Todo fue por ti

Capítulo diez

Planeaba ir a cenar con Chrome el sábado, pero antes decidió ir a pasar una tarde con su hija el viernes, ya que no tenía mucho que hacer en el trabajo ese día en particular.

Le leyó algunos cuentos científicos infantiles que encontró en internet y ella lo escuchó atentamente, haciéndole algunas preguntas que lo dejaban encantado, feliz de poder explicarle incluso aunque ella siempre lo detenía a mitad de cada explicación para hacerle más preguntas. Le encantaba esa curiosidad y ansias por aprender que tenía. Verdaderamente era su hija.

—¡Senku! —Y la hija de Luna… que se acercó a interrumpir sus explicaciones para sentarse junto a ellos en el cuarto de juegos—. ¡Qué gusto que vinieras hoy también! ¡Tsukiku estuvo preguntando por ti!

—¿En serio? —Eso le interesó mucho—. Quizás vuelva el domingo.

—¡Bien! Y quizás, luego de que la visites, tú y yo podríamos salir a cenar… —Lo miró con ojos suplicantes.

Senku estaba a punto de negarse, pero entonces Tsukiku se acercó a Luna y le palmeó el hombro.

—Luna, tengo hambe —le dijo.

—Tsu-Tsukiku, ya te he dicho que me llames mamá. —Rio nerviosamente—. Vamos, te llevaré por tu merienda. —La tomó en brazos y se puso en pie para llevarla al comedor.

Senku las siguió en silencio.

—Sabes, estaba pensando en volver a Japón… —murmuró Luna, siguiendo el plan que Maiko estaba trazando—. Tsukiku parece estar uniéndose más a ti y quizás yo esté lista para volver a vivir juntos… Si eso está bien para ti. —Lo miró de reojo mientras sentaba a la niña en su sillita alta.

—Mamá Luna, tengo hambe —insistió Tsukiku, luciendo aburrida y fastidiada por la espera.

—S-solo debes decirme mamá, no mamá Luna. —La miró con un puchero—. Bueno, ya vengo. Iré a buscar a la sirvienta.

Senku la observó de reojo mientras se iba, pensando en sus palabras.

Era cierto que pronto volverían a Japón, y no quería tener que estar lejos de Tsukiku ahora que finalmente estaban formando un vínculo. Lo mejor sería intentar que Luna se sintiera cómoda volviendo a vivir juntos, así podría cuidar de su hija todos los días.

Cuando Luna volvió con la sirvienta cargando la merienda de Tsukiku, Senku se plantó frente a ella.

—Aceptó salir el domingo —le dijo, intentando fingir que no encontraba absolutamente agobiante la idea—. Luego de que pase tiempo con ella, podemos ir a cenar.

Los ojos de Luna se iluminaron y ella asintió felizmente, con la cara roja y una gran sonrisa.

—¡Muy bien! ¡Es una cita!

Al día siguiente, Senku se dirigió a la casa de Chrome con una ligera emoción por cenar ramen y conseguir más cuentos para leerle a su hija, pero, justo al salir de su departamento rentado, se encontró con Maiko frente a su puerta.

—Senku-sama, buenas tardes. —Hizo una reverencia—. Lamento venir sin avisar, pero un colega de tu laboratorio me ha dicho que hoy cenarás en casa de un tal… Chrome…

—Sí. —La miró confundido—. ¿Qué con eso?

—Escuché que el señor Wright lo aprobó como científico en el proyecto, pero me preocupó que se estuviera volviendo tan cercano a ti de la nada, así que investigue sus antecedentes. —Bajó la cabeza, luciendo apenada—. Es mi trabajo mantener a salvo a toda la familia Wright, después de todo. Lo siento si me entrometí, pero es necesario que sepas que no es muy recomendable tu amistad con este hombre.

—¿De qué estás hablando? ¿Me vas a decir que es un criminal? —La miró con incredulidad.

—No, pero su esposa es una mujer que me causa cierto recelo… Se dice que escapó de su familia adoptiva y le pagó a un hacker para robar documentos confidenciales del gobierno japonés. —Le enseñó el expediente criminal—. Y tal parece que Chrome se endeudó fuertemente en Japón para exonerarla y luego huyeron del país para refugiarse aquí en California. No me parecen gente confiable. Quisiera que lo pienses dos veces antes de involucrarte con ellos. Recuerda que eres una figura pública y parte de una familia muy importante. La reputación de los Wright depende de tus acciones también. —Lo miró con gran preocupación fingida.

Era cierto, en parte. Ruri había intentado muchas cosas para encontrar a Kohaku, incluso se metió en problemas cuando el detective que contrató le pagó a ese hacker, y claro que Maiko iba a usar todo lo que pudiera para hacerla quedar mal frente a Senku.

Senku frunció el ceño, sin saber qué pensar al leer eso. Chrome no le parecía un mal tipo y dudaba que estuviera casado con alguna loca, además no es que se hubiera acercado a él por interés, simplemente era brillante y los unió el hecho de ser japoneses.

—Creo que le daré el beneficio de la duda —murmuró finalmente, a lo que Maiko tuvo que reprimir sus ganas de gruñir de frustración—. Solo será una cena, si no me agradan cortaré contacto. Gracias por venir, pero sé cuidarme solo. —La pasó de largo para abandonar el edificio y continuar con sus planes.

Maiko entrecerró los ojos, decidiendo pasar al plan B.

.

Kohaku estaba tranquila en su nueva vida. Todavía se sentía devastada por perder a su niña, pero estaba saliendo adelante gracias a la ayuda de su hermana y su cuñado, y su sobrinito lograba traer un poco de alegría a su desdichada vida.

Todavía no conseguía trabajo, pero ya estaba buscando algo de medio tiempo mientras se concentraba en su objetivo de terminar la preparatoria, ya que Ruri le insistió en que eso mejoraría sus oportunidades.

Hoy se sentía especialmente bien, Chrome le pidió hacer una cena para un amigo japonés que vendría de visita y eso la hizo sentirse útil, una buena excusa para mantener su mente ocupada y ayudar a su familia.

Cuando terminó la cena, fue a buscar a Ruri para que la ayudara a poner la mesa. Escuchó su voz en la oficina de Chrome y se dirigió allí, viendo la puerta entreabierta.

—No puedes dejar que entre aquí —escuchó hablar a su hermana con firmeza, justo antes de que pudiera llamarla—. Le hizo mucho daño a Kohaku.

—¿Pero por qué no me dijiste desde el principio lo que pasó con ella?

—No sé todos los detalles, y es un tema muy delicado, pero de haber sabido que el Senku del cual me hablabas era Ishigami Senku te habría advertido desde el principio… Creí que era solo una coincidencia.

Al escuchar ese nombre, Kohaku palideció de inmediato.

—Bueno, yo… S-supongo que debo inventar una excusa para que no se quede a cenar.

—Por favor, Chrome. Kohaku no tiene porqué soportar a ese hombre, no quiero que empeore… apenas ha estado mejorando. No necesita otro puñal a su corazón.

Cuando Kohaku escuchó pasos acercándose a la puerta, se retiró rápida y silenciosamente, llevándose las manos al pecho, con lágrimas deslizándose por sus mejillas mientras apretaba con fuerza los labios.

Un amigo científico japonés en California… debería haberlo imaginado.

Se encerró al baño a llorar, maldiciendo su suerte, maldiciéndolo a él y sobre todo maldiciéndose a ella misma, porque una parte de ella se estaba muriendo de ganas de verlo otra vez.

Luego de un tiempo, escuchó el timbre y su corazón se saltó varios latidos.

No lo pensó dos veces y se lavó la cara rápidamente, eliminando los rastros de lágrimas para correr a su habitación que estaba en el segundo piso y asomar la cabeza por la ventana, viendo a Senku esperando en su puerta.

El aliento se le atoró en la garganta y sus ojos brillaron por el anhelo, su corazón le latió como loco y una parte de ella quería correr a abrazarlo, besarlo y rogarle que le dijera que todo fue mentira, que él la amaba y nunca le dijo mentiras, que podrían reconstruir su vida juntos…

Cuando Senku volteó la cabeza en su dirección, sin embargo, rápidamente se escondió tras la cortina, cerrando los ojos con fuerza y maldiciendo en susurros.

Ya no era la misma de antes. No debía ser tan ingenua. Él nunca fue el hombre que ella creyó.

Luego de un minuto, volvió a asomar la cabeza, escuchando a Chrome abrirle la puerta.

—Hola, Senku… Emm… Como lo siento, estaba a punto de llamarte.

—¿De qué hablas? —Escuchar su voz le aceleró el corazón, haciendo que otra vez se odiara a sí misma.

—Surgió un problema… Mi esposa no se siente nada bien, está muy mal y no podremos atenderte. Lo siento, pero no puedes quedarte. Yo, eh… te preparé una caja con los cuentos que te dije, puedes quedártelos todos y escoger tú cuáles podrían gustarle a tu hija. —Al escuchar eso, Kohaku se congeló, palideciendo por completo—. Lamento haberte hecho venir para nada.

—Está bien… —Senku se oyó confundido, pero no le dio tanta importancia—. Gracias por los cuentos, cualquier cosa científica seguro que será del agrado de mi hija. Es una lastima lo del ramen, pero supongo que será en alguna otra ocasión. Adiós. —Se despidió sin más, totalmente ignorante a los nervios de Chrome y al corazón roto de Kohaku, que no dejó de mirarlo sino hasta que su auto se alejó lo suficiente para que lo perdiera de vista.

Se derrumbó en el suelo de su habitación, preguntándose porqué su vida era tan miserable.

Ella perdió a su bebé, se quedó sola y destrozada, y él… él siguió adelante, formó una familia probablemente con su esposa, se olvidó de ella y seguramente obtuvo todo lo que se propuso. Debía tener la vida perfecta y ella ahí seguía, llorándose la vida por él y por algo que nunca fue y nunca sería.

¿Qué sentido tenía vivir así? ¿Por qué su vida era una constante lluvia de desgracias? ¿Por qué no podía tener siquiera una pequeña muestra de lo que era la felicidad?

La tristeza, la más profunda angustia y una asfixiante sensación de vacío y amargura la invadieron, haciéndola llorar de rabia y odio.

En ese instante, ella quiso morir.

Pero…

No… No podía seguir así. No podía estar así y preocupar a su hermana que tanto se había esforzado por verla bien. No quería arruinarlo todo con su sufrimiento y provocarle más tristeza a su hermana.

Todo era culpa de Senku. ¡Él le arruinó la vida! ¡Él lo arruinó todo!

Desearía no haberlo conocido nunca. No, desearía matarlo con sus propias manos. ¡Él era el que debía morir!

La ira reemplazo el llanto y las ganas de morir, así que se concentró en esos pensamientos de rabia hacia él.

Debía hacer algo. Tenía que hacerlo pagar de alguna forma por todo el dolor que le causó. ¡Las cosas no se podían quedar así! Él debía sufrir tanto como ella. ¡Ella debía hacerlo sufrir!

No lo pensó dos veces y buscó en su celular por él, intentando averiguar en dónde vivía o dónde trabajaba. Necesitaba por lo menos gritarle lo mucho que lo odiaba. O mejor aún, necesitaba darle la paliza que tanto merecía. Era débil como un insecto, sería difícil no matarlo de un golpe.

Al buscar su información en internet, varias fotos de él salieron.

También, fotos de gente relacionada con él salieron.

Así, Kohaku pudo ver una foto de la esposa de Senku.

Luna Wright, una mujer muy hermosa con varias redes sociales. En una de sus tantas redes, tenía una foto de perfil abrazada a su hija, la hija de Senku.

Kohaku miró con dolor y envidia esa imagen, pero entonces sus ojos examinaron con más cuidado a la niña en esa foto y su boca cayó, sus ojos se abrieron y sus pupilas se dilataron.

Todo dejó de existir, menos la imagen de esa niña.

Se le quedó viendo un largo rato, y solo el sonido de su celular sonando la devolvió al mundo real.

Era una llamada de Maiko, por lo que contestó rápidamente.

—Kohaku, Ruri me llamó, me dijo que te escuchó llorando y no le abres la puerta… Dijo que Senku fue a tu casa. Lo viste, ¿verdad? ¿Es por eso que estás tan mal?

Kohaku no habló por un momento, llevándose una mano al pecho mientras lágrimas empezaban a escapar fuera de sus ojos, imparables e incontenibles.

—Maiko… Explícame… ¿Por qué Luna tiene a mi bebé?

Continuará...

Aquí un nuevo cap!

Y como siempre tienen más en mi Patre0n! Tienen los caps once, doce y trece esperando allí!

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En fin, ojala esta loca y dramatica historia les esté gustando!

En respuesta a Jun 15, no pude pasarte el Patre0n porq FanFiction me dijo que tienes deshabilitada la opción de enviarte mensaje privado D: pero puedes encontrar el link en mi pagina de facebook o simplemente buscando en Google "CELESTE kaomy patre0n" (pero con O, solo pongo el 0 porq FanFiction lo censura xP) ya q tampoco se pueden compartir links por aquí QnQ

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Yo agradezco de todo corazón su apoyo en Patre0n, pero igual con comentarios me motivarían mucho más a continuar con esta historia!

CELESTE kaomy faaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!