claro y parecía que miraba algo que le gustaba mientras sujetaba un periódico, pues tenia una perfecta sonrisa. En otras fotos se la veía chismeando con Severus, besándose con Sirius, divirtiéndose con sus amigas, leyendo, apoyando los partidos de quidditch, jugando en un partido como buscadora y ganando, ganando duelos, perdiendo partidas de ajedrez contra Peter Petigrew, en la fiesta de Slughorn con Narcissa, a lomos de un elefante en el gran comedor, e incluso, en la fiesta de graduación.

—Lo vemos, profesora.—dijo Hermione cerrando los ojos y conteniendo las lágrimas por Ron, que también la había visto y había tenido que salir a respirar. —Señor Lovegood aquí tiene fotos de muchísimas cosas con Lilly, ejmm con…la tal Marie, pero Marie no sale nunca en el anuario, incluso hay fotos en las que sí que está según las originales, pero en el anuario ella está cortada ¿por qué?

—Digamos que recibí presiones para hacer como si la señorita Marie Mikaelson no existiera, no querían que saliera en ni una sola foto, ni rastro.

—¿Presiones? ¿de quién?—preguntó Harry

—De Sirius….y de su padre, señor Potter, bueno, digamos que Sirius me amenazó y James me ofreció dinero para no sacar ninguna foto. Dinero que me permitió montar mi periódico, lo cual solo Marie sabía que era mi sueño.

—Y usted aceptó, claro—desaprobó Harry decepcionándose de su padre.

—No, fui a consultar a Dumbledore, Mery… Marie consiguió que aprobara los TIMOS, era muy buena amiga, dos años mayor que yo, fue la única que aguantó darme clases todo el curso, todos los demás tutores particulares decían que era demasiado raro, pero ella…tenia buen corazón, siempre le dije que su aura era muy blanca, o verde, según el día.

—¿Y Dumbledore aceptó hacerrrrla desaparecerrrr?—se extrañó Irinna

—Dumbledore parecía prever que algo así podría pasar, no sé por qué, dijo que la señorita Mikaelson querría que pudiera cumplir mi sueño aun a costa de no aparecer en sus fotos, pero me pidió que las conservara, por si algún día las pudiera necesitar y…así ha sido.—Xenophillus, siguió narrando todo aquello que conocía de Marie, como su buena relación con los Potter tanto como con Snape, el misterio de su llegada, el cambio de Gryffindor a Slytherin (tanto la versión oficial, como los rumores, como sus propias teorías), lo que se decía de su rocambolesca y a su vez apasionada relación con Sirius, y las millones de preguntas de quienes la conocían cuando desapareció sin despedirse.

—Señor Lovegood ¿le importaría que nos llevásemos esta parte del álbum? Necesitamos mostrarle a la Orden esto, por alguna razón, ellos no recuerdan su cara, dicen saber a ciencia cierta que no se parecían, sin embargo, está claro que son incapaces de verlo.—pidió Hermione

—Dumbledore me dijo una vez que yo tenía dotes de videncia, mas nunca me interesaron la adivinación, ni el cosmos….quizá sea por esa razón por la que yo puedo verla como es.

—Gracias señor Lovegood—agradeció Harry. Al salir, Ron estaba sentado en las escaleras de la entrada apoyado en el hombro de Luna; al levantarse, Luna solicitó a la profesora Petrova un permiso para quedarse un par de días en casa, cosa que Irinna no tuvo problema en conceder. Hermione y Harry se acercaron a su pelirrojo amigo, sus ojos hinchados y su cara roja, evidenciaban lo que había llorado. Harry quiso ir con él en un primer momento, pero conocía a su amigo, le hubiera dado vergüenza compartir con él lo desdichado que se sentía y Hermione se sentía culpable de ser una de las chicas que injustamente habían roto el corazón de Ron y lamentaba la mala suerte de este.

—Ron, ella te quiere…—comenzó Hermione con dulzura— Lilly te quiere, esta…es otra chica con su misma apariencia, pero la que es aquí…te…

—Olvídalo Hermione…desde que Parkinson me dijo todo esto…estuve tratando de asimilarlo, hace tiempo que sé lo que todo esto significa, y además….—Ron se agachó para recoger del suelo una foto que se había caído de entre las páginas, una en la que estaban mirándose Sirius y ella con unos libros en el regazo a muy poca distancia del fotógrafo—Jamás la he visto sonreír de esta forma conmigo—devolvió la foto y la profesora Petrova la escrutó.

—Ni con usted ni con nadie señorrr Weasley, perrro es norrrmal, piense que esta perrrsona, Marie, es una jovencita con las cosas buenas de Lillian, perrro sin sus oscurrras vivencias; la felicidad en ella, es lógica, piense usted que nunca recorrdarra lo malo que le ha ocurrido en la vida, también sonreiría—decretó con seguridad Irinna tratando de consolarle, a sabiendas, de que era una muy desgraciada situación y de que jamás la habia visto ser tan feliz durante todos los años en los que la conoció.

Sus pensamientos de compasión por Ron, rápidamente se transformaron en un nuevo quebradero de cabeza, iba a ser muy complicado explicar todo esto a Severus Snape.